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Hour, Frangois, Op. cits p 181-182 Tid, pt hid, 183 Hem: thi, 183-184 Mid, i, p18. 1 V,Mehamed'T. Bensads, “Una sproximacin socihistrica alas teologias isi MOM a libercion” en Frangois Hloware, Relgone: ss concepor fundamentals, + ‘Mexico, Siglo XXI, 2002, pp.90-133 8 Howart, Frangos, Mercado y eligi, p. 74 © Mo Sung, Jung, Op. cit, p. 53-54 8, Thi p54 fem * fdem. s 2 thd, 9 S88 hid, 98. Ibid, p58. (erpessinc copys CowTéncisn | aieUng a (TPO*> Merénsiew (NSS Laveasy Cenistevap (pac% Cedpera * , Cm (¢ ww lesp \GS2 F Bere (LIV Se SHisiles, ND Pep Chaves CUBA oad 10,006 La guerra fria Breves apuntes para un debate Rucanoo Rinena Departamento de Filosofis UCA, San Salvador 'RESUMEN: La goers is que cups el ABSTRACT: Cold wa el corre del debate politico el tegen ofthe political debates inthe est half of vita del tthora petence al “Dominio dela bistora, No por ello deja de ser una cue samamentedivcatida, El aator propone sna mirada decnjunto «t dicha dpaca, desde tres perspctos 1a gue se ubica en la perspective propia dd Legere fr la del bustorador, que Interpret err bechos desde el prevent: ade wm andl dsldtico de los bechor Fierios 30> century, Now, it belongs to itor Neoethelen, ii mall avery diseased lime. The author propoes pananamic ‘ew 0th epoch, from three pepectoes, the penpective that belonged the Cold War time: the historians perpetion, sao inerrets the facts of pst from the Fee a eal etek te El problema de la guerra frfa se mantuvo en el debate durante la segunda mitad del siglo XX. Ha dejado de ser un tema porque el con senso generalizado es que ya termin6. Hay unanimidad en esa opinion. Sin embargo, la cuestién de la guerra fia se presta para muchos inte- trogantes para los que no hay respuesta 0 que incluso ni siquiera han Sido formulados. Ahora que ha ido perdiendo interés para ls politicos y periodistas, es momento propicio para que el historiador retome esta Temdtica. Justamente porque ya no vivimos en tiempos de guerra ria, porque ya salimos de ella y porque desde su conclusién seré posible Shora una mirada de conjunto a esa época, que nos ofrezca una nueva yy mejor comprensin de la misma. er ‘agora Vamos a abordar la guerra frfa desde una triple perspect mer lugar, desde la visin tradicional, es decir, la que se si pectiva de aquel periodo, tratando de reconstruir los aconte: la forma como éstos fueron vividos y percibidos. Es una perspectiva del pasado en sentido dabil, 0 sea, cuando éste era un presente. Lo que se pensaba de la guerra fria mientras ésta transcurria ha de ser para noso- tos —situados en el siglo XI, es deer, en un futuro respecto aquells €poca— simplemente otro dato histérico a tomar en cuenta. Dato que debers relativizarse en tanto desde nuestro hoy, sabiendo cémo culminé la guerra fea, es posible adverte aspeptos que resultaban opacos, sino invisibles, cuando su proceso no habia ain terminado. La segunda perspectiva ex del pasado en sqntido fuerte, el fasade en tanto que pasado, analizadg desde nuestro presente. Podemos gspirar a captar La “légica” del fenémeno histérico y de su respectivo proceso, descubrir en él lo que estaba oculto. También podemos reexaminar la cronologia habicualmence aceptada, tanto en lo que respecta al inicio « arranque de la guerra {ria, como con respecto a su culminacién o final. El desconocimiento de la historia “que se esti haciendo” es un rasgo habitual, incluso esencial, del acontecer historico. De ahi la necesidad de que el historiador asusna esta segunda perspectiva, de mayor profuse didad que la primera y que constituye su negaciOn dialéctica, Laltercera perspectiva habri de ser la negacién de la negacién, al 3po que su superacién en cuanto es recuperacién y conservacion de las dos perspectivas anterigres, en el sentido de sintesis dialéctica de cls. El historiador se instal en el presente, no en su presunta fijeza, sino en tanto éste tiende a disolverse y resolverse en el futuro al cual se aboca. Esta perspectiva sefala un estilo de hacer historia que corces- pone con lo que Hegel llamaba historia conceptual o historia reflexive, Sinica capaz de la comprensién que requiere fa praxis, es decir, el inten- to de hacer conscientemente la historia. Se rata de preguntarse por el conéepto, en este caso por el concepto'de “guerra fra” y plantearse el problema de en qué consisti6 verdaderamente. Todo lo cual nos ha de lleva® de regeeso al punto de partida: aquella unanimidad en conside- rarla ya terminada, ésobre qué bases reales esté fundada? Caracterizar adecuadamente ese pasado ha de permitimos caracterizar en mejor manera nuestro presente actual y captar las tendencias