Whitepaper

Recuperar un óptimo metabolismo cerebral

Natura Foundation
P.O. Box 7279
NL-3280 AB Numansdorp
Paises Bajos
+31 (0)186 577 155
info@naturafoundation.com
www.naturafoundation.es
© Edición enero de 2016, Bonusan BV, Numansdorp.
La información en este “Whitepaper” está destinada únicamente a profesionales. Este Whitepaper no es
adecuado para los consumidores y en ningún caso debe ser puesto a disposición de los consumidores.
Recuperar un óptimo
metabolismo cerebral
| André Frankhuizen

De acuerdo con la Pirámide de Alimentos
de 2016, necesitamos comer pescado sólo
una vez por semana. Anteriormente, se
recomendaba dos veces por semana. En aquel
entonces, esta recomendación era seguida por
sólo el 14 por ciento de los holandeses.
Si nos fijamos en la nueva pirámide, se podría
decir que ahora el 28 por ciento sigue esta
recomendación. Por supuesto, ese porcentaje
no nos dice mucho. Y, aun sigue siendo muy
bajo. Es esta una razón para preocuparnos por
nuestro metabolismo cerebral?

Cada vez más investigaciones demuestran la importancia

de una nutrición equilibrada para nuestro cerebro. Esto
se aplica en particular a los llamados ácidos grasos EPA
y DHA del pescado y los nutrientes cerebrales selectivos
como el hierro y el yodo. Si no recibimos suficiente de estos
nutrientes, esto obstaculiza el camino hacia una salud
mental óptima. Esto permite que ocurran problemas de
atención, de concentración, de conducta y algunos otros,
como demostraremos en este trabajo.

Pero ¿cómo es que nuestros cerebros son tan dependientes

de los ácidos grasos del pescado? ¿Por qué no funcionan
igual de bien con la carne, las patatas o el “gravy”? Para
obtener respuestas, tenemos que echar una mirada a la
ciencia que estudia nuestra evolución: la paleoantropología.
Cada vez es más evidente que no éramos cazadores-re-
colectores en la sabana, sino más bien pescadores-reco-
lectores a lo largo de las costas. En este documento usted
puede leer lo que esto significa para la prevención y el trata-
miento de los trastornos de atención de forma que pueda
guiar con mayor éxito a su cliente en el camino de regreso
hacia un óptimo metabolismo cerebral.

Whitepaper | 3
Contexto evolutivo de nuestra necesidad de

ácidos grasos
Hace aproximadamente 2 millones de años, los cerebros de nuestros antepasados
experimentaron un punto de gran crecimiento. Acerca del por qué, hay diferentes
teorías, pero una teoría relativamente nueva reúne muchos puntos de vista de los
últimos veinticinco años en una perspectiva convincente. La conclusión a partir
de ésta es que sin grandes cantidades de pescado y mariscos, nunca habríamos
llegado a ser tan inteligentes actualmente.

¿Quién no conoce las imágenes de cazadores prehistóricos

cubiertos con pieles de animales atacando juntos a su
Homo sapiens
presa? Mucha gente va a pensar en ellos cuando escuchen
la palabra “nutrición primitiva”. Tal vez uno pueda concluir
entonces que anteriormente debemos haber estado
acostumbrados a comer mucha carne. Pero entonces, ¿de Homo neaderthalensis
dónde vienen los pescados y mariscos? Después de todo,
estos no se encuentran en la sabana.

De acuerdo al investigador Cunnane, el punto de gran Homo erectus

crecimiento de nuestro cerebro no tuvo lugar en la sabana

africana, sino más bien en el entorno de mares, ríos y
lagos (Cunnane y Stewart, 2010). Sostiene que la sabana Homo habilis
carecía de suficientes nutrientes de calidad para nosotros. El
potencial de crecimiento ya estaba presente, pero según él,
el crecimiento acelerado del cerebro sólo era posible dentro
Australopithecus
del entorno de tierra-agua. En el momento crucial éramos
pescadores-recolectores antes que cazadores-recolectores

Sahelanthropus
“El continuo aumento del tamaño
del cerebro humano se basa cranial
capacity
en un aumento de la cantidad
y calidad de los recursos Homo sapiens
1500 cm3

alimentarios.” Homo neaderthalensis

— S.C. Cunnane

Aumento del tamaño de nuestro cerebro

Desde ya muy atrás en nuestra evolución parecía que
nuestro cerebro tenía la capacidad para aumentar. 1000 cm3

Un aumento muy ligero ya se puede apreciar entre el Homo erectus

Sahelanthropus y el Australopitecos (ver foto), los cuales
Australopithecus

vivieron respectivamente hace 7 y 4 millones de años.

Sahelanthropus

H
om
o

A partir de estudios dentales y esqueléticos se muestra que

ha
bi
sli

los australopitecos comían especialmente frutas, verduras,

500 cm3
nueces, semillas, tubérculos y carne. Básicamente no era
comida “mala”, pero al parecer no lo suficientemente rica
en nutrientes que son necesarios para el dramático creci- -7 -6 -5 -4 -3 -2 -1 0
miento del cerebro que se ve a partir del Homo Habilis. -1.7 -0.7
millions of years ago

