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FALLO Nº:34/18 SALA "A": En la ciudad de Santa Rosa, Capital de la Provincia de La

Pampa, a los doce días del mes de septiembre de dos mil dieciocho, se reúne la Sala "A"
del Tribunal de Impugnación, integrada por los señores Jueces Filinto Rebechi y Pablo
Balaguer, asistidos por la señora Secretaria María Elena Gregoire, a los efectos de
resolver el recurso de impugnación interpuesto en fecha 27 de abril de 2018 ante este
Tribunal por el letrado Sebastián País Rojo en su carácter de defensor particular de
Jorge Víctor Irineo Varela, en legajo Nº19283/8 -registro de este Tribunal-, caratulado:
"VARELA, Jorge Víctor Irineo s/ Recurso de impugnación", del que:

RESULTA: Que la Audiencia de Juicio de la Primera Circunscripción Judicial, con


fecha 12 de abril de dos mil dieciocho, mediante sentencia Nº48/18 -cuya copia fue
anexada por la parte recurrente en ocasión de la presentación del recurso de
impugnación-, condenó a Jorge Víctor Irineo VARELA, como autor material y
penalmente responsable del delito de Violación de los Deberes de Funcionario Público
(art.248 in fine del C.Penal), a la Pena de SEIS MESES de Prisión de ejecución
condicional (art.26 del C.P.) e Inhabilitación Especial para ejercer cargos públicos por
un tiempo doble del de la condena (art.248 primer párrafo del C.Penal).

Que contra dicha sentencia, el señor defensor particular Sebastián País Rojo, por las
motivaciones de procedencia de "errónea aplicación de la ley sustantiva" (art.400 inc.1º
del C.P.P.), "inobservancia de normas procesales" (art.400 inc.2º del C.P.P.) y "errónea
valoración de la prueba" (art.400 inc.3º del C.P.P.), interpuso recurso de impugnación,
conforme escrito presentado ante este Tribunal y agregado al sistema virtual.
Solicitando se haga lugar al recurso, se revoque la resolución impugnada, resolviendo el
Tribunal de Impugnación Penal directamente y sin reenvío- por así resultar de una
correcta aplicación de la ley-, declarándose la absolución del Sr. Jorge Varela en orden
al delito acusado.

Habiéndose dado el trámite abreviado (art.416 inc.3º del C.P.P.), ha quedado ésta en
condiciones de ser resuelta, habiéndose establecido el orden de votación
correspondiente, siendo el primero el señor Juez Filinto Rebechi y luego el señor Juez
Pablo Balaguer, y:

CONSIDERANDO:

El señor Juez Filinto Rebechi, dijo:

En principio cabe afirmar que el recurso de impugnación deducido por la defensa de


Jorge Varela, resulta admisible a tenor de lo establecido en los arts.400 incs. 1º, 2º y 3º,
402 y 405 inc.1º de nuestro ordenamiento procesal.

Otro de los requisitos esenciales requeridos para la viabilidad de este recurso, o sea los
motivos en los que se fundamenta, se encuentran debidamente explicitados, brindando
los mismos, el marco de avocamiento y contralor que este Tribunal revisor debe
efectuar, a los efectos de garantizar a quien resultara condenado mediante sentencia aún
no firme, el derecho que tiene de que la imputación concreta en su contra, sea analizada
una vez más en forma integral, a los fines de legitimar plenamente el poder punitivo
estatal. Ello conforme lo dispuesto por la Convención Americana de los Derechos
Humanos (art.8:2) y el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos (art.
14.5), incorporados a nuestra Carta Magna como ordenamiento legal positivo, con la
reforma constitucional de 1994.

En tal sentido, la C.S.J.N: en el Fallo " Casal, Matías y otro" (del 20/09/05) al referirse
sobre el alcance de esta segunda instancia o doble conforme, expreso que: "(...) debe
entenderse en el sentido de que habilita a una revisión amplia de la sentencia, toda lo
extensa que sea posible al máximo esfuerzo de revisión de los jueces de casación,
conforme a las posibilidades y constancias de cada caso particular y sin magnificar las
cuestiones reservadas a la inmediación, solo inevitables por la oralidad conforme a la
naturaleza de las cosas".

Que teniendo en cuenta lo expresado precedentemente, habré de ingresar al examen de


la cuestión planteada, con la amplitud de conocimiento y revisión expuesta.

El Tribunal de Juicio, dio por probado el hecho de la siguiente manera: "(...) que al
momento de asumir el Ingeniero Jorge Víctor Irineo Varela en el cargo de Ministro de
Obras y Servicios Públicos de esta Provincia (Diciembre de 2011), la obra contratada
por el Estado Provincial para la construcción de un estadio polideportivo en la ciudad de
Santa Rosa (Expte. Nº 11059/05 del Ministerio de Obras y Servicios Públicos-
Dirección General de Obras Públicas), se encontraba paralizada desde el día
30/12/2010, es decir restando un solo día antes de la expiración del plazo contractual
previsto por la ley 2516; situación que se mantuvo inalterable por la falta de adopción
de las medidas administrativas necesarias para activar los mecanismos tendientes a
resolver el conflicto suscitado con la Empresa INARCO S.A., hasta su efectiva renuncia
(Noviembre de 2014), luego de lo cual el Poder Ejecutivo mediante Decreto nº 343/15
de fecha 22/07/2015 resuelve rescindir el contrato de obra pública con la contratista por
culpa de la empresa".

