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Universidad Autónoma de Querétaro

Facultad de Química
Licenciatura en Químico Farmacéutico Biólogo
Microbiología

Amoxicilina.

Alumna:
Zamora Corona María Magdalena

Profesor:
Dr. Juan Campos Guillén

25 de marzo de 2015
Amoxicilina

La amoxicilina es una penicilina semisintética de amplio espectro susceptible a la


penicilinasa. (UNAM, 2005). Forma parte de las aminopenicilinas, grupo que está
formado por la ampicilina y la amoxicilina. La amoxicilina tiene una absorción oral
mucho mayor que la de la ampicilina y los alimentos no interfieren con su
absorción. Se la utiliza en el tratamiento de otitis, sinusitis, anginas, bronquitis,
neumonías. Se expende en comprimidos de 250 mg y 500 mg, y en suspensión de
250 mg/5 mL. La dosis es de 500 mg cada 8 horas. Puede aumentar a 1 g cada 4
horas en infecciones muy graves. (Juan Rey, 2011).

La amoxicilina pertenece a la clase de los antibióticos betalactámicos, los cuales


incluyen a los derivados de la penicilina, cefalosporinas, monobactams, entre
otros. Los antibióticos betalactámicos, cuyo mecanismo de acción es la inhibición
de la última etapa de la síntesis de la pared celular bacteriana, constituyen la
familia más numerosa de antimicrobianos y la más utilizada en la práctica clínica.
(Suárez y Gudiol, 2009).

Históricamente, las enfermedades infecciosas han sido de las causas más


importantes que contribuyen a la morbilidad y mortalidad humanas. Las
enfermedades infecciosas son uno de los mayores problemas de salud tanto en
países desarrollados como en vías de desarrollo.

En los 60´s, un rango limitado de antibióticos no betalactámicos estaba disponible;


la mayoría tenía limitaciones en términos de toxicidad, por ejemplo, las
sulfonamidas (erupciones y toxicidad renal); estreptomicina y kanamicina
(ototoxicidad y nefrotoxicidad); cloranfenicol (aplasia de médula ósea), eritromicina
(efectos gastrointestinales); tetraciclinas (concentrado en el desarrollo de huesos y
dientes) y colistina (neuro y nefrotoxicidad). Un número de penicilinas
betalactámicas: penicilina G y V (Lábil en medio gástrico, ampicilina, meticilina
(nefrotoxicidad) también estaban reportadas. Todos estos agentes se daban por lo
general cuatro veces al día y se asociaban con erupciones y rara vez, anafilaxis.
(Simar Preet y cols., 2011).

Al final de los 60´s, las infecciones desafiantes requerían de tratamientos en


hospitales incluida la meningitis, endocarditis, infecciones neonatales, infecciones
estafilocóccicas causadas por resistencia a la penicilina e infecciones causadas
por organismos gram negativos. En los 70´s surgieron otras problemáticas, las
cuales incluían infecciones mixtas, bacterias resistentes a antibióticos, nuevos
patógenos e infecciones en pacientes inmunocomprometidos. Todo esto mostró la
necesidad de antibióticos de amplio espectro contra organismos resistentes e
infecciones mixtas. (Simar Preet y cols., 2011).

En los 70´s se dio la introducción de un número importante de nuevos antibióticos.


Algunos nuevos antibióticos betalactámicos fueron introducidos, incluyendo las
cefalosporinas- cefamandola, cefuroxima; la cefamicina, cefotoxina-; y las
penicilinas – amoxicilina, flucoxacilina, mezlocilina, azlocilina y ticarcilina -. (Simar
Preet y cols., 2011).

