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Doctor en cine. Profesor del Departamento de Didáctica. Universidad de Cádiz. España. Profesor de nuevas tecnologías aplicadas
a la educación y de medios impresos y audiovisuales
Correo electrónico: victor.amar@uca.es
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El cine en la encrucijada de la educación y el conocimiento
Víctor Amar
Estamos ante el arribo de una cultura au- cativo. Existe, por ejemplo, intereses para que pre-
diovisual sin precedente en la historia de la huma- valezca en exclusividad el libro en los entornos edu-
nidad. El sueño pretérito de ver y oír sincronizadas cativos. Probablemente, sea falta de sensibilidad. O
las imágenes es toda una realidad y, en la actuali- es, simplemente, un exceso de ignorancia que tur-
dad, puede presumir de contar con un excelente bia la lucidez de y para mirar a las pantallas.
estado de salud ante el envite de otras manifesta- No es caer en la confrontación de lo uno o lo
ciones culturales, lúdicas o formativas. La imagen otro. No es hacer y mantener un discurso inspirado
en movimiento ha sido tomada como una gran en la unicidad. Es atender a ambos recursos en su
ventana que cada vez que encendemos una de sus justa medida. Es, mismamente, abogar por la luci-
pantallas se abre para mostrarnos nuevas realida- dez que permita el uso de unas herramientas con
des, que nos brinda nuevas historias locales o de infinidad de posibilidades para la educación desde
carácter universal y, en definitiva, nos conmueve y el conocimiento de las dos, sin tener la necesidad
hace que nuestro culto a lo audiovisual tenga un ar- de enfrentarlas, sacrificando la una ante la otra.
gumento más donde asirse. Estamos ante un vano Aunque, en honor a la verdad, probablemente lo
donde se conjuga la realidad y la imaginación don- anterior se solucionaría en parte dotando al audio-
de, quizá, muchos y muchas hayamos contribuido visual de la categoría de documento para la edu-
a la construcción de nuestro imaginario colectivo y cación y desprendiéndole de toda aquella aureola
hayamos tenido una visión más real, o no, del otro; que lo tilda en exclusividad de entretenimiento. De
perjudicándonos del mismo modo que nos ha be- hecho el cine es entretenimiento pero, también, es
neficiado… Ya que si con la lecto-escritura siempre información y, como no podría ser menos, es un
tuvimos una orientación desde la educación infan- útil para la formación. Estamos ante una excelente
til pues se contempla como un propósito educati- forma de comunicar y transmitir los conocimien-
vo, en lo que respecta a la formación audiovisual, tos. Ahora bien, no de manera tan convencional y
ésta ha brillado por su ausencia. Y quien la ha ad- directiva como podría ser la manera unidireccio-
quirido ha sido, en muchos casos, por iniciativa nal de presentarlo desde la tarima del profesora-
propia y, de vez en cuando, se está presentando do que, a la postre, lo configura previsible y hasta
en la escuela como una actividad curricular; pero aburrido. Con el cine se presentan los contenidos
no siempre ha sido considerado como un plantea- de modo persuasivo, envuelto en una aureola de
miento transversal o como un proyecto de educar seductores argumentos… Ahora bien, en este juego
para los medios de comunicación. manierista está nuestra actitud y aptitud para acer-
Si tan importante entendemos que es la edu- carnos al conocimiento o prescindir de él, tal como
cación audiovisual por qué no se imparte en las es- nos lo presente la imagen en movimiento. La me-
cuelas y en los demás ciclos formativos. Por qué, diación de la educación a través del cine tiene sus
en la mayoría de las ocasiones, se utiliza como un riesgos, no todo van a hacer aciertos llevados por
auxiliar didáctico y no conforma parte del acto edu- el esnobismo de un profesorado que ha caído en la
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preocupación por la innovación. En este sentido, una manera de enseñar y aprender. El llamado
tener una buena base formativa en el lenguaje, dis- cine proceso adquiere una dimensión explicativa
curso, además de la historia y la tecnología del cine y comprensiva, dotando al acto didáctica no sólo
puede ser un buen pretexto para empezar a tomar- de lo que se debe saber (inspirado en la actuación
lo como una manera de comunicar, donde la voz del docente) sino, también, en lo que es capaz de
la tienen lo actores, los argumentos se presentan saber, pues está envuelta también la otra parte (la
a través de la historia y, asimismo, hemos de des- que pertenece al discente).