Las pruebas tomadas en cuenta por el a-quo a los fines de dar por acreditado el hecho tal
fuera relatado supra, son:

a) la declaración testimonial del Ingeniero Bargero, Ministro de Obras y Servicios


Públicos cuando se efectuó la licitación de la obra;

b) la testimonial del Ingeniero Ucciardello, Director de Obras Públicas desde abril de


2010 a Diciembre de 2011.

c) la declaración testimonial de Juan Carlos Guzmán, Subsecretario de Obras Públicas


desde el 10 de diciembre de 2003 hasta el año 2011, y

d) la declaración de Alejandro Fabián Gigena, integrante de la comisión de seguimiento


de la Construcción del Megaestadio desde Julio de 2008 hasta el 10 de diciembre de
2011; Secretario del Consejo Legal de obras públicas entre el 10/12/07 al 10/12/11 y
asesor legislativo desde mediado del 2012 hasta el 10/12/15.
Por otra parte el Tribunal de Juicio, detalla en forma pormenorizada el desarrollo
cronológico de la licitación, contratación, ejecución y posterior rescisión contractual de
la obra.

Es de destacar que respecto a las pruebas producidas, se cuenta con la declaración


testimonial de Marcos Paz, que entre 2013 y 2015 prestaba funciones como Asesor y
Varela como Ministro.

Respecto de dicho testimonio, el a-quo consideró que dicha declaración se centralizó en


un análisis político y de las eventuales estrategias del señor Gobernador para lograr
destrabar el conflicto que impedía la continuidad de la ejecución de la obra. Considera
que dicha declaración no puede ser tomada en cuenta porque la misma no se compadece
ni encuentra correlato con prueba documental alguna.

Por su parte la defensa basa su agravio en:

A) Inobservancia de normas procesales:

El agravio del recurrente en este sentido, está basado en considerar que existió una
actividad procesal defectuosa en la acusación Fiscal porque en la figura como la que se
trata no identifica la conducta debida y vicia totalmente la acusación, incluso no
permitiría fundar la sentencia.

En este sentido, el suscripto no va a compartir el criterio del recurrente, toda vez que
tanto Fiscalía en su alegato final, como el fundamento del a-quo para considerar que el
accionar de Varela por omisión, incurre en el delito previsto en el art.248 del C.Penal
encuentra su fundamento en que "desde el último acto a mediados del 2012 hasta
octubre de 2014 en que renunció (aludiendo a Varela), más de dos años, no se tomó
ninguna decisión".- Consideró que Varela no ejecutó las leyes cuyo cumplimiento le
incumbe "(...) quién deliberadamente no actuó pese a la trascendencia que tenía la obra
y los reiterados pedidos de informes".

Es decir que, sin perjuicio que posteriormente se analizará si Varela ha cometido el


hecho por omisión, encuadrable en la figura que se le enrostra, tanto Fiscalía como el
Tribunal de Juicio, establecieron claramente cuál sería el acto omisivo imputado contra
el imputado, por lo que este agravio de la defensa no puede prosperar.

B) Errónea aplicación de la ley sustantiva:

La sentencia yerra tanto en la construcción de tipo objetivo como del tipo subjetivo de
la figura enrostrada a su defendido.

En lo que respecta al tipo objetivo, porque insiste en construir un elemento normativo


ajeno al objeto del proceso, cual fue la no continuidad de una obra cuya ejecución se
encontraba paralizada por disposición del Decreto del P.E.P. Nº 756/11. Que el
levantamiento solo podía producirse por un acto de la misma jerarquía normativa.
En lo que respecta al elemento subjetivo, la presunta omisión que se le enrostra a su
defendido, debe ser deliberada, requiriendo por lo tanto la figura inequívoca del dolo,
elemento que indudablemente no se encuentra en el accionar de su defendido.

Con los elementos probatorios obrantes en la causa a criterio del suscripto no resulta
fehacientemente acreditado que Varela, en su carácter de Ministro de Obras y Servicios
Público de la Provincia (de diciembre de 2011 a Noviembre de 2014), omitió
deliberadamente tomar medidas concretas para solucionar el conflicto suscitado con la
Empresa INARCO S.A. y ello en base a las siguientes consideraciones:

Antes de que el Ingeniero Varela asumiera como Ministro en la Provincia (diciembre de


2011) el 6 de mayo de dicho año por Decreto del Poder Ejecutivo Provincial Nº 756/11,
se paralizó la continuidad de la obra motivo de esta investigación.

