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Universidad de El Salvador Facultad Multidisciplinaria de Occidente

Departamento de Ciencias Sociales, Filosofía y Letras. Sección de


Psicología.

Resumen: la sexualidad humana es un concepto muy complejo el cual hay que


entender y saber a qué se refiere para poder comprender los factores que afectan
los diferentes enfoques del origen de la homosexualidad. La homosexualidad se
puede enfocar desde una perspectiva científica, social y la postura que toma la
religión acerca de este tema, también revisaremos otras dos teóricas que son muy
aceptadas. Para concluir se da una pequeña revisión mi punto de vista acerca del
origen de la homosexualidad.

Palabras claves: sexualidad humana, orientación sexual, identidad de género,


homosexualidad.

La sexualidad humana: orígenes de la homosexualidad.

A lo largo de este ensayo se pretende abordar la temática de la


homosexualidad y lesbianidad empezando la temática con el tema de la
sexualidad humana para poder comprender mejor los conceptos
anteriores y las diferentes perspectivas que intentar dar una explicación
a la etiología de estos temas.

La sexualidad humana es la capacidad de sentir experiencias eróticas y


de responder a ellas. Representa el conjunto de comportamientos que
conciernen la satisfacción de la necesidad y el deseo sexual. Los seres
humanos utilizan la excitación sexual con fines reproductivos y para el
mantenimiento de vínculos sociales, pero le agregan el goce y el placer
propio y el del otro. El sexo también desarrolla facetas profundas de la
afectividad y la conciencia de la personalidad. En relación a esto, muchas
culturas dan un sentido religioso o espiritual al acto sexual, así como ven
en ello un método para mejorar (o perder) la salud.

Así podemos observar que de cultura en cultura la sexualidad se ve de


formas diferentes y a lo largo de la historia se ha visto como la percepción
de la sexualidad ha ido cambiando.

Egremy define a la sexualidad como la "Construcción bio-socio-


psicológica que nos permite establecer relaciones con los demás desde
el eje sexo-genérico".

La OMS, OPS y WAS (2000) Definen el término “sexualidad” se refiere a


una dimensión fundamental del hecho de ser un ser humano: Basada en
el sexo, incluye al género, las identidades de sexo y género, la orientación
sexual, el erotismo, la vinculación afectiva y el amor, y la reproducción.
Se experimenta o se expresa en forma de pensamientos, fantasías,
deseos, creencias, actitudes, valores, actividades, prácticas, roles y
relaciones. La sexualidad es el resultado de la interacción de factores
biológicos, psicológicos, socioeconómicos, culturales, éticos y religiosos
o espirituales. Es un aspecto central del ser humano presente a lo largo
de su vida.

Por esta definición entendemos lo compleja que es la sexualidad y no se


puede reducir simplemente al acto coital entre una pareja, ya que para
que esto se debe existir una atracción un deseo, pensamientos de amor
y cierta afectividad antes de que se dé una relación sexual. Además, en
el ser humano podemos ver que la sexualidad no es simplemente para la
reproducción sino también para el placer por lo que también tiene un
componente social.
Para comprender de una mejor manera la sexualidad humana definiré lo
siguiente:

El sexo: se refiere a las características físicas con las que nace un ser
humano por ejemplo si un bebe tiene genitales masculinos se entiende
que es un hombre, pero si nace con genitales femeninos se refieren a ella
como mujer.

Identidad sexual: La identidad sexual de una persona está relacionada


con la percepción que cada individuo tenga sobre sí mismo, sobre su
cuerpo y los rasgos físicos que presente, sin embargo, esta percepción
puede o no corresponder con el sexo determinado al nacer, son esto
podemos decir que muchas personas en la actualidad en todas las
sociedades no se sienten identificadas con su cuerpo por lo que a pesar
de ser físicamente hombres o mujeres desean ser del sexo opuesto.

Identidad de género: alude a la percepción subjetiva que un individuo


tiene sobre sí mismo en cuanto a su propio género, que podría o no
coincidir con sus características sexuales, por lo cual tiene relación con
la identidad sexual sin embargo no son lo mismo y no hay que confundirlos
ya que la identidad sexual son las características físicas mientras que la
identidad de genere es aquella con la cual el individuo se siente
identificado, la percepción de como el individuo se siente ya sea más
identificado son sus características o con las del sexo opuesto.

La orientación sexual: Se refiere a un patrón de atracción sexual, erótica,


emocional y amorosa a un grupo de personas definidas por su sexo.
Según la APA American Psychological Association, la orientación sexual
deriva entre un continuo marcado por dos extremos, la atracción exclusiva
por el sexo contrario, y la atracción exclusiva hacia individuos del mismo
sexo. Por ello, para su estudio, se consideran tres categorías: la
heterosexualidad atracción hacia personas del sexo opuesto, la
homosexualidad atracción hacia personas del mismo sexo y la
bisexualidad atracción hacia personas de su mismo sexo y otros géneros.
El comportamiento sexual humano, la identidad de género y la identidad
sexual son términos relacionados con la orientación sexual, ya que
psicológicamente conforman la percepción sexual en una persona. La
preferencia sexual sugiere un grado de elección, que determina la vida
sexual de una persona al establecer un sexo como objeto de deseo, por
lo que es incorrecto utilizar el término para referirse a la orientación
sexual de una persona. La concordancia o discordancia se refiere a la
relación o similaridad entre preferencia sexual y la orientación sexual. Se
aplica el término concordancia a una persona cuyas preferencias sexuales
coinciden con su orientación sexual (por ejemplo: un varón declarado
homosexual que sostiene relaciones sexuales con personas del sexo
masculino), mientras que discordancia se refiere a la diferencia entre la
preferencia sexual y la orientación sexual (por ejemplo: una mujer
declarada heterosexual que siente atracción sexual a personas del sexo
femenino, que sostiene relaciones sexuales con personas del sexo
masculino y que prefiere ser llamada heterosexual).

