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ÁCIDO SULFÚRICO

De entre los centenares de compuestos químicos inorgánicos es, sin duda, uno de los más conocidos y
de los más popularmente temidos. Aparece en más de una película policíaca como disolvente demoníaco
para destruir el cuerpo del delito. Se producen muchos miles de toneladas en el mundo anualmente y, de
hecho, el nivel de producción de ácido sulfúrico de un país es indicativo de su desarrollo industrial. Esta
aparente contradicción está sobradamente justificada por la multitud de aplicaciones de este compuesto.

El Ácido Sulfúrico (H2SO4) y Sus Propiedades Ácido-Base

El concepto de un ácido o una base se ha establecido a partir de diversos puntos de vista. De la forma
más sencilla, se define a un ácido como un compuesto capaz de ceder protones (H+) al agua y a una
base como una sustancia que cede iones OH- al agua. El ácido sulfúrico es capaz de ceder los dos
protones que tiene al agua. Sin embargo, el concepto de ácido o base es mucho más amplio. Según la
definición de Lewis, que es la más general, un ácido es una sustancia que forma enlaces covalentes
aportando orbitales electrónicos vacíos y la base es la sustancia que forma enlaces covalentes aportando
pares electrónicos sin compartir. Esta definición es también aplicable al ácido sulfúrico, ya que los
protones H+, son iones que necesariamente se enlazan sin poder aportar ningún electrón, puesto que no
tienen. Para que un ácido actúe como tal, tiene que hacerlo con un compuesto que actúe como base.
Éste es el caso del agua, que, teniendo doble carácter (ácido o base según con qué reaccione, por eso se
dice que es anfótera), capta los protones que le cede el ácido sulfúrico, a partir de las reacciones
(simplificadas):

 H2SO4 + H2O -->> H3O+ + HSO4- Reacción irreversible

 HSO4- + H2O <<-->> H3O+ + SO4 2- Proceso de equilibrio.

El primer proceso es irreversible, ocurre en toda su extensión, mientras que el segundo ocurre en un
determinado porcentaje, por eso se dice que es un proceso de equilibrio.

Otras Propiedades

El ácido sulfúrico industrial tiene una pureza del 98% y es un líquido transparente muy denso (d=1.8g/cc,
casi el doble que el agua) y viscoso, por lo que se le conoce como aceite de vitriolo. Su punto de
ebullición es bastante alto (290ºC).Tiene una enorme afinidad por el agua, en la que se disuelve
violentamente generando una gran cantidad de calor. Por tanto es un poderoso deshidratante, propiedad
que se deja notar especialmente cuando entra en contacto con compuestos orgánicos o tejidos vivos, a
los que extrae toda el agua, carbonizándolos. Una de las razones por la que el ácido sulfúrico es
deshidratante es porque suele venir acompañado de una cantidad variable de su forma anhidra, SO3, que
tiende a reaccionar con agua para dar la forma hidratada H2SO4.

El ácido sulfúrico actúa también como oxidante de compuestos orgánicos e inorgánicos y puede hacerlo
diluido o concentrado, a partir de las reacciones siguientes:
· Diluido: nH+ + M(metal electropositivo) = n/2·H2 + Mn+
· Concentrado y caliente: nH2SO4+mM(metal)=n·H2O+n·SO2+MmOn
En la primera reacción el agente oxidante es el protón, H+, mientras que en la segunda reacción es el
anión SO42- el que actúa como agente oxidante.

Aplicaciones:

El ácido sulfúrico posee un sinfín de aplicaciones entre las que se pueden destacar las siguientes:

 Reactivo y medio disolvente para los procesos de síntesis orgánica.

 Disolvente de muestras tales como metales, óxidos metálicos y compuestos orgánicos.

 Fabricación de fertilizantes, pinturas, pigmentos y explosivos.

 En la industria textil se emplea para el proceso de blanqueo y la eliminación de impurezas


metálicas en telas.
 Refinamiento del crudo de petróleo.

 Desarrollo de leucotinas y neutralización de tratamientos alcalinos.

 Electrólito (sustancia que se usa como fuente de iones) en pilas y baterías, muy comúnmente
usado en las baterías de los automóviles.

 Agente desecante, principalmente de sustancias gaseosas, en los laboratorios de síntesis.

 Agente desatascador de tuberías de plástico de uso doméstico e industrial, por su capacidad


para disolver impurezas de todo tipo.

Método de obtención.

La materia prima para la producción del ácido sulfúrico (Planta tipo de contacto), es el azufre en flor.
El proceso consiste en los siguientes pasos:
1) Fundir el azufre, con vapor (dentro de serpentines), para eliminarle la humedad y las impurezas y ser
bombeado al quemador.
2) Quemar el azufre para formar el gas dióxido de azufre (SO2).
3) Combinación del gas SO2 con oxigeno (O2), para formar al trióxido de azufre (SO3).- Esto es en
presencia del catalizador pentoxido de vanadio.
4) Combinar el trióxido de azufre con agua (H2O)y para formar una solución conteniendo 98-99% de
ácido sulfúrico (H2SO4).

Las reacciones químicas en una forma simplificada son las siguientes:


1) S + O2___________SO2
2) SO2 + O2 ___________ SO3
3) SO3 + H2O ___________ H2SO4

La conversión de SO2 a SO3 se lleva a cabo en el convertidor , el cual tiene cuatro capas del catalizador
pentoxido de vanadio (el cual no se afecta ni consume), el oxígeno para esta reacción proviene del
exceso de oxígeno en el quemador y del aire que se le agrega para enfriar los gases que entran al tercer
paso. Para lograr una buena conversión el operador tiene que tener un control exacto de las temperaturas
en los cuatro pasos del convertidor.

