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LA inminencia DEL

RETORNO DE

CRISTO
LA PERSPECTIVA TESALÓNICA Y EL TIEMPO
PRESENTE

PABLO GONZÁLEZ
Jesús, nuestro Señor, fue el primero en anunciar su segunda venida. En el evangelio de

Juan, Jesús dice que iría a preparar morada para sus discípulos y que volvería otra vez para

tomar a los suyos (Juan 14:1-4). En Lucas, dice que “verán al hijo del hombre, que vendrá

en una nube con poder y gloria” (Lucas21:27). En Mateo 24, Jesús da todas las señales del

regreso de su venida. Así también, al momento de su ascensión, ángeles anunciaron que -así

como Jesús había sido tomado al cielo- volvería otra vez de la misma manera que se fue

(Hechos 1:11).

En base a estas verdades, la iglesia primitiva vivió consciente del regreso de nuestro Señor.

Consideraban la segunda venida como un suceso inmediato, algo que sucedería durante los

primeros siglos de nuestra historia.1 De modo que la parusía de nuestro Señor era un tema

tan común como la vida misma. Esa es una de las razones por las que Pablo escribe su primera

carta a los tesalonicenses. Algunos creyentes afirmaron que la venida de Cristo ya sucedió y

que ellos quedaron en este mundo. Otros, considerando la inminente venida de nuestro Señor,

se entristecían por aquellos cristianos que habían muerto prematuramente. Probablemente

creían que, al estar muertos, no podrían participar del Reino venidero; o que debido a su

estado de mortandad quedarían atrás para reencontrarse con su Señor. Sin embargo, Pablo

les exhorta a no entristecerse por “los que duermen”. Con esto, el apóstol no los motiva a

evitar el duelo por los familiares fallecidos, sino que los anima para que no se entristezcan

por lo que sucederá en el futuro, es decir, al momento de la venida del Señor. Por escribe

que: “los muertos en Jesús resucitarán primero [Y] Luego nosotros, los que hayamos

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“Dada la exhortación frecuente a estar preparados, es fácil de entender que los primeros cristianos, para
quienes la venida del Señor era objeto de todos sus anhelos, llegaran a considerarla no como un acontecimiento
remoto, sino como algo inminente”. Karl Staab y Norbert Brox, Carta a los Tesalonicenses, cartas de la
cautividad y cartas pastorales (Barcelona: Editorial Herder, 1972), pág. 43-44

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quedado, seremos arrebatados2 juntamente con ellos” (1 Tesalonicenses 4:16-17). Por lo cual

podemos comprender que los sucesos de la segunda venida serán los siguientes: (1)

Obviamente, Cristo volverá; (2) los creyentes muertos serán los primeros en resucitar; (3) los

creyentes vivos serán tomados; y (4) todos nos encontraremos con el Señor y estaremos con

él para siempre.

Otro tema común en sus conversaciones era saber cuándo sucedería la segunda venida

(cosa que también es un tema en nuestros tiempos), pero el apóstol responde con claridad:

“no tenéis necesidad de que os escriba acerca de estas cosas, porque vosotros sabéis

perfectamente que el día del Señor vendrá, así como ladrón por la noche”, es decir, sin aviso.

Jesús dijo algo similar en su discurso escatológico: “porque como el relámpago que sale del

oriente y se muestra hasta el occidente así será también la venida del Hijo del Hombre”

(Mateo 24:27). En otras palabras, lo que Jesús y pablo quieren decir es que la segunda venida

será una sorpresa. Nadie sabe cuándo sucederá y nadie sabe cómo sucederán específicamente

estas cosas. Lo único que se sabe es que será repentinamente.

La venida del Señor también es tema en nuestros tiempos, pero lamentablemente ha

sufrido algunos extremos:

Primero, tenemos a quienes anuncian la venida del Señor en una fecha específica, a pesar

de que la Palabra es clara en decir que nadie sabe cuándo sucederán estas cosas. Tanto es el

afán de que estas cosas sucedan, que tan solo en los últimos 20 años se ha anunciado el fin

de este mundo en 3 ocasiones. Primero fue el año 2000, que anunciaba una crisis electrónica.

