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CIUDAD DE MÉXICO.

- A cuatro décadas de la matanza de Tlatelolco, Amnistía Internacional urgió al Gobierno de


Felipe Calderón a que realice una nueva investigación sobre los hechos y que abra todos los archivos y registros de
lo ocurrido el 2 de octubre de 1968, a fin de que “establezca de una vez por todas la verdad sobre la masacre” y se
lleve a los responsables ante la justicia.

En un comunicado, Kerrie Howard, directora adjunta del Programa para América de Amnistía Internacional,
consideró que “el Gobierno del Presidente Calderón ha guardado silencio sobre este oscuro capítulo de la historia de
México”.

De acuerdo con la representante del organismo internacional “el hecho de que el Gobierno mexicano no haya
establecido la verdad de lo sucedido la noche del 2 de octubre de 1968 ha dejado en la sociedad mexicana una
profunda herida que sólo se curará cuando los hechos se desvelen del todo, cuando se lleve a los responsables ante
la justicia y cuando se proporcione reparación a las víctimas y sus familias”.

Consideró que pese a los constantes esfuerzos de víctimas, familiares y miembros del movimiento estudiantil por
establecer la verdad de lo sucedido aquella noche, los hechos completos nunca se han establecido, y los
responsables no han rendido cuentas.

México. El presidente Felipe Calderón Hinojosa hizo un reconocimiento a la generación universitaria de 1968, cuyo
movimiento “abrió anchas avenidas a la democracia que estaría por venir en el país”.

En la inauguración de la exposición “Tiempo universitario”, en el Colegio de San Ildefonso, el mandatario hizo una
remembranza de los 100 años de la UNAM, de cuando consiguió su autonomía, y calificó como “tragedia nacional”
los acontecimiento del movimiento estudiantil de 1968.

Acompañado por su esposa, Margarita Zavala, y por el rector José Narro Robles, el Ejecutivo federal se refirió, como
no lo habían hecho sus antecesores, al movimiento estudiantil de aquel tiempo.

“Esta noche también recordamos a la Universidad y los tristes acontecimientos de 1968, aquella absurda represión
de la que fueron víctimas, principalmente universitarios”, expresó frente a investigadores, académicos, estudiantes.

Manifestó que esos acontecimientos hirieron profundamente a México y dejaron una herida abierta, pues “por una
puerta cercana a este lugar entró el bazucazo de la incomprensión y la intolerancia”.

No obstante, Calderón Hinojosa dijo que aquel momento dejó en claro también que México no podía seguir
tolerando el autoritarismo y el dictado de la vida nacional desde el poder.

La llegada al poder de Calderón se dio en medio de polémica por los resultados electorales, donde la izquierda alegó
fraude electoral.

Su toma de protesta como presidente se dio en un ceremonia protocolaria atropellada por los diputados del
izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD) que tomaron la tribuna para mostrar su inconformidad
con Calderón.

En un operativo de fuerte seguridad Calderón pudo llegar a la sede del Congreso mexicano, por las diversas
protestas en su contra en la ciudad de México.
El presidente y su definición de democracia

López Obrador, candidato de la izquierda, integrada en la coalición Por el Bien de Todos, impugnó el resultado. Por
un lado, argumentó un fraude electoral y reclamó el recuento voto por voto de los sufragios emitidos por la
ciudadanía. Por el otro, exigió que la elección fuera anulada bajo el argumento de que la contienda había sido
inequitativa, pues —manifestó— el entonces presidente, Vicente Fox Quesada, había favorecido al candidato
ganador, el oficialista, además de que se había orquestado en su contra una agresiva campaña en medios
electrónicos que lo comparaba con el polémico presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y que lo calificaba como “un
peligro para México”.

Dos días antes de que iniciara la campaña electoral del año 2012 que puso fin a la era del Partido Acción Nacional en
el poder, el presidente Calderón ofreció un discurso titulado rimbombantemente “Gobierno democrático que rinde
cuentas”, con el cual explicó los avances concretados a lo largo de su mandato.

Entre otros asuntos destacó que, en materia democrática, las reformas penales, de derechos humanos,
constitucional en materia de amparo y las nuevas leyes de migración y refugiados son prueba de que en México se
vive una democracia vibrante que confirma el compromiso del gobierno federal con los derechos humanos y con el
respeto a la libertad de expresión y de manifestación.

Mencionó también el impulso del Estado a una estrategia para fortalecer el tejido social que recupere los valores y
abra oportunidades para los jóvenes. En su discurso asimismo señaló que hubo una transformación profunda en
educación y se creó una red de protección social efectiva para las familias de menores ingresos,

Sin embargo, de acuerdo con el maestro en Administración Pública y doctor en Ciencia Política, en el sexenio que
está por concluir hubo tres logros positivos en materia de reformas por la democracia: “Uno, la materia de reforma
de derechos humanos de 2011. Dos, una reforma política ambiciosa que propuse en 2009, que se disminuyó, aunque
la versión final promulgada en 2012 es una reforma positiva, pero modesta. Y tres, la reforma laboral aprobada hace
pocos días, que se da en los últimos minutos del sexenio y que, efectivamente, es positiva en cuanto al tema de
rendición de cuentas de los sindicatos.

