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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular Para la Educación

Universitaria de Ciencia y Tecnología

Instituto Universitario de Tecnología “Los Andes”

Rubio- Estado - Táchira

El Alzheimer
(ENSAYO)

AUTORAS:

Barajas Esther

CI: 20.618.119

Clemens Francys

CI: 26.760.197

TUTOR:

Mendoza Darwin

Octubre, 2018
Los trastornos de la memoria en las personas mayores, no son normales y
siempre deben ser considerados como un síntoma de deterioro. Debemos tener
en cuenta que la expresión clínica de cualquier Demencia es a través del
compromiso de la Funciones Cognitivas. Todas estas enfermedades son un
problema para el paciente, las familias, la sociedad y la Salud Pública. Entre estas
patologías las Demencias y en particular la Enfermedad de Alzheimer, es una de
las más comunes que son adquiridas por el adulto mayor o en casos muy raros
en personas de edad media.

La Enfermedad de Alzheimer es una Encefalopatía Degenerativa Primaria


(sin causa conocida). Se caracteriza por la presencia de trastornos de memoria
iniciales y típicos, que comienzan de manera insidiosa y evolucionan
progresivamente. La enfermedad de Alzheimer tiene un pico de aparición
(incidencia) creciente a partir de los 70 años de edad. Es relativamente rara por
debajo de los 65 años, aunque hay casos descritos con inicio, excepcionalmente
atípico, en la juventud. El hecho de que afecte más a ancianos ha igualado
erróneamente envejecimiento a enfermedad de Alzheimer. No todos los ancianos
sufren Alzheimer, ni la enfermedad de Alzheimer ocurre solamente en ancianos.
El hecho de que haya enfermedades con una diana etaria preferencial no es algo
raro: hay enfermedades que solamente ocurren en la edad infantil, algunas que
ocurren con la madurez.

La enfermedad de Alzheimer produce una degeneración neuronal que afecta


principalmente a neuronas altamente especializadas encargadas de realizar las
funciones que más nos caracterizan como seres humanos. De hecho, la
enfermedad de Alzheimer como tal parece propia de los seres humanos. Se han
descrito cambios conductuales en animales de compañía ancianos, pero las
alteraciones en sus cerebros no son parecidas a las de la enfermedad de
Alzheimer. Hay que tener en cuenta que los humanos somos los mamíferos
terrestres con la mayor longevidad media.

Existen distintos tipos de Demencia, la Enfermedad de Alzheimer es la forma


más frecuente con un 50 – 70 % del total de los casos, seguida por la Demencia
Vascular con 20 – 25 % del total de casos, y luego por la Enfermedad por Cuerpos
de Lewy con 10 – 20 % de los casos. Una Demencia es un síndrome clínico, de
comienzo insidioso y evolución progresiva, que implica una Declinación Cognitiva
desde un nivel previo más alto de funcionamiento, manifestado por deterioro de
varias funciones cognitivas (memoria, función ejecutiva, lenguaje, funciones
visuo-espaciales, habilidades psicomotoras, conductas).

Por otro lado, este deterioro deberá ser lo suficientemente severo como para
interferir con las actividades de la vida diaria (instrumentales y básicas). Las
Demencias son secundarias a una Encefalopatía, para hacer el diagnóstico debe
descartarse la presencia de trastornos de conciencia, síndrome confusional y
psicosis. Si bien la gran mayoría de las Demencias se observa en mayores de 60
años, vale la pena mencionar la existencia de procesos de deterioro cognitivo en
el joven (menor de 50 años), vinculados a daño cerebral traumático, al consumo
de alcohol y de sustancias, al VIH y a enfermedades neurodegenerativas.

Así mismo, Se estima que se produce por una combinación de susceptibilidad


genética sumada a la exposición a factores ambientales, donde interactúan
factores de riesgo y factores protectores, en una ventana temporal prolongada y
con efecto diferentes de acuerdo a la carga genética. Desde el punto de vista
genético, casi la totalidad de los casos son de origen esporádico y solo un 5% se
deben a formas familiares, de las que no hay casos descritos en el mundo. El
mayor factor de riesgo para desarrollar Enfermedad de Alzheimer es la edad a
mayor edad, mayor riesgo de presentar la enfermedad.

