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PRESENTACIÓN
Entre los instrumentos de gestión ambiental más importantes que el Perú hizo de
aplicación obligatoria en las dos décadas pasadas, se encuentra el estudio de impacto
ambiental (EIA) para determinar la viabilidad ambiental de un proyecto de inversión. Sin
embargo, en el análisis ambiental del Perú efectuado por una misión del Banco Mundial en
el año 2007, se identificaron limitaciones en la forma cómo se usaba y se concluyó que
diversas interpretaciones de la naturaleza de los EIA lo convirtieron en un obstáculo
burocrático para proyectos con mínimo impacto ambiental, mientras que para otros casos se
obligaba su uso como una herramienta decisiva para prevenir y resolver las implicancias
ambientales y sociales de los grandes emprendimientos.
Si bien en el año 2001 se aprobó la ley que creó el Sistema Nacional de Evaluación de Impacto
Ambiental (SEIA), su aplicación se vio mermada por no haberse emitido las disposiciones
específicas propias de normas reglamentarias, hecho que se dio progresivamente y motivado por
el nuevo Ministerio del Ambiente como ente rector del SEIA. Es así que, en el año 2009, con la
aprobación del reglamento de la citada ley, se impulsó la armonización de criterios y
procedimientos que debían adecuarse en la normativa ambiental de los ocho ministerios con
mandato en el marco del SEIA.
Asimismo, la gestión 2011-2016 del MINAM promovió la creación del Servicio Nacional de
Certificación Ambiental para las Inversiones Sostenibles (SENACE), organismo adscrito que
concentra la función de aprobación de los EIA para proyectos de gran envergadura, de alcance
nacional o multirregional. Del mismo modo, fue un gran impulsor para la aprobación de la ley
que creó, entre otros, el proceso de Certificación Ambiental Global, el cual permitirá integrar
catorce permisos ambientales y opiniones técnicas relacionadas al proceso de Certificación
Ambiental convencional, con los consecuentes beneficios para los usuarios de poder realizar una
gestión integral a través de una Ventanilla Única a cargo del SENACE, reduciendo plazos y costos
operativos.
Sabemos que aún hay mucho por hacer y que los retos no terminan cuando la visión de desarrollo
es sostenible, por lo que consideramos importante dar a conocer a la sociedad en general las
acciones realizadas en el marco del SEIA, los logros y resultados obtenidos, así como los
retos o desafíos pendientes que creemos que deben ser analizados y abordados por las
autoridades que gobernarán el país en los próximos años.
OBJETIVO PRINCIPAL
El objetivo del estudio fue reconocer la conceptualización del Impacto Ambiental en el Sistema
de Inversión Público, en las guías y normas que orientan la elaboración de los mencionados
estudios (EIA) y en los especialistas que elaboran tales estudios, mediante la revisión de las guías
y normas, así como, a partir de entrevistas con los xiv especialistas, con el fin de mejorar los
instrumentos que orientan la elaboración de los estudios de impactos ambiental (EIA).
En el intento por conseguir una mejora medioambiental, se utilizan diferentes estrategias y herramientas,
y se toman medidas coordinadas entre muchos países. Entre las estrategias que parten de la idea del
desarrollo sostenible, se encuentra la Evaluación de Impacto Ambiental, como instrumento de política
ambiental básico para la protección del medio frente a las actividades incontroladas, quedando
reconocido, en tratados internacionales, como un mecanismo potencialmente muy eficaz de prevención
de los daños ambientales y de promoción del desarrollo sostenible, que actualmente utilizan más de un
centenar de países.
OBJETIVOS ESPECIFICOS
a) Lograr la conservación y aprovechamiento sostenible del patrimonio la gestión integral
de los recursos naturales.
b) Asegurar una calidad ambiental adecuada para la salud y el desarrollo integral de las
personas, previniendo la afectación de ecosistemas, recuperando ambientes degradados
y promoviendo una gestión integrada de los riesgos ambientales, así como una
producción limpia y ecoeficiente.