4 | Natura Foundation
Hay algo que sucedió en el ínterin permitiendo que el
potencial de crecimiento se utilizara mucho mejor. El Homo
Habilis y el Homo Sapiens vivían en la frontera entre la tierra
y el agua, de esto también hay cada vez más evidencia
arqueológica (entre otros, Walter, 2000 y Marean, 2007).
Debido a que los cerebros de estas especies eran mucho
más grandes, evidentemente ellos reunían condiciones
para un crecimiento acelerado del cerebro mejores que
sus parientes más cercanos. Aquellos vivían en la sabana y
ahora están extintos. Pero entonces ¿cuáles eran exacta-
mente las condiciones para el crecimiento del cerebro?
Condiciones para el crecimiento del cerebro
La investigación de Cunnane, Muskiet, Kuipers y otros da
una buena visión general de las condiciones básicas para el
crecimiento del cerebro:
• La predisposición genética de los cerebros con
potencial de crecimiento
• Una acumulación de cambios no adversos en el
tamaño del cerebro, la forma y el funcionamiento
• Un ambiente de vida relativamente estable y protegido,
sin grandes depredadores
• Una dieta suficiente y rica en energía como para el
aumento de la demanda de energía del cerebro
• Una fuente diaria confiable de ácidos grasos de
pescado y nutrientes cerebrales selectivos
Basado en Cunnane y Stewart, 2010
El ambiente que mejor cumple con estas condiciones, es
el ambiente tierra-agua. Con una nutrición adecuada, un
entorno estable, donde no hay enemigos naturales y con un
cerebro en crecimiento, el hombre se puede permitir el lujo
de distraer su atención de la supervivencia y centrarse en el
deporte, el juego, la creatividad y la relajación. Es también en
esta época que se hacen los primeros petroglifos y figuras
femeninas voluptuosas. Todo parece indicar que a partir de
ese momento el hombre no es sólo un hombre que “piensa”,
Homo Sapiens, sino que también es un hombre que “juega”,
Homo Ludens.
“El aumento de la vulnerabilidad que es inherente al proceso de
crecimiento del cerebro muestra que el crecimiento del cerebro y un
aumento del potencial cognitivo no eran en sí mismos ni objetivos
evolutivos ni soluciones para los problemas de la supervivencia.”
— Cunnane
Vulnerabilidad cognitiva
Si hemos de creer a Cunnane, nuestro cerebro aumentó
de tamaño porque podía, no porque había una necesidad
evolutiva. Sólo más tarde resultó que esto produjo beneficios
en los campos tecnológicos y culturales. Pero la falta de una
necesidad evolutiva también ha dado lugar a que nuestros
cerebros sean vulnerables al retraso en el desarrollo si no
se cumplen los requisitos básicos para el crecimiento del
cerebro. Entonces la pregunta es ¿cuál de estas condiciones
está trabajando actualmente para nuestra desventaja.
La predisposición genética y las mutaciones no perjudiciales
permanecen, al menos por ahora, como un hecho de nuestra
biología. La mayoría de los occidentales viven en un entorno
protegido, sin grandes enemigos naturales. Asimismo,
una dieta rica en energía es más la regla que la excepción.
Pero ¿qué pasa con los ácidos grasos del pescado?
Fuente confiable de ácidos grasos de pescado
En el año 2016 sólo un máximo de una cuarta parte de
todas las personas alcanzaron la cantidad recomendada
de pescado (CBS, 2015). Por esto, es aun cuestionable si
esta recomendación se ajusta a las necesidades reales de
nuestros cerebros. ¿Cómo va a funcionar nuestro cerebro
cuando no tengamos más una fuente diaria de ácidos
grasos de pescado? ¿Qué nos va a ocurrir cuando la calidad
de los alimentos deje paso a la cantidad? ¿Qué tan creativos
seremos cuando “vivir” se transforme de nuevo en “sobre-
vivir”? ¿No perderemos entonces una parte de nuestra
humanidad? En las siguientes secciones demostraremos
que debemos comer comida de la misma calidad que
nuestros antepasados para poder seguir cosechando los
beneficios de un acelerado crecimiento de nuestro cerebro.
Whitepaper | 5
La importancia de los ácidos grasos

omega-3
Los ácidos grasos omega-3 determinan la calidad de las membranas
celulares de las células del cuerpo, incluyendo las del cerebro.
Mientras mejor cuidemos estas membranas, mejor podrán hacer su
trabajo. Esto se aplica, por ejemplo, en el campo del procesamiento
de estímulos en las células nerviosas. Además, la proporción entre
ácidos grasos omega-6 y omega-3 es también de importancia.

La proporción ideal de ácidos grasos omega-6 y omega-3 es
de 5: 1, o incluso hasta de 1: 1. Los ácidos grasos omega-6
los recibimos, en forma de ácido araquidónico, en gran
medida a través de, por ejemplo, los aceites vegetales, la
carne y productos elaborados. Los ácidos grasos omega-3
deben ser extraídos principalmente del pescado. Debido a
que consumimos muchos aceites vegetales y poco pescado,
la relación entre los ácidos grasos omega-6 y omega-3 en
la dieta occidental es de cerca de entre 15 y 25: 1. Esta
proporción promueve la inflamación y es una causa principal
del aumento de las enfermedades relacionadas con la
inflamación.
Para restaurar la proporción, uno debe comer más pescado y
reducir drásticamente la ingesta de ácidos grasos omega-6.
Esta reducción requiere de mucho esfuerzo por parte del
consumidor, en parte porque estamos acostumbrados a
simplemente poder comprar de todo en las tiendas y a
menudo las alternativas deben ser buscadas con dificultad.
Además, no parece que vamos a comer más pescado, sobre
todo ahora que la cantidad recomendada para el consumo
de pescado por la Pirámide Alimenticia de 2016 se redujo a
sólo una vez por semana. Por lo tanto, una suplementación
básica con omega-3 es un requerimiento mínimo para volver
a establecer la proporción entre estos dos ácidos grasos
hasta por lo menos 5: 1.
Omega-3 DHA (ácido docosahexaenoico)
El cerebro humano tiene una gran necesidad del ácido
graso esencial DHA. El DHA tiene, entre otras cosas, una
importante función estructural en las membranas celulares;
sin estos ácidos grasos, éstas no funcionan correctamente.
Investigaciones muestran claramente que una deficiencia
de DHA ocasiona una disminución de la función cerebral,
y es perjudicial para los ojos. Una ingesta de DHA (y EPA)
por debajo de los niveles óptimos durante un largo periodo,
aumenta aún más la posibilidad de:
• trastornos del desarrollo
• depresión
• trastorno bipolar
• esquizofrenia
• trastorno límite de la personalidad
• estrés
• agresión
• deterioro cognitivo
• demencia

