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CAPITULO II

MEDIDAS DE PROTECCIÓN

ARTICULO 22. Medidas de protección

Se refiere a las medidas que toma el estado para salvaguardar a las victimas de

violencia, estos puntos que toca son varios, pero lo que llama la atención de

estas medidas que en la actualidad ninguno de los acusados por violencia toman

en cuenta dichas normas o reglas dadas por el ente encargado como son las

cortes superiores, ya que como se puede comprobar en las sanciones por faltas

a estas normas son muy blandas, además que para la policía no es fácil

comprobar que los agresores cumplan dichas normas ya que para ello

deberíamos poner un policía por cada víctima de agresión.

La mejor forma de impedir que los agresores puedan seguir agrediendo a sus

víctimas debería ser la cárcel inmediata apenas se falte a lagunas de estas

normas de conductas, lo que no queda claro es en el punto que hay que hacer

un inventario sobre sus bienes, no se entiende de que se trata este punto.

En otro punto sobre la tenencia de armas por parte del agresor sabes que en

nuestra sociedad se puede adquirir armas de otras formas.

Medidas de Protección Recibida la petición o apreciados de oficio los hechos, el

Fiscal puede dictar las medidas de protección inmediatas que la situación exija.

Las medidas de protección inmediatas que pueden ser adoptadas a solicitud de

la víctima incluyen, sin que la enumeración sea limitativa, el retiro del agresor del

domicilio, impedimento de acoso a la víctima, suspensión temporal de visitas,

inventarios sobre sus bienes y otras medidas de protección inmediata que


garanticen su integridad física, psíquica y moral. El Fiscal de Familia debe poner

en conocimiento del Juez de Familia las medidas de protección adoptadas.

En conclusión las medidas dadas en este punto son buenas pero no son muy

aplicables en la actualidad ya que como vemos en los medios de comunicación

los agresores se valen de cualquier medio para seguir acosando a sus víctimas.

ARTÍCULO 23.- Vigencia e implementación de las medidas de protección.

La vigencia de los medios de protección como lo indican se aplican desde el

momento que el juzgado encargado los dicta y tiene una vigencia hasta que se

dé la sentencia por el caso de agresión, pero como lo indicamos en el artículo

anterior en la actualidad los agresores utilizan cualquier medio para acosar a sus

víctimas, a pesar de que la policía nacional está encargada de hacer cumplir

dichas medidas, pero como se han dado casos estas medidas cuando son

denunciadas por las victimas ante la policía para que hagan ejercer su derecho

caen en saco roto, la falta de criterio al momento de aplicar estas medidas por

parte de la policía deja habeces mucho que desear.

La falta de medios para hacer ejecutar estas medidas como un registro en cada

comisaria de víctimas de violencia y con medidas de protección, la falta de

interés por parte de los agentes por revisar y verificar a estas víctimas si se están

cumpliendo la órdenes dictadas por el juez encargado, solo lo hacen cuando han

sido atacadas otra vez por sus agresores.

Una falta total de coordinación con otras instituciones para que le apoyen en

ejecutar dichas medidas como son el serenazgo del sector.


ARTÍCULO 24.- Incumplimiento de medidas de protección

Los agresores están impedidos de ejercer cualquier tipo de acoso en contra de

sus víctimas durante el tiempo que dure las medidas de protección otorgadas

por un juez, esto significa que no pueden tener ningún tipo de relación sea

presencia, vía telefónica, o redes sociales sobre las víctimas, caso contrario se

exponen a ser sancionados por la autoridad sea por restricción de la libertad o

sanción económica, sea el caso que dictamine el juez encargado.

En la actualidad tal como se hace constar en medio de comunicación los

agresores hacen caso omiso a las medidas de protección, tal como se dio en

caso de una victima de feminicidio que su victimario tenia ya dos denuncias ante

el juzgado de la familia de Lima y tenia restricciones.

ARTICULO 25.- Protección de las victimas en las actuaciones de

investigación

Durante los procesos judiciales por casos de violencia de genero esta prohibido

la confrontación directa de la victima con su agresor, esto para salvaguardar el

estado emocional de la victimas, tratar de buscar una conciliación entre la victima

y el agresor solo agravaría las cosas, se sabe que cuando la victima sufre

demasiado daño emocional puede llegar hasta el punto de auto agredirse por

desesperación al sentirse vulnerable.


Se ha dado el caso que en algunas oportunidades la propia victima ha pedido

ser confrontada con su agresor, pero solo en casos que ello lo solicite y sea

autorizado por el ente encargado se procederá hacer uso de este beneficio.

