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UN VIEJO AMOR
CESAR PAGANO
A Marta Madrigal
Vendaval sin rumbo
por la vereda tropical
A
bramos este ensayo con
una aseveración atrevida
pero meditada: ningún
género de la música popular ha
arraigado en tantas personas, ni
se ha propagado y conservado
con tanta intensidad en el vasto
territorio de América, como el Bo-
lero. Desde el New York latino,
hasta las repúblicas australes y (1856-1918), quien organizó los
la mismísima Patagonia se prodi- perfiles esenciales -que no inven-
ga el género. Ni el tango pesimis- tó solitario el género-; miles de
ta y de laborioso baile, ni la trági- obras alzaron el bolero a la apo-
ca y machista ranchera, ni el ale- teosis alcanzada en los tempra- gramación de radio con espacios
gre zamba brasilero, ni las caden- nos años 50s. Sus propias limita'- exclusivos dedicados a difundir-
cias encendidas de la cumbia ciones y conservadurismo (sensi- lo; en las reediciones discográfi-
colombiana, ni el ritmático y reno- blería romanticotalegona, temas cas de antologías; en las evoca-
vador mambo cubano; ni siquiera inactuales, machismo recalcitran- ciones y música televisada que ha
la invasión contagiosa de la Salsa, te y la repetición de fórmulas ver- suscitado; en la profusión de artí-
ganaron nunca tan amplio predi- bales y sonoras), lo estancaron en culos, folletos y libros sobre el
camento en nuestro continente. un mundo que no se detiene. El apasionante tema. 1
En el fondo de cada latinoame- surgimiento de la balada europea
ricano hay un bolerista dormido aclimatada para latinoamerica- 1. En la mayoría de las ciudades colom-
que en cualquier momento puede nos -con más apoyo publicitario bianas hay emisoras dedicadas sólo a
despertar a regalarse una serena- que obras de mérito-lo arrinconó colocar boleros en su programación.
ta. Aunque los custodios de los tan despiadadamente que se te- En Bogotá, 4 emisoras emiten única-
herméticos diccionarios no le han mió de verdad por su existencia. mente la temática bolero, lo cual signi-
dado cabida al término Bolero en Una situación enteramente ca- fica un resultado por encima del 10%
su mejor acepción y vivencia, sual, como ha sido la conmemora- de la música radiodifundida por las
ahí la realidad elocuente que ha- ción de un supuesto centenario, plantas capitalinas; lo cual representa
bla más fuerte que los académi- ha revitalizado de manera inespe- un porcentaje muy alto que se incre-
cos. rada el Bolero. menta aún más al contabilizar las fran-
jas que en eli1Í8orasno exclusivas, ra-
Desde el primer bolero recono- Su renacimiento en Latinoamé-
dian o hablan sobre el bolero. Casi que
cido, "Tristezas" o "me entriste- rica y en particular en Colombia uno vuelve a ilusionarse con la espe-
ces mujer" del talentoso cubano puede sentirse por su presencia ranza aquella de que el bolero sea
oriental, José "Pepe" Sánchez continua en: la abigarrada pro- eterno.
piar sin pudor a Néstor Mesta Columbia nos relacionaron con luchado por aprender, se abren
Charires, Oritz Tirado, Elvira Ríos, los mejores exponentes del bole- paso para sobrevivir, conseguir la
Ima Sumac, Olimpo Cárdenas, ro, hasta cuando el gobierno para disputada beca y ganar algún pre-
René Cabell y quizás, el más esca- proteger la industria nacional del mio que compense el encierro
moteado de todos fue Daniel San- disco en los años 50s., cerrÓ la im- creativo de meses o años. Eso es
tos, porque tres veces se negaron portación y estimuló así la pro- verdad que sucede con la música
así mismos, Raúl López, Tito Cor- ducción del gremio que había pre- clásica, pero en la popular el fe-
tés y Tony del Mar. Lamentable sionado por esa medida. Otra in- nómeno -quién lo creyera- es
que artistas con facultades artís- tención buena, pero que rebajó la más complejo aún. Predominan la
ticas, estuvieran cada vez más le- calidad de la música. indisciplina, el vicio, el individua-
jos de sí mismos y más cercanos a El bolero que tuvo anteceden- lismo sin agremiación, el trago, el
repetir sus modelos. tes remotos y lejanos, había en- billar, el juego, la droga, la vulga-
Raro también resulta que Co- trado en desuso nacional y tuvo ridad, el conformismo, la maratón
lombia que tuvo arreglistas de im- que rehacerse a toda marcha para superficial erótica... Algo peor
portancia para otras modalida- cumplir las nuevas leyes protec- aún, que sostiene Berta Quintero,
des, hiciera del foro un mutis, cionistas. Sin escuelas formales o directora del grupo femenino
con el bolero y sus posibilidades. callejeras a dónde recurrir, el se- "Cañabrava: en el subconciente
Pedro Morales Pino no sólo fue millero fueron los programas de creen que la música popular ni
arreglista, sino arreglador de la aficionados que aparecieron por merece ni requiere estudio.
