Professional Documents
Culture Documents
Pero para que todo ello sea real es preciso que quienes participan
directamente en el proceso de decisiones y formulación de políticas sean
vistos por la ciudadanía como sus legítimos representantes. La existencia
de una crisis de las instituciones de representación política lleva
inevitablemente a la falta de gobernabilidad de la democracia representativa
y al reemplazo de ésta por regímenes autoritarios o por otros en los cuales
las instituciones representativas dejan de jugar el papel político central.
A ello hay que agregar que los partidos políticos enfrentan problemas para
adaptarse al nuevo contexto económico, social y político.
Sus dificultades para desarrollar programas y estrategias que recojan las
nuevas demandas sociales y, en algunos casos, para llegar a acuerdos
entre ellos que permitan establecer coaliciones estables, han llevado a que
un número creciente de votantes se declare independiente, es decir, ni
militante ni simpatizante de un partido político.
Por último podríamos agregarle un dato que hace jugar coordinadamente los
apartados 1 y 2 y que sería el mejoramiento de la representación a través de
la optimización de los sistemas electorales.
Con calidad institucional y canales de participación ciudadana, evaluaremos
el tercer requisito.
4) Conducción política.
En la estructura del poder, cualquiera sea ella, adquiere singular
importancia la presencia de algunos seres humanos cuya actividad como
conductores determina en alta dosis el comportamiento de la sociedad.
El liderazgo político caracterizado por el poder, status, visión, integridad,
inteligencia es clave en las democracias y fue vituperado por los tecnócratas
y los fundamentalistas de la racionalidad económica y el mercado.
Juan Domingo Perón, sostenía que “la habilidad del conductor está en
percibir el problema, en captar cada uno de sus factores en su verdadero
valor, sin equivocar ninguno de los coeficientes que, con distinta
importancia, escalonan las formas principales y secundarias de los hechos.
Captado el problema en su conjunto, elaborado por el propio criterio y
resuelto con espíritu objetivo y real el hecho se penetra; el análisis lo
descompone, la síntesis lo arma y el método lo desarrolla. Eso es todo
cuanto se puede decir de la operación que, naturalmente, se produce en la
personalidad del conductor. Es algo tan extraordinario como lo que sucede
con los organismos fisiológicos que, ingiriendo distintas sustancias,
producen reacciones y efectos similares”.
Crisis de Gobernabilidad.
Para los autores del Informe a la Comisión Trilateral Michel Crozier, Samuel
Huntington y Joji Watanuki, el corazón del problema radica en las
contradicciones inherentes relacionadas a la gobernabilidad de la
democracia. Reconocían que "gobernable" y "democracia" son conceptos
en conflicto. "Un exceso de democracia significa un déficit en la
gobernabilidad; una gobernabilidad fácil sugiere una democracia diferente".
Los que hablan de la crisis de la legitimidad sostienen que hay que centrarse
en las relaciones de clase y en las limitaciones que impone el capital a la
política para poder establecer unas bases adecuadas para la comprensión
de las actuales tendencias de la crisis. Se orientan a argumentar sobre la
crisis de legitimidad estatal y del sistema político.
Pero más allá de las posiciones extremas, existen también posturas teóricas
que en los terrenos intermedios del conservadurismo y el neomarxismo, se
esforzaron por reconocer los aportes de ambas tradiciones para
comprender la cuestión de la gobernabilidad.
Finalmente, señala que el tercer factor tiene que ver con la difusión y
dispersión del poder en los sistemas políticos democráticos. Merced a la
dinámica participativa y de representación que exige la democracia liberal,
el poder se encuentra distribuido de manera horizontal y vertical en la
sociedad y el régimen político. Si bien es cierto que el gobierno centraliza
una gran cantidad de poder, sólo lo hace por tiempos específicos y bajo
reglas determinadas.
Pero la conclusión tal vez más importante que se puede extraer del debate
de los últimos veinte años, tiene que ver con la creación de modelos o
paradigmas de gobernabilidad en las democracias occidentales.
La historia reciente nos dice que las dos últimas décadas del siglo XX vieron
la universalización de la democracia -limitada hasta entonces al llamado
Primer Mundo de las naciones capitalistas avanzadas (Europa Occidental,
América del Norte, Japón y Oceanía)- haciendo pie en el tercer mundo de
las naciones subdesarrolladas y en el mundo del ex comunismo.