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INSTITUTO SUPERIOR DE FORMACIÓN DOCENTE

“MARÍA LUISA ROMÁN DE FRECHOU”

PROFESORADO DE EDUCACIÓN SECUNDARIA EN


HISTORIA

2DO PARCIAL DE

INTRODUCCIÓN A LA
HISTORIA

 CÁTEDRA: Introducción a la Historia

 CURSO: 1er año “U"

 PROFESORA: Cecilia Francini

 ALUMNOS: Francini Emilio; González Matías

 CICLO LECTIVO: 2018


ACTIVIDADES

01¿Por qué el siglo XIX se conoce historiográficamente como el siglo del triunfo de la
historia?
02. ¿Por qué se sostiene que en el siglo XIX se produce en el mundo occidental una
ruptura generalizada con el modo en el que se venía investigando y enseñando la historia?
03. ¿Cuáles son las corrientes de pensamiento más difundidas a lo largo del siglo XIX
que dan forma a dichas etapas del conocimiento histórico y en qué marco se desarrollan?
04.
a) Refiérase brevemente al marco histórico en el que surge el historicismo en Alemania.
b) Desarrollo sus principales características.
c) Mencione y caracterice a sus representantes más conocidos y especifique el impacto
de sus obras.
d) Señale la naturaleza positivista de las prácticas historiográficas del historicismo clásico
y las características propias que lo diferencian del mismo.
e) Analice las características que se desarrollan en las prácticas historiográficas del
historicismo clásico a partir de los herederos de Ranke y señale las particularidades de la
conexión entre Historia y política en la llamada “escuela historiográfica prusiana”
05.
a) Desarrolle las principales características de la historiografía inglesa del período.
b) Mencione y caracterice a sus representantes más reconocidos.
06.
a) Desarrolle las principales características de la historiografía francesa del período.
b) Mencione y caracterice a sus representantes más reconocidos.
07. Señale las diferencias entre la historiografía inglesa y la francesa.
08. A partir de lo analizado en la práctica historiográfica que distingue al siglo XIX:
señale lo que tienen en común y lo que diferencia al historicismo clásico alemán y a la
historiografía que se expande en Inglaterra y Francia.
DESARROLLO

01. ¿Por qué el siglo XIX se conoce historiográficamente como el siglo del triunfo
de la historia?

Se conoce al siglo XIX como el siglo del triunfo de la Historia porque los estudios
históricos alcanzaron su despegue definitivo debido a que la historia llega a constituirse
como ciencia, lo cual implica:
· La constitución de la Historia como disciplina científica de la mano del positivismo y el
historicismo clásico, habiéndose producido su separación de la economía y la sociología.
· El perfeccionamiento de las técnicas de investigación histórica: se desarrollan variadas
técnicas históricas, arqueológicas y filológicas (prehistoria, egiptología, desciframiento
de las lenguas orientales antiguas, excavaciones micénicas, etc).
· La publicación de importantes recopilaciones de fuentes primarias de la historia.
(Niebuhr, Mommsen)
· La aparición de las grandes historias nacionales que pretenden fortalecer la concepción
de nación (Ranke, Macaulay, Michelet), lo cual refuerza la figura del historiador.
· La profesionalización de la historia: hay una separación entre la comunidad científica
de los historiadores y los aficionados y una ruptura cada vez más rigurosa entre el discurso
científico de la historia con respecto al discurso literario al que estuvo atado durante
siglos.
· La institucionalización de la historia: la historia se enseña como disciplina científica en
universidades y en Academias de Historia creadas durante el período de mayor ascenso
de la burguesía
Todo esto es fomentado en los estados europeos por las clases gobernantes que
comprendieron la importancia de la educación popular como elemento de control social
y de la enseñanza de la historia particularmente para legitimación y la preservación del
orden burgués, mediante la construcción de comunidades imaginarias articuladas en torno
a la idea de nación, que identificada con el estado, busca lograr la lealtad al mismo
coaccionando a los individuos y logrando la preservación y el fortalecimiento del orden
social surgente.

02. ¿Por qué se sostiene que en el siglo XIX se produce en el mundo occidental una
ruptura generalizada con el modo en el que se venía investigando y enseñando la
historia?

Se sostiene que en el siglo XIX se produce una ruptura generalizada con el modo en que
se venía investigando los hechos históricos puesto que la historia convertida en ciencia
del siglo XIX implica una ruptura entre el discurso científico que corresponde a la nueva
concepción de esta disciplina respecto del discurso literario al que durante siglos había
estado atada. Así es que el tratamiento científico de la investigación histórica la distingue
del concepto más antiguo de historiografía, pero sin embargo sigue habiendo
continuidades que vinculan a la ciencia histórica surgida en el siglo XIX con la
historiografía antigua, expresadas, por ejemplo, en la idea de realidad (diferenciación
entre la historia y el mito presente desde Heródoto hasta Ranke: se pretende narrar una
historia verídica), en la idea de progresión temporal (se sigue una sucesión diacrónica
donde sólo se reconoce un tiempo unidemensional y unilineal) y en la idea de acción
intencional (se presupone que las acciones humanas reflejan las intenciones de los que
actúan).
Además, el historiador sigue haciendo su tarea vinculado con una posición dominante, y
como método de legitimación del orden instaurado.

