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Crisis Imperial, Revolución y Guerra

Noemí Goldman

La crisis de la monarquía hispánica

Siglo XVIII despotismo Ilustrado: reorganización de las relaciones entre la Península y sus
posesiones americanas. Fomento de las economías coloniales, reformas militares y administrativas
a fin de contrarrestar la creciente amenaza de la colonia Británica. Al mismo tiempo hacia el
interior del Imperio Español el absolutismo vino a intentar reafirmar una única soberanía: la del
monarca. Intentó uniformizar los diversos reinos que integraban la monarquía, eliminando las
prácticas soberanas que formaban parte de los antiguos privilegios de cada reino.

En este sentido el Concordato de 1753 supuso un intervencionismo regalista en la vida de la Iglesia.


En 1767 la expulsión de los jesuitas supuso el punto culmine de una política destinada a controlar
la provisión y la renta de la Iglesia.

Impacto de las reformas en el Río de la Plata. Se adoptó el régimen francés de Intendencias. La


ordenanza de 1782/83 dividió al Virreinato en diversas unidades políticas: Intendencia General del
Ejército y de Provincia de Buenos Aires, siendo la cabeza política del resto de las intendencias.
Córdoba comprende La Rioja, Mendoza, San Juan y San Luis; Salta comprende Jujuy, Catamarca,
Santiago del Estero y San Miguel de Tucumán; Paraguay; La Plata; Cochabamba; Potosí y La Paz.
Como gobernaciones militares para la defensa de la frontera quedan Montevideo, Misiones, Moxos
y Chiquita.

Las Intendencias se hicieron cargo de la justicia, administración general, hacienda y guerra, con la
debida subordinación y dependencia del virrey y de la Audiencia.

Debido a las amenazas por el Atlántico de Portugal e Inglaterra, Buenos Aires fue dotada de un
aparato financiero que garantice un aparato militar. Buenos Aires se aseguró el comercio interior,
incluido el Alto Perú. En 1787 se proclama el libre comercio y un año después se abre una Aduana.

El reglamento amplió la libertad de comercio, habilitó a 13 los puertos metropolitanos y a 24


puertos americanos. La Corona buscaba desplazar del control de la administración a las familias de
las elites criollas. Así hacia finales del siglo XVIII el 65 % de los cargos estaba ocupado por
peninsulares, siendo la mayoría de alta jerarquía. Asimismo se generó una integración entre ambos
grupos sociales por medio del linaje.

Tradicionalmente los súbditos americanos eran integrantes de reinos dependientes de la corona de


Castilla. Los Borbones modificaron el pacto colonial, eliminando derechos y privilegios y
concentrando poder de decisión sobre las ahora colonias americanas. Más allá de los descontentos
ocasionados las revoluciones de independencia en Hispanoamérica fueron fruto de la crisis
monárquica Ibérica.
1807 – El Tratado de Fontainebleau fue firmado el 27 de octubre de 1807 en la ciudad francesa de
Fontainebleau entre los respectivos representantes plenipotenciarios de Manuel Godoy, valido del
rey de España Carlos IV de Borbón, y Napoleón I Bonaparte, emperador de los franceses. En él se
estipulaba la invasión militar conjunta franco-española de Portugal y se permitía para ello el paso
de las tropas francesas por territorio español.

1808 – Marzo - Motín de Aranjuez. Levantamiento que desencadenó debido a varias causas
motivadas por la política de Manuel Godoy, secretario de Estado de Carlos IV, en el marco de las
invasiones francesas. Fernando VII se corona Rey de España.

Mayo – Abdicaciones de Bayona. Fernando VII y Carlos IV abdican en Napoleón primero y luego
en José Napoleón, nuevo Rey de España hasta 1813.

Mayo – Movimiento Juntista en la Península.

Septiembre – Junta Central Gubernativa del Reino. Se conforma en Aranjuez pero debe
trasladarse a Sevilla debido a la guerra.

En Montevideo se conforma una Junta gubernativa en nombre de Fernando VII y en


disconformidad con el Virrey Liniers.

1809 – Enero – Convocatoria a diputados americanos para conformar la Junta Central.


Convocatoria desigual: 9 diputados para América y Filipinas y 36 para la Península.

Movimiento Español encabezado por Álzaga pretende deponer a Liniers.

1810 – Enero – Consejo de Regencia. Se convocan a las Cortes Generales del reino

Septiembre – Se constituyen las Cortes Generales.

