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UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN MARTÍN

FACULTAD DE ECOLOGÍA
E.P. INGENIERÍA AMBIENTAL
DEPARTAMENTO ACADÉMICO DE CIENCIAS AMBIENTALES
MOYOBAMBA

TEMA:

LOS PRIMEROS AUXILIOS

INTEGRANTES:

Anthony Junior Panta Huamán

ASIGNATURA:

Actividad Física

CICLO:

Moyobamba, septiembre del 2018


PRIMEROS AUXILIOS
1. Primeros auxilios ante las lesiones más frecuentes

Durante nuestras clases e incluso en nuestra vida diaria, nos podemos encontrar
ante situaciones a las que debemos dar una respuesta rápida y una actuación
adecuada. A continuación propongo una serie de actuaciones básicas de las
técnicas de urgencia sobre primeros auxilios vitales que como docentes
debemos conocer y saber actuar ante ellos; estos son:

 Alteración de las funciones vitales. Con esto nos referimos


básicamente a la afectación de la respiración y la circulación sanguínea.
Ante esta adversidad comprobaremos en primer lugar el estado de
consciencia, la respiración y posteriormente la circulación. Existen dos
técnicas de recuperación:
o Técnica de reanimación cardiopulmonar básica (R.C.P.). Es una
maniobra que se realiza cuando el sujeto no respira, se encuentra
inconsciente y su corazón no late. Consiste en abrir las vías aéreas,
realizar insuflaciones y compresiones torácicas.
o Técnica del boca a boca: si el sujeto no respira mantendremos su
cabeza hacia atrás, cogeremos aire y a través de su boca
insuflaremos progresivamente dos veces.
 Obstrucción de las vías aéreas: el atragantamiento. En general se
produce con la comida o algún cuerpo extraño, puede quedar “encajado”
en la garganta, conllevando una obstrucción completa de las vías aéreas
o puede que no sea tan grave y la obstrucción sea incompleta. En este
caso se animará a que tosa con fuerza para expulsar el cuerpo extraño
que obstruye la vía aérea. Si se da el caso de mayor gravedad,
realizaremos la maniobra de Heimlich.
o De pie no colocamos detrás del accidentado, dándole un abrazo,
en esta posición se presiona con una mano cerrada y la otra
recubriendo la primera. Se debe apoyar el puño con el pulgar sobre
el abdomen y presionar hacia el centro del estómago, justo por
encima del ombligo y bajo las costillas de la persona.
 Hemorragias. Es la pérdida de una gran cantidad de sangre en un
período de tiempo corto, ya sea externa o internamente. Es conveniente
elevar la parte del cuerpo lesionada. La aplicación de hielo sobre y
alrededor de la herida disminuye la hemorragia al producir
vasoconstricción.
o Un caso muy común en nuestras clases es, la hemorragia nasal.
Para intentar cortar la hemorragia hay que hacer presión 5 cm. Por
encima de la nariz
 Heridas, cortes y pequeños rasguños. Una herida es una lesión que se
produce en el cuerpo. Puede ser producida por múltiples razones, aunque
generalmente es debido a golpes o desgarros en la piel. Ante esta
situación debemos tener a mano material de curas y lavarnos las manos,
para evitar contaminar la herida. En primer lugar la limpiaremos con agua
oxigenada, retiraremos los cuerpos extraños que pudiesen existir,
secaremos la herida con gasas y aplicaremos un antiséptico. Como
normal general dejaremos la herida al aire libre.
 Las quemaduras. Son lesiones producidas por varios factores, como son
el fuego, el calor, la electricidad o los líquidos hirvientes. Para atender a
personas con quemaduras, lo primero que hay que hacer, es retirarlos de
la fuente de calor, para después enfriar la zona afectada (con agua
preferiblemente). Si las quemaduras son muy severas, debemos tener
precaución, ya que, la ropa puede quedar adherida a la piel.
 Vendajes. Se realiza mediante una cinta o rollo de tela u otro material que
se puede enrollar alrededor de una parte del cuerpo de diferentes
maneras. En primeros auxilios se usan con diferentes finalidades, sujetar
el apósito de una herida, ejercer presión sobre una hemorragia,
inmovilizar zona afectada y cubrir quemaduras.
 Lesiones que afectan a las articulaciones. Esguinces y luxaciones.
o El esguince se produce al realizar un movimiento de la articulación
más allá de sus límites normales, lo que provoca un estiramiento o
desgarro de los ligamentos. Deberemos inmovilizar la articulación,
elevar la zona afectada y poner hielo.
o La luxación a diferencia del esguince, las superficies articulares
quedan separadas y se acompaña de desgarro o rotura de
ligamentos.
 Fracturas. Los huesos son muy resistentes, pero en determinadas
condiciones, ya sea enfermedad o golpe, pueden llegar a romperse. Hay
dos tipos de fractura: abierta y cerrada. Actuaremos ante una fractura
evitando que el accidentado realice nuevos movimientos (hay que
inmovilizar la zona fracturada, en la misma posición en la que nos la
encontremos) nos podemos servir de pañuelos, para realizar cabestrillos
o de férulas para inmovilizar de forma más compleja.
 Pérdida del conocimiento. Es cuando una persona es incapaz de
responder a otras personas y actividades. En cuanto el alumno note los
síntomas premonitorios, colocarle boca arriba con las piernas elevadas.
Tendremos que aflojar la ropa. Si existe pérdida de conocimiento, lo
colocaremos en posición de seguridad, manteniendo la apertura de las
vías aéreas. Evitaremos aglomeraciones en torno al afectado.
 Intoxicaciones. Se producen por exposición, ingestión, inyección o
inhalación de una sustancia tóxica. Las intoxicaciones accidentales o
voluntarias debidas al consumo de medicamentos son las más frecuentes
 Picaduras y mordeduras. Si un animal le muerde o le pica, atienda la
herida inmediatamente y lávela bien. De ser necesario, acuda a la
atención médica, sobre todo si es alérgico a algún tipo de picadura.

