You are on page 1of 5

PARCIAL 2 (MÓDULO 3, 4 Y 5).

¡Bueno, ya era hora! Aunque, después de reflexionar un rato, tiene sus reservas acerca de qué
situación resulta más ventajosa... La de ser acreedor o deudor... Pese a toda elucubración, no
cabe otra que atenerse a los hechos concretos y procurar la satisfacción de los intereses de su
cliente.
Sí, esta vez la sociedad del grupo resulta acreedora de una suma importante de dinero que
afortunadamente se encuentra literalmente inserta en un pagaré. Menos mal que otrorgar, al
momento de reestructurar los créditos de los proveedores, se dio acabada instrumentación a
los convenios de refinanciación y a los correspondientes títulos de crédito. De no haber sido por
sus meticulosas instrucciones, quién sabe lo que hubiera ocurrido...
Finalmente, podrá constatar el sabor que tiene el proceso para el acreedor. Las expectativas de
cobro son moderadas; al fin y al cabo, pese a las dificultades económicas, conoce en gran medida
el giro comercial de su deudor. Sabe, entonces, dónde apuntar.
Pero, como no podría ser de otra manera, hay escollos que sortear. Y, a fuerza de ser sinceros,
en torno a ellos gira su profesión. Para variar, empresas grandes, caos inmenso. Increíblemente,
justo el convenio de refinanciación que se corresponde con el documento no está. Después de
buscarlo por cielo y tierra, no es dable esperar su "aparición". La desesperación que tienen Juan,
Pedro, Santiago y los integrantes del Departamento de Legales es incontenible. Además,
escapando su posibilidad material de fiscalizar, omitió consignarse en el título cambiario la fecha
de vencimiento de la obligación. ¿Entonces?
Precisamente, gran parte de su cometido consistirá en atenerse a las circunstancias fácticas
narradas y proveer al cobro del cuantioso crédito. Ya las relaciones con el proveedor se han visto
enormemente deterioradas y la competencia no ha tardado en satisfacer sus necesidades,
levantando los tradicionales estándares de calidad.
Desde otro punto de vista, se encuentra sujeto a las permanentes variables que en materia de
legislación de emergencia se presentan día a día. Por imperio de un decreto dimanado del Poder
Ejecutivo Nacional, se ha dispuesto la suspensión de las ejecuciones por el término de ciento
ochenta días hábiles. La espera no satisfará a Juan, Pedro, Santiago y los restantes directivos del
grupo, lo tiene claro de antemano.
Por tanto, habrá de pergeñar la estrategia legal que al menos resguarde los derechos crediticios
del cliente, hasta tanto opere el vencimiento del referido término legal, u obtener legítima
solución que, fundada en derecho, le permita ejercer judicialmente la presunta pretensión
cambiaria.
En vistas a lo cual, deberá:

1. Confeccionar un dictamen profesional dirigido al directorio de la sociedad, Juan, Pedro,


Santiago y el Departamento de Legales del grupo, indicando la existencia o inexistencia
de la presunta pretensión cambiaria, a la luz del extravío del convenio de refinanciación
y la falta de fecha de vencimiento del pagaré sin protesto y, en su caso, aconsejando la
vía legal que estime pertinente.

Córdoba, 14 de julio del año 2016.


Sres. Juan, Pedro y Santiago.
Departamentos de Legales

De mi mayor consideración:
Me dirijo a ustedes en mi carácter de abogado del grupo, con el fin de hacerles saber el
estado legal de la cuenta que han puesto bajo mi conocimiento.
En principio, debo informarles que el crédito existe, y es exigible, independientemente
de que el convenio de refinanciación que se corresponde con el documento se haya
extraviado, aunque se omitiera la consignación en el título cambiario a la fecha de
vencimiento de la obligación. La obligación cambiaria incorporada por el suscriptor del
pagaré, tiene ciertas características particulares, ya que se trata de una promesa
incondicionada de pago.

Es importante aclarar, que en el pagaré el suscriptor asume directa y personalmente la


obligación de pagar el título a la fecha de vencimiento. La causa fuente de la obligación
cambiaria es el hecho dotado por el ordenamiento jurídico con virtualidad suficiente
para establecer entre deudor y acreedor, el vínculo que los relaciona; es un elemento
esencial para la existencia de la obligación.

El portador tiene a su alcance, la posibilidad de reclamar el pago del título, con medios
extrajudiciales y judiciales. Tales requerimientos pueden ser deducidos contra todos los
firmantes del título, conjunta, alternativa o por separado.