03. ¿Cuáles son las corrientes de pensamiento más difundidas a lo largo del siglo
XIX que dan forma a dichas etapas del conocimiento histórico y en qué marco se
desarrollan?
La historiografía del siglo XIX surge en un período donde se rompe un orden feudal
basado en el Antiguo Régimen, en el marco de convulsiones sociales y políticas
originadas por la Revolución Francesa de 1789, que da origen a un período caracterizado
por procesos revolucionarios que envuelven a toda Europa hasta mediados de siglo y a la
expansión napoleónica que compromete a muchos países europeos, fenómenos que están
seguidos de períodos de reacción y contrarrevoluciones que originaron modificaciones en
el panorama social y político de Europa. Se produce la consolidación de un orden
tradicional burgués en el marco de la paulatina consolidación del capitalismo , donde se
produce el avance de la burguesía industrial en el poder político y la pérdida de poder de
la aristocracia, que ya no podía monopolizar el poder ni mantener intacta la estructura de
la sociedad feudal, la agudización del carácter radical de las revueltas llevadas a cabo por
las clases populares donde el contenido pasaba a ser antiburgués, y la búsqueda
generalizada de tendencias capaces de frenar el avance de las ideas revolucionarias y de
lograr un consenso que legitime al nuevo orden social y económico vinculado al orden
burgués.

Las más difundidas fueron el liberalismo, el historicismo y el socialismo:


· Liberalismo: Movimiento burgués, progresista y revolucionario en una primera fase, y
luego de la confrontación con el radicalismo popular y cuando la burguesía alcanza el
poder, conservador y reaccionario. Estaba comprometido con la lucha antifeudal y
vinculado a todos los movimientos revolucionarios que se produjeron hasta 1830.
· Historicismo clásico: Era la estrategia historiográfica dominante, producto del
sincretismo entre el romanticismo y el positivismo. Nacida de la conmoción europea de
1789 a 1814, al igual que el romanticismo y el positivismo, tiene como objetivo la
preservación del orden burgués.
El romanticismo fue un movimiento surgido a fines del siglo XVIII como reacción al
racionalismo de la Ilustración cuyas bases teóricas-filosóficas se formularon en
Alemania. Era un movimiento amplio y contradictorio que representaba las aspiraciones
revolucionarias contrapuestas a intereses conservadores y contrarrevolucionarios: en el
terreno de la literatura se caracteriza por la recuperación de lo popular y nacional (por la
novela histórica, el costumbrismo o una poesía que potencie el paisaje, símbolo de la
individualidad nacional); en el campo histórico, se cobra interés por las crónicas
medievales y se produce la reivindicación de la individualidad frente a una antigüedad
clásica que representaba una cultura común del sentimiento frente a la razón.
El positivismo era un movimiento que busca la fundación de nueva ciencia de la sociedad.
Se intentaba dotar de un método científico objetivo a la historia y descubrir por el uso
combinado del razonamiento y la observación sus leyes efectivas y universales. Se había
difundido el estudio de las sociedades con el mismo sentido del estudio de los fenómenos
físicos.
· Socialismo / marxismo: Movimiento que hallaría su fundamentación teórica en el
materialismo histórico formulado por Marx y Engels. Tiene sus orígenes en la corriente
de pensamiento de hombres como Babeuf y Roux, que buscaban la conservación de las
tierras comunales, la educación popular igualitaria y la desaparición de las distinciones
de clase y la propiedad individual, es decir, la desaparición del capitalismo que la propia
revolución había hecho arraigar profundamente en la realidad francesa.
A partir de mediados del siglo XIX se acabaron configurando dos grandes corrientes
irreconciliables: una corriente burguesa conservadora y una corriente socialista de
objetivos revolucionarios.

04.
a) Refiérase brevemente al marco histórico en el que surge el historicismo en
Alemania.

La aparición del historicismo clásico como expresión historiográfica del sincretismo entre
el movimiento romántico y el positivismo se considera consecuencia de la situación
específica en el ámbito político, social y económico en Alemania de principios del siglo
XIX, marcada por la crisis político-social en Europa a causa de las convulsiones
producidas luego de la Revolución Francesa y de la derrota de Napoleón en 1815.
A principios de siglo, tras la derrota militar a manos de Napoleón en la batalla de Jena en
1806 se produjo en Alemania el surgimiento de un movimiento nacionalista
fundamentado por Fichte y Helder en el marco histórico del movimiento romántico, y la
aparición de anhelos de unificación de las tierras germanas: Alemania estaba
caracterizada por su fragmentación política en una multiplicidad de Estados donde se
preservaban los privilegios y las formas de gobierno feudales, diferentes en su carácter
en el oeste (donde predominaba el Grunderrschaft, régimen basado en una agricultura de
pequeñas explotaciones familiares que pagaban derechos y rentas a los señores) y en el
este prusiano, más poderoso económica, política y militarmente (donde predominaba el
Gutherrschaft basado en grandes latifundios señoriales cultivados por campesinos
sometidos a la servidumbre).
Las frustradas aspiraciones de unificación política experimentadas desde principios del
siglo XIX por intelectuales y amplios sectores de la burguesía prusiana (los anhelos de
unificación se frustraron en el Congreso de Viena en 1815) recién encontraron respuesta
a partir de 1833 cuando debido a las necesidades de expansión industrial de la burguesía
se inició la unidad aduanera entre los estados alemanes, liderados por Prusia. Esta fue la
primera forma de unificación, que recién se lograría en el marco político tras la Guerra
Franco-prusiana en 1871, con la asunción de Guillermo I como Emperador. Mientras
tanto, en el plano económico, tras el fracaso de la revolución de 1848 en Alemania del
oeste se había iniciado el camino de la reforma agraria liberal y en el este prusiano los
señores fundaban el capitalismo agrario sobre sus viejos dominios feudales.
De modo que el historicismo surge en un clima de “reforma por reacción” donde tras la
caída de Napoleón se iniciaron intentos de reforma a fin de evitar los avances
revolucionarios y el avance de las ideas revolucionarias y progresistas a las capas
populares. Esto se logra por las reformas educativas y el papel de la universidad prusiana,
que provee las armas ideológicas necesarias para enfrentarse a la revolución. El
historicismo clásico surgió, entonces, a fin de crear un consenso cohesionador de la
sociedad y las corrientes de pensamiento, que permitiera asegurar el orden social burgués
legitimándolo y consiguiera, mediante un mínimo de reformas, un crecimiento sin
revolución.

