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PREÁMBULO
En Tacna, al margen de los poetas agrupados alrededor de la revista KILKA (Guido Fernández
de Córdova, Segundo Cancino, Marco Nóbel Villegas, Livio Gómez, Artidoro Velapatiño, Fredy
Gambetta y Luis Alberto Calderón Albarracín) en la década del 70 surgieron voces
independientes (Jorge Hugo Girón Flores, Luis Bocchio Rejas, Hugo Salazar del Alcázar, Martín
Parodi, Alberto Páucar, Osvaldo Vega Dinamarca, Giovanna Pollarolo, etc.) y una tercera
vertiente de poetas populares (Sabino Maquera, Fidel Miranda, Enrique Carranza Ramos,
Alfredo Alzamora, Roberto Pino Choqueapaza, entre otros) los que influyeron en la década del
80 para la formación de agrupaciones como el Centro Cultural Gonzalo Rose, el grupo literario
JUKU y la Asociación Cultura la Portada del Sol, en los que se dieron a conocer poetas como:
Antonio García Calizaya, Claudio Puma, Julio Castro Ancco, Alcy Zapata y Daniel Zavala Colque.
De estos últimos –los llamados poetas populares- poco se ha escrito. Han sido silenciados
sistemáticamente por el statu quo vigente. Una crítica integral debería valorarlos sin el
andamiaje elitista con que se suele desdeñar a esta poesía popular (proletaria y andina). A ello
debe sumarse la labor de los estudiantes, docentes, investigadores e historiadores, a quienes
también corresponde emprender este estudio.
ENTREVISTA
1.- ¿Háblenos de sus inicios literarios y del Grupo Cultural Juan Gonzalo Rose?
Empecé a escribir mis primeros versos por el año 1979 casi terminando la secundaria, en el
colegio San Martín de Porras. Algunos profesores me incentivaron. Hasta segundo año estudié
de día, los tres últimos años tuve que trabajar y estudiar de noche. Mi padre fue trabajador de
construcción civil, desde pequeño yo lo ayudaba, por eso me identifiqué con los trabajadores;
además eran tiempos difíciles, había mucha pobreza, recuerdo las interminables huelgas y
paros contra la dictadura de Morales Bermúdez, había malestar por todos lados…
indudablemente todo eso influyó en mi poesía.
A principios de los 80 nos organizamos un grupo de gente joven con la necesidad de hacer
nueva poesía en Tacna, queríamos hacernos escuchar. Fue una hornada de poetas de los
pueblos jóvenes, hijos de de inmigrantes puneños en su mayoría. Decidimos salir y demostrar
que los hijos del pueblo podíamos hacer poesía. Así, nos llamaron los poetas marginales. De
1979 a 1982 se formó el grupo literario “Expresión Libre” como antesala de lo que luego sería
el Grupo Cultural “Juan Gonzalo Rose”, conformado en 1983, en homenaje al gran poeta
recién fallecido un año antes. Recuerdo con afecto a los miembros del grupo: Claudio Puma,
Fidel Miranda, Enrique Carranza, Alcy Zapata, Fredy Mercado, Miguel Pacoricona, mi hermano
Hernán “Poncho” García, Juan Accineli, entre otros. También a quienes colaboraron con el
grupo y nos brindaron su apoyo: Honorio Morales Arce, Esperanza Martínez, Osvaldo Vega
Dinamarca, Efraín Choque Alanoca, Juan Pari, Nancy Chipoco y muchos más. El padrino del
grupo fue el poeta José Ruiz Rosas, quien estuvo el día de la inauguración. No olvido al
generoso periodista Juan Zegarra Macedo, él fue el impulsor de este proyecto a través de su
programa radial “Hola, juventud” y de los juegos florales radiofónicos que organizó con el
apoyo de Roberto Pino Choqueapaza. Con este Grupo Cultural hicimos innumerables
actividades en los pueblos jóvenes, organizamos recitales, publicamos libros, plaquetas,
antologías, etc.