El gas SO3 que se ha formado en el convertidor, aunque sea enfriado adecuadamente no se combina
directamente con el agua pero si puede combinarse indirectamente, absorbiendo el SO3 en ácido de 98-
99% en la torre de absorción. Bajo estas condiciones el SO3 se une inmediatamente con el agua
existente en el ácido.

Impacto ambiental y efectos en la salud.

Efectos en la Salud - se debe tener especial cuidado cuando se trabaje con ácido

sulfúrico concentrado. Es necesario estar totalmente protegido con ropa de goma,

cobertor para la cara, guantes y botas. Este ácido puede liberar dióxido de azufre

gaseoso, cuyo nivel de toxicidad es bastante alto y al contacto con el cuerpo ocasiona

graves quemaduras. El contacto reiterado con soluciones diluídas puede producir

dermatitis, en tanto la inhalación prolongada o frecuente del vapor de ácido sulfúrico

puede causar una inflamación del aparato respiratorio superior, que puede conllevar a

una bronquitis crónica.

El ácido sulfúrico es un oxidante ácido muy potente que se inflama e incluso puede
explotar en contacto con muchos materiales, entre ellos ácido acético, hidróxido de

amonio, cal, glicol etileno y muchos otros compuestos. Cuando se le mezcla con agua

produce una reacción bastante exotérmica. Para evitar el riesgo de una potencial

explosión, no se deberá añadir agua al ácido concentrado. El ácido deberá ser

agregado al agua.

Efectos Ambientales - el principal impacto ambiental del ácido sulfúrico es sobre el pH

del agua. El rango de pH acuoso que no es del todo letal para los peces es de 5-9. Por

debajo de un pH de 5.0 se produce una rápida disminución de las especies de peces y

de la biota que los sustenta. El impacto ambiental secundario del ácido sulfúrico está

en que su presencia que incrementa la toxicidad de otros contaminantes, tales como

los sulfuros y los metales, a través de su disolución.

Se deberá neutralizar, a la brevedad posible, los derrames de ácido sulfúrico en el

suelo. Es normal que una fracción significativa del ácido derramado en el suelo sea

neutralizada por los constituyentes del propio suelo. Sin embargo y como medida

precautoria, se deberá añadir cal para completar la neutralización.

Por lo general, el ácido sulfúrico es transportado en camiones cisterna y almacenado

en instalaciones en la superficie para almacenamiento a granel. La concentración de

ácido entregado se encuentra entre el 93 y 95 por ciento de H2SO4, mientras las

concentraciones excedan el 90 por ciento; puede utilizarse acero corriente para los

materiales de construcción. Todas las instalaciones para productos a granel deberán

contar con dispositivos de contención secundaria y estar construídos de material que

no reaccione (y por lo tanto reduzca la fuerza del H2SO4) con el ácido. Se deberá

desarrollar procedimientos especiales para la descarga del ácido para reducir al

mínimo los posibles derrames y el riesgo de daños a los trabajadores.


Agujero de ozono
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Imagen del agujero de ozono más grande en la Antártida registrada en septiembre de


2000. Datos obtenidos por el instrumento Total Ozone Mapping Spectrometer (TOMS) a
bordo de un satélite de la NASA.

Se denomina agujero de ozono o agujero de la capa de ozono a la zona de la


atmósfera terrestre donde se producen reducciones anormales de la capa de ozono,
fenómeno anual observado durante la primavera en las regiones polares y que es
seguido de una recuperación durante el verano. El contenido en ozono se mide en
Unidades Dobson, kilogramos por Metro cúbico.

Sobre la Antártida la pérdida de ozono llega al 70%, mientras que sobre el Ártico llega
al 30%. Este fenómeno fue descubierto y demostrado por Sir Gordon Dobson (G.M.B.
Dobson) en 1960, que atribuyó a las condiciones meteorológicas extremas que sufre el
continente Antártico.[1]

Sin embargo, un amplio sector científico achacó este fenómeno al aumento de la


concentración de cloro y de bromo en la estratosfera debido tanto a las emisiones
antropogénicas de compuestos clorofluorocarbonados (CFC) como del desinfectante de
almácigos bromuro de metilo.

En 1995 Mario J. Molina es el primer científico en sostener esta teoría, obteniendo el


Premio Nobel de Química.

En septiembre de 1987 varios países firmaron el Protocolo de Montreal, en el que se


comprometían a reducir a la mitad la producción de CFC´s en un periodo de 10 años. A
pesar de estas medidas, el agujero de ozono continúa con su ciclo de aparición-
desaparición, según la teoría inicial de Dobson.

Contenido
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 1 Formación y equilibrio de la capa de ozono
 2 Causas de la disminución de ozono en la estratosfera
o 2.1 Clorofluorocarbonos
o 2.2 Óxidos de nitrógeno
o 2.3 Causas naturales y artificiales
 3 Agujeros en la capa de ozono
 4 Actuaciones internacionales
 5 Conceptos erróneos sobre el agujero de ozono
 6 Referencias

 7 Véase también

Formación y equilibrio de la capa de ozono [editar]


Casi el 99% de la radiación ultravioleta del Sol que alcanza la estratosfera se convierte
en calor mediante una reacción química que continuamente recicla moléculas de ozono
(O3). Cuando la radiación ultravioleta impacta en una molécula de ozono, la energía
escinde a la molécula en átomos de oxígeno altamente reactivos; casi de inmediato,
estos átomos se recombinan formando ozono una vez más y liberando energía en forma
de calor.