Por otra parte y ya con Varela en su función de Ministro de Obras y Servicios Públicos,
se remitió a la Legislatura Provincial un proyecto donde se disponía una erogación de la
provincia de cerca de 30 millones de pesos para prestárselo a la empresa para la
continuación de la obra, el cual fue rechazado por la Cámara de Diputados.

Las declaraciones testimoniales tomadas en cuenta por el a-quo, a los efectos de


fundamentar la sentencia que estamos analizando y son las de los testigos:

a) Ingeniero Bargero;

b) Ingeniero Urcciardello;

c) Juan Carlos Guzmán y

d) Alejandro Javier Gigena.

Los nombrados en su carácter de Ministro de Obras y Servicios Público de la Provincia;


Sub-Secretario de Obras Públicas de la Provincia e Integrante de la Comisión de
Seguimiento de la Construcción del Mega Estadio y Secretario del Consejo Legal de
Obras Púbicas respectivamente, cumplieron esas funciones con anterioridad a que el
Ingeniero Varela asumiera como Ministro de Obras y Servicios Públicos de la
Provincia. Si bien dieron un detalle amplio y completo respecto al desarrollo de la obra
del Megaestadio, ello lo fue hasta el mes de Diciembre de 2011, por lo que cuando el
imputado asumió como Ministro, ninguno de ellos se encontraba en las funciones que
tenían, por lo que dichas declaraciones respecto a una presunta omisión por parte de
Varela tal como lo da por acreditado el a-quo, deben ser tomadas teniendo en cuenta esa
circunstancia.

A su vez el Tribunal de Juicio no tomó en cuenta la declaración prestada por el letrado


Marcos Paz quien entre 2013 a 2015 cumplía funciones de Asesor del Ministro Varela,
aduciendo que la misma se centralizó en un análisis político y de las eventuales
estrategias del señor Gobernador de la Provincia. Aduce asimismo, que advirtió en
dicha declaración ciertas fisuras que menguan su valor probatorio (por ejp. con la
necesidad de contar con el proyecto de ley nº 21 referido al montaje de la estructura y
cubierta metálica del polideportivo).

Sin perjuicio del respetado criterio sustentado por el a-quo, considero que debe
analizarse algunas de las manifestaciones del testigo Marcos Paz, a los efectos de poder
determinar en concreto, si se ha configurado el ilícito por el cual resultara condenado el
Ingeniero Varela.

Voy a mencionar una serie de afirmaciones de Paz, que considero de importancia para
poder comprender como se fueron desarrollando los hechos en relación a la paralización
de la obra y que desde mi punto de vista no se tratan de expresiones de tipo político,
sino de lo que desde su punto de vista sucedió:

1) en mayo de 2011, el señor Gobernador dicta un Decreto suspendiendo la obra;

2) en el año 2012 se define técnicamente que además de la máquina había que poner
columnas, entonces lo que el Gobernador hace es hacerse cargo de las columnas,
prestarlas y después dejarlas para la provincia. Se necesitaban 29 millones de pesos, la
Cámara trata la ley y dice que no, que no autorizaba los 29 millones;

3) cuando ingresó en el 2013 como asesor gubernamental, a los efectos de destrabar


empezaron a evaluar posibilidades, la única era traer al Presidente del Tribunal de
Cuentas y al de la FIA. La Comisión empezó a evaluar y tanto Carola como Sapa
tampoco tenían solución, porque el tema era legal;

4) se evaluó hasta un techo alternativo pero salía 120 millones, si la cámara no había
aprobado uno de 29 millones no podía presentar éste ante ella:

5) Todos querían rescindir pero no había forma de salirse, y

6) uno podía rescindir (el testigo se refiere al accionar de Varela como Ministro), no
tenía nada que ver, la obra la paralizó Jorge, que pidió una ley para poder continuar y no
le dieron. No podía hacer nada, podía conocer el expediente y buscar alternativas, pero
no las tenía él.

Estas manifestaciones de Marcos Paz, que indudablemente tenía conocimiento de cómo


se fueron desarrollando los hechos en relación a la paralización y la posibilidad de
continuar la obra del Magaestadio, por la función que estaba cumpliendo como Asesor
del Ministerio de Obras y Servicios Públicos de la Provincia, nos da un panorama claro
y preciso, en el sentido de que en su función de Ministro en esa cartera, Varela obró
dentro de sus posibilidades. Tomó las medidas que podía llegar a ser necesarias para
que la obra pudiera continuar y si ello no se consiguió, no fue porque el entonces
Ministro "omitiera deliberadamente" no efectuarlas, sino circunstancias ajenas a su
voluntad (como sería la no aprobación por parte de la Cámara de Diputados de algún
pedido relacionado a la aprobación de un gasto para la realización del techo del
Estadio), o porque las decisiones en ese sentido, era facultad del titular de Poder
Ejecutivo Provincial.
A su vez Varela en la Audiencia de Juicio, declara que cuando asumió como Ministro
hacía un año que la obra estaba paralizada y que en Julio de 2012 la empresa presenta
una documentación solicitando un montaje especial el cual requería financiamiento del
Estado y que remitido a la Cámara el mismo fue rechazado.

