Rodríguez Martínez Nadia Septiembre 20, 2018 Arte y comunicación

Amadeo Modigliani: La Forma*

En el presente texto se analizará la obra Portrait of Jeanne Hebuterne del pintor Amadeo
Modigliani con base al capítulo tres La forma* del texto Arte y percepción visual del autor
Rudolf Arnheim.
Entiéndase por forma* lo referente al contenido, es decir, aquello diferenciado de la forma
material de una obra.
Refiere Arnheim, “Donde quiera que percibimos una forma suponemos que representa
algo”1, sin embargo, el autor hace un matiz sobre dicha afirmación, la forma* hace
afirmaciones sobre clases de objetos, pero no es per se una réplica de estos.
En ese sentido iniciaremos este trabajo, preguntando, a bote pronto, ¿de qué nos habla esta
forma? Vemos a una mujer en una posición estoica, sentada, pero con la espalda
completamente erguida que nos mira con sus almendrados y rellenos ojos azules, con una
boca que parece sonreírnos levemente de recibirnos en su habitación.
Sin embargo, la forma* conlleva en su análisis la observación de aspectos formales descritos
por Arnheim, el primero de ellos responde a la orientación espacial de las formas en el
espacio de la obra.
El criterio de espacialidad responde a la dependencia entre la identidad de un objeto visual y
el esqueleto estructural creado por este, en ese sentido, y retomando a Arnheim cuando dice
“La orientación espacial presupone un marco de referencia”2.
Los objetos, (mujer, buró y cosa sobre él) que componen la pintura no están inclinados, de
acuerdo con el marco de referencia que ofrece el esqueleto estructural de la obra, sin
embargo, los elementos cama y cabecera se encuentran inclinados hacia la izquierda del
marco, a pesar de esto no se distorsiona su identidad.
En lo referente al aspecto profesional de proyecciones Arnheim señala “[…] en determinadas
condiciones una orientación nueva hace aparecer un nuevo esqueleto estructural, que otorga
al objeto un carácter distinto.”3, pero este no es el caso, debido a que la mayoría de los
elementos en la obra (buró, cosa sobre él, cabecera y cama) se encuentran proyectados hacia
la izquierda deformándose cómo polígonos irregulares, pero sin que ello transforme el
esqueleto estructural.
Consideramos importante detenernos en la idea de concepción visual derivada de
experiencias perceptuales ya que las tres propiedades que lo componen es vital para entender
cómo funciona la representación tridimensional en un espacio bidimensional.
Las tres propiedades son: concebir al objeto como algo tridimensional; que se puede ver
representado en la inclinación de los elementos, lo que a su vez les otorga un carácter de

1
Rudolf, Arnheim, Madrid, Alianza Forma, 1979, Segunda edición 2002, p.116.
2
Ibíd., p. 119
3
Ibíd., p. 123

1
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volumen y profundidad, el segundo es la forma constante; es decir, a pesar de que los objetos
presentan una inclinación ello no deriva en una deformación de los elementos y, por último
la no limitación a ningún aspecto proyectivo en particular; lo que significa que los objetos en
la pintura no están enteramente representados sólo como tridimensionales o bidimensionales,
lo que ocurre es que se plasman en lo esencial como tridimensionales.
Explica Arnheim “Nuestros conceptos visuales de muchos objetos se caracterizan por
simetrías estructurales, que son reveladas de la manera más directa por ciertos aspectos del
objeto. Así, una vista frontal recta de una figura humana presenta ese llamativo rasgo” 4, en
ese sentido es como se explica porque funciona la mujer en el cuadro.
En el caso particular de Portrait of Jeanne Hebuterne los elementos esenciales que otorgan
tridimensional a la obra consideramos que son la sombra de intersección en las paredes de la
habitación, esa línea y la sombra que proyecta configuran un espacio con profundidad y no
plano, además de la inclinación que va acorde a esa profundidad de la pared.
En lo que compete al concepto de escorzo, entendido como una técnica cuya función es
abonar a la correcta representación tridimensional, en explicación de Arnheim se deben
cumplir dos funciones para calificar a un elemento de la obra como tal, “debe indicar que no
es por si solo la cosa completa, sino únicamente parte de algo mayor; y la estructura de la
totalidad que sugiere debe ser la correcta.”5.
Los elementos con más presencia de escorzo en la obra de Modigliani son el buró y la cama,
en la segunda modalidad que describe Arnheim donde “se puede decir que una imagen está
escorzada cuando no suministra una vista característica de su totalidad”6, debido a que
ninguno de esos se revelan por completo, sin embargo las partes que muestran otorgan
información suficiente para saber que son objetos completos.
Particularmente el escorzo de formas en esta pintura ofrece un ejemplo interesante, las manos
de la mujer se entrelazan, y al mirar el detalle de la figura, hay unas pinceladas que definen
los dedos, pero no son tan claras, e incluso la inferior y superior de las manos puede verse
como una línea continua, debido a eso considero que se trata de un escorzo.
El traslapo pareciera una condición inevitable debido a la multiplicidad de objetos presentes,
entendiendo dicha condición como una superposición de elementos, en Portrait of Jeanne
Hebuterne, podemos distinguir cinco planos diferentes compuestos por la mujer, el buró, la
cama, la cabecera de la cama y la pared. Con los planos en cuenta podemos advertir la
presencia del traslapo más considerable, es decir, la fusión en un solo plano de la mujer en la
cama.
Incluso los brazos en el cuerpo de la mujer pueden ser un ejemplo de traslapo debido a su
superposición en un solo plano, además cumple con la condición de ocultar algo de manera
particularmente expresiva.

4
Ibíd., p. 128.
5
Ibíd., p. 136.
6
Ibíd., p. 138.

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A manera de cierre resulta importante hacer un balance de los hallazgos que ofrece este
capítulo para analizar la obra de Modigliani; los recursos para plasmar la tridimensionalidad
en un espacio de dos dimensiones que utiliza el artista resultan interesantes, debido a que
explora diversas modalidades para llegar a ello, explora la superposición y el escorzo sin
modificar las figuras que utiliza hasta hacerlas irreconocibles.
La belleza del trabajo del pintor consiste la combinación de técnicas para retratar en ambas
dimensiones.