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INTRODUCCION:

Hace muchos años el comercio no existía porque tampoco existía el dinero; sin
embargo, las necesidades más apremiantes como son la alimentación, el vestido
y la habitación, si existían en los seres humanos, por lo tanto la falta
de dinero como medio de cambio, y la falta de mercados, en donde abastecerse
de productos, dieron por resultados que las personas empezaran a cambiar
entre sí unos bienes por otros dando lugar así a la operación llamada "trueque".

Actualmente una operación trueque es cuando se adquiere la propiedad de un


bien y se entrega otro en pago de su valor, o cuando más de la mitad del valor
del bien adquirido se paga mediante la entrega de otro bien y la menor parte se
paga en efectivo.
HISTORIA Y EVOLUCION DE LA LEGISLACION COMERCIAL EN EL PERU

En la más remota prehistoria, cuando los hombres se dedicaban a la caza y la


recolección, la producción de
excedentes era casi nula. Además,
por las características de sus
productos, esos excedentes no se
hubieran podido almacenar. Pero
desde las primeras actividades
productivas, el excedente permitió
emprender el hábito de
intercambiar productos.

La primera condición para que exista intercambio de bienes es la capacidad de


producir excedente. El excedente es una parte de la producción que no se
necesita consumir. Si una sociedad dispone de excedente, puede intercambiarlo
por algún producto que posea otra sociedad (y que tampoco necesita consumir).

Las primeras formas de comercio entre los hombres consistieron justamente en


el intercambio de productos mano a mano: lo que uno tenía y no necesitaba, se
cambiaba por lo que el otro tenía y no necesitaba. Esa forma de intercambio se
denomina trueque.

Las cosechas obtenidas eran mayores que la necesaria para la subsistencia de


la comunidad.

Ya no era necesario que toda la comunidad se dedicara a la agricultura, por lo


tanto parte de la población empezó a especializarse en otros asuntos, como la
alfarería o la siderurgia.

Por lo tanto, los excedentes de las cosechas empezaron a intercambiarse con


otros objetos en los que otras comunidades estaban especializadas.
Normalmente estos objetos eran elementos para la defensa de la comunidad
(armas), depósitos para poder transportar o almacenar los excedentes
alimentarios (ánforas, etc.), nuevos utensilios agrícolas (azadas de metal...), o
incluso más adelante objetos de lujo (espejos, pendientes, etc.).

Los pueblos que más se distinguieron en el comercio, perfeccionaron sus


sistemas de transportes terrestres y marítimos para llegar cada vez más lejos
con sus mercancías y traer consigo nuevos productos desconocidos en la región
de origen, los productores se preocupaban de mejorar la calidad de sus artículos
y los consumidores de encontrar nuevos medios de adquirir productos
indispensables para la subsistencia humana.

Monedas
Después del surgimiento del trueque va a aparecer la duda ¿un saco de papas
vale igual que una vaca? Entonces comienzan a buscar bienes de intercambio
universal (monedas). Como objetos de valor de intercambio.
Las primeras monedas fueron acuñadas con carácter oficial, en Lidia (hoy
Turquía), un pueblo de Asia Menor, aproximadamente en el año 600 antes de
Cristo, aunque su origen y uso provenía de muchísimos años antes.

Estas acuñaciones eran de oro y de plata y llevaban estampado el sello del león
del Rey. Luego comenzaron a acuñarse también en China y posteriormente en
Grecia, para ser adoptado luego, por todos los pueblos.

En países de Asia y África se usaron valvas de cauríes, Así, los objetos que
funcionaban como bienes de intercambio fueron haciéndose más pequeños y
fácilmente manipulables: collares hechos con caracoles o caparazones, barbas
de ballena, cocos, bolsitas con sal, unos moluscos, como monedas primitivas,
especialmente en China e India, unos 3.500 años antes. Los chinos usaron
monedas de hierro hacia el siglo IX a C., pero las reemplazaron por papel
moneda, pues eran muy pesadas.
Ferias

Mientras surge la moneda y se expande el comercio por otro lado se originan las
ferias.

En los primeros tiempos de la Edad Media la economía tuvo un carácter casi


exclusivamente agrícola. Recién a partir del siglo XI empezaron a renacer los
mercados, los centros urbanos y el comercio internacional.
A raíz de las Cruzadas aumentó el intercambio comercial entre las ciudades
italianas y el Cercano Oriente. Con el tiempo, la cantidad de bienes traídos de
Oriente llegó a ser tan grande que ya no pudieron ser consumidos por los mismos
italianos. Los mercaderes empezaron a cruzar los Alpes y a vender sus
mercaderías en los países del norte.