En el último siglo, las actividades humanas han transformado dramática y aceleradamente los
ecosistemas y formas de vida en el planeta, lo que ha generado una afectación considerable
en la diversidad biológica, en los servicios ecosistemas y en las condiciones mínimas para el
desarrollo de la vida humana. Como bien se conoce, durante muchos años los
emprendimientos empresariales fueron ejecutados en el país para el aprovechamiento de
los recursos naturales sin mayores exigencias o recaudos ambientales y sociales por parte del
Estado. Esta situación se releva debido a la preocupación de la comunidad internacional por dar
respuestas a grandes problemas de contaminación del aire, agua, suelos, deforestación, pasivos
ambientales, entre otros.
Estos problemas fueron ampliamente abordados en La Declaración de Río en 1992, hito que
marca el inicio del proceso normativo ambiental en muchos países del mundo, especialmente
aquellos en vías de desarrollo. Es así que también en el Perú se establecen las primeras
regulaciones ambientales contenidas en el Código del Medio Ambiente y los Recursos Naturales,
y a partir de ello se incorpora gradualmente la variable ambiental en proyectos de inversión,
disposiciones contenidas en leyes sustantivas y en sus marcos regulatorios, entre ellas, la Ley
n.° 27446, que crea el SEIA. El marco institucional sectorializado y coordinado por el Consejo
Nacional del Ambiente (ahora Ministerio del Ambiente), fue el soporte para esta fase del
proceso constructivo ambiental.
A partir de la creación del Ministerio del Ambiente en mayo de 2008, se activa y dinamiza la
gestión ambiental nacional, impulsada por los compromisos asumidos en el Acuerdo de
Promoción Comercial con los Estados Unidos de América.
Así, la aprobación del Reglamento de la Constitución en el 2009 marcó el inicio de un proceso
ágil, constructivo y concertador, orientado a armonizar los procedimientos técnicos y
administrativos de este complejo y dispar sistema, así como a establecer el marco normativo
complementario y procurar su aplicación.
Es en la gestión 2011-2016, cuando se establecen las normas específicas que aplican a la
evaluación ambiental estratégica para la aprobación de políticas, planes y programas que
incluyen la variable ambiental, así como también normas que contribuyen con el fin explícito
de prevenir, identificar y corregir de manera anticipada las posibles implicancias o 15
impactos ambientales negativos, dando celeridad a la gestión para la viabilidad en la ejecución
de proyectos de inversión.
El fortalecimiento del SEIA se está dando en variadas formas, entre las que se han evidenciado
logros importantes en la adecuación de la normativa sectorial mediante la aprobación de los
reglamentos de protección o gestión ambiental de los sectores minería, energía (hidrocarburos),
agricultura; vivienda, construcción y saneamiento; industria y comercio interno; estando en
proceso otras normas similares para los sectores restantes. Del mismo modo, se ha efectuado
una proyección normativa acorde con los mandatos de la Ley del SEIA para la incorporación de
la variable ambiental previa a la aprobación de las políticas, planes y programas, a fin de prevenir,
identificar y corregir de manera anticipada las implicancias o impactos ambientales negativos que
pudieran derivarse de los mismos.
CAPITULO l
CONTEXTO HISTÓRICO DE LA EVALUACIÓN DEL IMPACTO AMBIENTAL
En la década de los años 1970, con las primeras conferencias, reuniones y encuentros sobre
medio ambiente (la primera cumbre sobre medio ambiente se realizó en Estocolmo en 1972), se
reconoció como una necesidad impostergable la de incluir la variable ambiental como un factor
que garantizara el desarrollo, puesto que se constataba un agravamiento de los problemas
ambientales en todos los niveles (regional, nacional, local) del planeta.