VENDAJES:
1. Conoce cuándo la herida requiere atención médica de
inmediato. Aunque la mayoría de las heridas de menor importancia pueden
vendarse con una curita y las heridas más moderadas con apósitos y
esparadrapos, algunas son demasiado graves como para tratarlas en casa.
Por ejemplo, las heridas que además presentan huesos seriamente
fracturados necesitan atención médica de inmediato, al igual que las lesiones
graves de los vasos sanguíneos que no dejan de sangrar
profusamente.[1] Las heridas en los brazos y las piernas que causan
adormecimiento o pérdida de la
sensibilidad por debajo de la
lesión pueden indicar daños a los
nervios, por lo que también deben
ser tratadas por un médico a la
brevedad.
 Si sufres una pérdida importante de
sangre, te sentirás débil y cansado
rápidamente (y tal vez llegues a
desmayarte). Así que debes
informarle de inmediato a alguien a tu
alrededor sobre la gravedad de tu
lesión para que se comunique con los
números de emergencia y consiga ayuda.
 Si presentas una herida profunda sobre la piel de tu abdomen, tus órganos
pueden haberse herido y estar sangrando internamente, por lo que, debes tratar
de llegar a un centro médico lo más rápido que puedas. Recuerda que debes
pedirle a alguien que te lleve o pedir una ambulancia, ya que podrías perder el
conocimiento.