tacar la capacidad que tengamos de mirar, pues en «Es decir, el cine que educa es aquel que nos
ello va parte del aprovechamiento educativo… Por conmueve. Cualquier cinta o secuencia val-
último, la convicción y el rigor lo comparten con el dría. Con ello, cabría diferenciar entre educar
quehacer y la responsabilidad del profesorado. No con y en cine. En primer término, educar con
cine sería saber utilizarlo como apoyo (en la
es dejar que el cine haga nuestro papel; es apren- clase) o como lección (de una clase), es decir
der a compartir protagonismo y admitir que exis- como un auxiliar didáctico; aunque también
ten formas de presentar el conocimiento o acceder se puede educar con cine usándolo como un
a él de modo versátil, donde la multidireccionali- proceso creativo (por una clase). E, igual-
dad de la comprensión es un hecho ineludible. mente, la acepción de educar en cine, sería
enseñar a mirarlo con unos ojos más críti-
«Los medios y tecnologías de información en cos, llegando a construir unos espectadores
general, y el cine en particular, son compo- y unas espectadoras responsables que sepan
nentes sustantivos de la enseñanza, es decir, diferenciar, conscientemente, entre la ficción
que en todo proceso de enseñanza-aprendi- y la realidad; además de detectar los intere-
zaje los medios se configuran como elemen- ses que se ocultan en la industria (educativa,
tos que interaccionan con las demás varia- cultural, económica, social o ideológica) del
bles curriculares, condicionando y modulan- celuloide» (Amar, 2003: p. 16).
do el proceso de un modo integral. Pero los
medios en sí mismos, poco significan si no se
Hemos hablado del cine como una manera
incluyen en el momento que faciliten alguno de comunicar, hemos intentado que el lector-es-
de los objetivos pretendidos por el profesor, pectador atisbe las posibilidades que pueden de-
sea información, reflexión, generación de co- rivarse del cine como un modo de disfrute y, con
nocimiento o evaluación» (Campo-Redondo, ello, se convierta en un agente para la educación.
2008: p. 27).
Pero no se puede eludir que el cine también es una
Enseñar a aprender y a mirar pasa, previa- forma que invita a la convivencia. Ver cómo viven
mente, por un ciclo formativo donde los interesa- o malviven otras personas, aclarar a través de la
dos aprendan a enseñar con la mirada. No basta asamblea de aula, ciertas omisiones que la película
utilizarlo como un mero recurso, hace falta que se (sea de ficción o documental, animación o con per-
desarrolle su capacidad para aprender haciéndose. sonajes, largometraje o cortometraje) se empeña
Se nos antoja importante ésta nueva modalidad de en disfrazar pero, también, atender a las relacio-
entender el cine en lo educativo, pues resulta ser nes de la película con la literatura o las artes, con la
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ideología o las mentalidades es un posible ejercicio «En nuestro tiempo -no hay que olvidar que
con el cine. Saber diferenciar donde está la ficción este artículo ya fue publicado en prensa quin-
ce años antes de la edición de este libro que
y donde empieza la realidad, así como ser espec-
aglutina textos con motivo del centenario del
tadores y que ello sea sinónimo de separar con la cine-, para seducir a otros públicos, no bas-
mirada, continúa siendo otro ejercicio para que se- ta con que los artistas tengan genio, belleza,
pamos/recordemos o no olvidemos que el cine es inspiración: es preciso colonizar previamen-
una industria de sueños y, en ocasiones, de menti- te el gusto del público y persistir en esta labor
colonizadora. (…).