La evaluación ambiental nace como una herramienta de protección ambiental que, apoyada por
la institucionalidad acorde a las necesidades de los distintos países, fortalece la toma de
decisiones a nivel de políticas, planes, programas y proyectos, incorporando nuevas variables
para considerar en el desarrollo de los proyectos de inversión. La Evaluación del Impacto
Ambiental (EIA) surge además como una herramienta preventiva, buscando la forma de evitar o
minimizar los efectos ambientales producto de cualquier actividad humana, sobre el medio
natural y sobre las personas. Su origen legal se remonta al 1 de enero de 1970, cuando los Estados
Unidos promulga la “Ley Nacional sobre Política Medioambiental” (National Environmental Policy
Act – NEPA). La NEPA en su Título I presenta una declaración de la política ambiental de esa
nación y en su Título II crea el Concejo de Calidad Ambiental (Council of Environmental Quality–
CEQ) quien tiene como misión principal entregar las directrices mediante las cuales se ejecutan
las leyes ambientales y realizar la coordinación general de todo el proceso EIA. A su vez, la
Agencia de Protección del Medio Ambiente (Environmental Protection Agency– EPA) se creó en
diciembre de 1970 como una institución reglamentaria del medio ambiente. No es el organismo
administrativo máximo de los estudios de impacto ambiental, aunque funciona como el almacén
central de los mismos. La EPA revisa los estudios de impacto ambiental que otros elaboran,
especialmente en relación a la contaminación del agua, del aire, la gestión de residuos sólidos, el
ruido, la radiación y los pesticidas.
La NEPA ha tenido un profundo impacto en la planificación y evaluación de proyectos no sólo en
los Estados Unidos sino también en unos 80 países de todo el mundo. Es así como en 1973, Israel
elaboró a través de su agencia ambiental un procedimiento de evaluación de impactos
ambientales humanos en distintos puntos de su geografía, con especial preocupación por el
recurso hídrico. En los años siguientes otros países también idearon evaluaciones propias de
impacto ambiental (basadas en NEPA) y en 1976 ya contaban con esta herramienta Australia,
Canadá, Francia, Irlanda y Nueva Zelanda. Sin embargo, la mayor expansión de este método
preventivo fue a partir de 1985, cuando la Unión Europea (entonces Comunidad Europea) la
adoptó como un requisito para todos los países miembros (De la Maza, 2001).
Posteriormente se desarrolla el concepto de desarrollo sustentable, donde se incluye al medio
ambiente como parte integral de la economía y enfatizando que no puede haber un progreso
sólido y estable si no existe una preocupación de la sociedad por la conservación de los recursos
naturales y su entorno. Añade además que este desarrollo debe ser técnicamente apropiado,
económicamente viable y socialmente aceptable, de tal modo que permita satisfacer las
necesidades crecientes de los países.
La evaluación del impacto ambiental es, por tanto, una de las herramientas de protección
ambiental que, al ser apoyada por una institucionalidad apropiada a las necesidades de los
distintos países, contribuye a fortalecer el proceso de tomar decisiones a nivel de políticas,
planes, programas y proyectos, incorporando nuevos factores y variables a considerar en el
análisis global. Actualmente, la evaluación de impacto ambiental se considera un proceso de
análisis que anticipa tanto los impactos negativos como positivos de terminadas actividades,
permitiendo seleccionar alternativas, de tal forma de idear mecanismos de control para prevenir
mitigar sus efectos adversos o no deseados y potenciar aquellos que serían beneficiosos.
La experiencia desarrollada en diferentes países permite su aplicación no tan solo para grandes
proyectos de inversión, sino también para actividades de desarrollo que involucren planes y
programas de ordenamiento territorial, políticas y alternativas de acción, y otras. Si la evaluación
de impacto ambiental estuviese restringida solamente a proyectos individuales, entonces los
efectos acumulativos de estos a nivel regional o nacional serían fácilmente ignorados.
Por lo tanto, también es necesario evaluar los impactos de las acciones de desarrollo de mayor
nivel, como es el caso de planes, programas y políticas (es lo que actualmente se conoce como
evaluación ambiental estratégica). Las evaluaciones de impacto ambiental de esos niveles son
necesariamente generales, de alta cobertura y pueden complementarse por evaluaciones más
detalladas a nivel de proyectos. No obstante, cabe señalar que incluso en esta situación la
evaluación también debe ser flexible y acorde con la realidad del país, región o localidad.
Permitir a la autoridad tomar decisiones para aprobar, rechazar o rectificar con pleno
conocimiento de los efectos negativos y positivos que implica una acción humana dada.
PROBLEMÁTICA
¿Cuáles son las ventajas de la evaluación de impacto ambiental?