b) Desarrollo sus principales características.


El historicismo clásico o historia historizante, la estrategia historiográfica dominante en
la escuela histórica germana, implica una lucha contrarrevolucionaria con el objetivo de
preservar el orden, y también, una manifestación de la reacción conservadora frente al
racionalismo universalista de los liberales ilustrados.
Sus principales características son:
· Objetividad e imparcialidad: se hace nacer la historia como ciencia imparcial y objetiva
en un momento en el que se busca legitimar el orden burgués. Se creía que el uso fiel y
contrastado de la documentación iba a permitir eliminar y neutralizar la subjetividad del
historiador, que podía superar los condicionamientos sociales en la percepción de los
acontecimientos e iba a ofrecer un relato histórico como reproducción conceptual y
científica del pasado que iba a estar libre de todo tipo de prejuicio, concepción valorativa,
opinión y creencia. Resulta así inexistente la interdependencia entre el sujeto
cognoscente, el historiador que puede tener una actitud pasiva y contemplativa acorde al
modelo mecanicista, y el objeto del conocimiento, la historia.
· Archivística documental: La erudición documental es el instrumento de trabajo elevado
a la categoría de la esencia de la historia. Hay una preocupación filológica por el estudio,
que requiere la crítica, la comparación e interpretación de los textos. La metodología del
historicismo es, entonces, empirista, porque se vincula a una descripción histórica de tipo
descripcionista, es decir que la búsqueda metódica, exhaustiva del documento-reliquia-
prueba permitirá por sí misma establecer hechos y reconstruir una imagen real, verdadera
y objetiva del pasado. Esta historia racionada y documentada comenzó a suplantar a la
mera crónica.
· Busca lo particular y singular en la historia: el historicismo clásico plantea en sus
concepciones fundamentales que los hechos y las situaciones pasados son únicos y
singulares. Para el historicismo clásico dichos fenómenos, que deben ser entendidos
hermenéuticamente por la interpretación de fuentes primarias, ya sean individuos o
instituciones, son irrepetibles en su propio tiempo y espacio, y evolucionan de acuerdo a
sus propios principios, por lo que no pueden comprenderse en virtud de categorías o leyes
universales sino exclusivamente en virtud de contextos propios y particulares. En este
sentido, para el historicismo los hechos son resultado de una razón histórica.
Esta concepción fue influida por la Escuela histórica del derecho, que proponía la
creación de cuerpos legislativos locales surgidos del “espíritu del pueblo”, opuestos a las
legislaciones cosmopolitas propuestos por la Ilustración e implantados por la Revolución
Francesa.
El historicismo, entonces, combatía tanto el universalismo racionalista de Kant como la
interpretación hegeliana de la historia.
· Ve al tiempo histórico como un proceso inmanente, causal, irreversible y racional, y no
sólo como una sucesión cronológica de acontecimientos: cristaliza la causalidad
inmanente por buscar explicaciones a los sucesos en el interior de las acciones humanas
y no una acción externa divina; es irreversible porque el tiempo se concibe como unilineal
y no cíclico, y es racional porque sólo puede ser explicado con la razón, no con figuras
divinas (no se hace hincapié en una concepción providencialista de la historia)
· Abreva la tradición histórico-literaria vinculada a la correcta elaboración del relato:
la historia-literatura que se encuentra vinculada con el relato narrativo debe poder
transformarse en un legado para generaciones posteriores.
· Fe nacionalista: se busca el fomento de una conciencia nacional alemana en torno a la
monarquía prusiana. Los estados se apoyan en la conciencia de identidad nacional de los
súbditos, y la base del desarrollo del sentimiento nacionalista es la reforma educacional,
donde la educación popular busca constituir un yo nacionalizado y fiel a la patria
mediante la enseñanza de la historia.

