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En el siglo XIX los geólogos pudieron establecer las edades relativas de las rocas sedimentarias
gracias a los principios estratigráficos de Nicholas Steno y al principio de uniformidad de James
Hutton. Pero para construir una columna estratigráfica global necesitaban otra herramienta que
les permitiera unir columnas de estratos de diferentes partes del mundo y relacionarlas entre si.
Es así que nace la bioestratigrafía, conozcamos un poco más sobre esta interesante disciplina.
La bioestratigrafía nació para dar una solución a estos y otros problemas que se le plantearon a los
antiguos geólogos. William Smith, un ingeniero civil inglés, propuso en 1796 añadir el principio de
sucesión faunística a las sucesiones estratigráficas de Steno y Hutton.
El principio de sucesión faunística postula que las unidades litológicas han de presentar una serie
de fósiles característicos, que solo se presentan en dicha unidad y no se repiten en ninguna otra.
Los fósiles característicos deben ser diversos y además presentarse en diferentes tipos de rocas.
De entre los fósiles representativos, los mejores para la datación relativa de las rocas son, los
denominados, fósiles índice (fósiles guía). Estos fósiles se presentan en una gran extensión
geográfica, son comunes y están bien conservados y por último las especies deben aparecer en
cortos periodos de tiempo, aunque el género debe permanecer por mucho tiempo. Para la escala
de tiempo geológico, las especies aparecen y se extienden prácticamente en el mismo espacio de
tiempo.
En contraste con los fósiles índice, los fósiles de facies son aquellos que aparecen asociados a una
roca concreta, pero han permanecido casi sin cambios durante un periodo muy largo de tiempo.
Biohorizontes y biozonas
Cada fósil aparece en un grupo de estratos concreto, ningúna roca más inferior o superior en la
columna estratigráfica vuelve a contener los fósiles de esta especie. Las superficies litológicas que
limitan la presencia de un fósil son los biohorizontes. Hay dos tipos de biohorizontes, los de
primera aparición y los biohorizontes de última presencia.
Normalmente una especie va evolucionando y poco a poco deja de estar presente, mientras que
sus diferenciaciones siguen el camino evolutivo, en este caso los horizontes son difusos. Pero en
algunas ocasiones se dan procesos de extinción masiva, que eliminan en un corto periodo de
tiempo, gran parte de las especies, como es el caso de la gran extinción de los dinosaurios que
marca el final del periodo Cretácico. Los biohorizontes de extinciones masivas son mucho más
claros.
Las biozonas son las unidades litológicas que presentan un fósil indice, o su contenido
paleontológico. Hay varios tipos de biozonas.
Las biozonas de conjunto representan la asociación de varios fósiles de forma natural en una
sección estratigráfica.
Las biozonas de apogeo, que marcan la máxima abundancia de una especie, género e incluso la de
una familia.
Las biozonas de intervalo representan las rocas entre dos biohorizontes de distintos fósiles.
La Micropaleontología es la parte de la Paleontología que estudia los microfósiles,
fósiles de tamaño microscópico. Es una especialización transversal de la Paleontología que
surge por motivos prácticos y técnicos, pues posee sus propios procedimientos y técnicas.
1. Micropaleontología
Los procariotas y protistas fósiles, por su carácter microscópico, son los organismos
propios del objeto de estudio de la Micropaleontología.
Ostrácodos fósiles
Calpionelas
Los conodontos están formados por fosfato cálcico, por lo que se los relaciona
con los restos de vertebrados y sólo aparecen en el Paleozoico y el Triásico. Son
pequeñas piezas denticulares, que aunque en un principio no se pensó que eran
dientes, por su crecimiento centrífugo y no poseer canales pulparios, hoy se sabe
que sí lo son, al encontrarse en la década de los 80 restos de los animales que los
tenían, siendo cordados anguiliformes herbívoros, usando los dientes para filtrar.
El tema está sujeto a un gran debate.
La Palinología es la ciencia que estudia los pólenes y las esporas, siendo una
ciencia emparentada con la Botánica, la Agronomía, la Medicina, la Arqueología,
etc. En el ámbito micropaleontológico se ocupa de los microfósiles orgánicos no
mineralizados o palinomorfos. Estos restos, no obstante, han sufrido un avanzado
proceso de polimerización, que lo ha hecho resistentes a la oxidación. Por
tanto, palinomorfos, son los restos de polen y esporas que no han sido afectados
por procesos de oxidación. Cuando se destruye el protoplasma de los organismos y
por tanto su forma, es la Geoquímica sedimentaria quien posee la competencia
sobre su estudio. El polen de las fanerogamas equivale a una microspora. Dado que
el objetivo del polen es conseguir su dispersión, se encuentran en todo tipo de
sedimentos, incluidos los marinos. Las primeras esporas se encuentran en el
Silúrico, dándose un gran desarrollo y diversificación en el Carbonífero.
Las dinofíceas son algas unicelulares, pirrofitas que presentan una gran variedad
morfológica. Los dinoquistes son quistes de peridíneas, que se han encontrado
desde mediados del Paleozoico, pero no son frecuentes hasta el Jurásico medio,
presentando su mayor diversidad en el Cretácico superior.