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DERECHOS HUMANOS

Podemos “llegar a la convicción de que los derechos humanos tratan de configurase como una
forma de expresión de los propios rasgos constitutivos de la moralidad interindividual” (F.
Laporta, 1987, p.44). Para nadie es un secreto que la trascendencia histórico-geográfica de
distintas generaciones de personas naturales; a través de diversos óbices, han traído a la vida
jurídica un conjunto de preceptos aceptados por las bases normativas que interactúan en la
sociedad de la cual formamos parte, desarrollados para aflorar nuestra “humanidad”.
Pero surge una anfibología sustancial en cuanto a su base; en este proceso de trascendencia
temporo-espacial, se ha venido dilatando la esencia de lo que se conoce groso modo como
“derechos humanos”. Por ello, el presente ensayo estará encaminado a justificar esa dilatación, y
desarrollar una cascada conceptual que permita una clara comprensión de lo que son “derechos
humanos”.
Francisco Laporta (1987) Supone razonablemente que “cuanto más se multiplique la nómina
de los derechos humanos menos fuerza tendrán como, exigencia, y cuanto más fuerza moral o
jurídica se les suponga más limitada ha de ser la lista de derechos que la justifiquen
adecuadamente” (p.23).
“Múltiples son las fórmulas que se encuentran en la doctrina nacional e internacional:
<derechos humanos>; <derechos naturales>; <derechos del 3 hombre>; derechos
fundamentales>; <libertades fundamentales>; <derechos públicos subjetivos>, <derechos de las
personas>; <derechos morales>; <derechos del ciudadano>, palabras que engrosan día a día un
largo y nutrido listado” (M. Blengio Valdes, 2014, p.4).
Conforme se dilata la discusión filosófica basada en este cuestionamiento, seguirán surgiendo
denominaciones similares, con alguna connotación argumentativa favorable para quien la
exponga y para quienes se asimilen e identifique con la susodicha presentación. Surge la
pregunta entonces, (para continuar con la segunda idea a desarrollar en este ensayo) ¿Cuál es el
génesis?, ¿el arje?, ¿dónde inicia esta connotación jurídica inherente a nosotros?
Respecto a este punto el jurista Pedro Nikken (1978) manifestó: “las primeras
manifestaciones concretas de declaraciones de derechos individuales, con fuerza legal, fundadas
sobre el reconocimiento de derechos inherentes al ser humano que el estado está en el deber de

Jhon Edinson Rodriguez Melo


respetar y proteger, las encontramos en las revoluciones de independencia norteamericana e
iberoamericana, así como en la revolución francesa […] Por ejemplo, la
Declaración de Independencia del 4 de julio de 1776 afirma que todos los hombres han sido
creados iguales, que han sido dotados por el Creador de ciertos derechos innatos; que entre
esos derechos deben colocarse en primer lugar la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad”
(p.2).
A este punto, debemos comprender que “la noción de derechos humanos se corresponde con
la afirmación de la dignidad de la persona frente al Estado […] En primer lugar, se trata de
derechos inherentes a la persona humana; en segundo lugar, son derechos que se afirman frente
al poder público” (Pedro Nikken, 1987, p.15).
Ahora bien, sin importar las distintas connotaciones que se atribuyan a la cuestión conceptual
de los derechos humanos, se reconoce como principio la “dignidad humana”, entendida como
aquella dignidad inherente a nuestra condición humana, aquella que no se nos concede, sino que
forma parte sustancial de nuestro ser.
“Ya que se ha reconocido la diversidad de concepciones sobre los derechos humanos, hay que
decir […] que todas tienen un punto de partida general: el valor de la dignidad que se le reconoce
al ser humano” (Provea, 2008, p.7).
Concluyendo las ideas expuestas, “Para la visión que prevalece, liberal-capitalista, la
concepción de los derechos humanos está íntimamente vinculada a la vigencia de las libertades
individuales” (Provea, 2008, p.10) Al encontramos ubicados en una macro esfera donde el
individuo da redirección al Estado en pro de la sociedad, en un sistema político y económico
donde se respeta la propiedad privada, debe ser un requisito indispensable la protección de cada
persona (natural) de las instituciones estatales y el Estado mismo, para impulsar el respeto
reciproco y lograr una convivencia pacífica y equilibrada; o en su efecto, balanceada por
“Themis”.

Jhon Edinson Rodriguez Melo


Jhon Edinson Rodriguez Melo

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