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UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO

FACULTAD DE INGENIERIA CIVIL Y ARQUITECTURA


ESCUELA PROFESIONAL DE ARQUITECTURA Y URBANISMO

DOCENTE:
SERGIO JAVIER CASAPIA OCHOA

PRESENTADO POR:
PEREZ CHOQUE GUIDO ADOLFO

CURSO:
Historia de la arquitectura antigua y media

TEMA:
Ciudad de Amarna y el templo de Ramses II

SEMESTRE:
III

GRUPO:
B
AMARNA
(La ciudad mágica de Atón )
Amarna (el-Amarna o Tell el-Amarna) es el nombre árabe de una región situada en
la ribera oriental del río Nilo, célebre por ser el enclave donde se edificó la ciudad
egipcia de Akhetatón a mediados del siglo XIV a. C., la nueva capital de Egipto
El trazado urbanístico de Amarna

A pesar de que la ciudad fue alzada en una franja del desierto absolutamente llana,
los arqueólogos opinan que no debió haber ningún proyecto de diseño previo del
conjunto antes de proceder a su edificación. El centro del desarrollo urbanístico fue,
como era habitual en las ciudades egipcias, el área de los templos. En este caso, se
estableció además una especial consideración a los palacios de la familia real y a los
edificios administrativos, que dieron como resultado la creación de un marco urbano
especial no conocido antes en la tradición arquitectónica egipcia..

El eje principal de la nueva ciudad consistía en una larga avenida, llamada en los
textos ‘camino real’, que unía la parte central de la ciudad con el barrio norte.
1-Casa Principal Servidor Atón 10– Jardín Harén Norte 19– Talleres
2– Santuario 11– Jardín Harén Sur 20– Taberna
3– Estela 12– Gran Sala Columnada 21– Cuarteles Militares
4– Patio de Matanzas 13– Mansión de Atón 22– Cuartel Policia
5– Gem pa Atón 14– Santuario 23– Residencia Real
6– Mesas de Ofrendas 15– Almacén Servicio de Atón 24– Puente
7– Casa de Regocijo 16– Archivos 25– Capilla Estatua
8– Panadería 17– Casa de la Vida
9– Almacenes con provisiones 18– Oficinas de Escribas
El barrio norte.

El área septentrional de la ciudad estaba construida alrededor de un enorme y sólido


edificio, el Palacio de la Ribera Norte, que estaba protegido por una gran muralla de
fortificación. Allí residía el monarca, era su morada privada.

De este modo el rey, totalmente separado y retirado del bullicio del resto de la
ciudad, podía encontrar el místico contacto con su padre ‘El dios Ra Hor-Ajty, quien
se regocija en el Horizonte en su nombre de luz solar que está en el (disco) Aton’.

En el camino hacia el centro de la ciudad se construyó un palacio, hoy llamado por


los arqueólogos Palacio del Norte, residencia real independiente que miraba hacia el
río. En su interior había amplios salones oficiales de recepción, dependencias
privadas que constaban de un dormitorio y una sala de baño y un templo solar al aire
libre con jardines y patios, cuyas paredes se adornaban con escenas de brillantes
colores inspiradas en la naturaleza. Allí se guardaban animales y aves. Su dueña
era, según todos los indicios la bella Hija Real Merit-Aton.

Pasado el palacio, el camino real atravesaba finalmente la primera de las zonas con
gran concentración de edificios, el barrio norte, e iniciaba una suave ascensión hacia
la meseta baja sobre la que se alzaba la ciudad central.

El barrio central.

La ciudad central se alzaba sobre una de estas altiplanicies, y estaba distribuida en


torno al extremo del tramo principal del camino real .Allí se alzaba la gran masa de
las viviendas de los habitantes de Amarna. La gran mayoría de los nobles, los
representantes de la burguesía y los más humildes convivían de modo extraño en un
entramado urbanístico que mezclaba todas las realidades sociales de la ciudad. Las
casas de Amarna se desarrollaban hacia el interior de sí mismas. Se puede
considerar que existía cierto concepto ‘igualitario’ entre las moradas ricas y las más
modestas que solo se diferenciaban por el tamaño y la complejidad de la
distribución.

La vivienda arquetípica era de planta cuadrada y en ella se distinguían claramente la


parte pública de la privada. Una amplia sala central con columnata y una galería
estaban dedicadas a recibir a los visitantes y a hacer la vida común de familia;
bancos de ladrillo, braseros, mesas de ofrendas y amplios nichos para colocar las
imágenes de los reyes o las estelas de culto al Aton amueblaban esta zona. Las
dependencias privadas se desarrollaban en torno a la sala central. Los dormitorios,
los cuartos de baños y las letrinas ocupaban esa zona de la casa.