El comercio internacional se desarrollaba desde el este hacia el oeste. Las


exportaciones de China y la India eran llevadas a los puertos del Golfo de Persia
y del Mar Rojo. De ahí las caravanas de camellos y caballos partían a Alejandría
en Egipto o a los puertos de San Juan de Acre y de Jafa en Palestina. Allí las
mercaderías eran cargadas en los barcos y llevadas a las ciudades del norte de
Italia, a Venecia, Génova y Florencia.

Un segundo sistema de comercio internacional se desarrolló en los mares del


norte. Lana inglesa y paños flamencos eran llevados en barco por el Mar del
Norte y el Mar Báltico a los puertos escandinavos y bálticos donde eran
intercambiados por cueros, pieles, granos y madera.

Para la economía cerrada de las aldeas, sólo habían existido mercados locales,
donde los siervos de la villa podían vender semanalmente los pocos excedentes
de su producción agrícola y los productos de su industria doméstica. A raíz del
crecimiento del comercio internacional los señores feudales establecieron ferias,
que se celebraban una vez al año y donde se juntaban los comerciantes
provenientes de todas partes de Europa. Particularmente famosas eran las ferias
de la Campaña de Francia. El señor concedía su protección armada a la feria a
cambio de lo cual se le pagaba un tributo.
El aumento del comercio se relacionó con un aumento del uso de la moneda y
del dinero circulante. En las ferias algunos comerciantes se dedicaron a los
negocios de dinero: establecieron su banco para cambiar monedas; recibían
dinero en depósito y giraban letras de cambio para poder efectuar pagos en otras
plazas.

También prestaban dinero cobrando intereses. Esta práctica fue prohibida en un


comienzo por la Iglesia como usura. Mas con el tiempo se establecieron leyes
para impedir la usura y establecer una tasa justa de intereses.
Hacia finales de la Edad Media y principios del Renacimiento surgiendo en
Europa un nuevo concepto comercial: la banca. Una banca o banco era un
establecimiento monetario con una serie de servicios que facilitaban mucho el
comercio.

Los pioneros en esta área fueron cambistas que actuaban en ferias anuales y
básicamente se dedicaban a realizar cambios de moneda cobrando una
comisión. Estos cambistas fueron creciendo, hasta el punto que aparecieron las
grandes familias de banqueros europeas como los Médicis, los Fugger y los
Welser.
Otro de los servicios ofertados por los bancos era el transporte de dinero. Se
podía ingresar dinero en un establecimiento y después ir a otro establecimiento
del mismo banco y retirarlos, incluso entre países diferentes.

Este servicio en particular propició mucho el comercio internacional en ferias,


donde los comerciantes podían volver a sus países de origen sin que su dinero
corriera el peligro de ser robado por salteadores de caminos.
Más adelante aparecieron otros servicios bancarios que también ayudaron
mucho a desarrollar el comercio, como el papel moneda y la letra de cambio.

(La palabra banco deriva del vocablo germánico bank, que significa asiento. Al
parecer, el llamar bancos a las instituciones financieras proviene del hecho de
que, primitivamente, quienes se dedicaban al cambio de monedas se reunían en
lugares destinados a ese fin, adonde acudían los interesados y se sentaban en
bancos alrededor de una mesa.

La Edad Media estuvo contra el inicio del capitalismo al convertir en pecado el


cobro de intereses por dinero prestado. Con lo cual retrasó la caída de los
regímenes feudales y su reemplazo por economías burguesas; además, hizo de
los judíos los banqueros de Europa ya que los cristianos se iban al infierno por
prestar a rédito.

Pero el castigo al cobro de intereses por los préstamos, no impidió el surgimiento


de la vida urbana que son características de la aparición de formas de
capitalismo.
Al mismo tiempo de la expansión del comercio, las ferias y la banca renació la
vida urbana.

Muchas ciudades se formaron al pie de los muros de un castillo o al lado de un


palacio episcopal o de un convento. Otras se establecieron a orillas de los ríos,
las vías naturales del comercio.

En aquellos tiempos belicosos, las ciudades, al igual que los castillos, tuvieron
que rodearse de poderosos muros y fortificaciones. En el centro de la ciudad
había una plaza en que se celebraba el mercado semanal. A su costado se
elevaban la Iglesia, el palacio del ayuntamiento y las casas de los principales
gremios y de los patricios. Como el recinto urbano era reducido, las calles eran
estrechas y las casas angostas de varios pisos.

