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INTRODUCCIÓN
Hipólito de Roma
1
Nelson Morales, “Historia panorámica de la interpretación judía de Can-
tares”, Kairós 26 (enero-junio 2000), págs. 41-58.
2
Roland E. Murphy, Murphy, The Song of Songs: A Commentary on the
Book of Canticles or The Song of Songs (Minneapolis: Fortress Press, 1990),
pág. 14, n. 59 cita a M. Cambe, “L’influence du Cantique des Cantiques sur le
Nouveau Testament”, Revue thomiste 62 (1962), págs. 5-26. Murphy piensa
que “el Nuevo Testamento no ayuda para un entendimiento del Cantar”,
“Patristic and Medieval Exegesis–Help or Hindrance?”, Catholic Biblical
Quarterly 43 (octubre 1981), pág. 507. Es cierto que los autores neotestamen-
tarios, especialmente Pablo y Juan, usan la figura de la esposa para referirse a
la Iglesia. Pablo en especial habla de Cristo y la Iglesia en una comparación
con el matrimonio en Efesios 5. Pero esto no es suficiente como para afirmar
que los hagiógrafos neotestamentarios entendían o usaban alegóricamente el
Cantar. En el Antiguo Testamento es conocida la asociación de Dios e Israel
como matrimonio, por ejemplo en Isaías y Oseas. Podría afirmarse que tam-
bién éstos basan sus figuras proféticas alusivas a la relación matrimonial entre
YHWH e Israel en el Cantar, sobre todo si se sostiene que éste fue escrito
cerca del siglo X a.C. y, por ende, los profetas podrían haber tenido acceso a
él. En ese caso cabe la posibilidad de que éstos también hicieran un uso
alegórico del Cantar. De todos modos no se puede ser concluyente al respecto.
Historia panorámica de la interpretación cristiana de Cantares 27
3
Johannes Quasten informa que “el texto completo se conserva sólo en
georgiano, pero existen fragmentos en griego, eslavo, armenio y siríaco”. La
versión georgiana sólo llega hasta Cnt. 3:7 y “se conserva en un manuscrito
del siglo X, pero data de una época mucho más antigua. Es una traducción
literal de una versión armenia, hecha directamente sobre el original griego”,
Patrología, tomo 1, trad. Ignacio Oñatibia (Madrid: Biblioteca de Autores
Cristianos, 1961), pág. 463.
4
Ibid.
5
Murphy, “Patristic and Medieval Exegesis”, pág. 507.
6
Quasten, Patrología, tomo 1, pág. 463. Estas discrepancias entre estu-
diosos presentan un problema para el presente trabajo, pues muchas de las
obras antiguas no están disponibles para esta investigación. Por lo mismo se
ve limitada la percepción del sentido concreto que tuvo en mente el autor en su
obra. A veces lo que se tiene sólo es el análisis de una sección de la obra o una
opinión repetida de generación en generación. En otros casos lo que se verá es
que la obra se ha perdido y sólo se tiene opiniones o citas de otros, como el
caso de Teodoro de Mopsuestia, cuyo comentario sólo se conoce “por el
ataque a éste [su comentario]”, Marvin Pope, Song of Songs: A New Transla-
tion with Introduction and Commentary (Anchor Bible 7C; Garden City,
Nueva York: Doubleday, 1977), pág. 119.
7
Murphy, “Patristic and Medieval Exegesis”, pág. 507.
8
Pope, Song of Songs, pág. 114. Murphy critica este acercamiento de Po-
pe por considerarlo limitado. Véase “Patristic and Medieval Exegesis”, págs.
507-08.
28 KAIRÓS Nº 27 / Julio–- Diciembre, 2000
9
Para un detalle de las obras de Orígenes véase Henri Crouzel, Origen,
trad. A. S. Worrall (Edimburgo: T. & T. Clark Ltd., 1989), págs. 37-49.
10
Se señala que los primeros cinco tomos parecen haber sido escritos en
Atenas y el resto de la obra se terminó en Palestina cuando Orígenes estuvo
residiendo en Cesarea. En ese período pudo haber tenido intercambio de
pensamientos con los eruditos judíos, aunque no hay evidencia clara de esto.
Véase Quasten Patrología, tomo 1, pág. 552; Murphy, The Song of Songs,
pág. 17, n. 67.
11
Quasten, Patrología, tomo 1, pág. 552, Pope, Song of Songs, pág. 114.
Murphy dice que se trata de tres tomos, The Song of Songs, pág. 16; “Patristic
and Medieval Exegesis”, pág. 508. Para un buen análisis de la hermenéutica
de Orígenes en sus obras sobre el Cantar, véase Murphy, The Song of Songs,
págs. 17-21; “Patristic and Medieval Exegesis”, págs. 508-11. Lo que Murphy
enfatiza en sus obras es que Orígenes mantuvo el deseo de hacer pertinente
para los oyentes de su época el Cantar, véase cita 78. También véase el
análisis que hace Joseph W. Trigg, Origen, the Bible and Philosophy in the
Third-Century Church (Londres: SCM Press, 1985), págs. 201-05. Anneliese
Meis W. hace un buen análisis comparativo entre el Comentario al Cantar de
los Cantares de Orígenes y De doctrina christiana de Agustín. Véase “Teolo-
gía patrística y pastoral según el Comentario al Cantar de los Cantares, de
Orígenes, y De doctrina christiana, de Agustín”, Teología y vida 36 (1995),
págs. 31-50.
Historia panorámica de la interpretación cristiana de Cantares 29
te de leer este pequeño libro y las cosas que serán dichas acerca de
él.12
…con gran fidelidad más que elegancia he traducido estos dos tra-
tados que él compuso para bebés y amamantándolos en el lenguaje
12
R. P. Lawson, Origen: The Song of Songs. Commentary and Homilies
(Ancient Christian Writers 26; Westminster, Maryland: The Newman Press,
1957), págs. 22-23, citado por Pope, Song of Songs, págs. 116-17.
13
Lawson, Origen, pág. 247,citado por Murphy, Songs of Songs, págs.
18-19.
14
Trigg, Origen, pág. 202. Quasten dice que a lo largo de esta obra la es-
posa de Cristo es “el alma individual de cada cristiano”, Patrología, tomo I,
pág. 552. Véase también D. O. Rousseau, Origène, Homélies sur le Cantique
des Cantiques: Introduction, traduction et notes de Dom Oliver Rousseau
(París: Les Éditions Du Cerf, 1966), pág. 71.
15
Citado por Pope, Song of Songs, pág. 115.
30 KAIRÓS Nº 27 / Julio–- Diciembre, 2000
diario, para darte una muestra de su pensamiento, tal que puedas re-
flexionar en cuán grandemente puede ser estimado su gran pensa-
miento, cuando incluso sus pequeños pueden ser recomendados por
sí mismos.16
16
Ibid., págs. 114-15, citando a Lawson, Ancient Christian Writers, pág.
265.
17
El primer cántico hace alusión a la salida de Egipto y el cruce del mar
rojo (Ex. 15:1). El segundo cántico habla de la peregrinación por el desierto
(Nm. 21:17). El tercer canto es el de Moisés en las riberas del Jordán (Dt.