Estudios epidemiológicos y observacionales han identificado otros factores


de riesgo dentro de los que se destaca el bajo nivel escolar, la presencia del Alelo
E4 de la lipoproteína E (ApoE4) y el sexo femenino. Los datos en relación al
riesgo por presencia de casos familiares son controversiales y para algunos
autores solo aumentaría escasamente el mismo. Sin embargo, los estudios
también han demostrado factores protectores, sobre todo asociados al control de
factores de riesgo vascular (HTA, diabetes) y al estilo de vida: ejercicio regular,
pertenencia a redes sociales integradoras, actividad intelectual novedosa,
desafiante y alimentación en base a dieta mediterránea; En estos estudios
poblacionales, se ha observado que el uso de algunos medicamentos actúa
asimismo como factor protector para el desarrollo de Enfermedad de Alzheimer:
estatinas, antiinflamatorios no esteroideos, estrógenos en mujeres, entre otros.

Típicamente, la enfermedad del Alzheimer progresa lentamente en tres


etapas: Temprana (leve), Moderada (Intermedia) y avanzada (Severa); Dicha
enfermedad se agrava con el tiempo, pero el curso de la enfermedad en cada
persona es diferente .Después del diagnóstico, quienes padecen de la
enfermedad de Alzheimer viven un promedio de cuatro a ocho años. Sin
embargo, algunos pacientes pueden vivir hasta 20 años; esta evolución va a
depender del tratamiento y los cuidados que se le brinden a la persona afectada
y del apoyo familiar que lo pacientes reciban. Los cambios en el cerebro debido
al Alzheimer empiezan años antes de los primeros síntomas, esta etapa del
tiempo la cual puede durar años se le refiera como enfermedad de Alzheimer
preclínico. Las siguientes etapas proveen un guía general de como las
habilidades cambian en cuanto los síntomas empiezan a aparecer.

Ahora bien, La etapa temprana es posible que la persona con la enfermedad


de Alzheimer funcione independientemente Tal vez aun pueda conducir, trabajar
e involucrarse en actividades sociales ; a pesar de esto la persona puede sentir
que está experimentando lagunas de memoria, como olvidar palabras conocidas
o la colocación de objetos comunes en la vida cotidiana. La familia, lo amigos o
los colegas empiezan a notar dificultades. Durante una entrevista médica
detallada el medico puedes detectar problemas con la memoria o las
concentraciones; algunas dificultades comunes incluyen: Primero, problemas
para acordarse de la palabra o nombre correcto; problemas para recordar el
nombre de una persona luego de haber sido presentada; mayor desafío en
realizar tareas en entornos sociales; olvidar textos que acaban de leer; perder o
poner fuera de lugar objetos comunes y dificultad para planear u organizar.

Por consiguiente, la etapa moderada del Alzheimer típicamente en la más


larga y puede durar varios años. A medida que la enfermedad progresa los que
padecen del Alzheimer requieren un nivel de cuidado más alto. Se puede notar
que la persona confunde las palabras, tiene dificultades para abotonarse una
camisa, se siente frustrada o enojada, o actúa de manera desconcertante como
por ejemplo , negarse a bañarse .Los síntomas que comenzaron a manifestarse
en la etapa temprana ahora se vuelven más notorios y pueden incluir :Perdida de
la memoria de su propia vida personal ; tener un carácter alterado o introvertido
especialmente en situaciones desafiantes a nivel social o mental ;Perder la
capacidad de recordar su propia dirección o número de teléfono ; confundirse de
donde esta o que día es ; perder el control de esfínteres al orinar o la deposición;
cambios en los patrones del sueño; desorientarse y extraviarse .

Por último, la etapa avanzada o severa la cal es la etapa final de la


enfermedad donde la persona pierde la capacidad de responder al entorno,
sostener una conversación y, finalmente, controlar el movimiento. Las personas
aún pueden decir palabras o frases pero comunicar el dolor se vuelve muy difícil.
De manera que la memoria y las destrezas cognitivas continúan a disminuir, es
posible que se presenten cambios significativos en la personalidad y que las
personas necesiten un nivel considerable de ayuda con las actividades
cotidianas. En esta etapa, la persona puede: requerir ayuda las 24 horas del día
con actividades y para el cuidado personal cotidiano; perder la conciencia de
experiencias recientes así como de su entorno ; cambios en las habilidades
físicas incluyendo caminar, sentarse y tragar ; mayor dificultad para comunicarse
y ser crecientemente vulnerable a infecciones, especialmente la neumonía .