ras. A todas luces, no estaría de más finalizar este
epígrafe haciendo alusión a la célebre frase del es- A esta labor se han dedicado desde hace mu-
chos años, desde la primera guerra mundial, y
crito anglo-irlandés Lawrence Sterne quien afirma
sobre todo desde que acabó la segunda, los es-
que las ciencias se pueden aprender de memoria pecialistas americanos de promoción. Han in-
pero la sabiduría no; algo que nos vale para rela- vertido en ella cantidades ingentes de energía,
cionar el cine con el conocimiento -motivo central de dinero y de talento. Han recibido, también
de este texto- pero siempre teniendo en cuenta el hay que decirlo, ayuda de las más altas esferas
del Estado. Y, en justicia, han cosechado los
propio bagaje cultural y la capacidad interpretati-
frutos» (Fernán Gómez, 1995: p. 50).
va del espectador. El cine funciona como un eje de
transmisión del conocimiento y el espectador se Como ya hemos aludido en párrafos ante-
ha de convertir en un hacedor activo para decodi- riores, la pantalla en ocasiones se atiende tan sólo
ficarlo y extraerle el mayor sentido y disfrute. como un entretenimiento y no la dimensionamos
con la categoría de documento. La mirada es efí-
El cine y su relación con las artes mera y evanescente pues no permitimos que se-
y las letras dimente más allá de nuestra retina el mensaje o la
intención de la cinta. Se trata de una mirada que
Lo que hace tiempo el gran cineasta español se diluye pues apenas es objetiva. Estamos ante
Fernando Fernán Gómez (1995: p. 50) llamó “la una manera de ser espectador que dista mucho de
colonización del gusto” ha generado una especie la analítica o reflexiva, de la activa o responsable.
de inquietud en los que, de una u otra manera, nos En este sentido, todo se inspira en pasar un buen
ocupa y preocupa esto del séptimo arte. No es sólo espacio de tiempo (frente a la pantalla) y luego ol-
la colonización del gusto en cuanto a los hábitos y vidar (o al menos lo planteamos como una expe-
costumbres que se extienden a través de la imagen riencia que se borra de la memoria, tal vez, por la
compartida y en movimiento del cine sino, tam- gran hiper saturación mediática). En este formato
bién, en relación con la representación del otro de consumo de cine, sin más, apenas hay tiem-
que nos hacemos a partir de los que se proyecta en po para la discusión o el debate. El hábito de ver
una pantalla. Y todo lo relacionado con las artes y una película y debatirla en un lugar neutro o en
las letras, pues no deja de ser una verdadera lec- la misma sala de proyección, se está perdiendo o
ción magistral de cohabitación. conforma parte del pasado donde cinéfilos bien-
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paliar este envite que persiste perpetuando al cine en cuanto a composición, color, luz, etc. De la fo-
a una mera anécdota de entretenimiento. Pues la tografía se atiende a la limitación que se deriva del
propuesta a modo de respuesta es bipartida: a) encuadre y, como ésta, es un recurso para centrar
atendiendo a una educación audiovisual que per- la atención. Del cine y las letras: de la poesía resal-
mita mirar y disfrutar; b) mirar a la pantalla con tamos un único aspecto relacionado con el ritmo
todos los sentidos, donde la razón no eclipse la ca- de la palabra; de la narrativa señalamos el doble
pacidad de emocionarse. juego que se establece en cuanto a la literatura
Con todo, la prohibición no es buena con- visual y a la narrativización del filme; del teatro
sejera ni tampoco ha de ser un adalid de nuestro atendemos a la vinculación tripartita que se es-
discurso. El proceso para contribuir a desenvol- tablece entre la exactitud en la descripción de los
vernos como buenos espectadores y espectadoras personajes y situaciones, el poder de los diálogos
pasa por incentivar la mirada, en el sentido estric- y, además, la capacidad interpretativa. Y, para fi-
to de estimular para que los sentidos y la razón se nalizar, con la música atisbamos el poder de evo-
acrecienten con la finalidad de que se aumente en cación, la capacidad narrativa… en un cine que
disfrute y aprendizaje. A la postre, estamos ante la nunca fue mudo, en todo caso silente, que contó
mirada que es, a la postre, un órgano en continua con la música como una aliada compartiendo éxi-
construcción, ya que a través del ojo vemos (y sen- tos y sumando en adeptos, tanto es así que llegó a
timos) y ello nos ayuda a comprender la realidad. concebir un género musical.