32:1). El siguiente es el de Débora (Jue. 5:2). Luego en el libro de Reyes se
encuentra el canto de David “cuando escapó de la mano de todos sus enemigos
y de la mano de Saúl” (2 Sa. 22:2). Enseguida se encuentra el canto de Isaías,
“Yo cantaré al Bien amado el cántico de mi viña” (Is. 5:1). Luego de haber
pasado por esos cánticos recién se llega al Cantar de los Cantares. Rousseau,
Origène, Homélies sur le Cantique, págs. 67-68.
18
Ibid., pág. 69.
19
Ibid.
Historia panorámica de la interpretación cristiana de Cantares 31
alma del creyente puede recibir elogio del esposo. Pero depen-
de de la obediencia del creyente a Cristo.20 De esta manera el
alejandrino va aplicando cada sección del Cantar a la vida de
santidad que se espera de la Iglesia y de cada creyente. Por
ejemplo, la negrura de la esposa representa el pecado. Sin em-
bargo, la esposa no quiere admitir su pecado, no quiere hacer
penitencia para purificar sus pecados. Entonces ella se jacta de
lo que es sin ver su mal. No es sino hasta que reconoce su pe-
cado y hace penitencia que es emblanquecida.21 Esta aplicación
no sólo la limita a la Iglesia en general sino al alma en particu-
lar, “el alma de la etíope”.22
Termina su homilía diciendo: “cuando él sea despertado, te
hará, para él, de oro, te hará de la plata; es a él que adornará tu
espíritu y tu entendimiento; y tú serás verdaderamente rica,
Esposa perfecta, en la mansión del Esposo, a quien pertenece la
gloria por los siglos de los siglos Amén”.23
Los conceptos de Orígenes chocan con la forma literaria de
Cantares. Él quiere ver lo práctico, útil para sus oyentes. Por
eso desecha el sentido literal. Piensa que existe un entendi-
miento más profundo, el alegórico. Su exégesis adolece de alta
subjetividad, pero será tremendamente impactante en los si-
guientes diecisiete siglos. Contrasta con el intento alegórico
histórico de Hipólito.
Para Orígenes, en Cantares se habla de Cristo y su relación
con la Iglesia y con cada creyente en particular. El Cantar des-
cribe la última etapa de perfeccionamiento, aquella que alcan-
zan los que han llegado a la estatura de la plenitud de Cristo. El
creyente es desafiado a dejar los placeres mundanos, “el amor
de Satanás”, para experimentar la felicidad eterna con el Espo-
so, “el amor del Espíritu”. También el Cantar es aplicado a la
20
Ibid., págs. 79-81.
21
Ibid., págs. 87-89.
22
Él usa un poco el ejemplo de Moisés que se casó, según él, con una
etíope negra. Su hermano Aarón murmuró, su hermana María murmuró, pero
Moisés no les hizo caso porque amaba a su etíope. Esto lo usa para señalar
que Israel está mal, tanto los líderes religiosos (Aarón) como las sinagogas
(María) y por eso la salvación ha llegado a los gentiles (la etíope). Ibid., págs.
89-91.
23
Ibid., pág. 103.
32 KAIRÓS Nº 27 / Julio–- Diciembre, 2000
24
Quasten, Patrología, tomo 1, págs. 422-29.
25
Ibid., pág. 685, citando a Jerónimo, Epis. 3:7, Epis. 5:2.
26
Ibid., pág. 684, citando a Jerónimo, De Vir. ill, 74.
27
Se puede ver, por ejemplo, Justo González, La era de los gigantes, vol.
2 de Y hasta lo último de la tierra: Una historia ilustrada del cristianismo
(Miami: Editorial Caribe, 1978), págs. 87-138.
28
Pope, Song of Songs, pág. 117.
29
Ibid., pág. 118.
Historia panorámica de la interpretación cristiana de Cantares 33
...nuestro Salvador es tan amable que enseña que “si algún hombre
desea venir en pos de mí”, y “cualquiera que quiera ser mi discípu-
lo”; y viniendo a cada uno Él no los fuerza, sino toca a la puerta y
dice “Ábreme, Mi hermana, Mi esposa”; y si ellos le abren, Él entra,
pero si ellos tardan y no quieren, Él se aparta de ellos. 30
30
Atanasio, “Historia Arianorum”, Select Writings and Letters of Athana-
sius, Bishop of Alexandria, vol. 4 de A Select Library of the Nicene and Post-
Nicene Fathers of the Christian Church, ed. P. Schaff y Henry Wace (Grand
Rapids, Michigan: Wm. Eerdmans Pub. Co., 1975), pág. 281.
31
Más abajo en esta misma sección de su obra, critica al emperador por el
tipo de asesoramiento que está teniendo porque busca la muerte de sus enemi-
gos. Los enemigos aquí son Atanasio y los defensores de la doctrina trinitaria,
ibid.
32
Gregory Nazianzen, “Theological Orations”, S. Cyril of Jerusalem, S.
Gregory Nazianzen, vol. 7 de A Select Library of The Nicene and Post-Nicene
Fathers of the Christian Church (1974), pág. 280.
33
Dice “…o una zorra, que es una alma traicionera e infiel, cambiando su
forma de acuerdo a las circunstancias o necesidades, alimentándose con
cuerpos muertos o podridos, o con pequeñas viñas cuando las grandes les han
escapado”, ibid., pág. 289.
34
Ibid., pág. 309.
34 KAIRÓS Nº 27 / Julio–- Diciembre, 2000
35
Ibid., pág. 374 (el énfasis es mío).
36
Gregory Nyssa, “Against Eunomius, Book II”, Select Writings and Let-
ters of Gregory Bishop of Nyssa, vol. 5 de A Select Library of The Nicene and
Post-Nicene Fathers of the Christian Church (1974), págs. 114-15 (el énfasis
es mío).
37
Ibid., pág. 206.
38
Ibid., págs. 535-38.
39
Ibid., pág. 537.
Historia panorámica de la interpretación cristiana de Cantares 35
40
El trabajo consiste en quince homilías que exponen segmentos consecu-
tivos del Cantar. Véase Gregorio de Nisa, Comentario al Cantar de los Can-
tares, ed. Teodoro H. Martin-Lunas (Salamanca: Ediciones Sígueme, 1993),
págs. 15-250.
41
Homilía 1, “En los umbrales”, es un comentario a Cant. 1 :1-4. Ibid.,
pág. 15.
42
Ibid., pág. 16.
43
Ibid., pág. 19.
44
Ibid., pág. 20.
45
Homilía 4, “El Verbo Encarnado”, ibid., págs. 63-65.
46
Ibid., pág. 67. La frase “puro verdor es nuestro lecho” corresponde a
hn6n6i9r5 unc2r4i5-éa5 “También nuestro lecho (o cama) [es o está] frondoso (o
verde, lleno de hojas)”. Los LXX tienen “junto
a nuestro lecho [hay] sombra”.
36 KAIRÓS Nº 27 / Julio–- Diciembre, 2000
estos cedros del Líbano anidan aves, entre las cuales destaca la
cigüeña. Luego Gregorio dice:
Son estos cedros las virtudes que protegen la casa del tálamo
nupcial. En ellos, como aves, ponen las almas su nido; al [nido] de
la cigüeña llama casa la Escritura.