A don Pepe Rosas yo lo conocí en 1981 en la universidad a través de Raida Callalle, ella me
animó a inscribirme en un taller de creación literaria al que asistieron muchos jóvenes,
obviamente el taller estaba a cargo de José Ruiz Rosas; nos pidió que escribiéramos un poema,
entre todos yo resulté ganador. A partir de entonces me dio aliento para continuar
escribiendo, le llevé mis cuadernos con mis primeros versos, me los corrigió y los publicó con el
título de “Lluvia” en 1982, eligió ese nombre por la variedad temática que presentaban mis
poemas. Ese fue mi primer libro, la publicación fue posible gracias a la Universidad Jorge
Basadre. Pepe Rosas fue muy generoso conmigo, me enseñó algunas técnicas para escribir
mejor, me trató mucho más que a su alumno.
4.- ¿A qué se dedicó en aquéllos años y cómo vivió durante la dictadura de Fujimori?
POEMA 4
En mi casa a medianoche
siento hambre como ayer;
y es que el salario es pura ceniza
en las esquinas.
POEMA 7
Veinte siglos
y aun el incendio persiste;
tantas palomas han quedado enterradas
en el bosque de señales.
Lo miro y no lo creo;
pero cuánto se ha bailado,
cuánto se ha sufrido,
cuánto se ha vivido,
cuánta sangre se ha derramado
que lo veo y no lo creo.
POEMA 12
Otro año que se agota
y siempre lo mismo;
ver arder las calles
por dentro y por fuera.
Los ríos agotarse en invierno;
otro otoño morir por el viento,
otro año que se pierde lentamente
como un pájaro herido.
POEMA 17
Cada día pienso
si algún día acabará el hambre
de la tierra, de las gentes enlutadas;
y en mi calles brillará el sol.
POEMA 21
Regreso incendiando mis miserias
en los más tristes comedores;
regreso con mis raíces pobladas
de sueños desde el alba.
Si pudiera inventar
tanta felicidad,
llenaría todas las horas de astros;
clavaría en las brisas,
toda esta felicidad inventada,
después toda esta lluvia
ya no importaría.
POEMA 25
A veces quisiera ser
el niño que cantaba entre los muros,
que soltaba palabras
como blancas mariposas,
que buscaba asilo en su jardín;
y ser el niño de siempre
y poblar toda esta soledad
con mi infancia.
POEMA 40
No sé si he vivido en este tiempo
o he de vivir en el futuro,
sólo de una cosa estoy seguro,
que mi poesía vive y sufre,
odia y crece.
DESDE AQUÍ
Te escribo desde aquí,
desde el fondo de la tristeza.
Amada: desde aquí,
desde donde blanquean los árboles
y se apagan las risas.
RÍO CAPLINA
Espejo
de las nubes,
brilla tu nombre
en el mirar
de la tierra;
taciturna y formal.
POEMA 1
Estoy velando
mi paraíso de huesos,
un pan,
una sonaja de pocos.
Y esta noche quieta
yo también
me estoy quemando
como un heraldo.
POEMA 5
Si las calles aquí están
con candado
entonces, éste no es el país que soñé.
POEMA 16
Y canta el río,
cantan las rosas,
cantan los huesos
aquí con urgencia.
POEMA 48
Invento una sonrisa,
un hombre sin tributo,
me invento yo mismo
un dolor para existir.
POEMA VI
Pastorala,
silenciosa ñusta,
cantora del ande
y el frío.
Tú guardas
en el corazón un cielo
dulce
como el ichu.
Mi hada amorosa;
mi voz
canta tu cuerpo
de oro;
pastora, pastorala.
POEMA XVIII
Que el poema viva,
que sea sol.
Que esté en los crepúsculos
de todos los mercados.
Que el poema
viva en las casa de cartón;
en el filo
de estas ausencias,
en la hierba alzada.
Que el poema viva
en la espuma
de los árboles,
que esté hecho
de lágrimas, de risa emponzoñada.
Que el poema viva
en el perfume
de nuestras oraciones,
en el anticucho roto,
en el pie
de unas astillas;
en la herencia
de la bella metáfora.
Que el poema viva
en los huérfanos
de miel;
en la alforja
de todos los hombres
libres del mundo.