La amoxicilina fue descubierta por los científicos de los Laboratorios de


Investigación Beecham de Reino Unido en 1972, y fue aprobado por la FDA en
1974. La amoxicilina desarrollada mantenía la actividad de amplio espectro de la
ampicilina, pero con un incremento de la biodisponibilidad. Como la producción de
betalactamasas tanto por patógenos gram positivos como gran negativos, se
convirtieron en un tema clínico relevante, se hicieron esfuerzos para desarrollar un
antibiótico oral, de amplio espectro efectivo también contra estas cepas
productoras de betalactamasas, el resultado fue la combinación de la amoxicilina y
el ácido clavulánico. En 1981, SmithKline Beecham, patentó las tabletas de
amoxicilina y de amoxicilina/clavulanato de potasio, y primero vendió el antibiótico
en 1988 bajo el nombre comercial de Amoxicilina, Amoxil y Trimox. Hoy la patente
ha caducado y se encuentra en el mercado también con otros nombres como
Actimoxi, Amoxibiotic, Amoxicilina, Amoxidal, Pamoxicilina, Lamoxy, Polymox,
Tolodina y Zimox. (Simar Preet y cols., 2011).

A pesar de que existen nuevos compuestos antibacterianos en desarrollo, la


mayoría se encuentran en una etapa pre-clínica. Es necesario por lo tanto, hacer
el mejor uso de los agentes disponibles actualmente. El desarrollo de regímenes
de dosis más altas y la mejora farmacocinética de las formulaciones le han
permitido a la amoxicilina (sola y en combinación) continuar jugando un importante
papel en el tratamiento de un amplia gama de infecciones, particularmente
aquéllas del tracto respiratorio tanto en adultos como en niños. (Simar Preet y
cols., 2011).

Otras infecciones en las que se indica el uso de amoxicilina por vía oral son:
faringoamigdalitis estreptocócica, infecciones otorrinolaringológicas, otitis media
aguda, sinusitis, neumonía neumocócica de bajo riesgo, infecciones por
enterococos (urinaria, endocarditis, meningitis); y para la prevención de
endocarditis. (Suárez y Gudiol, 2009).

Estructura química

La amoxicilina, es un ácido estable semi-sintético que ha demostrado ser efectiva


para un amplio rango de infecciones causadas por bacterias Gram positivas y
Gram negativas tanto en humanos como en animales. Químicamente la
amoxicilina es (2S, 5R, 6R)-6-[[(2R)-2-Amino-2-(4-hidroxifenil)acetil]amino]-3,3-
dimetil-7-oxo-4-tia-1-aza-biciclo[3.2.0]heptano-2-ácido carboxílico (Figura 1).
(Simar Preet y cols., 2011).
Figura 1. Estructura química de la Amoxicilina. (Simar Preet y cols., 2011).

La presencia del anillo betalactámico (figura 2) define químicamente a esta familia


de antibióticos. Además, éste determina el mecanismo de acción (inhibición de la
síntesis de la pared celular), la escasa toxicidad directa (actúa sobre la pared
celular del microorganismo que no está presente en la célula eucariota animal) y el
principal mecanismo de resistencia (las betalactamasas) de esta gran familia de
antibióticos. No obstante, para que el betalactámico sea activo, es preciso que
esté unido a otros radicales (habitualmente otros anillos). La asociación de
diferentes tipos de cadenas lineales, junto con las características propias de este
esqueleto básico formado por los 2 anillos (llamado núcleo), modifica las
propiedades del compuesto resultante y da lugar a los diferentes grupos de
antibióticos betalactámicos: penicilinas, cefalosporinas, carbapenémicos,
monobactamas e inhibidores de las betalactamasas (tabla 1). Dentro de cada
grupo, pequeñas alteraciones en la estructura química son capaces de modificar
las características del antibiótico, como el espectro, la afinidad por determinados
receptores o la resistencia a las betalactamasas. En la figura 2 se representa de
forma esquemática la estructura básica de los diferentes grupos de
betalactámicos. (Suárez y Gudiol, 2009).
Figura 2. Estructura química de los betalactámicos. (Suárez y Gudiol, 2009).

Tabla 1. Clasificación de los antibióticos betalactámicos. (Suárez y Gudiol, 2009).