Estamos estimulando una manera de El cine: conocimiento o desconocimiento
aprender a disfrutar y a sentir la realidad con un
lenguaje en continua evolución para mejorar. Este Una pregunta imprescindible para conocer
lenguaje surge de un planteamiento sintético, don- el cine es hacerse preguntas sobre él. La mayoría
de se aúnan diferentes partes de otros lenguajes a de las veces, los cinéfilos, se conforman poseyen-
su propio discurso, y se nutre con el sincretismo, do un amplio conocimiento sobre lo relacionado
el cual le otorga sentido a las diferentes partes que con el apartado actoral, de dirección, con las fe-
integran este discurso, y todo ello inspirándose en chas de estreno y los diferentes argumentos de las
la contemporaneidad y fagocitando lecciones que películas. Pero infelizmente se obvian apartados
provienen desde la pintura a la fotografía, desde la que son imprescindibles para el conocimiento del
novela a la poesía… cine. Pues si algo lo diferencia de otras manifesta-
En este sentido, veamos algunos ejemplos ciones del siglo XX ha sido las posibilidades que
de correspondencia entre el cine y las artes: De la se derivan de su manipulación temporal, espacial
arquitectura hereda la capacidad que le habilita y de contexto que se puede llevar a cabo a través
en la procura del equilibrio y la buena disposición del montaje. Es por ello que definimos al montaje
entre las partes: euritmia. De la pintura, los dic- cinematográfico, de manera simple pero concisa,
tados de la pintura de caballete y su consecuencia como un recurso a través del cual en un mismo
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sólo una industria para el entretenimiento, como de vinculaciones estamos contribuyendo a realizar
nos han querido convencer a través de la pertinaz una interpretación sesgada del mismo que genera
repetición. El cine es, también, una importantí- igual que conocimiento, desconocimiento, de lo
sima máquina de ideologizar, en el sentido más que se ha venido llamado el séptimo arte.
estricto de infundir una determinada ideología (y Estamos ante un espectáculo sin prece-
entendiendo a la ideología como sinónimo de un dentes que convoca a un sinnúmero de personas
conjunto de ideas fundamentales que determina el llevadas por la inquietud de ver y escuchar sobre
pensamiento de una persona, colectividad o época una pantalla una historia que conmueva y les haga
y, por ello, configurando parte esencial de un mo- sentir. La oscuridad y en ambiente en semipenum-
vimiento cultural)… produciendo en el espectador bra invita a imaginar y romper con la dictadura
unos efectos de alienación o enajenación pero, de los márgenes de la pantalla y que esto sea, en
también, de lucidez y clarividencia. ocasiones, un acicate para migrar (siendo estricto
Pero además, el cine sin limitaciones e ins- en cuanto el hecho de abandonar un espacio para
pirado en el desconocimiento es un grandísimo ubicarse en otro, aunque a la sazón lo que se mue-
instrumento que incita al consumo (que deriva en ve sea la propia imaginación llevada por las imáge-
consumismo). No nos referimos tan sólo al con- nes envueltas en sonidos, músicas, ruidos, efectos
sumo de bienes materiales… sino, igualmente, al especiales y, como no podría ser menos, por las
ideológico o de modelos de vida, estimulando exa- propias palabras).
