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Odorologia Forense: Perspectivas Quimicas en un Ambito Canino

Article · July 2017

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Paola A Prada
Texas Tech University
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 ODOROLOGÍA
FORENSE:
PERSPECTIVAS QUÍMICAS EN
UN ÁMBITO CANINO
Dra. Paola
ALEXANDRA PRADA
Profesora asistente de Investigación
de la Universidad Texas Tech,
Instituto de Ciencias Forenses, en
Lubbock, Texas, Estados Unidos.
a huella olorosa humana, a veces
L
llamada “la evidencia olvidada”,
es útil en investigaciones don-
de otro tipo de evidencia, como
el ADN o huellas digitales, sim-
plemente no existe o no puede
ser utilizada. La base de la odorología forense es la
capacidad de recoger dicha huella olorosa humana
directamente en la escena del crimen, con el fin de
entablar una asociación con la huella olorosa de la
persona sospechosa. Esto es posible gracias a la
capacidad olfativa del canino, el cual discrimina y di-
ferencia esa huella olorosa bajo un protocolo de alto
rigor dentro de un peritaje forense.
18 PRIMAVERA-VERANO 2017
Avances en odolorogia UK-9 07.indd 2
El uso de equipos caninos en diferentes aplicaciones de
uso policial y militar es una de las mayores herramientas
en las ciencias forenses, la cual se extiende a misiones de
seguridad nacional a nivel global. Una de estas aplica-
ciones es la odorología forense
Antecedentes
La historia más sólida de esta técnica de rastreo comienza como parte de la escuela
canina dentro de la Policía Nacional de Holanda, en 1919. Posterior a éste, a princi-
pios de 1920 el protocolo en línea donde el perro discriminaba la huella olorosa se
realizaba con sujetos humanos reales en las filas para la identificación.
Gradualmente se modificó el procedimiento y se usaron objetos personales
como fuentes de olor para entablar la discriminación con el perro. Poco a poco, se
progresó hasta llegar al uso de tubos de aluminio como el objeto con la huella olorosa.
En la última parte de este desarrollo forense, la introducción del tubo de acero
inoxidable y la ejecución de verificaciones de control durante el procedimiento, han
resultado exitosas. El protocolo holandés actual se denomina “compruebe primero”,
y consiste en un método de alineación de dos filas que constan de siete olores cada
una. La primera prueba es una prueba de control, en la que el perro se prueba me-
diante una identificación positiva de un olor de control situado en ambas filas. Si se
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 identifican correctamente, se le presenta al ejemplar el corpus delicti, para así iniciar la
discriminación de olor del sospechoso. En la Figura 1 se resume este procedimiento.
Una característica única
Cabe mencionar que la utilidad y éxito de este procedimiento dentro del campo fo-
rense, reside en varios factores. Primero que nada, la hipótesis recae en la noción que
la huella olorosa humana es una característica física única de cada individuo y que
consecuentemente es dejada en cada locación, objeto o camino dentro del cual el
sujeto en cuestión ha estado en contacto.
Sin embargo, aunque en países europeos, como Holanda o Finlandia, la odoro-
logía es aceptada en cortes jurídicas, en otras naciones como Estados Unidos, aún
es un desafío su aceptación ante cortes de justicia, pues argumentan que hay una
limitada validación científica de esta técnica pericial.
Figura 1
Protocolo de compruebe primero: introducción de la huella olorosa de control más
siete más. Una es la del sospechoso, una de la huella olorosa de la persona de control, y
las cinco restantes son huellas olorosas humanas adicionales. El canino debe demostrar
habilidad para identificar la huella olorosa de la persona de control antes de dar positivo a
la huella olorosa del corpus delicti.
El desafío constante al presentar evidencia de olor humano radica en el cues-
tionamiento acerca de su detección, transferencia, colección y almacenamiento. A
menudo la única base es sólo el comportamiento y desarrollo del protocolo canino
en el momento de la discriminación; sin embargo, es de gran importancia respaldar
científicamente la evidencia de la huella olorosa humana.
Para poder extender el uso y ampliar la validación de la odorología forense, a
escala global se necesita también enfocar este tema dentro de una perspectiva quí-
mica para tener mejores herramientas acerca de su origen y óptimo modo de uso.
El conocimiento de la definición completa de la huella olorosa se extiende a factores
genéticos, ambientales y fisiológicos.