Estas manifestaciones de Varela, se compadece con lo declarado por el testigo Paz, en el


sentido de que verdaderamente existía una traba legal para poder continuar con la obra,
más concretamente con el techo del Estadio. Alude Varela asimismo, que el Gobernador
con sus asesores legales y técnicos comenzaron a trabajar para encontrar la vía para
poder continuar con la obra. Por último agrega el entonces Ministro Varela "Todos los
integrantes del Gabinete sabían que era una decisión pura y exclusiva del Gobernador".

El Tribunal de Juicio, considera que se encuentra configurada la figura enrostrada, toda


vez que luego del fallido proyecto de Ley Nº 21 el Ministro Varela omitió:

a) "proyectar el contenido de los Decretos (...) para facilitar y asegurar el cumplimiento


de las leyes"; "adoptar las medidas tendientes a asegurar la legalidad y celeridad de los
actos administrativos" (art.2 letras g) y Ñ) de la ley 1666);

b) de "asistir al gobernador en la promoción, fiscalización y contralor de las obras..."

Agrega el sentenciante: "De modo que, de no haber omitido sus deberes normativos,
hubiera podido propiciar la rescisión contractual con culpa de la empresa, la que
resultaba a octubre de 2012 inevitable, en razón de que no habiendo mediado
posibilidad fáctica de ampliar los plazos, solo restaba un día para la expiración del plazo
contractual".

De acuerdo a lo expresado por Andrés José D´ Alessio (Código Penal Anotado y


Comentado- Parte Especial pag.798), la "Omisión", "Se caracteriza por la circunstancia
de que el funcionario prescinde de la ley, como si ella no existiera. Son supuestos en los
que no se hace ni se ejecuta o cumple lo que la ley manda expresamente hacer al
funcionario dentro de su órbita funcional"

Claramente el Tribunal de Juicio, considera que Varela debió haber tomado las medidas
para propiciar la rescisión contractual con la Empresa. Ahora bien, debemos
preguntarnos en este sentido y de acuerdo a como se fueron desarrollando los
acontecimientos desde el momento en que el Poder Ejecutivo Provincial en Mayo de
2011 dictó un Decreto suspendiendo la obra, si efectivamente Varela como Ministro de
Obras y Servicios Público de la Provincia, podía tomar algún tipo de medida para
propiciar la rescisión contractual con INARCO S.A., cuando el señor Gobernador estaba
tomando medidas para poder conseguir que la obra continúe. Es indudable que en esos
momentos, el Poder Ejecutivo no quería que se rescindiera el contrato con la Empresa,
sino que la obra se pudiera terminar, por lo que no podemos concluir que Varela tuviera
la intención dolosa de no cumplir lo que la ley le mandaba, sino que se trató
efectivamente (siguiendo el criterio del señor Gobernador), de poder conseguir que se
pudiera finalizar dicha obra colocando el techo del Estadio. En otras palabras, ¿resulta
factible concluir que por parte del Ing. Varela haya existido la intención dolosa de
omitir tomar "las medidas administrativas necesarias para activar los mecanismos
tendientes a resolver el conflicto suscitado con la Empresa INARCO SA"?. El suscripto
se pregunta: ¿Qué medidas hubiese debido tomar el Ing.Varela en su carácter de
Ministro de Obras y Servicios Públicos para resolver el conflicto con la Empresa,
cuando esta situación era manejada por el titular de Poder Ejecutivo Provincial para
conseguir autorización de fondos por parte del Poder Legislativo para la construcción
del techo del Estadio? Indudablemente que la respuesta a dicha pregunta no puede ser
otra que seguir con la postura del titular del Poder Ejecutivo quién en definitiva era el
que resolvía al respecto.

Es por todas estas consideraciones, que considero que no se ha configurado la figura por
la cual resultara condenado el Ingeniero Jorge Víctor Varela, por lo que corresponde
hacer lugar al recurso de impugnación interpuesto por el letrado Sebastián País Rojo en
fecha 27 de abril de 2018, revocando en consecuencia la Sentencia Nº48/18 de fecha 12
de abril de 2018, dictada por el Tribunal de Juicio de la Primera Circunscripción
Judicial y resolviendo la absolución de Jorge Víctor Irineo Varela del delito de
Violación de los Deberes de Funcionario Público (art. 248 in fine del C.Penal), que se le
imputara en el presente legajo, sin costas (arts.474 y c.c. del C.P.P.).

El señor Juez Pablo Balaguer, dijo:

Habiendo dado lectura al voto del Dr. Rebechi, ingreso al tratamiento del análisis del
recurso interpuesto.

Sintéticamente el abogado recurrente invoca como motivos de su presentación la


errónea aplicación de la ley sustantiva, inobservancia de las normas prevista en el
código procesal local y la errónea valoración de la prueba (Art. 400, incisos 1º, 2º y 3º
del C.P.P.).También alega que tales motivos constituyen además supuestos que califican
a la sentencia como arbitraria "...por tratarse de un pronunciamiento que en parte e
injustificadamente se desentiende de lo alegado, de la Ley y de las pruebas producidas
en el Juicio, lesionando garantías constitucionales..." de Varela.