El término erotismo designaba originalmente al amor apasionado unido


con el deseo sexual, sentimiento que fue personificado en el dios Eros.
Tiene una relación evidente con la sensualidad, con la sexualidad y con
las capacidades de atracción entre los seres humanos. Por lo que el
erotismo va de la mano con el deseo sexual y este deseo dependerá de
la orientación sexual de cada individuo.

Cuando se comprende estos conceptos que abarca la sexualidad humana


nos damos cuenta de la complejidad que esta conlleva y que cada quien
la vive de manera diferente por lo que, aunque existen componentes
característicos a todos los seres humanos que conforman la sexualidad,
no se puede hablar de una sexualidad única, sino que existen tantas
sexualidades como seres humanos en el mundo porque cada uno de
nosotros posee una construcción individual de su sexualidad. La
complejidad de los comportamientos sexuales de los humanos es
producto de su cultura, su inteligencia y de sus complejas sociedades, y
no están gobernados enteramente por los instintos, como ocurre en casi
todos los animales. Sin embargo, el motor base del comportamiento
sexual humano siguen siendo los instintos, aunque su forma y expresión
dependen de la cultura y de elecciones personales; esto da lugar a una
gama muy compleja de comportamientos sexuales.

Desde la visión de la vida sexual del ser humano como algo flexible,
cambiante y en permanente proceso de transformación, se capta en toda
su hondura la realidad del hecho sexual. La sexualidad no tiene una sola
función, ni es algo particular de un periodo de la vida del ser humano. No
es algo rígido desde que nacemos hasta nuestra muerte. Cada etapa de
nuestra vida tiene sus peculiaridades y la sexualidad no es ajena a esta
realidad. Por ello, una visión positiva, enriquecedora y responsable de las
bondades del sexo permite disfrutar de lo bueno de nuestra sexualidad en
cada uno de los periodos de la vida.

La infancia, a la que se ha considerado un periodo asexuado de la vida


tiene, por el contrario, una gran importancia en la formación del ser
sexuado. Cuando nacen, la niña y el niño tienen un patrón de conducta
sexual poco diferenciado. A excepción de los órganos genitales, distintos
en cada sexo, el comportamiento motor y sensorial es semejante en
ambos.

En este periodo, que se prolonga desde el nacimiento a la adolescencia,


se producen una serie de cambios físicos y psíquicos que constituyen el
desarrollo. Para comprender esta etapa como génesis de la sexualidad
humana hay que tener en cuenta los siguientes aspectos:

El ser humano nace con unas estructuras centrales activas que son
determinantes de la frecuencia, la forma y la orientación de la conducta
sexual. Estas estructuras se relacionan y adaptan a la realidad externa y
al sujeto.
El desarrollo sexual es fruto de la persona y de su modo de actuar, de la
relación con su medio y de las circunstancias que de él emanan.
En paralelo con los aspectos biológicos con los que nacemos, comienzan
a influirnos una serie de determinantes externos al sujeto y cambiantes
en el tiempo. Entre ellos podemos hablar de factores culturales,
religiosos, ideológicos y sociales. Se manifiestan a través de las pautas
de crianza y criterios educativos referidos al dimorfismo sexual (el hecho
de que en la especie animal humana hay dos sexos, el femenino y el
masculino), con una marcada influencia en la diferenciación psicosexual
entre niñas y niños. Por ello podemos considerar de un modo genérico
que el desarrollo sexual es consecuencia de la interacción del sujeto
(formado por su cuerpo y su psique), su medio socio-cultural y los
acontecimientos que vaya experimentando.

Características propias de la etapa infantil

La sexualidad infantil tiene una serie de características que la hacen


diferente a la de otras etapas de la vida:

La sexualidad en las etapas posteriores de la vida va a tener su base en


la sexualidad infantil.

- Lo genital no tiene importancia en esta etapa.


- Los aspectos sociales y afectivos asociados a lo sexual tienen una
gran relevancia.
- Los juegos sexuales de este periodo se basan en la enorme
curiosidad y la tendencia a imitar que le son propias.
- Las expresiones de la sexualidad en esta etapa reflejan las
necesidades del propio desarrollo.
- El que se puedan establecer vínculos afectivos satisfactorios en
este periodo va a facilitar un referente para un desarrollo armónico
en la edad adulta.
- Las preferencias sexuales no están determinadas.
- Superar problemas como los celos permiten ver el mundo de modo
menos egoísta y aprender que compartir no es perder sino ganar

Primer año de vida

En este periodo la relación entre el bebé y su madre tiene un efecto


modelador de enorme importancia. Hay autores que hablan de que la
vinculación en el contacto, el apego y la separación van a constituir el
núcleo de la personalidad y la sexualidad del sujeto en el futuro.

De los 2 a los 6 años

En esta etapa de la vida del niño y la niña hay una serie de cambios
fundamentales (motores e intelectuales) para su desarrollo en general y
que tendrán un significado especial para el desarrollo sexual.

El control de esfínteres y el modo de afrontar los padres y madres las


circunstancias que los rodean puede influir en el desarrollo de la
sexualidad del adulto.
Los problemas de celos y su superación le van a permitir ver el mundo de
las relaciones de modo menos egocéntrico y aprender que compartir no
es perder, sino ganar.
La curiosidad que siente en esta etapa se hace extensiva también a su
sexualidad. De ahí que podamos hablar de curiosidad informativa hacia
el mundo que le rodea, curiosidad por lo físico y lo emocional, y también
en el plano sexual. El niño explora su propio cuerpo y las sensaciones
que va percibiendo. Aquí se corre el riesgo de que la actitud de los adultos
no sea colaboradora. Deben evitarse los gestos de desaprobación, los
silencios o la incomodidad, porque se convierten en un cúmulo de
mensajes para los niños y las niñas que influyen de manera notable en la
percepción que tendrán sobre su cuerpo. Es evidente que el niño o la niña
van a sentir curiosidad por el otro u otra. Querrán investigar en las
diferencias físicas; aparecen conductas que se pueden denominar como
voyeristas (mirar) y exhibicionistas (mostrarse). Comienzan los juegos en
los que los/as niños/as imitan conductas de marcado carácter sexual, que
ven en su entorno, en la televisión etc. Incluso en los últimos años de esta
etapa comienzan las actividades auto exploratorias y auto estimulatorias
que pueden generar angustia en los mayores y provocar reacciones
reprobatorias hacia el menor si no se contemplan como naturales y no se
juzgan ni se intentan corregir. En esta etapa tiene una especial
importancia el proceso de identificación e imitación de modelos de
conducta sexual, que comienzan a definir las actitudes ante la sexualidad
y los modos de relacionarse en los planos erótico y afectivo.