Líneas de investigación
En los últimos años, varias de mis investigaciones se han enfocado precisamente
en validar lo que el comportamiento canino demuestra en protocolos de discrimina-
ción, pero esta vez dentro de un laboratorio químico. Para ello, el enfoque del trabajo
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de investigación se ha concentrado en estudiar los
compuestos orgánicos volátiles (COV) que emanan
de la huella olorosa corporal humana.
Los compuestos volátiles del olor humano han
sido de gran interés no sólo dentro de esta pers-
pectiva forense, sino también como herramientas de
diagnóstico médico como biomarcadores de enfer-
medad y condición clínica.
Los COV emanan del cuerpo como una combi-
nación de varios procesos tales como: secreciones
glandulares en nuestra piel, factores externos apli-
cados a la misma (contaminación ambiental, cremas
aplicadas en la superficie, cosméticos, productos
de higiene corporal), y la acción de microbios en el
cuerpo humano. Por esto surge la necesidad de uti-
lizar métodos instrumentales robustos que sean ca-
paces de extraer estos volátiles de una forma eficaz
para validar e identificar su composición.
Huella olorosa y cromatografía
La base para analizar la huella olorosa humana em-
plea la cromatografía de gases acoplada con la es-
pectrometría de masas (GC/MS). Más aún, una forma
óptima para extraer estos compuestos orgánicos de
una forma simple y sin uso de solventes químicos, es
empleando la microextracción en fase sólida (SPME).
El método SPME se basa en usar una fibra cu-
bierta con una fase (un polímero o sorbente), que sirve
para la extracción de diferentes tipos de moléculas.
Después se extrae la misma cantidad de moléculas
que tiene la concentración, y la fibra de SPME es
transferida al puerto de inyección del instrumento de
separación y detección (GC/MS), donde el gas aban-
dona a este sólido gracias al fenómeno de desorción.
Este procedimiento se lleva a cabo bajo la hi-
pótesis de que el canino usa moléculas de carác-
ter volátil, disponibles en el ambiente inmediato a la
muestra, y que son únicas al dueño que las deposita.
De esta misma hipótesis, que vemos diariamen-
te cuando el ejemplar hace su discriminación en la
práctica de la odorologia forense, sacamos varias
preguntas por confirmar con la ciencia. Éstas inclu-
yen: la estabilidad de la huella olorosa en un indivi-
duo, las diferencias en la huella olorosa basado en el
material de colección de la muestra, las condiciones
de almacenamiento, y la viabilidad de desarrollar la
huella olorosa como una medida biométrica (similar
al ADN o las huellas dactilares), entre otras.
Olor humano, registro científico
Estudios preliminares en la investigación del olor
humano, usando la técnica SPME-GC/MS en mues-
tras de sudor axilar, demostraron diferencias cualita-
tivas entre ambos géneros, como también patrones
de distribución química que permitieron la diferen-
ciación de los individuos a través del uso de estos
compuestos orgánicos volátiles. En este estudio fun-
damental, se clasificó a la huella olorosa humana en
diferentes categorías.
El olor primario es estable a través del tiempo,
sin importar la dieta, ni el ambiente; un olor secun-
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 dario se genera por constituyentes relacionados a
la dieta y al ambiente. Finalmente, un olor terciario
proviene de fuentes externas, tales como lociones,
jabones o perfumes.
Para validar la capacidad de esta técnica de aná-
lisis, los estudios de laboratorio se enfocaron en la
huella olorosa de la palma de las manos, ya que en
perspectivas forenses es el área del cuerpo que tie-
ne mayor potencial de asociación con evidencia en
la escena del crimen. De 60 voluntarios en este estu-
dio, se identificaron 63 compuestos que se clasifica-
ron como frecuencia alta, media y baja dentro de la
población en el estudio. Compuestos de ocurrencia
alta incluyeron fenol, nonanal, y decanal, los cuales
estuvieron en 100% de todas las muestras.
Compuestos de frecuencia mediana incluyeron
geranilacetona, mientras que otros como heptanal y
octanal se identificaron en menos del 30% de los in-
dividuos estudiados. Este estudio reveló que, usando
técnicas estadísticas, se podía identificar al individuo
en > 99% de los casos, basando la identificación en
los componentes primarios de la muestra de cada
persona. Este trabajo ha sido pionero, ya que la meta
de demostrar la discriminación dentro de un marco
químico-instrumental se logró.
Líneas de investigación
complementarías
Exploración de las huellas olorosas en contacto con
otros materiales. Y como antecedente he tomado
prácticas que llevan a cabo en otros países, donde
cada uno tiene sus propios protocolos internos, y
donde nunca antes se había abierto una investiga-
ción específica para analizar cómo cambia la huella
olorosa en una variedad de textiles.