Tradicionalmente, las decisiones se han realizado sobre bases económicas, principalmente
referidas a costos, rentabilidad inmediata, necesidades y otras. Incorporar un proceso de
evaluación de impacto ambiental a las acciones propuestas complementa las decisiones,
contribuyendo a su transparencia, a mejorar la información y a procurar un consenso.
Otra ventaja de la evaluación de impacto ambiental es que, mediante métodos, prevé los
impactos negativos y positivos de una acción sobre la población humana y sobre el medio
ambiente.
Una evaluación ambiental también ayuda a la toma de decisiones, ya que orienta la definición de
un curso de acción futuro para resolver problemas, satisfacer necesidades y aprovechar
oportunidades de un sistema territorial dado.
Otras ventajas de la evaluación de impacto ambiental son:
Proporciona flexibilidad para estudiar los efectos ambientales de una acción concreta en
una determinada localidad y hace posible aplicar medidas correctivas ajustadas a una
situación dada, optimizando el uso de los recursos usados. Lo anterior supone una mayor
flexibilidad que la rígida aplicación de la legislación general en forma independiente de
las particularidades de cada caso; por lo cual facilita una mayor adaptabilidad a las
necesidades ambientales locales.
Contribuye al uso eficiente de los recursos públicos y privados, puesto que se analizan las
alternativas de acción que eviten o disminuyan impactos en el medio ambiente,
reduciendo la necesidad de destinar recursos de acciones correctivas posteriores.
Ayuda a la participación ciudadana y a la búsqueda de consenso, ya que mediante la
incorporación del proceso de evaluación de impacto ambiental la comunidad se interioriza sobre
los impactos, tanto ambientales como socioeconómicos y culturales, que una determinada
acción tendrá, evitando los de carácter adverso sobre su entorno inmediato y evitando también
conflictos posteriores.
CARACTERISTICAS
Algunas características de la evaluación de impacto ambiental Basados en los objetivos
perseguidos, existen diferentes formas de implementar un proceso de evaluación de impacto
ambiental. Para lograr que ésta se incorpore como una herramienta efectiva de apoyo a la toma
de decisiones, es necesario que la evaluación esté documentada y fundamentada en todas sus
etapas, de tal manera que sea confiable, relevante y de acceso fácil a las partes involucradas.
Se propone que la evaluación se realice sobre la base de la globalidad de la actividad propuesta,
por lo tanto debe ser única y no puede llevarse a cabo por aspectos, partes o territorios.
Esto permite considerar efectos sinérgicos que pueden aparecer por la interacción entre las
partes y que no se perciben al considerarlas en forma independiente. En la etapa de revisión,
se debe permitir la participación activa y directa bajo criterios y formas preestablecidas
para los diferentes actores protagónicos (titulares, autoridades públicas, expertos,
ciudadanía, otros actores de interés). Al mismo tiempo el proceso debe cautelar claramente
las diferencias e incompatibilidades entre las funciones que desempeñan los distintos actores.
Además el proceso debe ser público, de tal modo que exista un conocimiento completo por parte
de los involucrados y debe permitir un seguimiento a la acción evaluada con el propósito de
revisar el cumplimiento de las decisiones comprometidas a través del proceso de evaluación
de impacto ambiental.
Cabe señalar que cualquier proceso de evaluación de impacto ambiental incluye una serie de
componentes básicos que permiten alcanzar sus objetivos específicos. Esos componentes
incluyen un conjunto de normas legales, un procedimiento administrativo, un documento escrito
que refleje la evaluación del impacto ambiental (estudio de impacto ambiental o declaración
de impacto ambiental, según el caso), y una resolución sobre los efectos ambientales de
una actividad o proyecto (resolución de calificación ambiental – RCA).
MARCO CONCEPTUAL
PROYECTO DE INVERSIÓN PÚBLICA – PIP Constituye una intervención limitada en el tiempo que
utiliza total o parcialmente recursos públicos, con el fin de crear, ampliar, mejorar, o recuperar
la capacidad productora o de provisión de bienes o servicios de una Entidad; cuyos beneficios se
generan durante la vida útil del proyecto y esos sean independientes de los de otros proyectos.