6 | Natura Foundation
Por otra parte, existe una creciente evidencia científica de
que el aumento en la ingesta de ácidos grasos omega-3
(en particular DHA) reduce el riesgo de deterioro cognitivo
relacionado con la edad y retrasa los procesos (tempranos)
de enfermedad que pueden conducir a la demencia vascular
o la enfermedad de Alzheimer.
¿Qué tan importante es también el DHA para una función
normal del cerebro humano, el cuerpo posee una capacidad
muy limitada para producirlo por sí sólo. Tal vez el hombre ha
perdido esta capacidad debido a que encontraba suficiente
DHA en su hábitat natural y, por lo tanto, esta mutación
no constituía una desventaja. Sin embargo, el DHA puede
ser creado en cantidades limitadas a partir del ácido graso
omega-3 ácido alfa-linoleico (ALA). El ácido alfa-linoleico
(ALA) se encuentra principalmente en los aceites vegetales
incluyendo la linaza, chía, nueces y el cáñamo. La conversión
es tan baja que este DHA continúa siendo un ácido graso
esencial.
La alimentación de la sabana pobre en DHA
Si retrocedemos a nuestras raíces evolutivas, vemos que
la comida en la sabana es muy baja en DHA. Casi no hay
plantas que proporcionan suficientes calorías y que sean
al mismo tiempo una buena fuente de este ácido graso.
Además, en el campo del omega-3 las plantas tienen que
ofrecer principalmente ácido linoleico. La carne también
tiene bajos niveles de DHA y éste es de difícil acceso.
Los animales de presa contienen ácido graso, especial-
mente en el cerebro. Éste era consumido, junto con otros
órganos, por los seres humanos primitivos, el consumo
esporádico resultante de la caza no proveía, en ningún caso,
un suministro diario suficiente. Por el contrario, la cadena
alimenticia del agua resulta ser muy rica en DHA.
“Desafortunadamente,
la recomendación para el
consumo de pescado es
seguida por sólo el 14% de
la población holandesa.”
– (CBS, 2015)
Las algas, el pescado, los mariscos, los mariscos, el agua y
las plantas costeras contienen todos una gran cantidad de
DHA. También, por ejemplo, los huevos de las aves que viven
cerca del agua tienen un mayor contenido de ácido graso.
En otras palabras: si usted vive cerca, o dentro, del agua, el
suministro de DHA está asegurado por varias vías. Lo que
también juega un papel es que el DHA en las zonas costeras
es relativamente de fácil acceso. También los mamíferos
inteligentes como las orcas y los delfines se benefician de
esto. Y la comida que proviene del agua es, una vez más,
la fuente más importante y de más fácil acceso de otros
nutrientes cerebrales selectivos como el yodo, el cual ya
existe muy poco en la sabana. En este contexto, es difícil
imaginar que el dramático crecimiento del cerebro del Homo
Sapiens haya ocurrido dentro de un entorno tan pobre en
nutrientes cerebrales como lo es la sabana.
Omega-3: EPA (ácido eicosapentaenoico)
Un nivel mayor de EPA y DHA en el cuerpo conduce a un
aumento de la producción de anti-inflamatorios eicosa-
noides tipo 3. De esta forma se inhiben los pro-inflama-
torios eicosanoides tipo 2, con lo que disminuye la carga
total de inflamación en el cuerpo. Además, tiene un efecto
beneficioso sobre el sistema circulatorio (menor presión
sanguínea, coagulación de la sangre menos lenta). Además
de influir en los procesos inflamatorios mediante el metabo-
lismo de eicosanoides, los ácidos grasos esenciales (tanto
el ácido linoleico, como el EPA y el DHA) también pueden
ejercer efectos directos sobre el sistema inmune y las reac-
ciones inflamatorias. Parece que las personas que sufren de
enfermedades autoinmunes desarrollan una disminución
de la sensibilidad inflamatoria a través de la suplementación
con EPA y DHA.
Whitepaper | 7
¿Qué son nutrientes
cerebrales selectivos?
Los nutrientes cerebrales selectivos son los nutrientes que
necesitamos para un desarrollo óptimo del cerebro. Además
del EPA y el DHA, también lo son el yodo, el zinc, el selenio,
el cobre, y el hierro. Cuando no hay suficientes nutrientes
cerebrales selectivos presentes en la alimentación, se crea a
largo plazo un daño cerebral irreversible.
A continuación se presentan algunos ejemplos del impacto
que la escasez de nutrientes cerebrales selectivos trae
consigo.
• La deficiencia de yodo durante el embarazo conduce
a cretinismo, una forma de enanismo que produce
a menudo retraso mental. Incluso existe una teoría
de que la extinción de los neandertales también se
vio acelerada por la falta de yodo. Una indicación de
esto es que la apariencia del Neanderthal muestra
características que se corresponden con el cretinismo.
En las zonas donde estos vivían no había presente una
buena fuente de yodo (Dobson, 1998).
• Con una carencia de hierro se presenta una hipoxia
leve en el cerebro que causa que los procesos
cerebrales sean menos óptimos. Debido a esto
también disminuyen los niveles de neurotransmisores,
con efectos negativos sobre la atención visual, el
aprendizaje verbal y el rendimiento. La carencia
de hierro se encuentra a menudo en las personas
con TDAH.
• El cobre es esencial para la producción de mielina, la
capa aislante alrededor de los nervios que asegura una
conducción óptima de las señales nerviosas. Debido
a la deficiencia de cobre se produce hipomielinización
y retraso mental. La demielinización también ocurre
con el Parkinson y la esclerosis múltiple, y sería posible
8 | Natura Foundation
que también juegue un papel en el autismo y TDAH
(Bartzokis, 2012).
• El zinc es importante para el metabolismo cerebral,
ya que juega un papel importante en el hipocampo.
Este órgano cerebral está, entre otras cosas,
involucrado en el almacenamiento de nuevos
recuerdos, en la orientación y la regulación de la
respuesta al estrés. Además, el zinc está involucrado
en el metabolismo de los neurotransmisores.
• El selenio contrarresta la oxidación de los importantes
ácidos grasos de pescado DHA y ácidos araquidónicos
(AA). Cuando el DHA y el AA se oxidan, se disminuye el
suministro al cerebro y a los ojos, causando daños.
Sin niveles suficientes de EPA, DHA y los nutrientes mencio-
nados anteriormente, es difícil imaginar que el cerebro haya
estado lo suficientemente bien alimentado. Sin duda, es
inconcebible que el cerebro haya evolucionado de forma
acelerada sin un suministro constante de estos.
¿Qué comida comíamos?
¿Qué dieta proporciona los mejores nutrientes cerebrales
selectivos? Los números en la tabla de abajo son los gramos
que se deben consumir de un alimento para satisfacer los
requerimientos diarios. Los niveles de nutrientes en verde
son el principal factor limitante dentro de dicha categoría
(basado en Cunnane, 2005).
 Yodo Hierro Cobre Cinc Selenio
Mariscos 680 g 800 g 900 g 500 g 300 g
Huevos 190 g 600 g 2.500 g 930 g 900 g
Pescado 150 g 3.500 g 3.100 g 2.700 g 660 g
Legumbres 3.700 g 370 g 300 g 470 g 3.000 g
Cereales 3.200 g 3.100 g 4.800 g 1.900 g 2.200 g
Carne 1.500 g 800 g 1.700 g 900 g 5.000 g
Nueces 1.500 g 800 g 900 g 500 g 5.500 g
Vegetales 4.200 g 2.100 g 2.700 g 8.700 g 6.700 g
Fruta 6.000 g 3.700 g 4.800 g 9.300 g 6.000 g
Leche 6.670 g 24.000 g 12.500 g 47.000 g 5.500 g