Vía de administración
Grupo
Parenteral Oral
Penicilinas
a) Sensibles a betalactamasa
Bencilpenicilina Fenoxibencilpenicilina
Espectro reducido
(penicilina G) (penicilina V)
Activas frente a
enterobacterias Ampicilina Amoxicilina, ampicilina
(aminopenicilinas)
Activas frente a Ureidopenicilinas:
enterobacterias y piperacilina, azlocilina, Indanil carbenicilina
Pseudomonas mezlocilina,
Caboxipenicilinas:
carbenicilina, ticarcilina
b) Resistentes a betalactamasas
Cloxacilina, metilcilina,
Antiestafilocócicas Cloxacilina, dicloxacilina
nafcilina
Amoxicilina con ácido
clavulánico, piperacilina
Combinados con Cloxacilina, dicloxacilina
con tazobactam,
inhibidores de las Amoxicilina con ácido
ampicilina con sulbactam,
betalactamasas clavulánico
ticarcilina con ácido
clavulánico
Cefalosporinas
Cefazolina, cefalotina, Cefalexina, cefadroxilo,
Primera generación
cefradina cefradina
Segunda generación
Activas frente a Cefuroxima, cefonicida, Cefactor, cefuroxina
Haemophilus cefamandol ceforanida axetil, cefprozilo
Activas frente a Cefoxitina, cefotetán,
Bacteroides cefmetazol, cefminax
Tercera generación
Cefditoren pivoxil,
Cefriaxona, cefotaxima,
Espectro ampliado ceftibuteno, cefixima,
ceftizoxima
cefpodoxima, cefdinir
Espectro ampliado y Ceftacidima, cefepima,
Ninguno
antipseudomonas cefoperazona
Imipenem con cilastatina,
Carbanémicos Ninguno
meropenem, ertapenem
Monobactámicos Aztreonam Ninguno

Las propiedades farmacocinéticas de los antibióticos betalactámicos peniclinas


(que varían según los compuestos) se resumen en la tabla 2:
Tabla 2. Propiedades farmacocinéticas de las penicilinas. (Suárez y Gudiol, 2009).

Concentración Unión a
Excreción
a
máxima mg/l Semivida proteínas Excreción
Antibiótico Posología urinaria
(dosis (h) (%) biliar (%)c
(%)
administrada)b
Penicilinas
Penicilinas sensibles a las betalactamasas
Bencilpenicilina 1-4 MU/2-4
20 (1 MU) 0.5 55 70 Superior
sódica i.v. h
Penicilina 300-600
3 (1.2 MU) Superior
procaína i.m. UI/12-24 h
1.2-2.4
Penicilina
MU/1-3 0.2 (1.2 MU) 1 80 20-40 Inferior
benzatina i.m.
semanas
Penicilina V 0.5-1 g/6-8
3-5 (0.5 g) 1 80 20-40 Inferior
p.o. h
0.5-1 g/6-8
Ampicilina p.o 3-10 (0.5 g) 0.8-1 17 70 Superior
h
100-300
i.v. mg/kg/d en 40-60 (1 g)
4-6 dosis
Amoxicilina
0.5-1 g/8h 8-24 (0.5-3 g) 1 17 70 Superior
p.o.
Penicilinas resistentes a las penicilinasas
0.5-1 g/4-6
Cloxacilina p.o 8-10 (0.5 g) 0.5 94 80 Inferior
h
i.v. 1-2 g/4h 70-100 (1 g)
500-875 8-24 (0.5-3g)
Amoxicilina-
mg/8h
clavulánico p.o.
2g/12 h 17 (2 g)
Piperacilina- 4 g/0.5 g/
200-300 (2-4 g) 1.3 30 30-90 Superior
tazobactam i.v. 6-8 h
i.m.: intramuscular; i.v.: intravenoso; MU: millones de unidades; p.o. por vía oral
a
La posología indicada es la más habitual para adultos y con función renal normal. Puede variar en función de la indicación
b
Se indica la concentración máxima total del fármaco (se considera la fracción libre y la unida a proteínas). Entre paréntesis
se indica la dosis que hay que administrar para obtener la concentración máxima indicada.
c
Concentración en bilis referida a la concentración simultánea en suero.
Farmacocinética y farmacodinamia