El Gran Palacio.

El Gran Palacio se encontraba junto al extremo oeste de la ciudad y posiblemente


alcanzaba toda la extensión del terreno actual hasta el río. Contenía una zona
privada con acogedoras salas y patios, pintados de brillantes colores. Pero el eje del
edificio en dirección norte-sur lo constituía un enorme patio en el que se habían
incluido colosales estatuas de Aj-en-Aton; a su alrededor se alzaba un dédalo de
salas, patios menores y otros monumentos.

Pórticos, rampas de acceso entre estancias, columnas, todo ello estaba construido
con piedra de diferentes clases; este esplendor se completaba con pavimentos de
alabastro traslúcido y, en otras ocasiones de barro seco sobre el que se habían
insertado finas pinturas sobre estuco que, con sus brillantes colores y
representaciones reflejaban un inigualable impulso de vida.

En el año decimoquinto del reinado este edificio, que parece que estaría dedicado a
las recepciones y al despacho con los funcionarios de la administración, fue
ampliado en su parte sur. Allí se construyó una sala posiblemente para realizar los
ritos de la coronación de Se-Menej-Ka-Ra, sucesor y corregente de Aj-en-Aton que
contenía 544 columnas de ladrillo mientras que sus paredes estaban decoradas con
placas de cerámica vidriada esmaltada en diferentes y vivos colores.

El Gran palacio se encontraba comunicado con la Casa del faraón, una residencia
más pequeña a la que se accedía por un puente que cruzaba sobre el camino real.
Era el lugar de despacho del monarca y estaba dotado con un gran mirador, llamado
‘La Ventana de las Apariciones’; allí se realizaban magníficas ceremonias en las
cuales eran recompensados los más fieles funcionarios y adeptos a la nueva religión
quienes recibían del rey y su familia magníficos collares de oro y otras distinciones.

El Gran Templo del dios Aton.

Contrapuestos al Palacio Real, albergando entre ellos la Casa del faraón , y al otro
lado del camino real se hallaba la gran zona de los templos de la ciudad.

El más septentrional era el Gran Templo del dios Aton. Ocupaba una enorme
superficie de 229 metros de ancho por 730 de longitud. Estaba orientado en
dirección este-oeste. Se penetraba en él traspasando dos pilonos construidos con de
ladrillo, tras los cuales se alcanzaba el interior de un edificio de dos construido con
bloques de piedra, y que los textos llaman ‘Casa del Júbilo’.

Una sala hipóstila servía de acceso a una serie de patios construidos al aire libre
que configuraban el segundo edificio que llevaba el nombre de ‘Guem-Aton’, el lugar
donde el dios Aton residía. Allí se alzaban trescientas sesenta y cinco altares
cuadrangulares construidos en piedra y destinados a recibir las ofrendas cada día
del año.

Dentro del recinto del gran Templo de Aton existía otra dependencia que recogía en
su centro un altar tronco-piramidal en cuya parte superior se alzaba una especie de
dolmen erecto, pulido y con la punta redondeada, la llamada piedra Ben-Ben que
evocaba el símbolo sagrado del sol existente en el templo de Heliópolis, en el norte
de Egipto.
El pequeño Templo de Aton

Pasada la Casa del faraón, en dirección al sur y siguiendo el camino real se alzaba
otro templo de menores dimensiones dedicado al dios Aton, denominado ‘La
Residencia del Aton’. Edificado junto a la Casa del faraón, se trataba de una réplica
a menor escala del Gran Templo de Aton, quizás dedicado a la celebración de culto
privado para el faraón y su familia y allegados. Con un muro perimetral dotado de
regularmente de especie de torres, la entrada principal estaba protegida por dos
pilonos. En el centro del primer patio había una gran plataforma de las llamadas
‘toldo’. Traspasados otros dos pilonos se accedía al santuario de piedra, semejante
al del Gran Templo.

El Maru-Aton.

La ciudad tenía su límite final a la altura de la actual aldea de El-Hagg Kandil. A partir
de aquella zona existía otro gran espacio urbano sin construir que alcanzaba hasta
las estelas fronteras de la zona sur y que, seguramente, se había reservado para
edificar otros edificios que se harían necesarios más adelante. Entre estos edificios
aislados destaca el llamado ‘Maru-Aton’. Estructurado en dos grandes patios
protegidos por grandes muros, contenía unos estanques de clara finalidad ritual,
dada su escasa profundidad. A su alrededor había otros pabellones y un grupo de
santuarios, en medio de unos hermosos jardines; dentro de los santuarios se alzaba
un grupo de mesas de ofrendas situadas, a su vez, en una isla artificial rodeada por
un foso poco hondo.