De los 7 a los 10 años

En este periodo el niño y la niña son más autónomos, se manejan mejor


en el mundo real y conocen su identidad sexual. Por otra parte, la escuela
adquiere una mayor importancia en su desarrollo, aunque de poco sirve
en esta disciplina si el mundo académico continúa sin aportar ningún tipo
de educación sexual reglada. Es un periodo en el que las prohibiciones
en todo lo concerniente a lo corporal y a lo sexual se hacen mucho más
explícitas. De ahí que las conductas sexuales se hagan menos
espontáneas y abiertas, sean más sutiles y ocultas, y logren pasar
desapercibidas a ojos de los adultos. De manera errónea, estas conductas
pueden llevar a considerar esta etapa como de desinterés sexual o
periodo de latencia. Sin embargo, persisten los juegos sexuales, que,
aunque adquieren unas motivaciones añadidas, parten de la curiosidad
como elemento básico. El niño y la niña se afirman en lo que conocen por
observación de la conducta de los adultos; son conscientes de las
sensaciones físicas y emocionales asociad as al contacto y la cercanía
física; experimentan la excitación sexual y la relación afectivo-sexual con
su grupo de iguales. Por ello, las actitudes de reprobación o castigo por
su curiosidad pueden tener una influencia negativa en el desarrollo
posterior de la esfera psico-sexual de la persona.

La sexualidad en la adolescencia

Este periodo, que ocupa aproximadamente entre los 11 y los 19 años,


está plagado de cambios muy significativos en el desarrollo de la persona.
Cobran una significativa importancia el entorno social, sus normas y los
modos de afrontar y resolver los conflictos propios del desarrollo.

En este período surgen sensaciones e impulsos de tipo sexual que se


encuentran relacionados con los cambios biológicos que enfrentan todas
y todos los adolescentes. Los cambios hormonales provocan que se
tengan deseos y fantasías eróticas, que se quiera sentir placer físico a
través del propio cuerpo y del cuerpo de otros, especialmente de quien te
gusta.

La forma de vivir estos cambios y procesos tiene que ver con


características personales (como el sexo, la edad o la personalidad) y
sociales (la cultura, el nivel educativo, la religión, etc.), así como con las
reacciones y demandas del mundo que te rodea. Resulta común que, en
los primeros años de la adolescencia, las y los jóvenes se aíslen un poco
del mundo que les rodea, prefiriendo pasar más tiempo a solas consigo
mismas/os. Esto se encuentra relacionado con la sensación de
incomodidad con el cuerpo por lo rápidos y fuertes que son los cambios.
Es aquí cuando vuelve a aparecer la auto estimulación (ya que de niños
o niñas también se viven estas experiencias, solo que no tienen por
finalidad alcanzar el orgasmo sino explorar el cuerpo) y las fantasías (o
"soñar despierto") que permiten liberar los deseos e impulsos sexuales
que se están sintiendo.

La adolescencia es muy importante en la sexualidad humana ya que es


una etapa de cambios psíquicos y físicos, así como también un influjo
hormonal que afecta la manera en que viven la sexualidad ya que es el
principio de los deseos sexuales, lo cual les lleva a sus primeras
experiencias sexo-coitales para las cuales se presenta una maduración
de sus órganos genitales que capacitan esta función sexual.

Los cambios físicos

Los primeros cambios fisiológicos durante el inicio de la pubertad se


presentan con relación a la estatura, cerca de dos años antes en las niñas
que en los niños. El crecimiento definitivo comienza en torno a los 10 años
en las niñas y a los 12 años en los niños. Se experimenta un pico de
crecimiento cada dos años y supone ganar entre 7,5 y 10 centímetros de
altura cada año. A la mayor altura se suman transformaciones en el
tamaño de los huesos, lo que produce cambios en la fisonomía de la
persona. Con la primera menstruación, o al término de un pico de
crecimiento, empiezan a actuar las diferentes hormonas femeninas o
masculinas. Estas hormonas son las causantes de los cambios sexuales
secundarios.

La evolución física en las niñas, al igual que en los niños, incluye la


aparición de vello púbico y axilar, y cambios de coloración en la zona
genital. Las glándulas que producen el sudor están más activas, lo que
supone mayor sudoración. Llega el crecimiento de los senos y algunas
veces es más prominente el de una mama que el de la otra. Esto no debe
ser signo de preocupación porque, con el tiempo, el tamaño se iguala en
ambos senos. El pubis se ensancha y las manos se alargan. Cerca de un
año después de iniciado el crecimiento de los senos, se experimenta un
aumento de estatura, antes de aparecer la menarquia o primera
menstruación, que convierte a la mujer en fértil a todos los efectos.
Durante las primeras reglas es normal que los ciclos menstruales sean
irregulares. Así, pueden comprender entre 24 a 34 días, presentar una
duración entre 3 y 7 días, y no aparecer todos los meses. El dolor
menstrual o dismenorrea es poco común con la primera menstruación,
pero suele aparecer durante la adolescencia. Después de la primera
regla, la niña sigue creciendo tanto en talla como en el tamaño de sus
senos, y el vello púbico se hace más aparente y grueso. También hay
cambios en la voz, aunque no de manera tan notable como en los niños.
Todo el período de crecimiento dura entre 4 y 5 años. A su término, el
cuerpo está completamente desarrollado.