El PIP debe constituir la solución a un problema vinculado a la finalidad de su Entidad y a sus
competencias. Su ejecución puede hacerse en más de un ejercicio presupuestal, conforme al
cronograma de ejecución de los estudios de pre inversión. No son PIP las inversiones que
constituyen gastos de operación y mantenimiento.
PROGRAMA DE INVERSIÓN PÚBLICA;
a) Ser una intervención limitada en el tiempo, con un periodo de duración determinado.
b) Se propone como la solución a uno o varios problemas debidamente identificados.
c) Los PIP que lo componen, aunque mantienen la capacidad de generar beneficios
independientes, se complementan en la consecución de un objetivo.
d) Puede contener componentes de estudios, proyectos piloto, administración o alguna otra
intervención relacionada directamente a la consecución del objetivo del Programa.
e) Genera beneficios adicionales respecto a la ejecución de los PIP de manera
independiente.
El SNIP - Es el conjunto de normas, instrucciones y procedimientos que tienen por objetivo, en el
contexto de un Estado moderno, ordenar el proceso de la inversión pública, para poder concretar
las opciones de inversión más rentables económica y/o socialmente, considerando los
lineamientos de la política de Gobierno. Es un instrumento de gestión que permite transformar
las iniciativas de inversión en proyectos concretos, considerando el ciclo de vida del proyecto. El
SNIP opera en el marco de las políticas macroeconómicas, sectoriales y regionales definidas por
el Gobierno, las cuales sirven de marco referencial para la selección y priorización de proyectos.
De esta forma, el SNIP canaliza sus esfuerzos en la formulación y actualización de un Programa
de Inversiones Públicas (PIP) multianual, que proporciona al sistema presupuestario la
información necesaria para la elaboración del Presupuesto de Ingresos y Egresos del Estado en
materia de inversión y a la vez, también permite orientar la negociación de la cooperación
internacional en función de las prioridades de desarrollo que haya decidido el Gobierno.
El Ministerio del Ambiente es el ente rector del Sector Ambiente y la autoridad competente para
formular la Política Nacional del Ambiente aplicable a los tres niveles de gobierno, conforme a lo
dispuesto en el Decreto Legislativo Nº 1013 que aprueba la Ley de creación, organización y
funciones de este organismo.
La Política Nacional del Ambiente se estructura en base a la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo, Ley
N° 29158, que por su jerarquía y su promulga objetivos prioritarios, lineamientos, contenidos
principales y estándares nacionales de obligatorio cumplimiento, para asegurar el normal
desarrollo de las actividades públicas y privadas.
Teniendo en cuenta que las políticas de Estado deben integrar las políticas ambientales con las
demás políticas públicas, la Política Nacional del Ambiente se elabora en concordancia con lo
dispuesto en la Ley General del Ambiente y otras normas, tales como la Ley Nº 27783, Ley de
Bases de la Descentralización; Ley Nº 27867, Ley Orgánica de Gobiernos Regionales; Ley Nº
27972, Ley Orgánica de Municipalidades, la Ley Nº 26821, Ley Orgánica de Aprovechamiento
Sostenible de los Recursos Naturales; así como con los tratados internacionales suscritos por el
país.
Impacto ambiental es un cambio o una alteración en el medio ambiente, siendo una causa o un
efecto debido a la actividad y a la intervención humana. Este impacto puede ser positivo o
negativo, el negativo representa una ruptura en el equilibrio ecológico, causando graves daños y
perjuicios en el medio ambiente, así como en la salud de las personas y demás seres vivos, por
ejemplo, la contaminación del aire o de los mares con la basura o el petróleo, la contaminación
acústica, las guerras, los desechos de la energía radioactiva, entre otros. La medición del impacto
ambiental no se puede hacer con precisión, porque el medio ambiente es un sistema complejo.
en la ecología, es posible hacer algunas estimaciones a través del estudio o evaluación del
impacto Ambiental que surgió en estados nidos en los años y los respectivos informes de
sostenibilidad Ambiental, para intentar minimizar el impacto negativo. La gran mayoría de las
actividades económicas implica y conlleva un impacto ambiental. Las industrias energéticas y
mineras, por ejemplo, una planta hidroeléctrica o una mina causan un impacto ambiental. Los
desechos y los residuos de las industrias son generalmente desechados o eliminados de tres
maneras en el agua, en la atmósfera o en tareas aisladas. Impacto ambiental es el resultado o la
consecuencia de nuestras acciones, y por este motivo es crucial educar a la sociedad para que
pueda tener actitudes responsables que causan menos impactos negativos en el medio
ambiente.