La vida urbana era muy distinta de la vida del campo y, por lo tanto, las ciudades
tuvieron que darse sus propias leyes y su propia organización.

El gobierno de la ciudad era ejercido por un Concejo Municipal, cuyos miembros


eran elegidos por las corporaciones. Solían pertenecer a las familias patricias,
esto es, las familias más antiguas y ricas.

El Concejo estaba presidido por un alcalde. El gobierno municipal cuidaba de la


defensa de la ciudad y de la seguridad pública, percibía los impuestos,
administraba el dinero municipal, nombraba a los jueces y jurados, administraba
las escuelas y los hospitales y fijaba la política económica.

En un comienzo las ciudades dependieron del señor en cuyo territorio habían


sido fundadas. A partir del siglo XI las ciudades se levantaron y, mediante
negociaciones y violentas luchas, obtuvieron gradualmente su independencia,
quedando sujetas directamente al rey.

Los impuestos que las ciudades pagaban al rey aumentaban su riqueza y, por lo
tanto, también su poder sobre los nobles. Las ciudades se convirtieron en aliados
importantes de los reyes en su lucha por consolidar el poder central y quebrar la
resistencia de la nobleza feudal.

El inicio del comercio despertó paralelamente al despegue de la vida urbana. Los


protagonistas fueron los mercaderes.

Este comercio interregional sufría de innumerables obstáculos, físicos como el


deterioro de las viejas vías romanas, otros humanos como los peajes que los
señores feudales cobraban a éstos por atravesar sus territorios, pero también el
ser asaltados por los bandidos.

Con la expansión de esta actividad comercial comenzó el desarrollo de las ferias.


Quiere decirse, encuentros de mercaderes en fechas prefijadas en lugares
señalados.
AUTONOMÍA DE LA LEGISLACION COMERCIAL

El derecho comercial es autónomo por que tiene sus propias normas entre las
cuales podemos citar

 el Código de Comercio de 1902,


 la Ley General de Sociedades contenida en la Ley 26887,
 la Ley de Títulos Valores contenida en la Ley 27287,
 la ley de bancos contenida en la ley 26702,
 la ley de mercado de valores,
 la ley general del sistema concursal,
 la ley de la empresa individual de responsabilidad limitada,

Entre otras, y también goza de autonomía por que existen cátedras dedicadas al
estudio del derecho comercial.

La autonomía de esta rama del derecho es muy conocida por lo cual es necesario
dejar constancia que no necesitamos profundizar en este tema a fin de no
desperdiciar esfuerzos en un tema que es muy conocido en el mundo del
derecho.

DIVISIÓN DE LA LEGISLACION COMERCIAL

El derecho comercial es de vital importancia porque sus normas regulan gran


parte de la actividad comercial, es decir, el derecho comercial abarca áreas del
derecho de mucha importancia, como las siguientes: derecho societario, derecho
cambiario o derecho caratular, derecho bursátil, derecho bancario, derecho
concursal, telecomunicaciones, marítimo, industrial, derecho de comercio
internacional, y otras áreas del derecho privado.

En tal sentido las normas del derecho comercial se encontraban agrupadas en


el texto original del Código de Comercio Peruano de 1902 del cual se han
desprendido muchas normas y han pasado a formar parte de otras ramas del
derecho conforme se detalla a continuación.

Las normas que regulan los títulos valores han pasado a formar parte del
derecho cambiario.
En el derecho cambiario la evolución de la legislación a partir del Código de
Comercio de 1902 ha sido la siguiente:

Primero se regulaban en el Código de Comercio algunos títulos valores,

Luego estas normas pasan a formar parte de la Ley 16587, la que posteriormente
es abrogada por la Ley de Títulos Valores vigente, contenida en la Ley 27287,
en la cual se agrupan todos los títulos valores existentes en el derecho
positivo peruano.

Las normas que regulan las sociedades han pasado a formar parte del derecho
societario. En el derecho societario la evolución de la legislación a partir del
Código de Comercio de 1902 ha sido la siguiente: primero se regulaban las
sociedades mercantiles en el Código de Comercio, y las Sociedades Civiles en
el Código Civil Peruano de 1936, luego las normas que regulan las sociedades
mercantiles pasan a formar parte de la Ley de Sociedades Mercantiles y
posteriormente se modifica dicha Ley, por lo cual se unifica dicha legislación en
el TUO de la Ley General de Sociedades aprobado por D.S. 03-85-JUS y
posteriormente es derogada por la ley General de Sociedades, contenida en la
Ley 26887, la cual se encuentra vigente.