Con los primeros años de la adolescencia llega la madurez sexual de los


niños. Aparece el pelo en el área púbica, sobre las axilas y la 'barba'.
Además, cambia la voz. El cuerpo de los niños se prepara para la madurez
sexual con la producción de hormonas masculinas en cantidades
abundantes, que causan el agrandamiento de los testículos y el
oscurecimiento del escroto. Por lo general, el primer cambio que vive el
niño es la aparición de pelo ralo alrededor de la base del pene. Sucede
antes de un pico de crecimiento. Si en estos meses hay leve aumento de
las glándulas mamarias no es motivo de preocupación, pero conviene
estar atento para asegurarse de que desaparecen a los pocos meses.
Aunque el pene puede tener erecciones desde la infancia, la primera
eyaculación de semen se produce cuando se cumplen los dos años del
inicio de la pubertad, o cuando el pene ha crecido y ha alcanzado su
tamaño definitivo. Puede suceder en una masturbación, de manera
espontánea con una fantasía sexual o durante la noche en una
eyaculación nocturna. Más tarde, el pelo empieza a aparecer en las axilas
y en el rostro. La laringe crece y hace más visible la nuez o "manzana de
Adán", de manera simultánea al cambio en el tono de la voz, un proceso
que a veces produce "gallos" al hablar. La duración del crecimiento puede
prolongarse durante 5 años, tiempo en el que los testículos siguen
aumentando, y el pene se torna más grueso.

Una de las principales características de esta etapa es la aparición de la


masturbación la cual los jóvenes practican por lo deseos sexuales que
presentan; la exploración cognitiva y sexual del adolescente lo lleva al
uso de material sexual mente explicito lo cual utilizan para realizar la
práctica de la masturbación pero cabe recalcar que este proceso se debe
realizar con cautela ya que si es de una manera compulsiva puede llegar
a generar disfuncionalidad social, familiar e incluso académica.

Cambios psico-sexuales

- Aparece un interés por el atractivo físico del otro ya sea de su sexo


opuesto o de su mismo sexo.
- También un interés por cuidar y resaltar el propio atractivo.
- Se afianza la tendencia a la relación y al vínculo con determinadas
personas.
Toma cuerpo la función psicológica del impulso sexual.
El mundo emocional busca expresarse a través de los sentidos.
Aparecen conductas tendentes a obtener placer (en relación con el otro,
o a través de la auto estimulación).
Los cambios físicos sufridos en la adolescencia, unidos a un interés
creciente por saber de sexo y, en consecuencia, por la adquisición de
unos conocimientos e información (muchas veces errónea) sobre
sexualidad, hacen que se vaya formando una nueva identidad. En este
periodo se sale del seno familiar para ir entrando y compartiendo el mundo
de los iguales, con lo que supone el choque de las creencias transmitidas
en la familia sobre sexo y sexualidad con las que otros adolescentes y los
medios de comunicación (incluyendo Internet) le aportan. Así, se plantea
la disonancia entre qué valores asumir como propios, cuáles va a rechazar
y cuáles conservar de los que ha recibido de sus padres. Todo ello se
manifiesta a través de lo cambiante de su humor, de su irascibilidad y de
ciertas reacciones irracionales, que son la expresión del conflicto interior
que está viviendo.

Una duda que comparten adultos y jóvenes es cuándo se deben iniciar las
relaciones sexuales, más si éstas incluyen el coito, lo que implica riesgo
al embarazo y mayor peligro de contagio de enfermedades de transmisión
sexual. Preocupa en especial el cómo saber el momento adecuado para
iniciarse. Aunque, en realidad, los comienzos son muy paulatinos:
cogerse de la mano, un beso en la cara o en la boca, caricias... No
obstante, al final la duda se concreta en saber cuál es la edad buena para
empezar las relaciones sexuales completas. Lo ideal es que se llegue a
ese momento preparado psicológicamente y que tanto el protagonista
como sus progenitores y educadores lo interpreten como un acto de
responsabilidad y libertad. Por lo tanto, la respuesta a esa duda no se
puede reducir a ofrecer una edad para iniciarse, porque el criterio
cronológico no siempre se corresponde con la madurez afectiva. La
respuesta supone un análisis de la situación que comprende diferentes
factores.

En primer lugar, el adolescente debe analizarse a sí mismo y descubrir


cuál es su actitud personal ante el sexo, así como si es responsable para
asumir las consecuencias de mantener relaciones sexuales con otra
persona. Debe ser lo suficientemente maduro o madura como para
adquirir una protección adecuada para prevenir un embarazo y
enfermedades de transmisión sexual. Pero también hay que ser maduro
para hacer frente a unas respuestas emocionales y complejas, muy
importantes para definir el futuro comportamiento. Se inician los
desengaños amorosos, el enamoramiento, la necesidad del otro.

Después llega el análisis del otro, es decir, de la persona con la que se


va a tener relaciones. Hay que estar seguro de que ofrece confianza y
respeto. Debe ser una persona adecuada con la que compartir la
intimidad, y a la que se llega desde la plena libertad, no con el propósito
de satisfacer los deseos del otro sin conocer los propios.

Para terminar, merece la pena reflexionar sobre la familia, el entorno y el


grupo. Las relaciones sexuales pertenecen a la intimidad de las personas,
y por ello no hay obligación de compartir con los demás detalles sobre
ellas, salvo si se quiere hacer o se necesita hacerlo; mucho menos seguir
los dictámenes de los otros sobre el ejercicio de la sexualidad, la
adolescencia es una etapa donde los jóvenes empiezan a experimentar y
no es de extrañarse si lo jóvenes tuviesen relaciones homosexuales
temporales ya que es parte de un desarrollo de maduración y
autodescubrimiento. Los adolecentes requieren de especial atención,
debido a que empiezan una etapa de grandes expectativas en la que
adquieren su propia identidad.

Como hemos venido señalando la adolescencia suele ser la edad de las


primeras relaciones sexuales, este aspecto es muy interesante debido a
que desde la terapia sexual se sabe que estas primeras incursiones en
actividades sexuales determinan el desempeño y las expectativas de los
demás encuentros sexuales. De ahí la necesidad de fortalecer la
capacidad asertiva del adolescente respecto a su decisión para acceder
a un intercambio sexual.