música colombiana andina, Juan- doquier y que ya habían servido Pero estas causas esenciales no
cho Vargas incursionó feliz por la con el mismo fin en otros países pueden remitirse a asuntos y
cumbia moderna, Francisco Zu- latinoamericanos: "Estrellas na- creencias personales. Hay cir-
maqué sinfonizó a compositores cientes" , "Corte suprema del cunstancias sociales que conspi-
populares costeños etc., pero ex- arte", "Cascabeles y candados", ran radical y permanentemente
trañamos el arreglista de estatura "Donde nacen las estrellas", "El contra el desarrollo musical de
internacional que se acercara a la peso Fabricato" . nuestros artistas, innumerables y
maestria de Ernesto Lecuona, Estas circunstancias de relativa dignos de otros ensayos: pocas y
Adolfo Guzmán, Rafael Somavilla, improvisación, influyeron para desorientadas academias y con-
Luis Arcaraz o Pablo Beltrán Ruíz. que la industria fonográfica casi servatorios donde la música po-
Ni por consuelo tuvimos el sonido en pleno y músicos con la corrien- pular está vetada, con programas
sin amplias pretensiones musica- te cómoda y plagiaria, fabricaran europeos o norteamericanos lar-
les, pero efectivisimo en acepta- un bolero elemental que puede guísimos y aburridores sin cone-
bles respaldos y mejores ventas, reconocerse en: simplicidad de xión con nuestra materia sonora
del bolero argentino que produjo un ritmo machacado mecánica- terrigena; mal retribuidos, sin
Don Américo y sus "Caribes". mente, pobre armonización, fra- agremiaciones fuertes capaces de
En este asunto de las orquesta- seo anticuado y con dejo regional defender sus derechos, obligados
ciones apenas llegamos a la trans- (así hubo bolero rolo y bolero pai- a comprar instrumentos a precios
cripción mecánica de notas y le- sa), frases sin unidad musical, sin exhorbitantes, sin estimulos de
tras, como se ha relatado jocosa- expresividad emocional de ale- viajes, becas, premiaciones espe-
mente en la forma de copiar, (ha- gria o desencanto, porque eran ciales y duraderas y otros tantos
cerle trampas a los exámenes de grabadas rigidamente, sin fuego como la ausencia de una cultura
la vida desde la escuela), pero que ni emoción interior que es de don- musical y universal indispensa-
a mí me confirma con decepción la de se alimentan las voces verda- ble.
anemia creativa del "bolero co- deras. Proliferaron presentacio-
lombiano": cuando empezaba los nes y grabaciones con desafina- Los innombrables y los
programas desde el exterior, dos o descuadrados, que estaban inevitables
Cuba y muy especialmente "La muy bien en reuniones caseras a Para no provocar el sicariato
Hora Azul" de la XEW de México, actos públicos de colegios, pero musical al denigrar por sus nom-
José Maria Tena, director musical nunca en plan de profesionalismo bres de desafinados, gritones o
de la Voz de Antioquia copiaba la responsable. Contrastes deplora- asesinos del ritmo y del bolero, es
linea melódica que captaba del re- bles, donde rara vez se consiguió más prudente hacer sólo la men-
ceptor, entre tanto su esposa co- que la voz meritoria correspondie- ción de algunas figuras descollan-
rria a anotar la letra. El correo ra a un acompañamiento creativo tes e indiscutibles de la canción
también estaba caliente de tanta y bello. popular. Gran jerarquía y popula-
partitura o disco recién empacado Hay mucha indiciplina y confor- ridad (que no deben estar reñi-
hacia Colombia para que aquí lo mismo que no ayudqn a nuestros das), demostraron el privilegiado
doblaran. músicos. Es cierto que hay ejem- y t.ambién desperdiciado Carlos
plos espectaculares por lo esca- Julio Ramírez y el singular estilo
Disco colombiano:
sos y loables dados entre Uribe del caribeño Nelson Pinedo. De
Los discos Odeón, Peerless, Holguin, Puyana, Nova, Zumaqué nuestras mujeres boleristas des-