INVERSIÓN PÚBLICA
Se entiende por Inversión Pública toda erogación de recursos de origen público destinado a crear,
incrementar, mejorar o reponer las existencias de capital físico de dominio público y/o de capital
humano, con el objeto de ampliar la capacidad del país para la prestación de servicios y/o
producción de bienes. En este sentido, la inversión se entiende como una propuesta de acción
técnico económica para resolver una necesidad utilizando un conjunto de recursos disponibles,
los cuales pueden ser, recursos humanos, materiales y tecnológicos, entre otros.
Por lo tanto, las entidades públicas al formular su presupuesto de inversión tienen como objetivo
aprovechar los recursos para proponer proyectos que mejoren las condiciones de vida de una
comunidad, pudiendo ser a corto, mediano o a largo plazo. Comprende desde la intención o
pensamiento de ejecutar algo hasta el término o puesta en operación normal. En la ejecución de
los proyectos de inversión pública, el Estado asigna recursos presupuestarios para la ejecución
de dichos proyectos, cuyo fin es el bien estar social, de modo que la rentabilidad del proyecto no
es sólo económica, sino también el impacto que el proyecto genera en la mejora del bienestar
social en el grupo beneficiado, o en la zona de ejecución, dichas mejoras son impactos indirectos
que genera el proyecto, como por ejemplo la generación de empleo, tributos a reinvertir u otros.
En este caso, pueda ser que un proyecto no sea económicamente rentable, pero su impacto
puede ser grande, de modo que el retorno total o retorno social permita que el proyecto
recupere la inversión puesta por el Estado.
Los proyectos de inversión social; son con el único fin de generar un impacto en el bienestar
social, generalmente en estos proyectos no se mide el retorno económico, es más importante
medir la sostenibilidad futura del proyecto, es decir si los beneficiarios pueden seguir generando
beneficios a la sociedad, aun cuando acabe el período de ejecución del proyecto. El Sistema
Nacional de Inversión Pública busca lograr los siguientes objetivos:
SENACE
En ese sentido, de acuerdo a lo establecido en la Ley de creación del SENACE – Ley N° 29968, el
SENACE se encargará de:
El OEFA se creó en el año 2008 mediante Decreto Legislativo N° 1013 – Decreto Legislativo que
aprueba la Ley de Creación, Organización y Funciones del Ministerio del Ambiente, e inició sus
actividades de fiscalización ambiental directa en el año 2010.
La fiscalización ambiental que desarrolla el OEFA es un macroproceso integrado por las siguientes
funciones:
A la fecha, se encuentran bajo la competencia del OEFA los sectores de minería (mediana y gran
minería), energía (hidrocarburos y electricidad), pesquería (procesamiento pesquero industrial y
acuicultura de mayor escala) e industria manufacturera (rubros de cerveza, papel, cemento,
curtiembre, fundición de metales, biocombustible, elaboración de bebidas, elaboración de
azúcar y otros).
La fiscalización ambiental que realiza el OEFA promueve una protección ambiental efectiva a
través de la transparencia, la participación ciudadana y la capacitación en fiscalización ambiental.
Para ello, cuenta con el Servicio de Información Nacional de Denuncias Ambientales (Sinada)
mediante el cual todo ciudadano puede presentar una denuncia respecto a hechos que podrían
constituir infracciones ambientales y realiza diversos talleres, foros, entre otros espacios
académicos dirigidos a la población en general.
