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UNIDAD IV

A. Presupuestos de geografía e historia de Hispania Romana desde el siglo III a. C.


hasta el siglo V d. C.
Expansión cartaginesa en España y Segunda Guerra Púnica. Comienzo de la ocupación
romana de Hispania. Romanización de Hispania, corrientes romanizadoras y provincias
romanas. Últimas guerras de Roma en Hispania: campaña contra cántabros y astures.
Onomástica personal y geográfica romana en la Península Ibérica.

A. El latín vulgar general e hispánico.


El latín vulgar: nociones generales. Latín vulgar y lengua latina. Latín vulgar, arcaico,
común y clásico. El protorrománico. Fuentes para el estudio del latín común y vulgar:
epigrafía arcaica y pompeyana, tratados técnicos de diversa época, obras literarias
postclásicas, la Peregrinatio Egeriae ad Loca Sancta, obras literarias de la baja
latinidad, las glosas y glosarios. Rasgos lingüísticos del latín vulgar: fonética y
fonología, morfología, sintaxis y léxico. El latín de Hispania: rasgos fonéticos,
morfológicos, sintácticos y léxicos. Arcaísmos, neologismos y dialectalismos del latín
español. Corrientes romanizadoras y latines de España. Influjo de los dialectos
suritálicos en el latín de Hispania. Los aportes españoles a las letras de Roma:
Columela, Marcial, los Séneca, Lucano, Quintiliano, Juvenco, Orosio.
A. Presupuestos de geografía e historia de Hispania Romana desde el siglo III a. C.
hasta el siglo V d. C.

Expansión de Roma y de la lengua latina . Los romanos expandieron su poder por tres
medios: el municipium (ciudades autónomas), el foedus aequum o iniquum (el pacto
igualitario o desigual), la provincia (el territorio sometido por conquista: pro-vincia).

El Imperio Romano en su máxima extensión. Año 117 d. C.

Diversas circunstancias, no pocas veces no queridas ni buscadas por Roma, la


llevaron a expandirse por el mundo antiguo perimediterráneo:
En 241 a. C. ocupa Sicilia,
en 238 a. C. toma Cerdeña y Córcega,
(muy pocos fueron los territorios europeos ocupados antes de España)
en 217 a. C. entra en España,
en 215 a. C. toma el Véneto,
en 191 a. C. toma la Galia Cisalpina,
en 167 a. C. toma el Ilírico,
en 146 a. C. toma África,
en 120 a. C. toma la Galia Meridional,
en 50 a. C. toma la Galia Septentrional,
en 15 a. C. toma Retia,
en 43 d. C. toma Britannia,
en 107 d. C. toma Dacia.

De acuerdo con la costumbre romana, en todos los territorios ocupados se


entregan a los veteranos de las legiones tierras de cultivo, en las cuales se asientan
como agricultores y ganaderos. En todas partes se construyen recintos fortificados, en
los cuales se acantonan los legionarios en actividad y de los cuales muchas veces surgen
ciudades. En todas partes se fundan ciudades, en las cuales, pacificadas las regiones, se
asientan los funcionarios romanos y se desarrolla la vida urbana. Asentamiento
agrícola y ganadero, creación de ciudades, crecimiento del comercio y desarrollo de
la vida urbana son factores de romanización. Sin embargo, los romanos nunca
impusieron su lengua a nadie. Antes al contrario, siempre consideraron que la
adquisición de la lengua de Roma era un exquisito privilegio que sólo podía tener quien
lo mereciese, y que además debía ser ganado por la comisión de hechos relevantes.

Causas históricas de la presencia del latín en Hispania . Causa de la llegada e


instalación de los romanos y de su lengua en Hispania son las Guerras Púnicas, que se
desarrollaron entre los años 264 a. C. y el año 146 a. C. La expansión del poder
cartaginés en todo el Mediterráneo occidental, la ocupación de Sicilia por Cartago y, en
esta ofensiva, el ataque a los mamertinos de Sicilia, amigos de Roma, forzaron el
estallido de la Primera Guerra Púnica, que se desarrolló entre los años 264 a. C. y 241
a. C., en la cual Roma no sólo recupera y se afianza en Sicilia, sino que toma a los
cartagineses la isla de Córcega. La Segunda Guerra Púnica, que se extiende desde el
año 218 a. C. hasta el 201 a. C., tiene origen en las conquistas de los cartagineses en
Hispania. En efecto, convencidos de que Roma no puede dar vencida sólo por mar,
planean una nueva estrategia de ofensiva combinada terrestre y marítima. La ofensiva
terrestre tendría como base de lanzamiento la Península Ibérica, desde la cual Aníbal,
con un formidable ejército conjunto de cartagineses, iberos, celtas de la Gallia y de
Italia y otras fuerzas, invadiría Italia desde el norte pasando los Alpes occidentales. Para
ello Aníbal debió superar en Hispania la resistencia de diversas naciones y tomar la
ciudad de Sagunto, amiga de Roma, en el año 219 a. C. Apenas comenzada la invasión
de Hispania por Cartago, los romanos, intuyendo su estrategia, envían a la Península
Ibérica un ejército, el cual llega al norte del río Ebro, en la actual Tarragona, el año 217
a. C. (este año se toma como el comienzo de la conquista y romanización de
España). , pero es rechazado en el 212 a. C. Aníbal entra en Italia, logra importantes
victorias sobre los romanos -en la batalla de Canas perecen hasta 70.000 legionarios y
Roma queda casi exhausta de fuerza militar-, pero no se atreve a tomar la ciudad de
Roma. Finalmente, rehechos los romanos, Aníbal con el resto de sus fuerzas abandonan
Italia y pasan a África. Los romanos entran de nuevo en Hispania, P. Cornelio Escipión
toma Cartagena -Cartago Nova- en 209 a. C. y expulsa a los cartagineses de la península
en 206 a. C. Después, el propio Escipión pasa a África en el 204 a. C. y derrota a Aníbal
en la batalla de Zama en 202 a. C.
Pero Cartago, que no ha sido extinguida en esta guerra, se rearma y
recomienza las hostilidades en 149 a. C., dando comienzo a la Tercera Guerra Púnica,
desde el 149 a. C. hasta el 146 a. C. Esta vez, Escipión Emiliano derrota definitivamente
a los cartagineses y destruye Cartago hasta los cimientos. Roma, advertida la
importancia estratégica de la Península Ibérica, permanece en ella, y con Roma y
sus legionarios y su administración, la lengua latina.
La mayor expansión del imperio romano se produjo a principios del II dC,
cuando Trajano incorpora la Dacia antigua a Roma. El mismo Trajano había fundado el
poder de Roma en Asia Menor y en la Irak actual. En la época posterior a Diocleciano
(principios del III dC), Roma comienza a decaer, y es acosada por los cuatro costados
del Imperio. El primer territorio abandonado por Roma, xq fue el último q conquistó fue
la Dacia antigua. No soportó la presión de los pueblos bárbaros q se abalanzaron sobre
Europa. Los dacios romanizados permanecieron en su lugar, sin abandonar el territorio
ni la lengua (según lo rumanos; algunos lingüistas dicen q es así, otros q se retiraron y
volvieron).
Después, el Imperio de Occidente deja de existir jurídicamente en 476 y el
Imperio romano de Oriente deja de existir tácticamente el 15/3/1453, 1000 años
después de la caída del Imperio romano de Occidente.

Romanización de Hispania
Corrientes romanizadoras: Menéndez Pidal señala q la romanización se da por dos
vertientes, es decir, en España entran los romanos por dos lugares en distintas épocas:
a) la primera entrada: por la provincia de Terraconensis (Terrajera). Eran gente
sus itálica mayoritariamente. Avanzaron por el norte (Cataluña) hasta occidente hasta
los confines de la Galia actual. Era un latín enclenque, de gente romanizada
recientemente.
b) posteriormente, está la segunda corriente romanizadora, constituida por
romanos q ya habían aprendido su lengua y q no mostraban los dialectalismos de los
romanos de la primera etapa. Estos romanos entran por Andalucía, y ascienden a lo
largo de la costa atlántica, Portugal, hasta Galicia y el centro.
Suele atribuirse al sustrato latino sur itálico la formación de lenguas como
el catalán, aragonés y castellano; y se atribuye a la segunda corriente
romanizadora, lenguas como el portugués, el gallego y el leonés occidental.

La romanización más intensa y temprana fue la de la Bética, cuya cultura,


superior a la de las demás regiones, facilitaba la asimilación de usos nuevos. Con lo
cual, a principios del siglo II les quedaban sometidos el Nordeste del Ebro, el litoral
mediterráneo y la Bética. La contienda sostenida por lusitanos y celtíberos duró más. La
pacificación del territorio no fue completa hasta q Augusto dominó a cántabros y astures
en el año 19 aC

Organización política: Al principio había dos provincias, la provincia bética,


considerada provincia senatorial (zona más romanizada) y la provincia de Lusitania
(zona menos romanizada). Augusto, después de la conquista de los últimos hispanos,
astures y cántabros, incorporó los distritos de Gallaecia y Cantabria a la provincia de
Lusitania (creada por motivos militares –tropas acuarteladas- y económicos –región
minera por excelencia-); luego hizo reorganización de territorios del norte e incorporó
Gallaecia y Asturias a la provincia tarraconense. Caracalla crea una nueva provincia,
Hispania nova citerior antoniana para el control del oro. Diocleciano formó una
nueva provincia con Gallaecia separándola del territorio de los astures (control minero).
Vespasiano hizo extensivo a todos los hispanos el derecho de ciudadanía.