¿Cuántos gramos de alimento se necesitan con el fin de proporcionar los nutrientes cerebrales selectivos? A partir de esta
tabla, se pueden extraer algunas conclusiones interesantes.

Los mariscos sorprendentemente en el numero uno Combine nueces con el pescado

Los mariscos resultan ser la fuente más accesible de
nutrientes cerebrales selectivos. De mariscos uno tiene
que comer hasta 900 gramos por día con el fin de satis-
facer las necesidades de todos los cinco nutrientes. Por lo
tanto, parece probable que nuestros antepasados se hayan
encontrado con esta fuente de nutrientes antes de que el
tamaño de sus cerebros comenzara a aumentar velozmente.
Sorprendentemente, El Centro para la Nutrición en Los
Países Bajos ve a los mariscos sólo como un sustituto
del pescado.
El pescado en segundo lugar
También es sorprendente: el pescado sólo no puede haber
sido la base del dramático crecimiento de nuestro cerebro.
En aquel entonces no éramos puramente pescadores.
El consumo de pescado exclusivamente causaría problemas
con el hierro (sería necesario 3500 gramos diarios de
pescado), el cobre (3100 gramos) y el zinc (2700 gramos).
Sin embargo, es una importante fuente de EPA y DHA, entre
otras cosas. El hierro, cobre y zinc pueden ser compensados
parcialmente en las dietas actuales con las nueces.
No todas las combinaciones funcionan
La combinación de legumbres con pescado, huevos o
mariscos también produce, en esta tabla, fuentes de
alimentación alcanzables. Desafortunadamente, muchas
legumbres contienen fitatos y bociógenos que capturan
importantes nutrientes cerebrales selectivos de la dieta,
incluyendo el hierro y el yodo. Además, las legumbres no
proporcionan DHA.
Las nueces se corresponden con los mariscos en el campo
del hierro, el cobre y el zinc. También proporcionan buenas
grasas y proteínas. Pero sin pescado, mariscos o huevos, es
difícil obtener suficiente selenio. Dentro de la dieta actual,
por lo tanto, una combinación de nueces, huevos, pescado y
mariscos es una buena elección.
Kilos de fruta
Sin duda, no éramos predominantemente comedores de
fruta, como lo son nuestros parientes más cercanos, los
chimpancés, al menos no en el momento de gran creci-
miento de nuestro cerebro. Se necesitan casi diez kilos de
frutas para poder proporcionar todos los cinco minerales.
Independientemente de esto, las frutas continúan siendo,
con sus vitaminas y fibra, por supuesto, un alimento impor-
tante por sí mismo.
Decenas de litros de leche
Tendríamos que beber al menos 5,5 litros de leche al día
para obtener suficiente selenio. Y para la cantidad adecuada
de zinc incluso 47 litros. Así que es difícil imaginar que la
leche ha jugado un papel importante en el desarrollo de
nuestro cerebro.

De los cereales no nos hacemos más sabios

Los cereales proporcionan una contribución mínima al
estatus de los nutrientes cerebrales selectivos. Cuando uno
come principalmente productos de cereales sin yodo, hay
que comer 4800 gramos de alimento para poder satisfacer
las necesidades de yodo, hierro, cobre, zinc, y selenio.

