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Chibchacum es el dios de la lluvia y el trueno de los Muisca.

estaba muy enojado y se rebeló contra Bochica.

Bajó a la Tierra y vio a una mujer, Chié, que venía a buscar agua.

Chibchacum la convenció para que se uniera a su rebelión, prometiendo que Chié sería su reina
una vez que Bochica fuera asesinado.

Chié se unió, y pronto todos empezaron a lucharon, creyendo que eran mejores que los otros y
mentían. Esto causó una guerra civil. Chié fue maldecido por Bochica y se convirtió en una lechuza
común. Su plan fracasó, Chibchacum planificó su venganza. Él tuvo su venganza al pronunciar un
hechizo malvado que causó una gran inundación. La gente le gritó a Bochica que les dejara vivir y
que a cambio lo adorarían. Entonces, una vez que Bochica creó un valle para limpiar las
inundaciones, sabía que tenía que castigar a Chibchacum.

Bochica maldijo a Chibchcacum forzándolo a llevar a la Madre Tierra sobre su espalda. Hasta hoy,
los muiscas creen que cuando hay un terremoto, es Chibchacum cambiando su carga pesada de
brazo

Chibchacum, las iras del patrono de Bacatá

Cuenta la historia que entre los Chibchas existió el mito del dios Chibchacum, protector del
cacicazgo del Zipa en Bacatá. Chibcahcum significa "Báculo de los Chibchas" (Chum: baculo). Era el
dios de los comerciantes, labradores y en general de los sectores populares del cacicazgo, y el
protector del pueblo de Bacatá.

Algunas personas dicen que Huitaca, en plan de venganza contra Bochica, difundió malas
enseñanzas a los Chibchas y, en especial, predicó la bondad de la vida alegre, la rebeldía y las
liviandades. Las ofensas que hicieron los indígenas a sus dioses también ofendieron a Chibchacum,
su protector, quien resolvió castigarlos con un espantoso diluvio que inundó la Sabana.

Indignado Chibchacum, trató de castigarlos inundándoles las tierras, para lo cual crió o trajo de
otras partes los dos ríos: Sopó y Tibitóc, crecieron tanto las aguas del valle que fue imposible
contenerlas, haciendo que las esperanzas se fueran. Ya no podían vivir allí, todos sus cultivos se
perdieron y muchos de sus animales murieron.

Los Muiscas de la Sabana de Bogotá pidieron entonces a Bochica protección contra la maldición de
Chibchacum, ofreciéndole en su templo clamores, sacrificios y ayunos. Bochica resolvió ayudarles
y por ello, una tarde, adorando el sol en el aire, se escuchó un ruido en Bacatá, y se hizo un arco
gigante natural, en cuya columna se apareció el demonio en figura de hombre representando a
Bochica con una vara de oro en la mano. Llamó a gritos desde allí a los caciques principales del
lugar para que acudieran con rapidez con todos sus súbditos.

Les dijo desde lo alto: "he oído sus ruegos, y condolido de ellos y de la razón que tienen en las
quejas que dan de Chibchacum, me ha parecido venir a darles favor en reconocerme: me doy por
satisfecho en lo bien que me sirven, y apuraré en remediar la necesidad en la que están. Tanto
toca mi providencia, y así, auque no calmaré los dos ríos, porque en algún tiempo de sequedad los
habrán de necesitar. Abriré una sierra por donde salgan las aguas y queden libres vuestras tierras".
Bochica arrojó la vara de oro hacia el Tequendama y abrió las piedras por donde ahora pasa el río
y forma el Salto del Tequendama. Así se des inundaron las tierras de la Sabana de Bogotá y se
pudieron sembrar de nuevo.

Chibchacum recibió castigo del dios Bochica, quien se indignó con el modo de proceder del
protector del cacicazgo de los Zipas. Chibchacum fue condenado eternamente a cargar la tierra
sobre sus hombros, la cual se encontraba antes sustentada sobre cuatro guayacanes.

Los Muiscas creían que todos los movimientos sísmicos de la tierra, tanto los terremotos, se
debían al dios Chibchacum, quien cuando se cansaba de llevar la tierra en un hombro, la pasaba al
otro. Por ello Chibchacum era considerado como el dios de los terremotos y además, el protector
de los mercaderes y de los campesinos, quienes les hacían ofrendas en oro.

El mito de Chibchacum presenta algunas semejanzas con el mito griego de Atlas, el gigante hijo de
Cimene y Japeto, quien tomó parte en la guerra de los gigantes contra los dioses. Los gigantes
fueron vencidos, recibiendo por ello los castigos de Zeus, quien condenó al gigante Atlas a
sostener la bóveda celeste sobre sus hombros. Por ello, al dios protector de Bacatá también se le
llama "el Atlas Chibcha".

Cuenta la leyenda

Dios de los orfebres, mercaderes y labradores.

Chibchacum, enojado por la maldad de los seres humanos, mandó un diluvio sobre el altiplano de
Bogotá moviendo dos ríos. Esta inundación anegó el valle y mató a la mayor parte de sus
habitantes. Bochica se presentó sobre un arco iris y utilizando una vara de oro, logró dar a las
aguas una salida al valle del Magdalena, creando el salto de Tequendama.

Bochica, como castigo le hizo cargar la tierra sobre sus hombros, que antes descansaba sobre
gigantescos guayacanes , los movimientos sísmicos, terremotos y temblores, se debían a él, se
producían cuando se cansaba de llevar la tierra en un hombro y se la pasada al otro.