Lengua latina: Con la romanización, se impuso la lengua latina. Para su difusión no


hicieron falta coacciones; bastó el peso de las circunstancias: el carácter de idioma
oficial, acción de la escuela y del servicio militar, superioridad cultural y conveniencia
de una lengua común. La desaparición de las primitivas lenguas peninsulares no fue
repentina; hubo un período de bilingüismo más o menos largo, según lugar y estratos
sociales. Los hispanos empezarían a servirse del latín en sus relaciones con los romanos:
poco a poco, las hablas indígenas se irían refugiando en la conversación familiar, y al
fin llegó la latinización completa.
En este sentido, son interesantes algunos nombres de lugar q mezclan
elementos latinos con otros ibéricos o celtas: Gracchurris (se unen el recuerdo de su
fundador Graco y la palabra vasca urri, “ciudad”); también Juliobriga, Augustobriga,
Flaviobriga q demuestran q en tiempo de César, de Augusto o de los Flavios el celta –
briga vasco guardaba su valor significativo.
Pero tbn coinciden con esta deducción los testimonios de escritores latinos,
como Cicerón, quien en De divinatione, compara el desconcertante efecto de los sueños
incomprensibles con el q produciría oír en el Senado el habla extraña de hispanos o
cartagineses.
B. El latín vulgar general e hispánico.

I) EL LATÍN VULGAR GENERAL

 DENOMINACIÓN
El nombre de Roma. No hay certidumbre sobre el origen y significado de la palabra
Roma, pero se sabe que la forma antigua de este nombre era Ruma, por lo cual puede
proceder del nombre etrusco del río Tíber: Rumon.
El nombre Latinus procede de Latium, nombre del territorio en el cual estaba
Roma (el Lacio). Los habitantes del Latium eran los Latini y denominaban a su lengua
Latina lingua (no romano lingua). Los Romani preferían denominar a su propia lengua
Latina lingua sobre Romana lingua. Al principio, el término romanus se usaba para
designar exclusivamente al ciudadano de Roma. Así, populus romanus era el pueblo de
Roma, distinto de la gente latina; es decir, el adjetivo Romanus se emplea
preferentemente en las expresiones civis Romanus y populus Romanus, como opuesto al
principio a populi Latini y, después de la expansión de Roma, a muchos otros pueblos
antiguos.
Desde el Edicto de Caracalla del año 212 d. C. todos los súbditos del Imperio
Romano tienen el derecho y el nombre de Romani. Desde el punto de vista lingüístico,
en la época imperial tiene nombre de Romanus todo hablante de la lingua Latina. En
otras palabras, se llamaron romani todos los habitantes del imperio romano; se les
reconoció la ciudadanía romana a los habitantes del Imperio.
Como del adjetivo étnico Gallus procede el topónimo Gallia y de Britannus
procede Britannia, del adjetivo étnico Romani surge en la parte occidental del Imperio
Romano el nuevo nombre Romania, como nombre del imperio.
Desde el correspondiente griego ‘Ρωμαîος surge en la parte oriental el nombre
‘Ρωμανία. Romania y ‘Ρωμανία son equivalentes a Orbis Romanus. El Imperio
Romano de Oriente seguirá llamándose ‘Ρωμανία hasta la caída de Constantinopla en
poder de los turcos el 15 de mayo de 1453. En el año 476 d. C., depuesto el último
emperador de la parte occidental del Imperio, Romulus Augustulus, y remitidos los
símbolos imperiales al emperador de Oriente, el nombre Romania pierde en Occidente
todo valor jurídico y político; pero no así ‘Ρωμανία en la parte oriental, que desde ese
mismo momento asume de hecho y de derecho toda la autoridad jurídica y toda la
autoridad política del Imperio Romano. Desde el punto de vista jurídico y político, la
creación del Sacro Imperio Romano-Germánico por Carlomagno constituye para el
Imperio Romano de Oriente, ‘Ρωμανία , que de hecho y de derecho es todo el Imperio
Romano, un acto de usurpación de autoridad y de poder ajenos.
Entretanto, el nombre Romania mantiene en Occidente su valor lingüístico y
cultural, de modo que tras la caída y durante la alta Edad Media Romanus se opone a
Barbarus y Romania a Barbaria. En la alta Edad Media el adjetivo derivado
Romanicus, que se conocía desde la antigüedad y significa ‘a la manera romana’,
desplaza del uso corriente a Romanus, y se establece la nueva relación de Romanicus
con Romania (= Orbis Romanus). Del adjetivo Romanicus surge un adverbio nuevo,
Romanice, empleado sobre todo en expresiones de cuño vulgar como Romanice
parabolare o Romanice fabulare, las cuales pasan a ser entendidas como ‘hablar como
los habitantes de la nueva Romania’. De tal manera, este Romanice parabolare o
Romanice fabulare se opone a Latine loqui o Romane loqui como el ‘hablar como los
habitantes de la nueva Romania’ al ‘hablar latín’. En consecuencia, con Romanice, que
pasa de ser empleado como adverbio a serlo como sustantivo, comienza a ser designada
la nueva lengua de los hablantes románicos: el Romanice, de donde romance, q designa
pues la lengua neolatina En efecto, del sustantivo Romanice procede en Suiza e Italia
septentrional el nombre de su lengua neolatina: rumanch o romonch, esto es romanche.
En territorio francés antiguo (norte del río Loire) el nombre correspondiente es romanz;
en Occitania (sur del Loire), romans. En España antigua los nombres romanz y romance
proceden del francés antiguo o del provenzal.
Después, romanz, romans, romance, romanzo significan ‘lengua’ y ‘obra’. Es
decir q estos términos toman al cabo significados cada vez más específicos (‘novela’,
‘romance’, etc.). Es decir q el término romanice fue dando lugar a otros usos más
distantes del original: en la Edad Media, en Francia se crea roman, del caso oblicuo
romant, para designar un nuevo género literario: poema o novela. En Francia, era la
lengua común (roman) y además la lengua poética de un tipo especial de poesía
(romance).
Por otra parte, Romancear, ‘traducir al romance’: romancear” era el verbo para
traducir del hebreo, árabe o latín a alguna lengua hispánica, como el castellano.
El nombre antiguo de los romanos perduró, además de en Roma, en los
griegos, los rumanos, y en Asia Menor (se llama, en árabe y turco, Rum).
El nombre de Rumania y de los rumanos no es antiguo: fue creado en 1869 por
eruditos rumanos para dar a los cristianos de las diversas regiones y dialectos neolatinos
de Rumania un nombre común frente al invasor musulmán turco. En otras palabras,
Rumanía (griego) / Rumania (latino) fue creado en 1869 por los rumanos, xq tuvieron el
inmenso orgullo de considerarse romanos. El núcleo sobre el q se fue construyendo la
nación rumana: primero los invasores, los eslavos, dieron al territorio el nombre de
Balaquia; pero ellos no lo llamaron así, sino “tierra romana”. Y el primer héroe nacional
rumano es Trajano. En tiempos de Orosio, a un jefe godo se le ocurrió q el nombre
Rumania ya no servía y q a esa parte del ex imperio romano había q llamarla Gotia;
pero no perduró.

 ¿LATÍN HOMOGÉNEO?
NO es un latín homogéneo. Toda lengua que se expande sobre territorios
lingüísticamente diversos adquiere rasgos propios de las lenguas de tales terriotorios. Es
una constante universal que también se cumple en el caso de la historia de la lengua
latina. Quizá haya sido el latín arcaico homogéneo, pero el latín registrado de antiguo
está infiltrado de elementos no romanos: por ejemplo, influyó en él la lengua etrusca,
con una multiplicidad de vocablos etruscos, o vocablos griegos etrusquizados. Entre
estos, algunos términos fundamentales de nuestra tradición romana-cristiana son de
origen etrusco: “mundo”, “persona” (los griegos no usaban este término para la
Santísima Trinidad, nosotros sí! Esta palabra etrusca adquirió en Roma rasgos jurídicos,
y es probable q desde la esfera jurídica haya pasado a la esfera teológica de los primeros
cristianos).
Tbn podemos identificar rasgos griegos: el griego ha prestado directamente
numerosísimos términos a la lengua latina. Muchos de ellos parecen inimaginables: aer,
architectus, balneum, bibliotheca, bracchium, camera, corona, gubernare, historia,
machina, oleum, philosophia, poema, poena, poeta, etc. Por otro lado, tbn rasgos
célticos, rasgos germánicos, rasgos de otras lenguas.