geraciones o falsos empoderamientos. Con todo, Estamos ante una experiencia única que
su desconocimiento propicia una mirada sesgada invita a que aquellas sombras en movimiento ad-
e inútil pues lo priva de otros enfoques que lo ha- quieran vida de verdad, pues existen en nuestras
cen, asimismo, interesante pues su capacidad de retinas. Es una falsa quietud que suscribe la vero-
informar y de formar puede quedar diluida por lo similitud y la iconicidad. Es más, tal vez, llevados
anteriormente enunciado. por la confortabilidad y la predisposición la propia
El cine del conocimiento pasa por redimen- emoción nos embauca y la ilusión nos involucra en
sionarlo como espectáculo y otorgándole carta de un juego de simpatías, antipatías, empatías o aem-
naturaleza al espectador como referente que par- patía (concepto que denota indiferencia). Insista-
ticipa de un trabajo colectivo como es el filme. Un mos una vez más en la relevancia del cine como
acto cercano a la antropología (en cuanto al estudio, encrucijada entre la educación y el conocimiento
en el amplio sentido del término, de la realidad hu- pero, a la vez, entre la imaginación y lo real… lle-
mana) y a la sociología (en relación con la manera vándonos a la apreciación de lo que no se proyecta
de funcionar las sociedades humanas) e, igualmen- en el cine no exista y que, sin duda alguna, el cine
te, a la psicología, a la educación, a la economía, etc. es un órgano en continua construcción... que jue-
pero siempre vinculándose a través del diálogo. Si ga con nuestros sentimientos y conforma nuestra
al cine no se redimensiona en todo este entramado manera de pensar, sentir y actuar.
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El cine puede que funcione como retrato de des. Una experiencia única, que se puede repetir
una sociedad, de una mentalidad y que persiga, pues el visionado así lo permite… pero en cada
entre sus muchas consignas, el desarrollo de sen- ocasión nuestra actitud cambia y eso lo enriquece
sibilidades que pueden contribución a la extensión aún más. Cada vez que se ilumina una pantalla se
de un pensamiento hegemónico y, por consiguien- abre un nuevo escenario educativo (y, tal vez, es-
te, anular la criticidad (entendámosla como la ca- temos ante un acto de creación de conocimiento o
pacidad de tener y generar criterio). Lógicamente, recreación del mismo). Cada vez que se le presta
este planteamiento homogenizante a partir del atención al cine, al diálogo con este medio audio-
pensamiento dominante se diluye con el conoci- visual contribuimos al aula sin muros (McLuhan,
miento y el desarrollo de actitudes responsables y M. y Carpeneter, E, 1981), permitiendo que la luz
activas ante el visionado de una película. Es por y la lucidez nos abra a otras realidades y siempre
ello que el cine es una experiencia única y singular auxiliadas por el diálogo, el análisis y la reflexión.
que juega con nuestros sentimientos, pues penetra
a través de nuestros sentidos. Tal como lo muestra Figura 1
la Figura 1 referida a las dimensiones del cine, Dimensiones del cine
este es más que un acto agradable, es una expe-
riencia onírica y empática con unos resultados de Se comparten
EMOCIONES
fascinación, disfrute y admiración, de aprendizaje, y se SENSIBILIZA
información y entretenimiento. Una experiencia vital y
mágica
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interdisciplinar para abordar el conocimiento. Asi- Fernán, F. (1995). Desde la última fila. Cien años de
mismo, posee una función innovadora y de comu- cine. Madrid: Espasa y Calpe
nicación que impulsa una mirada unidirreccional McLuhan, M. y Carpeneter, E. (1981). El aula sin mu-
(hacia la pantalla), biderrecional (con el profeso- ros. Barcelona: Laia
rado) y multidirreccional (entre el alumnado). Recomendaciones de Valencia (1997). 2ª Reunión In-
ternacional biología y sociología de la violen-
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la enseñanza de la orientación familiar. Enl@ce.
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