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El gallinero autosuficiente

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Tipos y razas de gallinas
Un sistema de crianza orgánico que brinda bienestar a las aves y autoabastecimiento de agua y
alimentos. Primera parte.
Hace cuarenta años era natural encontrar en los hogares del conurbano bonaerense la típica huerta de cien
metros cuadrados, frutales y un gallinero. Durante mi infancia en Bernal nunca faltó un corral con ponedoras.
Una parte de la producción de huevos se destinaba a la cocina y el resto lo vendíamos a los vecinos. La dieta de
las aves era variada: restos de comida, desperdicios de la huerta, aserrín de carnicería, conchilla, maíz y
salvado de trigo.

Cuando cumplí 18 años e ingresé a la facultad de agronomía, me pareció lógico criar algunas gallinas con el fin
de hacer experiencia y reunir algún dinero. Pronto mi hermano Eduardo se sumó a la iniciativa y la transformó
en un moderno criadero con 4000 gallinas de raza Leghorn. Estas aves de plumaje blanco son livianas y
producen más de 300 huevos al año. Nuestro criadero contaba con bebederos automáticos, tolvas para el
alimento balanceado, Iluminación nocturna y cortinas de protección. Los animales recibían toda la atención que
se aconsejaba entonces: planes de vacunación, desinfecciones periódicas, despicado y complejos vitamínicos.

Con mi hermano implementamos la misma estrategia comercial de nuestros padres y abuelos: fuimos haciendo
clientes particulares (comprando la mercadería a colegas), hasta tanto tener nuestra propia producción.
Efectivamente, a los seis meses de comenzar con el emprendimiento, teníamos las ventas aseguradas en un
radio de 20 cuadras. El reparto lo hacía yo con mi bicicleta. Era increíble tener independencia económica a esa
edad, sin embargo la dicha duró apenas unos meses. Repentinamente llegaron al país huevos importados a un
precio con el que no podíamos competir. Trabajamos a pérdida los siguientes cuatro años y terminamos
vendiendo animales e instalaciones.

Esta experiencia me enseñó que el éxito requiere un cierto grado de autosuficiencia. Los costosos alimentos, la
compra de aves comerciales y los insumos sanitarios, le dejan al productor poco margen de ganancia y lo ponen
a merced las multinacionales proveedoras de genética y balanceados. También aprendí que en el negocio avícola
lo más importante es sobrevivir a las crisis cíclicas, comprando en baja a quienes no pueden sostenerse
financieramente. Fue en esa época cuando comencé a imaginar un mercado alternativo de intercambio para
productores, como yo, jaqueados por el mercado; pero tuvieron que pasar varias décadas hasta la creación del
Club del Trueque, y para entonces ya me dedicaba a otra cosa.

Años más tarde volví a ocuparme de la cría de aves, pero esta vez en el marco del Programa de Autosuficiencia
Regional (1989) y con una visión más ecológica. Con mis compañeros diseñamos un gallinero familiar
autosuficiente en cuanto a la provisión de agua y alimentos. En próximas notas iré describiendo distintos facetas
de un modelo que surgió a partir de una serie de ensayos y que sigue evolucionando:

Abastecimiento de agua.

El agua se recolecta del techo del gallinero. Una parte es conducida a un tanque – que alimenta al bebedero
automático- y la otra a una canaleta perimetral donde crecen plantas acuáticas comestibles. La calidad del agua
se asegura con distintas capas de piedra, arena y carbón activado y camalotes cuya función es absorber
impurezas del agua.

Producción de alimento vegetal.

La canaleta antes mencionada, nace debajo de las perchas (donde duermen las aves) y sirve para cultivar
lentejas de agua ricas en proteínas. El estiércol de las gallinas provee de nutrientes a estas plantas flotantes que
duplican su superficie día por medio. De este modo, las diminutas lentejas se van desplazando por su propio
desarrollo hasta llegar al extremo de la canaleta, listas para ser comidas por las gallinas. Este no es el único
suministro de vegetales. Por fuera del alambrado que rodea el gallinero hay arbustos de frutos comestibles
( frambuesas, zarzamora, sauco, entre otros) y en el interior del perímetro, árboles que van dejando caer sus
frutos a lo largo del año ( higueras, moreras, ciruelos, guayaba, mango, nísperos, paltas, etc.). En un sector
soleado, los tiernos brotes de alfalfa asoman en el entramado de alambre -sostenido por bastidores- para
regocijo de las gallinas que las devoran sin llegar a escarbarlas.

Alimento de origen animal.