Dicen que estas aves odian el tener que aparearse, y que cuando
por necesidad natural han de crear, sienten tristeza y sufrimiento.
Por esto la Escritura metafóricamente las toma como señal de pure-
za.47
51
Pope, Song of Songs, pág. 118.
52
Ibid., pág. 119.
53
Le recomienda a Leta que su hija Paula primero debe leer los evange-
lios, luego Hechos y las epístolas. Luego debe leer “los profetas, el heptateu-
co, los libros de Reyes y Crónicas, los rollos de Esdras y Ester. Cuando ella ha
leído todos esos puede con seguridad leer el Cantar de los Cantares pero no
antes; porque si ella lo leyera al principio, podría errar en percibir que, aunque
están escritas en letras carnales, es una canción de matrimonio de una boda
espiritual. Y si no entendiera esto, ella sufriría daño”. Jerónimo, “Letter cvii”,
The Principal Works of St. Jerome, vol. 4 de A Select Library of the Nicene
and Post-Nicene Fathers of the Christian Church, Second Series, trad. Hon
W. H. Fremantle (Grand Rapids, Michigan: Wm. Eerdmans Pub. Co., 1954),
pág. 194. Daniel Ruiz Bueno piensa que estas recomendaciones de lectura
radican en la creencia por parte de Jerónimo que la niña experimentaría las
mismas contrariedades juveniles que él vivió como hombre. Véase Jerónimo,
“Carta 107. A Leta”, Cartas de San Jerónimo, Edición Bilingüe II: Introduc-
ción, Versión y Notas por Daniel Ruiz Bueno (Madrid: Biblioteca de Autores
Cristianos, 1962), pág. 229.
54
San Jerónimo, La perpetua virginidad de María: Introducción, traduc-
ción y notas por Guillermo Pons Pens, vol. 25 de Biblioteca de patrística
38 KAIRÓS Nº 27 / Julio–- Diciembre, 2000
(Madrid: Editorial Ciudad Nueva, 1994), pág. 26, citando a Jerónimo, Contra
Joviniano 1:32.
55
Pope, Song of Songs, pág. 119.
56
Sólo se conoce por los ataques de otros, lo cual difícilmente puede ser
del todo objetivo. Murphy, The Song of Songs, pág. 22.
57
Dice Pope que éste identificaba el palanquín de Salomón con la cruz de
Cristo, la plata que lo soportaba eran las treinta piezas de plata pagadas a
Judas entre otras ideas. Véase Songs of Songs, pág. 121.
Historia panorámica de la interpretación cristiana de Cantares 39
58
Murphy, “Patristic and Medieval Exegesis”, pág. 511.
59
Ibid., pág. 512, citando a Gregorio el Grande, Expositio in Canticum
Canticorum (CChr ser. Lat. 144; de. E. Verbraken, Turnhout: Brépols, 1963),
144.15. Para más detalles de la obra se puede consultar el excelente análisis
crítico de Vincenzo Recchia, L’esegesi di Gregorio Magno al Cantico dei
Cantici (Torino, Italia: Società Editricie Internazionale, 1967).
60
Pope, Song of Songs, pág. 121.
61
Murphy, The Song of Songs, pág. 24.
62
Pope, Song of Songs, pág. 122.
63
Murphy, Song of Songs, págs. 26-27. Estos sermones fueron elaborados
y dirigidos a una orden monástica por un espacio de dieciocho años (1135-
1153), Murphy, “Patristic and Medieval Exegesis”, pág. 513.
64
Murphy, “Patristic and Medieval Exegesis”, pág. 513.
40 KAIRÓS Nº 27 / Julio–- Diciembre, 2000
65
Murphy, The Song of Songs, pág. 26, citando a Sermón 16.1.
66
Ibid., pág. 27, n. 116, citando a Sermón 1.1-4.
67
Ibid., págs. 26-27, n. 115, citando a Sermón 1.6-8.
68
Ibid., pág. 25.
69
Murphy, “Patristic and Medieval Exegesis”, pág. 514.
70
Murphy, Song of Songs, pág. 25.
71
Pope comenta que había un estribillo que decía, Si Lyra non lyrasset,
Luther non saltasset, “si Lira no ha piado, Lutero no ha brincado”, Pope, Song
of Songs, pág. 125.
Historia panorámica de la interpretación cristiana de Cantares 41
72
Ibid. Se puede ver en la obra de Pope una pequeña reseña de las obras
de los siglos XIII al XV, ibid., págs. 124-25.
73
Morales, “Historia panorámica de la interpretación judía de Cantares”,
Kairós 26 (enero-junio 2000), págs. 41-58.
42 KAIRÓS Nº 27 / Julio–- Diciembre, 2000
74
Fray Luis de León, Versión y exposición de El Cantar de los Cantares
de Salomón (Colección Universo; Buenos Aires: Editorial Sopena Argentina,
1943), págs. 8-9.
75
Ibid., págs. 6-7.
76
Ibid., págs. 50-51. Es un libro muy romántico y sutil. El autor maneja
bien ideas hebreas y paralelismos de su época, tornando la lectura muy amena
Historia panorámica de la interpretación cristiana de Cantares 43
demonios y de todo otro mal. Sepa gemir allí, pues es paloma del
Señor; y con la sangre que allí hay y con recibir los sacramentos, en
los cuales está su virtud, será esa ánima lavada y emblanqueada más
que la nieve; y oirá algún día de la boca del Señor: Levántate palo-
ma mía.78
…la unión del alma con Dios a base del desarrollo de la gracia bau-
tismal, culminando aquí tanto en una relativa reintegración original
en cuanto el presente orden de la naturaleza y de la gracia hacen
[sic] posible, como en un auténtico pregustar de la unión perfecta en
la gloria.80
78
Juan de Ávila, “Carta 69”, Obras completas del B. Mrto. Juan de Ávila:
Edición crítica, vol. 1, ed. Luis Sala Balust (Madrid: Editorial Católica,
1954), pág. 571 (el énfasis es mío). Otras citas se encuentran en sus Cartas
22, 40, 41, 43, 44, 59, 79,112, 229, entre otras. Los versículos más citados son
2:16 (en seis cartas) y 8:7 (en siete cartas). Para estas cartas y otras obras,
véase la recopilación de Luis Sala Balust.
79
Véanse las citas dadas por Luis Sala Balust en su índice, ibid., pág.
1098.
80
Crisógono de Jesús, Matías del Niño Jesús y Lucinio Ruano, Vida y
obras de San Juan de la Cruz (Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos,
1973), pág. 700. Vale la pena señalar que las obras están escritas en español
del siglo XVI; por lo tanto la ortografía variará levemente.
Historia panorámica de la interpretación cristiana de Cantares 45
¿Adónde te escondiste,
Amado, y me dejaste con gemido?
Como el ciervo huiste,
Habiéndome herido;
salí tras ti clamando, y eras ido
81
Luego añade Juan de la Cruz “El principio dellas trata de los principian-
tes, que es la vía purgativa. Las de más adelante tratan de los aprovechados,
donde se hace el desposorio espiritual; y ésta es la vía iluminativa. Después
déstas, las que se siguen tratan de la vía unitiva, que es la de los perfectos,
donde se hace el matrimonio espiritual; la cual vía unitiva y de perfectos se
sigue a la iluminativa, que es de los aprovechados. Y las últimas canciones
tratan del estado beatífico, que sólo ya el alma en aquel estado perfecto pre-
tende, “Cantico Espiritual”, Vida y obras de San Juan de la Cruz, pág. 706.