Peticiona que el tribunal resuelva sin reenvío –art. 412 del C.P.P.-

En lo que respectas a la inobservancia de normas previstas en el Código Procesal Penal.

Este agravio se fundó en la omisión de tratamiento por parte del tribunal a quo de la
actividad procesal defectuosa planteada por la defensa. Esta última se refería a que en
todo "...el proceso tuvo este signo, el de la vaguedad, el de la ambigüedad, el de la
imprecisión, el de no poder distinguirse si la Fiscalía concretamente le reprochaba algo
a Varela, o quería construir una acusación en relación a un chivo expiatorio que de paso
dejara indemne a los sucesivos gobiernos provinciales por la no conclusión de una obra
pública (sin perjuicio de que la culpa sea efectivamente de la empresa, pero ese es el
trabajo de Fiscalía de Estado, no de la Fiscalía General de la Procuración)" y que tal
"ambigüedad atroz" no fue salvada a lo largo del proceso. Como así también que al no
ser resuelto, considera que se afectó garantías constitucionales y convencionales de su
defendido, lo que torna nula por arbitraria toda la sentencia, y perpetúa la arbitrariedad
de todo el proceso.

Teniendo en consideración los fundamentos de mi colega preopinante, voy a coincidir


con la decisión de rechazar el agravio pertinente a la inobservancia de las normas
procesales, por lo fundamentos expuestos a los que, por razones de brevedad me remito.

Sin perjuicio de ello, simplemente agregaré que el defensor no se preocupó por


mencionar cómo en el caso concreto se vio afectada la defensa Varela.

Además, de la simple lectura de la fijación del hecho en la sentencia, la acusación


formulada -fecha 18 de diciembre de 2015-, auto de apertura -de fecha 09/03/2016-
escucha del alegato de apertura de la acusación y del alegato de clausura -actuación nº
1523137- no se evidencia la vaguedad o ambigüedad alegada por la defensa.
Claramente los artículos de la ley nº 1666 especifican cuáles son las obligaciones y
funciones de los ministerios, lo que fue además referenciado por los testigos que
comparecieron al debate oral. Es el propio testigo de la defensa Marcos Paz quien
explica las funciones y límites de las funciones del Ministro respecto de las cuales la
acusación entiende que se omitieron. Es por ello, que la acusación ha sido clara en
cuanto a las razones por las cuales llevaba a juicio al condenado Varela, más allá de la
comprobación o no de su pretensión en el desarrollo del debate.

En definitiva, el Ministerio Público Fiscal ha cumplido con la carga de efectuar la


acusación con sus debidos requisitos en función del delito por el cual fuera acusado y
condenado Varela. La precisión respecto a qué actos concretos omitió hacer Varela,
queda delimitada por las acciones que no ha llevado adelante y son inherentes a sus
funciones. Por otra parte, si tales omisiones se encuentran o no comprobadas y
configuran la figura penal, es un aspecto que no corresponde que trate en el planteo.

Por lo expuesto, voy a rechazar este primer agravio, en consonancia con lo que ha
resuelto el Dr. Rebechi.

Errónea aplicación de la Ley Sustantiva.

Considera el recurrente que la sentencia incurre en una errónea aplicación de la ley


sustantiva, tanto en lo que respecta a la construcción del tipo objetivo como del tipo
subjetivo de la figura en cuestión.

En concreto, bajo este motivo se desarrollan dos agravios: uno pertinente a que la
sentencia construye un elemento normativo de la tipicidad objetiva ajeno al objeto del
proceso y, el restante relativo a que la sentencia yerra en elemento subjetivo del tipo
penal.

En lo que hace a la tipicidad objetiva en el recurso se explicó que: "El objeto del
proceso (lamentablemente más político que jurídico-penal) siempre fue la no
continuidad de una obra cuya ejecución se encontraba paralizada; paralización dispuesta
por Decreto del Poder Ejecutivo Provincial nº 756/11, del 06 de mayo de 2011. Así
entonces, y con encuadre en los Arts. 53 y 64 de la Ley 38 de Obras Públicas de la
Provincia de La Pampa, la paralización de la obra con la consiguiente suspensión de
plazos fue legal y legítimamente dispuesta por un Decreto del Poder Ejecutivo
Provincial, y por lo tanto sólo podía resolverse el levantamiento de dicha paralización
mediante un acto de la misma jerarquía normativa (como efectivamente ocurrió
mediante el Decreto del Gobernador nº 37/15, de fecha 18 de febrero de 2015), por lo
que de ninguna manera podía el Sr. Varela, en su carácter de Ministro de Obras y
Servicios Públicos, dictar acto administrativo alguno que contradijera, suspendiera o
pasare por encima de aquel Decreto, ya que ello sí hubiera constituido una afectación al
respeto del ordenamiento jurídico y la jerarquía de las normas, y por lo tanto una
afectación a la Constitución y a las Instituciones".