Bajo las perchas del dormitorio se multiplican suculentas lombrices rojas alimentadas con el guano de las aves y
el aserrín del piso. Por otra parte, en contenedores especiales es posible criar (aunque puede parecer un poco
extraño) cucarachas, un alimento proteico que fortalece además las defensas de los animales. Si el gallinero
está alejado de zonas residenciales y no hay personas alérgicas a las picaduras en las cercanías, se puede hacer
que las aves compartan su hábitat con un colmenar. Las gallinas se comen a los zánganos – que no pican- y
mantienen libres de polillas y otros parásitos a las colmenas.

Carlos De Sanzo
Autosuficiencia Press

RAZAS DE GALLINAS: LA LEGHORN

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RAZAS DE GALLINAS
eL GALLINERO AUTOSUFICIENTE

Es la más utilizada en los planteles de cría comerciales de todo el mundo. Hay muchas razones
que explican su éxito: es una gallina rustica, muy prolífica, capaz de poner unos 300 huevos al año
con un consumo bajo de alimento debido a su pequeño porte
Si bien La raza Leghorn es de origen europeo, la mayoría de las variedades que se emplean hoy se
desarrollaron en Inglaterra y Dinamarca. La Leghorn blanca parece haber ingresado a Estados Unidos entre
1933 y 1940, En cuanto a la Leghorn marrón, los registros son más precisos: Llegó a Connecticut de Italia en
1853 y era llamada "italiana." Cambió su nombre por "Leghorn" en Worcester, Massachusetts en el año1865. En
la actualidad la raza es clasificada como americana.

Algunos avicultores aseguran que la Leghorn es descendiente de cruzamientos entre la gallina italiana del
Livorno y de las andaluzas. De hecho la palabra Leghorn deriva de Legorno, uno de los tantos nombres que tuvo
la ciudad toscana de Livorno. Las Andaluzas son gallinas provenientes de España que al igual que las Leghorn
son pequeñas y producen una gran cantidad de huevos de cáscara blanca. Estas aves son básicamente de dos
colores: blancas o negras que cuando se cruzan producen el color azul.

Reconstruir la historia de una ave doméstica no es tarea sencilla, pero ayuda observar algunas imágenes de
gallinas en grabados, vasijas y monedas antiguas. Hay un mural de 1450 CA recuperado en Tebas y
perteneciente a la tumba de Rekhmara, donde se ve la cabeza de un gallo doméstico. En una pintura en el
ostrakon de la tumba de Tutankamon (1338 CA), se observa un gallo muy parecido al Gallus gallus, el
antepasado asiático del prototipo mediterráneo: la gallina de Livorno.

En el siglo XIX los norteamericanos recorrieron el mundo buscando razas de gallinas para uso doméstico,
inclinándose por las de peso ligero, activas, aptas para consumo y de alta postura. Este es el caso de las castas
mediterráneas ( Leghorn, Menorca, Ancona). La Leghorn sufrió innumerables variaciones tanto en el color de su
plumaje como sus formas, hasta que en 1898 se publicó un standard para que se ajustaran los criadores
ingleses y americanos. Con el tiempo se fueron desarrollando en los Estados Unidos clubes de criadores de las
distintas variedades de Leghorn. Uno de los más antiguos es el AMERICAN BROWN LEGHORN CLUB fundado en
1901 que organiza encuentros en todo el país y distribuye diversas publicaciones con el fin de mantener el
interés por estos extraordinarios animales y enseñar métodos confiables y acertados de crianza.

La coloración de la Leghorn marrón -similar a las aves rojas de la selva que dieron origen al pollo doméstico- se
confunde con el suelo y le proporciona protección contra los depredadores. Otra defensa es su capacidad de
hacer vuelos cortos para escapar de sus enemigos. Por eso los gallineros deben tener alambrados altos para que
no escapen. Si se crían libremente en el campo tienden a vagar lejos en busca de alimento y regresan temprano
por la tarde.

Aunque la Leghorn marrón es tan ponedora como la blanca (incluso a edad avanzada) no es muy popular entre
los productores de huevos. En cambio, por su belleza y productividad es más apreciada por los “entusiastas del
patio trasero.”

Una característica sobresaliente de la gallina de raza Leghorn es su notable fecundidad y sexualidad, una
condición que se expresa en su altísima y precoz postura. En este aspecto también tienen una gran similitud con
las Bankivas ancestrales. Sin embargo, debido a la intensa selección, estas aves no se encluecan y han perdido
sus instintos maternales.

Se trata, en suma, de un animal rustico, vigoroso y saludable que se ha adaptado a los distintos sistemas de
crianza. Se maneja bien en el campo ya que le gusta el verdeo y son muy económicas en cuanto a su
alimentación.

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