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EL DIABLO DE PUENTE DE PIEDRA

Cuenta la leyenda que una madrugada un hombre y su carreta, tratando de cruzar un río,
invocó al diablo y ofreció su alma a cambio de que le construyera un puente.

Apareció el diablo y le dijo: acepto… A lo que el hombre contestó: pero debera estar
terminado antes de que cante el gallo.

Y con velocidad escalofriante el diablo comenzó a construir el puente… Y viendo el hombre


que el diablo se apretaba para poner despaciosamente la última piedra con cara burlona, se
fue a su carreta, rebuscó en ella y sacando unos gallos los tomó a puntapiés y justo en el
límite del tiempo, uno de ellos cantó.

Con prisa cargó de nuevo la carreta y ya sobre el puente dijo adiós al diablo.

* El cantón de Grecia tiene un distrito llamado Puente de Piedra, su nombre se refiere a un


puente de piedra que, visto por debajo, se ve que falta una piedra justo donde cierra el arco.
De ahí nació esta leyenda.

La leyenda de “Puente de Piedra”

Se desarrolló en el distrito de Grecia. Pues bien, en este lugar hay uno de los puentes
naturales que posee Costa Rica. Es un puente de piedra, formado por la roca y, de donde
precisamente tomó el nombre el pujante caserío.

El nombre tiene su leyenda, y bastante bonita, posiblemente porque refleja la forma en que
un tico logró hacer que el diablo le incumpliera un trato para salir él con ganancia. Ya lo
saben los lectores, hasta don Sata pierde con los ticos cuando éstos se lo proponen.

Resulta que un campesino humilde, vivía en aquellos andurriales pero bastante dejado de la
mano por la diosa fortuna. Como cualquier otro deseaba disfrutar mejor de la vida sin tener
de donde echar mano. Ni siquiera un pariente rico y tonto para que le facilitara medio sin
alegrar nada más que parentesco, pero tuvo la osadía pensar en Luzbel al igual que muchos
actores centrales de nuestras leyendas.

Entra ambos llegaron a un entendimiento, como resultado del cual el paisano nuestro tendría
a partir de entonces una hermosa finca a cambio de su alma, ya sabemos pues es lo único
que le interesa a don Sata seguramente el alma de este humilde hijo de Grecia valía más
que otras, puesto que el diablo todavía se comprometió, además de adjudicar la finca a
construir un puente para que el campesino no tuviera dificultades a la hora de salir a la
ciudad, que es de suponer en aquella época no tendría categoría de villorrio.

Quedaron de acuerdo en que tal día a las cinco de la mañana estaría totalmente construido
el puente, de lo contrario el trato no tendría validez.

Todo quedó aprobado. El hombre de nuestra historia al día siguiente tuvo su finca y tres días
después tendría solucionado el problema de la falta del puente. No todo a caminar sobre
ruedas, especialmente para el señor que nos puntan con cuernos y cola larga, porque el
greciano, como buen tico de inmediato empezó a pensar la manera de burlarse del socio a
fin de salir ganancioso sin perjuicio posterior.

Y surgió la gran idea. El día fijado para la entrega del puente el consorte de las gallinas lanzó
su quiquiriquí unos minutos antes de que fueran las cinco de la mañana. Escasamente le
faltaba a don Sata la colocación de la última piedra para dejar totalmente construida su
extraordinaria obra de una sola pieza. Sencillamente nuestro paisano se habría valido de una
artimaña para obligar al animalito a cantar antes de su hora acostumbrada.

Porque el pisuicas le faltaba colocarla cuando cantó el gallo. Ahora dicen que muchos han
completado esa obra pero que al día siguiente aparece en el suelo la piedra con que se llenó
el hueco.
EL RATÓN CAMPESINO Y EL RICO CORTESANO
Un ratón campesino tenía por amigo a otro de la corte, y lo invitó a que fuese a comer a la
campiña.

Pero como sólo podía ofrecerle trigo y yerbajos, el ratón cortesano le dijo:

- ¿Sabes amigo que llevas una vida de hormiga? En cambio yo poseo bienes en abundancia.
Ven conmigo y a tu disposición los tendrás.

Partieron ambos para la corte. Mostró el ratón ciudadano a su amigo trigo y legumbres, higos
y queso, frutas y miel.