Whitepaper | 9
Nutrientes cerebrales selectivos y desórdenes de
concentración
Los cerebros jóvenes son muy vulnerables a las deficiencias nutricionales
de ácidos grasos de pescado y nutrientes cerebrales selectivos. Por lo tanto,
pueden sufrir rápida­mente de retraso en el desarrollo. Eso es bastante
extraño, teniendo en cuenta que hoy en día nuestro cerebro es tan importante
para sobrevivir en nuestra competitiva sociedad.
El problema central es que nuestro entorno actual ya no se
parece a aquel de nuestros antepasados. Aunque los ácidos
grasos de pescado y los nutrientes cerebrales selectivos
se encuentran ampliamente al alcance de las manos en
el supermercado, estos son consumidos en cantidades
adecuadas sólo por muy pocas personas: casi nadie
come 900 gramos de mejillones, o almejas o vieiras al día.
Además, como ya se ha dicho, sólo el 14 por ciento come
la cantidad recomendada de pescado. Se necesita de
suplementación con ácidos grasos de pescado y otros
nutrientes para conseguir que nuestro cerebro obtenga la
nutrición que necesita.
El TDAH: nutrientes cerebrales selectivos
Ciertamente, en nuestra ocupada y competitiva sociedad,
los problemas de atención, de aprendizaje, de comporta-
miento y de planificación son una carga para el individuo y
para su entorno. Pero no todo el que come mal desarrolla
en realidad una enfermedad. En muchas enfermedades, se
trata de una susceptibilidad genética, tal como con el TDAH.
El efecto de la deficiencia nutricional es que entonces los
síntomas se reflejan más, o que pasan más fuertemente
a un primer plano. Es posible que alguien que no tiene
una predisposición genética para el TDAH va a mostrar un
comportamiento similar al del TDAH debido a deficiencias
nutricionales. En estos casos, la cuadro debe recuperarse
por completo cuando la alimentación esté nuevamente
en orden.
Deficiencia de hierro
En presencia de pacientes con TDAH, en muchos casos,
parecía haber una deficiencia de hierro en el tálamo. De un
estudio francés, esto mismo resulto ser el caso para un 84%
de los pacientes con TDAH (Konofal, 2004). Una deficiencia
de hierro tiene, entre otras cosas, un impacto negativo en
la atención visual. El zinc también desempeña un papel
importante. Se ha demostrado que la suplementación con
10 | Natura Foundation
zinc asegura la mejoría de los síntomas de TDAH, incluyendo
entre otros, las áreas de problemas de atención, de hiperac-
tividad, de comportamiento y de rebelión.
El zinc y el hierro juntos realizan un importante papel en la
formación de neurotransmisores, tales como la dopamina
y sus receptores. Esto también se aplica, por otra parte,
al yodo y los ácidos grasos de pescado (Dobson, 1998).
La dopamina es importante para la regulación de las
funciones ejecutivas, las habilidades motoras, de motiva-
ción y recompensa (Previc, 2009). En presencia del TDAH,
hay una interrupción en este sistema, debido a lo cual los
síntomas pueden aparecer como una falta de auto-control
y dificultad para la planificación y la organización. Entonces,
puede ser, por lo tanto, que el zinc, hierro, yodo y los ácidos
grasos de pescado estén involucrados, lo que se debería
de descartar primero antes de optar por la medicación.
El magnesio también es importante
Aunque el magnesio no es necesariamente uno de los
nutrientes cerebrales selectivos, su deficiencia es muy
común en presencia del TDAH (Kozielec, 1997). Una
deficiencia de magnesio provoca un aumento en la excita-
bilidad de los nervios. El mineral asegura un buen flujo de
sangre hacia el cerebro y regula, junto con la vitamina B6,
la transmisión de los impulsos nerviosos. Además, ayuda
en el almacenamiento de neurotransmisores. Cabe
mencionar que los camarones y mariscos contienen más
de 100 mg de magnesio por cada 100 gramos. La dosis
diaria recomendada en mujeres es de 280 mg, y de 350 mg
en los hombres.
TDAH: EPA y DHA
Los niños que en sus primeros años de vida tienen defi-
ciencias de EPA y DHA, tendrán más adelante en sus vidas
bastantes probabilidad de sufrir del TDAH y otros trastornos
>>
Whitepaper | 11
mentales (Richardson, 2006). Pero hay muchas posibili-
dades con la administración de suplementos: ya se han
demostrado, en cualquier caso, efectos positivos en niños
con TDAH, en edades entre 9 y 12 años (entre otros, Bloch,
2011 y Bos, 2015).
UMC: mejorando los problemas de falta de atención
El Centro Médico Universitario de Utrecht (UMC por sus
siglas en holandés) realizó una investigación en 2015 sobre
los problemas de atención (Bos, 2015). En el proyecto
participaron 40 niños (de 8 a 14 años) con TDAH. La mitad
recibió diariamente margarina que contenía 650 mg de EPA
y 650 mg de DHA, la otra mitad una margarina placebo.
Al comienzo de la investigación, ambos grupos obtuvieron
puntuaciones más altas que el grupo de control en cuanto
a problemas de atención, comportamiento de desobe-
diencia de reglas y agresividad. Después de la intervención,
el grupo de TDAH con margarina enriquecida tenía 15,4%
menos problemas de falta de atención, mientras que en el
grupo placebo aumentó en un 17,9%. En este estudio no se
encontraron mejorías significativas en el comportamiento de
desobediencia de limites o agresión. Otras investigaciones
muestran recientemente que si se han visto estas mejoras.
La agresión proactiva y reactiva
En un estudio bien diseñado por la Universidad de
Pennsylvania (EE.UU.) (Raine et al., 2015), 200 niños de
entre 8 y 16 años fueron divididos en un grupo de trata-
miento (100 niños) y un grupo de control (100 niños).
El suplemento consistía en una bebida de frutas con
1 gramo de ácidos grasos omega-3 por día y la misma
bebida sin ácidos grasos omega-3.
Los problemas de conducta fueron reportados por los
padres y sus hijos al inicio del tratamiento, después de
6 meses (al final del tratamiento) y después de 12 meses
“Aun cuando incluso hoy en día nuestro cerebro sigue
siendo vulnerable al retraso en el desarrollo debido a una
deficiencia nutricional, el riesgo de tal retraso debe haber
estado esencialmente ausente durante la evolución del
cerebro humano.”
— Cunnane
12 | Natura Foundation
(6 meses después del tratamiento). Los reportes reali-
zados por los padres presentaban significativas mejoras
de comportamiento en los niños. Con el uso a largo plazo
de omega-3, los resultados eran aun más fuertes. Los
auto-­informes de los niños mostraron mejoras tanto en la
agresión proactiva como en la reactiva.
Pero no se trata sólo de lo que usted no come. También
los aditivos innecesarios juegan un papel. Una sustancia
conocida que fortalece los síntomas de TDAH, es el E104
(amarillo de quinoleína). Además, otras sustancias alergé-
nicas en los alimentos pueden intensificar los síntomas.
Usted puede averiguar qué sustancias son los desencade-
nantes iniciando una dieta de eliminación.
Universidad de Radboud: la dieta de
eliminación funciona
En una dieta de eliminación todos los posibles factores
desencadenantes son eliminados inicialmente de la dieta.
A continuación, los alimentos eliminados se reintroducen
gradualmente. Se debe mantener una observación de cómo
reacciona el niño (o adulto) a cada nuevo alimento. De esta
manera, es posible identificar los desencadenantes y elimi-
narlos para siempre.
En 2011, un estudio doble ciego realizado en la Universidad
Radboud de Nimega, en los Países Bajos, mostró que en
presencia del TDAH una dieta de eliminación tenía un efecto
beneficioso claramente demostrable en el comportamiento
en tres cuartas partes de los casos, (Pelsser, 2011). Después
de la provocación con los “presuntos culpables”, los
síntomas volvieron. Además, otro estudio de cuarenta niños
con TDAH reveló que excluir de la dieta todos los alergénicos
alimenticios conocidos por dos semanas, resultó en una
reducción significativa de los síntomas en más del 60% de
los casos. En todos estos casos se logró una mejora de al
menos 50% en el patrón de los síntomas (Pelsser, 2002).
Whitepaper | 13
Suplementación
con nutrientes cerebrales selectivos,
magnesio y ácidos grasos de pescado