La sexualidad participa de tantos o más mitos y prejuicios como la enfermedad


mental. Hubo también una época en la que el enfermo mental era poseído del
demonio al que se tenía que apartar de la sociedad, de este modo hoy se apartan
como “desviados” o “enfermos” a muchos cuya única “enfermedad” consiste en ser
una minoría con preferencias sexuales diferentes a las del grupo mayoritario.

Homosexualidad desde distintas perspectivas.

Para hablar desde la homosexualidad desde diferentes perspectivas partiremos


definiendo este complejo concepto.

La homosexualidad es una orientación sexual que como definimos en páginas


anteriores se refiere ha un patrón de atracción sexual, erótica, emocional y
amorosa a un grupo de personas definidas por su sexo (características
físicas con las que nace un ser humano) que, en el caso de
homosexualidad se refiere a personas que son atraídas por otras
personas de su mismo sexo ya fuese hombre atraído por hombre
(homosexualidad) y mujeres atraídas por mujeres (lesbianidad).
Junto con la bisexualidad y la heterosexualidad, la homosexualidad es una de las
tres principales categorías de la orientación sexual en el continuo heterosexual-
homosexual. No hay consenso entre los científicos acerca de por qué una persona
desarrolla una orientación sexual determinada. Muchos científicos piensan que la
naturaleza y la educación - una combinación de influencias genéticas, hormonales
y ambientales- participan en causar la orientación sexual. Otros son partidarios de
teorías con base biológica, que apuntan a factores genéticos, el ambiente uterino
temprano, ambos, o la inclusión de factores genéticos y sociales. Lo cierto es que a
pesar de estas teorías aún falta mucha investigación y evidencia para confirmar
alguna de estas teorías, pero, en este documento revisaremos algunos de las
principales y más apoyadas teorías.

Teoría neuroendocrina prenatal


Durante la gestación, el embrión crece de tamaño al tiempo que se van
diferenciando los diversos órganos del nuevo ser. Unos embriones (XX) se
transforman en fetos femeninos y otros (XY) en fetos masculinos lo que tiene su
manifestación más evidente en los órganos genitales. Pero, si acepta la presunción
de que "lo masculino" es todo lo correspondiente a los hombres y lo "femenino" todo
lo correspondiente a las mujeres, todos los órganos son feminizados o
masculinizados, principalmente el cerebro, como resultado de la acción de la
testosterona (masculinización) o por la falta de testosterona (feminización). La
diferenciación sexual genital se produce durante el primer trimestre de la gestación
y la diferenciación sexual cerebral entre el segundo y tercer trimestre. Puesto que
ambos procesos están desfasados en el tiempo, puede suceder que se diferencie
un cerebro de hembra humana en un feto con genitales de macho humano.
Análogamente, puede masculinizarse el cerebro de un feto femenino. El cerebro de
muchas mujeres independientemente del sexo genital de la persona, determina una
orientación sexual hacia los hombres. Del mismo modo, el cerebro de los hombres,
al margen del sexo biológico de la persona, determina la atracción sexual por las
mujeres. Sexo masculino con cerebro femenino resultara ser de esta manera "gay".
Sexo femenino con cerebro masculino resulta en consecuencia ser "lesbiana". La
orientación sexual viene determinada prenatalmente por la impronta de las
hormonas sobre el cerebro durante la gestación. Durante la infancia y la
adolescencia, las hormonas sexuales desarrollan los caracteres sexuales
secundarios (cambio de voz, barba, vello púbico, etc.) y activan la orientación sexual
establecida prenatalmente, pero no pueden modificarla.

Esta teoría está experimentalmente demostrada en mamíferos no-humanos y, si es


que es posible la comparación, se supone que es la explicación de la mayoría de
los casos de orientación homosexual. Se sabe además que existen otros
mecanismos biológicos (el llamado efecto FBO) que explican otros casos de
homosexualidad. Y parece tener bastante probabilidad de actuar también algún
mecanismo epigenético en otros casos.

Teoría neurológica
En 1991, el neurocientífico estadounidense Simon LeVay, publicó un artículo
llamado "“Una diferencia en la estructura hipotalámica entre hombres homosexuales
y heterosexuales"”. Se demostraba que el tercer núcleo intersticial del hipotálamo
anterior (INAH3) era, en promedio, dos veces más grande en los hombres
heterosexuales que en las mujeres heterosexuales. En los hombres homosexuales
el tamaño del INAH3 era similar al de las mujeres heterosexuales. El INAH3, por su
localización y conexiones es el equivalente humano del llamado núcleo
sexualmente di mórfico del área pre óptica (SDN-POA) de otros mamíferos
estudiados (ratas y ovejas) que se sabe está relacionado con la conducta sexual de
esos animales no humanos. En las ovejas se ha demostrado similar asociación
entre el tamaño del SDN-POA y la preferencia sexual: los carneros homosexuales
muestran un tamaño de esta estructura nerviosa menor que los heterosexuales y
similar al de las ovejas.24 El dimorfismo sexual cerebral en las ovejas se produce
antes del nacimiento e independientemente de la experiencia sexual. Otras
estructuras del sistema nervioso central humano (comisura del cuerpo calloso,
núcleo supraquiasmático, etc.) muestran igualmente diferencias de tamaño
vinculadas con la orientación sexual (el sexo mental) en vez de con el sexo genital
de la persona.

El neurocientífico holandés Dr. Dick Swaab, fundador del Banco de Cerebros de la


Universidad de Ámsterdam, menciona que en la orientación sexual interfieren gran
cantidad de factores como circuitos neuronales, factores genéticos y hormonas;
pero hace hincapié en que, durante los seis primeros meses de vida gestacional, se
establece una impronta de carácter sexual en el encéfalo y que en dos etapas
subsecuentes e importantes, durante los dos primeros años de vida y la
adolescencia, existen cambios de gran actividad hormonal que pueden consolidar
la forma en que cada individuo ejerce su sexualidad.

Se mencionan controvertidos hallazgos con respecto al consumo de medicamentos


en mujeres embarazadas, sobre todo dentro de los primeros dos trimestres de vida
gestacional, como la utilización de analgésicos y antiinflamatorios no esteroideos
pudiendo inhibir la producción y síntesis de prostaglandinas esenciales en la
configuración neuronal hipotalámica fetal y que puede ser crucial para definir las
características de la orientación sexual.

