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Núcleo atómico .

El primer indicio que llevaría al establecimiento de la existencia del núcleo atómico fue el
descubrimiento de la radioactividad por Antonie Henri Becquerel en 1896.
Una vez descubierta la existencia de los electrones, Thomson propuso el modelo del pudín
de pasas. En 1909, Hans Geiger y Ernest Marsden, un par de físicos, decidieron realizar el
experimento de la hoja de oro en colaboración con Rutherford para tratar de discernir si el
modelo de Thomson era correcto.
Rutherford refinó aún más su idea y propuso un nuevo modelo en el que los electrones se
encuentran orbitando en los alrededores del núcleo, similar a los planetas orbitando
alrededor del Sol, esto significó un gran paso en la comprensión de la estructura atómica. El
descubrimiento del núcleo atómico fue el inicio formal de la física nuclear.

Descripción del modelo.

El átomo posee un núcleo central pequeño, con carga eléctrica positiva, que contiene casi
toda la masa del átomo. Los electrones giran a grandes distancias alrededor del núcleo en
órbitas circulares. La suma de las cargas eléctricas negativas de los electrones debe ser
igual a la carga positiva del núcleo, ya que el átomo es eléctricamente neutro.
La mayor parte de la masa del átomo se encuentra en ese pequeño volumen central.
Rutherford no lo llamó “núcleo” en sus papeles iniciales pero lo hizo a partir de 1912.
Los electrones giran a altas velocidades alrededor del núcleo y en trayectorias circulares a
las que llamó órbitas.
Esposos Curie

Juntos estudiaron la radiactividad, demostraron que esta no era resultado de una reacción
química, sino una propiedad fundamental del átomo, pues es característico de los núcleos
de los átomos. Ambos descubren dos nuevas sustancias radiactivas: el radio y el polonio, y
se dan cuenta que son mucho más activas que el uranio.
Marie Curie junto con Ernest Rutherford, encontraron que la radiación que emiten las
sustancias tenían tres tipos de emisiones radiactivas y las clasificaron en :
→Los rayos “alfa” positivos.
→Los rayos “beta” neutros.
→Los rayos “gamma” negativos.

Antecedentes.
Tras las investigaciones de Geiger y Marsden, sobre la dispersión de partículas alfa al
incidir sobre láminas metálicas se hizo necesario la revisión del modelo atómico de
Thomson, se llegó a la conclusión de que el átomo no es macizo ni compacto como
suponía Thomson, sino prácticamente hueco y el núcleo es muy pequeño comparado con el
tamaño del átomo según demostró Rutherford en sus experimentos.

Limitaciones.
Este modelo se contradecía con las leyes del electromagnetismo de Maxwell las cuales
estaban ampliamente comprobadas, según Maxwell una carga eléctrica en movimiento
(electrón) debería emitir energía continuamente en forma de radiación con la que llegaría un
momento en que el electrón caería sobre el núcleo y la materia se destruiría, esto debería
ocurrir en un tiempo muy breve.

Partículas Alfa, Beta y Gamma.


·​ Alfa: está compuesto por dos neutrones y dos protones, su núcleo radioactivo
decae por la expulsión de “una partícula Alfa”. Su capacidad de penetración es
de centésimas de milímetro hacia la materia, debido a que su masa elevada le
permite una interacción más rápida pero menos penetrante que las demás
partículas.
·​ Beta: Al desintegrarse un neutrón se forman electrones, esto hace que la
masa disminuya y aumente su fuerza de penetración, pero solo avanza por unos
milímetros más que la radiación alfa.
·​ Gamma: carece de carga y masa, pues los fotones que la componen tiene
una masa invariante cero. Estas partículas al igual que los rayos X tiene una
capacidad de penetración alta debido a las carencias ya mencionadas.

Experimento de Geiger y Marsden.


El experimento consistió en lanzar un haz de partículas alfa, que se obtendrían
colocando polonio en una caja de plomo para detener las partículas, excepto las
que saldrían por un pequeño orificio de la caja; éstas se lanzarían hacia una fina
lámina de oro (de diez milésimas de centímetro de espesor). Para detener la
trayectoria las partículas se colocó una pantalla de sulfuro de zinc y ésta produjo
pequeños destellos cuando las partículas chocaban con ésta.
Las partículas alfa sufrieron una desviación de 90 grados o más, por lo cual se
negó el modelo de Thompson

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