2. Controla el sangrado. Antes de limpiar y vendar una herida, trata de


mantener el sangrado bajo control. Utiliza una venda (o un paño absorbente)
limpia y seca. Aplica presión suavemente sobre la herida para controlar el
sangrado. En la mayoría de los casos, la presión sobre la herida estimula la
coagulación de la sangre y el sangrado se detiene dentro de los primeros 20
minutos, aunque puede continuar goteando un poco hasta por 45
minutos.[2][3] Además, la venda o tela ayuda a evitar que las bacterias ingresen
en la herida y generen una infección. Para los casos más graves, puedes
improvisar un torniquete utilizando una corbata (o un pedazo largo de tela) y atar
un nudo justo por encima de la herida.
 Si el sangrado continúa incluso después de aplicar presión durante 15 o 20
minutos, es probable que la herida necesite atención médica de inmediato.
Continúa ejerciendo presión hasta llegar a un consultorio médico, una sala de
emergencia o un centro de urgencias.
 Si te resulta difícil controlar el sangrado, es probable que a la víctima le hayan
administrado disolventes, sanguíneos o presente problemas de coagulación
subyacentes. En estos casos, debes buscar un profesional médico para que la
atienda.
 Antes de entrar en contacto con la herida,
debes utilizar guantes médicos desinfectados
(si están disponibles). Si no cuentas con estos
guantes, debes envolver tus manos utilizando
algún tipo de barrera limpia (por ejemplo, una
bolsa de plástico o múltiples capas de tela
limpia). Debes utilizar tus manos para aplicar
presión directa sobre la herida solo como
último recurso, ya que el contacto con la
sangre puede transmitir enfermedades
infecciosas.
 Además, debes utilizar agua y jabón para desinfectarte las manos antes de hacer
contacto directo con la herida. De esta manera, reducirás al mínimo las
probabilidades de transferir bacterias desde tus manos hacia la herida expuesta.

Retira todos los residuos visibles. Si existen pedazos grandes de tierra, vidrio
u otros objetos incrustados en la herida, trata de eliminarlos utilizando unas
pinzas limpias. Primero debes enjuagar las pinzas en alcohol para ayudar a
prevenir la transmisión de bacterias u otros microbios.[4] Debes tener cuidado de
no incrustar las pinzas dentro de la herida para no causar más daño.
 Si estás tratando con una herida de bala, no escarbes alrededor de la herida ni
trates de sacar la bala; deja que los profesionales médicos se encarguen de eso.
 Si tienes problemas para eliminar residuos grandes del área de la lesión, debes
dejar esta tarea a los profesionales de la salud en lugar de tratar de retirarlos tú
mismo. Si retiras los residuos que se encuentran enredados en los vasos
sanguíneos, podrías hacer que la herida sangre más.
 Algunos expertos en primeros auxilios recomiendan esperar a eliminar todos los
residuos hasta después de haber lavado la herida. Si solo observas un poco de
suciedad o mugre, esta podría constituir la mejor manera de abordar la situación,
ya que al lavar la herida es probable que también elimines los residuos
pequeños.

Retira o corta la ropa que se encuentra sobre la herida. Para obtener un


mejor acceso a la herida una vez que el sangrado se encuentre bajo control,
debes retirar las prendas y joyas que se encuentren sobre el área de la lesión.
Debes realizar esto de tal manera que si el área de la herida se inflama, las
prendas ajustadas o las joyas no interfieran en el flujo de la sangre.[5] Por
ejemplo, si la herida sangrante se encuentra sobre la mano, debes retirar el reloj
pulsera que se encuentra por encima de la herida. Si no puedes retirar la ropa
que se encuentra alrededor de la herida, lo ideal es que la cortes utilizando tijeras
de punta roma. Por ejemplo, si estás tratando una lesión sobre el muslo, debes
retirar los pantalones o cortarlos lejos de la herida antes de limpiarla y vendarla.
 Si no logras mantener el sangrado bajo control, es probable que tengas que
rasgar la ropa o utilizar una correa para improvisar un torniquete con el que
puedas ejercer presión sobre las arterias por encima de la herida. Sin embargo,
los torniquetes solo deben utilizarse durante períodos cortos y en situaciones de
emergencia en las que está en riesgo la vida de la víctima, ya que el tejido
comienza a morir a las pocas horas debido a la falta de sangre.
 Una vez que retires la ropa para limpiar y vendar la herida, puedes utilizarla como
una manta improvisada para abrigar a la víctima y mantenerla caliente.

