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TEMA 2

CLIMA Y TURISMO
Asignatura: Recursos Territoriales Turísticos
Prof. Maryland Morant

1. INTRODUCCIÓN

2. LA ATMÓSFERA

3. LA TEMPERATURA
Factores que Inciden sobre la Temperatura

4. CLIMA Y TURISMO
El Clima: Recurso Turístico
El Clima: Inconveniente Turístico
Las Variaciones Estacionales
Las Variaciones Aleatorias
Las Exigencias del Turista en Materia Climática
Exigencia de Seguridad
Exigencia de Disfrute
Insolación
La Ausencia de Precipitaciones Diurnas
Exigencia de Confort y Salud
Confort Térmico
Confort Hídrico

5. RIESGOS CLIMÁTICOS
Sequías
Lluvias de fuerte Intensidad Horaria
Tormentas (tempestades)
Ventiscas
Avalanchas
Oleadas de Frío
Oleadas de Calor
Granizadas
Huracanes
Tornados
Remolinos (torbellinos) de arena
Trombas Marinas

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CLIMA Y TURISMO
1. INTRODUCCIÓN
El estudio del clima de un lugar no sólo es una tarea destinada a los
planificadores turísticos; el organizador de viajes debe tener en cuenta los
elementos climáticos antes de comercializar un producto, así como todos los
riesgos naturales y sanitarios que entrañan determinados climas.

Como recurso propiamente dicho, el clima presenta varias características:


 Es renovable
 Está sometido a una gran variabilidad (anual, interanual, etc.)
 No es transportable ni almacenable. El turista tiene que desplazarse
hasta el lugar para disfrutarlo.
 Ningún clima en concreto tiene especial aptitud o no para el turismo
 Todos los climas, además de ciertas virtudes turísticas, llevan
asociados algunos inconvenientes o riesgos.
 Es un hecho evidente que el clima es el responsable en gran medida
de la estacionalidad del fenómeno turístico en algunos destinos.

De cualquier manera, existe un consenso en considerar que hay unas mínimas


exigencias turísticas en materia climática (deducidas de encuestas sobre la
demanda) que deben tenerse en cuenta en el estudio del recurso clima y que
son:
 Seguridad
 Disfrute
 Confort
 Salud

Además de que ciertas modalidades deportivas requieren condiciones


especiales (surf, esquí, etc.). No hay que olvidar sin embargo, que el clima
considerado como único recurso tiene menos atractivo si va asociado a otros
recursos.

Para comenzar a hablar de clima conviene aclarar diversos conceptos:


Clima: es la serie de estados de la atmósfera en un lugar determinado, en su
sucesión habitual. Es pues una sucesión periódica de los tipos de tiempo. La
climatología es la ciencia que estudia el clima.

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Tiempo: es el estado de la atmósfera en un momento y lugar determinados.
Aunque el clima hace referencia a los mismos fenómenos que el tiempo, los
trata con una dimensión más permanente, duradera y estable. La mejor manera
de abordar el análisis del clima es a través del estudio de los tipos de tiempo.
En un momento dado puede decirse que en Madrid, París y Caracas tienen el
mismo tiempo: por ejemplo un día con lluvia en las tres capitales da lugar a un
mismo tiempo lluvioso. Sin embargo, es evidente que estas tres ciudades no
tienen el mismo clima, ni siquiera parecido. Prueba de esto es la diferente
vegetación que rodea a cada una de ellas: exuberantemente tropical en
Caracas, abundante en bosques y praderas en París, y más bien esteparia y
reseca en Madrid.
Así pues el tiempo traduce algo que es instantáneo, cambiante y en cierto
modo irrepetible; el clima en cambio aunque se refiere a los mismos
fenómenos, los traduce a una dimensión más permanente, duradera y estable.
Por tanto la mejor forma de abordar el análisis del clima sería a través del
estudio de los tipos de tiempo, estableciendo sus características, sucesión y
articulación habitual a través de las estaciones.

Para poder tener una idea completa del clima hay que analizar separadamente
los elementos del clima (temperatura, humedad, presión y vientos) y los
factores que inciden en los elementos modificándolos (latitud, altitud y
continentalidad entre otros).
La interrelación de todos estos elementos en cada uno de los dominios de la
tierra da lugar a los regímenes climáticos.

