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productivo
Asociación Cultural Jaime Lago
clase capitalista. Todos los capitalistas explotan directa o indirectamente a todos los obreros y
trabajadores, al margen del contenido de su trabajo.
2. Distintos planteamientos
En el debate acerca del trabajo productivo, las distintas posiciones pueden resumirse en:
1.Aquellos que defienden que sólo el criterio formal debe tenerse en cuenta.Todos los
trabajadores asalariados, empleados por empresas privadas son creadores de plusvalor,y su trabajo
es productivo al margen de que sean oficinistas de un banco, publicistas o trabajadores industriales
por poner algún ejemplo.
2.Aquellos que piensan que para considerar un trabajo como productivo, debe tenerse en
cuenta no sólo la forma sino el contenido del trabajo, sea respecto a:
1. Identificar el trabajo individual en el proceso global de circulación
D➜P➜M➜D´ del capital; dondesólo el trabajo que pertenezca a la fase P es
productivo.
2. La materialidad del producto o resultado del trabajo. La discusión
“inmaterial vs mercancía material” o “producción (bienes) vs servicios”, en la
cual algunos excluyen la producción inmaterial o de servicios del trabajo
productivo.
Las tres preguntas en que se resumirían las diferentes posiciones son:
1.¿Basta que el trabajo sea bajo la forma de trabajo asalariado en empresa capitalista para
considerarlo productivo al margen de su contenido?
2.¿Además, debe pertenecer a la fase de producción en el ciclo global de reproducción del
capital?
3.¿Además, debe tratarse de la producción de mercancías materiales, excluyendo en todo caso
los servicios o la producción inmaterial?
En función de la respuesta dada a las tres cuestiones (forma social, fase del ciclo de
reproducción global, y materialidad del producto), se definen en resumen las distintas posiciones
del debate.
Respuesta formalista
Quienes se acogen exclusivamente al criterio “formalista”, omiten completamente el
contenido del trabajo, el resultado del mismo o su función en el engranaje global, y señalan como
productivo cualquier trabajo mientras cumpla los criterios formales, esto es:
1.Que sea un trabajo asalariado (venta de fuerza de trabajo por salario).
2.Que sea una empresa capitalista (no pública, cooperativa o sin ánimo de lucro)
La posición “formalista”, es defendida por economistas como I. Rubin 1, D. Guerrero2, J.
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Asociación Cultural Jaime Lago, La plusvalía y el trabajo productivo
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la explotación en que materializar u objetivar las horas de trabajo que roba al trabajador y poder
convertirla en más dinero vendiéndola en el mercado. Le da igual que este valor de uso sea en
forma de sillas o lavadoras (de hecho el ideal del capitalista sería el enriquecimiento sin tener que
pasar por la producción), pero para poder cerrar el ciclo de la ganancia, necesita que eso que
objetiva las horas de trabajo robadas al trabajo tenga algún tipo de valor de uso, que otra persona lo
necesite. El núcleo del sistema actual es la producción de bienes y servicios que satisfagan
necesidades humanas. Es el requisito necesario para que la rueda de la producción-consumo gire, y
en dependencia del cual se construye el entramado económico capitalista.
El sistema bancario y financiero (la D inicial en D – P – M´- D´), todo (o buena parte de) el
aparato administrativo de la propia fase P (gestión de enrolamiento de trabajadores, insumos, ventas
y facturación, etc...), todo el sistema comercial (el paso de M´a D´, la venta al por menor y el
comercio en general) son formas históricamente establecidas, no universales, que no satisfacen
directamente necesidades humanas, sino que satisfacen necesidades emergentes del propio proceso
económico actual de acumulación capitalista: Salarios, contratos, créditos, facturas, venta al por
menor, son procesos estrictamente innecesarios en una sociedad en la que la fuerza de trabajo no sea
una mercancía, y en la que la satisfacción de las necesidades humanas esté en el centro de la
sociedad y no esté mediada por el dinero. No son necesarios en todo momento histórico y
sociedad7:
“Si el capital dedicado al tráfico de mercancías y el capital dedicado al tráfico de dinero no
se distinguieran del cultivo de los cereales más de lo que se distingue éste de la ganadería y de la
manufactura, resultaría claro como la luz del día que la producción y producción capitalista en
general son idénticas, y que en especial también la distribución de los productos sociales entre los
integrantes de la sociedad, sea para su consumo productivo o para el consumo individual, también
debería ser tan eternamente mediada por comerciantes y banqueros como lo son el consumo de
carne por la ganadería y el de prendas de vestir por su fabricación”
¿Serían necesarias en una sociedad de nuevo tipo actividades de gestión y control del trabajo
colectivo, de transporte y almacenamiento, de distribución al consumidor final del producto? Sí.
Pero ninguna de estas actividades estaría subordinada a las necesidades adicionales del modo de
producción capitalista. No es necesario el dinero, los créditos, la gestión de compras y ventas... Sólo
la organización del trabajo colectivo, su planificación, administración y control, como tareas
universales de cualquier sociedad en que exista este trabajo colectivo.
3. Trabajo productivo en “El Capital”
Todos los autores contemporáneos que tratan el tema del trabajo productivo se posicionan en
función de las teorías de Marx, por lo que se hace necesario en el debate acudir a las mismas. Así, a
lo largo de “El Capital”, a la hora de definir el trabajo productivo se refieren varios puntos de vista:
el del ciclo de reproducción global del capital (A), la forma social en la que se encuadra el proceso
de trabajo (B), y la diferenciación entre trabajo directamente productivo y gastos “emergentes” del
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Asociación Cultural Jaime Lago, La plusvalía y el trabajo productivo
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Los agentes de la producción, deben sufragar los gastos de los agentes de la circulación (lo
hagan estos últimos por si mismos, o mediante trabajo asalariado)11:
“El proceso de reproducción incluye ambas funciones del capital, es decir que también
encierra la necesidad que estas funciones estén representadas, ya sea por el propio capitalista, ya
por asalariados, agentes del mismo. Pero esto no es motivo para confundir a los agentes de
circulación con los agentes de producción, así como tampoco lo es para para confundir las
funciones del capital mercantil y capital dinerario con las del capital productivo. Los agentes de
circulación deben ser pagados por los agentes de producción. Pero si los capitalistas que compran
y venden entre sí no crean con estos actos ni productos ni valor, esto no varía cuando el volumen de
su negocio les permite y los obliga a descargar esta función en otros.”
