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¡BIENVENIDA!

Vamos a revisar una guía de 4 Pasos para Cambiar tu


Relación con la Comida de Forma Permanente, para vivir
una alimentación saludable y también mejorar tu salud.

Esta guía es especialmente para ti, si te pasa que:


 La comida es una preocupación constante para ti
 Te cuesta seguir las dietas
 Las listas de alimentos prohibidos no te funcionan
 No te gusta la idea de vivir una vida de restricciones
 Sientes que no tienes la fuerza de voluntad que se
requiere
 Sientes culpa en torno a la comida
 Sientes que has fracasado en tus intentos por llevar una
alimentación saludable
 Lo pasas mal a la hora de comer, estás pendiente de qué
y cuánto comes tú y qué y cuánto comen los demás.
 Te sientes baja de energía o que necesitas comer algo
dulce para sostener tus niveles de energía
 Sabes que por salud necesitas cambiar tu alimentación
pero no encuentras la fuerza de voluntad para hacerlo.
 Sientes que comes o sientes hambre por temas más bien
emocionales

Si estas en alguna de estas situaciones, y además quieres


lograr una alimentación saludable de forma permanente. Si
quieres cambiar tu relación con la comida para pasarlo bien
en festividades, celebraciones, en general mejorar tu salud
o superar alguna condición de salud y aumentar tus
niveles de energía, entonces, te invito a que sigas estos
pasos.
Vas a poder descubrir e identificar qué emociones tienes
asociadas a la comida y así descubrir qué incomodidades de
tu vida, estás tratando de olvidar o disfrazar con el placer
momentáneo de algunas comidas. Se te va a hacer evidente
que podrías ser más efectiva de otras formas (por ej. a
veces comemos para disfrutar la compañía de otro y hay
muchas otras formas de disfrutar con otros).
Vas a aprender a conectarte con tus sensaciones corporales
para que el cuerpo te empiece a decir, que ya no necesita más
comida o que no le apetece, algo que no le nutre.
Vamos! Si ya no quieres sufrir más con las restricciones y las
culpas, te invito a trabajar de una forma que sí podrás
sostener y que sí te dará resultados.

¿Cuál es el problema que has tenido


hasta ahora?

Que no has seguido un sistema que considere el motor detrás


de absolutamente todas nuestras acciones. Ese motor, son tus
Emociones. Ellas te llevan a comer, y a comer
específicamente lo que comes y cuándo lo comes.
Seguramente, tampoco has considerado el contexto ni la
forma en que tu cerebro procesa la información. Por lo tanto,
has hecho esfuerzos que son comparables a construir una
casa sin planos, sin considerar el comportamiento de los
materiales que usarás para la construcción y sin percatarte si
los ladrillos que vas poniendo, se parecen en algo a lo que te
gustaría. Claro, porque sin plano, no tengo con qué comparar.
¡Ojo!, que pensar que quiero una casa cómoda, fresca en
verano, cálida en invierno, con lindas vistas y 3 dormitorios,
no es equivalente a hacer los planos. Por lo que pensar que
quiero pesar 60 kgs, y lograrlo dejando ciertos alimentos
tampoco es comparable a tener un plano.

Te estarás preguntando ¿Quién soy?


Soy Isabel Camus, Psicóloga Clínica y Coach Ontológico. Con
estudios internacionales de especialización en diversas
herramientas y también he sido relatora en encuentros
internacionales. Con más de 15 años de experiencia en el
apoyo al desarrollo personal y cambios de hábitos y creadora
del Programa Mentalidad Saludable- HAZ QUE LA DIETA TE
SIGA, sistema que ya ha cambiado la vida a otras personas
como tú.