Maravillado el ratón campesino, bendecía a su amigo de todo corazón y renegaba de su


mala suerte.

Dispuestos ya a darse un festín, un hombre abrió de pronto la puerta. Espantados por el


ruido los dos ratones se lanzaron temerosos a los agujeros.

Volvieron luego a buscar higos secos, pero otra persona incursionó en el lugar, y al verla, los
dos amigos se precipitaron nuevamente en una rendija para esconderse.

Entonces el ratón de los campos, olvidándose de su hambre, suspiró y dijo al ratón


cortesano:

- Adiós amigo, veo que comes hasta hartarte y que estás muy satisfecho; pero es al precio
de mil peligros y constantes temores. Yo, en cambio, soy un pobrete y vivo mordisqueando la
cebada y el trigo, pero sin congojas ni temores hacia nadie.

Aquí tienes otras fábulas infantiles.

Fábulas con moraleja para niños


LA TORTUGA Y LA COMETA VOLADORA
Érase una vez, un conejito, una ardilla y un ratón que vivían en una aldea muy soleada del
bosque. Casi siempre brillaba el sol y todos los animalitos salían a jugar entre las flores y los
arbustos con sus juguetes. El conejito tenía una pelota con la que jugaban a muchos juegos
divertidos, la ardilla tenía una cuerda con la que todos saltaban a la comba y el ratón tenía
unos cuentos que leía a sus amiguitos cuando todos descansaban después de jugar.

Pasaban las tardes jugando y siempre estaban riendo. Nunca se enfadaban unos con otros,
se ayudaban en todo lo que podían y les gustaba compartir sus juguetes y divertirse juntos.
Pero un día, todo cambió…
Una familia de animalitos llegó a la aldea. Eran unas tortugas que venían de otro lugar y que
buscaban un nuevo sitio donde vivir. La tortuga más pequeña era de la misma edad que ellos
y tenía un juguete que nunca habían visto por la aldea. Era un juguete volador con una forma
muy extraña. La tortuguita lo hacía volar por toda la aldea mientras los animalitos miraban
extrañados. Hasta que un día todos se acercaron a preguntar:
¡Tortuguita, Tortuguita! ¿Qué es ese juguete?
La tortuguita los miró y respondió:
Es una cometa voladora
El conejito, la ardilla y el ratón se sorprendieron de ver aquella cometa y todos querían jugar
con aquel juguete tan divertido así que le dijeron:
¡Tortuguita, Tortuguita! ¿Quieres venir a jugar con nosotros y enseñarnos cómo jugar con tu
cometa?

Pero la tortuga, muy enfadada, les dijo:


¡No! La cometa es sólo mía. Vosotros no podéis jugar con ella.
Todos los animalitos se entristecieron y se fueron a jugar con sus juguetes mientras veían
como la tortuga se divertía con su cometa voladora. No entendían por qué la tortuguita no
quería jugar con ellos. Todas las tardes salían juntos a jugar con la pelota del conejito y la
cuerda de la ardilla y siempre terminaban escuchando los cuentos del ratón. La tortuguita no
se acercaba a ellos y jugaba sola con su cometa. Un día, mientras todos los animalitos
jugaban juntos, observaron como la tortuga se divertía con su cometa, pero algo ocurrió. De
repente, la cometa salió volando y se fue muy muy muy muy lejos y la tortuguita se quedó
triste porque no la encontraba por ningún sitio. El conejito, la ardilla y el ratón vieron como la
tortuguita se iba a su casa triste y se dieron cuenta de que en los días siguientes la tortuguita
no salió a jugar como acostumbraba.
Todos los animalitos pensaron que la tortuga estaría muy disgustada porque había perdido
su juguete así que pensaron que entre todos podrían hacer algo para ayudarla. Una tarde, en
vez de salir a jugar con sus juguetes, decidieron salir a buscar la cometa de la tortuguita.
Buscaron y buscaron y pidieron ayuda a todos los animalitos del lugar para encontrarla lo
más rápido posible hasta que por fin vieron que la cometa estaba en un árbol.
Llamaron a los pajaritos de la aldea para que volaran hasta la cima del árbol y entre todos
consiguieron la cometa voladora así que, muy contentos, fueron a buscar a la tortuguita para
darle una gran sorpresa.
Cuando llegaron a la casa de la tortuga, todos la llamaron para que saliera:
¡Tortuguita, Tortuguita! ¡Sal con nosotros! ¡Tenemos una sorpresa para ti!