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Asociación Cultural Jaime Lago, La plusvalía y el trabajo productivo
Y a modo de resumen13:
“Hemos visto en el libro ii que las funciones puras del capital en la esfera de la circulación –
es decir, las operaciones que el capitalista industrial debe llevar a cabo primeramente para
realizar el valor de sus mercancías, y en segundo lugar para reconvertir ese valor en los elementos
de producción de la mercancía, las operaciones que median las metamorfosis del capital mercantil
M´-D-M, esto es, los actos de la venta y de la compra- no generan valor ni plusvalor.”
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Para los servicios como el transporte la diferencia con la producción de mercancías radica en
que no hay una M´ separable del propio proceso P que se intercambie finalmente por D´, sino que el
uso del (efecto útil del) propio proceso P por el consumidor, se cambia por D´, lo cual a su vez
condiciona su productividad y desarrollo. Pero al ser un trabajo que pertenece a la fase de
producción real, si cumple el criterio formal sería igualmente creador de plusvalía.
Si bien El Capital recoge como servicios únicamente reseñables a efectos “económicos” el
transporte y las comunicaciones, deben tenerse en cuenta los condicionantes históricos de sus
palabras (escritas hace más de un siglo) e ir al fondo de sus afirmaciones, esto es, que no podemos
calificar a priori como improductivos todos los servicios o la producción “inmaterial”, o todos los
renglones económicos que la contabilidad “oficial” actual incluye en el sector terciario o de
servicios.
Este aspecto es el que recalcan quienes se adscriben a la concepción formalista del trabajo
productivo, para criticar la visión “reduccionista” de quienes excluyen todos los servicios del
trabajo productivo, y a la vez defender el “extremo opuesto”, esto es, que el contenido del trabajo es
irrelevante, y sólo importa la forma social, y así incluyen todo el trabajo asalariado para empresas
privadas capitalistas como productivo, incluyendo bancos y comercio, p.ej.
A.3 Las fronteras de la producción y la circulación: circulación pura y productiva
Al ser un criterio fundamental la pertenencia a la fase de producción o a la circulación, uno de
los debates que se plantean gira en torno a la fijación de la línea divisoria entre una y otra. Marx
plantea la distinción entre circulación pura y circulación “productiva”16:
“Los costos de circulación tienen su origen en el mero cambio formal del valor, en la
circulación considerada idealmente, no entran en el valor de las mercancías. Las partes de capital
gastadas en ellos constituyen meras deducciones del capital gastado productivamente, en la
medida en que se considera al capitalista17”
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Es requisito si ne qua non para considerar el trabajo como productivo en el capitalismo, el que
se desarrolle bajo la forma social de trabajo asalariado en una empresa capitalista, sea en la
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Distingue tareas necesarias para la reproducción global del capital de tareas directamente
productivas de plusvalor, y establece que su segregación en empresas o ramas económicas
enteramente independientes no modifica su carácter improductivo23:
“Mientras que el productor individual de mercancías lleva las cuentas sólo en su cabeza o
solamente de manera accesoria, fuera de su tiempo de producción, anota en un libro sus gastos,
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entradas, plazos de pago, etc... mientras las cosas son así, es evidente que esta función suya y los
medios de trabajo que acaso gasta al cumplirla, como papel, etc, representan un gasto adicional de
tiempo de trabajo y de medios de trabajo, gasto que es necesario, pero que constituye una
reducción tanto del tiempo que el productor puede gastar productivamente como de los medios de
trabajo que operan en el proceso real de producción, que entran en la formación de producto y de
valor. La naturaleza de la función misma no se modifica por el volumen que adquiere ésta al
concentrársela en manos del productor capitalista de mercancías y, en lugar de aparecer como
función de muchos productores pequeños de mercancías, presentarse como función de un
capitalista, como función dentro de un proceso de producción en gran escala; ni tampoco se
modifica por su separación de las funciones productivas, de las cuales constituía una obra
accesoria, ni por su autonomización como función de agentes especiales, a quienes se confía de
manera exclusiva dicha función. La división del trabajo, la autonomización de una función, no la
hacen creadora de valor y de productos si no lo era de por sí, es decir, ya antes de volverse
autónoma.”24
Pero ni siquiera todo el tiempo de trabajo que consume el propio proceso productivo, supone
trabajo productivo25:
“Un artesano que ejecuta sucesivamente los diversos procesos parciales en la producción de
una obra, debe cambiar ora de lugar, ora de instrumento. El paso de una operación a otra
interrumpe el curso de su trabajo y genera poros, por así decirlo en su jornada laboral. Cuando el
artesano ejecuta continuamente y durante todo el día la misma operación, esos poros se cierran, o
bien desaparecen en la medida en que decrece el cambio de una operación por otra.”
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Asociación Cultural Jaime Lago, La plusvalía y el trabajo productivo
El trabajo de supervisión tiene una doble faceta. Por un lado un aspecto productivo y
“supracapitalista” o universal, necesario para cualquier modo de producción en que cooperen
productores. Por otro lado, un aspecto improductivo y propio de las sociedades de clases, para
garantizar que la fuerza de trabajo cumple adecuadamente los objetivos del propietario. Si bien el
segundo aspecto es improductivo y desaparece en una sociedad sin clases, el primero sigue siendo
necesario, y Marx lo considera productivo.
Resumen de los criterios de Marx
El trabajo productivo, sobre el que se crea el fondo global de plusvalor es el que:
•Pertenece a la esfera de la producción (sea de mercancías o servicios), y no de la circulación.
•Se da bajo la forma de trabajo asalariado en empresa privada capitalista.
•Es directamente productivo del valor de uso de la mercancía, en oposición a las tareas
accesorias, interrupciones o gastos, “faux frais” del proceso productivo y la sociedad capitalista.
4. Otras discusiones actuales sobre el trabajo productivo
¿Nueva hegemonía de la producción inmaterial?
Autores como T. Negri se apoyan en el exponencial crecimiento del sector servicios en
“occidente”, frente al estancamiento de la industria, para caracterizarlo como una “renovación” del
capitalismo.
