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Teresa Torres
University of Guadalajara
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Por otro lado, las representaciones sobre los padecimientos deben estar
referidas de modo necesario a la estructura social, ya que están marcadas
socialmente por las condiciones y el contexto en el cual emergen, así como por
las comunicaciones a través de las que circulan y por las funciones que
cumplen en la interacción con el mundo y con los demás (Banchs 1990). Así, el
contexto social es fundamental, ya que éste determina en gran medida el tipo
de materiales sobre los cuales se constituyen los contenidos de la
representación. La mayor parte de éstos provienen del fondo cultural
acumulado en la sociedad a lo largo de la historia, que circula en toda sociedad
en forma de creencias ampliamente compartidas, de valores considerados como
básicos, de referencias históricas y culturales que integran la memoria
colectiva, así como la identidad de la propia sociedad (Ibáñez 1994).
Existen dos tipos de creencias, a las cuales llama resistibles e irresistibles. Las
primeras hacen referencia a creencias presentadas como respuesta a estímulos
sociales, y que luego son abandonados por el sentido común para adoptar
representaciones nuevas. Las segundas, las irresistibles, son como ilusiones
perceptuales: nosotros no tenemos la libertad de desecharlas, tenerlas o
corregirlas, si se necesita hacerlo; son las ideas, memorias, o rituales que toman
posesión de nosotros y son inadvertidamente asociadas en su forma, como si
fueran independientes de nuestro razonamiento (Moscovici 1993). Ejemplos de
esto último son los prejuicios, trivialidades, proverbios, significados
compartidos y también los paradigmas. Estas diversas formas de creencias van
a venir a constituir, tal como se verá más adelante, los contenidos de las
representaciones sobre un padecimiento crónico.
práctica. En dicho cuerpo, las cosas reciben nombres, los individuos son
clasificados en categorías, se hacen conjeturas de forma espontánea durante la
acción o la comunicación cotidianas. Todo esto es almacenado en el lenguaje,
el espíritu y el cuerpo de los miembros de la sociedad. Esto otorga a dichas
imágenes, a estos lazos mentales, un carácter de evidencia irrefutable, de
consenso en relación con lo que todo el "mundo conoce" (Moscovici y
Hewstone 1993).
En ese esquema se observan dos ejes: el primero hace referencia a las clases de
conocimiento práctico orientadas hacia la comprensión del mundo y la
comunicación. En el segundo, las representaciones emergen como
elaboraciones (construcciones de carácter expresivo) de sujetos sociales, al
respecto, de objetos socialmente valorizados (Spink 1993).
Con relación a la toma de postura ante un objeto, se tiene la que se genera ante
las representaciones de los diferentes tipos de atención para la diabetes. La de
la seguridad social es sumamente negativa, ya que se percibe poca satisfacción
y baja calidad en la mayoría de los servicios que ésta proporciona; por
contraposición, existe una mayor aceptación de los servicios públicos de salud,
como los que proporcionan los centros de salud. Asimismo, se tiene una
representación positiva de los médicos particulares, ya que manifiestan una
buena aceptación a pesar del costo económico que implica.
La función de legitimación y la fundación del orden social tienen que ver para
este caso con la considerable cantidad de información de origen biomédico que
las personas han incorporado a su saber popular y a sus representaciones sobre
la diabetes. Principalmente, se observa en las formas de tratamiento medicadas
y en el uso de terminología técnica médica sofisticada, ya que utilizan a
menudo nombres de medicamentos, sus componentes y conocen la forma en
que deben ser administrados, así como nombres de complicaciones y
enfermedades relacionadas con la diabetes; además de las implicaciones que
esto tiene en la práctica, ya que a pesar de rechazar muchas de las indicaciones
de los médicos, se les otorga una jerarquía significativa en la atención de su
padecimiento.
Conclusiones
Referencias bibliográficas
Research in the Sociology of Health Care, vol. 6. Connecticut: Jai Press Inc.,
pp. 1-31.
Good, B. (1977) "The heart of what's the matter. The semantics of Illness in
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Helman, C. G. (1990) Culture, health and illness. Londres: Wrigth, pp. 86-94.
Menéndez, E. L. (1997) "El punto de vista del actor", Relaciones, núm. 69, pp.
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