Por lo que considera que las referencias de la condena donde se utilizan "...los verbos
'asegurar', 'proyectar', administrar', 'adoptar', son ciertas en la letra de la Ley de
Ministerios, pero inoficiosas en la realidad de las cosas: suponiendo por un instante que
el por entonces Ministro no hubiera realizado ninguna de esas acciones (lo que como se
verá, no está probado), el ejercicio inverso conduce inexorablemente a que de haberlas
realizado, tampoco se hubiera desparalizado la obra. No solo no estuvo el Sr. Ministro
'sin hacer nada' durante el tiempo de su gestión, sino que en relación concreta a la obra
del megaestadio, nada de lo que pudiera hacer (y efectivamente hizo) cambiaba el hecho
de en quién reposaba la decisión respecto a la reanudación de tareas, o la rescisión, o en
concreto la firma de un decreto que levantara la paralización formal y diera por
terminado el asunto: todas esas acciones, todas esas opciones, fueron y son del arbitrio
exclusivo de quien ocupe el cargo de Gobernador de la Provincia". A partir de este
objeto del proceso es que el recurrente continúa su análisis en el cual destaca la
imposibilidad de Varela de poder desparalizar la obra, para lo cual destaca que quien sí
podía realizarlo era el Gobernador, y el asesoramiento que podría haber brindado el
Consejo de Obras Públicas mientras estaba en funciones el Ministro Varela.

Ahora bien, el análisis de este agravio me lleva a disentir con el defensor en la primera
afirmación que efectúa en su planteo, o sea, en aquella en la cual describe el objeto del
proceso y el análisis que hace en consecuencia.

Ha quedado claro que el Ministerio Fiscal ha cumplido debidamente con los requisitos
de su acusación en todas las etapas del proceso y es por ello, que ha existido la
posibilidad del condenado de efectuar una debida defensa. Pero a los fines del presente
análisis corresponde tener presente que Jorge Irineo Varela, fue acusado porque, en su
condición de Ministro de Obras y Servicios Públicos de la Provincia, no adoptó las
medidas administrativas necesarias para activar los mecanismos tendientes a resolver el
conflicto suscitado con la Empresa Inarco a partir de la paralización de la obra del
megaestadio de la ciudad de Santa Rosa. Inactividad del Ministro que, a excepción de
un proyecto de ley 21/12 que no prosperó porque fue rechazado por la Cámara de
Diputados, se mantuvo inalterable hasta que dejó su cargo. Y que por ello, la sentencia
dio por probado que el acusado "omitió las específicas obligaciones previstas en las
normas precedentemente reseñadas; las que describen y colocan en cabeza del mismo,
las siguientes acciones de 'ejecución y fiscalización'... de las obras (art. 2 ley 38),
'proyectar' el contenido de los Decretos... para facilitar y asegurar el cumplimiento de
las leyes'; 'adoptar las medidas tendientes a asegurar la legalidad y celeridad de los actos
administrativos (Art. 2, letras g) y ñ) de la ley 1666); de 'asistir al Gobernador' en la
promoción fiscalización y controlar las obras...'(Art. 20 bis Ley 1666)... De modo que,
de no haber omitido sus deberes normativos, hubiera podido propiciar la rescisión
contractual con culpa de la empresa, la que resultaba a Octubre de 2012 inevitable, en
razón de que no habiendo mediado posibilidad fáctica de ampliar plazos, sólo restaba un
día para la expiración del plazo contractual".

Por lo cual, la argumentación del recurrente consistente en que el Ministro no podía


dictar acto alguno para desparalizar la obra no se trata de ninguna de la actividades
omitidas que se le ha reprochado, sino que se le han reprochado omisiones propias de
las funciones que sí le competían. Lo que en concreto se ha endilgado a Varela es no
haber practicado ninguna de las acciones que le competían dentro de la órbita funcional
en que se desempeñaba como titular de la cartera del Ministerio de Obras Públicas.

Tampoco considero acertada la crítica a la sentencia referida a la imposibilidad de


propiciar la rescisión contractual, porque como Asesor técnico el Ministro Varela debía
fiscalizar la obra y tenía los conocimientos para poder encauzar la rescisión contractual
ante la negativa de la Cámara de Diputados de aprobar alguna erogación extra para la
conclusión de la obra del megaestadio. No encuentro asidero en el razonamiento
propuesto por la defensa para echar por tierra el deber que se encontraba en cabeza del
Ministro Varela, sobre todo porque nada indica, de la prueba aportada al debate, que el
Gobernador Jorge no hubiera aceptado esa propuesta de recisión por incumplimiento
contractual de Inarco, todo lo contrario, ante las mismas causales que ya existían en el
año 2012 cuando Varela estaba a cargo del Ministerio fue que el mismo gobernador
rescindió el contrato con aquélla empresa. En este análisis no puedo perder de vista que
"Aun cuando la figura no contenga el verbo retardar se entiende que la ejecución tardía
de la ley, en tanto implica que ésta no ha sido aplicada en el momento debido, es una
forma posible de omisión incluida en el tipo penal" ("Código Procesal Penal de la
Nación. Comentado y Anotado. Andrés José D'Alessio Director, 2da. Edición
actualizada y ampliada, Tomo II Parte Especial, Ed. La Ley, año 2009, Buenos Aires, p.
p. 1232). Por lo cual, queda evidenciado que desde el rechazo de la Cámara de
Diputados no existía necesidad de retardo para que el Ministro Varela proponga el
levantamiento de la paralización, reinicio de obra, tal como a la postre se procedió.