 EDADES DEL LATÍN


Toda división de la historia de una lengua en períodos, épocas o “edades” es
siempre más o menos arbitraria, porque los hechos no son tan esquemáticos ni su
delimitación tan clara y cierta como se pretende. Sólo debe considerarse como un
intento didáctico con fines de estudio inicial. Teniendo presente esta advertencia
preliminar, se ofrece la siguiente periodización.
1) Latín arcaico: Se extiende desde los orígenes hasta fines del siglo II a. C. Son
sus fuentes inscripciones grabadas (registradas en el Corpus Inscrptionum
Latinarum, CIL), fragmentos de cantos rituales y fórmulas legales, actas oficiales
y poesía primitiva como la de Livio Andrónico y Nevio. En el epitafio de L.
Cornelio Escipión pueden señalarse los siguientes rasgos fonéticos antiguos,
comparados con los clásicos correspondientes: Cornelio[s] = Cornelius, co[n]sol =
consul, honc = hunc, oino[m] = unum, co[n]sentiont = consentiunt, aidiles =
aediles (fenómeno gráfico más que fonético), plourume = plurimi, etc.
2) Latín preclásico: Republicano, desde fines del II hasta mediados del I aC. Se
caracteriza por la purificación de la lengua, se libera de arcaísmos, se unifica la
gramática y fonética. Autores: Ennio, Catón, Catulo, Terencio, Plauto etc.
3) Latín clásico o edad de oro del latín: 50 aC hasta el 14 aC (muerte de
Augusto). Época de apogeo de la lengua de Roma. Normatización completa,
purificación definitiva. Autores: Cicerón, Cesar, Salustio, Virgilio, Horacio,
Tibulo, Ovidio, Propercio, Tito Livio, etc.
4) Latín postclásico o edad de plata: desde 14 aC hasta el 200 dC. Es la época
barroca del latín. En la literatura se incorporan vulgarismos y arcaísmos. Hay
afectación de las formas, neologismos. La sintaxis llega a ser difícil u oscura en
algunos autores. No es raro el discurso escabroso y el mal gusto. Los autores
destacados son Tácito, Séneca el Filósofo, Plinio el Joven, Petronio, Apuleyo,
Juvenal, Marcial. Quintiliano se opone a la moda lingüística imperante en su
tuempo.
5) Latín tardío o bajo latín: 220 dC hasta la llegada de las lenguas romances. Hay
convivencia de formas clásicas con formas bárbaras. Autores: Lactancio, Boecio,
Amiano Marcelino, Claudiano, Ausonio, tertuliano, San Jerónimo, San
Ambrosio, San Hilario, Prudencio, San Paulino de Nola, Sidonio Apolinar,
Venancio Fortunato (San Agustín, pero es culto).
6) Latín medieval: durante la invasión de los bárbaros (IV-VI); la restauración de
Carlomagno (1º renac. latino); segundo renac. en el S. XII; humanismo,
En 813, el Concilio de Tours confirma no sólo la existencia sino el uso de la
rústica romana lingua: la lengua vulgar o latín romanceado. Porque la Iglesia se da
cuenta de q la predicación hecha en latín ya no era entendida por la gente; por eso, había
q predicar con la lengua de la gente. De igual modo se confirma la vigencia, junto a la
lengua vulgar romance, de la lengua vulgar germánica (Theotisca lingua). De esta época
son los primeros testimonios escritos claramente romances, como la parte no germánica
del Juramento de Estrasburgo

 LATÍN ARCAICO, VULGAR, FAMILIAR Y CLÁSICO


El latín arcaico, de la Roma monárquica, sin testimonio escrito. El latín
arcaico corresponde a un período en q la lengua no estaba normatizada, fija. Al no
existir normas gramáticas tan rigurosas, las inscripciones se hacían con gran libertad por
parte de los escritores, y reflejaban el modo de hablar de la gente: Fíbula de Preneste
(600 aC), Epitafio de Escipión Emiliano (1/2 s III aC). Fragmentos de cantos rituales,
poesía primitiva, actas.
Este latín arcaico fue evolucionando y generando distintos latines:
a) latín vulgar: es el más fiel al arcaico, xq las clases menos instruidas son las más
conservadoras. Es heredero directo del latín arcaico.
b) latín familiar: es un latín culto, pero oral, coloquial, más evolucionado, menos
conservador. Es el latín de la gente educada, pero para usar en la coloquialidad
de las situaciones domésticas, con los amigos íntimos, en situaciones de
informalidad, y no para escribir (si bien a veces se puede colar). Es un latín
culto, oral e informal. (Virgilio no hablaba como escribía, hablaba latín
familiar).
c) latín clásico o literario: el latín de la literatura, del foro, de la oratoria. Es el q
menos importa para la evolución del latín, xq es un latín artificial. Puede ser
oral, pero en situaciones orales formalizadas. El clásico se construye a partir del
latín arcaico, pero como un invento de un grupo (no sólo de Lucrecio) de
romanos cultos en el siglo I aC. No es tanto un latín diacrónico (q se da en el
tiempo), sino sincrónico (q se inventó en un tiempo acotado).
Para el siglo I aC ya están los tres latines. A medida q avanzamos en la historia
van evolucionando, y el q menos evoluciona es el latín clásico, q fue ideado para
permanecer siempre fiel a sí mismo, sufrió una evolución mínima. El latín familiar
evoluciona mucho, xq se va avulgarando cada vez más. Con la caída del imperio, sufrió
una caída cultural, hubo cada vez más gente analfabeta, iletrada por completo, con lo
cual el latín vulgar llegó a infeccionar todo y esta diferencia entre vulgar y familiar
pierde operatividad. De este latín vulgar es del q surgen las lenguas romances:
fase arcaica vulgar románica lenguas romances modernas .
Éstas NO derivan del latín clásico, sino del arcaico.
En otras palabras, en un momento de la recta del latín arcaico, hay una
derivación: el latín literario, q adopta una serie de normas gramaticales fijas,
invariables, a imitación de las normas del griego ático. Ese latín es el q permaneció
invariable, casi atemporal. Pero el latín vivo siguió por su recta: el latín arcaico se
continúa con el latín cotidiano, coloquial.

 LATÍN VULGAR
1.- La expresión latín vulgar se ha hecho convencional y habitual para designar la
lengua latina común de los romanos distinta de la literaria y de la cual proceden las
lenguas romances. No debe ser equívoca, en consecuencia, porque no refiere en
exclusividad el habla inculta de los romanos de la época imperial, sino también la culta
coloquial y la culta familiar; no implica incultura ni vulgaridad.
Al latín q hablaba todo el mundo en tiempos del Imperio y cuando el
occidental sucumbe, se denomina: latín común, latín coloquial o latín vulgar. Todos
refieren lo mismo. En el caso de la denominación de latín vulgar, “vulgar” no quiere
decir “vulgar” en el sentido vulgar de la palabra, no es un término peyorativo, sino q
significa “de todo el mundo”.
2.- Otras denominaciones propuestas por los lingüistas son, de un lado, latín popular,
latín familiar, latín cotidiano, las cuales están más de acuerdo con el punto de vista social
y sincrónico, y de otro lado romance común o protorromance, que refieren el origen
común de los romances en una lengua más o menos homogénea distinta de la literaria o
clásica. Suelen ser empleadas por quienes, aplicando el método comparativo extensiva y
no pocas veces abusivamente, reconstruyen tales romance común o protorromance.
Pertenecen en general a la escuela norteamericana. Frente a ella está la escuela
filológica europea. Ésta sólo considera oportuna la reconstrucción comparativa en el
caso de ausencia de formas latinas antiguas o vulgares genuinas, de las cuales procedan
los respectivos hechos léxicos y morfológicos románicos. Es decir, el método
comparativo sólo es recomendable en aquellos casos de gramática o de léxico para los
cuales no contamos con ninguna clase de testimonio latino.
3.- En una perspectiva lingüística amplia, para los romanistas la lengua latina no es más
que una transición entre el indoeuropeo y el romance, por lo cual los romances
particulares merecen ser considerados como dialectos medievales del latín, de la misma
manera que las lenguas modernas de los dominios indio e iranio son en verdad dialectos
medievales del antiguo indio o del antiguo persa, mientras que estas dos lenguas son, por
su parte, intermediarias entre el indoeuropeo común y tales dialectos medievales y
modernos.
4.- Una noción importante, sobre la cual vale la pena insistir, aunque se trate de una
verdad de perogrullo, es que la lengua latina, como toda lengua, no está fija ni es
homogénea, sino que es móvil y heterogénea. Un somero examen del léxico latino
empleado en el curso de la historia es suficiente para convencernos de estos extremos.
Compárense, por ejemplo, los siguientes términos: fr. foie, tête, parler y cast. hígado,
cabeza, hablar. De inmediato se advierte que los vocablos franceses proceden del lat.
FICATUM, TESTA, PAROLARE, respectivamente, mientras que los castellanos lo hacen del
lat. FICATUM, CAPITIA, FABULARI. Tres hechos notables observamos: 1.- que para referir
las mismas cosas el latín clásico y antiguo empleaba iecur, caput, loqui, términos no
conservados con estas formas en francés ni en castellano; 2.- que el francés y el
castellano no coinciden tampoco entre sí en las denominaciones de dos de las tres cosas
referidas, pues fr. foie y cast. hígado proceden del lat. FICATUM, pero fr. tête y parler lo
hacen del lat. TESTA y PAROLARE, y cast. cabeza y hablar lo hacen del lat. CAPITIA

(derivado de CAPUT) y FABULARI; 3.- que así como el latín de los términos franceses y
castellanos es diferente del antiguo y clásico, el latín de los términos franceses también
es en gran parte diferente del de los términos castellanos, lo cual implica que, desde la
perpectiva diacrónica o desde la diatópica o desde la diastrática, el latín vulgar de la
Gallia era distinto del de Hispania, y vice versa.
5.- La distinción de los diferentes latines de los hablantes romanos se conocía ya en la
antigüedad. Quintiliano distingue en el hablar latín la urbanitas de la rusticitas, y
Cicerón el plebeius sermo del vulgaris sermo. La división de estas dos clases del latín,
por otra parte, no siempre ni necesariamente corresponden a divisiones sociales (es
decir diastráticas).