La forma de colectar una huella olorosa, para
un peritaje forense, normalmente hace uso de una
gasa estéril de algodón, la cual se pone en contac-
to con la persona u objeto de interés. Sin embargo,
en muchas ocasiones estas gasas tienen diferen-
tes tejidos o están compuestas por combinaciones
de textiles como algodón, rayón y poliéster, por lo
que la muestra no es tan fiel.
Es importante recalcar que las técnicas de co-
lección en la odorologia forense son distintas; por
ejemplo, se puede presentar al perro el objeto en
cuestión directamente, aunque este método intro-
duce riesgos de contaminación y puede destruir
otros tipos de evidencia.
También se puede colectar una muestra a través
de la técnica de la absorción pasiva, en la cual la gasa
se pone en contacto directo con el objeto de interés
y se cubre con papel aluminio para concentrar el olor.
Este proceso dura entre 45 minutos hasta 24 horas,
dependiendo del protocolo. Esta gasa después es re-
movida y guardada en frascos de vidrio para su uso
posterior en el procedimiento de discriminación canina.
También se puede poner la gasa o material de
colección cerca del objeto de interés, pero no en
contacto directo. Por ejemplo, una herramienta den-
tro de un frasco y un pedazo de gasa dentro del mis-
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Avances enpublication
View odolorogiastats UK-9 07.indd 4
mo. De este modo el material “absorbe” la huella olorosa. En Estados Unidos se usa
una aspiradora (STU-100), la cual se pone cerca de la persona u objeto de interés
para “succionar” la huella olorosa por medio de corrientes de aire. Su diseño permite
que sea portátil y práctico para uso policial, para mayor iñustración ver la Figura 2.
Las gasas que se utilizan para atrapar las muestras son después envasadas para
uso en la discriminación canina, de esta forma se puede obtener un mayor número de
muestras de un mismo sospechoso u objeto sin el riesgo de contaminación.
Figura 2
Caso estudio
Dentro de mi interés investigativo se formuló un diseño un experimento que evaluaba
no sólo el tipo de material de colección, sino también el método de colección y sus
efectos en la huella olorosa, y para ello se llevó a cabo un experimento.
La muestra de éste usó seis voluntarios (tres mujeres y tres hombres) para com-
parar cuatro tipos de materiales textiles (algodón, poliéster, rayón, y lana), y también
se compararon los métodos de colección (forma directa de contacto vs. el uso del
STU-100), dentro de un ambiente controlado de laboratorio.
El enfoque fue la palma de las manos, haciendo que cada voluntario se lavara las
manos y luego tomara entre las palmas un pedazo (2” x 2”) de material textil (forma
directa de colección). De igual forma, se le tomó a cada persona la muestra, pero
usando el STU-100 los mismo materiales textiles.
Los resultados de este experimento fueron fundamentales, ya que por primera
vez se estudió la composición de la huella olorosa en contacto con otros factores
contribuyentes y se concluyó que para ambos géneros, la masa de rastro oloroso fue
más alta en el algodón.
La forma directa de colección fue tres veces más alta que usando la aspirado-
ra para colectar las muestras. Revisando la forma directa de colección (el pedazo
de material entre las manos), un total de 58 compuestos orgánicos volátiles fueron
detectados del grupo de individuos, comparado con tan sólo 20 compuestos en las
muestras con el STU-100.
Más aún, usando técnicas de correlación estadística, se comprobó que el algodón
demostró la menor cantidad de errores en cuanto a pruebas de discriminación. Esto
quiere decir que cuando se emplea el algodón como material de colección, hay estadís-
ticamente menos probabilidad de confundir huellas olorosas entre distintas personas.
Como podemos ver en esta corta reseña, la huella olorosa humana y su uso en
la odorologia forense es una técnica que tiene mucha utilidad, pero también existen
muchos factores por entender para fortalecer su validez y máximo potencial. Con
tantos factores afectando su producción, colección, y su uso final dentro de una in-
vestigación judicial, es obviamente un procedimiento en pleno desarrollo.
Hay una gran necesidad de continuar con pruebas de laboratorio y en el campo,
y para ello se necesitará del intercambio entre agencias que implementan la técnica.
A medida que se estudien diferentes protocolos, un mejor entendimiento y mejoras
pueden ser efectuados directamente con los caninos.
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