Las invasiones inglesas y la militarización de Buenos Aires

Entre 1806 y 1807 Inglaterra invadió el Río de la Plata y dejo al descubierto lo mal defendida que
estaban sus principales ciudades. Asimismo tanto el Cabildo y la Audiencia adoptaron un
comportamiento sumiso por deseo de conservación. Para hacer frente a la ocupación inglesa se
organizaron por primera vez cuerpos milicianos voluntarios.

En la primera expedición Pophan y Beresford se apoyaron en las confrontaciones entre


peninsulares y criollos, prometiendo libre comercio e independencia. Los ingleses dilataron el
cumplimiento de sus promesas y los criollos resistieron la posibilidad de una nueva dominación. El
virrey Sobremonte se retiró con las Cajas Reales como así estaba previsto en caso de invasión. Pero
contrariamente a lo promedito por las autoridades españolas ni se dispuso la retirada ni se
resguardaron las cajas. Los depósitos militares cayeron en manos inglesas y el tesoro real se perdió
en Lujan. Ante esto en agosto de 1806 se convocó un Cabildo abierto para destituir al Virrey.
La reconquista fue organizada militarmente por el capitán de navío Santiago de Liniers, Pueyrredón
organizando la campaña y Martín de Álzaga las tropas en la ciudad. Los ingleses ocuparon la
ciudad 46 días. Ante el inminente retorno de los ingleses se organizaron escuadrones de Húsares,
Patricios y diversos batallones. En junio de 1807 Whitelocke desembarco en la Ensenada con 8400
hombres. Fue derrotado a los pocos días.

Como consecuencia de las invasiones la elite de comerciantes y burócratas de nueva base de poder
local toman cada vez más poder, sobre la base de un movimiento popular. De 40000 habitantes las
milicias populares llegan a ser hasta 7500, y las regladas 1600. Los oficiales de las milicias eran
elegidos por las bases. El financiamiento de las nuevas fuerzas significo también una importante
modificación al volcarse una masa monetaria que en el pasado se dirigía a España. Los criollo
adquirieron status al ser más que los peninsulares y se abrieron posibilidades de ascenso a la plebe
urbana (la paga a las milicias supuso una dedicación nueva).

Deterioro y crisis del sistema institucional colonial

Durante 1808 a 1810 se recrudecen las tensiones entre instituciones, funcionarios y las bases
populares. Tanto criollos como peninsulares permanecieron abiertos a las posibles salidas a crisis,
como lo muestran el levantamiento de enero de 1809 y las ideas carlotistas.

En 1808 Liniers fue confirmado por la Corona como nuevo virrey, pero las tensiones con el Cabildo
por el control de las milicias populares y los recursos crecieron al producirse las abdicaciones de
Bayona y el ascenso del poder de los Bonaparte. En este marco la corona Portuguesa se instala en
Brasil un grupo de criollos que empieza a ser designado con el nombre de partido de la
independencia vio con buenos ojos la protección del carlotismo. Los grupos de peninsulares ligados
al Cabildo y los criollos se acusan mutuamente de independentistas, aunque ninguno pretendía tal
objetivo. Luego del levantamiento frustrado de enero de 1809 se jura fidelidad a la Junta Central.

La crisis final del lazo colonial en el Río de la Plata se producirá solo cuando lleguen las noticias de
una posible derrota total de España en mayo de 1810, cuando se difunden noticias de la disolución
de la Junta Central por el Consejo de Regencia formado por 5 miembros.

Formas de la identidad colectiva: “ciudad”, “pueblo” y “nación”

Argentino habría surgido antes de 1810 de un impulso de regionalismo integrador dentro del
mundo hispano y en enfrentamiento con lo peruano debido a la rivalidad entre Lima y Buenos
Aires. Es sinónimo de habitante de Buenos Aires y sus zonas aledañas.

El concepto de nación, presente en los debates constitucionales entre 1813 y 1827 no remite ni a
un pasado histórico ni a un pasado étnico sino que se constituye solo por la voluntad de sus
asociados. Es en el vocablo de los pueblos donde se encuentra una de las claves de la cuestión de
la identidad política emergente con el proceso de emancipación. Los pueblos en el lenguaje de
época fueron las ciudades convocadas a participar por medio de sus cabildos en la Primera Junta.
La ciudad se consideraba una república con su autoridad, jerarquía y ordenamiento socio político
específico, y la calidad de vecino la forma de participación en esa comunidad política. Con la caída
del poder central en 1820 los pueblos tendieron a constituirse en Estados soberanos bajo la
denominación de provincias.