Fuentes del latín vulgar


¿Cómo conocemos el latín vulgar? Los lingüistas europeos lo prefieren
conocer a través de documentos o fuentes; pero no falta alguno, influido por la escuela
norteamericana, q exagera y prefiere hablar de un protoromance: propone la
reconstrucción del latín vulgar usando el método comparativo, como si fuese una lengua
extinguida. En todo caso, no siempre es “exagerado”: debemos apelar a la
reconstrucción comparativa para fijar la forma del latín vulgar cuando nos faltan datos,
xq no están en las fuentes del latín vulgar. Por ejemplo, una palabra tiene una etimología
latina segura, pero no tenemos la palabra latina, se reconstruye; pero debe ser algo q se
mejore con más documentos, lo cual sin embargo depende a su vez de la aparición de
documentos nuevos.
Contra lo que ocurre con respecto al latín clásico, cuyos testimonios son
relativamente abundantes, los del latín vulgar son escasos y de difícil manejo. Causa de
ello ha sido el hábito de registrar por escrito sólo las formas prestigiosas de los autores y
de la gramática. El latín clásico impide muchas veces, por la sapiencia de su uso y por
su artificiosidad, la observación de los fenómenos lingüísticos propios de la
coloquialidad cotidiana. Los testimonios escritos no son vulgares, porque la escritura es
un arte no vulgar por naturaleza, sino “con vulgarismos”. Estos vulgarismos suelen
manifestarse en los errores o faltas contra la norma gramatical y en la hipercorrección.
De otro lado, las lenguas romances, puesto que derivan del latín coloquial o vulgar, son
testimonios indirectos de esta lengua, muchas veces únicos. Para comprobarlo no hay
más que leer con alguna paciencia los buenos diccionarios etimológicos de las lenguas
neolatinas, como los de J. Corominas en el ámbito de la castellana.
Las fuentes del latín vulgar son:
- gramáticas latinas: y especialmente determinadas partes, como los apéndices,
donde los gramáticos ponían una lista de expresiones incorrectas con las
expresiones correctas (xj: se dice viña, hay q decir nivea). Eran gramáticas
prácticas para enseñar a hablar y leer. El más conocido es el apéndice de Probo.
Estos gramáticos y sus gramáticas normativas manifiestan una vez más el
intenso amor de los romanos a su lengua.
- Glosarios latinos. Se trata, en general, de vocabularios rudimentarios,
normalmente monolingües, pero también hay obras de gran valor
confeccionadas por eminentes eruditos. Puede mencionarse, por ejemplo, el
glosario de Verrius Flaccus, quizá del siglo III. Más tarde, San Isidoro de Sevilla
ha compuesto sus Etymologiae, obra enciclopédica de gran alcance, útil para el
conocimiento del latín general y para el de España. En el siglo VIII se
redactaron en el Norte de Francia las llamadas Glosas de Reichenau,
conservadas en copia del siglo IX. Este glosario consta de dos partes: a)
explicación de términos bíblicos; 2) glosario alfabético de aspecto muy romance:
pulcra = bella, arena = sabulo, isset = ambulasset, iecore = ficato, Gallia =
Frantia, ore = bucca, etc. Posteriores son las Glosas de Kassel, probablemente
del siglo XI, las cuales están en latín muy romanzado y alemán de Baviera:
indica mihi = sage mir, homo iste = deser man, tundi meo capilli = skir min
fahs. En España tenemos las Glosas Emilianenses y las Glosas Silenses y los
glosarios de donde proceden muchas de ellas.
- Autores latinos antiguos: Plauto. Género cómico y dialogado. Todavía no hay
normas fijas.
- Los autores clásicos o postclásicos o preclásicos: Petronio por ejemplo imita la
forma de hablar de la gente vulgar en parte de su obra El Satiricón
(especialmente con Trimalción), y allí se infiltra una cantidad de expresiones
ajenas a las formas normales del latín clásico. O por ejemplo, un autor clásico
como Cicerón en “la carta a sus familiares” nos permite ver algunas cosas del
latín vulgar: belle ‘lindo’; mi vetule ‘mi viejito’
- Autores cristianos: Durante los primeros siglos del cristianismo en Roma los
cristianos se opusieron a lo que consideraron exclusivismo y normativismo del
latín clásico y adhirieron a las desafectadas y naturales formas coloquiales.
Surgió así el “latín de los cristianos”, consistente en versiones arcaicas de las
Sagradas Escrituras -la Itala o Vetus Latina-. En los siglos IV y subsiguientes,
sin embargo, los cristianos retornan a las formas clásicas sin abandonar las suyas
propias. Algunos muy notables, como Prudencio y San Paulino de Nola, evitan
incluso la terminología específicamente cristiana; en otros, como San Ambrosio,
hay un equilibrio de lo clásico con lo cristiano. Un texto de capital importancia
para la historia del latín vulgar y para la del latín de los cristianos es la
Peregrinatio ad loca sancta de la monja española Egeria, importantísimo
también para la historia de la liturgia católica.
- Los tratados técnicos: Las diversas artes contaban con manuales instructivos en
los cuales abundan los términos vulgares rechazados por la buena literatura. Es
conocido el tratado de arquitectura de Vitrubio, de la época de Augusto; pero
antes de él escribieron obras sobre otras técnicas Catón el Viejo, Varrón y el
español Columela. Son muy ilustrativas las obras de la baja latinidad:
Mulomedicina Chironis, tratado de veterinaria; De re militari de Vegecio, tratado
sobre el arte militar; De medicamentis liber de Marcelo Empírico, tratado de
medicina y farmacia; De observatione ciborum de Anthimus, libro de dietética
compuesto para el rey franco Thierry, que reinó entre los años 511-534; etc.
- Historias y crónicas escritas en los siglos VI y posteriores: Se trata de obras
toscas y sin pretensiones literarias, compuestas en latín mezclado con
vulgarismos y clasicismos. Se destacan la Historia Francorum de Gregorio de
Tours (538-594); Chronicarum libri IV, atribuidos a Fredegarius, pero en
realidad recopilación de diversos autores; Liber historiae Francorum (727); las
compilaciones de historia de los godos y de historia universal de Alain Jordanes
o Jornandes, del siglo VI; etc.
- Los libros de veterinaria: por ejemplos de Quirón
- Los libros de cocina
- Las inscripciones: hay q separar dos clases de inscripciones: 1) las oficiales:
son paupérrimas en datos del latín vulgar, xq se hacían con gran cuidado, había
gente especializada q lo hace, lo revisa, etc.; 2) las particulares: por ejemplo, las
de Pompeya, un tesoro de inscripciones privadas q nos dan una rica información
sobre el latín vulgar. Son valiosas no sólo por la sustancia, sino tbn por la época:
el Vesubio tuvo su erupción en el 70 dC, o sea q las inscripciones son anteriores
al 70, al haber una fecha tope, podemos fecharlas. Son de distinta naturaleza: de
un panadero, carnicero, vendedor de vino, q anotaban los q le debían, o delante
de la cucha del perro, o de los partidarios de los políticos, etc. De otra parte, tbn
se puede clasificar las inscripciones en tres clases: a.- Inscripciones grabadas. Se
trata de fórmulas estereotipadas confeccionadas de acuerdo con cánones
rigurosos tradicionales. Se filtran en ellas pocos rasgos vulgares. b.-
Inscripciones pintadas. Son públicas y privadas. Son muy raras. Las hay sobre
todo en Pompeya (pinturas murales de villas romanas). c.- Grafitti. Son
inscripciones trazadas en paredes con punzón, carbón u otros materiales.
Abundan en Pompeya.
- Obras del latín decadente: de los historiadores
- Hay una fuente de capital importancia para el latín vulgar: el latín arcaico (por
lo ya explicado)
- Testimonios de la Romania perdida: Las lenguas romances perdidas, las
regiones marginales en las cuales el latín fue sustituido por alguna lengua nueva
(inglés antiguo en Gran Bretaña, alemán en Alemania, Austria y Suiza, lenguas
eslavas en los Balcanes, albanés en Albania, árabe en el norte de África, etc.), y
las lenguas no latinas actuales contemporáneas del latín vulgar como el vasco
proporcionan valiosos datos acerca del latín coloquial. Así, por ejemplo, los
préstamos latinos del vasco, de las lenguas bereberes, de las lenguas célticas y
del germánico muestran que la palatalización de / k / + e i o de / g / + e i fue un
proceso tardío, porque no llegó a consumarse en la periferia del territorio
romanizado. En efecto, al. Keller con [ k ] < lat. CELLĀRIUM, al. Kiste < lat.
CISTA, vasco bake < lat. PĀCE, etc. El proceso de la palatalización, pues, no fue
un fenómeno lingüístico espontáneo y general en todo el latín, sino un proceso
que tuvo origen focalizado y posterior difusión
- Leyes, diplomas, cartas, formularios, testamentos de la Alta Edad Media.
Sobre esta base los lingüistas reconstruyen el latín.