La amoxicilina es estable en el ácido gástrico y se puede ingerir sin tomar en


cuenta los alimentos. Se absorbe rápidamente después de su administración oral.
Se difunde inmediatamente en casi todos los tejidos y líquidos del cuerpo, con
excepción del cerebro y el líquido cefalorraquídeo, salvo cuando las meninges
están inflamadas. La vida media de amoxicilina es de 61.3 minutos. La mayor
parte de la dosis de amoxicilina se excreta sin cambio por la orina pues en un
periodo de 6 a 8 horas ya se ha excretado el 60% de antibiótico; su excreción
puede retardarse mediante la administración concomitante del probenecid.

La amoxicilina no se une en alto grado a las proteínas. En el suero sanguíneo, se


une en aproximadamente 20% a las proteínas, lo que se puede comparar con 60%
de la penicilina G. La administración de amoxicilina por vía oral en cápsulas con
dosis de 250 y 500 mg, alcanza un nivel sanguíneo máximo entre 1 y 2 horas
después de la administración, en un margen que va de 3.5 a 5.0 mcg/mL y de 5.5
a 7.5 mcg/mL, respectivamente.

La amoxicilina en su acción bactericida es similar a la ampicilina en contra de


organismos susceptibles durante la etapa de multiplicación activa. Actúa mediante
la inhibición de la biosíntesis del mucopéptido de la pared celular. En estudios in
vitro se ha demostrado la susceptibilidad de la mayoría de las cepas de las
siguientes bacterias grampositivas: estreptococos alfa y beta-hemolítico,
Diplococcus pneumoniae, estafilococos no productores de penicilinasa y
Streptococcus faecalis. In vitro es activa contra muchas cepas de organismos
gramnegativos, por ejemplo: de Haemophilus influenzae, Neisseria gonorrhoeae,
Escherichia coli y Proteus mirabilis. Debido a que no resiste la destrucción por
penicilinasa, esta enzima no es efectiva en contra de las bacterias productoras, en
particular de los estafilococos resistentes. Todas las cepas de Pseudomonas y la
mayoría de las cepas de Klebsiella y Enterobacter son resistentes. (UNAM, 2005).
Mecanismo de acción

La amoxicilina actúa mediante la inhibición de la biosíntesis del mucopéptido de la


pared celular. Para comprender mejor su mecanismo acción se debe recordar que
la amoxicilina es un antibiótico betalactámico. Los antibióticos betalactámicos son
agentes bactericidas que producen su efecto principalmente a través de 2
mecanismos: inhibición de la síntesis de la pared bacteriana e inducción de la
autólisis bacteriana. La pared bacteriana es una estructura que envuelve las
bacterias de todos los géneros, excepto los micoplasmas; se sitúa por fuera de la
membrana citoplásmica y está compuesta principalmente por una proteína
llamada peptidoglucano.

En las bacterias grampositivas, la pared celular es gruesa y su componente


principal es esa proteína. Las bacterias gramnegativas tienen una pared más fina
y compleja que consta de una membrana externa formada por lípidos y proteínas,
y de una capa interna delgada de peptidoglucano. Las bacterias ácido alcohol
resistente tienen una pared similar a la de los microorganismos grampositivos,
pero con una capa de peptidoglucano fina y, por fuera, una capa muy rica en
lípidos.

El esqueleto del peptidoglucano está constituido por largas cadenas de glúcidos,


formadas por la repetición de moléculas de ácido N-acetilmurámico y N-
acetilglucosamina. A su vez, el ácido murámico fija cadenas de tetrapéptidos que
se unen entre sí y forman una malla. Los diferentes componentes del
peptidoglucano se sintetizan en el citoplasma y son transportados a través de la
membrana citoplásmica al espacio que hay entre ésta y la pared celular (espacio
periplásmico), donde se van ensamblando hasta formar la estructura previamente
descrita (Figura 3). La última fase de la síntesis de la pared bacteriana consiste en
la formación de los tetrapéptidos a partir de los pentapéptidos (mediante la pérdida
de uno de los aminoácidos terminales), para lo que se necesita la acción de unas
enzimas que se localizan en ese espacio periplásmico, llamadas de forma
genérica transpeptidasas.

