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Una clasificación conveniente de las modificaciones corporales incluye estas categorías principales: aumento
del tamaño corporal, cambios en las proporciones del cuerpo y desarrollo de las características sexuales
primarias (órganos sexuales) y secundarias (vellosidad, cambio de la voz, fisonomía corpórea). Pese a las
diferencias individuales en el ritmo de las transformaciones, el patrón es similar para todos los niños y, por
lo tanto, es predecible. Esto permite ofrecer al muchacho una adecuada información preventiva por parte de
los padres y formadores.
Etapa prepubescente: Etapa inmadura en la cual suceden los primeros cambios corporales y comienzan a
desarrollarse las características sexuales secundarias o los rasgos físicos que distinguen a los dos sexos,
pero en la que todavía no se ha desarrollado la función reproductora (entre los 11 y los 13 años en el
muchacho).
Etapa pubescente: Etapa de maduración en la cual se producen las células sexuales en los órganos de
reproducción, pero en la que aún no se han completado los cambios corporales (entre los 13 y los 15 años).
Etapa postpubescente: Etapa madura en la cual los órganos sexuales funcionan a la perfección, el cuerpo
ha alcanzado la altura y las proporciones debidas y las características sexuales secundarias están bien
desarrolladas (entre los 15 y los 18 años).
Los cambios radicales del cuerpo tienen repercusiones tanto físicas como psicológicas. Las alteraciones
físicas determinan no sólo lo que el joven adolescente puede hacer sino también lo que quiere hacer. Estas
transformaciones corporales se acompañan generalmente de fatiga, falta de ánimo y otros síntomas de una
salud deficiente que asumen proporciones exageradas cuando los cambios físicos se suceden con rapidez.
Grupos heterosexuales
Búsqueda de autonomía
Es importante que la familia del adolescente no menosprecie sus nuevas preocupaciones e intereses para
que pueda conseguir una autoestima sana, que le ayude a vivir de forma plena.
Los padres deben comprender que la preocupación de sus hijos por la imagen corporal es algo transitorio,
que irá disminuyendo conforme crezcan, pero que puede provocarles conflictos durante esta etapa. Por
ejemplo, es frecuente que una adolescente se preocupe más por su aspecto que por sus estudios.
Menospreciar este sentimiento no le ayuda, es más recomendable establecer unos límites poco rígidos que
le permitan seguir evolucionando, que no se estanque, que no abandone actividades importantes, ni caiga
en conductas nocivas para la salud.
El crecimiento y desarrollo es la forma en que el adolescente crece física, mental, emocional y socialmente.
Un adolescente está entre los 12 a 18 años de edad. Este período se divide en 3 etapas que incluyen la
adolescencia temprana (de 12 a 13 años de edad), la adolescencia media (de 14 a 15 años de edad) y la
adolescencia tardía (de los 16 a los 18 años de edad).
Más influenciado por sus amigos y por la presión de grupo. Suelen intentar cosas como fumar, tomar
bebidas alcohólicas o empezar a ser sexualmente activo.
Las relaciones con otras personas también crecerán. Es probable que aprendan a pensar en las
necesidades de otros antes de pensar en las suyas.
Aprenderán a pensar de nuevas formas y a comprender ideas complejas. Aprenderán por medio de la
atención selectiva y dividida. Comenzarán a pensar lógicamente, usando el juicio y desarrollando
pensamientos abstractos. El pensamiento abstracto es la habilidad de entender y dar sentido a símbolos o
imágenes.
Desarrollarán su imagen de sí mismos y un plan para el futuro. Decidirán quiénes quieren ser y lo que
quieren hacer en la vida. Se ponen metas realistas y ya ha aprendido la diferencia entre metas, fantasía y
realidad.
VIH.
Actualmente hay más de 2 millones de adolescentes con VIH. Aunque el número muertes
relacionadas con el virus se ha reducido un 30 por ciento desde hace ocho años, en el caso de los
adolescentes la OMS reconoce que están aumentando, sobre todo en África, lo que obliga a
intensificar los esfuerzos para ofrecer una atención integral y continuada desde la edad pediátrica
a la adulta. Además, también es necesario mejorar el diagnóstico de la enfermedad.
La desnutrición y la obesidad.
Muchos niños y niñas de países en desarrollo comienzan la adolescencia con desnutrición, lo que
les hace más vulnerables a sufrir enfermedades y muertes prematuras. Por contra, en los últimos
años está aumentando el sobrepeso y la obesidad juvenil, tanto en países desarrollados como en
otros con menores ingresos.
Alcohol y drogas.
Es una preocupación importante en muchos países ya que, además de los efectos directos para la
salud, reduce el autocontrol y favorece otras conductas de riesgo, como el sexo sin protección.
Además, es la causa principal de accidentes y lesiones (sobre todo de tráfico), actos violentos y
muertes prematuras. Y a largo plazo, puede provocar problemas de salud y reducir la esperanza
de vida.
Salud mental.
La depresión es la principal causa de enfermedad y discapacidad entre los adolescentes, y el
suicidio la tercera causa de muerte. La violencia, la pobreza y la humillación pueden aumentar el
riesgo de desarrollar un problema de salud mental a estas edades.