Por otro lado, el Alzheimer tiene diferentes síntomas que se manifiestan de


acuerdo a la gravedad de la enfermedad en la cual incluyen los síntomas:
cognitivos, en los que afectan la memoria, la conciencia, el lenguaje, el
discernimiento y la capacidad para organizar y llevar a cabo otros procesos de
pensamiento. Así mismo, los síntomas conductuales que son un grupo de
síntomas adicionales que se producen al menos en algún grado en muchas
personas con la enfermedad del Alzheimer. En las primeras etapas las personas
pueden experimentar cambios de personalidad como irritabilidad, ansiedad o
depresión ;en etapas posteriores los individuos pueden desarrollar trastorno del
sueño tener impulsos deambulatorios(Agresión física o verbal, angustia
emocional en general, impaciencia, romper papel o gritar), delirios(creer en cosas
que no son reales) o alucinaciones(ver, oír o sentir cosas que no están allí).

No obstante, una vez realizado el diagnóstico, es importante comunicarle el


mismo a la familia y brindarle información sobre la enfermedad de acuerdo al
estadio en que se encuentre el paciente. Con el conocimiento de los síntomas,
de la evolución y de las posibles complicaciones que pueden aparecer, la familia
se podrá mostrar mucho más comprensiva y continente con el paciente y sus
síntomas. La psicoeducación de la familia y cuidadores colabora efectivamente
en el tratamiento del paciente. De acuerdo al estadio, se deberán discutir medidas
de protección del demente (manejo financiero, conducción vehicular, orientación
topográfica, posibilidad de fugas, etc.), de su familia y estimular los factores
protectores (ejercicio, actividades no físicas, etc.). Lamentablemente, distintos
fármacos ensayados para neuroprotección (vitamina E21, gingko biloba22), no
han demostrado eficacia en ensayos clínicos controlados.

Por otra parte, el tratamiento farmacológico actual de la Enfermedad de


Alzheimer se realiza en base al hecho fisiopatológico de la reducción de
acetilcolina cortical. Se utilizan inhibidores de la acetilcolinesterasa central
(donepecilo, rivastigmina y galantamina), que permiten un mayor tiempo de
acción de la acetilcolina en la sinapsis. Los tres comparten el mecanismo central
de acción (la inhibición de la acetilcolinesterasa central), con algunos detalles
para cada uno. La rivastigmina, además de inhibir la colinesterasa central, inhibe
a la butiricolinesterasa, enzima con acción similar a la acetilcolinesterasa y la
galantamina tiene una acción moduladora pre-sináptica de la liberación de
acetilcolina. Los tres tienen un perfil similar de efectos secundarios en los que
incluye: nauseas, vómitos, anorexia y diarrea que puede ocasionar pérdida de
peso y también puede presentarse calambres.

Por último, este grupo de fármacos comparte las acciones terapéuticas y son
dosis-dependientes: a mayor dosis, más efecto. Mejoran la funcionalidad y las
actividades de vida diaria, así como aspectos conductuales de la enfermedad,
dilatando su aparición y reduciendo su intensidad, todo lo que redunda en una
mejoría de la calidad de vida del paciente y del cuidador, disminuyendo la carga
sobre este. La mejoría de los trastornos cognitivos es modesta. No hay estudios
que comparen estos fármacos entre sí. Los tres fármacos tienen escalamiento de
dosis o pasos de titulación al inicio del tratamiento.

En conclusión, El hecho de que las personas que padecen la Enfermedad de


Alzheimer se enfrenten diariamente a la pérdida progresiva de la capacidad para
llevar a cabo las actividades habituales de la vida cotidiana, tiene un efecto
importante sobre la calidad de vida de los pacientes y de sus familiares. Si bien
muchos pacientes con enfermedad de Alzheimer viven en geriátricos la mayoría
son cuidados por sus familias en el seno de la comunidad. A medida que los
pacientes se hacen menos independientes, recae una
mayor responsabilidad sobre el cuidador, quien a su vez está expuesto a un alto
riesgo de enfermedades físicas y psicológicas. Por todos estos motivos es una
necesidad real e imperiosa capacitar al personal de enfermería en esta área
para poder hacer frente a esta pesadilla a la que cada día se enfrentan nuestros
ancianos y lógicamente todos sus familiares.

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