2. LA ATMÓSFERA
La atmósfera es el escenario donde tienen lugar los distintos fenómenos
metereológicos.
La atmósfera es una masa gaseosa que envuelve la Tierra. Tiene un espesor
de unos 2000 km y es la que hace posible la vida en nuestro planeta gracias a
dos cosas:
 contiene unos gases, en especial el oxígeno, que permite la
respiración de los seres vivos
 actúa como termostato, regulando el calor de y sobre la superficie
terrestre.

La atmósfera no es uniforme, en ella se pueden distinguir diversas capas según


sus características térmicas:
 Troposfera: es la capa más inmediata a la superficie terrestre. Llega
hasta 8-10 km en los polos y 15-18 en el ecuador (la zona de limite se
conoce como tropopausa). Se caracteriza porque la temperatura
desciende con la altura a razón de 6,4º C/kilómetro (gradiente vertical
o altitudinal de temperatura), de forma que su límte exterior alcanza
los -55º.
 Estratosfera: Partiendo de la tropopausa, alcanza hasta los 50 km (la
zona limite se denomina estratopausa). Esta capa se caracteriza
porque en ella la temperatura va aumentando hacia la zona exterior.

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Es una capa muy rica en ozono (O3) que es el gas que filtra los rayos
ultravioleta, perjudiciales para la salud.
 Mesosfera: Se desarrolla a partir de la estratopausa y hasta la altura
de 80 km (la zona límite se denomina mesopausa). Tiene un gradiente
térmico negativo, ya que la temperatura va disminuyendo con la
altura, llegando hasta los -100º.
 Termosfera: se configura a partir de la mesopausa, llegando hasta
los 600 km aproximadamente. Tiene un gradiente térmico positivo, de
forma que la temperatura aumenta con la altura, llegando a alcanzar
los 1000º.
 Exosfera: es la capa más exterior formada por moléculas sueltas
cuya concentración va disminuyendo progresivamente hasta los
10.000 km de altitud, limite en el que comienza el espacio interestelar.

De todas estas capas, la que reviste más interés a nivel meteorológico es: la
troposfera, ya que en ella se concentran el 90% del aire atmosférico (por efecto
de la gravedad), en realidad en los 5 km superficiales. Las demás capas actúan
como filtros de las radiaciones solares.

La composición gaseosa de la troposfera seca es:


 Nitrógeno: 78,8 %
 Oxígeno: 20,95 %
 Argón: 0,93 %
 Dióxido de carbono: 0,03 %
 Otros gases como: hidrógeno, helio, neón, ozono, etc. (En cantidades
mínimas)
El aire contiene además humedad en cantidades muy variables, lo cual es
determinante en el tiempo.

Además de estos componentes también existen en la atmósfera partículas


sólidas (cenizas, polen, residuos industriales, etc.) que actúan de núcleos
higroscópicos del vapor de agua, facilitando la formación de nieblas, brumas y
nubes. Estas partículas se comportan también como pantalla de los rayos.

3. LA TEMPERATURA
La temperatura es el elemento climático más básico e introduce el concepto de
calor o cantidad de energía que hay dentro de un sistema. Para medir la
temperatura se utiliza el termómetro.
De cualquier forma, es un hecho constatable que no todos los lugares de la
Tierra presentan las mismas características térmicas. Así, encontramos que en
los desiertos cálidos como el de Arizona, se reciben 3900 h/año, en el
Mediterráneo 3200h/año, en París 1780 h/año y en los polos 1050 h/año.
Los principales factores que condicionan la temperatura de un lugar son:
insolación, altura sobre el nivel del mar, comportamiento diferencial de tierra-
mar, movimiento de las masas de aire, corrientes oceánicas y nubosidad.

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3.1. Factores que inciden sobre la temperatura (apartado para ampliar
información, no dado en clase en profundidad)
Algunos de estos factores son de tipo astronómico o derivados de la
situación relativa entre la Tierra y el Sol, que modifican la constante solar o
insolación.
Existe una constante solar (Insolación) y una Tierra que se comporta como
elemento uniforme tanto de recepción como de irradiadior de calor; pero no
todas las zonas de la Tierra en realidad se muestran térmicamente
homogéneas, ya que existen dsitrosiones debidas a:

1 movimientos de rotación y translación de la tierra


La Tierra en su translación describe una órbita elíptica, lo que significa que
en sus momentos de mayor distanciamiento del sol, la recepción de
energía es menor. Este fenómeno tiene repercusiones metereológicas pero
no demasiado significativas; más determinante es el hecho de que el eje de
la Tierra no sea perpendicular al plano de la órbita, ya que si lo fuese, los
Polos no recibirían insolación alguna durante todo el año, y el Ecuador
recibiría un máximo constante. Así, la inclinación del eje de la Tierra
determina que la insolación recibida a una latitud determinada varie con las
estaciones del año. De este modo se determinan variaciones latitudinales
en cuanto a la recepción de energía solar.
Este hecho está relacionado también con la incidencia de los rayos
solares; es decir, la intensidad de la insolación variará según la oblicuidad
o perpendiculariedad con que incidan los rayos del sol, ya que la energía
se distribuirá por una superficie mayor si son oblículos y menor si son
perpendiculares.