¿Te parece que pasemos ahora a revisar los


pasos y tips concretos que te quiero compartir?
Son 4 pasos que te ayudarán a construir un nuevo estilo de
vida nutricional. Hasta ahora, has intentado sostener tus
hábitos de alimentación saludable a punta de estrujar tu
fuerza de voluntad. Pero la fuerza de voluntad funciona como
un músculo, si intentas levantar pesas todo el día, todos los
días, se fatigan tus músculos y quedan más débiles que al
principio. Se te doblan las piernas.
Lo mismo pasa con la fuerza de voluntad. Por eso, lo que te
propongo y lo que ha funcionado muy bien en mi práctica
profesional, es que con base en lo que vayas descubriendo,
finalmente construyas un plan que sí sea sostenible en el
tiempo.
La propuesta, es utilizar tu fuerza de voluntad por un período
determinado de tiempo para seguir estos pasos. Aprender a
mirar el tema de la nutrición de otra forma y así, construir tu
plan de alimentación. El que luego seguirás de forma fácil y
fluida.

Los pasos a seguir para lograr tu objetivo son:

1.- Aprender a identificar y gestionar emociones


que interfieren tus decisiones de nutrición.
En este paso, vas a identificar con qué emociones relacionas
la comida. Para eso, vas a iniciar pensando en cuando eras
niña, ¿cómo se relacionaban tus papas con la comida? ¿cómo
te presentaban la comida? ¿cuándo y para qué te ofrecían
comida? ¿cómo comían cuando comían?
Yo, le pido a las personas que piensen en 3 momentos, en su
niñez que es antes de los 12 años, luego en la adolescencia
entre los 12- 18 años y luego en sus veintes. Éstas, son las
etapas en que asentamos nuestras formas de relacionarnos en
general con la vida.
Uno de los cosas típicas que las personas me cuentan es -me
daban algún dulcecito para pasar una pena o cuando estaba
enferma o cuando me sacaba una buena nota-, etc. Al ir
tomando consciencia de estas experiencias, empiezas a hacer
un desenganche consciente. Empiezas a considerar, que para
pasar una pena, puede ser más efectivo pedir un abrazo. O
que para relajarte, puedes también tener una conversación
con una amiga. O como decía antes, para disfrutar la
compañía de otro, no necesariamente tienen que comer
juntos, pueden compartir y centrarse en tener una
conversación profunda.
A veces lo que pasa, es que no sabemos o sentimos que no
podemos, tener conversaciones profundas con algunas
personas y cuando compartimos un pastel, el azúcar nos hace
sentir sensaciones físicas parecidas a las que tendríamos si
tuviéramos una conversación cercana, pero ésto, no es más
que el resultado de una sustancia en nuestro cerebro. Y al
cabo de un rato, acabamos sintiendo de nuevo el vacío que
nos deja esa relación, en la que no logramos tener cercanía y
profundidad que necesitamos.
También te recomiendo poner atención, para identificar áreas
de tu vida que no son como quisieras y que pueden estar
generando emociones negativas como la ansiedad, tristeza u
otras. Muchas veces, nos acostumbramos a vivir de formas
menos satisfactorias, porque no sabemos alcanzar nuestro
potencial. Una vez que las identificas, puedes empezar a
buscar creativamente cómo solucionar o mejorar estas
situaciones. Puedes centrarte en buscar formas más eficaces
que las que has usado hasta ahora.
La clave es la creatividad. Entonces por ej. si te das cuenta
que no te gusta tu trabajo, puedes buscar la forma de cambiar
algunos aspectos de tu trabajo, o aspecto de cómo lo
enfrentas. O si siento que mi pareja no me apoya con la casa,
puedo enfocarme en buscar la forma de obtener ayuda,
teniendo una conversación efectiva. Es importante que no sea
la misma conversación de siempre que nos deja más peleados.
O tal vez organizar las actividades de otra forma, más que
seguir conversando de lo mismo, etc.
¿Te lo digo de nuevo? Ponte creativa e innovadora, no
sabes las cosas locas, ridículas o tontas que han terminado
siendo una solución y hasta una fuente de placer, para las
mujeres con las que trabajo. No descartes nada porque todos
estos temas, aún en sus formas más simples, colaboran a
generar emociones negativas que luego tratamos de mejorar
a través del placer de comer. Y a veces pasa, que los
ejemplos son tan claros, como: darse cuenta que cada vez que
se frustra porque el marido no la apoya con las cosas de la
casa, le dan ganas de unas galletitas.
Otros caso, es el de las personas que tienden a ser
perfeccionistas. Ellas suelen identificar, que comen más
cuando en algún área de su vida, cuando no están pudiendo
hacer las cosas con el nivel de rendimiento o calidad que
quieren. Entonces, se puede trabajar en buscar una forma de
rendir mejor o trabajar sobre cómo bajar los niveles de
perfeccionismo. También pasa al revés, alguien con baja
autoestima, nota que no se atreve a comer mejor porque está
segura que no va a ser capaz de mantenerlo en el tiempo,
entonces ¿para qué empezar?
Al identificar las emociones vas a poder empezar a identificar
las creencias limitantes que tienes respecto de ti. Y esto va a
ser muy importante para el tercer paso.

