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1. LAS EMOCIONES
“Sólo hay dos emociones básicas: una
es el miedo, la otra es el amor”
Wayne Dyer
“Aquel que mira afuera, sueña, y quién mira en su interior, despierta. Para que los
procesos de cura puedan producirse es de vital importancia prestar atención a cómo nos
sentimos y a qué tipo de emociones están vivas en nosotros, y debemos hacerlo sin miedos
y sin reproches”.
Carl Jung
Las emociones son algo que puede resultar complicado, es como un arma
de doble filo. Muchas veces nos pueden dar los mejores momentos, pero también
pueden crearnos enfermedades sin darnos cuenta.
Las emociones cuando llegan a nosotros las protegemos como nuestro gran
tesoro y pueden llegar a ser parte de nuestra vida. cada momento, cada instante las
emociones las podemos sentir desde el momento de nuestra concepción en el
vientre de nuestra madre, cuantos fetos están en pleno desarrollo y la madre su
primera reacción es no quiero este niño desde ese mismo momento ya esta
sintiendo una emoción y que en alguna etapa de la vida se va hacer presente en
forma de un bloqueo en nuestras vidas o lo mas grave que llegue a nosotros en
forma de enfermedad ya sea de forma le ve hasta en una que ponga en riesgo
nuestra vida.
En nuestra mente, allí empiezan a desencadenarse las emociones. Hay un
diálogo interno que no se detiene y que todo el tiempo está activo diciendo
innumerables cosas. Cuando cierto diálogo se repite y se repite, como por ejemplo:
“siempre llego tarde”, entonces, así será. Y después de llegar tarde, te sentirás mal,
Las emociones
enojado, frustrado, incompetente. Cada vez que tienes una cita lo compruebas otra
vez. Te das la razón y con esto, el programa se fortalece. Llega un momento en que
esa frase la tienes ya tan repetida que tu mente la produce en automático. Y lo que
has de saber es que la mente no distingue si eso es bueno o malo, si te conviene o
no, ella simplemente obedece órdenes y la sigue repitiendo.
La complejidad con la que podemos expresar nuestras emociones nos hace
pensar que la emoción es un proceso multifactorial o multidimensional. Uno
siempre tiene la impresión de que le faltan palabras para describir con precisión
sus emociones. Pero debajo de esta complejidad hay un factor común a todas las
emociones: cada emoción expresa una cantidad o magnitud en una escala
positivo/negativo. Así, experimentamos emociones positivas y negativas en grados
variables y de intensidad diversa. Podemos experimentar cambios de intensidad
emocional bruscos o graduales, bien hacia lo positivo o bien hacia lo negativo. Es
decir, toda emoción representa una magnitud o medida a lo largo de un continuo,
que puede tomar valores positivos o negativos. M.P. González, E. Barrull, C. Pons
y P. Marteles, Madrid, (2005)
Según Chiozza (1998), el término “afecto” deriva del latín afficere, “influir”,
“obrar sobre alguno”, “afectar”. Un afecto es, en primera instancia, algo que afecta
al yo. La palabra “emoción” proviene del francés emouvoir, que significa “conmover”,
“emocionar”, y está formada por “mover”, “poner en movimiento” y por la partícula
e- que significa “fuera”, “sin participación en”. De allí que el término “emoción” puede
aludir a estar fuera del movimiento que implica una acción sobre el mundo exterior,
o puede referirse al movimiento afectivo que, como conmoción neurovegetativa,
recae sobre el yo. A veces se considera la emoción sinónimo del afecto primario
intenso, poco elaborado por el proceso segundario, como una pasión que domina
al sujeto. Mientras que los sentimientos serían los afectos segundarios, más
elaborados, modulados y controlados por el sujeto.