82
Según el análisis que hace David Lewis, las primeras diecinueve cancio-
nes las dice la esposa, con una pequeña respuesta de las criaturas en la quinta
estrofa y una del esposo en la XIII. De la estrofa XIX a XXIII habla el esposo.
A continuación habla la esposa desde la XXIV a XXXIII. El esposo le contes-
ta en las XXXIV y XXXV. Finalmente la esposa habla desde la XXXVI hasta
el final, la estrofa XL. Véase A Spiritual Canticle and the Bridegroom Christ
by St. John of the Cross, trad. David Lewis (Londres: Thomas Baker, 1919),
págs. 5-13. Una obra similar hizo en años recientes el literato español Luis
Nos Muro, aunque no comenta su poema. Esta obra es titulada “Cantar de los
Cantares” y consta de veintiséis estrofas. Es elegante y muy romántico. Véase
Luis Nos Muro, “Cantar de los Cantares”, Religión y cultura 41, (octubre-
diciembre 1995), págs. 899-912.
46 KAIRÓS Nº 27 / Julio–- Diciembre, 2000
83
“Cántico Espiritual”, Vida y obras de San Juan de la Cruz, págs. 707-
08. La cita entre paréntesis ha de corresponder a la Vulgata, que omite el v. 1.
Los LXX y el TM tienen 1:7
84
El TM dice ,y1r6h0X6B5 ìyB1r4T5 hk6ya2 hi3r4t1 hk6ya2 “¿dónde apacientas?,
¿dónde haces descansar en el mediodía?”. BDLA suple “rebaño” en la primera
pregunta y “lo” en la segunda. RV60 al parecer sigue a la LXX que tiene
,pues en la segunda pregunta traduce “¿dónde sesteas al
mediodía? RV95 suple en la primera “rebaño” pero en la segunda sigue a
RV60 y traduce “descansas”.
85
Por ejemplo, en la explicación de la frase “salí tras ti clamando, y eras
ido” dice: “Esto que aquí llama el alma salir para ir a buscar el Amado llama
la esposa en los Cantares levantar diciendo: Levantarme he y buscaré al que
ama mi alma, rodeando la ciudad por los arrabales y las plazas. Busquéle—
dice—y no le hallé, y llagáronme (3,2 y 5,7). Levantarse el alma esposa se
entiende allí, hablando espiritualmente, de lo bajo a lo alto, que es lo mismo
que aquí dice el alma salir, esto es, de su modo y amor bajo al alto amor de
Dios”, “Cántico espiritual”, Vida y obras de San Juan de la Cruz, pág. 712.
86
La obra en cuestión ha recibido varios nombres. Teresa misma no le pu-
so nombre. P. Gracián, quien editó la obra por primera vez en 1611 en Bruse-
las, la publicó con el título de “Conceptos del amor de Dios”. Efren de la
Madre de Dios y Otger Steggink lo titulan “Meditaciones sobre los Cantares”;
véase su Santa Teresa de Jesús, Obras completas (Madrid: Biblioteca de
Autores Cristianos, 1962), págs. 321-43. Luis Santullano sigue el título de
Gracián en Santa Teresa de Jesús, Obras completas (Madrid: Aguilar S. A. de
Ediciones, 1974), págs. 487-514.
Historia panorámica de la interpretación cristiana de Cantares 47
87
Steggink, “Meditaciones sobre los Cantares” 1:11-12, Obras completas
de Santa Teresa de Jesús, pág. 324-325. (La cita de capítulo y versículo de
esta nota y las dos siguientes corresponde a la división dada por Gracián).
88
La reflexión de este capítulo se basa en “Sentéme a la sombra del que
deseava y su fruto es dulce para mi garganta”, ibid. 5:2, pág. 336. La versión
publicada por Luis Santullano cambia la grafía de Teresa por ortografía
moderna.
89
Ibid. 7:11, pág. 342.
90
Las pautas histórico-político-económico-religiosas que marcaron estos
años dieron pie para que muchos más estudiosos se atrevieran a acercarse a la
Biblia para entenderla e interpretarla sin la tutela de la “Iglesia”. En ese
sentido Martín Lutero es “un hijo de su época”. Puede ver detalles del desarro-
llo del contexto que desembocó en la Reforma de Lutero como un detonante
en el excelente trabajo de David Suazo J., “Historia de la Reforma en Alema-
48 KAIRÓS Nº 27 / Julio–- Diciembre, 2000
Desde que Cristo mora en nosotros por la fe, nos impele a las
obras por aquella fe viviente en las suyas propias… Si su acción es-
tá en nosotros, ella vive por la fe y nos atrae vehementemente según
estas palabras ‘llévame en pos de ti; correremos hacia el olor de tus
ungüentos”, es decir, de tus obras (Cant. 1:3).96
Aquí Dios está oculto, como dice la novia en el Cantar de los Canta-
res: “Helo aquí, está tras de la pared, y mira por nuestras ventanas”.
Esto quiere decir: Él está oculto bajo los sufrimientos que quieren
separarnos de él como una pared, y hasta como una muralla. Sin
embargo, él mira por mí, y no me abandona. Está ahí, y dispuesto a
ayudarme benignamente. A través de las ventanas de la fe oscura se
deja ver.97
95
Martín Lutero, “Conclusiones de Heidelberg”, ibid., vol. 1 (1967), págs.
29-46.
96
Ibid., pág. 45. La diferencia de cita se debe a que la Vulgata omite el v.
1 (ver n. 83 para el mismo fenómeno).
97
Martín Lutero, “Las buenas obras”, ibid., vol. 2 (1974), pág. 29.
50 KAIRÓS Nº 27 / Julio–- Diciembre, 2000
98
Thomas Müntzer, “Two Sermons from Zwickau”, The Collected Works
of Thomas Müntzer, ed. Peter Matheson (Ediimburgo: T. & T. Clark, 1988),
pág. 384.
99
Thomas Müntzer, “A Protestation concerning the Situation in Bohemia”
(versión larga en alemán), ibid., pág. 363; la versión en latín también alude a
la misma cita, pero la idea es un poco diferente, ibid., pág. 373.
100
Esta obra consta de veintidós proposiciones. Fue escrita en 1524 desde
Stolberg en las montañas Harz por Müntzer, “ahora pastor de Allstedt, acerca
de su enseñanza, comenzando con la verdadera fe cristiana y bautismo”, ibid.,
pág. 188.
101
John Calvin, “Commentary on Psalm 45”, en Joshua and Psalms, vol.
2 de Calvin’s Commentaries, trad. Henry Beveridge (Grand Rapids, Michi-
gan: Associated Publishers and Authors, s. f.), págs. 468-69.
102
Pope, The Song of Songs, pág. 127.
Historia panorámica de la interpretación cristiana de Cantares 51
Puritanismo inglés
106
Alexander B. Grosart., ed., The Works of Thomas Brooks, vol. 2
(Edimburgo: The Banner of Truth Trust, 1980), pág. 436.