en que se esboza conflctivamente el préximo futuro. cd 18,206 GPa guerra fria desde'su propia perspectiva) Se comenz6 a hablar de guerra fra en la coyuntura de 1946-47, poco después de terminada la segunda guerra mundial. Por otra parte, empe26 a hablarse del fin de la guerra frfa entre 1989 y 1991, en el periodo que va entre “a caida” del muro de Berlin y el subsiguiente desplome poli- tico de los regimenes de Europa del Este, hasta el momento en que la Unign Sovietca se pasé al capitalismo y abrazé el modelo occidental de democracia abandonando el sociasmo, su modelo sovistico y perdien- do incluso el ser una Unidn de Repiblicas. El final dela guerra fia ha sido interpretado como la derpota del “socialismo real” o también como cl triunfo del “mundo libre” capitalista y la vicforia de Estados Unidos sobre el coloso sovigtico. Sefialaria la superacién del mundo bipolar, el final de las Wdeologtas y Ia preponderancia de lds valores occidentales de democraciay libertad, derechos humanos y libre mercado, respeto a la propiedad privada y Estado de Derecho. Estos valores y a cosmovisi6n que entrafan tenderfan a volverse verdaderamente universales, una vez superada la contestacidn ideolégica y politica que el sistema enfrentaba desde el llamado campo de patses socialistas 0 “socialismo real”, (Orras amenazas y retos en la situscién internacional actual serfan propios de un tiempo de posguerra, en este caso “posguerra fria", ‘oscilando los analistas entre una optimista visién de una relaciva paz perpetua (Francis Fukuyama y su tesis del fin de la histofia) y los que adviérten de nuevos peigros (Samuel Huntington, con su planteamiento del “choque de civiizaciones"), El tiempo transcurrido muestra que la {guerra fra nos ha desembocado a un mundo unipolar que es dominado por Estados Unidos, convertido en hiperpotencia, un mundo en el que fnuevamente prevalece la tensién y la incertidumbre tras a estrategia imperial de “guerra al verrbrismo”. ‘ ‘Asimismo de continua tensién habian sido los euarenta y tantos aos de guerra fra, en modos e intensidades diferenciados en el tiempo. En este periodo, considerado como proceso, pueden distinguirse cuatro ‘tapas consecutivas. La primera es la “contencién’. La sigue la “disten- sin’. A continuaciGn viene la etapa de a “coexistencia pacifica” y, por iltimo, los tiempos de la perestroika o “cooperaciOn entre sistemas” Li evoluciéa del proceso de guerra frfa en su conjunto muestra un movimiento historico que partiendo del méximo tensionamiento y del riesgo real de guerra nuclear tiende a suavizarse progresivamente, hasta 629 ia goat cculminar en una etapa donde los acercamientos, el didlogo y la coopers ion puntualdsuelven ls tensiones y desembocan en una relacién entre fas superpotencias que aleja el peligro de una confrontacién. Vamos = cepa ripida y puntualmente cada wna de estas cuatro etapas de la guerra fria, 1.1, La etapa de la contenciéa ‘Arranea un par de afos después de concluida la segunda guerra mundial, A pesar de haber sido aliados frente a la Alemania nazi y del acuerdo para un nuevo orden mundial, aeanzado en consecutivas conferencias presidenciales en Teherin, Moscd, Potsdam y Yalta, las potencias vencedoras guardaban una profunda desconfianza murva. George Kennan, embsjador de Estados Unidos en Moscé, envio en 1946 un Larguisimo telegrama a su gobiemo donde proponia adoptar tina politica de “contencin” a fin de frenar la “expansion” que, segin ‘su apreciaién, constiuts la estrategia de Stalin. Por su parte, el primer ‘anero britinico Winston Churchill calificaba de “cortina de hierro” la ‘ivisign que dejaba “bajo el yugo soviecico” a la parte de Europa orien- fal liberada de los nazis por el ejército rojo (Checoslovaquia, Bulgaria Rumania, Hungria, Polonia y Alemania del Este). Un ao més tarde, cl presidente estdounidense Harry-Truman converti la contencién en Su politica oficial, como respuesta al supuesto expansionismo sovietico Walter Lippmann, periodista norteamericano, publicaba un libro con U titulo “Ls guerra fra", creando asi la expresién con que por més de ‘onrenta afos se designara la nueva situacién de tensién mundial. ‘La primera causa de las frcciones result6 dela patici6n de la Ale- mania ocupada en cuatro zonas, cada una administrada respectivament? pot los ejéritos norteamericano, biténico, francés y soviétco. Berlin, capital, fu igualmente dvidida en cuatro sectores. Pronto las tres po- cae occidentales empezaron unilateralmente a tomar iniiativas para Wenfeat sus zonas de ocupacion y preparar la devolucin de la soberania A pueblo alemin, sein un esquema de democracia liberal y de libre taurcado, Era algo no previsto