Reconstrucción del latín vulgar por el método comparativo: Dos cuestiones distintas se
plantean cuando se trata de reconstrucción de la lengua latina coloquial mediante el
método comparativo. De un lado están los que pretender reconstruir toda la lengua
latina coloquial y denominan al resultado de su reconstrucción protorrománico, y de
otro lado están los que aplican el método comparativo sólo a la reconstrucción de
formas aisladas, de las cuales no subsisten testimonios vulgares ni cultos. Si bien es
cierto que por aplicación del método comparativo pueden reconstruirse formas latinas
no testimoniadas, ello es posible y cierto con respecto a las formas aisladas, pero sólo es
posible con severas limitaciones la reconstrucción del estado completo del latín hablado.
No son pocos los lingüistas que consideran que la reconstrucción, mediante el método
comparativo, del protorrománico (= latín vulgar) y de los protorromances es una
aventura intelectual a veces peligrosa, a veces injustificada, en general infructuosa. En
todo caso, condiciones necesarias para cualquiera de los dos criterios son las siguientes:
1.- el elemento protorrománico debe estar reflejado en todas las lenguas románicas o en
la mayoría. Por ejemplo: se reconstruye la forma protorrománica o latina vulgar
*acūtiāre desde la correspondencia del it. aguzzare : fr. aiguiser : cast. aguzar, etc. En
apoyo de esta reconstrucción se cuenta la presencia del derivado acutiator en los
glosarios. 2.- El elemento protorrománico puede estar representado por testimonios de
un grupo geográficamente unido. Por ejemplo: se reconstruye lat. vulg. *cominitiare
desde la correspondencia de it. cominciare : fr. commencer : prov. comesar : cat.
comensar. Por supuesto, los alcances del método comparativo son limitados por
diversos motivos: 1) porque no puede aplicarse al estudio de formas aisladas, las cuales
no son pocas en el dominio románico. 2) Porque la forma reconstruida no deja de ser
sólo una hipótesis, que así como puede llegar a justificarse por el hallazgo de un
testimonio que la confirme también puede quedar desvirtuada por el mismo hallazgo. 3)
Por otra parte, porque los préstamos modernos generalizados nada prueban con respecto
al latín originario. Así, por ejemplo, la correspondencia cierta del fr. ant. gart : fr. mod.
jardin : it. giardino : cat. jardín de ninguna manera nos remite a una forma latina vulgar
genuina, puesto que la relación verdadera de todos estos términos es: franco *gardo > fr.
ant. gart > fr. mod. jardin > it. giardino y cast. jardín. No hay, pues, forma latina vulgar
-ni culta- original. 4) Además, porque numerosos derivados romances con sufijos
comunes pudieron haberse formado con sufijos comunes romances (sufijos
panrománicos) sobre la misma base latina original. Se trata, pues, de desarrollos
románicos independientes. 5) Porque la analogía explica casos que sería erróneo atribuir
al latín común. 6) Ciertos fenómenos latinos populares no han perdurado en las lenguas
romances (como las formas del genit. sing. -aes, -ēs). En consecuencia, es erróneo
pretender reconstruir morfología latina común completa. A pesar de tantas dificultades,
no puede negarse la utilidad del método comparativo en el caso de determinar
correspondencias genuinas con elementos aparentemente marginales. Por ejemplo, lat.
arc. quoius -a -um (: lat. clás. cuius) reaparece en log. kuyu, cast. cuyo, port. cujo.

Visita a los santos lugares, de la monja Egeria (fines del IV)


Egeria era pariente de Teodosio, quien había convocado a un concilio en
Constantinopla; la monja viajó con él y estuvo con él dos años para aprender el griego,
xq iba a viajar a Egipto, etc, donde la lengua era el griego. Nos cuenta su visita a estos
lugares. Es importante como fuente del latín vulgar xq ella hablaba con un latín
coloquial, accesible a sus monjas (por más q conocía el latín literario):
1) uso de algunos verbos q del sentido estativo (sin movimiento) pasan al de con
movimiento: xj. Fui: primero significa “estar/ser”, pero luego pasa a “ir” (uso
conservado en nuestra lengua y en portugués).
2) El verbo con el pronombre reflexivo: recibiéseme, hacerse mañana: todo esto no
estaba en latín; es característico del castellano, pero no de todas las lenguas
hispánicas.
3) Aspectos semánticos: plicare: no con el sentido de “plegar” como en el latín
clásico, sino como “acercarse/ llegar” (uso intransitivo neutro): “estando ya
acercándose a la ciudad”. Sedere en latín clásico es “estar sentado”, pasa a
“estar, habitar, hallarse” y con este sentido el verbo sedere se incorporó al
paradigma del verbo estar.
4) Expresiones: lente et lente: “poco a poco” (no existe en el latín clásico), locis et
locis: “aquí y allá”, unus et ullus: “uno por uno”.
5) Uso del gerundio en lugar del participio activo: yendo y viniendo: en el latín
clásico habría q usar el participio, acá lo da con gerundio
6) Uso del acusativo absoluto, en lugar del ablativo absoluto: nuestras formas de
ablativo absoluto se forman con los plurales característicos del acusativo
7) El acusativo en lugar del nominativo: hay vacilación en el uso de los casos
8) Semántica nueva: ad olim “desde antiguo”, ad contra “desde enfrente”, ad
capuz “al cabo”, ad sero “a la tarde”
9) Usa 1267 palabras distintas, con formas distintas. ¿Fue ella la q escribió
incorrectamente o los escribas intermediarios? No se las podemos aplicar a ella,
seguramente la gramática pudo haberse corrompido en las distintas
intermediaciones. Otras veces, conserva la forma correcta pero con un
significado distintos: ante subandas (“antes q subas”, en cambio en el latín
clásico era “ir debajo de”); ad tendere (“ver, mirar/ venerar, alabar”, en cambio
en latín clásico: “ir hacia un lugar”); communicare (“comulgar”), divinus
(“adivino”, se conserva en la lengua de las jarchas); fabulas (“conversación”, de
ahí fabulare: “hablar”; en cambio, en latín antiguo se traducía por “mito”);
lavacrum (“bautismo”), manere (“habitar”; en latín antiguo: “permancer”),
mansio (“hospedaje/ el camino recorrido en un día”), martirium (“el lugar donde
hay enterrado un mártir; en otros autores: “Iglesia”), misa (“despedida”),
monasterium (“celda de un ermitaño o monje”)
10) Construcciones nuevas: facere statibam “detenerse por un tiempo”
11) Hispanismos: ubi estabamus “donde estábamos”, vedent se “se van/ irse”,
subitur “se sube”, ad momentum “al momento/instante”.