2.- Llevar la atención a las sensaciones


corporales.
En este paso vas a re-aprender a conectar con las sensaciones
corporales, en relación al hambre, en relación a la saciedad y
a cómo te hacen sentir las diferentes comidas.
Cuando niños tenemos estas sensaciones bien claras. Es muy
raro que un lactante tome más pecho o fórmula de la que
necesita y si lo hace casi siempre vomita. Pero nuestra
cultura a punta de parámetros establecidos desde afuera, nos
quita esta habilidad. ¿Cómo? Por ej. con el clásico, -cómete
toda la comida.- Con este mandato, sacamos al niño de su
contacto con su sensación de saciedad. Hoy la pediatría está
reconociendo que incluso si el niño está algo por debajo del
peso esperado pero está sano y con energía, no es necesario
hacerlo comer más.
Este mandato de -cómete todo-, no respeta el que las
personas somos distintas y que cada día tenemos diferentes
necesidades. Entonces ¿cómo hago para contactar con mis
sensaciones corporales?
Me voy a detener… si eso… suena fácil pero si ya lo has
intentado, sabes que en el ritmo que llevamos, no es tan fácil.
Hay que aprender el NO HACER. Entonces, antes de comer,
me centro en sentir el hambre. Para esto, me puedo tocar el
estómago, tomo consciencia del sabor en la boca, siento mi
cuerpo y su nivel de energía. Esto lo repito a la mitad del
plato y también unos 20 min después de terminar.
¿Por qué hacemos este ejercicio? porque cuando lo que me
mueve es la restricción, pierdo el contacto con mi cuerpo.
Éste es un efecto nefasto de las dietas restrictivas. Puesto que
es una poderosa herramienta para hacerme dejar de comer,
cuando ha sido suficiente. Y a veces pasa, que ni cuando las
cosas nos hacen mal, logramos conectar con esa sensación
corporal que nos detendría.
Hace poco hablaba con una persona que llevaba meses
luchando con un síndrome de colon irritable, sin ganar la
lucha un sólo día. Le pregunté qué cosas comía a diario y sin
falta cada día, me contestó -avena para el desayuno, porque
es muy saludable-. Le pedí que al día siguiente no comiera
avena y por fin tuvo un día un poco mejor y su situación
siguió mejorando en la medida en que pasaron los días y ya
no volvió a consumirla. La avena, a ella particularmente, no
le hacía bien pero no se había dado cuenta.

3.- Ajustar el GPS interno.