Otros factores que modifican la constante solar son de tipo geográfico, como:
1. La distribución de continentes y océanos. Las tierras emergidas ocupan
¼ parte del planeta y el resto son masas de agua.
La superficie del mar es relativamente homogénea, el agua posee mayor
calor específico (absorbe y desprende grandes cantidades de calor dos
veces más lentamente que los continentes) y con la evaporación contribuye
al regulamiento térmico del planeta (efectos termorreguladores disminuyen
la amplitud térmica). Los continentes, en cambio, poseen un calor
específico muy pequeño, lo que provoca grandes variaciones de
temperatura (calentamiento y enfriamiento muy rápidos), por eso los
continentes no actúan de termostato.
La desigual distribución de los mares y continentes en los hemisferios
repercute en la climatología.

2. El relieve: la altitud comporta en todos los casos (montaña aislada,


cordillera, valle, etc.) un efecto térmico.
Una montaña aislada se calienta y enfría más deprisa que una llanura en
las mismas condiciones físicas. La temperatura disminuye con la altura a
razón de 0,65º C cada 100 m y los constrastes térmicos, son pues
mayores en la cima de la montaña.

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En una cordillera, el comportamiento térmico depende de la orientación.
Así, las vertientes orientadas al Sur de las cadenas del hemisferio Norte
reciben mayor aporte de radiación solar.
En el caso de los valles, la pendiente soleada (solana) refleja calor hacia la
otra pendiente (umbria). También se produce estancamiento del aire, que
acaba enfriándose y acumulándose en el fondo (vientos catabáticos)
adquiriendo una gran estabilidad durante varios días, produciendo una
inversión térmica.

El relieve comporta además un efecto dinámico, modificando a otro


elemento del clima que es el viento. Así, en las cordilleras se produce el
efecto Föhen que consiste en provocar el ascenso de una masa de aire en
la ladera de barlovento, con lo cula sufre un proceso de enfriamiento
(enfriamiento adiabático), dando lugar a nubes y lluvias. Al llegar a la
cumbre, el aire ha perdido ya la humedad y en el descenso por sotavento
sufre un recalentamiento (calentamiento adiabático) a razón de 1º cada 100
m.

Existen también una serie de factores dinámicos o de circulación general que


influyen en la temperatura como son:
1. el movimiento de las masas de aire: así, los vientos del W hacen que
las temperaturas de las fachadas W y E de los continentes no sean
las mismas a una misma latitud y hay una amplitud térmica mayor en
las costas orientales.
2. Las corrientes oceánicas influyen tanto en las temperaturas como en
las precipitaciones.
 En latitudes medias y altas, las corrientes cálidas (Gulf Stream,
Kuro Chivo) y los vientos del W suavizan las costas
occidentales de los continentes. En las mismas latitudes, las
corrientes frías (Labrador u Oya Chivo) hacen descender las
temperaturas de las costas orientales de los continentes.
 En latitudes tropicales, las corrientes frías refrescan las
fachadas occidentales de los continentes (Humbolt o Perú,
Benguela) y las correintes cálidas recalientan las fachadas
orientales de los continentes (corrientes norecuatorial y
surecuatorial).

Los factores atmosféricos como la nubosidad distorsionan tambien en gran


medida la constante solar ya que afecta a la radiación que escapa al espacio
(reflexión) y al porcentaje que queda atrapado por la atmósfera (evitan la
pérdida de calor). Las nubes son amortiguadores térmicos e impiden en un
momento dado la llegada de la radicación y por tanto, hacen descender la
temperatura.

