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¿Qué son?
La visita era uno de los mecanismos de control administrativo más utilizados por la
corona española en los territorios americanos, con la finalidad de fiscalizar las funciones
que se realizaban en la colonia, a fin de salvaguardar sus intereses. Eran inspecciones
que realizaba un visitador elegido por El Consejo de Indias, quien tenía entre sus
propósitos descubrir actos ilegales de los funcionarios.
Las visitas, para el siglo XVI, fueron para tener conocimiento de la población, pero
surgieron como resultado de diversos litigios, así como de la implantación de una
reforma administrativa. Por ejemplo, el Virrey Toledo llegó a Cajamarca en 1571 con la
finalidad de recoger hechos de un litigio entre encomenderos, por lo cual era necesario
tener registro de la población de dichas encomiendas, así como sus factores económicos
(actividades agropecuarias, minería, entre otros). Esta visita la desarrolla María
Rostworowski y Pilar Remy, en el libro Las visitas de Cajamarca 1571-1572/ 1578, que
incluye las transcripciones de los documentos. En las transcripciones se menciona el
juramento de lenguas (que era en señal de la cruz y mencionando la palabra Amen, era
un juramento a Dios), se habla de la guaranga de Bambamarca (donde se mencionan al
pueblo de Celendin, sus tributarios casados, los viejos, que no pagarían impuestos por la
edad), también nos mencionan el pueblo de todos los Santos de Llacan (se menciona a
los solteros, casados, viejos: se muestra una relación de nombres). Otro aspecto
importante es que nos muestra una población anterior a los incas, los Llacuaz, quienes
tenían como principal producto de cultivo la papa; además, basaban su consumo de
carne al pastoreo de llamas y de alpacas1.
Por otro lado, las visitas también se daban con la finalidad de extirpar idolatrías, o
fiscalizar el proceso de evangelización. En este aspecto Pierre Duviols en sus “Procesos
1
Mitos Incas (1999), Urton Gary. Ediciones Akal, S.A.
y Visitas de Idolatrías: Cajatambo, siglo XVII” nos da una muestra de las razones por el
cual, la Iglesia, manda a Bernardo de Noboa (visitador eclesiástico) a los pueblos de
Pativilca (actual Cajatambo).
Por otro lado, algo que notar, es que muchas veces los visitadores tenían diferencias con
los Virreyes, siendo dificultada su labor por estos últimos, poniéndoles trabas o siendo
deslegitimados. El caso del desacuerdo del Visitador del Virreinato del Río de la Plata,
Diego de la Vega, con el Virrey Rafael de Sobremonte y Núñez, es un claro ejemplo,
quien lo nombró nefasto su accionar.
2
El siguiente esquema ha sido tomado de: Las lecciones de la historia:
repensando la política económica del Virrey Toledo, (2008) en Revista Economía, vol. 31, Nª 61, pag. 27-
50.
Visita de Diego de la Vega para el caso del Virreinato del Río de la Plata en
1802
Esta tenía como misión supervisar, valorar y evaluar los cambios que habían sido
impuestos y que manifestaban su eficacia respecto a la reforma administrativa que se
había llevado a cabo, en especial la fiscalidad.
3
Los cuadros 2 y 3 provienen del artículo de María Concepción Gavira: , EL VISITADOR GENERAL DEL
VIRREINATO DEL RÍO DE LA PLATA, DIEGO DE LA VEGA, Y LAS IRREGULARIDADES EN LAS CAJAS REALES
ALTOPERUANAS (1802). Revista América Latina en la Historia económica, Vol. 23. Núm. 1,2016, pág. 90-
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