Puede ejercer además, su pretensión prescindiendo de las defensas y excepciones de


carácter personal que pudieran nacer de cada uno de las transmisiones de derecho
cambiario.

Tal ejercicio se llevará a cabo sin que se pueda invocar las cuestiones relacionadas con
la causa por la cual se libró o transmitió el pagaré. El pagaré que cuente en su texto
esencial con la cláusula “sin protesto” será título ejecutivo hábil sin necesidad de
levantar protesto en los términos del Art. 60 LCA que rea: “La letra de cambio
debidamente protestada es título ejecutivo para accionar por el importe del capital y
accesorio”.

La jurisprudencia por su parte, ha dicho que la falta de causa de una obligación cambiaria
alegada por el deudor, pone a su cargo probar la inexistencia invocada, no solo por los
principios generales de la carga de la prueba sino que aunque no se exprese la causa de
la obligación, se presume su existencia salvo que el deudor pruebe lo contrario. En caso
de falta de indicación especial, el lugar de creación del título se considera lugar de pago
y también domicilio del suscriptor.

En concordancia con los convenios de refinanciación, debo recordarles que en esta clase
de documentos, se toman ciertas precauciones, por lo tanto, se complementan con
instrumentos jurídicos que represente una garantía para quienes proveer el
financiamiento o restauración de las deudas de contratistas y proveedores. Es decir, que
existen suficientes garantías para cubrirnos en este hecho particular. Sin perjuicio de
que el documento en si se haya extraviado, las garantías están y son determinantes de
la existencia de los convenios de refinanciación.

Además tenemos en nuestro poder, copia de notas enviadas solicitando el pago de lo


adeudado, que contribuyen como medio de prueba. Por lo tanto, esas garantías son
exigibles, y si no fueran canceladas como corresponde, deberán ser exigidas en el juicio
ejecutivo.

En cuanto, en lo que respecta a la omisión de la fecha de vencimiento del título, la ley


establece que no acarrea su invalidez, ya que se considera pagadero “a la vista”, por lo
tanto es también ejecutable.

Lo siguiente consistirá en efectuar el cobro de dichas acreencias, mediante los pasos


que la ley determina.
Sin más, me despido de Uds. Atentamente.
SORIA, DIANELA MARCELA. ABOGADA.
38478236

2. Analizar detenidamente la materialidad del documento, a fin de corroborar si la falta de


fecha de vencimiento constituye un obstáculo insalvable o no, atento el formalismo
vigente en materia cambiaria. De configurarse el primer supuesto, determinar el modo
que resultará más pragmático y ajustado a las circunstancias del caso para suplir la no
de inserción de la fecha de vencimiento de la obligación en el documento. En el segundo
caso, ponderará las alternativas viables atendiendo la referida situación. A todo evento,
retendrá que el instrumento en cuestión lleva inserta la cláusula "sin protesto".

El vencimiento del Pagaré se debe indicar de forma expresa dentro del documento, ya
que esto es un requisito formal y nos indica el momento es que se podrá elegir el pago
del pagaré. Sin embargo, en los títulos con cláusula “sin protesto”, se exime al portador
de realizar el acto notarial y prueba de la presentación, supliéndola con una presunción
legal favorable al portador del documento.
Esto quiere decir, que a pesar de ser un instrumento privado, la ley asigna al pagaré con
cláusula sin protesto, al menos en forma provisional, una eficacia semejante a la que
tiene los instrumentos públicos.
Cuando el título contiene la cláusula “sin protesto”, la prueba de la presentación al cobro
queda suplida por una presunción legal favorable al portador del documento.
Los tipos de vencimiento de pagarés que existen son:
 A la vista: es pagadera a su presentación. Debe presentarse para el pago dentro
del pazo de un año desde su fecha, pudiendo el librador disminuir o ampliar ese
plazo.
 A un determinado tiempo vista: La ley 5953/63 dice en su Art. 37 primer párrafo
que el vencimiento de la letra de cambio a cierto tiempo vista, se determina por
la fecha de aceptación o del protesto. En este tipo de vencimiento el plazo
indicado debe de contarse desde la fecha del visto o desde que éste se presenta
para su aceptación.
 A un determinado tiempo de la fecha: Se indica que el pagaré vence el día que
en que se cumpla el plazo que se señaló, contando desde el día de la emisión
del pagaré o fecha de libramiento.
 A un día fijo: En este caso se indica que vence el día que se señaló.