La eficiente fiscalización ambiental del OEFA crea y fortalece lazos de confianza entre la población
y las empresas. La pronta identificación de incumplimientos a la normativa ambiental previene
la génesis de conflictos socioambientales, y en aquellos casos en los que persiste la conflictividad,
el OEFA cumple un importante rol en la gestión de los citados conflictos, brindando información
técnica en los espacios de diálogo a efectos de facilitar la adopción de acuerdos.
PMA
Una vez emitido el CIRA o en las excepciones establecidas en el Art. 57° del D.S. N° 003-2014-
MC, el titular del proyecto podrá solicitar autorización para realizar un plan de monitoreo
arqueológico. La solicitud se presentará en la sede central o en las Direcciones Desconcentradas
de Cultura, según el ámbito del proyecto.
Importante;
La solicitud de autorización para el PMA debe presentarse antes del inicio de las obras que
impliquen remoción de tierra u obras bajo superficie, en ningún caso se autorizará en vías de
regularización. La dirección estará a cargo de un profesional en arqueología y su duración
corresponde a la etapa de movimiento de tierras del cronograma de ejecución de la obra. Este
procedimiento se rige por las normas del silencio administrativo positivo.
EL SISTEMA NACIONAL DE EVALUACIÓN DE IMPACTO AMBIENTAL
La ley de creación del Sistema Nacional de Evaluación del Impacto Ambiental (SEIA) establece
que el SEIA es un sistema único y coordinado de identificación, prevención, supervisión, control
y corrección anticipada de los impactos ambientales negativos derivados de las acciones
humanas expresadas por medio del proyecto de inversión.
La ley de creación del SEIA incorpora la obligación de que todos los proyectos de inversión
pública, privada o de capital mixto, que impliquen actividades, construcciones, obras y otras
actividades comerciales y de servicios que puedan causar impactos ambientales negativos
significativos deberán contar necesariamente con una certificación ambiental, previamente a su
ejecución. La certificación ambiental es la resolución que emite la autoridad competente
aprobando el SEIA.
El SEIA es un sistema único y coordinado de identificación, prevención, supervisión y corrección
anticipada de los impactos ambientales negativos. Comprende las políticas, planes y programas
de nivel nacional, regional y local que generen implicancias ambientales significativas, así como
los proyectos de inversión pública o de capital mixto que podrían causar impactos ambientales
negativos significativos.
La ley de creación del SEIA establece la siguiente clasificación para los proyectos comprendidos
dentro de su ámbito de aplicación:
a) Categoría I: declaración de impacto ambiental (DIA). Incluye los proyectos cuya ejecución
no origina impactos ambientales negativos de carácter significativo.
b) Categoría II: estudio de impacto ambiental semidetallado (EIA-sd). Incluye los proyectos
cuya ejecución puede originar impactos ambientales moderados y cuyos efectos
negativos pueden ser eliminados o minimizados mediante la adopción de medidas
fácilmente aplicables.
c) Categoría III: estudio de impacto ambiental detallado (EIA-d). Incluye aquellos proyectos
cuyas características, envergadura y/o relocalización pueden producir impactos
ambientales negativos, cuantitativa o cualitativamente, y significativos, requiriendo un
análisis profundo para revisar sus impactos y proponer la estrategia de manejo.
Mediante decreto supremo 019-2009-MINAM, se ha aprobado el reglamento de la ley 27446, ley
del Sistema Nacional de Evaluación del Impacto Ambiental que establece que en un plazo no
mayor a 180 días calendario contados a partir del día siguiente de su publicación, las autoridades
competentes deben, bajo responsabilidad, elaborar o actualizar sus normas relativas a la
evaluación de impacto ambiental, en coordinación con el MINAM, adecuándolas a lo dispuesto
en el referido reglamento. A la fecha, el aún no ha actualizado su marco normativo en esta
materia.
De acuerdo a la normatividad vigente, el MINAM es el encargado de dirigir y administrar el SEIA
y como ente rector tiene las siguientes funciones:
a) Hacer una revisión aleatoria de los EIA aprobados por las autoridades competentes, con
la finalidad de coadyuvar al fortalecimiento y transparencia del SEIA.
b) Categoría II - Estudio de Impacto Ambiental Semi detallado, Incluye los proyectos cuya
ejecución puede originar impactos ambientales moderados y cuyos efecto negativos
pueden ser eliminados o minimizados mediante la adopción de medida fácilmente
aplicables. Los proyectos de esta categoría requerirán de un Estudio de Impacto
Ambiental detallado (EIA-d).