A este respecto, observemos que ya Marx recoge y explica este fenómeno29:
“Finalmente, el extraordinario aumento de fuerza productiva en las esferas de la gran
industria –acompañado, como lo está, de una explotación intensiva y extensivamente acrecentada
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Asociación Cultural Jaime Lago, La plusvalía y el trabajo productivo
Entre 1975 y 2005, el empleo industrial en España aumenta un 13%, mientras que la
producción lo hace un 79%, 6 veces más que el empleo. Este aumento de la productividad es muy
superior al del sector servicios.
El poder del crédito y los bancos.
Una de las posiciones que tratan de explicar la actual crisis económica, se refiere a una crisis
“financiera” generada por los especuladores y banqueros que dominarían la economía y quienes
habrían causado las burbujas especulativas, como una anomalía del propio sistema capitalista, ajena
a la producción real.
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Asociación Cultural Jaime Lago, La plusvalía y el trabajo productivo
La propia función improductiva dineraria del capital se sustenta sobre el fondo de plusvalor
creado en la esfera de la producción y es una fase complementaria a la del capital productivo, con la
que se une en un proceso indisoluble (el de la reproducción global del capital). Sin embargo, en
distintas etapas históricas, las masas de valor se distribuyen desigualmente31:
“En primer lugar, las masas de valor suelen estar distribuidas, en las distintas épocas, en
porciones desiguales entre las distintas fases y formas funcionales...” 32
El poder relativo de los distintos sectores de capitalistas por el reparto del plusvalor-ganancia
en escala social, puede variar en distintos períodos históricos. Por otro lado, el volumen y poder del
crédito tiende a crecer con el desarrollo del sector productivo, y a dar un poder creciente al sector de
los capitalistas que manejan “papeluchos”33:
“De esto se desprende, además: cuanto mayor sea el capital productivo que funciona en un
país (incluida la fuerza de trabajo incorporada a dicho capital, la generadora del plusproducto);
cuanto más desarrollada esté la fuerza productiva del trabajo y con ella, asimismo, los medios
técnicos para que se expanda aceleradamente la producción de medios de producción; cuanto
mayor, por consiguiente, sea también la masa del plusproducto, tanto en lo que se refiere a la masa
de valores de uso en que ese valor se representa, tanto mayores será... la masa de este plusproducto
transformado en dinero, por tanto del capital dinerario adicional virtual...
Si bien el plusproducto... es la base real de la acumulación de capital, esto es de la
reproducción ampliada, ..., en cambio es absolutamente improductivo en su fijación en el estado de
crisálida dineraria, ..., bajo esta forma discurre paralelamente al proceso de producción, pero se
halla al margen del mismo. Es un peso muerto de la producción capitalista. El afán de volver
utilizable... ese plusvalor que se atesora como dinero virtual, encuentra su satisfacción en el
sistema crediticio y en los “papeluchos”. El capital dinerario adquiere de esta manera, bajo otra
forma, el influjo más descomunal sobre el curso y el desarrollo imponente del sistema capitalista
de producción”.
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En cualquier caso el capital dinerario, como todo el capital improductivo tiene su razón de ser
y sustento objetivo de acumulación y crecimiento en el capital productivo34:
“Con el crecimiento de la riqueza material crece la clase de los capitalistas dinerarios; por
una parte aumenta el número y riqueza de los capitalistas que se retiran, los rentistas, y por la otra
se fomenta el desarrollo del sistema crediticio, y con ello se incrementa el número de banqueros,
prestamistas de dinero, financistas, etc...”
Hoy los bancos y el sector financiero controlan el flujo de dinero hacia la producción y la
industria para financiar su producción, a cambio de una fracción de la ganancia; pero controla
también el flujo de dinero hacia los ciudadanos o “consumidores” en forma de préstamos que han
venido manteniendo alto el consumo en forma ficticia desde la crisis de finales del s. XX, dándole a
los bancos y sus oligopolios un gran poder sobre la economía y la sociedad.
Por otra parte, todo esto no evita que la clase capitalista conforme un todo único, en el cual
sus individuos participan pro rata de la tarta de la explotación global35:
“La idea fundamental de ello es la propia ganancia media, la idea de que capitales de igual
magnitud deben arrojar, en los mismos lapsos, ganancias de igual magnitud. Esa idea, a su vez, se
basa en otra, según la cual el capital de cada esfera de la producción debe participar pro rata de
su magnitud en el plusvalor global expoliado a los obreros por parte del capital social o global; o
bien que a cada capital en particular sólo hay que considerarlo como una porción del capital
global, y a cada capitalista, de hecho, como accionista en una empresa global, accionista que
participa en las gananciales globales pro rata de la magnitud de su participación de capital.”
Por último, el comercio y el dinero (y con él los bancos), no son formas absolutas, ahistóricas,
de la economía, sino necesidades de la fase histórica capitalista, que desaparecerán con su
superación por una sociedad sin clases, por devenir innecesarias para la reproducción social36:
“Si el capital dedicado al tráfico de mercancías y el capital dedicado al tráfico de dinero no
se distinguieran del cultivo de los cereales más de lo que se distingue éste de la ganadería y de la
manufactura, resultaría claro como la luz del día que la producción y producción capitalista en
general son idénticas, y que en especial también la distribución de los productos sociales entre los
integrantes de la sociedad, sea para su consumo productivo o para el consumo individual, también
debería ser tan eternamente mediada por comerciantes y banqueros como lo son el consumo de
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Asociación Cultural Jaime Lago, La plusvalía y el trabajo productivo
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Asociación Cultural Jaime Lago, La plusvalía y el trabajo productivo
63033 2554 5337 7109 9348 6146 7527 11244 3947 9821
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Asociación Cultural Jaime Lago, La plusvalía y el trabajo productivo
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Asociación Cultural Jaime Lago, La plusvalía y el trabajo productivo
Total 0 1a9 10 a 49
74 Otras actividades 488862 311299 159062 15402
747 Limpieza Industrial 23294 9093 10058 3258
% 747 sobre 74 4,76 2,92 6,32 21,15
50 a 99 100 a 499 500 a 999 1000 o más
74 Otras actividades 1381 1414 164 140
747 Limpieza Industrial 376 419 51 39
% 747 sobre 74 27,23 29,63 31,1 27,86
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Asociación Cultural Jaime Lago, La plusvalía y el trabajo productivo
Total 0 1a9 10 a 49
63 Actividades 25757 9218 13436 2458
anexas a los
transportes;
agencias de viajes
631 2587 726 1191 512
Manipulación y
depósito de
mercancías
% 631 sobre 63 10,04 7,88 8,86 20,83
633 Actividades 10779 4679 5541 459
de las agencias de
viajes
% 633 sobre 63 41,85 50,76 41,24 18,67
63 Actividades 50 a 99 100 a 499 500 o más
anexas a los
transportes;
agencias de viajes
631 77 72 9
Manipulación y
depósito de
mercancías
% 631 sobre 63 23,69 26,28 19,57
633 Actividades 56 34 10
de las agencias de
viajes
% 633 sobre 63 17,23 12,41 21,74
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Asociación Cultural Jaime Lago, La plusvalía y el trabajo productivo
Evolución 1996-08 nº total de asalariados en España por sector económico. Fuente INE -
EPA.