 La formación de ozono se inicia con la fotólisis (ruptura de enlaces químicos por


la energía radiante) del oxígeno molecular por la radiación solar de una longitud
de onda menor de 240 nm:

 El ozono por sí mismo absorbe luz UV de entre 200 y 300 nm:

 Los átomos de oxígeno, al ser muy reactivos, se combinan con las moléculas de
oxígeno para formar ozono:

donde M es cualquier sustancia inerte, como por ejemplo el N2. El papel que tiene M en
esta reacción exotérmica es absorber parte del exceso de energía liberada y prevenir la
descomposición espontánea de la molécula de O3. La energía que no absorbe M es
liberada en forma de calor. Cuando las moléculas de M regresan por sí mismas al estado
basal, liberan más calor al entorno.

A pesar de que todo el ozono atmosférico en CNPT sería una capa de sólo unos 3 mm.
de grosor, su concentración es suficiente para absorber la radiación solar de longitud de
onda de 200 a 300 nm. Así, la capa de ozono funciona como un escudo que nos protege
de la radiación UV.

La formación y destrucción del ozono por procesos naturales es un equilibrio dinámico


que mantiene constante su concentración en la estratosfera. Se han registrado amplias
variaciones interanuales y estacionales en todas las regiones del planeta en la densidad
del ozono estratosférico; se verificó que en el hemisferio austral la concentración pasa
por un mínimo en primavera y luego se regenera.

Causas de la disminución de ozono en la estratosfera


[editar]

Investigaciones posteriores acerca de las variaciones en la densidad del ozono y sus


causas generaron temores sobre el futuro de la capa de ozono: entre otras cosas, se
descubrieron “agujeros” en la capa sobre los dos polos del planeta y un adelgazamiento
de la capa alrededor de todo el globo.

Clorofluorocarbonos [editar]

Desde mediados de los años 1970, los científicos se han preocupado por los efectos
nocivos de ciertos clorofluorocarbonos (CFC) en la capa de ozono. Los CFC, que se
conocen con el nombre comercial de freones, se sintetizaron por primera vez en los años
30. Los más comunes son CFCl3 (freón 11), CF2Cl2 (freón 12), C2F3Cl3 (freón 113) y
C2F4Cl4 (freón 114).

Como estos compuestos se licúan con facilidad, y son más o menos inertes, no tóxicos,
no combustibles y volátiles, se han utilizado como refrigerantes para acondicionadores
de aire y refrigeradores, en lugar del amoníaco (NH3) y del dióxido de azufre (SO2)
líquido, que son muy tóxicos. Los CFC se utilizan en grandes cantidades para fabricar
productos desechables, como vasos y platos, propelentes para aerosoles en lata, y
disolventes para limpiar tarjetas de circuitos electrónicos. La mayor parte de los CFC
que se usan en el comercio y la industria se arrojan a la atmósfera.

Como son poco reactivos, los CFC se difunden con lentitud (tardan años) hacia la
estratosfera sin sufrir cambios; ahí se descomponen por la radiación UV de longitudes
de onda de 175 a 220 nm:

(freón 11)
(freón 12)

Los átomos de cloro son muy reactivos y experimentan las siguientes reacciones:

El resultado global es la eliminación neta de una molécula de O3 de la estratosfera:

Los átomos de oxígeno de esta reacción los aporta la descomposición fotoquímica del
oxígeno molecular y del ozono. Se debe notar que el átomo de Cl funciona como
catalizador en el mecanismo de la reacción, y, como no se utiliza, puede participar en
muchas reacciones de este tipo, pudiendo destruir más de 100.000 moléculas de O3
antes de ser eliminado por alguna otra reacción. La especie ClO es un intermediario
porque se produce en el primer paso elemental y se consume en el segundo paso. Este
mecanismo de destrucción de O3 se ha comprobado por la detección del monóxido de
cloro en la estratosfera en años recientes. La concentración de O3 disminuye en las
regiones que tienen más cantidad de ClO.

Óxidos de nitrógeno [editar]

Otro grupo de compuestos que pueden destruir el ozono de la estratosfera son los óxidos
de nitrógeno (representados como NOX), como NO, NO2, N2O y N2O5. Estos compuestos
provienen de los gases expulsados por los aviones supersónicos que vuelan a gran
altura, así como por procesos naturales y por otros procesos hechos por el hombre en la
Tierra. La radiación solar descompone una cantidad considerable de otros óxidos de
nitrógeno en óxido nítrico (NO), que también actúa como catalizador en la destrucción
del ozono. El NO2 es el intermediario, pero también puede reaccionar con el monóxido
de cloro, formando nitrato de cloro (ClONO2). Este último es más o menos estable y
sirve como “depósito de cloro”, otro factor que también contribuye a la destrucción del
ozono estratosférico en los polos norte y sur.

Causas naturales y artificiales [editar]

Existen estudios que sostienen que la influencia de las 7.500 toneladas de cloro
provenientes de CFC que ascienden anualmente a la estratosfera es mínima frente a los
600.000.000 de toneladas de cloro y flúor (otro gas agresivo) en forma de sales que
escapan de los océanos como aerosoles.

