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Gloria Copeland
«Pues éste es el [verdadero] amor a Dios: que obedezcamos sus mandamientos
[manteniendo Sus ordenanzas, pensando en Sus preceptos y enseñanzas]. Y sus
mandamientos no son difíciles de cumplir (una carga, opresivos, severos)»
(1 Juan 5:3, AMP)
¿Sabías por qué la Palabra de Dios y las órdenes que Dios le da a tu espíritu no son molestas ni
Dios sabe lo que necesitas para vivir en victoria en este mundo lleno de maldad. De hecho, Él es
el único que lo sabe. La gente de este mundo no puede decirte cómo vivir victoriosamente, pues no lo
saben. Pero Dios sí. Él puede hacer que las cosas salgan bien aun en medio de las tinieblas, y si
seguimos las instrucciones, los mandamientos y los preceptos de Su Palabra, nosotros también podremos
Permíteme mostrarte un ejemplo. Un mandamiento que Dios nos dio es el de amarnos y perdonarnos
unos a otros, así como Él nos ha amado y perdonado. Este mandamiento no es intransigente porque es la
clave de nuestra libertad. Si tú caminas en el amor que ha sido derramado en tu corazón, tendrás gozo
cada día. Pero si no caminas en el mandamiento del amor, ¡cualquiera podrá quitarte ese gozo antes de
la hora del almuerzo! Dios lo sabe. Por eso, Él nos dio ese mandamiento de amor y perdón, pues el amor
produce resultados. Sin amor no habrá ningún gozo, y el gozo del Señor es nuestra fortaleza.
No te disgustes por las enseñanzas de Dios. No consideres los caminos de Dios como una carga para tu
vida, sino que regocíjate en ellos. ¡Recíbelos con alegría y deja que te guíen por todo el camino, hacia la
victoria!