c) Mencione y caracterice a sus representantes más conocidos y especifique el


impacto de sus obras.
Los dos representantes más importantes de la historiografía clásica fueron Niebuhr y
Ranke.
· Berthold Georg Niebuhr (1776-1831), funcionario historiador de la Universidad de
Berlín reaccionario, es considerado el iniciador de la aplicación del método histórico. Su
propuesta y desarrollo historiográfico presenta una metodología crítica dirigida al examen
y análisis filológico, filosófico y documental de las fuentes históricas materiales y la
utilización de esas fuentes escritas analizadas como una narración. Se produce en él una
transición de la erudición (mera acumulación memorística de acontecimientos y hechos
históricos por sí mismos) a la ciencia histórica (método que intenta mayor análisis).
Su “Historia Romana “, fue pensada como una forma de enseñanza patriótica que podía
ayudar a frenar el avance de las ideas de la revolución. Dejando de lado la interpretación
de Tito Livio, intentó elaborar la historia de Roma a partir del análisis crítico. En esta
obra refleja su modelo de sociedad ideal, basado en las auto-gobernaciones de campesinos
propietarios que tendrían un espíritu cívico rudo que les pondría al servicio del Estado si
ello llegase a ser necesario.
La obra de Niebuhr representa la primera manifestación de la nueva escuela erudita y
romántica.
· Leopold von Ranke (1795-1886), profesor en la Universidad de Berlín opositor a la
Revolución Francesa y sus consecuentes ideas de libertad, igualdad y fraternidad, es
considerado el creador de la historiografía contemporánea y el máximo exponente de la
corriente positivista de la historia.
Este especialista en filología clásica trabajaba en el marco de innovaciones didácticas
como la aparición del seminario universitario que permitía que los estudiantes avanzados
se dedicaran a estudiar críticamente las fuentes históricas. Ranke propuso la búsqueda de
documentos archivísticos originales, la autentificación y verificación de dichos
documentos y la confrontación entre fuentes escritas (preferentemente relatos de testigos
oculares y documentos históricos) para ser utilizados como única y exhaustiva fuente de
la historia. Así, Ranke recoge la tradición de Niebuhr y la trata de incorporar a un nuevo
modelo metodológico de la historia según le cual la tarea del historiador es “exponer
cómo ocurrieron en realidad las cosas”.
De modo que Ranke parte de un principio de objetividad vinculado a la imparcialidad:
creía que el uso fiel y contrastado de la documentación iba a permitir eliminar la
subjetividad del historiador. Sin embargo, este principio resulta contradictorio con su
conservadorismo político (era hostil a las ideas revolucionarias de la burguesía francesa,
y su pensamiento histórico –político y social- estaba comprometido con el Estado, la
política y la clase dominante: la monarquía prusiana que le asignara la posición de
combate ideológico contra las ideas hegelianas y el pensamiento ilustrado) y la manera
en que aborda la historia en sus obras: en su producción historiográfica emite juicios de
valor, interpretaciones y valoraciones incompatibles con la imparcialidad. De modo que
no se puede concebir la historia de Ranke al margen de la política, la ideología y la teoría
muy explícita de la historia, según la cual la finalidad suprema de la misma es “la de abrir
el camino a una política sana y certera, disipando las sombras y los engaños que, en estos
tiempos en que vivimos, oscurecen y fascinan las mentes de los mejores hombre”
Para Ranke la actividad de los hombres se canaliza a través del Estado-Nación, el eje
fundamental de la sociedad y la encarnación de la potencia ética de los pueblos. Cada uno
es singular y distinto, por lo que se apunta a una historia particular y no a una general y
universal: el desarrollo del Estado viene determinado por leyes y principios internos de
su propio crecimiento. Como Ranke identifica a las naciones con el estado, se concentra
principalmente en la historia política diplomática, que funciona con exclusión de los
aspectos populares relacionados con los hechos de masa o elementos socioeconómicos de
la historia: niega la posibilidad de historia comparada porque según su análisis, analizar
las conexiones con factores ajenos a los principios del Estado resulta esteril, dado que el
desarrollo del mismo se puede explicar mediante estas leyes y la aproximación al tiempo
histórico se puede realizar por fuentes primarias – Ranke sólo reconoce las fuentes
hermenéuticas como testimonio de la historia del peublo alemán.
Los Estados se apoyan en la conciencia de identidad nacional de los súbditos, que se
cimienta enseñando una historia relacionada con pueblos y unidades interclasistas
cimentadas en el sentimiento común de la nacionalidad. Y como, según Ranke, todo gran
pueblo reclama una posición internacional acorde con su dignidad, el historiador propone
dirigir las energías nacionales hacia un enemigo externo -que puede vivir en el mismo
territorio pero ser externo al pueblo, como los judíos o comunistas- para evitar una crisis
interior y lograr cohesionar la sociedad en torno al estado usando la represión y la
fabricación de consenso. El historiador prepara así el camino hacia la sumisión de los
ciudadanos al poder, porque el estado encarna la nación y esta sigue las pautas fijadas por
el dedo de Dios, a cuyos designios divinos Ranke subordina la evolución de la historia.
Entonces, hay un primado de la política exterior: se considera que los Estado-Nación y
sus clases dirigentes son los principales agentes del devenir histórico y por ello sus
relaciones, conflictos y negociaciones con otros estados (es decir, la historia política,
bélica y diplomática) constituyen la materia esencial de la investigación histórica.
El Barón vom und zum Stein (1757-1831), reformista estadista prusiano, también es
incluido dentro del movimiento por su nacionalismo romántico y su academicismo,
evidentes en la publicación de los “Monumenta Germaine Historica” en 1819,
compilación de fuentes de la historia medieval alemana que es considerada la obra cumbre
del nacionalismo romántico alemán. Stein busca en el pasado –en particular el medieval-
la justificación histórica de su proyecto nacionalista del presente.