El pagare se debe considerar como que se tomó vista el último día que había para
presentarlo a esos fines, regirá el término legal de 1 año contado a partir de la fecha
del libramiento.
Otra norma establece que el pagaré en el cual no se determine el plazo de pago se
considera pagable a la vista, es decir es pagable a su presentación, pero se debe
tener en cuenta que la suplencia legal del Art. 102 solo es procedente si el pagare
no cuenta con plazo o término de vencimiento, pues es imposible que tenga un
plazo incierto, no habría pagare; dicho artículo nos dice: “El título al cual le falte
alguno de los requisitos indicados en el artículo precedente no es válido como
pagaré, salvo en los casos determinados a continuación: El vale o pagaré en el cual
no se ha indicado el plazo para el pago se considera pagable a la vista. A falta de
indicación especial, el lugar de creación del título se considera lugar de pago y,
también, domicilio del suscriptor”.
El plazo de pago del pagaré es legal, único, preciso y posible.
Si el título no le fue presentado a su vencimiento, el deudor puede liberarse mediante
consignación cambiaria: “Si la letra de cambio no se presentara para el pago en el
término fijado en el Art. 40 (el día en que la letra debe pagarse o en uno de los dos días
hábiles sucesivos), cualquier deudor tiene la facultad de depositar su importe en poder
de la autoridad competente, a costa, riesgo y peligro del portador del título” (Art 45
Decreto Ley 5.965/63: Régimen Jurídico de la letra de cambio, vale y pagaré).
En este caso nos encontramos frente a un pagaré definido por la ley como un pagaré
incompleto pero la falta de fecha de vencimiento no trae aparejada su invalidez, pues
se considera pagable a la vista; Art 102, 2° párrafo Decreto Ley 5965/63.

3. Sobre la base de las consignas anteriores, elaborar informe acabado a los señores
directores de la sociedad, Juan, Pedro, Santiago e integrantes del Departamento de
Legales, respecto de las medidas legales a adoptar, que se sustente en la existencia y/o
inexistencia de la pretensión cambiaria y que revele el mecanismo legal al que entiende
deberá apelarse en tutela de los derechos de su representada.

Córdoba, 17 de julio del año 2016.


Sres. Del Departamento de legales
Sres. Del Directorio de la sociedad “La Porteñita”.
S/D

Me dirijo a Uds. con motivo a responder sobre la consulta realizada sobre la existencia o
inexistencia de la pretensión cambiaria, debido a la presunta desaparición el título en poder de
la empresa. En este caso, y en primer lugar, debemos hacer hincapié en que la pretensión
cambiaria en cuestión encuentra sustento si la fecha de origen se encuentra dentro de los
términos que prescribe la ley de acuerdo al Art 96 y la remisión hecha por el Art 103 del decreto
ley 5965/63, el cual el primero nos dice que toda acción emergente de la letra de cambio contra
el aceptante se prescribe a los tres años, contados desde la fecha del vencimiento. La acción del
portador contra los endosantes y contra el librador se prescribe al año, contado desde la fecha
del protesto formalizado en tiempo útil o desde el día del vencimiento, si la letra contuviese la
cláusula "sin gastos". En los casos de protesto mediante notificación postal a cargo de un banco
se considerará como fecha de protesto, a los efectos del cómputo de la prescripción, la de la
recepción de la notificación postal por el requerido o, en su caso, la de la constancia de la
devolución de la pieza por el correo. La acción del endosante que reembolsó el importe de la
letra de cambio o que ha sido demandado por acción de regreso, contra los otros endosantes y
contra el librador se prescribe a los seis meses, contados desde el día en que el endosante pagó
o desde aquel en que se le notificó la demanda. La acción de enriquecimiento se prescribe al
año, contado desde el día en que se perdió la acción cambiaria. Por otro lado, el Art. 103 de la
misma ley nos recuerda que son aplicables al vale o pagaré, en cuanto no sean incompatibles
con la naturaleza de este título, las disposiciones de la letra de cambio relativas: al endoso; al
vencimiento; al pago; a los recursos por falta de pago y al protesto; al pago por intervención; a
las copias; a las alteraciones; a la prescripción; a los días feriados; al cómputo de los términos y
a la prohibición de acordar plazos de gracia. Son igualmente aplicables al vale o pagaré las
disposiciones establecidas para la letra de cambio pagable en el domicilio de un tercero o en
otro lugar distinto del domicilio del girado; las relativas a la cláusula de intereses; a las
diferencias en la indicación de la suma a pagarse; a los efectos de las firmas; a las firmas de
personas que invocan la representación de otras sin estar facultadas para ese acto o que obran
excediendo sus poderes y a la letra de cambio en blanco. Son igualmente aplicables al vale o
pagaré las disposiciones relativas al aval si el aval, en el caso previsto por el artículo 33, último
párrafo, no indicara por cuál de los obligados se otorga, se considera que lo ha sido para
garantizar al suscriptor del título. Se aplicarán también al vale o pagaré las disposiciones relativas
a la cancelación de la letra de cambio.