107
Ibid., vol. 3 (1980), págs. 195-96.
108
Ibid., pág. 197. Para más detalles acerca de la vida de Thomas Brooks
puede ver ibid., vol. 1 (1980), págs. xxi-xxxvii.
109
Para más detalles de la vida y obra de Sibbes, véase Alexander B. Gro-
sart, ed., The Works of Richard Sibbes, vol. 1 (Edimburgo: The Banner of
Truth Trust, 1979), págs. xix-cxxxi.
110
Los sermones están íntegramente publicados en ibid., págs. 5-210.
111
Ibid., vol. 2 (1982), pág. 5.
112
Ibid.
113
Ibid., págs. 8-11.
Historia panorámica de la interpretación cristiana de Cantares 53
114
Ibid., págs. 27-28.
115
James Nichol, ed. The Works of David Clarkson, vol. 2 (Edimburgo:
The Banner of Truth Trust, 1988), pág. 57.
116
John Owen, “To the Readers”, prefacio a James Durham, An Exposi-
tion of the Song of Solomon (Edimburgo, The Banner of Truth Trust, 1982),
págs. 19-22. Este prefacio está fechado 20 de mayo de 1669, ibid., pág. 22.
Owen en el capítulo XIII de su : Or, a Declaration of the
Glorious Mystery of the Person of Christ, presenta ideas similares. Su idea es
que las palabras del Cantar son una metáfora de cosas que deben ser entendi-
das espiritualmente. Véase William H. Goold, ed., The Works of John Owen,
vol. 1 (Edimburgo: The Banner of Truth Trust, 1987), págs. 157-58. Para la
vida y obra de Owen, véase ibid., págs. xxi-cxii.
117
Durham, Exposition of the Song of Solomon, pág. 28.
54 KAIRÓS Nº 27 / Julio–- Diciembre, 2000
A fines del siglo XVII (en 1693) Bossuet propuso que Can-
tares tenía una división hebdómada que correspondía a la se-
mana de bodas hebrea. Será más tarde desarrollada esta idea en
el siglo XIX con los hallazgos y paralelos sirios.119
Al comenzar el siglo XVIII se publica la obra del reconoci-
do Matthew Poole. En su comentario al Cantar sigue los linea-
mientos tradicionales. Luego de plantear argumentos bíblicos
donde presenta a Dios como el esposo en el Antiguo Testamen-
to afirma:
118
Ibid., págs. 212-13.
119
Pope, Song of Songs, pág. 141.
120
Matthew Poole, Psalms to Malachi, vol. 2 de A Commentary on the
Holy Bible (Edimburgo: The Banner of Truth Trust, 1990), pág. 308. La
primera publicación de este libro se hizo en 1700.
Historia panorámica de la interpretación cristiana de Cantares 55
121
Job to Song of Solomon, vol. 3 de Matthew Henry’s Commentary on
the Whole Bible (Nueva York: Fleming H. Revell, 1935), pág. 1053. Este
comentario fue publicado por primera vez en 1710.
122
Ibid., pág. 1057.
123
Ibid.
124
Lowth dedica dos capítulos de su De sacra poesi hebraeorum praelec-
tiones (1753) al Cantar de los Cantares. Las traducciones de G. Gregory en
1787 son tituladas “The Song of Solomon Not a Regular Drama” (Lect. 30) y
“Of the Subject and Style of Solomon’s Song” (Lect. 31), Murphy, The Song
of Songs, pág. 205.
125
Murphy, Song of Songs, pág. 38.
126
Pope, Song of Songs, pág. 130.
56 KAIRÓS Nº 27 / Julio–- Diciembre, 2000
127
Ibid., pág. 131. Hay que considerar que no había distinciones eclesio-
lógicas al estilo dispensacional contemporáneo. Por eso se habla de la iglesia
judía que equivale al pueblo del Antiguo Pacto y la iglesia gentil equivalente
al pueblo del Nuevo Pacto. Se entienden así las palabras de Pope cuando dice:
“La iglesia judía persiste en rehusar el aceptar a los gentiles como coherede-
ros, pero no renuncian a su relación con el Mesías, el Mesías no los ha recha-
zado. Este estado fracturado continúa, aguardando la reconciliación prometida
en el Nuevo Testamento”, ibid. Ann Francis también defendió esta teoría en su
versión poética del Cantar publicada en 1781, ibid.
128
Ibid.
129
Murphy, The Song of Songs, págs. 38-39. Su obra lleva por título Lie-
der der Liebe: Die ältesten und schönsten aus dem Morgenlande y fue impre-
sa en Leipzig en 1778, ibid., pág. 205.
130
Pope, Song of Songs, pág. 132.
131
Ibid.
Historia panorámica de la interpretación cristiana de Cantares 57
132
Ibid.
133
Ibid., pág. 136; Murphy, The Song of Songs, pág. 38 y nn. 171-172.
Ambos Pope y Murphy citan la obra de J. F. Jacobi, Das durch eine leichte
und ungekünstelte Erklärung von sienen Vorwürfen gerettete Hohe Lied;
nebst einem Beweise, dass selbiges für die Zeiten Salomons und seiner
Nachfolger sehr lehrreich und heilsam, und eines heiligen Dichters würdig
gewesen (Celle, 1772).
134
Felipe Scio de San Miguel, Job-Eclesiástico, vol. 3 de La Biblia, Vul-
gata Latina: Traducida al español y anotada por Felipe Scio de San Miguel
(París: Librería de Rosa y Bouret, 1857), pág. 675.
58 KAIRÓS Nº 27 / Julio–- Diciembre, 2000
135
Andrew A. Bonar, Memoir and Remains of Robert Murray M‘Cheyne
(Edimburgo: The Banner of Truth Trust, 1987), págs. viii-xix. El primer
mensaje plantea lo que Cristo piensa de los creyentes (la amada, que es lirio) y
de los inconversos (son espinos). Además presenta lo que el creyente debe ver
en Jesús y porqué debe estimarlo (ibid., págs. 350-56). El segundo mensaje
plantea que los creyentes somos esposa de Cristo por pacto y hermana por ser
nacida del mismo Padre Celestial. Expresa ideas más doctrinales que el men-
saje anterior. Dice que hay que ser esposa para poder ser hermana. También
los creyentes son un jardín cerrado por elección, por la obra del Espíritu y por
los brazos de Dios (ibid., págs. 378-82). En su siguiente mensaje habla de la
posición en Cristo de la Iglesia y de las almas creyentes (ibid., págs. 383-85).
El cuarto mensaje es un desafío a mantener a Cristo y no soltarlo porque él es
fuente de santidad y esperanza de gloria (ibid., págs. 454-56). El quinto ser-
món fue su sermón como candidato al pastorado de la Iglesia de Saint Peter.
En él plantea cómo se puede probar la profundidad del cristianismo de un
hombre (ibid., págs. 480-89). De manera interesante en su introducción reco-
noce implícitamente que en su época había varias maneras de entender el libro
y que la que él ha escogido es “la mejor”. “Están de acuerdo los mejores
intérpretes de este libro: (1) que consiste no en un cantar sino en muchos; (2)
que esos cantos tienen una forma dramática; y (3) que, así como las parábolas
de Cristo, ellos contienen un sentido espiritual, bajo el vestido y ornamento de
algunos elementos poéticos” (ibid., págs. 480-81).