Musart, Gema, Ansonia, Víctor, o Pinzón y algunos más que han tacan, desde tiempos pretéritos y
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Bogotá, Mayo-Junio 1989
MONOGRAFIA
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desconozco-, posiblemente nos parte plebeya y de vivencias de tes de la sonora Matancera, algu-
arrojaría entre la clase alta - que cabaret de baja categoría, que no citaría al Conjunto Casino con
pocas veces es tan culta como se nunca les perdonaron. Roberto Faz o Fernando Alvarez,
cree- unos n'lmbres a quienes Hay una franja musical muy ex- gritarían por Sadel y Pirela, se
sus miembros les confiere cauda- tensa fraguada para la clase me- conmoverían por Rolando Laserie
les de elegancia, fineza, refina- dia y donde los oficinistas, comer- tomado en serio entre nosotros y
miento, preparación musical o in- ciantes e industriales modestos, que en Cuba les pareció siempre
cluso consideraciones extramusi- empleados y profesionales de me- simpático sin más, y esta gente de
cales, como la de aparentar moda- dia petaca, artistas que arañaron la clase media se gozaría el Agus-
les aristocráticos. Posiblemente la fama pero no la poseyeron. tin Lara y el Gonzalo Curiel o Pe-
alegrarian sus memorias los nom- Ellos ponen todas sus complacen- dro Flórez y Rafael Hernández
bres de José Mojica, Tito Schipa, cias cuando oyen (primero las da- más difundidos. Con bastante in-
Nicolás Urcelay, Ester Borja, Elvi- mas) a Toña La Negra, María Lui- sistencia les oiremos aclamar el
ra Ríos, Antonio Badú, Genaro Sa- sa Landín, Eva Garza, OIga Gio- bolero suerño de Leo Marini y Ma-
linas, Manolo Alvarez Mera, Luis llot, Omara Portuondo, Carmen rio Clavel y algunos, más en la
Arcaraz o Bola de nieve, que ya es Delia Depini, María Victoria, Vir- onda de lo sublime, eligirán al cu-
entrar al territorio nada casto de ginia López y no podrían dejar de bano Benny Moré como lo mejor
la poesía. Entre los compositores lado los pocos boleros de Celia posible, aunque Marta Vendaval
quizás estas dinastías linajudas Cruz. Posiblemente se enrutarían atrevida, siempre elevaría a ese
evocarian a Ernesto y Margarita después por los tríos más popula- rango al irrepetible Vicentico Val-
Lecuona, y se sentirian más iden- res (Los Panchos, San Juan, Tres dez.
tificados con la gallardía personal Diamantes, Tres Ases, Tres Caba- En la muchedumbre más popu-
y musical de Maria Greever, que lleros y Pi tres-catorce- dieciseis). lar que vive entre los barrios de la
con la obra ambivalente de Agus- Los hombres bien garnidos no periferia de las ciudades y donde
tín Lara o Gonzalo Curiel con una podrían desconocer a los cantan- ya se insinúa el campo, tenemos
un agrobolero, gozado por fanáti-
cos que no los cambian por nada,
ni nadie. Supernumerarias de la
noche, profesionales del volante,
vividores, bajadores, vendedores
ambulantes, semiempleados, re-
clutas, mujeres del servicio do-
méstico, porteros de noche, alba-
ñiles, plomeros, carpinteros y
campesinas recién llegadas de la
vereda a la cocina; ellos y ellas
adoran a Felipe Rodríguez, Orlan-
do Contreras, Olimpo Cárdenas,
Julio Jaramillo, Tito Cortés, José
Miguel Class y sucumben encan-
tados ante el bolero cruel, arraba-
lero y chabacano de Alcy Acosta.
Pero quienes le dan el saludo al
campesino y lo acuestan con sus
ruidos más costosos para el bolsi-
llo y la buena música, son Rómulo
Caicedo y Toñin Ortíz, que repi-
ten desde hace años: uBésame,
que tu pintalabios encendido me
pintó hasta el corazón. Seres mar-
ginales y de puro pueblo, donde
las mujeres cantan lo que no se
atreven a hablar, populismo sin
calidad, nada recomendable, don-
de también encuentran terreno
abonado la ranchera machista y el
vallenato llor6n.
Síntesis musical de voces de la
ciudad y el campo donde, como lo
La cadencia galante de Alberto Beltrán observó Rosaría Curativa, perdie-