en los pactos de los aliados pars la pos- fguereay que exclua ala zona bajo control ruso. Al surgimiento de usa Bera enoneda, el marco.alemén, de circulacién comin en las eres zonas residentales, los rusos respondieron impulsando otra moneda para el sector oriental. Tras la elecciones ims en la parte occidental que Seiminaron con [a ereacién de ls Replica Federal de Alemania, RFA, Gnimayo de 1949, contestaron proclamando en octubre del mismo afio a Repiblica Democritica Alemana, RDA. eee Tod 10,208 1 “Antes habian intentado impedir la consolidacién de un Berlin Oeste separado defiitivamente de Berlin Este, mediante un blogueo terest Dis auministros de viveres y materias primas que eran enviados desde th RFA, vtales para la supervivencia de la ciudad, situada en terstorio de la RDA, Desde junio de 1948 hasta mayo de 1949 Estados Unidos voneendifa un puente aéreo sin precedentes que transportaba diar mente mis de setecientas toneladas de suministros, para impedic la Sbsoreion de todo Berlin por parte de la RDA. Finalmente se negocié &i paso por ferocari y por carretera hasta Berlin Occidental. En una fare del ciudad funcionaba'el scialismo y en la otra capitalsmo, En la parte occidental dela urbe habla sociedad de consumo y altos cece, mientras en la otra habfa precios bajo subvencionados por el Estado asf como servicios de salud y educaci6n gratuitos. Alguie trabajar del lado occidental con un alto salar y resiir en el nent pagando un algule irisorio por su vivienda, Era insostenible, Nuevas Paeersnes en 1961 motivarian a las autoridades del Este a levancar un witro de separacién, que se constituiria en el méximo smbolo de la guerra feta y de la division mundial en dos bloques. Lar rvalidades sobre suelo alemén se extendieron bien pronto al resto de Buropa. Los paises del Este europeo y la URSS conformaron cevtnero de 1949 una Comunidad Econémica o COMECON, mis Giide llamada CAME. Era su respuesta al plan Marshall de Estados Unidos, que doné quince mil millones de délares en ayuda pars econstruscion a los pafses europeos devastados por la guerra, que a Tain Sovidtica rechazé aceptarcalificindolo de instrumento de ls hegemonis estadounidense. En abril del mismo afio Estados Unidos pramovla con pases de Europa occidental la Organizaién del Tratado eer Adlintico Norte, (OTAN), alianza militar contra el expansionismo La respuesta fue otro bloque militar en torno a Mosc, ¢o- soviida como Pacto de Varsovia, Exe mismo afo, la URSS consegula la Dasibs stémica, rompiendo el monopolio del arma nuclear mantenido por Erados Unidos desde 1945. Por otra parte el triunfo en oemabre por 949 de la revolucion china daba una dimensi6n realmente mundial {Tbloque socials, con lo que se extends el escenario de Ie guera ffs a todo el planeta. Colocado a la defensiva, Estados Unidos enardeci6 su ideologia andcomrunists El senador Mae Carthy lanzaba wna cruzada para [a antiffaacién en el pals de los comunistas. El macartismo emprendia ——— ingaratie lo que se conoceria como “caza de biujas”, en especial contra intelec- twales, periodstas, escrtores, cineasta y artistas en géneral, marcando uuna época de paroxismo ideoldgico. Ni siquiera los muy famosos 0 muy talentosos, como Charles Chaplin, escapaban de ser victimas dela histeria politica propia de esta etapa de la gueera fria. La caza de espias © de simpatizantes de la UniGn Soviérica se extendia a Europa, donde partidos comunistas legales fueron, expulsados de las coaliciones de gobierno en paises como Francia c Italia. La situacidn de mayor gravedad, no obstante, se vivi6 en el con nente asitico, Ante el avante de los comunistas coreanos, Estados Uni- dos; autodesignada “defensor del mindo libre”, decigié interven. El desembarco de sus tropas en el sur dela peninsula coreana logré en un , primer momento repliegue del ecto popular. Pep, aprovisionados por la UniGn Sovitica y con el refuerzo de cientos de miles de volun- tarios chinos, los comunistas lanzaron después un fuerte contraataque. Desesperado por no poder aleanzar la victoria, el general Mac Arthur al frente de las operaciones solicits reiteradamente autorizacin para utilizar la bomba atémiea y se opuso pablicamente al alto el fuego que negociaba el presidente Truman, Este consideraba que si ante cualquier conficto en el Tercer Mundo se uilizaba el arma nuclear la guerra fia ineviablemente conduciria a una confrontacin ftal con la otra super- potencia. Mac Arthur fue separado del mando y se iniciaon plitieas ‘con China y la URSS para una solucién de compromiso en Coréa que dieron fruto en 1953. Al final se adopts el modelo alemn: la peninsula

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