RASGOS LINGÜÍSTICOS DEL LATÍN VULGAR

1) Rasgos FONÉTICOS
VOCALES:
 De un sistema cuantitativo (oposición de cantidades) se pasa a otro cualitativo
(oposición de timbres): largas > cerradas; breves > abiertas.
Esto lo sabemos por las inscripciones, por la confusión de vocales (cuando se
confunde una a larga con una a breve no tenemos modo de saberlo, pero cuando se
sustituye una i breve por una e, sí).
El paso de un sistema cuantitativo a uno cualitativo no fue homogéneo en toda
la Romania, hubo distintos resultados del proceso común:
- en el norte de Italia, Francia, Bélgica y Península Ibérica: se pasó de las 10
vocales latinas a 7 vocales, en que e y o tienen 2 grados de apertura: sistema románico
occidental de transición. En el caso del castellano, la lengua siguió evolucionando y
terminó con 5 vocales.
- en otras áreas hay sistemas regionales: sistema siciliano (consiste en un
sistema de 5 vocales, distintas del occidental, en q no hay e ni o cerradas), sistema
sardo (propio de la lengua romance de Sardeña: son 5 vocales iguales a las castellanas
actuales), sistema romano u oriental (q consta de 6 vocales y q carece de diferencias
entre o abierta y o cerrada, pero sí tiene e abierta y e cerrada).
 El sistema de ACENTUACIÓN en el latín vulgar es una acentuación intensiva:
se discute cómo era el latín anterior a esta fase intensiva, no lo sabemos; algunos dicen
q era musical (como el griego), otros lo desmienten. Si el acento en el latín antiguo era
intensivo, sólo se conservó esa clase de acento en el latín vulgar.
También por regiones se ve q hay lenguas q resisten ciertas posiciones del
acento, mientras q en otras provoca distorsiones:
- Italia: tendencia a conservar los términos esdrújulos según la terminología
latina
- Península Ibérica: transforma en graves todos los esdrújulos: trasladando el
acento o suprimiendo sílabas
- Francia: el acento intensivo es de tal poder q aniquila buena parte de la
fonética de los vocablos.
 Descripción de la evolución de las vocales simples en latín vulgar:
-A a abierta y a cerrada se confunden en un solo timbre a. En la primera fase, la
a no tiene cambio esencial. Sólo hay alguna desviación del timbre a en francés antiguo,
cuando va seguido de r, en q puede sufrir un proceso diferente. Cuando a forma
diptongo con i semiconsonante, se presentan alternancias regionales: Ianuarius se
mantiene en algunos lugares (occidente de la Península Ibérica…), pero en otros, se
convierte en e (centro y oriente de la península Ibérica: ie>e).
- E y O LARGAS o CERRADAS en general se conservan. Pero en el bajo latín de
las Galias suelen sufrir un proceso de cierre a la vocal intermedia siguiente: e cierra en i
/ u. En los textos de español merovingio, el latín prendere está representado por
prindere, y el sustantivo sponsus por spunsus.
- I u U CERRADAS Tiene tendencia a la apertura: xj. Vices está testimoniado en
Pompeya por veces. Tbn en Pompeya, hay terminaciones en u q aparecen con o, pero no
sabemos si es evolución o conservación de arcaísmo.
- En posición pretónica inicial, la e tiende a i y la o a u: senatus > lat. vg sinatus,
decembris > diciembre, nepotis > nipote, securus > sicuro
- La i breve se alterna con la u breve en tiempos antiguos y esta alternancia se
manifiesta en distintos casos de las lenguas romances. Dobletes antiguos son: maxumus
y maximus; lacruma y lacrima. En las lenguas romances ocurre la eliminación de uno de
los elementos de los dobletes. En rumano: manukiu (eligió la variante con u). En
francés antiguo, elección de la variante con u : manuel (=manual). Dicen los lingüistas q
los dobletes u – i del latín arcaico se debían a la carencia de un signo q pudiese
representar el fonema genuino q pronunciaban como la u griega; luego lo simplificaron
xq la pronunciación se hizo difícil, pero lo representaron como u o como i según lo q
oían. No existe esta u griega en tiempos clásicos o republicanos; si un romano
pronunciaba “u” le criticaban la pronunciación griega. Sin embargo, hay problemas no
resueltos: un nombre romano Aquila aparece escrito por un griego como Ákula. Si un
griego escribe u es xq pronuncia así… Entonces, ¿cómo pronunciaban los latinos? Se
complica xq la ku representa un grupo romano qui. Sabemos q qui representa en latín un
vestigio de la labiovelar sorda indoeuropea. La pronunciación latina qui es el resultado
de una simplificación.
- Diptongos: en latín había cinco diptongos antiguos: ou, oi, ei, ai, au. En los siglos III,
II aC: ou > u larga: [ego] douco > duco
oi > u larga – o larga: oinus > unus
ei > i larga: deico > dico
ai > ae (q luego se asimila en e breve): Caiser > Caesar > Cesar
cailus > caelus > celus > cielo
El más resistente es AU: perdura en alguna de las lenguas romances hasta el día de hoy,
por ejemplo, en provenzal. En otras lenguas, evoluciona hasta una fase intermedia: ou, y
en otras se pierde:
Conservación: Aurum > rumano-rético-provenzal AUR
Intermedio: aurum > portugués OURU
Se pierde: aurum > castellano ORO
A veces el resultado O del diptongo AU aparece en tiempos clásicos y era
conservado, aunque en algunos casos se impuso en nombres prestigiosos, como los
emperadores. Los romanos pensaban q el paso de AU a O era un provincialismo
intolerable de gente q no sabía latín, de origen oscoumbro. Así, convivía la forma
Claudius con la forma provinciana Clodius.
En posición inicial, AU tbn solía perderse o perder un elemento: Augustus
aparece como en Pompeya como Agustus, y en España debió ocurrir lo mismo: Agosto.
Otro ejemplo: auscultare > español antiguo: escuchar (ascuitar (escuchar es forma
analógica).
- Síncopa vocálica: el fenómeno de síncopa no es nuevo en la lengua latina: ocurría ya
en el latín arcaico y muchas veces la ocurrencia de síncopa dio lugar a dobletes (dos
resultados de una sola etimología original): surrigo > rego (por pérdida de la u), surgo
(por pérdida de la i); repepuli > repello (por pérdida de la u), reppulli (por pérdida de la
e). En tiempos de Augusto, ya están documentados procesos como el paso de calidus >
caldos. En verdad, la síncopa siempre se consideró como un fenómeno popular y
familiar q existió en todas las épocas de la lengua latina.
Para q exista síncopa deben ocurrir determinadas condiciones fonéticas:
* En parte, era frecuente la síncopa latina cuando la vocal estaba cerrada por
diferentes consonantes (l, r, m, n): posino > pono (pérdida de la i delante de n); coronela
> corolla.
* La síncopa más frecuente se da en las vocales más cerradas: i, u, e.
* La síncopa puede no ocurrir su el acento se desplaza de lugar.
* Muchos términos proceden de síncopas antiguas q ya nadie advierte: valde <
ad validus, pero nadie echa de menos la i de valide, se incorporó a la lengua latina más
culta.
- Disolución del hiato: tendencia general de las lenguas romances
* Dos elementos < uno simple: cohors<cors; librarii<librari
* La disolución del hiato puede formar diptongos que luego evolucionan en las
lenguas romances. fi/li/a<fi/lia<hija; vi/ne/a<vi/nia<viña
* En caso de que el hiato se conserve, se realiza mediante la interposición de
elementos epentéticos no etimológicos: ru/i/na< it. rovina.
* El Apendix Probi marcaba como incorrecta la pronunciación del hiato, lo que
testimonia que era una tendencia difundida.
- Interposición de elementos no etimológicos (prótesis): Smirna < Ismurna
(Pompeya). Este proceso es general en castellano (en los términos que comienzan con
S- y R-.
- Lo inverso sucede en it.: aféresis de un elem. etimológico por ultraconservación:
Hispania<Spaña; historia<storia.
- Apócope (pérdida de sonido final): es raro. quo modo < Pomp. quomo < cast.
Como / rum. cum

CONSONANTES
 La palatalización universal de los fonemas oclusivos sordos y sonoros cuando
están con vocales adelantadas (e, i); ocurre uniformemente en toda la Romania. En
algunas áreas es tan intensa q llega a producirse incluso delante de vocales tan
resistentes como la a, xj en francés.
 Sonorización de las oclusivas sonoras intersonoras (vocal + consonate continua:
l, r) o intervocálicas: es característica de las regiones occidentales, es decir, de las q
tuvieron sustrato céltico. Es un fenómeno esporádico en otras áreas aisladas (sur de
Italia) y no existe fuera de estas áreas mencionadas.
 Vocalización de consonantes agrupadas: no en general, no se da en italiano ni
rumano; sí en todas las lenguas occidentales: nocte >noche (ct>ch). En otras áreas, la
conversión y asimilación de la vocal a la consonante siguiente (italiano) o la
simplificación de la vocal. A veces esa vocal es sutituida por fonemas extraños: nocte >
rumano noopte.
 Formación de grupos consonantes nuevos por síncopa vocálica: en general, con
resultados diferentes en las distintas lenguas.

2) Rasgos MORFO-SINTÁCTICOS
 Artículo: no existe en latín, procede de un uso intensivo del demostrativo junto con
su núcleo sustantivo (los demostrativos latinos tienen dos resultados: artículo, cuando
funcionaba como adjetivo; pronombre personal cuando funcionaba como pronombre
demostrativo). El demostrativo por excelencia para producir artículos es ille (3º
persona). No quiere decir q no halla pronombres q vengan de otros demostrativos, por
ejemplo: ipse >ese, como clase especial de artículo en la Edad Media y en algunos
romances (ver glosas).

 Pronombres: las personas se mantienen, con transformaciones fonéticas, pero con


el mismo patrón del latín: tres personas para el singular, y tres personas para el plural.
Singular:
1º: EGO: fr. antiguo: eo; el italiano conserva la acentuación del latín en la primera
sílaba. Sólo en pocos lugares el pronombre latino ego es sustituido por una forma
flexionada, xj por me, mí.
2º: TÚ: Se conserva en general de un extremo a otro de la Romania. A veces puede
pasar a te, ti, pero es una forma acotada
3º: evoluciona de los demostrativos (ille y ipse sobre todo)
Plural:
1º: NOS: Se conserva, pero esporádicamente aparecen formas como en el castellano q
especifica dos usos diferentes del pronombre personal: función exclusiva y función
inclusiva.
2º: VOS: Lo mismo pasa con vos: en algunas lenguas, como en el italiano, es un calco,
en otras queda reducido a áreas dialectales
3º: pluralización del singular de 3º persona.

 Sustantivo (y adjetivo): Se producen dos clases de fenómenos en la evolución del


sustantivo:
- desaparición de los casos latinos: no se da en toda la Romania al mismo tiempo ni con
los mismos resultados. En francés, se conserva una declinación en dos casos hasta fines
del XIV (caso recto (sg con s, pl sin s) y caso oblicuo (sg sin s, pl con s), en donde la
multiplicidad de desinencias latinas queda reducida a: s/- según sea singular o plural).
Se trata del sincretismo de los casos (q ya ocurre en la fase evolucionada del latín
vulgar). Aclaración: en los libros se dice q el rumano tiene casos y se lo atribuye a la
conservación del rumano, pero es erróneo: el rumano perdió los casos, son casos
reinventados.
- Declinaciones: las cinco clases latinas se estaban reduciendo en el mismo latín: muchos
sustantivos de la 5º podían declinarse como la 1º, y las lenguas románicas toman la 1º.
En las lenguas románicas hay tres temas: a) tema en o (normalmente masculinos), b)
tema en a (normalmente femeninos), c) tema en consonante (masculino o femenino). El
sincretismo de la 3º declinación latina es, en realidad, un sincretismo vocálico similar a
la de la 1º y 2º declinación.
No todas las lenguas se comportan igual en relación con la evolución
sincrética: el rumano y las lenguas occidentales no tiene problemas con q los elementos
finales de sus nombres sean consonantes; a diferencia del italiano, q es reacio a las
consonantes finales, implícito en el tipo de sincretismo q adopta esa lengua. Así como
las lenguas occidentales para el singular y plural adoptan el sustantivo de oposición - / -
(e)s, las lenguas orientales (italiano norte) prefieren el sistema q opone timbres
vocálicos ( -a / -e para femenino; -o / -i para masculino).
En latín había tres géneros (masculino, femenino, neutro): en todas las lenguas
romances (menos el rumano, y tenemos vestigios del norte de España) los neutros
desaparecen por conversión: se convierten en masculinos o femeninos o en ambas cosas
al mismo tiempo:
Latín neutro sg. velum (paño)
pl. vela (paños)
Por las vocales finales (se identifica la o con masculino y la a con femenino),
en castellano velo es masculino y vela femenino. Al subsistir los dos, paralelamente se
da un proceso de diversificación semántica: velo es el paño para cubrir algo, vela es el
paño q sirve para mover una embarcación.
En cuando a la construcción de los plurales, es algo q se discutió mucho.
Dicen q proviene de los plurales masculinos y femeninos en –os / -as, pero NO lo
tenemos q creer. El sincretismo de los casos nos permite suponer el origen de los
plurales.