Historia panorámica de la interpretación cristiana de Cantares 59
136
A.R. Fausset, The Song of Solomon, vol. 3 de A Commentary Critical,
Experimental and Practical on the Old and New Testaments (Chicago:
Moody Press, 1945), pág. 544. La primera edición de este libro fue publicada
en 1866.
137
Pope, Song of Songs, pág. 132. La idea de que el Cantar es un sueño
también fue mencionado en el trabajo de Salomón B. Freehof en 1948 (Mora-
les, “Interpretación judía de Cantares”, pág. 55). También se volverá a men-
cionar como variante interpretativa cristiana del siglo XX.
138
Ibid, citando a G. P. Kaiser, Das Hohelied, ein Collectiv-Gesang auf
Serubbabel, Esra, und Nehemia, als die wiederhersteller einer jüdischen
Verfassung in der Provinz Juda (Erlangen, 1825).
60 KAIRÓS Nº 27 / Julio–- Diciembre, 2000
139
John Darby, “Song of Songs”, The Collected Writings of J. N. Darby,
ed. Williams Kelly, vol. 30 (Holanda: H.L. Heijkoop, 1971), págs. 157-62. Se
aprecia su mirada dispensacionalista al acercarse al texto. En una sección
dice: “Cristo puede dar su aprobación a quienes él ama. El santo, judío o
celestial, disfruta su amor, puede describir sus excelencias con admiración…”,
ibid., pág. 161. Aquí “celestial” se refiere al santo de la iglesia y “judío” al
“terrenal”. Como dice más adelante: “Puede haber muchas naciones, y muchas
más o menos conectadas con Él, pero Su Amada es una; sólo Israel en la tierra
tiene este lugar”, ibid.
140
J. N. Darby, Ezra-Malachi, vol. 2 de Synopsis of the Books of the Bible
(Nueva York: Loizeaux Brothers, 1907), pág. 261.
141
Pope, Song of Songs, págs. 135-36, citando a Congregational Maga-
zine 21 (1838), págs. 148-49.
142
Ibid., pág. 135.
Historia panorámica de la interpretación cristiana de Cantares 61
143
Athalya Brenner, Song of Songs (Sheffield: JSOT Press, 1989), pág.
70.
144
Franz Delitzsch, The Song of Songs and Ecclesiastes, vol. 6 de Com-
mentary on the Old Testament in Ten Volumes, trad. M. G. Easton (Grand
Rapids, Michigan: Wm. B. Eerdmans Pub. Co., 1973), pág. 9 (su primera
edición fue en 1875).
145
Véase más detalles en Murphy, The Song of Songs, pág. 38, n. 172.
Franz Delitzsch discrepa con Umbreit y Ewald sobre su acercamiento al
Cantar, The Song of Songs and Ecclesiastes, pág. 6. Véase más detalles en
Otto Zöckler, The Song of Solomon, vol. 5 de Commentary on the Holy Scrip-
tures, Critical, Doctrinal and Homiletical, ed. John Peter Lange, trad. Henry
Green (Grand Rapids: Zondervan Pub. Co., 1960), págs. 1-135.
146
Para más detalles puede leer el extracto de la obra de Christian D.
Ginsburg, The Song of Songs: Translated from the Original Hebrew with a
Commentary, Historical and Critical (Londres, 1857), págs. 4-6, presentado
por Pope, Song of Songs, pág. 137.
62 KAIRÓS Nº 27 / Julio–- Diciembre, 2000
tal. Por ejemplo, él compara su nariz con el dátil de Irak y con el filo de una
espada india, una nariz pronunciada que no sería considerada signo de belleza
en la cultura occidental. Para más detalles de esta preciosa obra compuesta
para la boda de la hija del jeque de Nawa , véase ibid., págs. 142-43.
153
Brenner, Song of Songs, pág. 74. Las obras citadas por Pope, Song of
Songs, pág. 143, son: “The Song of Solomon”, en The New World, tomo 3
(1894), págs. 56-77; “Was ist das Hohelied?”, Preussische Jahrbücher 78
(1894), págs. 92-117; y Das Hohelied erklärt (Karl Marti’s kürzer Hand-
kommentar zum Alten Testament 17, 1898).
154
Brenner, Song of Songs, pág. 74.
155
Ibid.
64 KAIRÓS Nº 27 / Julio–- Diciembre, 2000
Interpretaciones alegóricas
158
H. A. Ironside, Addresses on the Song of Solomon (Nueva York:
Loizeaux Brothers, 1933), pág. 11.
159
Ibid., págs. 60-63. También Carlos Pinto capta este problema alegórico
de Ironside y dice: “Las buenas intenciones de los tipologistas se pierden en
medio de una ‘alegorización práctica’ en la cual el sentido literal es menos-
preciado y, frecuentemente olvidado por completo”, “El Cantar de los Canta-
res (primera parte)”, Kairós 7 (julio-diciembre 1990), pág. 20.
160
Pinto plantea que la diferencia entre el acercamiento alegórico simple y
el tipológico es que éste “afirma tanto la autenticidad histórica del amor
humano como el sentido más ‘profundo’ del amor divino”, ibid., pág. 18.
66 KAIRÓS Nº 27 / Julio–- Diciembre, 2000
161
Wendell P. Loveless, Christ and the Believer in the Song of Songs
(Chicago: Moody Press, 1945), pág. 14.
162
Puede verse gran parte de esta filosofía en el trabajo de L. S. Chafer,
Teología Sistemática (Milwaukee: Publicaciones Españolas, 1986), tomo I en
su sección “Soteriología”, cap. V, págs. 930-41, y tomo II, en sus secciones
“Eclesiología”, caps. V, VI, págs.82-146, y “Neumatología”, cap. III, págs.
881-89.
163
Loveless, Christ and the Believer, págs. 32-33.
164
Gleason Archer, Reseña crítica de una introducción al Antiguo Testa-
mento, trad. A. Edwin Sipowicz y M. Francisco Liévano R. (Chicago: Moody
Bible Institute, 1974), pág. 538.
Historia panorámica de la interpretación cristiana de Cantares 67
165
R. Turnay y M. Nicolay, El Cantar de los Cantares (Madrid: Ediciones
Fax, 1970), págs. 18-19.
166
Ibid., pág. 23 (las cursivas son mías).
167
Pope, Song of Songs, págs. 188-89.
168
Eric May, “María en el Antiguo Testamento”, Mariología, ed. J. B.
Carol, trad. María Ángeles G. Careaga. (Madrid: Biblioteca de Autores Cris-
tianos, 1964), pág. 72, n. 43, citando a Alfonso Rivera, “Sentido mariológico
del Cantar de los Cantares”, Ephemerides mariologicae 1 (1951), pág. 469.
68 KAIRÓS Nº 27 / Julio–- Diciembre, 2000
169
Ibid., pág. 73, n. 44, citando a D. Buzi, Le Cantique des Cantiques
(París, 1949), pág. 33.
170
Ibid., pág. 73.
171
Cándido Pozo, María en la Escritura y en la Fe de la Iglesia (Madrid:
Biblioteca de Autores Cristianos, 1985), págs. 36-39.