La tortuga salió con el resto de su familia


y todos vieron que los animalitos de la aldea habían tenido un gesto muy bello con ellos. La
tortuguita, muy feliz, dijo:
¡Es mi cometa voladora! ¡La habéis encontrado!
Los animalitos devolvieron a la tortuguita su juguete tan preciado y muy contentos por lo que
habían hecho fueron a jugar. La tortuguita se quedó jugando con su cometa hasta que sus
papás se acercaron y le dijeron:
Tortuguita, los animalitos de la aldea te han ayudado a encontrar tu cometa y se han portado
muy bien contigo. ¿Por qué no juegas con ellos y les dejas jugar con ella? La tortuguita se
dio cuenta de que sería mucho más divertido jugar con el resto de animalitos y que a todos
los animalitos les haría muy feliz jugar con su cometa voladora así que se acercó a ellos y les
agradeció el bonito gesto que habían tenido.
Desde ese momento, todos los animalitos de la aldea jugaron con la tortuguita y
compartieron sus juguetes y la tortuga, muy feliz, les enseñó a jugar con su cometa voladora.
UNA HISTORIA ETÉREA
Hermosos jardines era la obra preferida del nieto del príncipe Genji, ya que en último lugar
allí se mostraba la ilustración de un jardín que parecía ser “el perfeccionamiento supremo de
la idea del jardín”, algo que “expresaba lo infinitamente simple mediante fuerzas infinitamente
complejas”. Por eso, cuando el único ejemplar del libro se perdió inexplicablemente, y tras
encargar a destacados académicos y eruditos la búsqueda, en apariencia inútil, de dicho
jardín, los castigos y ejecuciones abundaron entre los siervos del príncipe Genji con el fin de
encontrar al responsable de haberse robado el único ejemplar. No contento con ello, antes
bien sumamente desasosegado, el príncipe Genji decide sustraerse a la vigilancia de los
esbirros del palacio para ir en busca de ese lugar que acaso fuera mítico. Y es así que toma
el tren hacia Keihan para buscar en sus alrededores ese lugar que no ha sido mancillado
durante mil años por las miradas humanas, un lugar en donde se cree que hay un buda
mirando hacia atrás debido a las bellas palabras que profiriera un vagabundo profeta. Es
decir, comienza un viaje que podemos catalogar como novelesco, porque, como en todo
viaje, será el constante movimiento lo que dará sentido a su búsqueda más que el propio
lugar buscado que, paradójicamente, pasará desapercibido para el único personaje de esta
novela «etérea», en la que el viento, las calles, la naturaleza, la arquitectura e incluso un libro
que intenta quitar al infinito su manto de sacralidad, son quienes lo dotan de algo semejante
a un hilo narrativo.
“DESCONFÍAS DE TI, NO DE MÍ”
1.
2. Héctor: Novio inseguro que colma la paciencia de la chica.
3. Valeria: Novia hastiada de las inseguridades de su novio.
4. Alejandro: Amigo de Valeria con quien Héctor acusa a su novia de engañarlo.
5. Introducción: Valeria y Alejandro hablan animadamente en el salón de la casa de Valeria
cuando entra Héctor.
6. Valeria (rendo de la anécdota que cuenta): Alejandro ¿te acuerdas cuando íbamos al circo y
nos escapábamos para intentar tocar los animales?
7. Alejandro (rendo de buena gana): Claro que me acuerdo, más de una vez nos sacaron
regañados, obligándonos a volver a la carpa.
8. Valeria (Sin dejar de reír): Era muy divertido, ser niños es algo mágico.
9. De pronto escuchan la puerta y entra Héctor con cara de molestia mirando a Valeria de una
manera nada agradable.
10. Valeria (Relajada y sin entender que pasa): Hola amor, no sabía que vendrías.
11. Alejandro: ¿Qué cuentas hermano?
12. Héctor (Hablando irónicamente): Perdón por molestar, no sabía que mi novia estaba
ocupada.
13. Introducción: Valeria y Alejandro hablan animadamente en el salón de la casa de Valeria
cuando entra Héctor.
14. Valeria (rendo de la anécdota que cuenta): Alejandro ¿te acuerdas cuando íbamos al circo y
nos escapábamos para intentar tocar los animales?
15. Alejandro (rendo de buena gana): Claro que me acuerdo, más de una vez nos sacaron
regañados, obligándonos a volver a la carpa.
16. Valeria (Sin dejar de reír): Era muy divertido, ser niños es algo mágico.
17. De pronto escuchan la puerta y entra Héctor con cara de molestia mirando a Valeria de una