En 12 años, y hasta 2008, el número de asalariados de la industria creció en casi 750.000 (un
34% aproximadamente), y en más de 1.250.000 en la construcción (144%); 2 millones más en total
(66%). En total en 2008 había en España más de 5,5 millones de trabajadores asalariados en el
“núcleo” de la producción de plusvalía. En total más de 1/3 de los casi 17 millones de asalariados
del sector público y privado y todas las ramas de actividad. A partir de 2008 y con la crisis
capitalista, se produce un fuerte descenso en el empleo en industria y construcción, que vuelve a
niveles absolutos similares a los de 1996, pero bajan en proporción (del 23,26 al 15,11 % la
industria, del 9,2 al 5,77 % la construcción), mientras que los servicios tienen un descenso más
moderado en términos absolutos, y aumenta su proporción en términos relativos (del 63,36% al
76,03 %. En total en 2012 hay unos 3,5 mill. en agricultura, industria y construcción, un 24% del
total.
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Asociación Cultural Jaime Lago, La plusvalía y el trabajo productivo
En el primer trimestre de 2008, los asalariados del sector privado realizaron más de 2/3 del
total cuantitativo del trabajo nacional, en su equivalente “universal”, el tiempo de trabajo. De estos
2/3, casi la mitad (unos 200 millones de horas) fueron realizadas en los sectores productivos del
“núcleo” de creación de plusvalor (industria, minería, energía, construcción, transporte y
almacenamiento). Es decir, casi 1/3 del total de horas trabajadas en todo el país, incluyendo el
“trabajo” de los propietarios capitalistas, directivos de empresas, el de los autónomos, todo el sector
público y el terciario-servicios.
Total Asalariados del sector % sobre total
privado
TOTAL SECTORES 588174,3 376429,6 64
A Agricultura, ganadería, 25406,7 13802,2 54,33
silvicultura y pesca
B Industrias extractivas 1271,2 1072,4 84,36
C Industria manufacturera 80397,5 69601,4 86,57
D Suministro de energía, gas 3085,3 2995,8 97,1
E Suministro de agua, saneamiento 4805,9 3997,6 83,18
F Construcción 42073,5 29901,2 71,07
H Transporte y almacenamiento 29668,9 19612,8 66,11
Total sectores “productivos” 186709 140983 23,97
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Asociación Cultural Jaime Lago, La plusvalía y el trabajo productivo
Horas de trabajo efectivas totales (en miles), por sector en España, primer trimestre 2012. Fuente: INE
En el primer trimestre de 2012, tras cuatro años de crisis, el nº de horas trabajadas en total
desciende algo más del 13%. Los asalariados del sector privado siguen realizando en torno a 2/3 del
total, de los cuales 140 millones de horas en los sectores “productivos”, lo que supone descender al
24% del total del trabajo nacional.
Como resumen, el trabajo productivo hoy en España supone aproximadamente entre 1/4 y 1/3
del total, tanto en número de trabajadores, como en el tiempo de trabajo total volcado al ciclo de
reproducción global del capital. Estas cifras son aproximativas observando a grandes rasgos las
estadísticas globales, y sin hacer una distinción pormenorizada de sectores. Así p.ej. en estas cifras
habría que incluir en los datos del sector “productivo” la educación y sanidad privada, las
reparaciones, instalación de maquinaria, o la limpieza industrial; y excluir de todos los sectores
reflejados la proporción que se refiere a tareas administrativas u otras improductivas. En cualquier
caso pueden servir como aproximación a estas cuestiones.
Servicios, circulación y trabajo productivo
Quienes fijan como único criterio la forma social en que se encuadra el trabajo para
considerarlo productivo, ventilan de un plumazo la necesaria profundización en el contenido del
trabajo, que sólo entra en juego si, además de considerar la forma social, atendemos al requisito de
pertenecer a la esfera de la producción, y a que el trabajo sea directamente productivo.
Así por ejemplo consideran productivos de plusvalor sectores como los bancos y el comercio,
descartando solamente las tareas que se correspondan exclusivamente con “circulación pura”, es
decir mera transmisión de derechos de propiedad.
Sin embargo al tener en cuenta las fases del ciclo global de reproducción capitalista, se debe
atender también al contenido o producto de ese trabajo, y no sólo atender a su forma social. Pero es
que además y en primer lugar el propio contenido del trabajo condiciona enormemente su forma
social.
El crecimiento del sector servicios en los últimos 100 años ha visto crecer ramas económicas
autónomas, que en la actualidad se contabilizan en el sector servicios, pero no fueron consideradas
por Marx en su época, que sólo contemplaba como servicios relevantes el transporte y las
comunicaciones.
Servicios y capital comercial
El comercio, el conjunto de la fase de realización de las mercancías y servicios es
improductivo y se refiere exclusivamente al cambio de forma del valor encerrado en las mercancías
y servicios, pero no a su creación o aumento. Hoy los capitalistas especializados en la realización de
las mercancías, incluyen no sólo las tiendas de barrio, sean grandes centros comerciales o comercios
tradicionales de todo tipo, sino también ramas comerciales especializadas que constituyen ramas o
subramas independientes como las inmobiliarias, agencias de viajes, concesionarios de vehículos,
visitadores médicos, etc, lo que abarca en la contabilidad oficial renglones recogidos de forma
24
Asociación Cultural Jaime Lago, La plusvalía y el trabajo productivo
separada, o internalizados en otros sectores productivos (p.ej. Inditex engloba tanto las fábricas –en
Marruecos-, como las tiendas – en Gran Vía y Londres-).