Como decía antes, hay casos en que las personas iniciaron
una relación poco sana con la comida al tratar de gestionar
sus emociones. Como esto funciona de muy corto plazo y no
soluciona el problema de fondo, se atrapan en un ciclo vicioso
sin fin.
Pero otras veces, la relación tortuosa con la comida comenzó
producto de los comentarios de alguien. Y en esos casos, lo
que sucede, es que al funcionar de acuerdo a prohibiciones
externas o autoimpuestas, sólo puedo pensar en lo
prohibido. El cerebro no procesa bien los negativos, entonces
cuando me digo a mi misma, no voy a comer pasteles, mi
cerebro procesa sólo “pasteles” y eso los pone en el
mecanismo de atención selectiva, que es como un radar.
Esto, es lo que yo llamo nuestro GPS interno. Un mecanismo
de nuestros cerebros, que define a qué le vamos a prestar
atención. Clásicos, son los ejemplos del auto o de las
embarazadas. Les ha pasado que cuando piensan en comprar
un auto, uno sale y ve muchos más autos de ese tipo, que en
otras ocasiones. Y no es que hayan aumentado, lo que sucede
es que están en mi mecanismo de atención selectiva, que es
esta especie de GPS del que hablo. Y al igual que el GPS del
teléfono, si lo programo para dirigirse a, NO Pedro de
Valdivia 192, ¿dónde crees que te llevará? …A esa dirección.
Así fue como yo llegué a este mundo de la alimentación
saludable, cuando luego de una vida de no gustarme los
dulces, me los prohibieron por temas de la insulina… y se me
arruinó el GPS. Mi consumo de dulces subió, tan sólo por
entrar en esta dinámica de las dietas restrictivas. Entonces,
decidí solucionarlo y estudiar y probar, en mi misma, hasta
dar con aquello que me funcionara, eso es parte de lo que
comparto ahora.
¿Qué vas a hacer para programar el GPS de forma correcta?
Vas a llevar tu atención a lo que SI quieres en tu nutrición.
El objetivo de la nutrición, es aportarnos un estado corporal
que nos haga sentir bien y preparados para los desafíos
diarios, así como también, ser placentera para poder persistir
día a día.
Entonces vas iniciar definiendo, cuál es ese estado corporal
que quieres cultivar. Agilidad, flexibilidad, nivel de energía,
un estómago liviano, un estómago libre de gases, sentidos
sanos y acusiosos, etc. elige lo que quieras. También debes
definir estados anímicos o emociones, que quieres que te
aporte tu nutrición. Porque ya sabemos que las emociones son
fundamentales para que tomemos buenas decisiones
nutricionales y se perpetúe el círculo virtuoso. Y también son
fundamentales para que tomemos las acciones que
construyen nuestra vida, en todas sus áreas.
Acto seguido, te centrarás en identificar cuáles son los
alimentos que te van a aportar todo esto que quieres traer a
tu vida. Para esto, puedes investigar acerca de los nutrientes
y los efectos que ellos tienen de acuerdo a los estudios,
puedes probar y guiarte 100% por lo que tu cuerpo te
transmite, o puedes utilizar una combinación de ambos.
Depende de lo que te acomode más hacer.
A las personas, suele darles miedo y costarles bastante dejar
de pensar constantemente en lo que no deben comer o en lo
que no debieron haberse comido ese día. Pero para motivarte,
te cuento que las personas que lo hacen dan un salto
importante hacia sus objetivos de nutrición. Muchas, hasta lo
sienten como algo mágico.
En conjunto con trabajar sobre tu foco de atención, debes
trabajar sobre las creencias que tienes de ti misma. Éstas las
identificaste en el paso 1 y ahora, lo que tienes que hacer, es
construir nuevas creencias basadas en tu propia evidencia.
Un ejemplo común, es que las personas que quieren cambiar
su relación con la comida piensan que su fuerza de voluntad
está dañada y no funciona. Pero si ponen atención se dan
cuenta de que hay mucha evidencia de cómo usan su fuerza
de voluntad a diario. Al tomar consciencia de esto, empiezan
a cambiar la creencia limitante anterior.
Otra técnica que ayuda, es darte cuenta si una creencia viene
de otra persona. Es increíble cómo al darnos cuenta que una
idea no es nuestra, se nos hace más fácil abandonarla. A
veces, algún familiar o profesor, nos programó a base de
repeticiones, alguna creencia acerca de nosotras que sólo
tenía que ver con la percepción de esa persona pero no con lo
que hemos demostrado en nuestra vida.
¡Salir de nuestras creencias limitantes es liberador!
Y te va a servir mucho más allá de lo temas de nutrición. A
veces, en un inicio es doloroso pero después nos trae placer
puro y menos ganas de comer…

4.- Generar un Plan de Alimentación.