ARTICULO 26.- Contenido de los certificados médicos e informes.

Los acuerdos previos se basan en el cumplimiento del Art. 26 de la referida Ley,

con respecto al contenido de los certificados médicos e informes que expidan los

médicos de los establecimientos públicos de salud de los diferentes sectores e

instituciones del Estado y niveles de gobierno.

Se tiene que capacitar a los médicos de todas las provincias del MINSA, a

efectos que ellos estén en condiciones de hacer las evaluación y puedan

diagnosticar a las victimas de agresión. Nuestra intención es ir generando

mayores niveles de atención a estas personas y prever también las medida de

protección con tratamientos para que no se vuelva a repetir estos actos de

violencia.

Se puede añadir, que con el fin de unificar criterios de evaluación y aplicar

protocolos y procedimientos de atención, las capacitaciones deben ser ofrecidas

durante todos el año a todo el personal del MINSA, por los médicos legistas del

Ministerio Público.

Cabe mencionar, que los certificados expedidos por los centros de salud

parroquiales y los establecimientos privados cuyo funcionamiento se encuentren

autorizados por el Ministerio de Salud, así como los informes psicológicos de los
Centros Emergencia Mujer y otros servicios estatales especializados también

tendrán valor probatorio del estado de salud física y mental de la víctima en los

procesos antes mencionados, los cuales deben ser acordes con los parámetros

médico-legales del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses.


TITULO III

PREVENCIÓN DE LA VIOLENCIA

ATENCIÓN Y RECUPERACIÓN DE VICTIMAS Y REEDUCACIÓN DE

PERSONAS AGRESORAS

CAPITULO I

PREVENCIÓN DE LA VIOLENCIA, ATENCIÓN Y RECUPERACIÓN DE

VICTIMAS

ARTICULO 27.- Servicios de promoción, prevención y recuperación de

victimas de violencia.

En este punto trata de que le estado peruano es responsable de la protección ,

prevención y recuperación de las víctimas de la violencia, una de las formas es

atreves del ministerio de la Mujer y Población Vulnerable con la implementación

de programas de apoyo que busquen en primer lugar prevenir los casos de

violencia de género que se dan en el Perú, el segundo paso que busca el Estado

a través del Ministerio es la protección y recuperación de las víctimas a través

de la creación de casa hogares donde se les brinda apoyo psicológico para su

recuperación además del apoyo judicial que puedan necesitar ya que en la

mayoría de los casos las víctimas son de condición económicamente bajas.

Las víctimas de violencia solo dependen del Estado para poder conseguir apoyo

ya que como se ha podido comprobar solo el estado se encargad de ellos, a

pesar que en la Ley está estipulado que los Gobiernos Regional y Municipales

deberían brindar apoyo no lo hacen, sus acciones ha sido casi nulas en estos

casos, se aprecia poco interés por parte de ellos, los programas de prevención
y apoyo ha quedado solo en manos del Ministerio de la Mujer y Poblaciones

Vulnerables.

ARTICULO 28.- Valoración del riesgo de víctimas de violencia de pareja

El Protocolo de valoración del riesgo de violencia mortal contra mujeres por parte

de la pareja o expareja, es un trabajo técnico-científico interdisciplinario en el

cual se sigue trabajando para entregar un producto que cumpla con todos los

estándares nacionales e internacionales.

Desde hace tiempo, en contextos jurídicos y científicos existe preocupación por

la falta de criterios técnicos para valorar la prueba pericial por parte de jueces y

tribunales, dada la influencia que puede tener en las resoluciones judiciales. En

el presente trabajo se aborda esta preocupación en relación a la prueba pericial

psicológica del riesgo de violencia, que ha adquirido un especial protagonismo

con las recientes reformas penales. Se analizan las principales claves

explicativas, a juicio de los autores, de las limitaciones en la predicción del riesgo

de violencia asociadas a las pruebas más utilizadas en la actualidad con este fin

las guías actuariales y las guías de juicio clínico estructurado, y se presentan

también las ventajas que para los distintos operadores jurídicos puede tener el

recurrir a estas periciales. Por último, se sugieren algunos criterios desde el

punto de vista técnico que podrían facilitar un análisis crítico de las mismas por

parte de jueces y tribunales.