En ese orden de ideas, si el obstáculo también desaparece no sólo ante el rechazo de la


Cámara de Diputados sino también ante el informe de la FIA que había aconsejado la
recisión contractual y cuando renunció Varela fue el propio Gobernador Jorge quien
desparalizó la obra, y ante el incumplimiento por parte de la empresa Inarco de la
culminación de la obra, rescindió el contrato.

Por otra parte, el reproche de responsabilidad que se adjudica en el texto recursivo al


Consejo de Obras Públicas, órgano que integra el Ministerio a cargo de Varela, no
exime de la responsabilidad de éste. Por lo que, coincido con la sentencia que nada de lo
expresado por Varela o del testigo Marcos Paz se encuentra acreditado en autos como sí
otros procederes que surgen del expediente administrativo.

Entiendo entonces, que la queja sobre la configuración del elemento objetivo del tipo
penal debe ser rechazada.

En lo que respecta al elemento subjetivo del tipo penal, el recurrente sostiene que no se
demostró ni de manera indiciaria el dolo directo que requiere la figura penal por la que
fue condenado Varela, la crítica propuesta por la defensa, si bien se exponen claramente
para lograr beneficiar la situación del condenado, no logra desacreditar los fundamentos
expuestos por la sentencia.

Así, la banalización de los fundamentos efectuados por el a quo, no logran receptar un


aspecto de suma relevancia que se ha valorado en la sentencia y que no logra poner en
jaque la acreditación del obrar doloso del Ministro Varela.

En ese sentido, la nota periodística del diario "La Arena" y el no rechazo ni negación de
esos dichos por parte de Varela, no son lo único que se ha valorado para demostrar el
dolo de su conducta omisiva. También se han considerado los pedidos de informes de la
Cámara de Diputados y de la FIA que sobre la obra del megaestadio se le cursaron, los
que evidentemente fueron debidas alertas de la inacción en la que estaba incurriendo el
condenado.

Con esa conclusión a la que ha arribado la decisión de condena, voy a coincidir


plenamente, no sólo porque el sentido común asi lo indica, sino fundamentalmente
porque se tiene en cuenta, lo expuesto en la sesión parlamentaria de la Cámara de
Diputados para rechazar el proyecto de resolución de Ley 21/12, en lo que también
reparó la sentencia puesta en crisis al expresar: "Respecto al rechazo del proyecto de ley
nº 21/12 (b), resulta pertinente la copia del debate parlamentario (ver Diputados
Schanton y Giorgis), la que fue debidamente transcripta en lo sustancial en la
Resolución nº 604/14 de la F.I.A. (págs. 59/77), por lo que en honor a la brevedad a ella
me remito; sin dejar de mencionar que ya se instaba al Poder Ejecutivo a que terminara
la obra y que debía rescindirse el contrato.". De lo que se podía prever la necesidad de
rescindir la relación contractual con la empresa INARCO por incumplimiento de ésta
última.

Con lo expuesto, considero que deben rechazarse las críticas efectuadas a la


configuración del delito, por no verse mínimamente desvirtuada por la crítica abordada
por la defensa.

Por último, he de referirme a la errónea valoración de la prueba.


Al respecto, la crítica central que se aborda en cuanto a la errónea valoración de la
prueba es la desacreditación del testigo Marcos Paz, quien fue testigo presencial de las
reuniones que se mantenían para buscar soluciones al conflicto de la obra del
Megaestadio.

En tal sentido, el tribunal ha dado razones por las cuales descartó los dichos del testigo
Marcos Paz, y ellos resultan de las contradicciones con la prueba documental. Como así
también la falta de aval que presentaba la afirmación del testigo de la inexistencia de
eventuales causas de rescisión del contrato, lo que evidenció la sentencia ante la
mención concreta del Decreto 343/15 de rescisión contractual con causa. A lo que debo
sumar, que la escucha concreta del testimonio -audio 10 - Paz 19283, de actuación
1523137- advierto las fisuras del testigo, las que se destacan más palmariamente en
ocasión de contestar las preguntas realizadas por el Fiscal General. Por lo que a mi
criterio, la valoración efectuada por el tribunal de juicio no sólo se corresponde con lo
que han podido apreciar mediante el privilegio de la inmediación, sino que la propia
escucha torna poco creíble los dichos del testigo en cuestión.