Una vez iniciado el trabajo de las emociones, habiendo
iniciado también el camino de contactarte con tu cuerpo e
identificado los alimentos que quieres que te nutran,
entonces vas a construir un plan de alimentación.
Este plan debe incluir todas las comidas que haces en el día y
debe considerar, tus gustos, tus tiempos, las actividades
diarias que realizas. También debe considerar que no todos
los días tenemos las misma necesidades ni corporales ni
emocionales, y por tanto hay que incluir alternativas
saludables para esas veces en que sientas que sólo quieres
gestionar tus emociones es a través de un antojo. También
debe ser un plan flexible, para que puedas aceptar con
cariño, los días en que las alternativas saludables no te
sirvan, no sean suficiente o los días en que quieras
abandonarte a los placeres culinarios sin medida (como en
festividades o celebraciones)
Dentro de tu plan, es bueno incorporar reemplazos, cosas
muy simples como reemplazar tallarines por tallarines
integrales o mote. O también hacer reemplazos de contexto,
como para tus reuniones familiares o sociales, buscar
reemplazos saludables y RICOS de lo que llevas para comer.
O reemplazos de los lugares en los que se reúnen. Hoy hay
una amplia oferta de cafés o restaurantes de comida
saludable. Incluso es un avance reemplazar, por ej. una torta
de merengue lúcuma por un cheesecake de buena calidad. El
último va a tener menos azúcar y más proteínas. Si tiene
fruta entera, va a tener un aporte de fibra también. Y
probablemente, te guste tanto como otros pasteles.
Este plan, se construye en base a pruebas y error, así que no
empieces pensando que lo vas a dejar listo, de un día para
otro. Considera períodos de marcha blanca. Y bueno, siempre
lo puedes ir mejorando de acuerdo a tus experiencias. No
recomiendo dejarlo estático porque te puede aburrir y
porque el tiempo que le dedicas a tu plan, es tiempo que te
dedicas a ti misma. Y si…ya sé, estás pensando que tienes mil
cosas que hacer, pero recuerda que sólo puedes dar lo mejor
de ti, si eres tu mejor versión.
Algo importante es dar pasos pequeños, porque así es más
posible sostenerlos en el tiempo. Podríamos simplemente
proponernos no comer tallarines o reunirnos con las
amistades sólo en lugares sin comida o de ensaladas, y como
el esfuerzo es muy grande, no será fácil de sostener. En
cambio, si das pasos pequeños y los mantienes, te vas
motivando de a poco a seguir avanzando. O si retrocedes, qué
es parte del viaje, volver no se te hará tan pesado y no
sentirás una sensación de fracaso tan agobiante.

Para resumir, los 4 pasos que te compartí son: Identificar las


emociones que relacionas a la comida, para eso vas a mirar
qué fue lo que aprendiste de niña en relación a la comida e
identificar situaciones que te generan emociones negativas
hoy. En ese análisis, vas a identificar tus creencias limitantes.
El segundo paso, es volver a conectar con las sensaciones
corporales, escuchar lo que te dice el cuerpo en cuanto las
sensaciones de hambre, saciedad y los nutrientes que
necesita. El tercer paso, se trata de programar
adecuadamente tu GPS, identificando los alimentos que sí
quieres en tu nutrición y reemplazando tus creencias
limitantes por creencias empoderantes. Y por último, el
cuarto paso, se trata de construir un plan de alimentación a
tu medida, que sea flexible y que incluya modificaciones a tu
ambiente.
Si dedicas 1 mes a cada uno de éstos pasos, como hacemos en
el programa de coaching, Mentalidad Saludable que dirijo,
vas construir un nuevo camino para llegar a casa, uno que te
va a gustar lo suficiente como para hacerlo tu favorito y no
volver a perderte.
Cuando estudias neurociencias aprendes que
no podemos dejar de actuar en automático, lo
que sí podemos hacer es diseñar un nuevo
programa automático, que en vez de
boicotear tus objetivos, se alinee con ellos y
te lleve a cumplirlos.