Todos ellos tienen en común constituir el conjunto de capital social en funciones mercantiles
o comerciales, forman parte del paso M´➜D´ de la ecuación capitalista. Si se tomara como un único
sector permitiría valorar su peso como fase de la reproducción global del capital actual.
Por otra parte, la concentración creciente del comercio en grandes corporaciones, que ha dado
lugar a algunas de las empresas más grandes del planeta, ha visto reforzar el poder de las propias
comercializadoras sobre los productores, al tener un mayor control y hasta cierto grado monopolizar
la venta de los productos. Algunos autores califican este proceso como el paso del modelo “push” al
“pull”, donde quien tiene “la sartén por el mango” y marca las condiciones, aumentando por tanto la
cuota de ganancia que se queda para sí en el reparto capitalista de la misma, es el capital comercial
(el encargado de la venta) al capital productivo 41. Este es hoy el caso de grandes cadenas
comerciales y sus centrales de compras, que al aunar la demanda en una sola voz negociadora,
permiten imponer sus condiciones a los productores más dispersos, especialmente para el caso de
los productos agrícolas.
Marketing y publicidad
Tampoco son productivos otros servicios que forman parte de la esfera de la circulación. Uno
de los ejemplos significativos a debate es el del marketing y la publicidad. Estos sectores
económicos aun cumpliendo la forma social de trabajo asalariado en empresa capitalista, no pueden
ser considerados productivos ya que su contenido supone una necesidad emergente del proceso de
circulación global del capital, de la venta y realización de las mercancías y servicios, ajeno a la
producción.
El desarrollo de las fuerzas productivas y de las relaciones sociales capitalistas, el aumento de
la productividad y la producción en masa, la “globalización” de los mercados, supuso crecientes
avalanchas de productos, y la competencia capitalista, de cara a la realización del plusvalor
contenido en ellos mediante su venta, requiere una cada vez mayor inversión en su promoción
comercial. A partir del primer cuarto del s. XX con el desarrollo de los medios de comunicación de
masas, y el posterior auge del poder adquisitivo de la clase obrera fruto del compromiso de los
capitalistas en sus metrópolis, se constituye como rama autónoma el marketing y publicidad como
trabajo orientado a la realización de los productos, basados en los avances de la psicología y los
modernos medios de comunicación de masas42.
El contenido del trabajo de publicidad surge históricamente como necesidad de la circulación,
de la colocación de los productos en el mercado, y “no añade ni un ápice de valor” a las mercancías,
ni sirve para crear una mayor masa de mercancías en el mismo tiempo, por lo que no puede ser
productivo de plusvalor, sino un coste adicional de la competencia capitalista que se detrae del
fondo de plusvalor. Tampoco es una necesidad absoluta o ahistórica de la economía, sino propia de
la sociedad mercantil capitalista, y desaparecería con la misma, (aunque no p.ej. el diseño gráfico u
otras actividades relacionadas, en cuanto a tareas de contenido “universal”).
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Asociación Cultural Jaime Lago, La plusvalía y el trabajo productivo
Seguridad
Otro sector de servicios que puede cumplir la forma social y se ha constituido en una rama
independiente y autónoma es el de la seguridad privada, que algunos autores incluyen como trabajo
productivo.
También en el caso de la seguridad, si profundizamos en el contenido de su trabajo, en el
producto de su proceso productivo o su valor de uso, en la función que cumple en el proceso de
reproducción global del capital, parece claro que es improductivo.
El trabajo de seguridad es una necesidad emergente del proceso de circulación y accesorio a la
producción, que trata de garantizar que el capital mercantil ya producido o los elementos del capital
fijo del proceso productivo (instalaciones, máquinas, materias primas almacenadas) no disminuyan
su valor por robo o destrucción. Es una función “negativa” por cuanto trata de impedir la
transmisión de las mercancías sin mediar el pago del precio.
Se diferencia del almacenamiento y las reparaciones, en que si bien comparten el tratar de que
el valor de las mercancías y bienes no disminuya, su contenido no se refiere a la aplicación directa
de trabajo sobre los valores de uso materializados (las mercancías), una conservación “física” de su
valor aplicando energía humana, sino a impedir su transmisión (robo), conservación “social”.
Es un costo social (determinado por los costos sociales del capitalismo, paro y pobreza,
lumpenproletariado) accesorio de la producción y circulación que nuevamente “no añade ni un
ápice de valor a las mercancías”. La especialización y constitución de grandes empresas de
seguridad que emplean a miles de trabajadores y obtienen millones de euros de beneficio,
nuevamente, en nada altera la naturaleza improductiva de la misma.
Hostelería
La hostelería, (cafeterías, bares, restaurantes, y en general negocios de alimentación y bebida
que elaboran y sirven los productos listos para su consumo en el propio local o a domicilio, como
confiterías, pastelerías o panaderías que elaboran al menos en parte sus propios productos), presenta
una serie de peculiaridades.
Por un lado tiene un papel relevante, ocupando en torno a un millón de personas en España,
de los cuales 2/3 asalariados43. Asimismo en ese sector se manifiestan algunos de los principales
males que asolan a la clase obrera: trabajo sumergido, subempleo, falta de sindicalización, excesos
de jornada y horas extra, seguridad y salud...
Por otro lado, desde el punto de vista económico, pertenece en parte a la esfera de la
producción, en parte a la de la circulación. Es en parte producción de mercancías materiales y en
parte servicio “inmaterial”. Contiene producción y consumo, viéndose afectado por las particulares
consecuencias de este hecho descritas más arriba.
Es circulación, cuando los trabajadores toman un pedido en la barra o una mesa del local o
por teléfono, o aconsejan e informan sobre los productos que se ofrecen, tareas necesarias pero
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Asociación Cultural Jaime Lago, La plusvalía y el trabajo productivo
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Asociación Cultural Jaime Lago, La plusvalía y el trabajo productivo
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Asociación Cultural Jaime Lago, La plusvalía y el trabajo productivo
Alfonso Lago
Abril 2013
Notas:
[1] Isaak Illich Rubin “Ensayos sobre la teoría marxista del valor”
[2] Diego Guerrero “Cuestiones polémicas en torno a la teoría marxista del trabajo
productivo” o “Trabajo improductivo”.
[3] Jacques Gouverneur “Una concepción puramente social del valor y el trabajo productivo”
[4] “escocesa” por los comentarios de Marx hacia la posición de A. Smith y los fisiócratas,
cuando dice que la materialización del trabajo no debe tomarse "en un sentido tan escocés" como lo
hacía Smith.