A estas cantidades de compuestos químicos de origen natural habría que sumarles los
aportes de metilcloro por incendios de bosques y, por lo menos, otros 36.000.000 de
toneladas anuales en forma de HCl proveniente de erupciones volcánicas. Se han
observado correlaciones entre erupciones volcánicas fuertes y disminuciones
temporarias en el tenor de ozono estratosférico y se considera probable que los volcanes
de la Antártida tengan un efecto muy directo: uno solo de ellos, el Erebus, expulsa cada
año unas 15.000 toneladas de cloro y, algo menos de flúor, a muy poca distancia de la
estratosfera antártica. Sin embargo, se sabe que la mayor parte de este cloro regresa a la
Tierra arrastrado por las lluvias antes de salir de la troposfera. Tampoco hay acuerdo
sobre estas cifras relativas, que dependen de las mediciones y del método de cálculo.

Otro factor natural que influye en la velocidad de reconstitución de la capa de ozono es


la variación de la actividad solar, ya que cuando hay mayor irradiación ultravioleta se
genera más ozono, pero también más óxidos de nitrógeno que deprimen el tenor de
ozono. Los orígenes de la incertidumbre acerca de los factores que afectan la capa de
ozono son, como se ve, muy diversos.

Agujeros en la capa de ozono [editar]


A mediados de los años 1980 se empezó a acumular pruebas de que a finales del
invierno se había formado un “agujero” en la capa de ozono del Polo sur, donde el
ozono se había reducido en casi 50%. Durante el invierno, en la estratosfera se forma
una corriente de aire que rodea a la Antártida y que se conoce como “torbellino polar” o
vortex. El aire que queda atrapado en este torbellino se vuelve extremadamente frío
durante la noche polar, lo cual favorece la formación de partículas de hielo denominadas
nubes polares estratosféricas. Estas nubes actúan como un catalizador heterogéneo al
proporcionar una superficie para las reacciones en las que el HCl de la Tierra y el nitrato
de cloro se convierten en moléculas de cloro reactivas:

Al comienzo de la primavera, la luz solar separa al cloro molecular en sus


correspondientes átomos de cloro, que son los responsables de la destrucción del ozono.

La situación es menos grave en el Ártico porque en esta región más caliente el


torbellino no dura tanto tiempo. El vortex sella la Antártida y evita las influencias en
esta región del resto de la atmósfera. El aislamiento producido por el vortex impide que
el aire más cálido y rico en ozono existente alrededor de la Antártida, proveniente de los
trópicos, fluya hacia el polo, lo que ayudaría a reemplazar el ozono destruido y elevar
las temperaturas en este continente. En cambio el aire rico en ozono, que es llevado
hacia el polo por las ondas planetarias, se junta al borde del vortex, formando un
"anillo" de aire con altas concentraciones de ozono que puede ser visto en las imágenes
satelitales.

La NASA señaló que si no se hubiera firmado el tratado de Montreal, dos terceras partes
de la capa habría sido destruido y el "agujero" de ozono hubiera sido destruido. El CFC
habría aumentado la temperatura mundial en más de un grado centígrado. La radiación
ultravioleta, que daña el ADN, hubiera aumentado seis veces. Apenas cinco minutos de
exposición al Sol habría causado quemaduras a la piel. Los niveles de rayos
ultravioletas durante el verano hubieran aumentado hasta 30. Finalmente, las tormentas
de verano del Hemisferio Norte hubieran sido mucho más poderosas.1

Actuaciones internacionales [editar]


En 1976 un informe de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos aportaba
una evidencia científica sobre la disminución de ozono. A raíz de éste, unos cuantos
países, incluidos Canadá, Suecia, Noruega y Estados Unidos tomaron las primeras
iniciativas de eliminación de CFCs en las latas de aerosoles.

Aunque esto se concibió como un primer paso hacia una regulación más exhaustiva, los
progresos posteriores se ralentizaron por factores políticos y la aparición de informes de
la misma academia que indicaban que el primer informe había sobrestimado la
disminución de la capa de ozono.

En 1985, 20 países, incluyendo los mayores productores de CFCs firmaron la


convención de Viena, donde se establecía un marco para la negociación de regulaciones
internacionales sobre sustancias que afectaran a la capa de ozono. Ese mismo año se
anunció el descubrimiento del agujero de ozono en la Antártida, lo que atrajo la atención
del gran público sobre el tema.

En 1987, representantes de 43 naciones firmaron el Protocolo de Montreal. Se


comprometieron a mantener los niveles de producción de CFCs de 1986, y a reducirlos
en un 50% en 1999. Pero al irse acumulando más evidencia científica sobre el origen
humano de la disminución del ozono, se hizo necesario un nuevo acuerdo, que se firmó
en 1990 en Londres. Los participantes se comprometían a eliminar totalmente los CFCs
en el año 2000. Sólo se permitía un pequeño porcentaje marcado como de uso esencial,
como los inhaladores para casos de asma. Una nueva reunión en 1992 en Copenhague
adelantó la fecha de eliminación al año 1996.

En gran proporción los CFCs fueron sustituidos por HCFCs. Estos últimos no suponen
una amenaza para la capa de ozono, pero sí son gases que potencian el efecto
invernadero.

Como propuesta curiosa, en 1989 el físico italiano Antonino Zichichi llegó a proponer
lanzar misiles repletos de ozono para tapar el agujero de la Antártida.

Aunque las medidas asociadas al protocolo de Montreal han reducido las emisiones de
CFCs, el efecto de esta reducción sobre el agujero de ozono aún no es estadísticamente
significativo. Un trabajo de Newman et al en 2006 preveía que la recuperación total no
se produjese hasta el año 2050, y que una recuperación parcial estadísticamente
detectable no se daría hasta el año 2024.2

Hay una incertidumbre relativa a estos resultados: proviene del calentamiento global
causado por el CO2, que al calentar la estratosfera podría conducir a un incremento de la
disminución de la capa de ozono y de la frecuencia de aparición de agujeros.

