Professional Documents
Culture Documents
1 ¿Qué te genera que te llamen para los aniversarios de River campeón del
mundo? Mucha alegría, sería un mentiroso si dijera lo contrario. Tuve la fortuna
de hacer el gol en esa final, pero la Copa la ganamos con todos mis
compañeros. Para mí, era una obligación meter el gol, me contrataron para eso.
Ser el autor del único gol de River campeón del mundo significa mucho, pero no
me gusta tomar el protagonismo del salvador ni nada por el estilo.
8 ¿Qué pensabas en esa carrera con los brazos abiertos? En mis padres, en
mis hijos, en mi gente. Y en Paco Casal, que siempre confió en mí.
9 ¿Con quién diste la vuelta olímpica?Me agarraron los japoneses para darme
la llave del Toyota por haber sido la figura y yo quería irme para dar la vuelta
olímpica con mis compañeros. Los japoneses parecían hormigas, aparecían por
todos lados.
13 ¿Por qué fuiste a ese partido con tu mujer y tus hijos? Cuando
jugábamos la final de la Libertadores, le dije a Santilli: “Si salimos campeones,
me lleva con la familia a Japón, ¿estamos?”. Me contestó que sí y me pagó todo.
De los otros jugadores, ninguno llevó a nadie, solo el Bambino fue con su mujer.
15 ¿Quién hacía las jodas más pesadas en aquel plantel de River? El Negro
Enrique era un hijo de puta, el Tano Gutiérrez también. En Japón nos
disfrazamos de mujer y nos pusimos en la vidriera de un negocio. Un día fueron
Santilli y otros dirigentes a comer a la concentración, en River, y en un momento
apagamos las luces, y como era época de carnaval, entramos a tirar bombitas
de agua y le cayeron al presidente y al vice en el pecho. “Los muchachos son
así”, dijo el Bambino y se fue de la vergüenza que tenía.
20 ¿En River cómo te decían? Perón me pusieron, por la pera larga. Ruggeri y
el Tano me habían puesto una foto de Juan Domingo Perón en el ropero del
vestuario y una vez vino Carlos Menem a saludarnos, cuando era gobernador de
La Rioja, y le mostraron la foto. Una risa. Pero mi apodo es Hormiga. Hoy vas a
Durazno, la ciudad donde nací, o a Cardona, donde vivo, preguntás por el
Hormiga y todos saben que buscás a Alzamendi.
23 ¿Con Bochini o con Alonso? No, no, estas son paredes de verdad (risas): 4
de arena y 1 de portland, esa es la proporción. Siempre aprendí de mi viejo
cosas de ese tipo. Estoy haciendo con un amigo unas obras en la canchita de
fútbol 5 que tengo. Ahí también hay una cantina y la atiendo. Después, suelo
mirar chicos por el interior y si me gusta alguno lo llevo a algún club de
Montevideo.
29 ¿En Uruguay no eras de ningún equipo? Fui hincha de Nacional hasta los
11 años, porque en mi familia eran todos de Nacional, pero después me hice de
Peñarol, porque me atraía más lo negro que lo blanco (risas).
37 ¿No llegabas fusilado a las prácticas? Al principio sí, hasta que a los
cuatro meses, más o menos, se dio cuenta Pastoriza, me agarró y me dijo que
no podía vivir ahí. Habló con Pedro Iso, el presidente, me vino a buscar, nos
levantó y nos llevó a un hotel de Constitución y a los pocos días nos puso en un
departamento espectacular en Piaggio y Mitre, a unas cuadras de la cancha. Me
iba caminando a entrenar. Y ahí empecé a levantar el nivel, porque esos
primeros meses no anduve bien, estaba muerto en realidad.
38 ¿Te costó la adaptación? Después de ese debut con 14 off side y de que
Pastoriza me consiguiera un departamento cerca de la cancha, ya no (risas).
Tuve la suerte de llegar a un club que era una familia de verdad. A mí me
protegió mucho la señora de Julio Grondona. Me adoraba. Para mí fue un
golpazo salir de Durazno, jugar un año en Sud América y de golpe estar ante
50.000 personas en un estadio, pero lo soporté porque tenía el apoyo del Negro
Galván, de Bochini, Pastoriza, Grondona, del Negro Rolan, que estaba siempre
por el club, de Pepé Santoro…
47 “Es lo tuyo, Antonio”. Sí, ¡qué frase! Víctor Hugo empezó con eso, y es el
día de hoy que mucha gente me lo sigue recordando. Las vueltas de la vida me
trajeron a vivir a Cardona, la ciudad de Víctor Hugo.
51 ¿Tu hijo Juan Manuel sigue jugando? Dejó por un problema de rodilla. Es
ayudante de arquitecto y ahora se recibe de profe de educación física. Damián,
otro de mis hijos, es bombero en Durazno. Marcelo, el argentino, trabaja en la
clínica La Española, en Montevideo, como administrativo. Y Vanesa, mi hija, es
psicóloga.