La epigenética, que no viene a ser otra cosa que la mezcla de ambas. La epigenética
se encarga de estudiar aquellos factores no genéticos (pero que se pueden heredar
y se heredan) que intervienen en la expresión de los genes y el desarrollo de los
individuos. Esta teoría viene a decir que hay una serie de marcas en el ADN que
regulan la sensibilidad a la testosterona que es una hormona sexual implicada en el
desarrollo.

Teoría social sobre la homosexualidad

FACTORES PSICODINAMICOS
Analizaremos a continuación las aportaciones de diversos autores de
orientación psicodinámica, comenzando por las tesis psicoanalíticas
postuladas por Freud.
Bien es sabido que la sexualidad ocupa un lugar preferencial en la obra
de Sigmund Freud y que sus planteamientos revolucionan y convulsionan
la concepción naturalista imperante a principios de este siglo. Cuatro
serían las razones en las que se apoya el autor para elaborar su teoría
sexual:
a) La existencia de una sexualidad infantil, hasta entonces impensable.
b) La ruptura de la barrera existente entre normalidad y anormalidad del
comportamiento sexual.
c) El comportamiento sexual del adulto es el resultado de cómo se
resuelven las vicisitudes del desarrollo individual.
d) La existencia de una estrecha relación entre motivaciones de tipo
sexual y comportamientos humanos.

Basándose en sus observaciones, su concepción acerca de las


perversiones sexuales supone un cambio radical en los planteamientos
científicos de la época, que a la sazón postulaba la escuela centroeuropea
(Kraft-Ebing, Hirschfeld) que mantenía la hipótesis de la degeneración
congénita.
Los diversos estudios clínico-evolutivos efectuados por Freud hacen que
se plantee y defienda la potencialidad bisexual del ser humano no sólo
desde un punto de vista anatómico sino también psíquico y que
durante el desarrollo existe una elección homosexual de objeto
inconsciente que no sería debida al estímulo del objeto erótico y
que podría expresarse en prácticas homosexuales, sublimarse o
detectarse en el trasfondo de diferentes trastornos mentales (Freud
1905).

Su teoría de los instintos y sus estudios sobre la sexualidad infantil y la


sexualidad en las neurosis son los elementos responsables de que se
resista a separar tajantemente la sexualidad perversa de la normal. Para
Freud el ser humano desde niño puede ser considerado un ser poli sexual,
identificando determinadas zonas corporales con zonas
erógenas y que tienen una doble función vital y placentera. Estas zonas
son origen de pulsiones o instintos parciales y reunidos bajo la
preponderancia de la zona genital conducirán a la reproducción,
manifestando finalmente la madurez psicosexual. El niño es un "perverso
polimorfo" (Freud 1905), es decir durante el desarrollo psicosexual normal
el instinto perverso está presente en el niño y es parte integrante de la
sexualidad adulta; ahora bien, si durante esta edad adulta una pulsión
parcial adquiere una supremacía y consigue desplazar a la organización
genital, bien por fijación o por regresión a niveles pre genitales de
desarrollo, entonces se originará la perversión sexual.
Freud divide a los homosexuales en manifiestos y latentes, siendo los
primeros insignificantes en número con respecto a los segundos (Freud
1916). A lo largo de su obra, Freud describe una serie de mecanismos
que podrían ser los responsables de la homosexualidad y que giran en
torno a la resolución del complejo de Edipo y que resulta ser la explicación
mas conocida acerca de la génesis de la homosexualidad. El amor del
niño hacia la madre es tal que la renuncia de este amor debe hacerse
mediante la identificación total y fidelidad con el objeto perdido. El niño
busca entonces objetos eróticos en los que pueda encontrarse a sí mismo
y amarlos como pudo amar a su madre. De este modo el sujeto se
mantiene fiel a la madre no conduciendo sus impulsos libidinosos hacia
otras mujeres y de este modo evita la rivalidad con el padre y por tanto la
amenaza de castración.
Aquí Freud apostilla la importancia de la influencia de los padres en la
génesis de la homosexualidad. Un padre débil, distante y alejado de la
madre y del niño es incapaz de ofrecer una imagen masculina gratificante
con la que el niño pueda identificarse. La madre dominante,
excesivamente protectora y con actitudes y conductas seductoras hacia
el niño y que a la vez infravalora o niega el papel autoritario del padre
serían los ingredientes básicos. Un mecanismo alterado en desarrollo de
la líbido conduce a la elección de objeto erótico distinto a la madre y
centrado en la propia persona, es decir a la elección narcisista de objeto
sexual. Aquí la sexualidad infantil auto erótica se fija en el órgano
viril y desemboca en una elección de objeto homosexual. Al inicio de la
etapa fálica el niño se siente orgulloso de su pene y defraudado
por lo no existencia de éste en la mujer, su vuelta a la heterosexualidad
no puede hacerse por el miedo a la castración.
Otro mecanismo implicado en la génesis de la homosexualidad sería la
adherencia y fidelidad al objeto erótico madre. El niño hacia los cuatro
años comienza a apreciar las diferencias genitales. La figura paterna es
considerada como rival que restringe su placer con la madre y que
amenaza con la posible castración. La resolución de este espacio
triangular edípico debe renunciar al amor que siente por su madre corno
objeto erótico asumiendo el complejo de castración e identificarse con la
figura materna y a la misma vez con el padre, para poder llegar a tener lo
que el padre tiene.
Finalmente ofrece otro mecanismo explicativo a través de la
transformación del rival odiado en objeto erótico (antítesis de la
Paranoia).
El origen es el mismo que el de los instintos sociales: La hostilidad y las
situaciones de rivalidad, que no pueden demostrarse ni alcanzar
satisfacción, se reprimen y surgen en sentimientos sociales de
identificación. Esta situación se encuentra más cerca de la elección
narcisista de objeto que de la identificación con la madre, que queda
relegada a un segundo plano. La homosexualidad resultante no es del tipo
exclusivo y puede incluir una actividad heterosexual (Freud 1921).
El papel de los padres en la génesis de la homosexualidad, es promulgado
por diversos autores de inspiración psicodinámica.
(Ferenczi, Fenichel, M.Klein, Bergler, Thompson, Socárides, Mc.Dougall,
etc.)