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4. CLIMA Y TURISMO

4.1. El Clima: recurso Turístico


El clima como recurso/factor de localización turístico presenta una serie de
connotaciones específicas de las cuales las más importantes son:
 es una riqueza permanente y renovable
 se encuentra muy desigualmente repartida
 no es ni transportable, ni almacenable, por lo que el consumidor tiene
que desplazarse para disfrutarlo en el momento oportuno

El clima crea unas condiciones ambientales que posibilitan, dificultan o impiden


el asentamiento humano. El turismo como actividad del hombre exige además
de ubicarse en los espacios de mayor comodidad, y sólo determinadas
prácticas minoritarias (turismo de aventura, turismo científico, turismo
antropológico, etc.) desafían estos condicionantes.
La aptitud climática en relación con la posibilidad de desarrollar determinadas
actividades turísticas puede variar mucho si se trata de un turismo de playa a
uno de nieve por ejemplo. Así, el clima puede actuar como un factor de
desarrollo y atracción o como un factor limitante.

4.2. El Clima: Inconveniente Turístico

No solo el clima hace que tal región vaya a ser, o no, frecuentada por los
turistas, sino que determina en gran medida las formas de acogida y de
estancia, los tipos de alojamiento, las actividades recreativas…

4.2.1. Las variaciones estacionales

Son habituales las condiciones climáticas del país emisor las que se revelan
como decisivas, ya que establecen el calendario escolar y el calendario
laboral. Las condiciones del lugar de acogida también son importantes. Se
prefiere la temporada alta a los periodos nada frecuentados.

Estos dos hechos tienen consecuencias, ya que al acentuar la concentración


en el tiempo de las actividades turísticas, disminuye la rentabilidad de las
inversiones, complica la gestión de los equipamientos e incrementa
fuertemente el peso de los gastos de personal.

4.2.2. Las variaciones aleatorias

El turismo puede verse comprometido de modo importante, por un tiempo que


no se ajusta a lo esperado por el veraneante.

 La variabilidad interanual: En Europa como en Norteamérica , un verano


desapacible o malo, un invierno desprovisto de nieve en las pistas de esquí,
perturban gravemente el desarrollo de una estación. Los turistas se
muestran muy sensibles a las condiciones meteorológicas que han
precedido, a veces varia semanas o varios meses a su fecha de partida.
Después de un invierno muy riguroso que nunca se acababa, seguido de

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una primavera inexistente, las agencias de viaje de Paris, se enfrentaron a
un numero jamás alcanzado hasta entonces de demandas de cambio de
destino. La clientela hizo transferir sus reservas hacia los lugares con el
calor y el sol mas garantizados (mediterráneo y trópicos)

 La variabilidad ínterdiaria : Una encuesta realizada en las playas de la región


metropolitana de Boston afirmaba que el 71% de las personas interrogadas
declaran consultar sistemáticamente las previsiones meteorológicas antes
de cualquier desplazamiento.

En todo caso el mal tiempo, cuando no se prolonga demasiado, no entraña


disminución de la actividad turística global, sino una simple transferencia de
las ocupaciones al aire libre hacia las ocupaciones de interior, del
esparcimiento físico y deportivo al esparcimiento cultural y social.

Lo anteriormente dicho genera dos tesis diametralmente opuestas

1.Se considera que el poder de atracción del clima o mas ampliamente del
medio, sea natural o humano, es suficiente para explicar y justificar la
existencia de la mayor parte de flujos y centros turísticos.

2. Esta ataca la falsedad de la menor interpretación determinista e invirtiendo


en cierta manera el razonamiento, que todo clima, todo lugar es
potencialmente turístico. Solo basta con crear un servicio que se
corresponda con una demanda

4.3. Las exigencias del turista en materia climática

Las exigencias fundamentales del turismo litoral son: el soleamiento, la


ausencia de precipitaciones diurnas y el confort en sentido fisiológico, es decir
el reposo del organismo en relación a la agresión exterior.
Para el turismo costero y estival, las variables climáticas más representativas
son: temperaturas, duración de la insolación y la ausencia o presencia de
precipitaciones.
En otros casos se intenta evaluar las posibilidades del clima para las
actividades al aire libre en general y, en otros, se elaboran índices más
específicos relacionados con la climaterapia.
El turismo de invierno (estaciones de esquí y de montaña) está condicionado
por la distribución de la nieve a escala mundial, que a su vez se localiza en los
grandes sistemas montañosos y las altas latitudes en zonas con sistemas
sociales, económicos y técnicos que lo posibiliten.