53 ¿Con Tabárez tenés relación? Claro que sí. Es un gran entrenador, serio.
Yo lo adoro a Tabárez, terrible persona.
67 ¿Te regalaban jamones por los goles que metías? De todo me regalaban.
En Logroño aprendí a tomar vino de primer nivel. Me acuerdo que cuando
llegamos a la ciudad, nos mandaron a una bodega impresionante bajo tierra.
Estábamos sentados en una mesa grande, nos empezaron a dar comida y un
vino del 1900, no sé, un vino añejísimo, y el animal de Ruggeri dijo: “¿Me traés
una soda?”. Yo lo miré a Oscar: “¿Vas a cortar el vino?” y salta un tipo de ahí:
“¡No haga eso, no sea animal!”, todo delante del presidente del club, que era el
dueño de la bodega.
68 ¿Uruguay zafa del repechaje esta vez? Yo soy como todos los uruguayos:
conservador. Partido a partido, respeto a Argentina, a Brasil. Nosotros estamos
acostumbrados a sufrir, así que esperemos.
70 ¿Por qué creés que Argentina lleva tantos años sin ganar nada? Por los
recambios. Y quizás porque hay demasiadas figuras. Para mí, ese tema de las
figuras les hace un poco mal a los equipos. Soy de los que piensan que precisás
gente laburadora. Es imposible tener cinco delanteros de renombre en el fútbol
de hoy, yo soy fanático de los equipos bien balanceados, con gente que marque.
71 Los tres mejores jugadores uruguayos de la historia. De los que vi:
Fernando Morena, Ildo Maneiro y Luis Cubilla. De los que jugué: Ruben Paz,
Enzo Francescoli y Ruben Sosa.
73 El defensor que te dio más duro. El Ruso Hrabina. Pasa que ahora al fútbol
lo hicieron más feminista, no se pega como antes.
79 En River te peleabas con Ramón Centurión por ver quién era más feo.
¿Verdadero o falso? Eso decían los fantasmas de ahí. El hombre es como el
oso: cuanto más feo, más hermoso. Nos rompían los huevos con eso, nos
hacían bullying (risas), porque ellos eran preciosos, claro. Ruggeri con su
cabeza y el Tolo Gallego era Alain Delon, ¡vamos!
83 ¿Cómo era Funes? Hicimos una amistad, tenía afinidad muy buena con
Juan. Vivía a media cuadra de casa, y me pasaba a buscar, tomábamos mate,
era el tipo re querido del grupo, un loco de la guerra, de las armas. Le revisabas
el baúl y estaba lleno de armas. Rambo le decían. Un día entró al vestuario y le
tiró a unos azulejos, salieron volando los pedacitos, nadie entendía nada.
86 ¿Se te da por ver imágenes viejas de tus goles? Sí, y me pongo un poco
melancólico, se me pianta un lagrimón, pero a la vez siento la satisfacción de
haber cumplido.
89 ¿Nunca tuviste algún cruce con un compañero en ese River, que era un
grupo pesado? Era pesado, sí, porque no se achicaba en ningún lado. Los
picados parecían finales, los fútbol-tenis eran a morir, pero nunca hubo un
problema, nunca una pelea, alguna puteada lógica y nada más. Era un grupo
que quería ganar a todo: a la bolita, los campeonatos de Mar del Plata, a todo.
91 ¿Ves puntos de contacto entre este River guerrero y el del 86? Son
diferentes. Lo que sí veo en común, desde afuera, es la unión del grupo. Me
gusta Ponzio, para mí es el alma de River, me hace acordar al típico jugador
uruguayo de gran personalidad.
93 Viniste a la final de este año con Tigres, ¿no? Sí, otra vez me invitaron,
así que estuve en las tres finales de la Libertadores: una adentro y dos en la
tribuna. Esta vez me invitó Darío Santilli, el hijo de Hugo, también Enzo. No me
dejaron solo ni un momento. Terminé viendo el partido con Enzo. Me emocioné,
los hinchas me dieron mucho afecto.
96 ¿Por qué creés que a los uruguayos les va tan bien en la Argentina? En
Uruguay, cuando jugás, tenés que mirar primero dónde está el pozo. En el
mundo se asombran por cómo podemos tener tantos títulos siendo un país tan
chiquito, con tan poquitos habitantes, pero nacemos con una pelota en la panza
de mamá. En la Argentina nos dan mucho cariño y después está el entusiasmo
de mejorar la vida de mis compatriotas, la personalidad, saber que tenés la
oportunidad. El uruguayo siempre rinde, no te va a fallar.
97 ¿Qué probabilidades de ganar tiene River contra Barcelona? Es David y
Goliat, pero el espíritu del equipo puede superar la fuerza de Goliat. Para mí es
un 70 a 30. Será clave la defensa.