 Verbos: En cuanto a la diátesis del latín, en éste se diferenciaban: a) los verbos


activos, de b) los verbos deponentes (por la forma, no por el sentido), medios y pasivos.
Es decir, q en el sistema verbal latino se oponían dos clases de formas: a) naturales o
primitivas, b) las de términos en –r para indicar voz medio-pasiva. No en todas las
formas del paradigma latino se usaba la R: en el perfectum las formas eran perifrásticas.
En las lenguas romances se da la extensión de las formas compuestas del perfectum
latino; las del infectum se realizan igual a las del perfectum, en todas las lenguas. Esto
ya se dio en la latín vulgar, q no soportó esto y extendió analógicamente el sistema del
perfectum al infectum (ejemplo de analogía).
En cuanto a problemas de la voz pasiva en el castellano: algunos autores
señalan la existencia de la voz pasiva en castellano, otros dicen q no existe y q es sólo
un matiz o función semántica. En verdad está en discusión, estos últimos tienen en parte
razón y en parte no. La diátesis pasiva se convierte en un aspecto de las lenguas
occidentales, es decir, un modo de construcción sin formas genuinas.
Tiempos: en el latín son variables. Algunos tiempos reconocidos como autónomos
(futuro 1º conjugación) son el largo proceso de aglutinación de términos independientes,
es decir q el futuro latino operó ya en tiempos arcaicos como las lenguas romances. Un
rasgo notable en las lenguas romances es la pérdida del futuro latino, q cae en
homonimia con el imperfecto del modo indicativo, y el de base vocálica cae en
homonimia con el presente del modo subjuntivo. El futuro se convierte en una parte del
esquema verbal complejo y los hablantes buscan sustitutos claros. Y la mejor manera q
encontraron fue con la construcción del infinitivo del verbo lexical + un auxiliar
diferente: volo + infinitivo, ire + infinitivo, vando+ infinitivo, habeo + infinitivo. Estas
posibilidades se da en simultaneidad hasta q la lengua prefiere uno o lo elige como
paradigmático. En las lenguas occidentales y el italiano la forma paradigmática surge de
habeo + infinitivo. En otras lenguas, como el rumano, surge de volo + infinitivo.
En general, en las lenguas romances hay más tiempos y más modos q en latín.
Si son funcionales los modos y tiempos nuevos es discutible, pero el hecho es q de la
economía de formas latinas se pasa al enriquecimiento de formas nuevas y ampliación
del paradigma (por ejemplo, el optativo q surge de la perífrasis habeo en pretérito
imperfecto + infinitivo).
En cuanto al imperativo, en latín había imperativo presente y futuro, 2º y 3º
persona singular y plural. Nuestras lenguas simplifican y lo reducen a un imperativo
como el de presente latino, limitado a la 2º y 3º singular (ama, amad). A veces ni
siquiera las dos formas se mantienen: por ejemplo, en el castellano de la Argentina, hay
una sola forma: perduró ama. Pero para la 3º persona amen, q ni siquiera sentimos como
imperativo, es igual q la 3º persona del latín y lo reducimos a una mera variante del
modo subjuntivo.
Desinencias personales: es la parte más conservadora. La necesidad de conservar un
sistema verbal funcional ha hecho q se conservaran las desinencias latinas y con gran
fidelidad, pro ejemplo la 1º y 2º personas (italiano, castellano, etc). Con la 3º persona
hay altibajos, según la época y el registro oral o escrito: en francés se conserva la 3º
persona escrita, pero no se la pronuncia oralmente. En castellano medieval, las
desinencias de 3º persona singular, ya con t, ya con d la mayor parte de las
terminaciones en terminaciones desaparecen; en la lengua de las glosas todavía aparece
la desinencia t conservada.
Conjugaciones: en latín hay cuatro, pero en nuestras lenguas no pasan de tres. La
reducción de las conjugaciones ocurre por asimilación recíproca de la conjugación en e
larga y e breve; lo cual se produce de diferentes modos según las áreas: en castellano,
una manera de asimilarlas es por desplazamiento del acento o síncopa de la vocal del
infinitivo (conjugaciones en –ar, -er, -ir)

 Preposiciones: se mantienen en general, pero la lengua latina tiene una tendencia a


la gramaticalización de término diferentes para convertirlos en preposiciones. Por
ejemplo: caput > capo, cab (comienzo o término de algo). Tbn el latín vulgar tiene una
fuerte tendencia a la expansión de las formas, acoplando elementos diferentes.

 Adverbios: el fenómeno más característico del latín vulgar es la gramaticalización


del sistema –mente para convertirlo en términos adverbiales. Al principio, el proceso
ocurrió sólo con aquellos adjetivos compatibles semánticamente con el nombre mente
(= alma, dotado de ánima), xj triste, pero era incompatible con, por ejemplo, rápida.
Con el tiempo, esa incompatibilidad se anula y la construcción se gramaticaliza.

 Conjunciones: hay una fuerte tendencia a ampliarlas. Para decir: mientras en latín
antiguo, culto se usaba dum; en latín vulgar se siente como pobre, carente de identidad,
y necesita un refuerzo: dum interim. Esta forma es tan general q se mantienen reflejos
de ella en las lenguas occidentales: demientre (castellano antiguo), demientras. Muchas
conjunciones tienen en elemento –que: cumque, desque (> desde). Sobre la base de la
sumatoria de elementos acoplados a un elemento básico más o menos cambiante, se
construye el sistema de conjunciones. Nuestro sistema de conjunciones es heredero del
latín vulgar y se caracteriza por la expansión de los elementos más simples hasta formar
elementos más grandes.

3) Rasgos LÉXICOS
Los rasgos léxicos en el latín vulgar se resumen a: cambio semántico,
pérdida de elementos, incremento de los elementos, más la adquisición de
elementos nuevos por contactos de lenguas.
Un proceso notable del latín vulgar es la sustitución de términos breves por
términos extensos, los cuales deben ser reacomodados para cumplir la función de los q
sustituyen:
IRE: es sustituido por el verbo vadere, sin justificación funcional para ello. Hasta los
tiempos clásicos, tenían sentidos diferentes: ire: indicaba le movimiento en abstracto,
vadere era pasar un vado, dirigirse de un punto a otro distante. Se explica desde el punto
de vista del hablante y según se dirija a otro o a sí mismo: voy, vas (de este lugar cerca
de mí al lugar distante de ti y de mí), va (alguien lejos de mí y de ti se mueve del lugar
distante). Sustituye al más abstracto ire, q sólo expresaba movimiento, y se impone
vadere con toda esta resemantización.
NECARE: en latín: ‘matar’. En latín vulgar, les parece poco para expresar algo tan
grave, y se agrega un prefijo: ennecare (‘matar’), q sólo perduró en rumano. Este verbo
q primero era un sustituto, se transformó semánticamente hasta hacerse irreconocible el
sentido original: ‘muerte por ahogamiento’, ‘muerte por sumersión en agua’, ‘hundirse’,
‘naufragar una nave’, ‘annegar’, ‘inundar’ (sin la idea de muerte).
ESSE: parecía ser demasiado breve para expresar la acción de existir, y comienza a
convivir con sedere: ‘estar sentado’. El otro esse (infinitivo de edo): ‘comer’ fue
sustituido por comedere (de ahí nuestro comer), compuesto de con + edo.
FERRE: llevar. Se elige uno más largo: portare. Una parte de la Romania (francés,
italiano) lo adopta, otra parte toma otro verbo: levare > llevar
FLERE: llorar. Se elige plorare, q significaba ‘llorar a un difunto’, termina significando
‘llorar’.
Los lingüistas están perplejos ante este sistema de sustitución y proponen
diferentes causas: factores sociales, étnicos, psíquicos, etc., pero ninguno termina de
convencer. En este sentido, hay q destacar q la nueva religión romana influyó en la
lengua de Roma. Por ejemplo, para los romanos el día más importante era el dies solis,
igual q en alemán e inglés (Sunday: ‘domingo’). Los cristianos lo sustituyen por dies
dominica, dies dominicus: ‘domingo’ (olvidando el sustantivo y con un cambio de
género de femenino a masculino).

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II) EL LATÍN VULGAR DE ESPAÑA

El LATÍN VULGAR DE HISPANIA en relación con el del resto de la Romania


Deshecho el imperio en el siglo V, las provincias quedaron aisladas unas de
otras; la decadencia de las escuelas dejó al latín vulgar sin la contención q antes suponía
el ejemplo de la lengua clásica. En cada región se abrieron camino innovaciones
fonéticas y gramaticales, preferencias por tal o cual palabra, etc. y legó un momento en
q la unidad lingüística latina se quebró y las diferencias locales constituyeron dialectos e
idiomas distintos.
En este sentido, cabe distinguir en la Romania dos grupos lingüísticos bien
caracterizados:
a) el ORIENTAL: q comprende la antigua Dacia (cuna del rumano),
Dalmacia y los dialectos de la península itálica
b) el OCCIDENTAL: constituido por Hispania, Galia, Norte de Italia o Galia
Cisalpina y Retia.
Algunas diferencias:
ROMANIA ORIENTAL ROMANIA OCCIDENTAL
Conservan gran número de esdrújulos El ritmo del lenguaje tiende a concentrar
la fuerza espiratoria en la vocal acentuada,
detrás de la cual no suelen tolerar más de
una sílaba
Las oclusivas sordas se mantienen Las oclusivas /p/, /t/, /k/ situadas entre
inalteradas vocales se sonorizan.
El futuro románico se forma con el auxilio En Occidente e Italia, el futuro románico
de velle se forma con el auxilio de habere

Dentro de la Romania occidental, unas lenguas se muestran más


revolucionarias (francés) y otras más conservadoras (español).