De cualquier manera, cuanto menos, existen unas mínimas exigencias, sin la


satisfacción de las cuales no se podría considerar el éxito de la actividad:
 Exigencia de seguridad
 Exigencia de disfrute
 Exigencia de confort o de salud

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4.3.1. Exigencia de seguridad

La actividad turística es incompatible con un riesgo elevado de catástrofes


naturales, susceptibles de comprometer los bienes, y la vida de los
veraneantes. Pero las características mismas de las localizaciones turísticas
tienen tendencia a aumentar los riesgos ligados al clima. El turista se instala
muy a menudo en lugares especialmente sometidos a los azares de la
naturaleza, como a la proximidad inmediata del agua. Además sus actividades
deportivas: alpinismo, esquí o navegación, se desarrollan normalmente en
lugares peligrosos. Ciertas formas de alojamiento como el camping o las
caravanas lo hacen especialmente vulnerable.

Desde el momento en que su integridad física no es amenazada, o es una


probabilidad muy débil que se considera aceptable, el turista busca en el clima
el máximo disfrute.

4.3.2. Exigencia de disfrute

El disfrute climático no es sinónimo de “buen tiempo” que es indispensable


para la práctica de actividades al aire libre. El sol, al cielo azul y la ausencia
de precipitaciones, son elementos de gran valor de cara a la actividad
turística.

4.3.2.1. Insolación

Es un tópico subrayar el efecto euforizante de la insolación solar, y a firmar


que incita al optimismo. Esta influencia psíquica tiene raíces biológicas que
son difíciles de contestar: la radiación solares un factor esencial de la
vitalidad. Baste solo recordar los trastornos orgánicos que provoca la noche y
el día polar. El sol es una condición necesaria para una existencia armoniosa
y feliz. Un breve examen de la lectura publicitaria bastaría para confirmarlo.

La luz nos permite prever el esplendor de un cielo puro, el brillo de los


paisajes y de las cosas a contemplar, el color.

4.3.2.2. La ausencia de precipitaciones diurnas

La actividad turística puede verse perturbada por las precipitaciones. El


parámetro que interesa conocer más que la cantidad es la forma, la
frecuencia, duración, hora y el momento en que se producen. Así pequeñas
lluvias rápidamente evaporadas no significan un gran disturbio de la actividad.
Son en especial las secuencias prolongadas de mal tiempo las que peor
sufren. Las lluvias nocturnas, cuando son abundantes, entrañan sensible
descenso de las temperaturas pero no contrarían directamente al veraneante.

4.3.3. Exigencia de confort y de salud

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El término de confort equivale al reposo del organismo en su lucha contra las
agresiones exteriores. Un clima confortable, en consecuencia es el que no
obliga al cuerpo humano a un gran esfuerzo para preservar la estabilidad de
su medio interior y que, con más razón, no le somete al riesgo de hacer
fracasar sus mecanismos reguladores de los principales equilibrios biológicos.

Todos los hombres tienen aproximadamente la misma temperatura corporal y


la proporción de diferentes gases disueltos en su sangre. Estas constantes
biológicas son amenazadas por los intercambios que se efectúan entre el
cuerpo y el aire a través de la piel, los pulmones. Es necesario pues distinguir
entre el confort térmico y el hídrico.

4.3.3.1. Confort térmico

El cuerpo humano tiene una temperatura interna relativamente constante


cerca de los 37º C y el equilibrio térmico consiste en mantener la temperatura
dentro de estos rangos. La temperatura ideal del aire se sitúa entre 27º C y
28º C como límite superior (por encima de la cual se necesita ventilación) y
20º C como límite inferior (por debajo de la cual se necesita ropa de abrigo o
calor radiante).
Si la temperatura del aire aumenta obliga al organismo a disparar, a través de
la piel, una cierta cantidad de calorías (cantidad que varía enormemente en
función de la actividad desarrollada):
 Aumento de flujo sanguíneo y dilatación de los vasos capilares para
aumentar el transporte de calor hacia la piel y así expulsarlo al exterior.
Si este mecanismo no es suficiente se pone en marcha la transpiración
o sudoración. Se trata de un mecanismo de evaporación que elimina
las calorías, refrigerando al organismo. Este fenómeno se ve afectado
por la velocidad del viento que incrementa la velocidad de evaporación
y por el estado higrométrico. Así, un aire saturado no puede absorber
más vapor de agua (el sudor se desliza sin evaporarse). A la inversa,
cuanto más se aleja el aire de su punto de saturación, más poder tiene
el individuo para luchar eficazmente contra el calentamiento.