Entre los CHIBCHAS existió el mito del Dios CHIBCHACUM, protector del pueblo, de los labriegos y
de los comerciantes. Según el mito cuenta, Huitaca, puso en marcha un plan de venganza en
contra de Bochica, Huitaca difundió malas enseñanzas entre los CHIBCHAS, quienes se entregaron
a la lujuria, a la pereza, etc., estas ofensas enojaron y ofendieron a CHIBCHACUM, quien Resolvió
castigarlos con un gran diluvio que inundó la sabana de Bacatá, los CHIBCHAS al ver que no Paraba
de llover, pidieron la intervención del Dios Bochica para que rompiera con la maldición de
CHIBCHACUM, ofreciéndole sacrificios y ayunos, pero su dios no respondía a sus llamados,
después de mucho tiempo fue tal la suplica, que Bochica decidió acudir en su ayuda, una tarde
cuando los CHIBCHAS creían que su dios los había abandonado, se vio el primer rayo de sol cuando
Bochica con una vara de oro abrió una zanja por donde rápidamente se fue anegando la sabana de
Bacatá, asi Bochica creo el salto del Tequendama, y cuando todo había vuelto a la normalidad los
CHIBCHAS sembraron de nuevo y cumplieron sus ofrendas y sacrificios al dios Bochica.

En cuanto al Dios CHIBCHACUM por la dureza de su castigo fue designado por Bochica a que
cargara la tierra en sus hombros, la cual se encontraba en ese momento sustentada sobre cuatro
guayacanes, debido a esto los CHIBCHAS creían que todos los movimientos sísmicos de la tierra,
tanto los terremotos como los temblores, se debían al dios CHIBCHACUM, quien cuando se
cansaba de llevar la tierra en un hombro, se la pasaba al otro hombro; por ello CHIBCHACUM era
considerado como el Dios de los terremotos además, el protector de los comerciantes y de los
labriegos y desde su designación a cargar el planeta, fue el Dios De La Tierra quien la cuidaría para
siempre vigilando que nada fuera a interrumpir su equilibrio. El mito del Dios CHIBCHACUM
presenta similitud con algunos mitos de otras culturas como el diluvio universal citado en la Biblia
ó el atlas griego quien también fue designado a cargar la bóveda celeste en sus hombros. “... Al
pasar el tiempo el trabajo que me fue designado por Bochica, es cada vez mas difícil, los
decendientes han olvidado las enseñanzas de la Pachamama, han empezado a destruir sus raices,
sus ideas, sus hermanos....” CHIBCHACUM.

El más famoso héroe de los Chibchas fue el sabio Bochica. Un día desapareció por donde sale el
sol, dejando la huella de su pié marcada en una inmensa roca.

Años después, hubo una terrible inundación que destruyó pueblos y mató mucha gente. Los
Muiscas imploraron a Bochica y éste apareció sobre el arco iris.

Con su cetro de oro, golpeó las rocas partiéndolas en medio de un gran estruendo. El agua, que
formaba ya un lago en la sabana, salió violentamente formando una gigantesca cascada de
espuma blanca. Así Bochica creó el salto de Tequendama. ¿Quién fue el culpable de la destructora
inundación? Huitaca, la hermosa y malvada mujer, o el Dios Chibchacum, protector de los
agricultores. Bochica los castigó a ambos. A ella, la convirtió en lechuza y a él lo obligó a cargar la
tierra sobre sus hombros. Por eso, cada vez que se cansa y la cambia de hombro hay temblores.

Huitaca
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Huitaca, también llamada Xubchasgagua, es una diosa mitológica de la lujuria. De origen


lunar, con rara belleza y extraordinaria malignidad, se oponía a las enseñanzas del
dios Bochica y por medio de su hermosura hacía que todos los hombres desobedecieran las
enseñanzas de este a través de los placeres carnales, juegos y borracheras, que ofendieron al
dios Chibchacum.
Era la misma Bachué,[cita requerida] madre de los chibchas, mujer rebelde ante el patriarcado
representado en Bochica. El mito de Huitaca también está relacionado con el culto a la luna o
a la diosa Chía, llamada por algunos indígenas Yubecaiguaya.
Se dice que Chibchacum se molestó tanto con ella que la transformó en lechuza. Otros
afirman que Huitaca subió al cielo y se convirtió en esposa del Sol, para alumbrar de noche.
Los indígenas también hablaron que la conversión de Huitaca o de la diosa Chía en la luna fue
hecha por Chiminigagua. El culto a Huitaca pertenece al ritual lunar.
Hace mucho tiempo, un hombre se le apareció a los indios muiscas. Este hombre, llamado
Bochica, les enseñó a los indios a cultivar la tierra, a hacer ollas de barro cocido, a utilizar el
maíz y a tejer mantas en algodón.

Se dice que en un tiempo, los muiscas se dedicaron a tomar mucha chicha, tanta, que esta
situación disgustó al dios Chibchacum, quien como castigo mandó a llover fuerte durante muchos
meses.

De esta forma, se inundó la sabana de Bogotá, se acabaron los cultivos y murieron muchos
muiscas.

El sufrimiento del pueblo muisca era tan grande, que Bochica decidió ayudarlos. Fue así como con
su varita de oro rompió una roca y formó el Salto de Tequendama para que saliera toda el agua
de la sabana de Bogotá.

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