manera nada agradable.
18. Valeria (Relajada y sin entender que pasa): Hola amor, no sabía que vendrías.
19. Alejandro: ¿Qué cuentas hermano?
20. Héctor (Hablando irónicamente): Perdón por molestar, no sabía que mi novia estaba
ocupada.
21. Valeria (ya notando la molestia de Héctor e incomodándose): ¿Desde cuando molestas
cuando estoy con mi amigo Alejandro?
22. Héctor (sin dejar de incomodar con su manera de hablar): No sé, como ahora Alejandro
siempre está, el que debe sobrar soy yo.
23. Alejandro (notando lo tenso del ambiente): Bueno… yo me voy y los dejo para que hablen, te
llamo luego Valeria, cuídate.
24. Valeria (apenada): Disculpa Alejandro, está bien luego hablamos.
25. Alejandro sale de la casa y Héctor se sienta en el sofá como si nada pasara, Valeria molesta
se para frente a él.
26. Valeria (muy enojada): ¿Quieres explicarme que significa todo esto? Alejandro es mi amigo
de toda la vida ¿Quién te crees para venir a hacer insinuaciones y a incomodar con tus celos?
Cada vez es más difícil soportarte Héctor.
27. Héctor (enfadado): Todo lo que hago es malo, para ti cualquiera es más importante que yo.
Dices que son celos, no son celos ¿pero que hace Alejandro todo el tiempo contigo?
28. Valeria (ya irritada con la terquedad de Héctor): Yo conozco a Alejandro hace mucho, no
seas ilógico, si hubiese querido estar con él, tú no existirías. No voy a dejar de tratar a mi
amigo porque tú veas historias donde no las hay.
29. Héctor (enfadado por ver que no lograba hacer que Valeria le diera la razón): Bueno quédate
con tu amigo, aquí el que sobra soy yo.
30. Héctor se levanta sin dejar que Valeria hable y se va de la casa, Valeria sale de escena y el
lugar se queda solo, hasta que suena el móvil de ella y regresa a escena.
31. Valeria (respondiendo el teléfono y sentándose en el sofá): ¡Aló! Ah eres tu ¿Qué pasa ahora
Héctor?-
32. Se hace un silencio, mientras ella escucha lo que Héctor le dice.
33. -¿Que te dijeron que? mira Héctor, yo no voy a discutir eso por teléfono contigo, estas mal,
eres un celoso crónico, ahora es porque me vieron en la salida del cine, mañana porque no
respondí el móvil, ven a casa que necesito hablar contigo.
34. Valeria se queda en silencio revisando su móvil hasta que suena el timbre de la puerta, se
dirige a abrir y Héctor entra, esta vez con cara de víctima y tratando de suavizar la
situación.
35. Héctor (tratando de acercarse a ella): Hola amor, ya estoy aquí ¿Qué quieres que hablemos?
Por favor, no vamos a pelear, tú ves cosas que no son, yo te cuido, pero no porque sea un
celoso, anda deja de pelear y vamos a comer un helado.
36. Valeria (muy molesta y evitando que él se le acerque): No vamos a ir a ningún lado, siéntate
y escúchame Héctor.
37. Héctor resignado se sienta y ella aun de pie comienza a hablar.
38. Valeria (tratando de conservar la calma): Lo siento Héctor, pero yo ya estoy cansada de tus
historias que no son ciertas, de que veas cosas donde no las hay, de las acusaciones, que creas
que puedes perseguirme, acosarme, que todo el tiempo pienses que te engaño…
39. Héctor (tratando de interrumpir): amor eso no…
40. Valeria (molesta): guarda silencio Héctor, me dejas hablar. Es obvio que aquí hay mucha
desconfianza, pero no es que desconfíes de mí, desconfías de ti mismo. Eres tan inseguro que
no crees que puedes tener una relación donde la persona sea leal a ti, no crees merecerlo, pero
no puedes, no tienes el derecho de dañar a alguien porque no creas en ti. Lo siento Héctor
pero yo no puedo seguir contigo, quiero una relación donde pueda sentirme bien y donde
nadie me acuse de cosas que solo hay en su mente, no quiero seguir contigo, esto se terminó.
41. Héctor (casi suplicante): Valeria tú no puedes estar hablando en serio, yo no tengo miedo, si
confío en ti, pero si tú dices que hay cosas que cambiar, yo las cambio.
42. Valeria (convencida): No Héctor, la decisión está tomada, por favor vete y no vuelvas a
molestarme.
43. Valeria se dirige a la puerta abriéndola para que él salga, Héctor titubea un poco pero al
final sale resignado y Valeria cierra la puerta tras él, regresando al sofá, sentándose y
respirando profundo.