“Salvo esas tres excepciones, que son importantes, en lo general no hubo un intento consistente para tratar de
transformar los obstáculos políticos y mejorar el sistema democrático”.

Por su forma y contenido, la elección presidencial de 2006 no ayudó a solidificar la confianza ciudadana que había
empezado a emerger seis años antes.2 La forma y el contenido del ejercicio mismo del poder de la presidencia de
Calderón llevó a que en diciembre de 2012 el poder ejecutivo volviera a quedar en manos del viejo partido
autoritario -el PRI-,Además, la añeja desconfianza de la ciudadanía mexicana en los comicios y en sus resultados
volvió a surgir.3 En fin, entre la segunda parte del gobierno de Vicente Fox y el final del de Calderón, la transición
democrática mexicana se desvió y la naturaleza misma del régimen quedó en entredicho.

Por primera vez se había celebrado una elección presidencial en condiciones óptimas, pues a la ciudadanía se le
presentaron opciones significativas -tres candidatos con proyectos relativamente diferentes-, el ambiente no fue de
temor sino de clamor por el cambio, el aparato estatal ya no pudo sesgarse demasiado en favor del candidato oficial,
la información difundida por los medios resultó menos inequitativa que en el pasado, hubo observadores externos
efectivamente imparciales y la institución encargada de vigilar el proceso y contar los votos fue confiable.7 La
elección de 2006 ya no mantuvo esas características. La ceremonia de toma de protesta de Calderón como
presidente el 1 de diciembre de 2006 se caracterizó por la protesta tumultuaria escenificada por la oposición en el
Congreso y por la ausencia de cualquier rasgo de solemnidad.
a política hacia los sindicatos mostró dos caras opuestas, una muy dura y otra extremadamente complaciente. La
dura la ejemplifica la disolución,. En contraste, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE),
encabezado por Elba Esther Gordillo -más de un millón de agremiados-, fue de apoyo mutuo. Al SNTE, Calderón le
dio posiciones clave dentro de la estructura gubernamental,

 José López Portillo y Pacheco

Nació y murió en la Ciudad de México en 1920 – 2004. Político mexicano, presidente


de la República entre 1976 y 1982. Estudió leyes en la Facultad de Derecho de la
Universidad Nacional Autónoma de México. Durante el gobierno de Luis Echeverría,
en calidad de secretario de Hacienda y Crédito Público, reformó el sistema tributario
mexicano, incrementando sustancialmente los ingresos del gobierno. El 20 de
septiembre de 1975 aceptó su designación como candidato del Partido
Revolucionario Institucional a la presidencia de la República. El 12 de diciembre lo
apoyó también el Partido Popular Socialista y el 11 de enero de 1976, el Partido
Auténtico de la Revolución Mexicana. Resultó electo con el 68 por ciento del padrón
a su favor. Asumió el poder el 1 de diciembre de 1976.
De su mandato destacaron sus esfuerzos para aprovechar los inmensos recursos
petroleros de México y por lograr una mayor independencia económica respecto a
los Estados Unidos. Inició además importantes reformas en la Cámara de Diputados
al incrementar el número de miembros a 400, de los cuales al menos cien debían
ser de partidos de la oposición, con el objeto de dar voz a los partidos más
pequeños.
Pata López Portillo, sin embargo, no se trataba de modificar radicalmente la estrategia seguida por su antecesor, sino únicamente variarla para
corregir los resultados negativos. En tal sentido, el problema fundamental de la desigual redistribución del ingreso subsistía y su gobierno se
propuso corregirla desde otro ángulo: a través de un programa de creación de empleos. Para lograr esta alternativa siguió la misma senda
echeverrista del gasto público elevado, pero tuvo en su favor un recurso muy importante: el petróleo. Durante la mayor parte de su gobierno, contó
con la riqueza generada por el petróleo, lo que permitió que el país recuperara los índices de crecimiento -e incluso más altos- que habían existido
en la década anterior. Pero el petróleo también incidió en la profundización de problemas que llevaron al país a una nueva crisis al final del sexenio:
el gasto público excesivo y el incremento desproporcionado del endeudamiento externo.

Para empezar, con el objetivo de lograr estabilizar al país, el nuevo gobierno se vio obligado a confirmar el acuerdo de estabilización pactado con el
Fondo Monetario Internacional al final de la administración anterior, mismo que presuponía principalmente la reducción del déficit del sector público
la limitación del endeudamiento externo, el no crecimiento del gobierno, la apertura al exterior y la aplicación de políticas restrictivas del salario.