Conceptos erróneos sobre el agujero de ozono [editar]


La capa de ozono no es un objeto real
El concepto de "capa de ozono" quiere decir en realidad "zona donde el ozono es
más abundante de lo normal", pero no es en sí misma un objeto real. Por lo
tanto, el agujero tampoco existe realmente, sólo es una zona donde la
concentración de ozono es menor de lo normal.
Los CFCs son demasiado pesados para llegar a la estratosfera
En los primeros 80 kilómetros de la atmósfera terrestre la composición de los
gases es prácticamente invariable con la altura, con la excepción hecha del vapor
de agua. A esta capa se la llama a veces, por este motivo, homosfera. Se ha
citado a veces como ejemplo el radón, gas muy pesado y que no se observa en la
estratosfera. Sin embargo, el radón es un gas radiactivo, con un periodo de
semidesintegración de unos pocos días. Debido a esto, en unas pocas semanas el
radón que se produce a ras de suelo ha desaparecido completamente y no le da
tiempo a subir en cantidades importantes a la estratosfera. En el caso de los
CFCs, como son estables, sí tienen ese tiempo.
Los países productores de CFCs están en el hemisferio norte, pero el agujero de ozono
está en el hemisferio sur
De igual modo que en el punto anterior, los CFCs se reparten de forma
homogénea. El agujero de ozono es más notorio en la Antártida debido a
temperaturas que se alcanzan allí, lo que permite la formación de nubes
estratosféricas.
Las fuentes naturales de cloro son mucho más importantes que las humanas
El cloro producido por la naturaleza, fundamentalmente en los volcanes, se
disuelve fácilmente en las nubes, por lo que llega a la estratosfera en pequeñas
cantidades. En cambio los CFCs son químicamente inertes en la troposfera y no
se disuelven en agua.
La aparición del agujero de ozono se produce en invierno, cuando prácticamente no
llega luz solar
El ozono es una molécula inestable, en ausencia de luz solar no se genera pero
sigue su destrucción, por lo que en invierno su concentración debe disminuir.
Eso ya fue observado por G.M.B. Dobson en 1968. El proceso natural marca un
incremento de la concentración de ozono en primavera, cuando los rayos del sol
permiten su creación. Sin embargo, lo observado en la Antártida es que en
primavera la destrucción se acelera, lo que no corresponde al proceso natural.

La destrucción de la capa de ozono es uno de los problemas ambientales más


graves que debemos enfrentar hoy día. Podría ser responsable de millones de casos
de cáncer de la piel a nivel mundial y perjudicar la producción agrícola. Sin
embargo podemos cobrar ánimos, ya que ha motivado a la comunidad internacional
a acordar medidas prácticas para protegerse de una amenaza común.

En 1987, los gobiernos de todos los países del mundo acordaron tomar las medidas
necesarias para solucionar este grave problema firmando el Protocolo de Montreal
relativo a las Sustancias que agotan la Capa de Ozono. Fue un acuerdo notable que
sentó un precedente para una mayor cooperación internacional en encarar los
problemas globales del medio ambiente. Bajo los auspicios del Programa de las
Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), los científicos, industrialistas y
gobiernos se reunieron para iniciar una acción preventiva global. El resultado fue un
acuerdo mediante el cual se comprometieron los países desarrollados a una acción
inmediata, y los en desarrollo a cumplir el mismo compromiso en un plazo de diez
años.

Desde entonces, se han presentado nuevas pruebas científicas de que la


destrucción del ozono está ocurriendo más rápidamente que la previsto. Pero los
líderes mundiales han actuado muy bien en este asunto. En 1990 se hicieron
enmiendas importantes al Protocolo de Montreal, en Londres, y en 1992 en
Copenhague, para acelerar la eliminación de las sustancias destructoras del ozono.
Muchos países han reaccionado ante esta amenaza creciente optando por eliminar
la producción y consumo de las sustancias destructoras del ozono más rápidamente
que lo estipulado por el tratado. Se facilitó un mecanismo financiero para estimular
la acción de las naciones en desarrollo. El resultado demuestra que las partes del
Protocolo han anticipado la ejecución de las disposiciones del tratado.

Así, la historia de cómo se desarrollaron y se siguen desarrollando el Convenio de


Viena y el Protocolo de Montreal, sirve de ejemplo de cómo el PNUMA colabora con
la comunidad internacional para asegurar un desarrollo viable. Compartiendo la
información y facilitando las transmisiones de tecnología y asistencia financiera a
los países más pobres, se puede hacer mucho para proteger y mejorar el medio
ambiente mundial. Este es el cometido del PNUMA, y en muchos otros campos
como la biodiversidad, desertificación y cambios climáticos, la organización seguirá
catalizando y coordinando las actividades para promover un medio ambiente seguro
para las futuras generaciones en el mundo entero.

Es esencial que los recursos mundiales, humanos y financieros, se canalicen en


actividades constructivas para que los países desarrollados y en desarrollo puedan
luchar en condiciones de igualdad, por una mejor vida para todos.
¿Qué es la Capa de Ozono?

La vida en la Tierra ha sido protegida durante millares de años por una capa de
veneno vital en la atmósfera. Esta capa, compuesta de ozono, sirve de escudo para
proteger a la Tierra contra las dañinas radiaciones ultravioletas del sol. Hasta donde
sabemos, es exclusiva de nuestro planeta. Si desapareciera, la luz ultravioleta del
sol esterilizaría la superficie del globo y aniquilaría toda la vida terrestre.