Cuando las condiciones naturales contrarían la eliminación natural de calor se


genera sensación de disconfort (fatiga) y se pueden producir complicaciones
circulatorias y se puede llegar al estado de coma.
Si el ambiente es más frío que el cuerpo entran en juego los mecanismos de
lucha contra el enfriamiento:
 Disminución del flujo sanguíneo mediante la contracción de los vasos
capilares y si esto no es suficiente se produce contracciones o
escalofríos que aumentan la producción de calor metabólico.
El calor es mejor tolerado en una atmósfera seca y ventilada que en un medio
húmedo y calmo y lo mismo con el frío. Así, con una temperatura de 30º eb
una atmósfera seca será bien soportada como 22,3º en un aire muy cargado
de vapor.

4.3.3.2. Confort hídrico


La humedad relativa regula la evaporación, por lo que se desarrolla un
importante papel en las altas temperaturas, en las que la sudoración es uno

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de los mecanismos más importantes de enfriamiento. Sin embargo, hay unos
límites:
 <20% de humedad relativa aumenta el peligro de infección por la
sequedad de las mucosas. Con temperaturas bajas, al aire muy seco
aumenta el disconfort.
 >60% de humedad relativa aumenta la sensación de calor, ya que se
produce sudor pero no evaporación; así se dan dos situaciones de
bochorno o calor húmedo, muchos más incómodas que el calor seco.

El viento es un elemento que puede contribuir a paliar estas situaciones de


disconfort. Así, acelera la evaporación del sudor, facilitando el enfriamiento del
cuerpo, pero en exceso de viento genera disconfort.

Si se desatienden estas precauciones respecto al clima, éste puede influir en


la génesis de variadas tipologías. Los médicos de grandes compañías de
seguros estiman que el 20-30% de las repatriaciones sanitarias solicitadas
cada año por turistas son consecuencia de enfermedades (infarto de
miocardio, accidentes vasculares cerebrales, deshidratación aguda,
acaloramiento, etc.) en las cuales la agresión climática ha desempeñado un
papel desencadenante o agravante indiscutible. Se comprende entonces que
el turista debe evitar tanto el frío intenso como los fuertes calores, le
sequedad extrema y la humedad opresiva y un cierto movimiento de aire debe
ser provechoso.

No hay que olvidar tampoco, las agresiones a la piel (hasta cánceres


cutáneos) que se producen por la insolación excesiva ocasionada por las
ondas ultravioletas.

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5. RIESGOS CLIMÁTICOS

Son fenómenos que en parte se pueden predecir pero que no se puede hacer
nada por evitarlos. Algunos se desencadenan en breve periodo de tiempo,
otros son de génesis y desarrollo más lentos. En los de desarrollo rápido no se
puede hacer mucho en cuanto a adoptar medidas de prevención salvo la
evacuación de la población.
Hay que destacar que se trata de fenómenos naturales y que sólo entran en la
consideración de riesgo en cuanto que afectan al hombre o a su actividad.

5.1. Sequías
Se trata de una ausencia de precipitación significativa durante un periodo lo
bastante largo como para causar déficits en la humedad del suelo debidos a la
evapotranspiración y a los descensos en el caudal de las escorrentías.
Todas las regiones del globo padecen condiciones de sequía temporales pero
de recurrencia irregular, pero particularmente aquellas con climas marginales,
influenciados alternativamente por distintos mecanismos climáticos. Así, se
asocian a:
o aumento en la persistencia y la superficie de las células de altas
presiones subtropicales (frecuente en el Sur de Israel, Sahel
africano)
o cambios en la circulación monzónica veraniega, que causan el
retraso o falta de incursiones del aire tropical marítimo (N de
Nigeria o Punjab en la India)
o bajas temperaturas en las superficies oceánicas producidas por
cambios en las corrientes.
o desplazamiento hacie el N de las bandas tormentosas de las
latitudes medias.

5.2. Lluvias de fuerte intensidad horaria


Son precipitaciones típicas de la zona mediterránea. Son episodios
relacionados con perturbaciones en la troposfera media y alta, bien sea una
vaguada o una baja cerrada con un núcleo de aire frío (y un anticiclón
centroeuropeo en superficie). Esta inestabilidad da lugar a temporales de
levante con precipitaciones >200 mm/día, en otoño fundamentalmente y
afectar a áreas importantes dando lugar habitualmente a inundaciones.