La revolución de Mayo de 1810 y la guerra de independencia

Disuelta la Junta que designó a el ultimo virrey Cisneros, el Cabildo abierto del 22 de mayo dio
lugar a la formación de la Junta de Mayo que reasumió el poder por parte de os pueblos, concepto
que remite a la doctrina del pacto de sujeción de la tradición hispánica por el cual, una vez
caducada la autoridad del monarca, el poder retrovierte a sus depositarios originarios: los pueblos.

Las nuevas autoridades convocan a los pueblos del Interior a participar de las primeras
deliberaciones de Buenos. Los cabildos del interior elegirían a los diputados para formar la Junta
Grande. De modo que la representación es entregada a la ciudad de la tradición hispano colonial,
los vecinos.

Sin embargo parte de los nuevos miembros surgidos de la Primera Junta prefieren, frente al pacto
de sujeción, el concepto de soberanía popular difundido por la revolución norteamericana y
francesa y por la versión roussoniana de contrato, que concibe a este como un pacto de sociedad,
rechazando al de sujeción por considerar que el lazo provino de una conquista.

El periódico político impulsado por el sector morenista La Gaceta difunde la moderna teoría de
soberanía popular al adaptar los principios del Contrato Social a la realidad rio platense que
justificaba el nuevo poder de los criollos: “Los vínculos, que unen el pueblo al Rey, son distintos de
los que unen a los hombres entre sí mismos: un pueblo es pueblo, antes de darse a un Rey: y de
aquí es, que aunque las relaciones sociales entre los pueblos y el Rey, quedasen disueltas o
suspensas por el cautiverio de nuestro Monarca, los vínculos que unen a un hombre con otro en
sociedad quedaron subsistentes, porque no dependen de los primeros; y los pueblos no debieron
tratar de formarse pueblos, pues ya lo eran; sino de elegir una cabeza, que los rigiese, o regirse a sí
mismos según las diversas formas, con que puede constituirse íntegramente el cuerpo moral”.

Esto traerá conflictos al interior de las provincias del ex Virreinato. La afirmación de la existencia de
una única soberanía derivada del pacto social, sustento la tendencia a crear un Estado unitario
(soberanía de la “Nación”) en oposición a los que defendían la existencia de tantas soberanías
como pueblos hubiere. Dentro del unitarismo porteño, el centralismo se constituyó en la
modalidad dominante durante la primera década revolucionaria.

Entre 1810 y 1820 la Revolución se enfrentó con dos grandes cuestiones: la guerra de
independencia y la trama de la oposición entre la tendencia centralista de Buenos Aires y las
tendencias al autogobierno de las demás ciudades.

Guerra y proceso revolucionario

El proceso revolucionario comprendió dos periodos: 1810 – 1814 y 1814 – 1820. El primero esta
marcado por los intentos frustrados por parte de los morenista de asociar la lucha de
independencia con la construcción de un nuevo orden, y el segundo por el conservadorismo
político del gobierno del Directorio. Se sucedieron 6 gobiernos:

 Primera Junta: mayo a diciembre 1810


 Junta Provisional Gubernativa o Junta Grande: enero a septiembre 1811
 Junta Conservadoras: septiembre a noviembre 1811
 Primer Triunvirato: septiembre 1811 a octubre 1812
 Segundo Triunvirato: octubre 1812 a enero 1814
 Directorio: enero 1814 a febrero 1820

La Primera Junta formo un ejército expedicionario para acatar el nuevo régimen. En julio de 1810
el Cabildo de Córdoba reconoce al Consejo de Regencia. Liniers, quien lideraba el movimiento, y
sus seguidores son fusilados.

Belgrano a cargo de la expedición a Paraguay fue derrotado y ésta se declaró independiente de


Buenos Aires. Montevideo estaba controlada por los españoles. La resistencia en el interior de las
provincias por parte de éstos era constante. Moreno redactó una circular que excluye a todos los
alineados al Consejo de Regencia, fundamentalmente españoles, de cargos en el Cabildo.
Asimismo en su enfrentamiento con el sector liderado por Saavedra redactó un decreto por medio
del cual suspendía privilegios y honores en la Junta, lo que ponía en iguales condiciones a sus
miembros. Sin embargo no cesan las resistencias y en 1812 Álzaga intenta un golpe, fracasa y es
fusilado.