d) Señale la naturaleza positivista de las prácticas historiográficas del historicismo


clásico y las características propias que lo diferencian del mismo.
La naturaleza positiva de la concepción rankeana se refiere al apego fidedigno a al
documento sometido a una crítica documental, es decir que ambas corrientes coinciden
en su preocupación archivística documental, así como en su intento de desvincularse de
corrientes políticas e ideológicas y lograr la objetividad de la ciencia histórica.
Sin embargo, mientras el positivismo busca dotar de un método científico objetivo a la
historia y descubrir por el uso combinado del razonamiento y la observación sus leyes
efectivas y universales (es decir, aquello general y recurrente en la historia), el enfoque
de la historia historizante busca la singularidad y lo irrepetible del hecho histórico y
rechaza la idea de un desarrollo encauzado por la razón hacia un objetivo como el
progreso. Para el historicismo los hechos son resultado de una razón histórica, y su
método se basa en una lógica de la investigación y de la comprensión de las conexiones
humanas diferente a la de las ciencias naturales. En cambio, en el positivismo los hechos
son resultado de una atemporal razón ilustrada que concebía al tiempo histórico como un
tiempo equivalente al tiempo físico y vinculado al de las ciencias naturales
Entonces, el énfasis del historicismo en la singularidad de los principios históricos
definitivamente va a enfrentar a la escuela histórica germana con el positivismo.

e) Analice las características que se desarrollan en las prácticas historiográficas del


historicismo clásico a partir de los herederos de Ranke y señale las particularidades
de la conexión entre Historia y política en la llamada “escuela historiográfica
prusiana”
Se considera a Theodor Mommsen (1817-1903) y a los integrantes de la Escuela Histórica
prusiana como sucesores de Ranke. De él tomaron la rigurosidad del método histórico.
Mommsen recoge los principios metodológicos de Ranke, como el análisis exhaustivo de
las fuentes, e introduce una diferencia fundamental en la concepción rankiana expresada
en el establecimiento de una vinculación explícita entre la historia y la política, con la
cual el historiador tiene un deber: hay un pragmatismo, pues ni historia ni política pueden
separarse. En sus obras la erudición y el nacionalismo se desvinculan de la admiración
hacia la nobleza y el autoritarismo bismarckiano propia de los pensadores pertenecientes
a la escuela histórica germana para abrazar la causa del liberalismo.
La vinculación que Mommsen explicita entre la historia y la política se acentúa en los
representantes de la Escuela histórica prusiana: H. Von Sybel, J. Droysen y H. Von
Treischke. Estos historiadores dedican sus esfuerzos a la formación de una conciencia
histórica que favorezca los fines políticos potenciando la unificación alemana detrás del
estado prusiano, y por ello arrojan toda concepción de imparcialidad y consideran a la
historia como un arma ideológica para afianzar el estado alemán, difundida en las escuelas
en beneficio del Estado, donde la vinculación con la política es ineludible y posee un
carácter más conservador.
De esta manera, los pensadores de la escuela historiográfica prusiana continúan la obra
que empezara Ranke de sacralizar al estado nacional identificándolo con el pueblo.
Trietschke identifica al pueblo, potencia soberana independiente unida por la ley, con el
estado, y de esa vinculación surge el derecho que tiene el estado de hacer valer su voluntad
mediante las armas, pues el fin de las naciones–estado es la guerra, donde se asegura su
existencia contra enemigos internos y externos. Así, se produce un culto a las virtudes
militares, hecho que va a encontrar eco e influencia en la Alemania posterior a la
unificación, donde las ideas serán adoptadas por estados autoritarios, expansionistas y
nacionalistas cuya principal obsesión era contener el avance de la democratización
política y con ello impedir el avance del movimiento obrero.

05.
a) Desarrolle las principales características de la historiografía inglesa del período.
La primera mitad del siglo XIX es en Gran Bretaña una época sin grandes historiadores,
puesto que la teoría del progreso que prometía la felicidad dentro de un orden estable en
el que bastaba con una tecnología social -papel asumido por la economía- desarrollada
por A. Smith inhibió el desarrollo de la historia.
Con la eliminación de la amenaza revolucionaria interna representada por el cartismo, en
la segunda mitad del siglo XIX desaparece para la sociedad británica la necesidad de
mantener vivo el combate ideológico en torno al radicalismo y al movimiento obrero, con
lo cual desaparece la interpretación whig de la historia y, de acuerdo a Fontana, “no queda
más que el vacío –la ausencia de ideas encaminada a negar validez a cualquier idea
perturbadora. En este marco surge la idea de la imparcialidad del historiador por parte de
Lord Acton, y desaparece casi por completo el género de reflexión social que acoplaba la
economía y la historia.
La historiografía inglesa del siglo XIX busca legitimar el orden establecido tras la
Gloriosa Revolución en 1688 y evitar los alzamientos populares.

b) Mencione y caracterice a sus representantes más reconocidos.