FACTORES DE APRENDIZAJE
Vamos a considerar los distintos aspectos o enfoques referentes a la
teoría del aprendizaje, en la génesis del comportamiento homosexual.
El condicionamiento clásico como mecanismo productor de conductas
sexuales, este estudiado e ilustrado por diversos investigadores, tales
como Ford y Beach en 1978; Kinsey en 1949 y 1967 Y Masters y Johnson
en 1981. En síntesis se puede explicar este mecanismo
basado en la generación de respuestas condicionadas, a partir de
estímulos neutros, éstos pueden transformarse en estímulos
condicionados cargados de significación y valencia erótica, cuando se
asocian a experiencias eróticas estimulantes (Rachman, 1966). En la
génesis de conductas sexuales desviadas se ha postulado el factor de la
masturbación como hecho desencadenante de las mismas. Según esto,
se establecerla un proceso de condicionamiento (condicionamiento
masturbatorio) por el cual la excitación y el placer derivados de la
masturbación se asociarían a fantasías sexuales inapropiadas, de modo
que la masturbación reiterada asociada a estas fantasías eróticas
desviadas acabaría por condicionar la respuesta sexual del sujeto
(Katchadourian, 1983). Al igual que el primer acto sexual efectuado por el
individuo, se ha barajado como factor condicionante de su futura
sexualidad, sin embargo, esta posición ha sido ampliamente criticada
por diversos autores. Oyhenart-Perera (1984) critica que la primera
experiencia sexual sea el condicionante principal para explicar la futura
preferencia sexual, encontrando un mayor peso en los factores
socioculturales y el valor de la afectividad y la emotividad asociados a
esta experiencia primera. Farré (1983) se apoya en el papel del
polimorfismo sexual del niño y en la constatación de que determinadas
actividades no sexuales pueden producir estimulación genital en los niños
y que en la pubertad la respuesta sexual (por ejemplo, la erección en el
varón) tiende a darse con más frecuencia asociada a estímulos sexuales
específicos. En el caso de la homosexualidad la experiencia primera no
siempre está presente, ya que muchos homosexuales declaran ser así
antes de iniciar cualquier práctica homosexual, e incluso otros han
mantenido previamente relaciones heterosexuales. El papel del
condicionamiento operante o instrumental también ha sido estudiado
entre otros autores por Feldman y Mac Culloch (1980). El mecanismo de
acción se basaría en el moldeamiento inicial de la conducta sexual a partir
de conductas sociales o ligadas a la afectividad, por medio de
reforzadores que pueden ser tanto psicológicos como fisiológicos. En el
primer caso a partir del propio refuerzo que el sujeto se produce cuando
compara su comportamiento sexual con el modelo que previamente
estableció.
En el segundo caso por la obtención de placer a través de la excitación y
el orgasmo. Es de destacar dentro de este tipo de condicionamiento
el papel de los refuerzos externos de tipo verbal y no verbal,
proporcionados fundamentalmente por el compañero sexual; un ejemplo
sería el de las prácticas sexuales tempranas y la importancia de la
seducción en la génesis de la homosexualidad.
Otro tipo de aprendizaje estudiado es el llamado aprendizaje vicario, por
medio del cual se adquieren nuevos patrones de conducta sexual y
también se extinguen o potencian patrones ya preexistentes. (Bandura y
Walters, 1965;Ford y Beach, 1978). En este aprendizaje el experto es el
iniciador de la conducta y el participante (persona inexperta) imita la
conducta, además el experto modela la conducta de su partener. La
influencia del modelo puede darse también por ausencia o déficit, así en
un modelo masculino deficiente ofrecido por el padre determinaría la
necesidad homosexual del hijo.
Habría que mencionar también los estudios en relación a los efectos
producidos por la asignación de sexo por parte de los padres en sujetos
con diferentes anomalías que determinan un sexo genital externo
ambiguo. Money (1974) señala que el único factor determinante de la
orientación sexual es el sexo asignado por los padres antes de haber
cumplido los tres años de edad y en consecuencia de haber sido educados
como varones o mujeres. Según este autor la formación de la identidad
psicosexual y la adquisición de un rol genérico se produce paralelamente
a la adquisición del lenguaje y por tanto existiría
un período crítico en torno a los tres años. Posteriormente los cambios
producidos en la adolescencia completan la diferenciación psicosexual.
El estudio transcultural efectuado por Ross (1983), le lleva a promulgar
que el grado de género invertido que representa el homosexual depende
no sólo de su grado de homosexualidad, sino del nivel de tipificación
respecto al sexo de la sociedad en que vive y de las manifestaciones
homofóbicas de esa sociedad. En definitiva, los factores de aprendizaje
giran en torno a la idea central de que el comportamiento humano se
aprende y el proceso de aprendizaje tiene lugar en un contexto
sociocultural determinado. Actualmente la teoría del aprendizaje social se
emplea como modelo explicativo del comportamiento sexual humano y de
sus variantes considerando que las actitudes y preferencias sexuales y
por tanto la conducta, se aprende y perdura por la influencia de modelos
socioculturales.

Para finalizar podemos resumir respecto a la etiología de la


homosexualidad, que es necesario el concurso de múltiples factores,
biológicos, experienciales y psicológicos. Hoy día diversos investigadores
(Friedman y Downey,1993; Le Vay, y Hamer 1994) encuadrados en sus
respectivas disciplinas, convienen en señalar el equilibrio de estos
factores causales que no determinan en ningún caso el protagonismo de
uno sobre los otros.
Desde el punto de viste religioso rechazan totalmente las prácticas
homosexuales ya que para ellos Dios creo al hombre, y a la mujer como
complemento de este y así fue una pareja en donde la sexualidad se da
con el único motivo de la reproducción y no con fines placenteros por lo
que un hombre con otro hombre es algo anti natural y aberrante. Según
las distintas religiones las prácticas homosexuales serán castigadas por
Dios ya que se dice que ellos no obtendrán el reino de los cielos.