Cuando la alimentación falla (gravemente), la suplementación entra en

escena. Ésta se recomienda con certeza cuando hay un comportamiento
similar a TDAH o cuando los síntomas de TDAH se han manifestado con
mayor fuerza. Por supuesto, aquí también sería preferible la prevención.

14 | Natura Foundation
Las mejores fuentes de yodo son el pescado, los huevos
y los mariscos. Los pescados y mariscos casi no se
consumen, los huevos por lo general no más de una vez a la
semana. Esto es debido al estigma de que podrían afectar
negativamente los niveles de colesterol. Investigaciones
recientes muestran que es seguro consumir incluso hasta
siete huevos por semana (Jyrki, 2016). Otro problema en
este contexto es la disminución de la popularidad del pan
(enriquecido con yodo) (Cfk, 2013) y el hecho de que los
panes orgánicos, por ejemplo, a menudo contienen sal no
yodada (Centro de Nutrición, 2016). Cuando se opta por la
suplementación con yodo, es recomendable el yodo de las
algas, que son la mejor fuente natural.
Las mejores fuentes de hierro son la carne, los huevos, las
nueces y los mariscos. La carne se come más que sufi-
ciente, pero la absorción del hierro es un proceso sutil y
está influenciada por muchos factores. Se ha encontrado
que, en general, el hierro será absorbido de los alimentos
sólo en muy pequeñas cantidades bajo la influencia de,
entre otras cosas, aglutinantes del hierro como los fitatos
de los cereales. Por otra parte, muchas personas tienen
una ingesta de hierro marginal. La deficiencia de hierro es
también particularmente común en las mujeres. Al elegir
un suplemento, es importante elegir hierro de enlaces orgá-
nicos como el fumarato ferroso, lo que favorece fuertemente
la absorción. Además, se requiere de un número de agentes
sinérgicos, incluyendo los minerales cobre y potasio, así
como las vitaminas B y C.
Las mejores fuentes de cobre y zinc son las nueces y los
mariscos. Al elegir los suplementos – por ejemplo a causa
de una alergia a las nueces o mariscos – por favor asegú-
rese de usar las formas de enlaces orgánicos bisglicinato
de cobre y metionina-L-zinc. Estas formas son absorbidas
mejor por el cuerpo.
Las mejores fuentes de selenio son el pescado y los
mariscos. por lo tanto, se recomienda la suplementación con
metionina-L-selenio. Si lo que se desea es cubrir cualquier
déficit de una sola vez, o sea, de yodo, hierro, cobre, zinc y
selenio, se recomienda un multivitamínico profesional.
De nuevo, es muy importante comprobar si los nutrientes
son de enlaces orgánicos.
Magnesio
Las deficiencias de magnesio se estiman en 75% de la
población. Las principales fuentes de magnesio son las
hortalizas de hoja verde oscuro, las manzanas, semillas,
nueces, higos y limones. Pero también los mariscos lo
contienen. Además de su importancia para el cerebro,
el magnesio es también importante para el metabolismo
energético general. Para obtener más información acerca
de los suplementos de magnesio vea por favor nuestro
Whitepaper: “La importancia de mantener un buen estatus
de magnesio.”
Ácidos grasos de pescado
De forma natural los ácidos grasos poliinsaturados EPA y
DHA ocurren como triglicéridos en el aceite de pescado.
Con el fin de hacer variantes de aceite de pescado alta-
mente concentrado, los ácidos grasos se convierten a
menudo en una forma de éster etílico no natural. Aunque
los ésteres de etilo hacen que sea posible lograr una dosis
más alta por cada unidad de dosificación, esto trae algunas
fuertes desventajas.
El cuerpo no puede procesar tan fácilmente los ésteres de
etilo en forma de triglicéridos. Esto tiene sentido si tenemos
en cuenta que nuestros cuerpos se encuentran equipados
evolutivamente para el consumo de ácidos grasos de
pescado y marisco. En el pescado, el EPA y el DHA ocurren
sólo cómo triglicéridos. Los triglicéridos son por lo tanto
mejor absorbidos en el cuerpo que los ésteres de etilo
(El Boustani, 1987). Esto también se aplica a los fosfolípidos
naturales del kril.
Por otro lado, hay indicios de que los ésteres de etilo tienen
una eficacia muy limitada (Lawson, 1988). También hay
dudas sobre la seguridad. Entonces ¿por qué sigue viva
en algunas personas la idea de que los ésteres etílicos
funcionan igual de bien, o incluso mejor? Grandes estudios
clínicos se llevan a cabo a menudo con ésteres de etilo.
Esto tiene varias causas, incluyendo la mayor disponibilidad
y el menor precio de los ésteres de etilo y su más alta dosis
por unidad de dosificación, de la que los participantes tienen
que tomar una cápsula al día.
Desde un punto de vista práctico es comprensible, pero esta
selección “en la puerta” distorsiona la imagen que injusta-
mente tenemos del aceite de pescado a favor de la forma
no natural. Otra importante desventaja de este método
es que los verdaderos beneficios, para la salud, del aceite
de pescado, y por tanto de los triglicéridos, se mantienen
por debajo del radar. En resumen, debido a las muchas
desventajas de los ésteres etílicos, sigue siendo una mejor
idea elegir primero una dosis alta antes que una cápsula
adicional de aceite de pescado natural. También se puede
optar por una dosificación que es fácilmente digerible,
natural y de alta dosis : la emulsión de ácidos grasos.
Las emulsiones de ácidos grasos se absorben mejor que
los ácidos grasos de pescado regulares y se pueden hacer
sobre la base de los triglicéridos (Garaiova, 2007). Debido a
la óptima absorción en muchos casos puede bastar con una
dosis más baja. Una ventaja adicional de las emulsiones es
que son solubles tanto en agua y como en grasa y se pueden
mezclar con muchos alimentos. Todos estos factores juntos
proporcionan una ingesta más cómoda y contribuyen a un
mejor cumplimiento con la terapia.
Whitepaper | 15
Conclusión
Para garantizar un óptimo metabolismo
cerebral, tenemos que mirar lo que comían
nuestros antepasados. La evidencia es cada
vez mayor de que anteriormente estos eran
pescadores-recolectores en el ecosistema
tierra-agua más que cazadores-recolectores
en la sabana. Justo en la frontera entre la
tierra y el agua, nuestros cerebros han crecido
espectacularmente. Cuando ya no comamos
más alimentos de este ecosistema, esto
afectará el estado nutricional y por lo tanto
también la salud de nuestro cerebro.