5.3. Tormentas (tempestades)


Las tormentas son fenómenos atmosféricos muy violentos que afectan a las
latitudes templadas. Se parecen en parte a los huracanes tropicales por el
tipo de circulación ciclónica pero son de tamaño mucho más reducido que
aquellos.
El alcance de estas tormentas puede llegar a todo un hemismeferio,
manifestándose un mismo sistema frontal en una serie de aguaceros
violentos, ventiscas, granizos, vendavales (separados o juntos) que actúan
durante varios días. Pueden ir acompañados de descarga eléctrica: truenos
(ruido o estampido que acompaña a la descarga), rayos (descarga eléctrica
que salta de una nube a otra o a tierra cuando ambos están cargados de

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corriente contraria y hay proximidad suficiente para provocar la chispa) y
relámpagos (resplandor de la descarga).
Son numerosas las victimas de las exhalaciones eléctricas especialmente en
el campo.

5.4. Ventiscas
Una ventiscas es una tormenta violenta de nieve combinada con vientos muy
fuertes, temperaturas muy bajas y fina nieve en polvo que reduce la visibilidad
a cero. Resultan tan mortíferas como un humo afixiante (obstrucción de los
pulmones por la nieve).
Son habituales en Canadá y N de USA (Illinois, Nueva York). También en
Europa (Inglaterra), etc. En paises montañosos pueden generar condiciones de
clima ártico.

5.5. Avalanchas
Las avalanchas son movimientos de ladera que tienen lugar en las áreas
montañosas nevadas con laderas con una pendiente >22º. Se desencadenan
con un aumento de la temperatura, una fuerte ráfaga de viento o incluso un
ruido intenso o un esquiador mismo puede perturbar el equilibrio de la ladera.
Una avalancha puede enterrar a un pueblo entero en segundos, arrancar
árboles (que son vehiculados como arietes) y destruir edificios. Hay pocas
medidas preventivas que adoptar salvo la evacuación.
Un peligro adicional son las cornisas que quedan en resalte por la acción del
viento, ya que pueden desprenderse en cualquier momento, además son causa
potencial de avalanchas.
Este fenómeno supone un gran riesgo para estaciones de esquí de Europa
(Alpes son la región de mayor riesgo por ser la más poblada, Escocia) y
América (Rocosas, también en Hawai que tiene una pequeña industria de esquí
en la montaña Mauna Kea), también a las australianas y de Nueva Zelanda; en
los Andes, Himalaya y las montañas de Alaska) y alpinistas.

5.6. Oleadas de frío

Es una situación atmosférica que produce unas temperaturas extremadamente


bajas en relación con la media de la época y que suele durar más de un día. Se
forman por invasión de masas de aire muy frío. Su extensión puede ser de
centenares o miles de kilómetros cuadrados.

En las latitudes medias se producen en invierno (febrero) estas oleadas de frío


cuando las borrascas atlánticas que afectan a Europa se sitúan muy
meridionalmente, atrayendo a los anticiclones árticos, afectando a centro y
norte de Europa e incluso regiones más meridionales con temperaturas
anormalmente bajas y nieves y heladas.

5.7. Oleadas de calor


Se producen en verano en latitudes medias (paises meridionales del
mediterráneo sobre todo) debido al domino de las altas presiones conjugado
con periodos de fuerte insolación y predominoo de vientos del trópico.

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5.8. Granizadas
El granizo se forma en nubes cúmulonimbos (nubes muy potentes) donde las
corrientes ascendentes son tan fuertes que pueden transportar las piedras
según crecen. Es un fenómeno asociado a chaparrones densos con aparato
electrico y truenos.
El granizo es frecuente en las praderas centrales de Norteamérica, donde se
dan los tornados y las tormentas más fuertes.
Representa un peligro para la agricultura y la aviación.

5.9. Huracanes
El huracán (palabra de origen caribeño), tifón o ciclón tropical (llamados así en
el índico)es un enorme sistema metereológico en espiral, muy similar a las
depresiones pero gigantescos, que contiene vientos de gran intensidad y
enormes bancos de nubes tormentosas productores de las lluvias más fuertes
conocidas en la Tierra.
El centro del huracán (“ojo”) es una zona de calma y puede tener una anchura
entre 6 y 40 km y el diámetro del huracán pueden superar los 600 km.
Para que se formen debe haber calor y humedad, por lo que se dan en los
trópicos (entre la latitud 5 y 20º) y en regiones donde la temperatura del mar es
superior a 27º. Las condiciones metereológicas favorecen la formación de
huracanes en los meses de verano y otoño sobre todo. La región donde se dan
con más frecuencia es el Pacífico nordoccidental (aquí se les llama tifones,
término de origen chino). En un huracan se alcanzan velocidades de 50m/s e
incluso de 85m/s (con esta velocidad se pueden empotrar astillas en una placa
de hierro). Las lluvias que comporta suelen estar entre 1200 y 2200 mm en
cuatro días.
A los huracanes se les conoce con un nombre de persona y hasta 1970 los
nombres eran exclusivamente de mujer, para evitar discriminaciones hoy
también se les designa con nombre masculinos.