Historia panorámica de la interpretación cristiana de Cantares 69
172
Pope, Song of Songs, págs. 133-134 cita gran parte de una carta del
doctor Pusin escrita el 19 de noviembre de 1971. Pope no está en total acuerdo
con las ideas de Pusin. En lo personal, creo que es bastante dudoso que un
autor de dos mil años atrás pensara freudianamente, al menos conscientemente
como para escribir un poema o colección de poemas. Pusin, en cambio, piensa
que la autora (cree que una mujer escribe Cantares) elabora su obra trabajando
conscientemente técnicas usadas por la mente en la formación de los sueños,
ibid., pág. 133.
173
David J. A. Clines, “Why Is There a Song of Songs and What Does It
Do to You if You Read It?”, Jian Dao 1 (1994), pág. 12.
174
Ibid., págs. 14-26.
175
Pope, Song of Songs, citando a Wilhelm Erbt, Die Hebräer: Kanaan
im Zeitalter der hebräischer Wanderung und hebräischer Staatengrundungen
(1906), págs. 196-202. Como se puede ver en Nelson Morales F., Una intro-
ducción al Cantar de los Cantares (tesis de maestría, Seminario Teológico
Centroamericano, Guatemala, 1998), págs. 10-34, existe semejanza entre
poemas, pero también hay claras diferencias tanto de forma como de perspec-
tiva o cosmovisión.
70 KAIRÓS Nº 27 / Julio–- Diciembre, 2000
Esta idea fue algo criticada en sus inicios hasta que O. Neu-
schotz De Jassy en 1914 planteó que el Cantar de los Cantares
puede ser explicado por la conexión que tendría con un texto
litúrgico egipcio relacionado con el ritual de Osiris.176 A raíz
del estudio de textos acádicos (que fueron publicados poste-
riormente en 1923),177 T. J. Meek presenta su teoría en 1920 en
la cual postula que el Cantar de los Cantares se originó en la
liturgia babilónica del culto a Tamuz-Adonis y a Istar,
176
Brenner, Song of Songs, pág. 72. Pope comenta un poco más sobre al-
gunas figuras que usa de Jassy para relacionar los textos, Song of Songs, pág.
145.
177
La publicación fue hecha por E. Ebeling inicialmente en 1917 en la re-
vista Berliner Beitrage zur Keilschriftforschung y luego en 1923 bajo el título
de Keilschrifttexte aus Assur religiösen Inhalts.
178
Brenner, Song of Songs, pág. 72. Pope presenta una traducción de un
canto acádico publicado por Ebeling. Luego lo analiza y defiende en parte el
acercamiento de Meek (Song of Songs, págs. 146-53). Otros acercamientos
similares citados por Robert Gordis, The Song of Songs and Lamentations
(New York: KTAV Publishing House, 1974), págs. 4-5, nn. 16 y 19, son el
propuesto por W. Wittekindt, Das Hohe-Lied und seine Beziehung zum Istar-
kult (Hanover, 1925), para Cantares, y respecto a toda la poesía hebrea por S.
Mowinckel, Psalmenstudien, vol. 2 (1922), págs. 19ss.
179
Brenner, Song of Songs, pág. 73. Kramer publica dos artículos en los
que explica su posición: “Inanna and Šulgi: A Sumerian Fertility Song”, Iraq
31 (1969), págs. 20-22, y “The Sacred Marriage and Solomon’s Song of
Songs”, en The Sacred Marriage Rite: Aspects of Faith, Myth, and Ritual in
Ancient Sumer (Bloomington: Indiana University, 1969), págs. 85-106, cita-
dos por Pope, Song of Songs, pág. 270.
Historia panorámica de la interpretación cristiana de Cantares 71
184
Carlos Pinto, “El Cantar de los Cantares (segunda parte)”, Kairós 8
(enero-junio 1991), págs. 40 y 50.
185
Gordis, Song of Songs, págs. 16-18, 45-78. Él afirma que para definir
las divisiones de los cantos hay que tomar en cuenta y observar atentamente
los cambios que se detectan en el tema, perspectiva, trasfondo o forma. De
todos modos reconoce que es subjetivo pues depende más de las habilidades y
conocimientos del intérprete que del texto mismo, ibid., pág. 18. R. Herder
(1968) postula una división de veinte poemas, J. C. Exum (1973) identifica
seis, M. Falk (1982) sugiere treinta y uno, y M. D. Goulder (1986) presenta
catorce (Brenner, Song of Songs, pág. 36). La tendencia actual parece ser a
dividir en menos unidades, entre cinco y siete. Véase más detalles en el ex-
celente artículo de David Dorsey, “Literary Structuring in the Song of Songs”,
Journal for the Study of the Old Testament 46 (1990), págs. 81-82.
186
Robert H. Pfeiffer, The Books of the Old Testament (Nueva York:
Harper and Row Pub. Inc., 1965), pág. 218.
187
Otto Eissfeldt, The Old Testament: An Introduction, trad. Peter R.
Ackroyd (Nueva York: Harper and Row Publishers, 1974), págs. 486-88.
Werner H. Schmidt opina que “la explicación ‘natural’ ve en este libro una
colección de canciones amorosas independientes. Su estructura, que no es
unitaria ni dramática, es un resultado tardío…se rige por criterios temáticos,
se debe generalmente a causas aleatorias, como por ejemplo la simple cone-
Historia panorámica de la interpretación cristiana de Cantares 73
195
Varios autores han propuesto una estructura quiástica. Véase, por
ejemplo, J. Cheryl Exum, “A Literary and Structural Analysis of the Song of
Songs”, Zeitschrift für die alttestamentliche Wissenschaft 85 (1973), págs.
47-79; William Shea, “The Chiastic Structure of the Song of Songs”,
Zeitschrift für die alttestamentliche Wissenschaft 92 (1980), págs. 379-96;
Edwin C. Webster, “Pattern in the Song of Songs”, Journal for the Study of
the Old Testament 22 (1982), págs. 73-93, todos citados por Dorsey, “Literary
Structuring”, págs. 81, 96.
196
Nancy Cardoso Pereira, “¡Ah!… Amor en delicias”, Revista de inter-
pretación bíblica latinoamericana 15 (1993), págs. 65-66. Un problema de la
propuesta de la teóloga brasileña es su desconocimiento consciente de los
párrafos que parecen ser epitalamios (3:6-5:1). Ella afirma: “Algunas lecturas
más modernistas se entregaron a los movimientos gozosos del texto aceptán-
dolo como poema de amor entre hombre y mujer… Pero trataron luego de
explicar que se trataba de poemas para el casamiento y para la familia y
procurando contener el texto en los límites de alguna institución”, ibid., pág.
63. Ideas semejantes a las de Cardoso son criticadas duramente por José Grau,
con razón, pues la misma Escritura, ya en el Antiguo Testamento, ya en el
Nuevo, enmarca los goces del sexo dentro, y exclusivamente dentro, del
matrimonio, El más inspirado cántico, págs. 67-71.
Historia panorámica de la interpretación cristiana de Cantares 75
197
Renita J. Weems, “Song of Songs”, en The Women’s Bible Commen-
tary, ed. Carol A Newsom y Sharon H. Ringe (Louisville, Kentucky: West-
minster/John Knox Press, 1992), pág. 156.