Si aplicas estos pasos con dedicación y a consciencia, vas a


salir de ese lugar que te hace sentir estancada y que daña tu
sensación de logro y tu autoestima. La idea es que lo pases
bien con un aspecto tan importante y presente en tu vida,
como la comida. Pasamos muchas horas comiendo o
planificando nuestras comidas como para pasarlo mal, sin
que afecte tu calidad de vida. Lo que quiero, es que te sientas
bien contigo misma, orgullosa de tus logros y salgas al mundo
feliz. Porque no hay nada malo con tu fuerza de voluntad,
sólo tienes que aprender a priorizarte y contar con un plan
que le saque provecho a tu compromiso y motivación.
Si quieres profundizar más estos temas, contar con apoyo
durante 4 meses y ser parte de una comunidad que está en el
mismo camino y compromiso que tú, puedes unirte a mi
programa “Mentalidad Saludable- HAZ QUE LA DIETA TE
SIGA”.
Espero que la lectura se te haya hecho amena y aunque un
poco larga, te resulte útil. Ahora te voy a contar del regalo
que te había mencionado antes. Por un tiempo, voy a estar
dando sesiones gratuitas en las que podemos conversar de
tu situación actual, de tu visión a futuro, de lo que te está
impidiendo avanzar y cuáles podrían ser los siguientes pasos
para ti.

También podremos evaluar mutuamente si seríamos un buen


equipo de trabajo para tus objetivos de nutrición. En esta
sesión, yo también evalúo y selecciono a las personas que
entran a mi programa y me aseguro de que quiénes entren
estén listas para hacer un cambio potente en sus vidas ¿Por
qué? Porque me quiero asegurar de los resultados que vamos
a obtener. Como soy fan de las neurociencias sé que no es
bueno ni para ti ni para mí, que nos embarquemos en
procesos de trabajo que no tienen buenas posibilidades de
éxito.
Si a alguna de nosotras le parece que no es el camino a tomar,
de todas maneras vas a salir de la sesión con pautas de acción
a seguir, o tal vez te puedo derivar a otro profesional que
piense que te pueda ayudar mejor que yo.
Así que si estás 100% comprometida con lograr un cambio en
tu relación con la comida, te invito a tomar la sesión gratuita
que te estoy ofreciendo.
En el Programa Mentalidad Saludable, si estás dispuesta a
poner todo de tu parte, vas a empezar a experimentar
cambios en un mes. Los espacios para el programa son
limitados, porque me dedico bastante tiempo a seguir
perfeccionándome, a estudiar cada caso, a crear más material
de trabajo y de información y hago otros programas
relacionados.
A veces, ofrezco rebajas al primer o último cupo de un ciclo.
Pregúntame en la sesión gratuita, si esto fuera así.
Para postular, hazlo en el link que encontrarás en mi página
web que dice AGENDA TU SESIÓN, o en el link del correo que
vas recibir después de haber descargado esta clase.
De todas maneras, sácale provecho a lo que revisamos en esta
guía. Para muchas personas, el sólo hecho de contar con
compañía es una ayuda y el proceso se vive mejor, así que te
invito a que te unas a mi grupo cerrado de Facebook HAZ QUE
LA DIETA TE SIGA.

¡Un abrazo y mis mejores deseos para tus metas!

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