El ozono es una forma de oxígeno cuya molécula


tiene tres átomos, en vez de los dos del oxígeno
común. El tercer átomo es el que hace que el gas
que respiramos sea venenoso; mortal, si se aspira
una pequeñísima porción de esta sustancia. Por
medio de procesos atmosféricos naturales, las
moléculas de ozono se crean y se destruyen
continuamente. Las radiaciones ultravioletas del sol
descomponen las moléculas de oxígeno en átomos
que entonces se combinan con otras moléculas de
oxígeno para formar el ozono.

El ozono no es un gas estable y es muy vulnerable a ser destruido por los


compuestos naturales que
contienen nitrógeno,
hidrógeno y cloro.

Cerca de la superficie de
la Tierra (la troposfera),
el ozono es un
contaminante que causa
muchos problemas; forma
parte del smog
fotoquímico y del cóctel
de contaminantes que se
conoce popularmente
como la lluvia ácida. Pero
en la seguridad de la
estratosfera, de 15 a 50
km. sobre la superficie, el
gas azulado y de olor
fuerte es tan importante para la vida como cl propio oxígeno.

El frágil escudo

El ozono forma un frágil escudo, en apariencia inmaterial pero muy eficaz. Está tan
esparcido por los 35 km. de espesor de la estratosfera que si se lo comprimiera
formaría una capa en torno a la Tierra, no más gruesa que la suela de un zapato.
La concentración del ozono estratosférico varía con la altura, pero nunca es más de
una cienmilésima de la atmósfera en que se encuentra.

Sin embargo, este filtro tan delgado es suficiente para bloquear casi todas las
dañinas radiaciones ultravioletas del sol. Cuanto menor es la longitud de la onda de
la luz ultravioleta, más daño pueda causar a la vida, pero también es más
fácilmente absorbida por la capa de ozono.

La radiación ultravioleta de menor longitud, conocida como UV, es letal para todas
las formas de vida y es bloqueada casi por completo. La radiación UVA, de mayor
longitud, es relativamente inofensiva y pasa casi en su totalidad a través de la
capa. Entre ambas está la UVB, menos letal que la UVC, pero peligrosa; la capa de
ozono la absorbe en su mayor parte.

Cualquier daño a la capa de ozono aumentará la radiación UVB, a igualdad de otras


condiciones. Sin embargo, esta radiación está también limitada por el ozono
troposférico, los aerosoles y las nubes. El aumento de la contaminación del aire en
las últimas décadas ha ocultado cualquier incremento de la radiación, pero esta
salvaguardia podría desaparecer si los esfuerzos para limpiar la atmósfera tienen
éxito. Se han observado aumentos bien definidos de la radiación UVB en zonas que
experimentan períodos de intensa destrucción del ozono.

Riesgos para la salud y el medio ambiente

Cualquier aumento de la radiación UVB que llegue hasta la superficie de la Tierra


tiene el potencial para provocar daños al medio ambiente y a la vida terrestre. Los
resultados indican que los tipos más comunes y menos peligrosos de cáncer de la
piel, no melanomas, son causados por las
radiaciones UVA y UVB. Se calcula que para el año
2000 la pérdida de la capa de ozono será del S al
10% para las latitudes medias durante el verano.

Según los datos actuales una disminución constante


del 10% conduciría a un aumento del 26% en la
incidencia del cáncer de la piel. Las últimas pruebas
indican que la radiación UVB es una causa de los
melanomas más raros pero malignos y virulentos.
La gente de piel blanca que tiene pocos pigmentos
protectores es la más susceptible al cáncer cutáneo,
aunque todos están expuestos al peligro.

El aumento de la radiación UVB también provocará un aumento de los males


oculares tales como las cataratas, la deformación del cristalino y la presbicia. Se
espera un aumento considerable de las cataratas, causa principal de la ceguera en
todo el mundo. Una reducción del 1% de ozono puede provocar entre 100.000 y
150.000 casos adicionales de ceguera causada por cataratas. Las cataratas son
causa de la ceguera de 12 a 15 millones de personas en todo el mundo y de
problemas de visión para otros 18 a 30 millones. La radiación UVC es más dañina
que la UVB en causar la ceguera producida por el reflejo de la nieve, pero menos
dañina en causar cataratas y ceguera.

La exposición a una mayor radiación UVB podría suprimir la eficiencia del sistema
inmunológico del cuerpo humano. La investigación confirma que la radiación UVB
tiene un profundo efecto sobre el sistema inmunológico, cuyos cambios podrían
aumentar los casos de enfermedades infecciosas con la posible reducción de la
eficiencia de los programas de inmunización. La inmunosupresión por la radiación
UVB ocurre independientemente de la pigmentación de la piel humana. Tales
efectos exacerbarían los problemas de salud de muchos países en desarrollo.

El aumento de la radiación UVB además provocaría cambios en la composición


química de varias especies de plantas, cuyo resultado sería una disminución de las
cosechas y perjuicios a los bosques. Dos tercios de las plantas de cultivo y otras
sometidas a pruebas de tolerancia de la luz ultravioleta demostraron ser sensibles a
ella. Entre las más vulnerables se incluyeron las de la familia de los guisantes y las
habichuelas, los melones, la mostaza y las coles; se determinó también que el
aumento de la radiación UVB disminuye la calidad de ciertas variedades del tomate,
la patata, la remolacha azucarera y la soja.