[5] Reinaldo Carcanholo “La categoría marxista del trabajo productivo”.
[6] Peter Mertens “La clase obrera en la era de las multinacionales”
[7] K. Marx – El capital, Libro 3, Volumen 6, pág. 414
[8] El Capital Libro 1, Vol 2, página 691
[9] Nota: está hablando del período fisiócrata, distinguiendo a los capitalistas Rentista
(propietario de la tierra), Productivo (arrendatario y el que organiza el trabajo directo de la tierra), y
Comercial (el que vende los productos).
[10] Libro 2, Vol 4, página 45
[11] Libro 2, vol. 4 página 150
[12] Libro 2, vol. 4 página 155.
[13] Libro 3, Volumen 6, pág. 361
[14] Libro 2, Vol. 4 página 177
[15] Libro 2, vol. 4, página 60
[16] [1]Libro 2, Vol. 4, página 162
[17] “y constituyen un gasto improdutivo de fuerza de trabajo en la medida en que se
considera a la sociedad en su conjunto” continúa la cita en los manuscritos de Marx.
[18] Nota: los gastos analizados sub I son los improductivos: contabilidad, etc...
[19] Libro 2, Vol. 4 página 177
[20] Así Diego Guerrero en obra citada “Cuestiones polémicas en torno a la teoría marxista
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Asociación Cultural Jaime Lago, La plusvalía y el trabajo productivo
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8/3/2017 Una aproximación al concepto de trabajo productivo e improductivo en Marx
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¿ES PRODUCTIVO EL TRABAJO DE SERVICIOS?
Por: Prensa PTS
Introducción
En los últimos años hemos visto proliferar teorías del tipo de las del fin del trabajo y otras
por el estilo, que cuestionaron la vigencia de la ley del valor formulada por Marx, es decir,
cuestionaron que el trabajo humano no pago constituyera la única fuente de ganancias
para los capitalistas, negando la centralidad del movimiento obrero como sujeto
revolucionario. A partir de los últimos meses, cuando los asalariados retoman luego de
años de derrota su protagonismo en el centro de la escena política, estas mismas
corrientes se limitan a describir la existencia de una nueva situación, sin pronunciarse
sobre el carácter de los sectores que están cumpliendo un rol central en ellas, los
sectores de servicios: ferroviarios, telefónicos, subterráneos, entre otros. Dar cuenta del
rol que ocupan en el modo de producción capitalista adquiere hoy una importancia
fundamental.
Para los marxista, son parte de la clase obrera, todos aquellos que, frente al capital y la
propiedad privada de los medios de producción, se ven obligados a vender su fuerza de
trabajo a cambio de un salario; todos los asalariados, productivos o improductivos, cuyo
salario es insuficiente para “comprar los medios de subsistencia sin la venta más o
menos continua de la fuerza de trabajo”1. Partiendo de esta consideración, esta nota tiene
el objetivo de recrear un debate ampliamente abordado por los marxistas a lo largo del
http://www.pts.org.ar/UnaaproximacionalconceptodetrabajoproductivoeimproductivoenMarx 1/16
8/3/2017 Una aproximación al concepto de trabajo productivo e improductivo en Marx
siglo XX: el carácter productivo o improductivo del trabajo desarrollado por los diferentes
sectores de la clase obrera, ambos imprescindibles para garantizar el funcionamiento del
modo de producción capitalista. Particularmente, este intento se centra sobre un tipo
particular de capital: el invertido en el llamado “sector servicios”, donde radican
dificultades adicionales al ya complejo problema de definir qué caracteriza al trabajo
creador de valor.
I. Trabajo productivo e improductivo
¿Cuáles son los aspectos que permiten definir al trabajo como productivo o improductivo?
2 Encontramos numerosas citas que podemos tomar al momento de analizar estas
categorías en la obra de Marx y, aunque en aspectos suelen ser confusas e incluso, en
apariencia, contradictorias, reúnen, a mi entender, elementos comunes que intentaré
sintetizar. “Trabajo productivo es únicamente aquel que produce capital [...] y por tanto el
trabajador que no lo hace, por útil que pueda ser –del mismo modo que puede ser dañino–
no es productivo para la capitalización, por tanto es trabajo improductivo”3. Y unas
páginas más adelante: “La transformación del trabajo (como actividad viva y orientada a
un fin) en capital es en sí el resultado del intercambio entre capital y trabajo, en la medida
en que este intercambio otorga al capitalista el derecho de propiedad sobre el producto del
trabajo [...] Esta transformación sólo es puesta en el proceso de producción mismo [...] El
trabajo mismo sólo es productivo al incorporarse al capital”4.
El primer elemento a tener en cuenta, entonces, es su relación con el capital, que el
trabajo se “incorpore” al capital. ¿Y qué es lo que define al capital? El objetivo directo de la
producción capitalista no es la producción de mercancías, sino de plusvalía o ganancia
(en su forma desarrollada); la meta no es el producto sino el sobreproducto. La primera
condición que debe cumplir el trabajo para ser productivo es crear sobreproducto para el
capital. Si el trabajador no crea plusvalía, su trabajo es improductivo. “Trabajo productivo,
desde el punto de vista de la producción capitalista, es el trabajo asalariado que, al
cambiarse por la parte variable del capital (o sea el valor de su propia fuerza de trabajo),
produce plusvalía para el capitalista [...] Es la fuerza de trabajo, cuyo producto excede su
propio valor”5. ¿Qué significa esta última afirmación? Marx analiza que la existencia del
capital se basa en la productividad relativa del trabajo y no en su productividad absoluta:
si en una jornada de trabajo el obrero sólo se limitara a reproducir el valor de su fuerza de
trabajo, a reproducir los valores consumidos por él, no sería productivo desde el punto de
vista capitalista, porque no produciría plusvalía. “No produciría valor nuevo, sino que se
limitaría a reponer un valor existente con anterioridad. Reproduciría bajo una forma nueva
el valor consumido por él bajo una forma distinta. Desde este punto de vista hemos
denominado productivo al obrero cuya producción equivale a su propio consumo e
improductivo al que consume más de lo que reproduce”6. En síntesis, “el único trabajo
productivo es el que crea más valor del que cuesta”7.
