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Feudalismo

Las bases en el derecho romano que se siguieron imponiendo en las relaciones de tipo
personal

Liang Lay Roco

Cuando nos referimos a la edad media, siempre cabe destacar algunas


cosas importantes. Primero, la constante lucha entre el paganismo y el
cristianismo, el cual, el último prospera hasta nuestros días, sin embargo, cabe
señalar que muchas costumbres paganas fueron absorbidas y transformadas para
ser utilizadas en el cristianismo. Segundo, y ligado a la fe católica, con tintes
geopolíticos estratégicos, tenemos a las cruzadas, las cuales ordenadas por el
papa de la época, Urbano II fueron una expedición para “recuperar” tierra santa.
En tercera instancia, el tema que vamos a abordar en este breve ensayo, será el
feudalismo, visto desde una perspectiva de contratos señoriales, en los cuales se
puede ver cómo el derecho romano del bajo imperio siguió preponderando, para
establecer estas relaciones personales.

Si bien, cuando hablamos de feudalismo, las fuentes históricas nos


remontan al siglo X D.C. en el imperio carolingio, también podemos observar
relaciones personales de dependencia ya en el siglo III en el bajo imperio romano,
el cual ya estaba siendo “invadido” por los pueblos germanos, lo cual, como ya
sabemos, posteriormente llevó a la caída del imperio romano de occidente en el
año 476 de nuestra era. Debido a estas “invasiones” muchas personas fueron
migrando desde las ciudades al campo, donde un terrateniente las acogía, pero a
cambio de un contrato en el cual estas debían proteger la tierra y trabajarla. A la
caída del imperio romano, muchas de estas tierras cedidas a estos hombres libres
fueron adjudicadas por estos, debido a que la ley romana ya no imperaba en
estos, creándose pequeños latifundios en los cuales hombres libres y esclavos
que estaban arrancando eran acogidos por estos ahora dueños de tierras, los
cuales seguían un vínculo de dependencia muy similar al feudalismo medieval, en
el que consistía:
En el cuadro anterior, podemos observar 3 diferentes maneras de
administrar la tierra, la primera, la cual consistía en que el señor o Dominus, fuera
el que velara por esta a partir de los villicus quienes trabajaban la tierra
personalmente para él. En segunda instancia, encontramos 2 formas de trabajar la
tierra, la primera es a través de los inquilinos, los cuales son personas con la
condición de ejercer soberanía en el lugar y trabajar las tierras para subsistencia y
pagar tributos al Dominus; por otro lado están los casatus o esclavos adscritos a la
tierra que estaban al mando del servi cuasi coloni, el cual era un esclavo de mayor
jerarquía que poseía la confianza del señor. Por último encontramos una forma
mixta de trabajar las tierras en que se combinaban la primera y la segunda. Estas
se pueden observar también a lo largo de la edad media, viéndose con mayor
fuerza alrededor del siglo X cuando el imperio carolingio imperaba en Europa.

Estas relaciones de dependencia, llevaron a la Europa románica a


establecer en su extensión occidental instituciones pre feudales, las cuales ya
tenían los primeros vínculos de dependencia, en los cuales el siervo tenía
obligaciones para con el señor y este a su vez con el siervo. Sin embargo, a la
llegada de los musulmanes por la península ibérica, hizo que por ejemplo en
España este proceso se diera por pausado, siendo ésta dominada por los
musulmanes. En cambio, cuando estos trataron de expandirse hacia las Galias, el
mayordomo de palacio Carlos Martel, impidió en la batalla de Poitiers que los
moros siguieran dominando el territorio europeo. En las constantes luchas de los
musulmanes con el imperio franco, Pipino el breve se autoproclamó (apoyado por
el Vaticano) Rey de los francos, relegando a la dinastía merovingia e instaurando
la carolingia. Posteriormente, Carlomagno siendo rey de los francos, se hizo el
brazo armado de la iglesia, el cual se basaba en la protección de esta y la
dominación de las otras tierras que existían en Europa, llegando a formar el
imperio carolingio.

Sin embargo, a la muerte de Carlomagno, luchas internas entre la familia


real impidieron que este siguiera unificado, lo cual provocó que la nobleza
acrecentara su poder, además de los peligros de las invasiones se acercaran a
estos territorios. Esto recayó en que los nobles comenzaran a gobernar de forma
autónoma los territorios que tenían a su disposición, lo que duró desde el siglo IX
hasta el siglo XII, cuando la burguesía comienza a ganar terreno en la economía
de Europa.

Ahora bien, ¿En qué consistían las relaciones entre un vasallo y un señor?
¿Cuáles eran las obligaciones de cada uno? Primero, las relaciones que consisten
entre un vasallo y un señor, son un contrato entre dos partes, las cuales, el vasallo
(quien podía ser un señor menor o un hombre libre) juraba fidelidad al Señor
feudal, y este a su vez le proporcionaba seguridad. Todo esto a través del pago de
tributos establecidos por el señor. La ceremonia se realizaba de forma pública, con
los dos contratantes. Dentro de las obligaciones, podemos encontrar la siguiente,
sacada del extracto de una carta dirigida al duque de Aquitania:

“…quien jure fidelidad a su señor debe tener siempre presente las seis palabras
siguientes: sano y salvo, seguro, honesto, útil, fácil, posible. Sano y salvo para que no
cause daño alguno al cuerpo de su señor. Seguro, para que no perjudique a su señor
revelando su secreto o entregando las plazas fuertes que garantizan su seguridad.
Honesto, para que no atente a los derechos de su señor o bien a otras prerrogativas
insertas en lo que considera su honor. Útil, para que no dañe sus posesiones. Fácil y
posible, para que no haga difícil a su señor el bien que podría hacer fácilmente, y al fin que
no haga imposible lo que hubiese sido posible a su señor…” “…También el señor debe en
todos sus dominios, pagar con la misma moneda al que juró fidelidad. Si no lo hiciese sería
considerado de mala fe con pleno derecho, al igual que el vasallo que fuese sorprendido
1
faltando a sus deberes, por acciono por omisión, sería culpable de pérfida y perjurio”

En esta carta podemos identificar una clara forma de contrato que pone a
ambas partes con sus obligaciones al respecto de cada uno, primero tenemos las
obligaciones del vasallo, quien debe trabajar en pos de lo que el señor necesite,
siempre y cuando el segundo, como sale explicado en el texto, sea
condescendiente con quien juró fidelidad ante él.

Finalmente, podemos encontrar que más que una relación directa con la
iglesia que en la mayoría del pensamiento colectivo de las personas cree que
“todo” lo que respecta a la edad media es relacionado a dios, nos damos cuenta
que esto es más bien una falacia histórica, en la cual podemos aterrizar que por
ejemplo con lo que respecta al feudalismo, si bien, también existían señoríos que
estaban a cargo de la iglesia, también, y en su mayoría, estos estaban a cargo de
laicos, los cuales pactaban sus relaciones a base de contratos, los cuales son un
evidente legado de lo que dejó la cultura romana.

Bibliografía

Bloch, M. (1968). La Sociedad Feudal. Madrid: Akal Universitaria.

Ganshof, F. (1963). El Feudalismo. Barcelona: Ariel.

Montesquieu. (1984). Del espiritu de las leyes. Madrid: SARPE.

Romero, J. L. (2014). La Edad Media. Mexico D.F.: Fondo de Cultura Económica.

1
Ganshof, 3°parte, cap 1.

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