Las normas que regulan la suspensión de pagos y las quiebras han pasado a
formar parte del derecho concursal.

LEGISLACION EMPRESARIAL

Frente a tal diversificación de las normas del derecho comercial es que nace
otra disciplina dentro del derecho a la cual se le denomina derecho
empresarial que desarrolla ramas del derecho como el derecho laboral, el
derecho tributario, el derecho societario, el derecho cambiario, el derecho
concursal, derecho penal de la empresa, derecho industrial, derecho aduanero,
entre otras ramas del derecho, que en la actualidad cada vez alcanza mayor
importancia.

Por lo cual es necesario precisar que el derecho comercial no tiene el mismo


campo de estudio que el derecho empresarial, ya que éste abarca al derecho
privado y algunas áreas del derecho público (por ejemplo el derecho penal
económico) y del derecho social, lo que no ocurre con el derecho comercial, ya
que éste último sólo abarca áreas del derecho privado.
LEGISLACION ECONÓMICO

Para Guillermo Cabanellas el derecho económico es la colección de reglas


determinantes de las relaciones jurídicas originadas por la producción,
circulación, distribución y consumo de la riqueza; y el mismo autor precisa que
como partes del mismo se consideran:

a) el derecho industrial,

b) e lderecho agrario, y

c) c) el derecho del trabajo o laboral.

Para Jorge Witker el derecho económico es el conjunto de principios y de


normas de diversas jerarquías sustancialmente de derecho público que inscritas
en un orden público económico plasmado en la Carta Fundamental, facultan
al Estado para planear indicativa o imperativamente el desarrollo económico y
social de un país.

Es decir, el campo de estudio del derecho empresarial no es el mismo que el


campo de estudio del derecho económico, sin embargo, son muy confundidos
por parte de los abogados y algunos autores.

RELACIONES DE LA LEGISLACION COMERCIAL

El derecho comercial es una rama del derecho privado que tiene sus propias
normas, sin embargo, en su aplicación se relaciona con otras ramas del derecho
conforme se detalla a continuación.

LA LEGISLACION COMERCIAL EN PERU

LA LEGISLACIÓN ANTERIOR AL CÓDIGO DE COMERCIO VIGENTE


El código de comercio de 1853 fue tomado al
código español de 1829 literalmente, al poco
tiempo se hizo sentir la necesidad de reemplazarlo
y siguiéndose el modelo de la legislación española
que conto con un nuevo código, el de 1885, se dictó
en el pero el código de comercio en 1902
promulgado de 15 de febrero que comenzó a regir
el 10 de julio del mismo año.

Al adoptarse el código de comercio español de


1885 como modelo de nuestro código de 1902, se
introdujeron algunas modificaciones por la
comisión reformadora y, en su oportunidad, por el
congreso.

CODIGO DE COMERCIO DE 1902 DEL PERU


El Código de Comercio de 1902, surgió como una necesidad de regular la
actividad del comerciante como persona natural dedicada a la actividad
mercantil. Es el principio y el fin del Código, y alrededor de él giran todas las
instituciones. Este Código, como ya lo señaláramos, basado fundamentalmente
en el Código Español de 1885, fue dado para una sociedad de pequeños y
medianos comerciantes que actuaban en forma personal, aun cuando se hacía
referencia a "compañías mercantiles o industriales que se constituyeran con
arreglo a este código".

En efecto nuestro código de comercio de 1902 aún vigente consta de 4 libros:

 Libro primero: de los comerciantes y del comercio en general


 Libro segundo: de los contratos especiales de comercio
 Libro tercero: del comercio marítimo
 Libro cuarto: de la cesación de pagos y de las quiebras

El código de comercio de 1902 se apoya en dos bases fundamentales: La


independencia de derecho mercantil frente al derecho civil y el sistema objetivo
para la acotación de la materia mercantil.

LEY DE TÍTULOS VALORES (LEY Nº 27287)

REGLAS GENERALES APLICABLES A LOS TÍTULOS VALORES

Título Valor.- Los valores materializados que representen o incorporen derechos


patrimoniales, tendrán la calidad y los efectos de Título Valor, cuando estén
destinados a la circulación, siempre que reúnan los requisitos formales
esenciales que, por imperio de la ley, les corresponda según su naturaleza. Las
cláusulas que restrinjan o limiten su circulación o el hecho de no haber circulado,
no afectan su calidad de título valor.