Dicho esto, puede decirse que el carácter productivo del trabajo no está dado por los
http://www.pts.org.ar/UnaaproximacionalconceptodetrabajoproductivoeimproductivoenMarx 2/16
8/3/2017 Una aproximación al concepto de trabajo productivo e improductivo en Marx
resultados materiales del mismo, ni tampoco por la naturaleza del producto, ni el
rendimiento del trabajo considerado como trabajo concreto, “sino [por] las formas sociales
específicas, las relaciones sociales de producción dentro de las que se realiza”8. Puede
ocurrir que el valor de uso en que toma cuerpo el trabajo del obrero productivo sea de una
categoría ínfima. Este elemento nada tiene que ver en cuanto al trabajo productivo, ya que
“es simplemente expresión de una condición social de producción, la cual no proviene ni
del contenido ni del rendimiento del trabajo, sino exclusivamente de la forma social
específica que éste reviste”9. De hecho, un mismo tipo de trabajo concreto puede revestir
el carácter de productivo o improductivo. Un mismo trabajo puede ser productivo si lo
compra un capitalista para obtener de él una ganancia, o improductivo si lo compra un
consumidor, una persona que invierte en él una parte de sus rentas para consumir su
valor de uso, lo mismo si éste desaparece al ponerse en funciones la fuerza de trabajo,
que si toma cuerpo o se realiza en un objeto10.
Marx debate con A. Smith11 cuando éste plantea que trabajo productivo es aquel que
crea mercancías e improductivo el que no produce mercancías. Afirma que la
materialización del trabajo no debe tomarse en el sentido estrecho en que la toma A.
Smith. “Cuando hablamos de la mercancía [...] en el sentido de su valor de cambio, nos
referimos a una existencia ficticia, exclusivamente social de la mercancía, totalmente
distinta de su realidad física; la enfocamos como una determinada cantidad de trabajo
social. Puede ocurrir que el trabajo concreto de que es fruto no deje la menor señal en
ella. En el producto industrial, esta huella es la forma externa que conserva la materia
prima [...] Otros trabajos industriales no tienen por finalidad modificar la forma del objeto,
sino simplemente desplazarlo de un sitio al otro”12. Éste sería el caso del transporte.
Marx sostiene que quienes así piensan, quienes se basan sólo en el resultado material
del trabajo, están hechizados por el fetichismo de la mercancía, ilusión que nace del
hecho de que una relación social revista la forma de un objeto. “La mercancía constituye
la forma más elemental de la riqueza burguesa. Decir que trabajo productivo es el que
produce mercancías es, pues, mantener un punto de vista mucho más elemental que
decir que trabajo productivo es el que produce capital”13.
De acuerdo con ésto, podría decirse que lo que define el carácter productivo del trabajo,
no es si el trabajo produce o no mercancías materiales. Tampoco depende directamente
del hecho de si este trabajo redunda o no en la modificación del valor de uso de la
mercancía. No está determinado por el resultado material, concreto, del trabajo, sino por
la relación social que subyace al trabajo mismo. Sintetizando, una primera condición
necesaria –aunque no suficiente– para determinar el carácter productivo del trabajo es si
produce o no capital.
Al decir que es condición necesaria pero no suficiente, es evidente que esta primera
aproximación no resuelve el problema, sino que sólo estarían planteados los términos
para desarrollar el análisis. Y aquí nos enfrentamos a un segundo escollo. Marx nos dice
que trabajo productivo es el que se cambia por capital; pero si analizamos el trabajo que
http://www.pts.org.ar/UnaaproximacionalconceptodetrabajoproductivoeimproductivoenMarx 3/16
8/3/2017 Una aproximación al concepto de trabajo productivo e improductivo en Marx
se cambia por capital comercial, o por capital bancario, vemos que si bien es
imprescindible para permitir la apropiación de una ganancia por parte del capitalista
mercantil (e incluso del industrial), no es fuente de valor. Veamos más de cerca qué
significa que puede existir capital sin que éste cree valor nuevo, lo cual plantea la
existencia de obreros asalariados que intercambian su trabajo por salario, pero que no
crean valor.
ProducciónCirculación: el ámbito de la creación de valor
En el Tomo I de El Capital, Marx analiza la circulación capitalista (DMD’), señalando la
imposibilidad de los economistas clásicos de dar cuenta del fenómeno del surgimiento del
valor, puesto que éstos centran su atención en la circulación misma para intentar explicar
el cambio en la magnitud del capital. La circulación, donde las mercancías se transforman
en dinero y este dinero nuevamente en mercancías, sólo puede tratarse de un
intercambio de equivalentes, es decir, de magnitudes iguales que pasan de una forma (M)
a la otra (D), sin que pueda existir en este proceso adición de valor alguna. Y establece
que el proceso por el cual se incrementa el valor no puede buscarse sino en la
producción misma de las mercancías, existiendo una mercancía que entra al proceso de
producción que tiene la virtud de crear más valor que el que ella misma tiene: la
mercancía fuerza de trabajo.
Marx establece que, ante todo, el capital es esencialmente una relación social, relación
que sin violar el principio del intercambio de equivalentes establecido en la circulación,
supone la apropiación de trabajo humano no pago; que el capital es ante todo capacidad
de explotación. Por eso, el valor sólo puede surgir del proceso de producción, momento
en el cuál se lleva adelante la adición de valor y la apropiación de trabajo no pago del
obrero por parte del capitalista. Por lo tanto, los trabajadores empleados por el capital
afectado a la circulación de las mercancías son trabajadores improductivos: aquellos
asalariados que trabajan en el comercio, la banca y todas las actividades derivadas de
éstas (administrativas, jurídicas, etc.).
Una vez excluidos de la categoría de trabajo productivo aquellos trabajos que se cambian
por el capital variable de los capitales invertidos en la circulación de las mercancías,
podría afirmarse que es productivo, creador de valor y de plusvalor, todo trabajo que se
intercambia por el capital variable del capital invertido en la producción.