¿Cómo era el LATÍN QUE LLEGA A ESPAÑA?

 El latín q llega a España es un latín q desde antiguo tiene elementos de origen


etrusco o helénico etruscos + los préstamos de las lenguas itálicas + la expansión de
Roma, antes de la llegada a España, el vocabulario griego q los romanos tomaron
de esta gente en el sur de Italia (“corona”, “tío”, “lámpara”).
 Ya en el siglo XIX, los lingüistas plantearon q las diferencias evidentes q tienen las
lenguas románicas entre sí se debieron en gran medida a la época de romanizaciones
respectivas. España comienza a ser romanizada a fines del III aC; Francia a mediados
del I aC, Rumania a principios del II dC, etc. Estas distancias cronológicas parecen ser
la causa de las diferencias entre las distintas lenguas romances, xq el latín fue una
lengua en evolución, q no dejó de cambiar. Así, el latín q entra en España a fines del III
aC era bien diferente del q entró en Dacia a principio del II dC. Y decían q las
diferencias de la propia lengua latina ocurridas en ese período de más de tres siglos eran
suficientes para explicar la diferencia entre lenguas hispánicas y el rumano.
Se trata de una tesis extrema y pocos aceptaron esta tesis en todos sus
términos. La mayor parte de los lingüistas no adhirió a esta tesis, si bien reconocieron
sus puntos de verdad. Todos coinciden en q las diferencias entre el castellano y el latín
no tienen su causa en la propia evolución latina: son cambios demasiado profundos para
explicar por causas internas o propias de la lengua latina. Debían tenerse en cuenta
entonces otros factores: la operación de los estratos. Y el q más influyó en la lengua
latina hablada en las distintas regiones del Imperio romano fue el sustrato linguístico. A
esos sustratos, hay q atribuir cambios tan radicales q nos impiden entender a un rumano
o francés q no habla lento.

RASGOS característicos del latín de España q perduraron en nuestra lengua


española:
A) Rasgos sur itálicos:
¿Qué latín hablaban los romanos q implantaron esta lengua en España? Xq el
latín coloquial es una sumatoria de latines muy distintos entre sí, cuyas fisonomías
obedecían a los orígenes de los hablantes: los hablantes latinizados del sur de Italia no
hablaban como los del norte ni como los del centro.
En este caso, estos hablantes procedían de gente no romana, q hablaba otras
lenguas: el grueso de los romanos q se instalaron en España procedía del sur de
Italia.
El gran exponente de la teoría de la romanización sur itálica de España es
Menéndez Pidal. Éste señala q en España entran los romanos por dos lugares en
distintas épocas:
a) la primera entrada: por la provincia de Terracanensis (Terrajera). Eran gente
sur itálica mayoritariamente. Avanzaron por el norte (Cataluña) hasta occidente hasta los
confines de la Galia actual.
b) posteriormente, está la segunda corriente romanizadora, constituida por
romanos q ya habían aprendido su lengua y q no mostraban los dialectalismos de los
romanos de la primera etapa. Estos romanos entran por Andalucía, y ascienden a lo
largo de la costa atlántica, Portugal, hasta Galicia y el centro.
Suele atribuirse al sustrato latino sur itálico la formación de lenguas como
el catalán, aragonés y castellano; y se atribuye a la segunda corriente
romanizadora, lenguas como el portugués, el gallego y el leonés occidental.
Para la historia de la lengua castellana, es importante la primera corriente, la
sur itálica. La mayor parte de la gente militar traída a España procedía del sur de Italia
(de la Campania), región cuya gente hablaba lenguas del tipo del oscoumbro, q habían
estado largamente en contacto con los griegos, y habían conservado sus dialectos con
vigor hasta la caída de Benevento, en el episodio de la guerra contra Pirro (rey de
Epiro). La gente era conocida como samnitas, pero la lengua era el oscoumbro. Esta
batalla quedó indecisa, pero Pirro tuvo pérdidas tan graves q tuvo q retirarse y los
romanos se apoderaron de todo el Samnio ¿? Y de Maluento ¿?, al q dieron el nombre
de Benevento (buen homen, por etimología popular q interpreta Maluento, mal homen,
cuando en verdad significaba ‘ ciudad de la montaña’).
Rápidamente fueron romanizados, y con ese latín poco aprendido, semi-
bárbaro, recientísimamente reomanizados, llegaron a España en la primera corriente y
entran en el oriente de la Península.
Como no todos los lingüistas están de acuerdo con esto, algunos argumentos
favorables a ello son:
1) Toponimia: hay lugares del oriente, centro y norte de España nombrados con
topónimos de origen sur itálico: Benavente (desde Cataluña a Galicia). El método
romano de la romanización era entregar las tierras romanas a los soldados (nada gustaba
más a los romanos q trabajar la tierra). Los veteranos de guerra se hacían acreedores de
las tierras q Roma ganaba (por ejemplo, Virgilio), se asentaban en esos lugares y allí
permanecían con sus familias y los hijos de ese matrimonio se criaban en un ambiente
romano y aprendían a hablar latín. Cuando esos asentamientos crecían, se convertían en
ciudades. Es un proceso q se origina con la guerra, pero q tiene su origen en la paz: no
hay romanización sin paz.
2) De orden fonético:
a) es característicamente sur itálico q la R inicial se convierte en rr (vibrante múltiple).
Esto q ocurre en Italia del sur, se da en toda la Península en España.
b) en diferentes lugares del sur de Italia, la L inicial produce diferentes sonidos palatales
(o cacumiales). Lo mismo en catalán, aragonés, cantábrico (no es castellano) y en
Asturias (allí el caso es extremo), involucrando tbn al aragonés.
c) la N inicial se convierte en ñ en el sur de Italia. En España ocurre en el astur leonés.
d) MB latino > m en el sur de Italia: también en castellano, aragonés, catalán.
e) LD > ll o a diversas l palatalizadas o no. Es fenómeno característico del sur de Italia
y en España está extendido desde Cataluña hasta Asturias: solidare > soldare > soldado.
Soldare aparece como sollare o solare en estos lugares de España.
f) las oclusivas sordas p, t, k detrás de nasal pueden sonorizar. En aragonés de modo
limitado, xq la n cierra siendo precedente, tbn en el centro de Italia
g) la U (larga) final permanece como u e inflexiona las vocales precedentes, en Asturia
y Portugal: sanctu > sentu
3) Mofología: neutro de materia: en el sur de Italia, en Cantabria, en Rumania: farina
blencu (en vez de blanca)
4) Morfosintaxis:
a) demostrativos: en italiano hay dos demostrativos, en el sur de Italia los demostrativos
son tres igual q en castellano
b) uso de la preposición a con objeto directo personal: en toda España
5) Léxicos: en España y en el sur de Italia:
- El perfecto de ir (ivi) es sustituido por fui (del verbo ser).
- Habere es sustituido por tenere
- Portare es sustituido por levare
- Laxare es sustituido por dexare
- Arriparees sustituido por plicare
-october es sustituido por octubre

En conclusión: hay indicios suficientes para atribuir esta teoría.

B) Neologismos hispánicos: en el latín hispánico aparecían novedades exclusivas


suyas:
-reducir las cuatro conjugaciones latinas a tres (se reduce a una sola las de e larga y e
breve). Eliminar conjugación -ere (e breve) que se reparte entre formas de -ere e -ire >
3 paradigmas verbales -are, -ere (e larga), -ire  facere > hacer; scribere > escribir.
- formaciones léxicas:
* tacere (‘callar’) es sustituido por callare
*mane es sustituido por maneana (adjetivo derivado)
*pruna es sustituido por cereola
*ribus (‘arroyo’) es sustituido por flumen (río)
*callactaneus es sustituido por collacteus
*captare es sustituido por cattare
* veranum tempus < verano
* cereola (‘ciruela’) x pruna

C) Arcaísmos: en este punto tiene razón Gustav Greves: en España se conservaron


arcaísmos q en otros lugares se perdieron:
- cava (‘cueva’) término latino romano del I aC. Antes decían cova (con o breve) >
castellano cueva. En cambio, en francés es cava, ya tienen la palabra nueva romana.
- cuius, a, um > cuya (¿cuya es esta tierra?): es un arcaísmo hispánico; sólo se conserva
fuera de España en Sardeña.
- partus en tiempos de la república > harto
- perna > pierna
- quaere ‘buscar’ (hasta Terencio): España conserva antiguo significado.
- fartus ‘satisfecho’ (hasta Plauto) > harto (no existe en lat. clas. ni en ninguna otra
romance).
- fabulari x loqui
- mensa x tabula (it. tabella, fr. table)
- arena x sabulum (it. sabbia, fr. sable)
- formosus x bellus (it. bello, fr. bel)
-demagis ‘demás’,
- percontari ‘preguntar’,
- cansare ‘cansar’ (Ennio, Lucilio y Terencio).
- magis longus x plus longus (it. più, fr. plus)

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