DE LOS TÍTULOS VALORES AL PORTADOR.- Título valor al portador es el


que tiene la cláusula "al portador" y otorga la calidad de titular de los derechos
que representa a su legítimo poseedor. Para su transmisión no se requiere de
más formalidad que su simple tradición o entrega.

La indicación del nombre de persona determinada en un título valor al portador


no altera la naturaleza de éste; ni genera obligaciones para aquélla, salvo que
se trate de una intervención para asumir alguna obligación.

DE LOS TÍTULOS VALORES A LA ORDEN.- Título valor a la orden es el emitido


con la cláusula "a la orden", con indicación del nombre de persona determinada,
quien es su legítimo titular. Se transmite por endoso y consiguiente entrega del
título, salvo pacto de truncamiento conforme a lo dispuesto en el último párrafo
de este artículo.

DE LOS TÍTULOS VALORES NOMINATIVOS.- El título valor nominativo es


aquél emitido en favor o a nombre de persona determinada, quien es su titular.
Se transmite por cesión de derechos. Estos títulos carecen de la cláusula "a la
orden" y si se consigna no lo convierte en título valor endosable.

LEY DEL MERCADO DE VALORES O MERCADOS BURSÁTILES

En particular, el mercado bursátil peruano tiene como principal pilar de su


estructura legal y de regulación a su propia Ley de Mercado de Valores, la cual
es producto del Decreto Legislativo N° 861 que entró en vigencia en diciembre
de 1996. Dicha Ley se encuentra diseñada en 14 Títulos más las
correspondientes Disposiciones Transitorias y Disposiciones Finales.

LAS RECIENTES MODIFICACIONES A LA LEY GENERAL DE


SOCIEDADES
El 6 de enero pasado se publicó en el diario oficial “El Peruano” el Decreto
Legislativo No. 1332, norma orientada a optimizar los procesos de asesoría y
asistencia técnica en la constitución de empresas a través de los Centros de
Desarrollo Empresarial calificados y autorizados por el Ministerio de la
Producción.

La norma busca fomentar la formalización empresarial reduciendo los costos de


constitución de empresas, al integrar a través de los Centros de Desarrollo
Empresarial los diferentes pasos necesarios para la constitución de una persona
jurídica para el desarrollo de actividades empresariales.

La sexta y sétima disposiciones complementarias finales de este Decreto


Legislativo modifican diversos artículos de la Ley General de Sociedades. Estas
modificaciones, aunque no están directamente relacionadas con la finalidad del
Decreto Legislativo en cuestión, sí parecen orientadas a facilitar la inscripción y
la representación de las sociedades constituidas por micro y pequeños
empresarios. A continuación presentaremos y evaluaremos estas
modificaciones legislativas.

El primer grupo de modificaciones se refiere al nombre de las sociedades y recae


específicamente en los artículos 9 y 10 de la LGS. Al respecto, se ha buscado
impedir que el registrador público, al evaluar la inscripción de una denominación
o razón social (o la inscripción de la reserva de preferencia registral
correspondiente), la observe por existir similitud con otra denominación o razón
social preexistente. Concretamente, la exposición de motivos del Decreto
Legislativo No. 1332 señala: “Se propone la modificación de los artículos 9 y 10
de la Ley No. 26887, Ley General de Sociedades, a efectos de suprimir la palabra
“semejante”, a fin de eliminar la discrecionalidad del registrador, al determinar el
registro de la Denominación o Razón Social y la Reserva de preferencia registral,
privilegiando la literalidad respecto de dichos actos”. De esta manera, el
registrador público solo debe limitarse a observar las inscripciones en materia de
denominaciones o razones sociales por causa de igualdad, descartando la
posibilidad de observaciones basadas en la semejanza.