En mayo de 1811 Castelli al mando de la expedición libertadora en el Alto Perú, frente a las ruinas
de Tiahuanaco, proclamó el fin de la servidumbre. Los derechos recuperados por los indios no solo
eran sociales – derogación de todos los abusos perjudiciales a los naturales como cargas en
imposiciones, otorgamiento de tierras y creación de escuelas- sino igualmente políticos pues se les
otorgaba derecho de representación. La liberación indígena era un arma de guerra necesaria para
el ejército, pero formaba parte de la concepción de la Revolución de los morenistas que, basada en
el derecho natural, proclamaba la libertad de los hombres.

A medida que los diputados provinciales llegaban a Buenos Aires se irían incorporando a la Junta.
La nueva situación creada a fines de 1810 por la incorporación de diputados adictos a Saavedra
produjo el aplazamiento de la reunión del congreso, que debía establecer la futura forma de
gobierno. Ante la muerte de Moreno se conforma el “Club Morenista” cuyos miembros fundaran
luego la Sociedad Patriótica e integrarán más tarde la Logia Lautaro.

La derrota en Perú (Huaqui julio 1811) produjo un duro golpe al gobierno. Saavedra parte al norte
para auxiliar a las tropas y en ese momento el Cabildo lo reemplaza por un triunvirato (Septiembre
de 1811).

En 1811 se establece un programa de militarización integral, priorizándose la competencia


profesional, disciplina militar y la distancia entre la tropa y el cuerpo de oficiales.
En 1812 resurge el grupo morenista con el nombre de Sociedad Patriótica, siendo Monteagudo su
principal portavoz, impulsando los objetivos de declarar la independencia y dar una constitución.
Las advertencias de la Sociedad Patriótica sobre las posiciones moderadas del Primer Triunvirato se
confirman con el levantamiento de Álzaga. Con la renovación del Triunvirato en octubre de 1812
salen a la luz los enfrentamientos entre los moderados y los radicales. Bajo el influjo de los recién
llegados Alvear y San Martín y la Sociedad Patriótica, el ejército depone al gobierno y forma el
Segundo Triunvirato. La iniciativa política más importante de este periodo fue la reunión de la
primera Asamblea General Constituyente en enero de 1813. En la fórmula de su juramento se
excluye la fidelidad a Fernando VII y se declara la “independencia de toda autoridad eclesiástica
existente fuera del territorio”. Dispone la libertad de prensa, de vientre, extinción del tributo, la
mita, el yanaconazgo y el servicio personal, supresión de los títulos de nobleza y eliminación del
mayorazgo. Sin embargo nada de eso se cumple.

El temor a una restauración monárquica en España junto con las conflictivas relaciones con la
Banda Oriental paralizaron las iniciativas de la Asamblea. Además Alvear se aleja de los objetivos
iniciales de la Logia, sirviéndose de la organización como instrumento político destinado más que a
extender la Revolución a consolidar sus posiciones dentro de los límites impuestos por la nueva
coyuntura internacional. Alvear desplaza a San Martín y se convierte en Director. En enero de 1814
parece el fin de la revolución al acercar posiciones al retorno de la obediencia al Rey de España o
un Protectorado Británico. Pero la entrega de la Banda Oriental después de haber sido recuperada
por el mismo Alvear, al nuevo jefe de los orientales Artigas, terminó de socavar su prestigio en
Buenos Aires. En abril de 1815 una división de su propio ejército comandada por Álvarez Thomas
se subleva en Fontezuela, donde había llegado para apoderarse de Santa Fe por orden de Alvear.

La Banda Oriental, Corrientes, Entre Ríos y Santa Fe formaron la Liga de los Pueblos Libres bajo
protección de Artigas. El Ejército del Norte se autogobernaba apoyado en los pueblos del noroeste.
Cuyo desde 1814 constituye la base de operaciones de San Martín, siendo Gobernador Intendente.
En el Norte una serie de victorias (Tucumán 1812 y Salta 1813) y derrotas (Vilcapugio y Ayohúma
en 1813, actualmente Oruro), seguidas por la gran derrota de Sipe Sipe supuso el control definitivo
por parte de las tropas dirigidas por Pezuela del Alto Perú y la instalación en Salta del gobierno de
Martín Güemes. Hasta 1820 Sata sufrió siete invasiones realistas todas defendidas.