· Macaulay (1800-1859)
Este lord defensor del liberalismo y la industrialización es considerado el creador de la
interpretación whig de la historia, que reconstruye el pasado para mostrarlo como un
ascenso continuado hacia las formas de la libertad constitucional inglesa.
En su obra Historia de Inglaterra realiza una apologeta de la revolución de 1688 y del
sistema liberal establecido en Inglaterra a partir de la Revolución Gloriosa, para mostrar
que el acuerdo establecido entre la monarquía y el parlamento en 1688 había permitido
evitar el radicalismo y la anarquía y había hecho posible construir un sistema político
estable, condición del progreso británico. Así, Macaulay consideraba que la revolución
de 1688 había unido los privilegios de la dinastía gobernante con los derechos del pueblo
respetando la propiedad y el prestigio de las leyes, la libertad y la acción individuales,
gracias a lo había crecido la prosperidad , la riqueza y el bienestar y la historia de
Inglaterra podía ser entendida como la historia del progreso material, moral e intelectual.
Legitimaba el orden burgués establecido, acusando de cobardes a los mantenedores del
movimiento cartista que lo ponían en peligro:

... En nuestra isla, no se ha interrumpido, ni por un solo día, el curso regular


del gobierno. Los pocos malvados que ansiosamente deseaban la licencia
y el pillaje que no han tenido el valor de arrostrar, ni por un momento, la
fuerza de una nación fiel, reunida en actitud firme en derredor de un trono
paternal. Y si se pregunta por qué nos diferenciamos de los otros pueblos,
la respuesta es que nunca hemos perdido lo que ellos loca y ciegamente
tratan de recobrar. Gracias a haber tenido una revolución conservadora en
el siglo XVII, no hemos tenido una revolución destructora en el XIX.
(Lord Macaulay, Historia de la revolución en Inglaterra, Madrid, 1908)
La obra de Macaulay ofreció en el siglo XIX el tipo de análisis del pasado que se requería
para apuntalar la economía política de Gran Bretaña y sus promesas para el futuro.

· Lord Acton (1834-1902)


Luego Acton se dedicó al desarrollo de la historia científica en el siglo diecinueve bajo la
influencia de Ranke, aplicando métodos de investigación de archivos, crítica de las
fuentes, y resaltando la necesidad de la imparcialidad del historiador.

Nuestro esquema requiere que nada revele el país, la religión o el partido


a que
pertenecen los escritores. Ello es esencial, no solo sobre la base de que la
imparcialidad es la característica de la historia legítima, sino porque el
trabajo es realizado por hombres que se han reunido con el solo objeto de
aumentar el conocimiento exacto. (Lord Acton, Lección inaugural sobre
el estudio de la historia, Cambridge, 1895)

· James E. Thorold Rogers (1823-1890)


Profesor de economía en la universidad de Oxford, Rogers intentó recuperar el género de
reflexión social que enlaza el análisis histórico con el económico, y para eso desplegó
métodos históricos y estadísticos para analizar la Inglaterra Victoriana .

06.
a) Desarrolle las principales características de la historiografía francesa del período.
Tras 1989 tuvo origen en Francia la historiografía liberal, que era heredera de las
características de la ilustración: hay un interés por la política que implica extraer lecciones
de la historia porque es una escuela de enseñanza permanente para los políticos y la
sociedad, mas desaparece el carácter cosmopolita que tuvo la historia para los ilustrados.
Comprometida con la lucha antifeudal y con el movimiento liberal–burgués que animó a
todos los movimientos revolucionarios que se produjeron hasta 1830, la historiografía
liberal era antimonárquica y antiaristócrata y se hallaba vinculada a la política de la
burguesía liberal, por lo cual interpretaba el curso de la historia en función de la nueva
hegemonía burguesa buscando legitimarla.
Las corrientes dominantes en la historiografía clásica del siglo XIX son el romanticismo,
que en Francia entroncó con los ideales liberales característicos de la primera mitad del
siglo XIX, y el positivismo; ambas representaban una ruptura con respecto al pasado
ilustrado y revolucionario.

b) Mencione y caracterice a sus representantes más reconocidos.

· Guizot (1787-1874)
Es considerado el historiador más importante de la corriente historiográfica liberal.
Burgués y protestante, enemigo del absolutismo y la revolución, Guizot reconoce al
“estado llano”, la burguesía, como eje directriz de la historia:

Nadie ignora el papel que el Estado llano ha desempeñado en Francia; ha


sido el elemento más activo y decisivo de la civilización francesa, el que
ha determinado, en última instancia, su dirección y carácter. (...)
Cualquiera sea el aspecto bajo el que se considere, tanto si se estudia la
formación progresiva de la sociedad en Francia como la del gobierno, el
Estado llano significa, en nuestra historia, un hecho inmenso. Es la más
poderosa de todas las fuerzas que han precidido nuestra civilización.
(Guizot, Francois, Historia de la civilización en Europa, Madrid, 1935)

Guizot señaló el carácter de enfrentamiento social que se dio en la revolución inglesa y


la comparó con la francesa, destacando la importancia que el espíritu protestante había
tenido en Inglaterra en la configuración de los ideales de libertad. Esta libertad culmina
con el triunfo de la Revolución liberal de 1830, que según este autor consagró los
principios de 1789 y señaló el fin de la lucha de clases, puesto que la burguesía había
alcanzado el poder y después de ese momento carecía de sentido la revolución.