Nuestra opinión es que la modificación era absolutamente innecesaria. Debe


tomarse en cuenta que, si bien el segundo párrafo del artículo 9 de la LGS
señalaba que no podía adoptarse una denominación o una razón social igual o
semejante a la de otra sociedad preexistente, la evaluación de la eventual
“semejanza” no correspondía al registrador público, sino al Poder Judicial. En
efecto, el quinto párrafo del artículo 9 de la LGS señala que el Registro Púbico
no inscribe a la sociedad que adopta una denominación o razón social igual (no
menciona los casos de semejanza) a la de otra sociedad preexistente, para
señalar a continuación que, en los demás casos de los párrafos anteriores (entre
los que se encuentran los casos de semejanza), los afectados pueden demandar
la modificación por el proceso sumarísimo ante el juez del domicilio de la
sociedad. En otras palabras, el propio artículo 9 excluye de la competencia
registral el tratamiento de supuestos de semejanza, los que deben ser discutidos
en la vía judicial. La competencia registral en materia de evaluación de
denominaciones y razones sociales ya estaba, antes de la modificación materia
de comentario, circunscrita a casos de igualdad.

La segunda modificación se refiere a la normativa sobre el objeto social, al


haberse agregado un tercer párrafo al artículo 11 de la LGS. Para comentar esta
norma, es conveniente transcribir íntegramente su texto, tal como ha sido
modificado:

“Artículo 11.- Objeto social

La sociedad circunscribe sus actividades a aquellos negocios u operaciones


lícitos cuya descripción detallada constituye su objeto social. Se entienden
incluidos en el objeto social los actos relacionados con el mismo que coadyuven
a la realización de sus fines, aunque no estén expresamente indicados en el
pacto social o en el estatuto.

La sociedad no puede tener por objeto desarrollar actividades que la ley atribuye
con carácter exclusivo a otras entidades o personas.

La sociedad podrá realizar los negocios, operaciones y actividades lícitas


indicadas en su objeto social. Se entienden incluidos en el objeto social los actos
relacionados con el mismo que coadyuven a la realización de sus fines, aunque
no estén expresamente indicados en el pacto social o en el estatuto”.

Cabe preguntarse cuál fue el objetivo de añadir un tercer párrafo a la norma que
no hace otra cosa que repetir el primer párrafo: como puede apreciarse, la
primera oración tiene ligeros matices de diferencia, mientras que la segunda
oración de ambos párrafos es idéntica.

La exposición de motivos del Decreto Legislativo No. 1332 señala que “…es
necesario que en la constitución de la empresa ésta tenga un objeto amplio que
no dando lugar a observación por el Registrador y que a su vez permita que el
empresario pueda con “posterioridad” determinar el giro del negocio, al tramitar
el Registro Único de Contribuyentes ante la Superintendencia Nacional de
Aduanas y Administración Tributaria-SUNAT”. Sobre esta base, parecería que la
intención del legislador fue permitir objetos sociales indeterminados, que
salvaguardarían a la sociedad de las observaciones registrales propias de un
sistema en el que se exige la determinación del objeto social y permitirían al
empresario determinar con posterioridad a qué negocios específicos se iría
dedicando la sociedad.

Como hemos manifestado anteriormente (ver nuestra columna del 25 de agosto


de 2014 en este blog), consideramos una opción legislativa adecuada descartar
la obligatoria determinación del objeto social. Ahora bien, si ésta fue la intención
del legislador, el texto del tercer párrafo añadido es muy poco feliz. Como hemos
señalado, se trata de una innecesaria repetición del primer párrafo que no se
aleja en forma alguna del mandato de determinación del objeto social.

La última modificación se refiere a los artículos 14 y 188 de la LGS, modificados


para añadir que el gerente general (o el administrador, en las formas sociales en
las que no corresponda el nombramiento de un gerente general) puede ejercer
una representación amplia de la sociedad que, salvo estipulación en contrario,
incluye la representación procesal (tanto en procesos judiciales como arbitrales),
representación amplia en materia de procedimientos administrativos, facultades
de disposición y gravamen de los bienes y derechos de la sociedad, pudiendo
celebrar todo tipo de contratos civiles, bancarios, mercantiles o societarios, así
como realizar cualquier tipo de operación sobre títulos valores.

Como puede apreciarse, la norma amplía las facultades inherentes al cargo de


gerente general, evitando así que, en aplicación del principio de literalidad, tenga
que incluirse una larga lista de facultades en los poderes que se otorguen al
gerente.

Esto facilita la labor de administración de la sociedad, ya que permite presumir


facultades expresas del gerente para todo tipo de acto jurídico. Se busca evitar
que los poderes del gerente tengan que mencionar expresa y específicamente
el acto en el que gerente general representará a la sociedad, evitando los costos
asociados a la inclusión de una muy larga lista de facultades de representación
y su actualización derivada de la emisión de nuevos dispositivos legales.