Figura 3. Etapas de la formación de la pared celular. (Suárez y Gudiol, 2009).

El anillo betalactámico presenta una similitud estructural con la región del


pentapéptido al que se unen estas enzimas, por lo que es capaz de unirse a ellas
de forma covalente e impedir así la formación de la pared celular (Figura 4). Es por
eso que estas enzimas se llaman también PBP (penicillin binding protein ‘proteína
ligada a la penicilina’). Sin la pared, la bacteria queda expuesta al medio y muere
debido a cambios en la presión oncótica (osmótica coloidal). Por tanto, para que
actúen los betalactámicos, es preciso que la bacteria se halle en fase de
multiplicación, ya que éste es el momento en que se sintetiza la pared celular. Los
betalactámicos presentan actividad reducida en situaciones clínicas en las que hay
gran parte de la población bacteriana en estado estacionario, como por ejemplo
los abscesos.

Los betalactámicos también actúan activando una autolisina bacteriana endógena


que destruye el peptidoglucano. Las cepas que carecen de autolisina
(generalmente son cepas tolerantes a los betalactámicos) inhiben su crecimiento
en presencia del betalactámico, pero no se destruyen completamente. (Suárez y
Gudiol, 2009).

Figura 4. Mecanismo de acción de los betalactámicos. (Suárez y Gudiol, 2009).

Mecanismos de resistencia

Las bacterias pueden desarrollar resistencia a los betalactámicos básicamente


mediante 3 mecanismos diferentes que, en ocasiones, pueden ir asociados a otros
mecanismos causantes de la resistencia a otras familias de antibióticos. De forma
somera, los principales mecanismos implicados en la resistencia son los
siguientes:

1. Producción de enzimas (betalactamasas). Representa el principal


mecanismo de resistencia frente a los betalactámicos, especialmente en
gramnegativos (aunque también pueden producirlas grampositivos y
anaerobios). Las betalactamasas son enzimas que hidrolizan el anillo
betalactámico y que, por tanto, inactivan el antibiótico antes de su unión con
las PBP. Su producción puede estar mediada por plásmidos o puede estar
cromosómicamente codificada. En el primer caso, pueden ser transferibles
y los inhibidores de las betalactamasas suelen inactivarlas; algunos
ejemplos son las producidas por S. aureus sensible a la meticilina,
Haemophilus influenzae, Moraxella catarrhalis, E. coli, K. pneumoniae,
algunas enterobacterias y anaerobios, como Bacteroides fragilis. En el caso
de los microorganismos con betalactamasas de origen cromosómico (como
Enterobacter spp., Pseudomonas spp., Citrobacter spp., Morganella spp. y
Serratia spp.) éstos son a menudo inducibles (aumenta su producción tras
la exposición a betalactámicos, especialmente cefalosporinas) y no son
sustrato de los inhibidores de las betalactamasas. Hay muchos tipos de
betalactamasas en función de los betalactámicos que hidrolizan. El uso (y
abuso) de los antibióticos durante décadas ha favorecido la evolución de
estas enzimas hacia una nueva generación, las llamadas BLEE, que son
capaces de hidrolizar las cefalosporinas de tercera generación y el
monobactámico aztreonam.

