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CAPÍTULO 8 EUROPA
Al ser un mercado único de 28 países, la UE es una potencia comercial de primer
orden. La política económica de la UE quiere mantener el crecimiento invirtiendo
en transporte, energía e investigación, a la vez que intenta reducir al mínimo la
repercusión del desarrollo económico en el medio ambiente
Una Unión Europea que, según el Preámbulo de la Constitución, se inspira en la
herencia cultural, religiosa y humanista de Europa, a Partir de la cual se han
desarrollado los valores universales de los derechos inviolables e inalienables de la
persona humana, la democracia, la igualdad, la libertad y el Estado de Derecho.
Un largo camino que, en la actualidad, ha perdido en cierta manera la base de sus
principios, siendo lo económico y lo político lo que mueve, en lo fundamental, sus
actuaciones; sobre todo desde que se puso en marcha la Unión Económica y
Monetaria que dio origen en 2002 a la moneda única, el euro, siguiendo lo
establecido en 1992 por el Tratado de Maastricht.
La economía de la UE, medida en términos de producción de bienes y servicios
(PIB), está por delante de la de Estados Unidos. PIB de la UE en 2015: 14.600 mil
millones de euros
CAPITULO 9 ASIA
Un grupo de países que, en lo económico, parecen constituir el soporte del
crecimiento mundial, presente y futuro De manera que Japón vivió 30 años de
crecimiento económico explosivo, situándose como una potencia económica e
industrial frente a Estados Unidos. El segundo efecto, fue el desarrollo imparable de
las economías asiáticas en su conjunto. Las del sudeste asiático, Filipinas,
Indonesia, Malasia, Singapur,
Tailandia y Vietnam. Luego China, con los países del mar de China,
Corea del Sur y Taiwán. Y, en tercer lugar, la India; formando también parte del
Sudeste Asiático pero por sus características singularmente únicas. Dragones y
tigres.
En realidad, Asia Central ha tenido desde hace siglos un papel geopolítico
primordial. Hacia el final del siglo xix esta área (formando parte del imperio ruso) era
el mayor productor de petróleo del mundo, y durante la Segunda Guerra Mundial el
área y, especialmente, los pozos de Bakú, fueron objetivo alemán como parte de la
campaña militar contra Rusia.
CAPÍTULO 10 LAS OTRAS REGIONES
Las fuentes de energía tienen diversas formas. Unas soportan procesos químicos,
como las procedentes del petróleo, gas natural, carbón, biomasa, bioetanol o pilas
de combustible; otras son mecánicas, que utilizan la fuerza del viento (energía
eólica), la caída libre del agua acumulada en presas o el movimiento de las mareas
(energía hidroeléctrica y energía de las olas, respectivamente); otro grupo usa la
radiación del sol (energía solar fotovoltaica o térmica, dependiendo de si se hace
mediante células electrónicas o por calentamiento de un gas mediante
concentradores); otras utilizan los procesos de fisión nuclear y sus posteriores
reacciones en cadena (energía nuclear); y un último grupo usa depósitos térmicos
naturales (energía geotérmica). Procesos energéticos que se utilizan para generar
electricidad o para otros usos, como mover todo tipo de vehículos, así como
disponer de sistemas de calefacción o refrigeración. Unos procesos que son
esenciales para la vida tal como la entendemos actualmente.
Cuando se utilizan recursos naturales, se trata de energía primaria; siendo las
energías secundarias aquellas que se obtienen transformando la energía primaria,
como puede ser la electricidad: una fuente energética vital para el sostenimiento de
la civilización actual. Energías primarias serán, por tanto, aquellas que nacen de
procesos realizados con carbón, petróleo, gas natural, uranio, viento, sol o sistemas
hidráulicos; y secundarias las que resultan de la utilización de la electricidad o de
los productos derivados del petróleo, por ejemplo. En ambos casos
energías primarias o secundarias, serán renovables si son inagotables , como el
sol o el viento; y no renovables, cuando sus fuentes sean limitadas, como son los
combustibles fósiles (petróleo, gas natural), el carbón o el uranio, cuya existencia
tarde o temprano llegará a su fin.
Adicionalmente, se consideran energías limpias las «no contaminantes como
pueden ser las energías renovables, y el resto entra en el capítulo de las energías
contaminantes, abocadas a ser controladas en su difusión y uso, o incluso a
desaparecer (por ejemplo, la energía nuclear que, según lo previsto, desaparecerá
en Alemania en 2020).
De todas las materias primas energéticas, el petróleo es la de mayor utilización. El
siglo xx fue el siglo del petróleo, y todo apunta a que seguirá manteniendo su
predominio como fuente energética principal durante este siglo. Se trata del
elemento vital de cualquier industria. Además, tiene una elevada capacidad
energética y es muy manipulable, fácil de usar, y fuente de un gran número de otros
elementos energéticos o capaces de ser transformado en multiplicidad de
materiales plásticos
CAPÍTULO 13 PETRÓLEO Y GAS
Durante los años 1950 el precio pagado por cada barril de petróleo se distribuía a
razón de 70% para las compañías petroleras y 30% para los Estados productores.
Una situación de enorme desequilibrio, que enriqueció mucho a las petroleras y los
bancos pero que poco a poco se fue desmantelando. Así, durante la década
siguiente, el esquema pasó a ser un 50% para cada uno de los interesados:
empresas y países. Después del golpe de Estado en Libia, en 1971, se invirtieron
los términos, pasando a ser el 70% para los Estados productores y 30% para las
empresas. Y, un año más tarde, se establecía el esquema que aún pervive:
95% para los Estados y 5% para las petroleras. La OPEP, creada en 1960 en Viena
–a iniciativa del ministro venezolano de Energía y Minas, Juan
Carlos Pérez Alfonzo– por Irán, Irak, Kuwait, Arabia Saudita y Venezuela, empezaba
a cambiar las reglas que habían existido durante décadas.
En octubre de 1973 se produjo por parte de la OPEP el embargo del petróleo a
Estados Unidos y otras naciones occidentales como respuesta al apoyo dado a
Israel durante la guerra de Yom Kippur. Una congelación de suministro que duró
hasta marzo de 1974 y que multiplicó los precios del barril casi por tres. Situación
que llevó a los países occidentales a crear reservas estratégicas de petróleo,
controladas por los Gobiernos. Respecto de los precios, la escalada fue imparable
en esa década: en Estados
Unidos, el barril de petróleo subió de 3,35 dólares en enero de 1970 a
32,50 dólares a finales de los años setenta. Con momentos muy dramáticos como
el 1 de enero de 1974 en que la OPEP los incrementó de 4,31 dólares a 10,11
dólares. Una situación que produjo en los países compradores y, muy
especialmente, en Estados Unidos fuerte incremento de la inflación y desempleo.
Una crisis ya comentada páginas atrás.
Desde entonces, en la defensa de sus intereses (o ataque), los países productores
han utilizado el precio o la cantidad de suministro, se ha utilizado con asiduidad; ya
fuera para mantener un nivel de precios conveniente en el mercado o para subir las
condiciones de los contratos.
Y esto, no sólo con el petróleo, sino con el gas, como sucedió con Rusia al cortar el
suministro de gas a Ucrania y Moldavia en enero de 2006 –y posteriormente a
Georgia– durante las renegociaciones contractuales.
Sin embargo, el uso de la energía como arma de dominio político va más allá, dado
que no sólo las fuentes primarias, sino las secundarias están reguladas en sus
precios por todos los Gobiernos. La energía se constituye, así, como un poder: un
poder de enorme eficacia.
CAPÍTULO 14 AGUA Y MEDIO AMBIENTE