Enjuaga bien la herida. En el mejor de los casos, debes lavar la herida con una
solución salina durante al menos un par de minutos hasta que la veas libre de
suciedad y residuos. Lo ideal es utilizar una solución salina, ya que disminuye la
carga bacteriana y normalmente viene esterilizada cuando se compra en
paquetes. Si no cuentas con una solución salina, puedes utilizar agua del grifo.
Debes asegurarte de dejar correr el agua sobre la herida durante unos minutos.
Además, puedes utilizar el agua de una botella para este propósito o mantener
la herida bajo el grifo, si es posible. No utilices agua caliente. En su lugar, puedes
utilizar agua tibia o fría.
 Puedes adquirir la solución salina en el mercado.
 Algunos expertos recomiendan utilizar un jabón suave (por ejemplo, un
lavavajillas líquido suave de la marca Ivory) para dejar la herida lo más limpia
posible. Sin embargo, es probable que el jabón irrite el tejido lesionado.[6]
 Si limpias una herida cerca del ojo, debes tener mucho cuidado para que el jabón
no ingrese en el ojo.

PARTE 2: Vendar la herida

Busca la venda apropiada. Debes escoger una venda desinfectada (que aún
se encuentre dentro de su envoltorio) y del tamaño adecuado para la herida. Si
estás tratando un corte pequeño, es mejor que utilices una venda adhesiva (por
ejemplo, una curita). Sin embargo, si estás tratando un corte más grande, lo ideal
es que utilices un apósito más grande. Es probable que tengas que doblar o
cortar el apósito para que solo cubra la herida. Ten cuidado de no tocar la parte
inferior del apósito (el lado que se asentará sobre la herida) para reducir el riesgo
de infección. Si no cuentas con una venda adhesiva y deseas colocar un apósito,
debes dejar un poco de material adicional sobre los bordes para que el
esparadrapo no se adhiera directamente a la herida.
 Si no cuentas con apósitos ni vendas, puedes improvisar utilizando un trapo o un
pedazo de ropa limpia.
 Unta ligeramente un poco de crema antibiótica sobre la herida no solo para evitar
la infección, sino además para evitar que la venda (o el apósito) se adhiera
directamente a la herida.[9] Si la venda se pega a la herida, es probable que
genere más sangrado una vez que la retires.
 Las vendas en forma de mariposa sirven para mantener juntos los bordes de la
herida. Si cuentas con una de estas vendas, debes colocarla sobre el corte de
manera horizontal (en lugar de a lo largo) para juntar los bordes de la herida. [10]

Asegura el apósito y cúbrelo. Utiliza un esparadrapo resistente al agua y que


no se estire para adherir el apósito a la piel por todos sus lados. Asegúrate de
que el esparadrapo haga contacto con la piel ilesa y saludable alrededor de la
herida. Evita el uso de cinta industrial (por ejemplo, cinta adhesiva para tubos o
cinta aislante), ya que puede arrancar la piel cuando la retires. Una vez que el
apósito se pegue sobre la herida, debes cubrirlo por completo utilizando una
venda elástico limpia para proporcionar una mayor protección. Asegúrate de no
ajustar demasiado la venda, ya que puedes cortar la circulación hacia la herida
o cualquier otra parte del cuerpo de la víctima.
 Asegura la venda elástica externa utilizando pinzas de metal, imperdibles o cinta.
 Considera colocar una capa de plástico entre el apósito y la venda externa si
existe una gran probabilidad de que el área de la herida se moje. Además, la
capa de plástico proporcionará protección adicional contra las bacterias y otros
agentes infecciosos.
 Si la herida se encuentra sobre la cabeza o el rostro, es probable que tengas que
envolver la venda como si se tratara de un pañuelo y ajustarla lo suficiente para
que se mantenga en su sitio.[11]
Cambia el apósito todos los días. Debes reemplazar el apósito todos los días
para mantener la herida limpia y promover su curación. Si la venda elástica
externa se mantiene limpia y seca, entonces puedes reutilizarla. Si el corte es lo
suficientemente pequeño como para utilizar solo una curita, también debes
cambiarla a diario. Si tu apósito (o venda) llega a mojarse durante el transcurso
del día, debes cambiarlo de inmediato y no esperar hasta el día siguiente. Las
vendas y los apósitos húmedos promueven la infección, por lo que, siempre
debes tratar de mantenerlos limpios y secos. Si un apósito (o una curita) se
adhiere a una costra recién formada, debes remojarlo en agua tibia para ablandar
la costra y retirar el apósito con más facilidad.[12] Para evitar este problema,
puedes utilizar una venda antiadherente (si está disponible).
 Entre los signos de curación se encuentran los siguientes: reducción de la
inflamación, dolor reducido o nulo y formación de costras.
 La curación de la mayoría de las heridas se produce en unas pocas semanas.
Sin embargo, los cortes más profundos pueden tardar hasta un mes en sanar
por completo.[13]