· Thierry (1795-1856)
Este representante de la escuela romántica planteó los fundamentos de una renovación de
la historia de Francia acorde a los cambios que se habían producido en su sociedad debido
a la necesidad de reinterpretar la historia a partir de la nueva hegemonía burguesa. A la
historia de reyes y aristócratas expresada en los viejos anales, que no podía considerarse
como la legítima historia de la nación francesa, Thierry considera que debe agregarse la
historia del tercer estado:

La historia de Francia, tal como la han hecho los escritores modernos, no


es la verdadera historia del país, la historia nacional, la historia popular:
esta historia yace todavía sepultada bajo el polvo de las crónicas
contemporáneas, de donde nuestros elegantes académicos no han cuidado
de sacarla. La mejor parte de nuestros anales, la más seria e instructiva,
está por escribir; nos hace falta la historia de los ciudadanos, de los
súbditos, la historia del pueblo. Esta historia nos presentaría, por un
tiempo, ejemplos de conducta y ese interés y simpatía que buscamos en
vano en las aventuras de ese pequeño número de personajes privilegiados
que ocupan solos la escena histórica. Nuestras almas se sentirían atraídas
por el destino de las masas de hombres que han vivido y sentido como
nosotros (...); el progreso de las masas populares hacia la libertad y el
bienestar nos parecería más imponente que la marcha de los
conquistadores y sus miserias, más conmovedoras que las de los reyes
destronados. (Thierry, Agustín, Première leerte sur l’historie de France,
París,
1846)

Thierry introdujo entonces en sus estudios la figura del pueblo, la nación, colocándola en
el primer plano de su análisis, en el centro de la historia: intentó escribir la historia del
pueblo en su Ensayo sobre la formación y progresos del Tercer Estado, donde identificó
al tercer estado no sólo con la burguesía, sino con el pueblo entero, con la única exclusión
de la aristocracia y el clero. Thierry identifica la historia de este tercer estado con la del
desarrollo y los procesos de la sociedad civil francesa.

· Tocqueville (1805-1859)
Historiador liberal francés católico y conservador de la restauración que en su obra
cumbre, El Antiguo Régimen y la Revolución (1856), efectuó el análisis de las causas
que posibilitaron la revolución, el estudio de la estructura social de la Francia del Antiguo
Régimen y de los enfrentamientos sociales que se produjeron a lo largo del siglo XVIII,
realizados a partir de documentación rigurosa y esmerada.

· Jules Michelet (1798-1874)


Era un historiador romántico impregnado de un liberalismo que pronto se truncaría en
republicanismo populista y progresista, cuyos planteamientos políticos, de cierto
populismo progresista, habían de conducir a las fuerzas sociales movilizadas por la
revolución por el camino del nacionalismo burgués, al desviar a las clases populares de
cualquier objetivo clasista mediante la visión personalizada que intenta establecer en su
obra de la nación francesa, cuyo “ser nacional” habría existido desde el origen de los
tiempos.
Michelet realizó una amplia utilización de fuentes documentales, y elaboró una
concepción de la historia que le sitúa como el precedente más cercano de la concepción
de la “historia total”, la que aplicó en su Historia de Francia (1833-1861) donde el pueblo
pasó a ser protagonista de la historia y donde se estudió ampliamente los fenómenos
económicos, sociales, religiosos y culturales, entre otros.

En estos días memorables se hizo una gran luz y divisé a Francia. Tenía
anales y no una historia. Hombres eminentes la habían estudiado, sobre
todo, desde el punto de vista político. Ninguno había penetrado en el
infinito detalle de los desarrollos diversos de su actividad (religiosa,
económica, artística, etc.) Ninguno la había abrazado con la mirada en la
unidad viviente de los elementos naturales y geográficos que la
constituían. Yo fui el primero en verla como un alma y con una persona.
(Michelet, Jules, Historia de Francia, París, 1876)

Creo haber encontrado, por concentración y reverberación, una llama lo


suficientemente intensa como para fundir todas las diferencias aparentes y
devolverles en la historia la unidad que tuvieron en vida... Para interpretar
el más insignificante hecho social me ha resultado imprescindible la ayuda
de todo el conjunto, dándome cuenta cada vez más de que nuestras
clasificaciones, por lo general, son poco serias (...) Nunca hasta ahora
había movido una masa tan grande, combinando en una unidad viva tantos
elementos aparentemente discordantes... Estoy tratando de entrelazar
aquellos hilos que nunca habían sido entretejidos en la ciencia: el derecho,
el arte, etc.; de mostrar cómo una escultura o pintura es un acontecimiento
en la historia del derecho; de seguir el movimiento social desde el
corpulento siervo que sostiene los nichos de los santos feudales hasta
fantasía de la corte (la Diana de Guojon), hasta Véranger. Este doble cabo
está trenzado con los hilos de la industria y la religión. Es fácil para la
imaginación entrever algo de esta acción recíproca; pero determinar con
exactitud la manera la cantidad de esa acción, a fin de fundar
científicamente una teoría tan nueva, no es un esfuerzo pequeño.
(Michelet, Jules)

· Coulanges (1830-1889)
Era un historiador académico y docente francés cuya herencia racionalista se mezcla con
un legado romántico. Su positivismo se vincula a una concepción conservadora del
mundo.
Consideraba que la historia consistía, como ciencia, en exponer hechos, analizarlos,
cotejarlos e indicar los lazos que los unen, conservando el historiador, que “no tiene más
pretensión que la de apreciar bien los hechos y comprenderlos con exactitud” objetividad
e imparcialidad.
En La ciudad antigua trató de buscar las leyes que explican la evolución histórica de
Grecia y Roma y para ello partió de la inteligencia del hombre como motor que
fundamenta las transformaciones sociales. (A causa de nuestra inteligencia, que progresa,
las instituciones y leyes se encuentran sujetas a cambio, es decir que a partir de los
cambios de inteligencia de los hombres deben explicarse las transformaciones sociales.)
Para Coulanges, que abogó por una historia patriótica y conservadora por el estilo del
historicismo prusiano, la familia y la religión nacían desde el principio en estrecha
asociación a la propiedad, y la evolución de la estructura de las sociedades antiguas se
explican por la religión.