2. Modificación de la diana en las PBP. Diferentes alteraciones en las PBP


(mutaciones, hiperexpresión y modificación de la afinidad) pueden dificultar
la unión del betalactámico a la proteína, lo que disminuye su actividad. Éste
es el mecanismo principal de resistencia a betalactámicos de los
microorganismos grampositivos, como S. pneumoniae, S. aureus resistente
a meticilina y Enterococcus faecium.
3. Alteraciones en la permeabilidad y bombas de expulsión. Ante la barrera
que supone la presencia de una membrana celular (como en el caso de los
microorganismos gramnegativos) las sustancias poco lipofílicas (como los
betalactámicos) precisan proteínas (poros) que les faciliten la entrada al
espacio periplásmico para poder unirse a las PBP. Éste es uno de los
motivos por los que, con algunas excepciones, los microorganismos
gramnegativos son generalmente más resistentes a los antibióticos que los
grampositivos. Algunos microorganismos más sofisticados, como P.
aeruginosa, presentan además sistemas de bombeo de antibióticos muy
eficaces, que determinan su resistencia intrínseca a muchos antibióticos,
incluidos algunos de los betalactámicos. Algunas alteraciones en la
permeabilidad (mutaciones, hiperexpresiones) pueden modificar la
resistencia basal a los betalactámicos. (Suárez y Gudiol, 2009).

Amoxicilinas más inhibidores de las betalactamasas

Los inhibidores de las betalactamasas, al inhibir a las betalactamasas codificadas


por plásmidos y a algunas betalactamasas cromosómicas, restauran la actividad
antibacteriana de los antibióticos con los que se combinan, que habitualmente
serían destruidos por estas enzimas.

 Amoxicilina-clavulanato: el ácido clavulánico mejora el espectro de la


amoxicilina, incluyendo a las cepas resistentes de H. influenzae y M.
catarrhalis productoras de betalactamasas. Se la utiliza en el tratamiento de
las otitis, sinusitis y bronquitis. También en neumonías extrahospitalarias en
los pacientes con EPOC. Se ha utilizado en infecciones cutáneas por
Estreptococos y en el tratamiento del pie diabético por su actividad
antianaerobia. La dosis es de 250 a 500mg de amoxicilina combinados con
125mg de clavulánico. Puede inducir diarreas por disbacteriosis con
frecuencia.
 Amoxicilina-sulbactam: Produce menos diarrea que el clavulánico. Sus
indicaciones son similares a la amoxicilina-clavulanato. Requiere ajuste de
dosis en caso de falla renal. (Juan Rey, 2011).

La amoxicilina con ácido clavulánico tiene aplicación en el tratamiento de la otitis


media, neumonía bacteriana, infecciones odontógenas, infecciones del tracto
urinario, infecciones intraabdominales y ginecológicas así como profilaxis en
cirugía. (Suárez y Gudiol, 2009).
Referencias

Juan Rey R. Antibióticos betalactámicos (Penicilánicos, Cefalosporínicos). Revista


Dosis (FABOP). [serie en internet] 2011 [consultado 2015 febrero 24]; 2: [aprox. 4
pp.]. Disponible en: http://revistadosis.com.ar/pdf/fabop2.pdf.

Simar Preet K, Rekha R, Sanju N. Amoxicillin: a broad spectrum antibiotic.


International Journal of Pharmacy and Pharmaceutical Sciences [serie en internet]
2011 [consultado 2015 febrero 24]; 3: 30-37. Disponible en:
http://www.ijppsjournal.com/Vol3Issue3/2249.pdf.

Suárez C, Gudiol F. Antibióticos betalactámicos. Elsevier [serie en internet] 2009


[consultado 2015 febrero 24]; 27 (2): 116-129. Disponible en:
http://www.elsevier.es/es-revista-enfermedades-infecciosas-microbiologia-clinica-
28-articulo-antibioticos-betalactamicos-13133636.

UNAM, Facultad de Medicina. Amoxicilina. 2005 [consultado 2015 febrero 24].


Disponible en: http://www.facmed.unam.mx/bmnd/gi_2k8/prods/PRODS/15.HTM.

Universidad de Granada. Síntesis peptidoglucano. 2006 [consultado 2015 febrero


24]. Disponible en: http://www.ugr.es/~eianez/Microbiologia/05paredbios.htm.

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