2
Llama la atención el uso de harpazö (arrebatar, robar) para referirse a “ser tomados por el Señor”, pues
esta palabra frecuentemente se utiliza para expresar la acción de robar o saquear. Probablemente se emplea para
entender la idea de que “el día del Señor será así como ladrón por la noche”

2
Después fue en el 2006, con la idea de que el 6 de junio de 2006 (06/06/06) se manifestaría

el anticristo. Recientemente se creyó que en el 2012 nuestro mundo llegaría a su fin porque

el calendario Azteca y Maya acababa en tal fecha, lo cual muchos cristianos interpretaron

como la venida de nuestro Señor. Y ahora, basado en una alegorización de Lucas 24, se ha

planteado que Cristo vuelve en el 2031.3 Y probablemente así será hasta que Cristo venga

realmente, nos seguiremos encontrando con diferentes enunciados de la venida del Señor. Ya

sea por catástrofes naturales, alineación de astros o alegorizaciones extravagantes, siempre

habrá un grupo de personas que fechará la segunda venida.

Segundo, como producto de lo primero, tenemos el extremo de abandonar todo lo

conocido por la venida del Señor, lo cual llamo “desprendimiento prematuro”. Tenemos

como ejemplo la supuesta venida del 2000, en la que gran parte de los evangélicos optaron

por abandonar sus trabajos o no enviar a sus hijos a estudiar porque “el Señor venía” en dicha

fecha.4 Por el contrario, consagraban sus vidas de lleno para que al momento de la venida

sean encontrados intachables. Sin embargo, como la historia lo demuestra, nada especial

sucedió tal año y todos los esfuerzos de consagración fueron en vano. Algo similar ocurre en

algunas iglesias de nuestra década. Se enfatiza la segunda venida del Señor más que cualquier

otra cosa y se insta a los creyentes a no continuar sus estudios superiores. Aún existe cierto

grupo de personas que lo ha abandonado todo y espera que el inminente regreso de Cristo se

cumpla en una fecha establecida.

3
www.profeciaaldia.com/2016/01/jesus-viene-en-2031-explica-bastor-bautista-basado-supuestamente-en-
la-biblia.html última vez revisado 21-03-2018
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Toda esta información ha sido tomada de diversos testimonios: “fui muy juzgada en mi iglesia por
continuar mis estudios superiores”; “los hermanos dejaron de trabajar porque no tenía sentido si Dios venía en
el 2000”. Más adelante espero investigar profundamente y escribir sobre el tema

3
Tercero, como consecuencia de lo anterior tenemos otro extremo que pertenece

mayormente a la población incrédula. Debido a los inconstantes anuncios de la venida del

Señor, específicamente aquellos que dan una fecha exacta, la población a dejado de creer que

esto fuera realidad. Gran parte de la población evangélica abandonó sus iglesias, creyendo

que todo aquello que se les predicó fue una vil mentira, un simple cuento para infundir temor

y ganar algo de dinero. Así también, el mundo secular observa esta situación con un poco de

burla, considerando a los cristianos como niños que creen en cuentos de hadas. Incluso en

círculos cristianos, se ha perdido la fe en que el Señor regrese pronto. Sin embargo, la

Escritura nos da una explicación de por qué aún no viene Cristo, escribe Pedro: “El Señor no

retarda su promesa, según algunos tienen por tardanza, sino que es paciente para con

nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2

Pedro 3:9). Por lo cual, en base a esto, entendemos que Cristo no se ha tardado en su venida

y que, a pesar de todas las enunciaciones, él no viene simplemente por su gran misericordia;

pues desea “que todos procedan al arrepentimiento”.

En vista de todo esto podemos comprender que nuestro tiempo no es muy diferente al del

apóstol Pablo y la iglesia en Tesalónica. En ambos tiempos existe aquella duda, o más bien

morbo, por saber todo lo relevante a la segunda venida (es por eso también que se ha

popularizado tanto la escatología). Sin embargo, la Escritura es clara y la historia la respalda:

“nadie sabe el día ni la hora en que el Señor vendrá” o como Pablo lo ilustra “aquel día será

como ladrón en la noche”. Más adelante dice que será repentino, “como dolores a la mujer

encinta”.

Por lo tanto, comprendemos que no podemos dar fecha al regreso de nuestro Señor. Por

muchas señales que se vean en el mundo, por mucho que los astros se alineen y por mucho

4
que la Biblia sea alegorizada, no podemos concluir que Cristo venga en un momento exacto.

Es tan probable que Cristo venga mientras se lee este documento, como que venga en mil

años más. Lo único que podemos comprender del Texto Bíblico es que Cristo volverá en

cualquier momento -ya sea hoy, mañana, o en mil años - y que, como pueblo de Dios,

debemos estar preparados para su venida; sin en el error de abandonar nuestros trabajos o

desertar nuestros estudios pensando que Cristo volverá en una fecha establecida. Pues como

su Palabra lo dice: “nadie lo sabe”. En cambio, como anima Pablo a los tesalonicenses,

debemos edificarnos unos a otros para no ser sorprendidos en el día del Señor, debemos vivir

conscientes del inminente regreso de Cristo.

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