Vigila la herida para detectar signos de infección. A pesar de los esfuerzos


por mantener la herida limpia y seca, a veces puede llegar a infectarse. Esto es
común cuando te cortas profundamente con algo oxidado o sucio o cuando te
muerde un animal o una persona. Entre los signos que indican que la herida está
infectada se encuentran los siguientes: aumento de la hinchazón y el dolor,
secreción o pus (amarillento o verdoso), piel roja y muy caliente al tacto, fiebre
alta y sensación de malestar general.[14] Si notas alguno de estos síntomas a los
pocos días de producida la lesión, debes acudir al médico de inmediato. Es
probable que te recete antibióticos u otros tratamientos para combatir la
infección.
 Si notas líneas rojas sobre la piel alrededor de la herida, puede ser indicio de
una infección en el sistema linfático (sistema que drena el líquido de los
tejidos).[15]Esta infección (linfangitis) puede ser potencialmente mortal, por lo
que, debes buscar atención médica de inmediato.
 Considera la posibilidad de aplicarte una vacuna antitetánica. El tétanos es una
infección bacteriana grave que puede desarrollarse a partir de una herida
infectada, en especial si esta se produjo con un objeto sucio. Si no te has
vacunado contra el tétanos en los últimos 10 años, debes consultar con tu
médico y ponerte al día con tus vacunas.

Consejos
 La mayoría de las heridas que necesitan puntos de sutura deben ser tratadas
dentro de las primeras seis a ocho horas después de que se produzca la lesión
para reducir el riesgo de infección.[16] Por lo general, las heridas sucias no se
cosen con el fin de evitar el riesgo de infección.
 Ten en cuenta que, si bien los resultados estéticos son importantes, no
constituyen la preocupación principal al momento de curar las heridas. Lo más
importante es evitar la infección.
 Las heridas con más probabilidades de infectarse son las que se producen por
punción. Por lo general, estas son causadas por un objeto puntiagudo que
ingresa a la piel (por ejemplo, agujas, clavos, cuchillos y dientes).

Advertencias
 Evita entrar en contacto con la sangre de la víctima para que no te infectes.
Siempre debes utilizar guantes de látex (si están disponibles).
 Debes vacunarte contra el tétanos cada 10 años. El tétanos es una infección
bacteriana grave que afecta el sistema nervioso, provoca contracciones
musculares dolorosas en la mandíbula y el cuello e interfiere con tu capacidad
para respirar.[17]
 Si te resulta difícil mantener el sangrado bajo control, debes buscar atención
médica de inmediato.

¿Cómo hacer un entablillado?


Una fractura es una urgencia muy común y puede ocurrir en cualquier parte del
cuerpo. Entablillar una fractura hasta que lleguen las asistencias médicas ayuda
a que el hueso sane de mejor manera y también ayuda a reducir el dolor. Lo más
importante a la hora de entablillar es no mover a la persona y se debe entablillar
en la posición en la que la hayas encontrado.

¿Qué hacer?

 Antes de nada evalúa la fractura. En caso de que la fractura perfore la piel


o haya sangrado no lleves a cabo el entablillado.
 Busca el material para poder hacerlo: Palos, suéteres, toallas, sábanas,
vendas, hilo, etc.
 Presiona el entablillado con cuidado alrededor de la fractura. no muevas
ni endereces el miembro
 Ata el entablillado en su lugar. Al menos debes colocar un amarre arriba
y abajo de la fractura nunca sobre ella. Aprieta lentamente hasta que quede bien
agarrado.
 Pide ayuda y acompaña a la víctima hasta que lleguen las asistencias.

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