Casi la mitad de las jóvenes plantas de las variedades de coníferas con las que se
experimentó fue perjudicada por la limitando el crecimiento de algunas plantas (por
ejemplo el centeno, el maíz y el girasol). Sin embargo, es difícil hacer predicciones
cuantitativas ya que otros factores ambientales entran en juego.

De igual manera, la radiación UVB afecta la vida submarina y provoca daños hasta
20 metros de profundidad, en aguas claras. Es muy perjudicial para las pequeñas
criaturas del plancton, las larvas de peces, los cangrejos, los camarones y
similares, al igual que para las plantas acuáticas. Puesto que todos estos
organismos forman parte de la cadena alimenticia marina, una disminución de sus
números puede provocar asimismo una reducción de los peces. La investigación ya
ha demostrado que en algunas zonas el ecosistema acuático está sometido a
ataque por la radiación UVB cuyo aumento podría tener graves efectos
detrimentales.

Los países que dependen del pescado como una importante fuente alimenticia
podrían sufrir consecuencias graves. Al mismo tiempo, una disminución en el
número de las pequeñas criaturas del fitoplancton marino despojaría a los océanos
de su potencial como colectores de dióxido de carbono, contribuyendo así a un
aumento del gas en la atmósfera y al calentamiento global consecuente.

Los materiales utilizados en la construcción, las pinturas y los envases y muchas


otras sustancias son degradados por la radiación UVB. Los plásticos utilizados al
aire libre son los más afectados y el daño es más grave en las regiones tropicales
donde la degradación es intensificada por las temperaturas y niveles de luz solar
más elevados. Los costos de los daños podrían ascender a miles de millones de
dólares anuales.

La destrucción del ozono estratosférico agravaría la contaminación fotoquímica en


la troposfera y aumentaría el ozono cerca de la superficie de la Tierra donde no se
lo desea. La contaminación fotoquímica ocurre principalmente en las ciudades
donde los gases de escape y las emisiones industriales tienen su mayor
concentración. Esto tendría sus propios efectos sobre la salud humana, al igual que
sobre las cosechas, los ecosistemas y los materiales de los que dependemos.

La Tierra y sus habitantes tienen mucho en juego en la preservación del frágil


escudo de la capa de ozono. Pero inconscientemente hemos venido sometiendo a la
capa de ozono a ataques subrepticios y sostenidos.

La Amenaza
Las sustancias milagrosas

Durante medio siglo, las sustancias químicas más perjudiciales para la capa de
ozono fueron consideradas milagrosas, de una utilidad incomparable para la
industria y los consumidores e inocuas para los seres humanos y el medio
ambiente. Inertes, muy estables, ni inflamables ni venenosos, fáciles de almacenar
y baratos de producir, los clorofluorocarbonos (CFC) parecían ideales para el mundo
moderno.

No sorprende, entonces, que su uso se haya generalizado más y más. Inventados


casi por casualidad en 1928, se los usó inicialmente como líquido frigorígeno de los
refrigeradores. A partir de 1950, han sido usados como gases propulsores en los
aerosoles. La revolución informática
permitió que se usaran como solventes
de gran eficacia, debido a que pueden
limpiar los circuitos delicados sin dañar
sus bases de plástico. Y la revolución de
la comida al paso los utilizó para dar
cohesión al material alveolar de los
vasos y recipientes desechables.

La mayor parte de los CFC producidos


en el mundo se utilizan en
refrigeradores, congeladores,
acondicionadores de aire, aerosoles y
plásticos expansibles, que tienen
múltiples usos en la construcción, la industria automotriz y la fabricación de
envases, la limpieza y funciones similares.

La estructura estable de estas sustancias, tan útil en la Tierra, les permite atacar la
capa de ozono. Sin cambio alguno, flotan lentamente hasta la estratosfera, donde
la intensa radiación UVC rompe sus enlaces químicos. Así se libera el cloro, que
captura un átomo de la molécula de ozono y lo convierte en oxígeno común. El
cloro actúa como catalizador y provoca esta destrucción sin sufrir ningún cambio
permanente él mismo, de modo que puede repetir el proceso. En estas condiciones,
cada molécula de CFC destruye miles de moléculas de ozono.

Los halones, con una estructura semejante a la de los CFC, pero que contienen
átomos de bromo en vez de cloro, son aún más dañinos. Los halones se usan
principalmente como extintores de incendios, y una dosis de exposición por
superior destruyen más ozono que los CFC. Las concentraciones de halones si bien
muy pequeñas se duplican en la atmósfera cada cinco años. También están
aumentando con rapidez los CFC más dañinos; las concentraciones de CFC 11 y
CFC12 (el más común), se duplican cada diecisiete años y el CFC 13 se duplica cada
seis años.

Las sustancias químicas más peligrosas tienen una vida muy larga. El CFC I dura en
la atmósfera un promedio de setenta y cuatro años, el CFC 12 tiene una vida media
de ciento once años, el CFC 113 permanece durante unos noventa años y el halón
1301 dura un promedio de ciento diez años. Esto les da tiempo suficiente para
ascender a la estratosfera y permanecer allí, destruyendo el ozono.

Otros compuestos de cloro y bromo, como el tetracloruro de carbono, el metil


cloroformo y el bromuro de metilo, también son dañinos para la capa de ozono. El
tetracloruro de carbono, que también se usa para combatir incendios, y para los
pesticidas, la limpieza en seco y los fumigantes para cereales, es algo más
destructivo que el más dañino de los CFC.