Este método tal como lo indica busca dar una valoración para poder determinar

el tipo de accionar de las autoridades frente a un caso de violencia de pareja, ver

a través de esta evaluación psicológica si el agresor puede llegar a cometer


feminicidio. Este tipo de evaluación puede hacerlo el mismo personal policial a

través de los formatos dados por los entes evaluadores, este tipo de formato o

ficha de evaluación se deben adjuntar a todos los documentos presentados en

la denuncia para que el personal encargado pueda hacer una evaluación y hacer

llegar sus resultados a los jueces que dictaran sentencia en diferentes tipos de

casos de violencia de pareja.

ARTICULO29.- Implementación y registro de hogares de refugio temporal.

EL estado a través del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables crea

hogares refugio Temporales (LEY 28236 - LEY QUE CREA HOGARES DE

REFUGIO TEMPORAL PARA LAS VÍCTIMAS DE VIOLENCIA FAMILIAR), los

Hogares de Refugio Temporal son lugares de acogida temporal para víctimas de

violencia familiar, se les llama, también, Casa de Acogida. Brindan protección,

albergue, alimentación y atención multidisciplinaria propiciando su recuperación

integral.

Los Hogares de Refugio, ofrecen a la mujer afectada de violencia espacios

seguros para analizar y decidir acerca de un nuevo proyecto de vida en paz y

sin violencia, luego de haber recibido una atención integral y multidisciplinaria:

legal, psicológica, y capacitación laboral. Estos hogares forman parte de un

sistema de atención integral por iniciativa de la sociedad civil y son apoyadas por

el Programa Nacional Contra la Violencia Familiar y Sexual. En este sentido el

Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, a través de los profesionales

del Programa Nacional Contra la Violencia Familiar y Sexual periódicamente

capacita a sus coordinadoras y/o promotoras en temas de violencia y


habilidades de comunicación en sus relaciones interpersonales. Igualmente

atiende a las mujeres s y sus hijos con los servicios profesionales de

psicoterapeutas que se encargan de fortalecerlas emocionalmente mediante

técnicas de desarrollo de la autoestima, toma de decisiones, solución de

problemas, entre otros.

Por otro lado El MIMP ha previsto desarrollar un modelo piloto de hogar de

refugio temporal en alianza estratégica con los gobiernos locales. Asimismo, se

suscribirán convenios que permitan la creación y sostenibilidad de nuevos

hogares en los cuales el MIMP asumirá los costos referidos a los equipos de

atención.

A la fecha existen 46 de estos hogares en el país administrados por los gobiernos

locales, Sociedades de Beneficencia Pública, sociedad civil y congregaciones

religiosas que reciben asistencia técnica del MIMP.

Todos estos hogares están registrados y verificados por el Estado todos ellos

están regidos por la misma norma que se establece en la Ley 28236.


CAPITULO II

REEDUCACIÓN DE LAS PERSONAS AGRESORAS

Articulo 30.- Reeducación de las personas agresoras.

Con el fin de cumplir con la Ley general mencionada, el Estado a través de los

Ministerio u Organismos encargados debe elaborar propuestas de programas

para la reeducación de agresores en casos de violencia de pareja.

Un Ejemplo: se conoce el caso de un hombre sentenciado por violencia familiar

que luego de asistir a terapia reconoció su error y cambió su conducta Orlando

es uno de los 2 mil 500 hombres que fue sentenciado por violencia familiar en el

año 2016. Luego de diez meses de terapia, él asegura que ya entendió que su

actitud era errada y que su pensamiento ahora es otro.

Él es uno de los mil 300 hombres que asiste al Programa del Centro de Atención

Institucional del Ministerio de la Mujer que tiene por objetivo reeducar a los

agresores.

El proceso concluye con una evaluación en la que se constata que la terapia ha

cambiado los pensamientos violentos del paciente, las conductas relacionadas

al machismo y los roles de género.

Otro caso que se puede citar seria de José Tiene 43 años, dos hijos varones y

lleva ocho meses asistiendo al Centro de Atención Institucional (CAI) frente a la

violencia familiar del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP),

ubicado en Carmen de la Legua, Callao, un servicio de intervención que trabaja

con agresores judicializados. Esto luego de que el Poder Judicial lo sentenciara


a recibir terapias psicológicas por cometer el delito de lesiones leves. El objetivo

del programa es que aprendan a relacionarse y conducirse en una relación de

pareja basada en el respeto y la igualdad de género. Así como él, 1.822

agresores han sido condenados a nivel nacional por el sistema de justicia para

ser reeducados desde que funcionan los CAI (hace seis años). El problema es

que solo existen tres en todo el país (Breña, Callao y Ayacucho) y hay altos

niveles de deserción. "Un 50% de los condenados vienen una sola vez o nunca

se presentan", en dichos caso el Estado a través de la Policía debería buscar a

estos agresores y ver la forma de obligarlos a tomar dichas terapias. Además

que no existen espacios particulares que atiendan de manera gratuita e integral

a aquellos que desean buscar ayuda.