Los otros lugares de la ciudad.

El resto de las edificaciones y zonas urbanas de la ciudad del Amarna consistían en


algunas estructuras dispersas tales como otro edificio religioso, el llamado Templo
Sur, junto a la actual Kom El-Nana, cuyo elemento central era una construcción de
piedra, parcialmente rodeada por un jardín con árboles. Acogía en su interior una
serie de construcciones destinadas a albergar diferentes servicios tales como una
panadería y talleres destinados a fabricar diversos artículos.

Otras estructuras componían el conjunto de la gran ciudad del rey Aj-en-Aton. Al


norte, entre el Gran Palacio privado y las escarpaduras de las colinas se había
alzado una gran estructura de barro y adobe que se destinó a celebrar la Gran
recepción llevada a cabo por el rey, a la muerte de su padre el gran Amen-Hotep III.
Allí se dio cita toda la corte, para que el rey recibiese la pleitesía de todos los
embajadores y representantes de los reyes y príncipes vasallos del mundo
conocido.

La ciudad de los obreros se alzaba, como una especie de barriada aparte en la zona
este de la ciudad. Se trataba de recinto cuadrado, de setenta metros de lado, con
una sola calle de acceso en su parte sur, que contenía las viviendas destinadas a
albergar los obreros que construyeron la gran ciudad y sus necrópolis. Una ciudad
egipcia siempre tenía en su cercanía su necrópolis.

En Amarna el rey ordenó construir las tumbas para sus fieles y funcionarios
excavando hipogeos en la ladera de la montaña oriental. Allí agrupada en dos
concentraciones, la de la parte norte y la del extremo sur, se dispusieron las
moradas de eternidad de los habitantes de la ciudad del Disco.

El rey y su familia se harían enterrar en una gran tumba excavada al final de un Uadi
que hoy recibe el nombre de Darb El-Melek, en referencia al mismo faraón.
Allí seguiría reinando, según sus planes, durante toda la eternidad sobre su
Horizonte de Aton en Amarna.

El sol comenzaba su declive al otro lado del Nilo. Era el momento en que todos los
habitantes de la mágica ciudad de Amarna se retirarían a su moradas nocturnas.
Era, también, el momento de concluir la visita de aquél extraño lugar y retornar a la
realidad.
La noche acogió a los peregrinos de Egipto a la espera de otro amanecer por el
oriente.
TEMPLO DE RAMSÉS II (ABU SIMBEL)

El Templo de Ramsés II o "Templo Mayor de Abu Simbel", fue construido bajo el


mandato del tercer faraón egipcio de la Dinastía XIX Ramsés II.. Está considerado
como uno de los más célebres de todo Egipto. Forma parte junto con el Templo de
Nefertari, del complejo de Abu Simbel.
El templo se empezó a esculpir hacia el año 1284 a. C. y se finalizó, veinte años
después, hacia el año 1264 a. C. Es uno de los seis templos excavados en la roca
que se edificaron en Nubia durante el largo reinado de Ramsés II. Abandonado
durante siglos, en 1813 el suizo J. L. Burckhardt lo visitó y a su vuelta a Europa
narró su descubrimiento al explorador italiano Giovanni Belzoni, el cual viajó al lugar
pero no pudo acceder al templo, por lo que volvió en 1817, despejó la entrada y se
llevó todos los objetos que encontró y pudo transportar.
Como consecuencia de la construcción de la presa de Asuán en 1964 el Templo de
Ramsés y el de Nefertari se desmantelaron para volver a ser reconstruidos en una
zona próxima, 65 metros más alta y unos doscientos metros más alejada.

Arquitectura

 El templo es una construcción de tipo speos, (edificación excavada en la


roca).
 Altura de la fachada:30-33 metros aproximadamente
 Anchura de la fachada: 38 metros.
 En la fachada están esculpidas cuatro estatuas colosales de Ramsés II
sentado en su trono con el nemes y la doble corona del Alto y Bajo Egipto.
 Cada estatua mide 22 metros de altura.
 A los pies de las 4 figuras se encuentran diversas estatuas menores de varios
miembros de la familia del faraón:
 Tuya, madre de Ramsés II y el príncipe Amonhorjepeshef (primer coloso de la
izquierda).
 Las princesas Bentata, Nebettauy y Senefra (segundo coloso de la izquierda).
 La reina Nefertari, la princesa Beketmut y el príncipe Riamsese (primer coloso
de la derecha).
 La princesa Nerytamun, Tuya y Nefertari (segundo coloso de la derecha).
 El interior del Templo se divide en diversas estancias: Santuario, sala de
ofrendas, pequeñas salas contiguas, pronaos, vestíbulo y el templo solar.

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