· Taine (1828-1893)
Instrumento de la reacción cuya obra Los orígenes de la Francia contemporánea,
profundamente reaccionaria y critica con la revolución, se ocupa de los fenómenos
económicos e intenta vincular los fenómenos culturales al conjunto de la sociedad.

· Comte (1798-1857)
Fue secretario y colaborador de Saint-Simon. Intentó dotar de un método científico
objetivo a la historia y descubrir por el uso combinado del razonamiento y la observación
sus leyes efectivas y universales.
El positivismo de Comte consideraba que la marcha progresiva del espíritu humano como
algo autónomo bastaba para explicar el cambio histórico, y que dicha evolución
independiente del pensamiento se ilustra con una ley fundamental del desarrollo
intelectual de la humanidad que consiste en afirmar que cada rama del conocimiento pasó
por tres estados teóricos diferentes: el estado teológico o ficticio, en el que las
explicaciones se buscan en la acción directa y continua de agentes sobrenaturales; el
estado metafísico donde los agentes sobrenaturales son reemplazados por fuerzas
abstractas, y el estado cientifico o positivo en el que el espíritu humano renuncia a conocer
las causas íntimas de los fenómenos para concentrarse en descuibrir las leyes efectivas
mediante el uso bien combinado del razonamiento y la observación.

07. Señale las diferencias entre la historiografía inglesa y la francesa.


Se podría comenzar señalando las diferencias entre la Revolución Inglesa y la Francesa:
mientras que en Inglaterra encontramos una conducta reformista altamente ligada a la
economía política, en Francia es la Revolución la que marca el camino, aunque la
historiografía de la revolución no será la corriente dominante de la historiografía francesa
del siglo XIX, sino que serán el romanticismo y el positivismo.
Además, el liberalismo inglés, que halló su base de fundamentación ideológica entre las
ideas de la escuela escocesa basadas en el progreso, tiene un carácter más conservador
por el mismo carácter de la revolución ocurrida en el siglo XVII -revolución conservadora
inglesa que derivó al establecimiento de un poder compartido por la alta burguesía en
alianza con la aristocracia, como consecuencia del terror que ambas sentían al radicalismo
popular- mientras que el hecho de que se produjeran revoluciones liberales en Francia
que implicaron la destrucción del Antiguo Régimen le otorga a la historiografía francesa,
que obtuvo su fundamentación ideológica entre los Ilustrados del siglo XVIII, un carácter
más liberal.
Ambas corrientes historiográficas se encuentran plasmadas a través de sus representantes.
08. A partir de lo analizado en la práctica historiográfica que distingue al siglo XIX:
señale lo que tienen en común y lo que diferencia al historicismo clásico alemán y a
la historiografía que se expande en Inglaterra y Francia.
Las tendencias en Francia, Inglaterra y Alemania compartían la preocupación por lograr
la preservación del orden burgués y justificar la hegemonía de esta clase que se
encontraba en el poder, por frenar el avance que las ideas revolucionarias habían hecho
en las capas populares rurales y urbanas, y por asegurar un nuevo consenso que cimentase
el orden social, una vez que la fundamentación tradicional de la sociedad feudal y de las
monarquías de derecho divino se habín desmoronado..
Las diferencias principales son:
- Mientras que en Inglaterra se admitió la doctrina del progreso que prometía felicidad
para todos dentro de un orden estable y con la historiografía de la revolución surge en
Francia la introducción de los conceptos de clase y la lucha de clases -que dan una
dimensión política a la interpretación economicista y pasiva de la teoría de los cuatro
estadios de Adam Smith-, el historicismo clásico enseña una nueva historia en al que no
se habla de estadios o progreso, modo de subsistencia o luchas de clases – dado que estos
argumentos conducen a una visión crítica y debilitan la cohesión social-, sino que se
relaciona con pueblos y unidades interclasistas cimentadas en el sentimiento común de la
nacionalidad.
- En Francia e Inglaterra han aparecido historiadores que integran análisis económicos al
estudio de la historia, mientras que en Alemania se niega la posibilidad de historia
comparada porque se sostiene que el desarrollo del Estado se puede explicar mediante los
principios internos de su propio crecimiento sin necesidad de atender a los elementos
socioeconómicos.
- En Francia, Guizot y Thierry señalan a la nación – al pueblo, al estado llano- como
artífice de la historia, mientras que desde el historicismo clásico se identifica a la Nación
con el Estado, y los relatos históricos siguen estando vinculados a las clases gobernantes.
- Mientras que en Alemania la historia historizante busca lo particular y singular en la
historia, en Francia e Inglaterra, especialemte los historiadores positivistas, buscan leyes
universales que expliquen la evolución histórica.

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