Otros puntos de vista

Informe Kinsey
En el Informe Kinsey se establecen diversos grados de bisexualidad, se
indica en azul la proporción de prácticas homosexuales.
Así, con posterioridad, los estudios científicos realizados por Alfred C.
Kinsey, concluyeron que, analizados tanto el comportamiento como la
identidad, la mayor parte de la población parece tener por lo menos
alguna tendencia bisexual (atracción hacia personas tanto de uno como
de otro sexo), aunque ordinariamente se prefiere un sexo u otro. Kinsey
y sus estudiantes consideraron que sólo una minoría (del 5 al 10 %) es
completamente heterosexual o completamente homosexual. De la misma
manera, sólo una minoría aún más pequeña puede considerarse
completamente bisexual y se establecieron diversos grados de
bisexualidad. Estudios posteriores han querido demostrar que el informe
de Kinsey había exagerado la prevalencia de la bisexualidad en la
población; pero todavía su idea goza de una gran aceptación.

Teoría queer
Algunos pensadores en los estudios de género, como el filósofo francés
Michel Foucault (aunque algunos hayan argumentado que sus ideas en
este tema han sufrido distorsión) o la filósofa Judith Butler, atacan la idea
de que las identidades sexuales tales como la homosexualidad, la
heterosexualidad o la bisexualidad tengan cualquier existencia objetiva.
Dicen, en su lugar, que son construcciones sociales. Este punto de vista
teórico se llama teoría queer. Un argumento frecuente es que la
homosexualidad pre moderna era diferente de la homosexualidad
moderna, pues era estructurada por edad, por sexo o por clase, en vez
de igualitaria. Los críticos contestan que, aunque la homosexualidad de
épocas distintas haya tenido rasgos distintos, el fenómeno básico ha
existido siempre y no es una creación de la sociedad actual.

Judith Butler (2000) ha ejercido una gran influencia dentro de la teoría


feminista y en los estudios queer por proponer una concepción del género
imitativa y representativa. Gender Trouble es el texto iniciático de la
Teoría Queer; en él Butler (1990) señala que el género es esencialmente
identificación, que consiste en una fantasía dentro de otra fantasía: El
género se define, de acuerdo con Butler, en lo que denomina el
performance, esto es, la repetición que imita constantemente la fantasía
que constituyen las significaciones de manera encarnada. Bajo esta
visión, los comportamientos tan criticados como el amaneramiento de
algunos gais y transexuales, o las relaciones butch (camionera)/feme con
su imitación particular del género revelan, según Butler, la estructura
imitativa propia del género. En “Imitación e insubordinación de género”
(2000) Butler se cuestiona sobre la posibilidad de teorizar como lesbiana,
por ser esta una categoría de identidad, un requerimiento a convertirse
en aquello que ya se es. Las categorías de identidad tienden a ser
instrumentos de regímenes regularizadores, tanto si obran como
categorías normalizadoras de estructuras opresoras, como si sirven de
encuentro para una oposición liberadora. Es decir, la categoría “lesbiana”
es tan reguladora como lo es la categoría “heterosexual”. Para Butler,
cualquier categoría de identidad controla el erotismo, describe, autoriza
y, en mucho menor medida, libera. La teoría no debería entenderse en el
simple sentido de contemplación desinteresada, sino que es totalmente
política. Butler rechaza convertirse en defensora de alguna teoría que
legitime y domestique los estudios sobre homosexualidad/lesbianismo
para entrar en el mundo académico, a través de prácticas elitistas. Parte
de la idea foucaultiana de que hablar de “homosexualidad” es en sí mismo
una extensión del discurso homofóbico. Nombrar el lesbianismo es al
mismo tiempo evocar al instrumento de poder, pero también un punto de
resistencia a la opresión. La sexualidad deja de ser sexualidad tras
someterla a la absoluta explicitud.

Como conclusión podemos decir que la homosexualidad a punto de vista


personal no es nada antinatural y que la respuesta a su origen que
podríamos dar como más completa es aquella donde se unan los factores
genéticos y sociales ya que tendrían mejor explicación fusionando ambos
enfoques, pero más allá de eso lo mejor es simplemente respetar las
decisiones individuales de cada quien y evitar la homofobia.

Referencias bibliográficas:
-W illiam H. Masters y Virginia E. Johnson (1967). Respuesta sexual
humana. Buenos Aires, editorial Intermédica.
-Estupinyá, Pere (2013, noviembre). Una aventura de sexo y ciencia: Una
mirada a la investigación científica de la sexualidad humana y sus
sorprendentes resultados. ¿Cómo ves?
-Barcia O. y Galiana M.(1982):Las alteraciones de la conducta sexual. En
Psiquiatria T.I1 Lopez Ibor,Ruiz Ogara, Barcia
Salorio.Ed.Toray.Barcelona.
-Beach y Ford (1978): Conducta sexual 3 ed. Barcelona Fontanella.
-Bene E. (1965): Sobre la génesis de la homosexualidad masculina: un
intento de clarifyng el papel de los padres. Britsh journal psicolgìa.
- Bieber I. et al (1962): Homosexualidad: un estudio de psicoanálisis de
hombres homosexuales. New York Basic Books.
- Money J.(1974):Oesviaci6n sexual aspectos psicológicos. En
Enciclopedia internacional de ciencias sociales,ed. A.Johnson y A.
Wallis.Aguilar.Madrid.
- Levay S. y Hamer O.H- (1994):Bases biológicas de la homosexualidad
masculina.
- Master W.H.;Johnson VE.(1979):Homosexualidad en perspectiva.
Buenos Aires .. Intermédica.
- Oyhenart-Perera M.F.(1984).La iniciación sexual de varones androtrópicos.
Revista de Psiquiatría y Psicología Médica.XVI 7, 469-490.
- Bandura A. Y Walters RW.(1965): Aprendizaje social y personalidad.Madrid
Alianza 1974.
-Freud S. (1916):La vida sexual humana. En Freud.Obras completas.Madris
Biblioteca Nueva.

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