Los huracanes son impredecibles pero se suelen mover con un patrón


reconocible: viajan desde el ecuador con dirección W hacia latitudes más altas,
a medida que entran en las latitudes medias cambia su carácter y llegan a
transformarse poco a poco en un ciclón de latitud templada normal; algunos se
extinguen antes de alcanzar zonas pobladas. Sus efectos son devastadores,
pueden cambiar la fisonomía de una isla, hacere pedazos un arrecife, arruinar
la producción agrícola de una zona y normalmente causan inundaciones y
derrumbamientos. Las palmeras se comportan de forma flexible frente a los
vientos y aguanta relativamente el embite de un huracán.

5.10. Tornados
Se trata de una tempestad atmosférica insuperable en términos de violencia
concentrada y destructiva. Consiste en una masa de aire inestable, girando
furiosamente y elevándose rápidamente alrededor del centro de un área de
baja presión atmosférica (al igual que el huracán). Se diferencia del huracán en
que el diámetro de un tornado no supera apenas los 500 m de ancho (un
huracán es de 500 km) y uno pequeño puede ser de 50 m, siendo la intensidad
superior a la de un huracán; se desconocen las velocidades máximas
alcanzadas por el viento, ya que cuando un tornado ha pasado cerca de un

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anemómetro lo ha destruido, los datos registrados apuntan hacia 68m/s pero
seguro que llega a 70-100m/s.
En este fenómeno metereológico no es el viento el único elemento destructor,
sino que se produce a su paso una dramática caída de presión a su paso que
ocasiona explosiones y elevaciones de reses, camiones, cantos y personas,
transportándolas a distancias considerables y usandolas de proyectil.
Los tornados más graves se dan en la zona de las Praderas de los USA (desde
Texas hasta muy dentro de Canadá), pueden aparecer en cualquier época del
año pero son más frecuentes desde abril hasta septiembre. La ruta habitual es
hacia el NE.
La destrucción que pueden ocasionar es indescriptible y la única prevención
consiste en refugiarse en sótanos. En USA hay unos 700 tornados al año
cobrandose unas 100 vidas al año.
Los tornados siguen un modelo de aparición más o menos circular en sentido
de las agujas del reloj, completando su circuíto cada 45 años, y
hipotéticamente esto se relaciona con una mancha solar. Las razones exactas
de su origen no están aún muy claras pero las circunstancias más importantes
parecen ser un régimen de descenso de la presión muy señalado con la
inestabilidad atmosférica correspondiente.

5.11. Remolinos (torbellinos) de arena


Son tornados menos violentos que se dan en regiones áridas y semiáridas y
que transportan básicamente arena. Se diferencia del tornado en que no está
relacionado con nubes.
La energía del torbellino procede del intenso calentamiento del suelo seco y la
capa de aire en contacto con él (corrientes de convección) pero no se forman
nubes debido a la sequedad ambiental.
Una variedad de este fenómeno es la formación de “torbellinos de fuego”
formado durante los incendios.

5.12. Trombas marinas


Es un tornado marino formado cuando el mar está caliente: el agua calienta el
aire en contacto con él y lo abastece de humedad. Nunca alcanzan la
intensidad de los terrestres.
El mayor peligro lo corre la navegación. Son habituales en aguas cálidas y
estrechamente asociadas con ciertas áreas oceánicas como la del Golfo de
Méjico y las Bahamas y aparecen frecuentemente en familias.

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6. BIBLIOGRAFIA
BARRY, R.G. y CHORLEY, R.J. (1985): Atmósfera, tiempo y clima. Ed. Omega,
500 pp.
CLAVER, I (Editor) (1991): Guia para la elaboración de estudios del medio
físico. MOPT, 572 pp.
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CLIMA, MEDIO AMBIENTE Y PLANIFICACIÓN. Ed. Síntesis, 285 pp.
HARDY, R.; WRIGHT, P.; GRIBBIN, J. y KINGTON, J. (1982): El libro del clima.
Hermann Blume Ediciones, 224 pp.
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PEREZ CUEVA, A. (1994): Atlás climático de la Comunidad valenciana.
C.O.P.U.T., 205 pp.
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