Este tipo de programas en la actualidad son muy necesarios ya que ayudan a

acabar con las agresiones físicas en contra de la pareja u otro miembro de la

familia.

ARTICULO 31.- Tratamiento penitenciario para la reinserción social de las

personas agresoras privadas de libertad.

Desde el punto de vista jurídico para lograr la reinserción social de los individuos;

se deberá seguir los procedimientos acordes con esta idea, para ello se necesita

que la persona que labora en la Institución, tenga claro los objetivos que se

persiguen, la realidad es que no solo existen contradicción en los modos

institucionales de proceder, también se debe adecuar la Norma Penitenciaria a

estos tiempos nuevos, ya que la misma a título personal, está desfasada.


Según este artículo es parte de la rehabilitación de los agresores, el Instituto

Nacional Penitenciario (Inpe) y el Ministerio de la Mujer y Poblaciones

Vulnerables desarrolla en los penales un programa de tratamiento con un equipo

especializado, el cual incluye actividades de asistencia social, legal, psicológica

y de salud, así como de trabajo y educación.

El jefe del Programa de Asuntos Penales y Penitenciarios de la Defensoría del

Pueblo, advirtió, sin embargo, que solo el 40% de la población penitenciaria

accede a ello y una de las principales trabas es la sobrepoblación. Penales como

el del Callao, diseñado para 700 reos, tienen que soportar una población de casi

4,000 personas, que deben compartir los servicios de alimentación, educación o

salud, haciendo que estos no lleguen a todos.

“El tratamiento penitenciario es deficiente. Los equipos humanos no se

abastecen ante la demanda. Además, los agresores sexuales están en un círculo

vicioso de violencia que requiere atención especializada, pero en todo el país

apenas hay un psiquiatra que se ve rebasado porque debe atender a los 90 mil

internos de las cárceles del país”, anotó.

Pero eso no es todo, en las cárceles tampoco existe un tratamiento diferenciado

para los presos por agresión sexual. Aunque el Inpe está ejecutando un

programa piloto especializado para el Tratamiento de la Agresión Sexual (TAS),

este aún no llega a todos.

Guillermo Ladd, director de Adultos y Adultos Mayores del Instituto Nacional de

Salud Mental Hideyo Noguchi, consideró urgente adoptar medidas preventivas y

brindar terapias psicoterapéuticas para los casos más graves. Aunque aseveró

que la cárcel puede disminuir la incidencia de los agresores sexuales –por la


violencia a la que es sometido el reo por parte de sus pares–, dijo que eso no es

suficiente y no impedirá un nuevo ataque.

Por ello, comentó que como opción preventiva debería elaborarse un registro de

los agresores sexuales para que se les haga seguimiento y sean fácilmente

reconocidos, así como aplicar la castración química para el caso de los

reincidentes. Aunque explicó que esta alternativa actúa sobre la testosterona

inhibiendo las fantasías sexuales y es más eficaz para los casos de pederastas,

señaló que al menos ayudará en algo a controlar el impulso sexual de los

violadores.

ARTICULO 32.- Tratamiento para las personas agresoras en medio libre.

En los procesos por delito vinculados a actos de violencia contra las mujeres y

los miembros de un grupo familiar, el juez de la corte puede imponer al acusado

que asista a un tratamiento psicológico o a un grupo de ayuda para poder ser

evaluado por el juez. Estos programas de ayuda deben ser desarrollador por

instituciones de protección a la familia o por el mismo Ministerio de la Mujer,

estas medidas pueden darse desde el comienzo del proceso judicial.

La Ley impone que los gobiernos regionales y municipales en coordinación con

las instituciones encargadas implementar estos programas de ayuda y

evaluación de los agresores.

Estos tratamientos y evaluaciones tienen influencia en los procesos penales que

se les sigue a los agresores, ya que es obligación de los programas de ayuda

hacer llegar los resultados a los jueces encargados de los procesos.


El sometimiento a un servicio de tratamiento para la reeducación de agresores

en instituciones públicas o privadas que el juzgado disponga, es considerado

como regla de conducta, sin perjuicio de la sanción penal que corresponda.

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