198
R. K. Harrison, Introduction to the Old Testament (Grand Rapids,
Michigan: Wm. B. Eerdmans Pub. Co., 1969), págs. 1057-58.
199
J. Paul Tanner, “The Message of the Song of Songs”, Bibliotheca Sa-
cra 154 (abril-junio 1997), pág. 145. En un artículo previo el mismo Tanner
llamaba a este acercamiento “la afirmación del sexo ordenado por Dios eleva-
do a la exclusividad y fidelidad”, véase “The History of Interpretation of the
Song of Songs”, Bibliotheca Sacra 154 (enero-marzo 1997), págs. 44-45.
Ahora le hace algunas modificaciones, y lo llama “didáctico-literal”.
200
Pinto, “El Cantar de los Cantares (segunda parte)”, pág. 42.
201
Para él el Cantar es un idilio amoroso que no necesariamente sigue un
orden cronológico. Él presenta a la sulamita recordando los eventos pasados:
“El libro consiste en una serie de quince reflexiones de una mujer casada, la
reina de Salomón, mientras recuerda los eventos que la condujeron a su ma-
trimonio, la noche de bodas y sus primeros años juntos”. Joseph C. Dillow,
Cantar de los Cantares (Miami: Logoi, 1981), pág. 8.
202
Véase, por ejemplo, el análisis crítico que hace Barry Webb sobre el
trabajo de Marcia Falk en “The Song of Songs: A Love Poem and as Holy
Scripture”, The Reformed Theological Review 49/3 (septiembre-diciembre
1990), págs. 91-99. Él concluye luego de su análisis que “el Cantar, entonces,
es un solo poema acerca de la relación amorosa entre dos personas. Es tanto
realista como idealista”, ibid., pág. 96. Concluye en artículo diciendo: “El
Cantar de los Cantares, entonces, mira hacia atrás al regalo del amor en Edén
y por delante a la perfección del amor en el cielo cuando, como la esposa de
Cristo, la iglesia será unida con él por siempre (Ap. 19:6-8). En el matrimo-
nio, por la gracia de Dios, podemos experimentar nuevamente la bondad del
76 KAIRÓS Nº 27 / Julio–- Diciembre, 2000
regalo una vez dado, y disfrutar una prueba de la perfección que está por
venir”, ibid., pág. 99.
203
Pinto, “El Cantar de los Cantares (segunda parte)”, pág. 44. A juicio de
quien esto escribe, los argumentos presentados por Pinto tanto a favor como
en contra de esta teoría son débiles y cuestionables. Por ejemplo, su argumento
“c” a favor está en contradicción directa con el argumento “c” en contra
respecto al rol de pastor. Primero dice que “es poco probable en el caso de
Salomón” que asuma ese rol. Luego afirma: “Desde el punto de vista literario
la descripción de Salomón como un pastor es perfectamente compatible con la
literatura pastoril contemporánea”. Algo similar se detecta en los argumentos
“d” en pro y contra, ibid., pág. 45. Aun más dudosos y cuestionables parecen
los cinco argumentos esgrimidos después, ibid., pág. 46, sobre todo el último
que dice: “La hipótesis es cronológicamente reciente, pues surgió sólo en el
siglo XIII en su versión alegórica…, y en el siglo XIX en su versión literal”.
Baste el panorama histórico presentado aquí para ver la superficialidad falaz
de este argumento.
204
Pablo R. Andiñach, “Crítica de Salomón en el Cantar de los Cantares”,
Revista bíblica 43 (1991), pág. 130.
205
Ibid. Se presentan argumentos interesantes y evidencia que parece apo-
yar este enfoque aunque pueden cuestionarse algunos acercamientos herme-
néuticos por estar impregnados de las preconcepciones del autor.
206
Pinto desea incluir a Dios en su cuadro y le llama “cono amoroso”,
donde Dios es la fuente del amor, “El Cantar de los Cantares (segunda parte)”,
págs. 44-46. Sin duda que Dios es la fuente de amor, pues él es amor. Sin
embargo, el nombre de Yahweh no aparece en el Cantar, ni hay tampoco otra
referencia explícita a Dios (salvo la alusión a la llama de Yah en 8:6). Por eso,
parece mejor acercarse al libro tal cual, sin agregar personajes por prejuicios
teológicos.
Historia panorámica de la interpretación cristiana de Cantares 77
207
Véase, por ejemplo, a M. Daniel Carroll R. “Cantar de los Cantares
#1”, Apuntes de Antiguo Testamento IV, Seminario Teológico Centroameri-
cano, 1995, págs. 3-4; “Cantar de los Cantares #2”, Apuntes de Antiguo
Testamento IV, 1995, págs. 1-6; Dillow, Cantar de los Cantares, págs. 15-
250. Si bien Arnoldo Canclini no esboza así su librito, en la argumentación
interna de los capítulos se puede percibir este acercamiento, ¡Amada
mía…amado mío…!, págs. 17-110. Carlos Pinto explica su “cono amoroso”
en “Cantar de los Cantares (tercera parte)”, Kairós 9 (julio-diciembre, 1991),
págs. 52-56. Deiros pone en duda este tipo de acercamiento, pues según él, “el
libro presenta más bien episodios y no hay mucha evidencia de continuidad de
pensamiento entre ellos”, Cantar de los Cantares, pág. 332.
208
Brenner, Song of Songs, págs. 87-93.
209
Ibid., pág. 89; Weems, “Song of Songs”, pág. 157.
210
Hay tres funciones básicas en el lenguaje: conminativa, fáctica y expre-
siva. La función lúdica es una variante de la expresiva; es aquella que toma el
lenguaje como un juego. Es frecuente en poesía, en las canciones y en el
lenguaje infantil. “Lúdica”, Enciclopedia temática Lafer, Multimedia (1997).
78 KAIRÓS Nº 27 / Julio–- Diciembre, 2000
legible (el escrito) y otro leíble (entre líneas). Ambos hay que
trabajarlos, “descifrarlos”.211
Una mirada un poco más extrema es la que plantea Emilia
Fernández Tejero. Luego de un interesante diálogo entre el
texto, sus propios pensamientos y citas románticas de otros
poetas concluye:
211
Elsa Támez, “Para una lectura lúdica del Cantar de los Cantares”, Pa-
sos 39 (enero-febrero 1992), págs. 2-3. Ella reconoce la existencia de varios
poemas dentro del Cantar, pero no es lo que le interesa, ibid., pág. 5.
212
Emilia Fernández Tejero, El cantar más bello: Cantar de los Cantares
de Salomón (Madrid: Editorial Trotta, 1994), pág. 105.
213
Ana María Rizzante, “Yo seré para él como aquella que da la paz”,
Revista de interpretación bíblica latinoamericana 21 (1995), págs. 92-96.
Puede verse los interesantes argumentos reflexivos en torno a “nuevo lenguaje
de la profecía” a través del Cantar, ibid., págs. 96-101.
Historia panorámica de la interpretación cristiana de Cantares 79
214
Roland E. Murphy, “History of Exegesis as a Hermeneutical Tool: The
Song of Songs”, Biblical Theology Bulletin 16 (julio 1986), pág. 90.
80 KAIRÓS Nº 27 / Julio–- Diciembre, 2000