Con el fin de garantizar un metabolismo óptimo del cerebro,

y por lo tanto para evitar problemas de atención y concen-
tración, es de mayor importancia hacer una conversión de
alimentos de conveniencia hacia una dieta rica en nutrientes
cerebrales selectivos y ácidos grasos de pescado. Esto se
aplica naturalmente en particular, pero no exclusivamente,
a aquellos en los que ya se habla de problemas de concen-
tración y/o comportamiento con TDAH o similar. Cuando
ya hay realmente presencia de TDAH, la nutrición primitiva
puede hacer una contribución significativa el manejo de los
síntomas, especialmente en combinación con una dieta de
eliminación.

Para muchas personas, si no la mayoría, el cambio hacia la

nutrición primitiva seria un verdadero reto. Algunos incluso
no empezarían, mientras que otros van a comenzar con un
gran impulso inicial y después de dos semanas sus buenas
intenciones van a naufragar. Por otra parte, casi nadie
come un kilo de mejillones al día … Por lo tanto, siempre es
aconsejable una suplementación adicional de ácidos grasos
de pescado y nutrientes cerebrales selectivos. Y esto incluye
también una buena suplementación básica con, al menos,
un buen multivitamínico y magnesio.

A pesar de que las indicaciones anteriores pueden, sin duda

alguna, ayudar a su cliente en el camino, hay otro factor
importante que es determinante para el éxito. Todo parece
indicar que no somos sólo un hombre que piensa, Homo
Sapiens, sino que también un hombre que juega Homo
Ludens. Por lo tanto, uno mismo y el cliente tendrían que
tener la oportunidad de centrarse en el deporte, el juego,
la creatividad y la relajación. Cuando nuestro cerebro puede
escaparse de nuestras tareas diarias de supervivencia, es
sólo cuando se siente realmente como pez en el agua.