44. FIN
EL AMOR ERES TÚ

¡Quererte!, no había sido fácil palomita sagrada

¿Vivir en este mundo podrías tú amada mía?

Creo que no, muñequita mía.

Hoy siento un martirio en mi vida,

y las penas me consumen cada día,

por verte en mis brazos dueña mía.

Mi corazón sincero espera tu llegada,

en mis noches desconsoladas alma mía

y con ansiedad quiero beber el néctar de tu simpatía.

Mándame tu aliento de pasión hechizada,

en el filo del cuchillo dibujado de tu osadía,

que ya no puedo resistir esta angustia.

¡Te amo!, cuan a una mariposa revestida

porque cobijas la ternura de mi fantasía,

porque siento que te estoy amando con tanta ansía.


BELLA
Como en la piedra fresca
Bella,
del manantial, el agua
tus senos son como dos panes hechos
abre un ancho relámpago de espuma,
de tierra cereal y luna de oro,
así es la sonrisa en tu rostro,
bella.
bella.
tu cintura
la hizo mi brazo como un río cuando
pasó mil años por tu dulce cuerpo,
Bella, bella.
de finas manos y delgados pies no hay nada como tus caderas,
como un caballito de plata, tal vez la tierra tiene
andando, flor del mundo, en algún sitio oculto
así te veo, la curva y el aroma de tu cuerpo,
bella. tal vez en algún sitio,
bella.
Bella,
con un nido de cobre enmarañado Bella, mi bella,
en tu cabeza, un nido tu voz, tu piel, tus uñas
color de miel sombría bella, mi bella,
donde mi corazón arde y reposa, tu ser, tu luz, tu sombra,
bella. bella,
todo eso es mío, bella,
Bella,
todo eso es mío, mía,
no te caben los ojos en la cara,
cuando andas o reposas,
no te caben los ojos en la tierra.
cuando cantas o duermes,
Hay países, hay ríos
cuando sufres o sueñas,
en tus ojos,
siempre,
mi patria está en tus ojos,
cuando estás cerca o lejos,
yo camino por ellos,
siempre,
ellos dan luz al mundo
eres mía, mi bella,
por donde yo camino,
siempre.
bella.
EL MAR

Es el mar contra el mar:


un maricidio.
Una sublevación de costa a costa.
Se levantó el Levante. Se amotinó el timón.
La historia, un pentimento.
El caballo deforme
galopa con seis patas.
Recuerda el cielo raso, un toldo y poco más.
La memoria se seca
como ropa tendida, se destiñe
como algo que lavamos muchas veces.
Lo mandaron al Ebro.
Sobrevivió en Belchite.
En Játiva los miembros colgaban de los árboles.
Los pusieron en fila.
Echó a correr y ya no se detuvo.
Seguía corriendo aún muchos años después.
De esa arena nacieron estas playas.
Desembarqué dos veces. Refundé lo que nunca
debió ser revocado: el imperio del sol
donde siempre amanece,
donde está amaneciendo,
donde ya viene el alba, donde acecha la aurora.
¿Es que acaso no veis que empieza a clarear
allá a lo lejos,
no veis lo que promete el nuevo día?

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