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Establecer reglas claras, y no dejes que se incumplan nunca, harás que el niño se
sienta seguro. Repítale lo que quieres que haga.
No se ría nunca de sus maldades, le transmite el mensaje de que eso está bien y No
permita que levante la voz o que falte al respeto.
Plantéele distintas posibilidades ¿quieres una pera o un jugo? Y cuando le mande a
hacer algo sugiere otra actividad que le agrade (vamos a terminar la actividad que
después vamos al patio)
Evite el castigo y refuerce siempre las conductas positivas (verbal, beso, caricia). Ante
las rabietas demuestre control y calma, no siempre haga caso a sus rabietas.
Demuéstrele amor, explíquele que lo que le molesta es la acción pero que no le va a
dejar de querer.
Dele alternativas donde pueda decidir y reafirmarse. Dentro de su desarrollo y
capacidades, podemos dejarles que elijan que escojan sus propios juegos y cuentos,
etc. De esta forma les dejamos desarrollar su capacidad de decisión, y permitimos su
autoafirmación.
Escúcheles cuando se rebelen ante algo. No le imponga sin escucharles, debe darles el
mensaje de que su opinión cuenta, y puede negociar con ellos ciertas cosas, por
ejemplo si quiere jugar, primero termina los deberes.
No entre en lucha directa con ellos. Entrará en una discusión sin sentido de la que es
difícil salir sin alterarse. Ante momentos de tensión, dese un tiempo antes de
responder y vuélvale a explicar con calma porque no puede hacer determinadas cosas.
Tenga paciencia y comprenda que es una etapa normal de su desarrollo.
Deja que sean ellos y ellas mismas, pero eduque con disciplina, para que no sean
demasiado rebeldes, y aumenten su seguridad y autoestima.