El metilcloroformo muy usado para la limpieza de metales, no es tan perjudicial,


pero igualmente representa una amenaza, ya que su uso se duplica cada diez años.

Los óxidos nitrosos, liberados por los fertilizantes nitrogenados y por la quema de
combustibles fósiles, destruyen el ozono y tienen larga vida, pero sólo llegan a la
estratosfera en proporciones muy pequeñas. Además, algunas de las sustancias
desarrolladas para servir de sustitutos provisionales a los CFC, los HCFC
(hidroclorofluorocarbonos) y los HBFC (hidrobromofluorocarbonos) también están
destruyendo la capa de
ozono, pero mucho menos
que los CFC.

El bromuro de metilo se
utiliza como un fumigante
de múltiples aplicaciones y
se usa en algunos procesos
químicos y en la síntesis
orgánica. A diferencia de
los CFC y halones, el
bromuro de metilo también
ocurre en la naturaleza y se
cree que alrededor del 50%
del bromuro de metilo
encontrado en la atmósfera
es emitido por fuentes
naturales. Pero todavía no
se han calculado
exactamente los efectos de
las fuentes naturales y
antropogénicas.

Los aviones supersónicos y


el transbordador espacial
liberan respectivamente
óxidos nitrosos y cloro en la
atmósfera, pero los
estudios indican un impacto
insignificante. Se necesita
un estudio más a fondo para poder calcular el impacto de los aviones supersónicos.

El agujero de la Antártida

Ya se ha demostrado que los CFC son la principal causa detrás de la prueba más
impresionante de la destrucción del ozono. Cada primavera austral se abre un
"agujero" en la capa de ozono sobre la Antártida, tan extenso como los Estados
Unidos y tan profundo como el Monte Everest. El agujero ha crecido casi todos los
años, desde 1979. En los últimos años, el agujero ha aparecido cada año, excepto
en 1988.

En 1992, cuando el agujero alcanzó su mayor tamaño, la destrucción del ozono


alcanzó un 60% más que en las observaciones anteriores. El agujero cubría 60
millones de km2 comparado con 44 millones de km2. En 1992, el agujero se
observó durante un periodo más largo, probablemente porque las partículas
lanzadas por el volcán Monte Pinatubo aumentaron la destrucción de la capa de
ozono. Evaluaciones de la capa de ozono en algunos puestos de observación en
1992 también demostraron la destrucción total de la capa de ozono entre los 14 y
los 20 km. de altura.

Nadie sabe cuáles serán las consecuencias del agujero en la capa de ozono, pero la
investigación científica exhaustiva no ha dejado dudas en cuanto a la
responsabilidad de los CFC. Al parecer, su acción es favorecida por las condiciones
meteorológicas exclusivas de la zona, que crean una masa aislada de aire muy frío
alrededor del Polo Sur.

Agotamiento en el hemisferio norte

Las observaciones de la destrucción de la capa de ozono en el hemisferio Norte no


son menos inquietantes que las de la región antártica. Si bien no hay un "agujero
del Artico", debido a ciertos factores meteorológicos, en enero de 1993, la cantidad
de ozono en todo el hemisferio Norte sobre la franja que va de los 45°a los 65° de
latitud norte había disminuido entre el 12% y el 15% y durante casi todo el mes de
febrero de 1993, los niveles sobre América del Norte y muchas partes de Europa
fueron

Evaluación de la capa de ozono en 1991

El Informe de la Comisión de Evaluación Científica para 1991 confirmó lo siguiente:

El ozono sigue disminuyendo en todas las latitudes, excepto en los trópicos.

El descenso general de los niveles de ozono es alrededor del 3% cada diez años.
La disminución de ozono fue mayor en los años 80 que en los años 70.

La disminución de los niveles de ozono en la estratosfera inferior (12 a 23 km.


sobre la Tierra) cada diez años asciende al 10%.

En algunos lugares se ha observado un aumento de la radiación UVB,


conjuntamente con disminuciones del ozono más del 1% de aumento de UVB por
cada disminución porcentual del ozono.

Los modelos actuales elaborados por computadora subestiman la pérdida de


ozono.

Los incidentes como las erupciones volcánicas aumentan la pérdida de ozono al


intensificar los efectos de los CFC.

Se calcula que si las emisiones de los CFC y halones continúan creciendo como en
el pasado, la capa de ozono será reducida en un 20% en el tiempo de vida de los
niños de hoy. Según se estima, sólo la mitad de esta pérdida del escudo protector
provocaría en los Estados Unidos 1,5 millones más de casos fatales de cáncer de la
piel y 5 millones más de cataratas.

Los CFC y el calentamiento de la Tierra

Los CFC y los halones contribuyen al efecto invernadero, y pueden causar el


calentamiento de la Tierra. Teóricamente, una molécula de CFC11 ó 12 es más de
10.000 veces más efectiva que una molécula de bióxido de carbono, en su aporte al
calentamiento del planeta. Sin embargo, se desconoce el efecto neto sobre el
calentamiento de la Tierra de la emisión a la atmósfera de las sustancias dañinas
para el ozono y la destrucción ulterior de la capa de ozono. El enfriamiento por
radiación provocado por la pérdida del ozono estratosférico inferior podría
compensar el calentamiento causado por las sustancias químicas destructoras del
ozono.

No obstante, el delicado equilibrio de la atmósfera no debe someterse a prueba


porque no podemos pronosticar las consecuencias con seguridad absoluta. El
agujero de la Antártida es un terrible ejemplo de la intromisión del hombre en la
atmósfera natural.

La acción concertada

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