Luego de las derrotas militares, en el marco de la restauración monárquica en Europa y una lucha
interna en la elite porteña, se convoca en Tucumán un nuevo Congreso Constituyente en marzo de
1816 que marcaba un cambio político al reconocer los intereses de los pueblos. Se designó a
Pueyrredón como nuevo directo (mayo 1816). En este contexto Belgrano propone una monarquía
Inca, pero los pueblos se oponen a toda solución monárquica. Lo fundamental: en julio de 1816 se
declara la Independencia de las Provincias Unidas en Sudamérica y se afirma la voluntad de
conformar una nación libre e independiente. Sin embargo el texto constitucional de carácter
centralista propuesto por el cuerpo representativo es rechazado por los pueblos y el Congreso se
disuelve.

La provisionalidad de los gobiernos centrales y la cuestión de la soberanía


Tras dos Congresos Generales Constituyentes (1813 y 1816-1819), donde en el ultimo se redactado
un texto que fue rechazo por las provincias por su carácter centralista, la organización política del
conjunto de los “pueblos” rioplatenses permaneció indefinida.

Las corrientes historiográficas han confundido las luchas de la década del 10 como si fuesen entre
unitarismo y federalismo. No hay que confundir centralismo con unitarismo.

Desde el inicio de la Revolución lo que tejió gran parte de la trama política del periodo fue la
coexistencia conflictiva de soberanías de ciudades con gobiernos centrales que dirigieron sus
acciones tendiendo a definir una única soberanía rioplatense. Dicha tensión entre autonomía y
centralidad llevo a que las ciudades reclamen mayor autonomía y negocien la cesión de su
soberanía en la medida en que estaban mejor o peor posicionadas al inicio del periodo.

Tres momentos en que se manifiesta la defensa de los derechos de los pueblos:

- Desde 1810 la lucha de las ciudades subalternas para independizarse de las ciudades
cabeceras de las intendencias
- Instrucciones de Artigas en el Congreso Tres Cruces para llevar al Congreso de 1813
- Surgimiento de la primera tendencia federal porteña en 1816 derrocada en ese mismo año

La autonomía de las provincias se basaba en los antiguos derechos de los pueblos al autogobierno,
manteniendo asimismo la relación de dependencia con el poder central representado por la Junta
de Buenos Aires. Esta es la distinción entre autonomismo y federalismo, que se dará luego de
1820.

Lo que se desintegró fue el sistema de jerarquía sostenido por las intendencias: Noviembre de
1813 el Triunvirato separa a Mendoza, San Juan y San Luis de la Intendencia de Córdoba, creando
la intendencia de Cuyo. En 1814 el Directorio crea las provincias de Entre Ríos y Corrientes
desprendiéndose de Buenos Aires, segrega a Tucumán de Salta.

1815 fue el punto máximo de manifestaciones autonómicas que llevaron a la caída de Alvear.
Cuando las tropas de Pezuela avanzaban el Director reemplazo a Rondeau al mando del ejército del
Norte y éste se declaró en rebeldía. Mientras en la Banda Oriental Dorrego había sido derrotado
por Artigas quien extiende su influencia hasta Córdoba. Por ultimo San Martín se negó a
movilizarse para pelar con Artigas ya que su objetivo era extender la revolución hacia Chile.

En el programa elaborado por Artigas adopto una forma confederal. La convocatoria a asambleas
populares fue desde el comienzo una práctica política de organización de los pueblos. Una primer
alianza entre Buenos Aires y Artigas finaliza en octubre de 1811 cuando Buenos Aires firma
armisticio con los españoles. Se rompe el pacto entre Artigas y Buenos Aires y el 80 % de la
campaña de la Banda Oriental se traslada al interior de Entre Ríos.

En el Congreso de Tres Cruces se resolvió el reconocimiento de la Asamblea del año 1813 bajo
ciertas condiciones, que en parte pedía que se adopte la forma confederada de organización, la
aceptación de la soberanía de cada provincia, la forma republicana y un número de delegados de la
Banda Oriental mayor. Pero la Asamblea de 1813 rechazo los poderes por supuesto vicio en la
elección.

En 1814 Artigas se retiró del sitio de Montevideo al enterarse que Buenos Aires negociaba un
segundo armisticio.

Durante 1810 – 1820 el Cabildo no se suprimió porque representaba la soberanía de la ciudad


capital del territorio, coexistiendo con los gobiernos centrales. En 1820 se suprime el Cabildo por
superponerse con la Sala de Representantes.

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