La norma evitará que la sociedad tenga que otorgar poderes específicos (con los
consiguientes costos de formalización e inscripción), por ejemplo, para una
operación factoring con un banco o el otorgamiento de una fianza si estas
facultades no fueron expresamente señaladas entre las facultades del gerente
general.

A la luz de la orientación del Decreto Legislativo No. 1332, relacionada con el


fomento y la simplificación de la operación de micro, pequeñas y medianas
empresas, consideramos que esta modificación es acertada. Es presumible que
en la mayoría de casos se quiera dar al gerente general poderes amplios para
todo tipo de procedimientos y actos jurídicos, por lo que tiene lógica establecer
como norma supletoria la presunción de dichas facultades. Nada obsta, por
cierto, para que se decida limitar dichas facultades en forma específica.

Las empresas medianas y grandes que tienen acceso a una asesoría legal
calificada de seguro continuarán estableciendo complejas estructuras de
poderes aplicables a varios tipos de funcionarios y apoderados, en las que
existan límites y controles específicos (límites monetarios, necesidad de doble
firma).
Cabe señalar, que al agregar el quinto párrafo al artículo 14 de la LGS, se copia
casi textualmente el cuarto párrafo (tal como dicho párrafo fue modificado por el
Decreto Legislativo No. 1071), por lo que pudo optarse por eliminar dicho cuarto
párrafo.

LEY DE LA EMPRESA INDIVIDUAL DE RESPONSABILIDAD LIMITADA

Por el Decreto Ley 21435 se promulgó la Ley de la Pequeña Empresa


de Propiedad Privada, con el objeto de promover su desarrollo y contribución
a la generación de empleo y riqueza en la economía nacional. En esta norma
se consideró a la Empresa Individual de Responsabilidad Limitada, como la
forma de organización empresarial con personería jurídica diferente a la de
su Titular, a fin de facilitar el eficaz desen- volvimiento de la Pequeña
Empresa.

Que esta forma empresarial ha sido debidamente reglamentada por el


Decreto Ley 21621 de fecha 14 de Setiembre de 1976, vigente hasta la fecha.

1. Definición y finalidad

La Empresa Individual de Responsabilidad Limitada es una persona


jurídica de derecho privados constituida por voluntad unipersonal, con
patrimonio propio distinto al de su Titular, que se constituye para el desarrollo
exclusivo de actividades económicas de la Pequeña Empresa.

2. patrimonio y capital inicial de la empresa


El patrimonio de la Empresa está constituido inicialmente por los bienes
que aporta quien la constituye. El valor asignado a este patrimonio inicial
constituye el capital de la empresa.

3. Responsabilidad de la empresa y del titular

La responsabilidad de la Empresa está limitada a su patrimonio. El titular


de la Empresa no responde personalmente por las obligaciones de ésta. En
todo caso su responsabilidad es limitada al monto total de sus aportes.

4. Titular de la EIRL

Sólo las personas naturales pueden constituir o ser Titulares de


Empresas Individuales de Responsabilidad Limitada. Para los efectos de la
presente Ley, los bienes comunes de la sociedad conyugal pueden ser
aportados a la Empresa, con- siderándose el aporte como hecho por una
persona natural, cuya representación la ejerce el cónyuge a quien
corresponde la administración de los bienes comunes.

5. Límites a titularidad y constitución de EIRL

Cada persona natural sólo puede ser Titular de una Empresa.


Recíprocamente, cada empresa sólo puede ser constituida por una persona
natural capaz y sólo puede ser trans- ferida a una persona natural capaz.

6. Denominación social

La Empresa tendrá una denominación que permita individualizarla,


seguida de las palabras “Empresa Individual de Responsabilidad Limitada” o
de las siglas “E.I.R.L.”

No se podrá adoptar una denominación igual a la de otra Empresa


preexistente.

7. Duración indeterminada y carácter mercantil

La Empresa cualquiera sea su objeto es de duración indeterminada y


tiene carácter mercantil.

8. Constitución de la empresa

La Empresa se constituirá por escritura pública otorgada en forma


personal por quien la constituye y deberá ser inscrita en el Registro Mercantil.

La inscripción es la formalidad que otorga personalidad jurídica a la


Empresa, considerándose el momento de la inscripción como el de inicio de
las operaciones.