Parte fundamental del programa del nuevo gobierno fue la reforma administrativa. Con ésta, aparte de achicar y haces más racional el aparato
público, se buscó introducir la racionalidad y la planeación, es decir, modernizar a la burocracia. Para ello, el gobierno, además de la creación
inmediata de la Secretaría de Programación y Presupuesto -destinada a planear la forma en como se gastaban los egresos-, envió al Congreso tres
iniciativas de leyes: la Ley sobre Presupuesto, Contabilidad y Gasto Público que atribuyó la política presupuestaria a esta Secretaría para hacer
coincidir en ella la confección del presupuesto con la planeación; la Ley General de Deuda Pública que colocó a la Secretaría de Hacienda como
controlador único de la contratación de toda la deuda pública, y la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, que redistribuyó funciones
entre dependencias.

¿Cuál es el proyecto del presidente López Portillo, en sus principales puntos


Prioridades: 1 Conjugar y jerarquizar todas las medidas de inversión y gasto públicos, debidamente financiados,
para promover el desarrollo
2 Proteger el consumo de los grupos más débiles
3 Proporcionar los recursos crediticios indispensables para la formación de capital y productividad, en
consecuencia, combatir la especulación
4 Hacer compatible la disponibilidad de divisas con el desarrollo económico
5 Libertad cambiaría (apoyada en una limitación moral: que no se dañe al país sacando recursos monetarios)
6 Reestructuración de la banca privada y oficial Creación de un Banco Obrero: formación de capital destinado hoy
al consumo
7 Restricción de importaciones para nivelar la balanza de pagos Permisos específicos para el sector privado
8 Equilibrio fiscal: obtener recursos para la función del Estado y estimular la producción y creación de empleos:
ciclo que va del Estado, sus servicios y obras sociales a la empresa privada y, de ésta, al Estado
9 Quienes más poseen más deberán aportar; quienes menos, reducírseles la carga fiscal, así habrá ahorro —
capitalización— y consumo: etapa final de la producción
10 Flexibilidad de los precios para apoyar la producción agrícola y capitalizar el campo Racionalización de los
elementos básicos de costo, utilidades y salarios para combatir la inflación Análisis severo del proceso de
comercialización en que el Estado participa
Respecto al desarrollo del proceso electoral, hay modificaciones sustanciales como la relativa a los
tiempos de entrega de los paquetes electorales de las casillas a los comités distritales. La ley de 1973
daba una semana completa de margen para dicha entrega, lo cual facilitaba la manipulación de los
resultados. La Ley de 1977 disminuyó los tiempos hasta un máximo de 72 horas para las zonas rurales y
un mínimo de 24 para casillas urbanas en cabecera de distrito. Además, transformó la violación sin causa
justificada de dichos tiempos en una causal de nulidad de la votación recibida en la casilla.
• Se modificó la integración de la Cámara de Diputados con la finalidad de dar márgenes mayores de
representación a los partidos minoritarios, estableciéndose un sistema mixto que combinó el principio de
representación de mayoría relativa con el de representación proporcional (hasta 100 diputados electos en
circunscripciones plurinominales). Este último estaba reservado exclusivamente para los partidos de
oposición, pues el requisito para participar de tal asignación era haber obtenido menos de sesenta triunfos
de mayoría.
• Se mantuvo el sistema de auto calificación, por el que las Cámaras de Diputados y de Senadores
conocían de su propia elección y resolvían las impugnaciones. La elección presidencial seguía siendo
calificada por la Cámara de Diputados, erigida en Colegio Electoral, predominando el criterio político sobre
el jurisdiccional. De poco sirvió la introducción del recurso de reclamación que los partidos políticos podrían
interponer ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación para impugnar las resoluciones del citado Colegio
en la Cámara Baja, pues éste tenía la última palabra.
Se sistematizó todo un capítulo de la nueva legislación electoral dedicado a las prerrogativas de los
partidos políticos, integrando las que ya existían desde la reforma de 1963 (la exención del pago de cuatro
impuestos) y la de 1973 (franquicias postales y telegráficas y acceso a radio y televisión durante los
periodos de campaña electoral), creando otras dos nuevas: contar con los medios adecuados para sus
tareas editoriales (papel, impresión, medios para sostener sus cuerpos de redactores, etc.), y contar en
forma equitativa, durante los procesos electorales federales, con un mínimo de elementos materiales para
sus actividades (folletos, carteles, etc.).
• Se convierte en permanente el acceso a radio y televisión y no solamente durante los procesos
electorales.

Después de meses de discusiones, la reforma política se plasmó en la Ley Federal de Organizaciones Políticas y Procesos
Electorales (LFOPPE), que fue aprobada por el Congreso en diciembre de 1977, junto con un paquete de 17 reformas y adiciones,
necesarias para su funcionamiento, a otros tantos artículos de la Constitución ( artículos 6, 41, 51, 52, 53, 54, 55, 60, 61, 65, 70, 73,
74, 76, 93, 97 y 115). La LFOPPE, además de elevar a rango constitucional el reconocimiento de los partidos políticos como
entidades de interés público, estaba orientada a la ampliación del sistema de partidos y la participación de éstos en el
Congreso.

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