Recocido: Los recocidos a bajas temperaturas se realizan a unos 550 °C durante un
periodo que depende de la masa y constitución de la fundición. Este periodo generalmente se considera igual a 1 hora por cada 25 mm de espesor y luego se le da un enfriamiento en horno a puerta cerrada. Este proceso no tiene un efecto en las propiedades mecánicas, pero elimina las tensiones que siempre suelen tener las piezas de fundición después de la solidificación y enfriamiento. Deben emplearse velocidades lentas de calentamiento y en especial de enfriamiento, para evitar nuevas tensiones o roturas, sobre todo cuando las piezas son de formas complicadas. Los recocidos de ablandamiento de las fundiciones grises y nodulares se dan a unos 740 °C, y sirven para mejorar la maquinabilidad y ablandar el material. Fundiciones grises y nodulares en las que, por causa de los elementos de aleación o por la presencia de zonas pequeñas con enfriamiento rápido, no se consigue la matriz ferrita, se recosen a 850 °C, este es usado en situaciones donde, por causa de los elementos de aleación o por la presencia de zonas pequeñas con enfriamiento rápido, obtenidas en el recocido suscritico, no se consigue la matriz ferrita, las principales aplicaciones del recocido son reducir la resistencia o dureza, eliminar tensiones residuales, mejorar las durezas, restaurar la ductilidad y afinar el tamaño del grano. Templado: La posibilidad de mejorar por temple ciertas propiedades en las fundiciones es debido a como en los aceros, a que estas aleaciones, al ser calentadas a elevadas temperaturas, 750 ºC a 900ºC, se transforman en parte en austenita, que es un constituyente que al ser enfriado luego mas o menos rápidamente, se convierte en martensita o en otros constituyentes intermedios. La martensita o los otros constituyentes que se obtienen después de su revenido, tiene propiedades de gran interés y para numerosas aplicaciones son mucho mejores que las que corresponden a las estructuras en bruto de colada. Suele ser mas conveniente enfriar en aceite que en agua, porque en este ultimo caso la velocidad de enfriamiento es muy grande y son muy importantes las diferencias de temperaturas entre diversas zonas de la pieza durante el enfriamiento y ello da lugar a fuerte tensiones que pueden ocasionas deformaciones y roturas. Revenido: La etapa final del temple es el revenido. En este paso, el calentamiento a temperatura sub-crítica alivia la extrema fragilidad de la estructura tal cual templada. La base fundamental del revenido es la precipitación o separación de microscópicas o sub- microscópicas partículas de carburos de la estructura metaestable de la martensita, para establecer una microestructura más blanda y tenaz. Usualmente es deseable un enfriamiento lento desde la temperatura de revenido, especialmente cuando es alta; esto minimiza las tensiones residuales en fundiciones de formas complejas. Los tratamientos de revenido se realizan a temperaturas de 200 o C, 300 o C, 400 o C y 570 o C por tiempos entre 0 y 100 horas. Nitrurado: Es un proceso que implica la difusión de nitrógeno en la superficie a una temperatura de 550 a 600ºC. La fuente más común del nitrógeno es el amoniaco, y el proceso produce una capa superficial de 0.1mm de profundidad con una dureza de aprox 1100Brinell. El nitrurado provee además de una alta dureza una gran resistencia al desgaste, mejora la vida útil y la resistencia a la corrosión. La nitruración puede también ser llevada a cabo en baño líquidos salinos basados en cianuro.