9. Contenido de la escritura pública de constitución

En la escritura pública de constitución de la Empresa se expresará:

El nombre, nacionalidad, estado civil, nombre del cónyuge si fuera


casado, y domicilio del otorgante;

La voluntad del otorgante de constituir la Empresa y de efectuar


sus aportes; La denominación y domicilio de la Empresa;

El objeto, señalándose clara y precisamente los negocios y operaciones


que lo constituyen;

El valor del patrimonio aportado, los bienes que lo constituyen y su


valorización; El capital de la Empresa:

El régimen de los órganos de la Empresa;

El nombramiento del primer gerente o


gerentes; Las otras condiciones lícitas
que se establezcan.

10. Plazos para la inscripción

La constitución de la Empresa y los actos que la modifiquen deben


constar en escritura pública, debiendo inscribirse en el Registro Mercantil
dentro del plazo de treinta (30) días de la fecha de otorgamiento de la
respectiva escritura.

Los actos que no requieran del otorgamiento de escritura pública y que deban
inscribirse en el Registro Mercantil deberán constar en acta con firma
legalizada; deberá ser inscrita dentro del plazo de treinta (30) días de la
decisión del acto.

Habrá un plazo adicional de treinta (30) días para hacer las inscripciones en
el Registro Mercantil del lugar donde funcionen las sucursales.

11. Patrimonio inicial

El patrimonio inicial de la Empresa se forma por los aportes de la persona


natural que la constituye. El aportante transfiere a la Empresa la propiedad
de los bienes aportados, quedando éstos definitivamente incorporados al
patrimonio de la Empresa. Sólo podrán aportarse dinero o bienes muebles e
inmuebles. No podrán aportarse bienes que tengan el carácter de inversión
extranjera directa.

El aporte en dinero se hará mediante el depósito en un Banco para ser


acreditado en cuenta a nombre de la Empresa. El comprobante del depósito
será insertado en la Escritura de Constitución de la Empresa o en la de
aumento de su capital según el caso.

En los casos de aportes no dinerarios, deberá insertarse bajo


responsabilidad del Notario, un inventario detallado y valorizado de los
mismos. La valorización se hará bajo declaración jurada del aportante, de
acuerdo con las normas que dicte sobre el particular la Comisión Nacional
Supervisora de Empresas y Valores (CONASEV).

12. Órganos de la empresa

Son órganos de la
Empresa: El Titular; y

La Gerencia.

13. Órgano máximo: titular

El Titular es el órgano máximo de la Empresa y tiene a su cargo la


decisión sobre los bienes y actividades de ésta. Se asume la calidad de
Titular, por la constitución de la Empresa o por adquisición posterior del
derecho del Titular.

14. Función de la gerencia

La Gerencia es el órgano que tiene a su cargo la administración y


representación de la Empresa. La Gerencia será desempeñada por una o
más personas naturales, con capacidad para contratar, designadas por el
Titular.

La persona o personas que ejerzan la Gerencia se llaman Gerentes, no


pudiendo conferirse esta denominación a quienes no ejerzan el cargo en toda
su amplitud. El cargo de Gerente es personal e indelegable.

15. Titular que ejerce gerencia: Titular-gerente

El titular puede asumir el cargo de Gerente, en cuyo caso asumirá las


facultades, deberes y responsabilidades de ambos cargos, debiendo emplear
para todos los actos la denominación de “Titular-gerente”.

16. Atribuciones del Gerente.

Corresponde al gerente:

 Organizar el régimen interno de la Empresa;

 Representar judicial y extrajudicialmente a la Empresa;

 Realizar los actos y celebrar los contratos que sean necesarios para el
cumplimiento del objeto de la Empresa;

 Cuidar de la contabilidad y formular las cuentas y el balance;

 Dar cuenta periódicamente al Titular, de la marcha de la Empresa;

 Ejercer las demás atribuciones que le señale la Ley o le confiere el Titular.

17. Modificación de la escritura de constitución.

El Titular de la Empresa puede modificar en cualquier momento la


Escritura de Constitución.

Dentro de los quince (15) días siguientes a la inscripción de la


modificación de la Escritura de Constitución, el Registro Mercantil deberá
publicar un aviso indicando el nombre de la Empresa y la naturaleza de la
modificatoria.

18. Balance general y utilidades.

El Gerente está obligado a presentar al Titular, dentro del plazo máximo de


sesenta (60) días, contado a partir del cierre del ejercicio económico, el Balance
General con la cuenta de resultados y la propuesta de distribución de beneficios.

El ejercicio económico coincide con el año calendario. Como excepción, el primer


ejercicio se iniciará al momento de inscribirse la Empresa y terminará con

1) El año calendario.

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