Estando dentro de los plazos que la ley otorga, podemos iniciar, según el Art 60 del decreto
5965/63, la acción cambiaría por vía ejecutiva; el mismo, restringe y limita la defensa de la parte
demandada, ya que nosotros no poseemos el origen causal de la obligación cambiaria.
Corroborando la fecha y comprobando que ya han pasado más de tres años, no poseeríamos
título y por lo tanto tendríamos solamente la obligación firmada que nos daría derecho a iniciar
las acciones legales en juicio ordinario de cobro de pesos. Agotada ésta instancia, la deuda
subsiste como obligación natural.
En efecto, es cierto que la cláusula “sin protesto”, no exime de la carga cambiaria de presentar
el título para el pago, pero también es cierto que la falta de presentación tiene como resultado
la pérdida de las acciones regresivas; tal como lo recuerda el Art. 46 donde dice que la acción
cambiaria es directa o de regreso; directa contra el aceptante y sus avalistas; de regreso contra
todo otro obligado; y por otro lado el Art. 57 de la misma ley (5965/53) donde reza que después
de la expiración de los plazos fijados: a) Para la presentación de una letra de cambio a la vista o
a cierto tiempo vista; b) Para levantar el protesto por falta de aceptación de pago; c) Para la
presentación de la letra para su pago en caso de llevar la cláusula "retorno sin gastos", el
portador pierde sus derechos contra los endosantes, contra el librador y contra los demás
obligados, con excepción del aceptante. Si la letra de cambio no se presentara para la aceptación
en el plazo establecido por el librador, el portador pierde el derecho de ejercitar la acción de
regreso, sea por falta de pago o por falta de aceptación, salvo si resultase de los términos del
título que el librador entendió exonerarse tan sólo de la garantía de la aceptación. Si en alguno
de los endosos se hubiese fijado un término para la presentación sólo el endosante que los puso
puede prevalerse.

Estos dos artículos analizados, nos quieren decir que habiéndose entablado una acción directa,
la falta de presentación, si hubiere ocurrido, no lo perjudica.

Sin más, me despido de ustedes.


Atentamente.
SORIA, DIANELA MARCELA. ABOGADA.

4. Delinear un esquema táctico orientado a sortear el obstáculo legal emergente del citado
decreto en cuanto a las ejecuciones individuales, el peligro que la demora en tales
actuaciones acarrearía para su mandante y la amplitud o índole de planteos que la
jurisprudencia ha admitido en los procesos ejecutivos.

Teniendo en cuanta, al derecho que dispuso la suspensión de las ejecuciones por el término de
180 días hábiles, se puede proyectar la siguiente estrategia: En primer lugar, debemos
establecer que tanto el pagaré como la letra de cambio, y al igual que el cheque, encuentran su
razón de ser en la existencia de la acción ejecutiva, es decir, en una protección del tráfico
económico. Se comprende que esta utilidad, en la cual reposa su inmenso prestigio, quedaría
reducida a la nada si la fuerza ejecutiva que la ley les reconoce quedara enajenada o suspendida.
En este caso, la obligación ha nacido antes del decreto emanado del Poder Ejecutivo Nacional,
que ha dispuesto la suspensión de las ejecuciones por el término de 180 días hábiles. Por lo cual,
las deudas que ya estuvieran vencidas y en mora con anterioridad a la entrada en vigencia del
decreto, deben ser solventadas.
Ello es así, ya que, de tomarse la tesis del deudor, se favorecería injustamente al moroso, el cual
por el simple arbitrio de dilatar el cumplimiento de la obligación a su voluntad vería
sensiblemente reducido el monto de la deuda.

You might also like