16 | Natura Foundation
Whitepaper | 17
Literatura
1. Bartzokis, Neuroglialpharmacology: Myelination as a shared mechanism of action of psychotropic treatments, Neuropharmacology 62(7):2137-53 • January
2012.
2. Bloch MH, Qawasmi A (2011). Omega-3 fatty acid supplementation for the treatment of children with attention-deficit/hyperactivity disorder symptomatology:
systematic review and meta-analysis. J Am Acad Child Adolesc Psychiatry 50: 991–1000.
3. Bos DJ et all, Reduced Symptoms of Inattention after Dietary Omega-3 Fatty Acid Supplementation in Boys with and without Attention Deficit/Hyperactivity
Disorder, Neuropsychopharmacology 2015 Mar 19.
4. Brenna JT, Salem N Jr, Sinclair AJ et al; International Society for the Study of Fatty Acids and Lipids, ISSFAL. Alpha-Linolenic acid supplementation and
conversion to n-3 long-chain polyunsaturated fatty acids in humans. Prostaglandins Leukot Essent Fatty Acids 2009;80:85-91.
5. Carter JR, Schwartz CE, Yang H et al. Fish oil and neurovascular reactivity to mental stress in humans. Am J Physiol Regul Integr Comp Physiol.
2013;304(7):R523-30.
6. Chong EW, Robman LD, Simpson JA et al. Fat consumption and its association with age-related macular degeneration. Arch Ophthalmol. 2009;127(5):674-80.
7. Cunnane SC., Survival of the fattest – the key to human brain evolution, World Scientific Publishing Co., London, 2005.
8. Cunnane SC, Stewart KM, Human brain evolution – the influence of freshwater and marine food resources, Wiley-Blackwell, New Jersey, 2010.
9. Dobson JE, The iodine factor in health and evolution, The Geographical Review, 88, 1-18, 1998.
10. Dyerberg J, et al. Bioavailability of n-3 fatty acids, in n-3 Fatty Acids: Prevention and Treatment in Vascular Disease, SD Kristensen, EB Schmidt, R DeCaterina
and S Endres, eds. Bi and Gi Publishers, Verona—Springer Verlag, London pp. 217-26, 1995.
11. Dyerberg J, Madsen P, Møller JM et al. Bioavailability of marine n-3 fatty acid formulations. Prostaglandins Leukot Essent Fatty Acids 2010;83:137-141.
12. El Boustani S, et al. Enteral absorption in man of eicosapentaenoic acid in different chemical forms. Lipids 22:711-14, 1987.
13. Escolano-Margarit MV, Ramos R, Beyer J, Csábi G, Parrilla-Roure M, Cruz F et al. Prenatal DHA status and neurological outcome in children at age 5.5 years are
positively associated. J Nutr. 2011 Jun;141(6):1216-23
14. Garaiova I, Guschina IA, Plummer SF, Tang J, Wang D, Plummer NT, A randomised cross-over trial in healthy adults indicating improved absorption of omega-3
fatty acids by pre-emulsification, Nutr J. 2007 Jan 25;6:4.
15. http://www.nrc.nl/nieuws/2013/11/13/we-eten-minder-brood-dat-komt-door-dieetboeken-a1429810
16. http://www.voedingscentrum.nl/encyclopedie/brood.aspx
17. http://www.ei-resource.org/news/autism-news/autism-linked-to-fatty-nerve-cell-coating/
18. Hussey EK, Portelli S, Fossler MJ, Gao F, Harris WS, Blum RA. Relative Bioavailability of an Emulsion Formulation for Omega-3-Acid Ethyl Esters Compared to the
Commercially Available Formulation: A Randomized, Parallel-Group, Single-Dose Study Followed by Repeat Dosing in Healthy Volunteers. Clinical Pharmacology
in Drug Development 2012 1: 14
19. Jyrki K Virtanen, Jaakko Mursu, Heli EK Virtanen, Mikael Fogelholm, Jukka T Salonen, Timo T Koskinen, Sari Voutilainen, and Tomi-Pekka Tuomainen, Associations
of egg and cholesterol intakes with carotid intima-media thickness and risk of incident coronary heart disease according to apolipoprotein E phenotype in men:
The Kuopio Ischaemic Heart Disease Risk Factor Study, Am J Clin Nutr, March 2016, vol. 103, no. 3 895-901.
20. Konofal E et al., Iron deficiency in children with attention-deficit/hyperactivity disorder, Arch. Pediatr. Adolesc. Med. 2004; 158(12):1113-1115.
21. Kozielec T et al., Assessment of magnesium levels in children with attention deficit hyperactivity disorder (ADHD). Magnes. Res. 1997; 10(2): 143-148.
22. Kuipers RS, Fatty acids in human evolution: contributions to evolutionary medicine, proefschrift, drukkerij van Denderen, 2012.
23. Lawson LD and Hughes BG. Human absorption of fish oil fatty acids as triacylglycerols, free fatty acids, or ethyl esters. Biochem Biophys Res Comm, 156:328-
35, 1988.
24. Marean et al., Early human use of marine resources and pigment in South Africa during the Middle Pleistocene, Nature 449, 905-908.
25. Martin D, Nieto-Fuentes JA, Señoráns FJ et al. Intestinal digestion of fish oils and ω-3 concentrates under in vitro conditions. Eur J Lipid Sci Technol.
2010;112:1315-1322.
26. Neubronner J, Schuchardt JP, Kressel G et al. Enhanced increase of omega-3 index in response to longterm n-3 fatty acid supplementation from
triacylglycerides versus ethyl esters. Eur J Clin Nutr 2011;65:247-254.
27. Pelsser LM, Frankena K, Toorman J, Savelkoul HF, Dubois AE, Pereira RR, et al. Effects of a restricted elimination diet on the behaviour of children with attention-
deficit hyperactivity disorder (INCA study): a randomised controlled trial. Lancet. 2011 Feb 5;377(9764):494–503
28. Pelsser LMJ, Buitelaar JK. Gunstige invloed van een standaardeliminatiedieet op het gedrag van jonge kinderen met aandachtstekort-hyperactiviteitstoornis
(ADHD), een verkennend onderzoek. Nederlands Tijdschrift voor Geneeskunde. 2002 Dec 28;146(52):2543–7.
29. Previc FE, The dopaminergic mind in human evolution, Cambridge University Press, Cambridge (UK), 2009.
30. Raatz SK, Redmon JB, Wimmergren N et al. Enhanced absorption of n-3 fatty acids from emulsified compared with encapsulated fish oil. J Am Diet Assoc.
2009;109(6):1076-81.
31. Raatz SK, Redmon JB, Wimmergren N, Donadio JV, Bibus DM, Enhanced absorption of n-3 fatty acids from emulsified compared with encapsulated fish oil, J
Am Diet Assoc. 2009 Jun;109(6):1076-81.
32. Raine, et al., Reduction in behavior problems with omega-3 supplementation in children aged 8–16 years: a randomized, double-blind, placebo-controlled,
stratified, parallel-group trial, Journal of Child Psychology and Psychiatry 56:5 (2015), pp. 509–520.
33. Richardson AJ. Omega-3 fatty acids in ADHD and related neurodevelopmental disorders. Int Rev Psychiatry. 2006;18(2):155-72
34. Schuchardt JP, Huss M, Stauss-Grabo M et al. Significance of long-chain polyunsaturated fatty acids (PUFAs) for the development and behaviour of children.
Eur J Pediatr. 2010;169(2):149-64.
35. Schuitemaker GE, Voeding en gedrag, van ADHD tot zinloos geweld, Ortho Communications and Science BV, 2015.
36. Sijben JW, Calder PC. Differential immunomodulation with long-chain n-3 PUFA in health and chronic disease. Proc Nutr Soc. 2007;66(2):237-59.
37. Sonuga-Barke EJS, Brandeis D, Cortese S, Daley D, Ferrin M, Holtmann M et al (2013). Nonpharmacological interventions for ADHD: systematic review and
meta-analyses of randomized controlled trials of dietary and psychological treatments. Am J Psychiatry 170: 275–289
38. Swanson D, Block R, Mousa SA. Omega-3 Fatty Acids EPA and DHA: Health Benefits Throughout Life. Adv. Nutr. 3: 1–7, 2012
39. Transler C, Eilander A, Mitchell S et al. The impact of polyunsaturated fatty acids in reducing child attention deficit and hyperactivity disorders. J Atten Disord.
2010;14(3):232-46.
40. Walter RC et al., Early human occupation of the Red Sea coast of Eritrea during the last interglacial, Nature 405, 65-69, 2000.

18 | Natura Foundation
WWW.NATURAFOUNDATION.COM