En tal sentido, son características del juicio oral del actual sistema que toda evidencia
admitida y producida para el juicio pueda ser pertinente para la valoración de los jueces,
con tal que cumpla los requisitos generales de la prueba (pertinencia, relevancia, licitud,
etc.) y que además se establece un sistema de libre valoración de la prueba. Por lo cual,
los hechos del juicio pueden probarse por cualquier medio sin que ninguno tenga para
los jueces credibilidad preconcebida ni peso probatorio más allá del que emerja de la
actividad del juicio, tal como los sostienen destacados autores respecto de sistemas
procesales acusatorios similares al nuestro, así Andrés Baytelman y Mauricio Duce en
"Litigación penal juicio oral y prueba", Ed. Grupo Ed. Ibañez, Colombia, Bogotá,
Reimpresión 2016, Cap. 1, 2.5 Prueba en el juicio oral, pág. 58.

Desde ese punto de vista los testimonios y su valoración, en el debate consistirá en


versiones o información que tendrá o no peso probatorio en relación a la totalidad de las
distintas evidencias del caso y en ese juego armónico podrán arrojar mayor o menor
credibilidad a los jueces al momento de resolver el caso.

Por lo que, a mi criterio, entiendo que la sentencia como razonable la versión de unos
testigos del juicio y no de otros, precisamente por la credibilidad que ellos le brindaron
en el juicio a partir de la conjunción de esos testimonios con el resto de las evidencias
allí presentadas, razonamiento este que he de compartir. Ello de conformidad con lo
prescripto en los artículos 167 y 168 del C.P.P. en donde se señala que "todos los
hechos y circunstancias relacionadas con el objeto del proceso pueden ser acreditados
por cualquier medio de prueba, salvo las excepciones previstas en la ley..." y que "las
pruebas obtenidas durante el proceso serán valoradas con arreglo a la sana critica
racional".

Por todo lo expuesto es que voy a rechazar en su totalidad el recurso de impugnación


deducido por el defensor a favor del condenado Jorge Varela. Así voto.
Atento a los criterios disímiles de los señores Jueces preopinantes, corresponde que
emita voto el señor Presidente subrogante del Tribunal, Fernando G. Rivarola, quien
dijo:

Habiendo tomado conocimiento de los fundamentos esgrimidos por los Jueces llamados
a decidir y en consideración al recurso de impugnación interpuesto, voy a adherir al
voto del Juez Balaguer y, en consecuencia, coincidir con la decisión de rechazar en su
totalidad el recurso de impugnación deducido a favor de Jorge Víctor Varela y, en
consecuencias, confirmar la condena que se le impusiera al nombrado mediante nº
48/18 de la Audiencia de Juicio de esta ciudad.

En primer término, arribo a la decisión de rechazar el recurso en favor de Varela, por


coincidir, con ambos votos, en que no existe en el caso la inobservancia de las normas
procesales alegadas por el defensor. Esto en virtud que, tal como ha quedado explicado
en los votos de los jueces que me anteceden, no se ha visto afectado el derecho defensa
por no existir la imprecisión en la acusación, a la luz no sólo de la lectura de la
acusación formulada oportunamente por el Ministerio Público Fiscal, sino también por
la escucha de los audios correspondientes a lo sucedido en el debate oral.

Por otra parte e ingresando al tratamiento de la disidencia de los jueces de esta Alzada,
concuerdo en particular también con la decisión de rechazar el agravio correspondiente
a la errónea aplicación de la ley sustantiva, a la que ha llegado el Juez Balaguer. En este
aspecto, porque si bien, no se puede decir que el acusado Varela, en su carácter de
Ministro no podía efectuar una acto que deje sin efecto el decreto del Poder Ejecutivo o
de la Ley de la Cámara de Diputados, sí podía Varela en tal carácter, conforme sus
competencias, efectuar otra clase de actos, justamente atinentes a su especialidad, que
pudieron haber servido como asesoramiento para la toma de alguna decisión que
permitiera al Gobernador sortear las circunstancias acaecidas. Es un hecho, dado que así
ocurrió días inmediatos posteriores a la renuncia de Varela a su cargo de Ministro,
porque ante el nuevo titular de la cartera ministerial en cuestión, el Gobernador Jorge
concretó un accionar para intentar avanzar en la obra del Megaestadio.

En definitiva, la sentencia puesta en crisis ha dado razones fundadas y coherentes para


tener por acreditada la configuración del delito por el que fue condenado Jorge Varela y
los planteos del recurso no logran enervarlos. Por lo que adhiero al criterio del Juez
Balaguer y, por razones de brevedad y de no reiteración, hago propios los fundamentos
expresados en su voto.

Por todo ello el Tribunal por mayoría,

FALLA:

PRIMERO: No haciendo lugar al recurso de impugnación interpuesto en fecha 27 de


abril de 2018 ante este Tribunal por el letrado Sebastián País Rojo en su carácter de
defensor particular de Jorge Víctor Irineo Varela, confirmando en consecuencia el Fallo
Nº48/18, dictado por la Audiencia de Juicio de la Primera Circunscripción Judicial, con
costas (arts.474 y c.c. del C.P.P.).

SEGUNDO: Protocolícese, notifíquese y remítase el presente a la Oficina Judicial de


esta ciudad.

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