Esta clasificación deberá efectuarse siguiendo los criterios de protección ambiental establecidos
por la autoridad competente.
Artículo 5º.- Criterios de protección ambiental.
Para los efectos de la clasificación de los proyectos de inversión que queden comprendidos
dentro del SEIA, la autoridad competente deberá ceñirse a los siguientes criterios:
a) La protección de la salud de las personas.
b) La protección de la calidad ambiental, tanto del aire, del agua, del suelo, como la
incidencia que puedan producir el ruido y los residuos sólidos, líquidos y emisiones
gaseosas y radiactivas.
c) La protección de los recursos naturales, especialmente las aguas, el suelo, flora y la fauna.
e) La protección de los ecosistemas y las bellezas escénicas, por su importancia para la vida
natural.
b) Clasificación de la acción.
d) Resolución.
e) Seguimiento y control.
CAPÍTULO III
PROCEDIMIENTO
La Política Nacional del Ambiente considera los lineamientos de las políticas públicas establecidos
por la Ley N° 29158, Ley Orgánica del Poder Ejecutivo y las disposiciones de la Ley N° 28611, Ley
General del Ambiente. La Política Nacional del Ambiente considera los lineamientos de las
políticas públicas establecidos por la Ley N° 29158, Ley Orgánica del Poder Ejecutivo y las
disposiciones de la Ley N° 28611, Ley General del Ambiente. Define los objetivos prioritarios,
lineamientos, contenidos principales y estándares nacionales de obligatorio cumplimiento.
Conforma la política general de gobierno en materia ambiental, la cual enmarca las políticas
sectoriales, regionales y locales.
Es importante mencionar que este documento se presenta de manera independiente para los casos
señalados en el reglamento.
H. El plan de abandono.
El PMA deberá ser actualizado cuando el titular considere necesario modificar las técnicas o
procedimientos aprobados, o cuando el proceso productivo sufra modificaciones que impacten de
manera diferente el ambiente físico y social, con relación a los impactos en los instrumentos de
gestión ambiental.
Asimismo, el decreto supremo 015-2006-EM estableció que en los casos que los titulares de
actividades de hidrocarburos no cuenten con una EIA o PAMA aprobado, a la fecha de entrada en
vigencia del referido decreto supremo, para regularizar esta omisión, cuentan con 60 días para
presentar un PMA a fin de adecuar sus actividades a lo establecido en la norma, previo informe
favorable de OSINERGMIN de que se han cumplido con toda las normas de seguridad para su
operación y funcionamiento. En caso no hayan regularizado su situación o en el caso de que hayan
obtenido un informe desfavorable de OSINERGMIN los titulares de actividades de hidrocarburos
debieron haber presentado un plan de cese de la actividad.
El plazo para la evaluación del PMA, en los casos establecidos en el reglamento, es de un máximo
de 50 días calendario. De existir observaciones, se comunicará y notificará al titular para que, en
un plazo máximo de 30 días calendario, las subsane, bajo apercibimiento de declarar el abandono
del procedimiento.
DISPOSICIÓN TRANSITORIA
ÚNICA. - Aplicación de las normas sectoriales.
En tanto se expida el Reglamento de la presente Ley, se aplicarán las normas sectoriales
correspondientes, en lo que no se oponga a la presente Ley.
DISPOSICIONES FINALES
Primera. - Reglamentación de la ley.
El Poder Ejecutivo, mediante decreto supremo, refrendado por el Presidente del Consejo de
Ministros y los Ministros de los sectores involucrados con la presente norma, aprobará el
reglamento de esta Ley, en un plazo que no excederá de 45 (cuarenta y cinco) días hábiles
contados a partir de la publicación de la presente LEY.
Segunda. - Norma derogatoria
Deróguense las normas que se opongan a la presente Ley. Comuníquese al señor Presidente de
la República para su promulgación. En Lima, a los dieciséis días del mes de marzo de dos mil uno.