No es el objetivo de esta nota desarrollar el modo en el que se lleva adelante este
proceso en la industria, cuestión sobre la que al menos entre los marxistas existe
consenso, sino detenernos en el caso particular de los servicios para intentar determinar
su carácter productivo o improductivo, su capacidad de crear valor nuevo (productivo) o
la de permitir la apropiación por parte del capitalista que los emplea del valor creado en la
producción (improductivo).
http://www.pts.org.ar/UnaaproximacionalconceptodetrabajoproductivoeimproductivoenMarx 4/16
8/3/2017 Una aproximación al concepto de trabajo productivo e improductivo en Marx
II. El trabajo improductivo
Habíamos dicho más arriba que era condición necesaria pero no suficiente plantear que el
carácter productivo del trabajo está dado “por las relaciones sociales en las que se
funda”. Concluir nuestra definición allí puede ser tan equívoco como afirmar que su
carácter depende de si produce o no mercancías materiales. Si seguimos la línea de
pensamiento de establecer el carácter productivo o no del trabajo de acuerdo con su
capacidad de crear valor, tenemos que analizar en qué casos esto no sucede, aunque
exista la relación social entre el capital y el trabajo, exista compra de la fuerza de trabajo
por parte del capitalista, e incluso las enormes ganancias de las que se apropia este
último.
Marx afirma que “lo que caracteriza al obrero improductivo es que en lugar de producir
mercancías para el comprador de su fuerza de trabajo, es éste quien se las suministra a
él”14. ¿Qué significa esto? El obrero productivo, mediante la producción de mercancías,
produce constantemente el fondo del que cobra su salario. En cambio, “En la producción
capitalista los trabajos improductivos sólo pueden pagarse a costa del salario de los
obreros productivos o de las ganancias de sus patrones (y de quienes se las reparten
con ellos) [...] estos obreros productivos sientan las bases materiales para la
manutención y, por consiguiente, la existencia de los obreros improductivos”15. Y unos
párrafos más abajo sostiene: “el trabajo improductivo [es] aquel trabajo que no se cambia
por capital, sino directamente por renta, por salario o ganancia y, naturalmente, por los
diversos elementos que forman la ganancia del capitalista, como son el interés y la renta
del suelo”16.
En este complejo razonamiento, puede vislumbrarse otro elemento central. Para intentar
aclarar su significado, si bien nos alejamos del objeto de estudio preciso de este trabajo,
puede ser útil guiarnos por las características de uno de los trabajos improductivos
analizados por Marx: el que se enfrenta al capital comercial.
El capital comercial y el trabajo empleado por él
En el caso del capital comercial no hay creación de valor ni de plusvalía, sino “que la
plusvalía que corresponde a este capital en forma de ganancia media forma parte de la
plusvalía producida por el capital productivo total”17. ¿Cómo hace el capitalista comercial
para ganarse el “derecho” de apropiarse de ella? Las mercancías no atraviesan en la
circulación ningún proceso que les permita adicionar valor. El capital comercial se limita a
realizar en la circulación la plusvalía producida con anterioridad. Compra las mercancías
al capitalista industrial (que se las vende por debajo de su valor, resignando una parte de
la plusvalía apropiada en el proceso de producción) y entra así a formar parte de la cuota
general de ganancia.
¿Y qué ocurre con los obreros asalariados del comercio? En primer lugar, “este obrero
http://www.pts.org.ar/UnaaproximacionalconceptodetrabajoproductivoeimproductivoenMarx 5/16
8/3/2017 Una aproximación al concepto de trabajo productivo e improductivo en Marx
comercial es un asalariado como otro cualquiera”. Su trabajo es comprado por el capital
variable del capitalista comercial y el valor de su fuerza de trabajo se encuentra
determinado por el costo de producción de su fuerza de trabajo específica. “Sin embargo,
entre él y los obreros empleados directamente por el capital industrial tiene que mediar
necesariamente la misma diferencia que entre el capital industrial y el capital comercial y
la que existe, por tanto, entre el capitalista industrial y el comerciante. El comerciante,
como simple agente de la circulación, no produce valor ni plusvalía [...] razón por la cuál
tampoco los obreros mercantiles empleados por él a las mismas funciones pueden crear
directamente plusvalía para él”18.
¿Cómo producen ganancia estos obreros aunque no producen directamente plusvalía?
“el capital mercantil obtiene su ganancia de no pagar íntegramente al capital productivo el
trabajo no retribuido contenido en las mercancías”19; se apropia de una parte de la
plusvalía haciendo que se la transfiera el capitalista industrial. La función misma por virtud
de la cual el capitalista comercial obtiene esta ganancia, la realizan sus obreros. “Aunque
el trabajo no retribuido de estos agentes no crea plusvalía, crea, sin embargo, a su favor,
apropiación de plusvalía”. En este caso, los asalariados empleados por esta clase
especial de capitalistas, si bien son parte de la clase obrera, no producen valor nuevo.
“Del mismo modo que el trabajo no retribuido del obrero crea directamente plusvalía para
el capital productivo, el trabajo no retribuido de los obreros asalariados comerciales crea
para el capital comercial una participación en aquella plusvalía”20. ¿Son explotados? Sí,
porque la misma forma de salario permite que éstos repongan su salario por ejemplo en 8
horas; pero, al igual que los obreros empleados en la producción directa, el precio de su
trabajo se determina por el valor de su fuerza de trabajo, lo que no guarda relación directa
con la masa de ganancia que ayuda al capitalista a transferir en esas 8 horas. Por medio
de este trabajo no pago “ahorran” al capitalista parte del plusvalor “cedido” por el
capitalista industrial, lo que le permite obtener su ganancia. “Lo que le cuesta al capitalista
y lo que saca de ella (de su fuerza de trabajo) son dos magnitudes distintas”21.
En este caso, el elemento central para determinar el carácter improductivo del trabajo, no
sería la ausencia de una relación social de explotación, sino la incapacidad de estos
obreros (que trabajan como cualquier otro) de crear valor, de aumentar la masa total de
valor existente.
III. Trabajos productivo e improductivo: ¿conceptos absolutos o relativos?
Es necesario este “desvío” en la exposición para llegar a otro elemento que considero
imprescindible para definir el carácter del trabajo. En el mismo texto que venimos citando,
afirma Marx: “Por consiguiente, la inversión que suponen estos gastos de circulación es,
para el capital mercantil, una inversión productiva. Y también el trabajo comercial
comprado por él es, para él, un trabajo directamente productivo”22, es decir, estos
trabajadores, son productivos para el capitalista mercantil que los emplea, pero no lo son
para el capital global.
http://www.pts.org.ar/UnaaproximacionalconceptodetrabajoproductivoeimproductivoenMarx 6/16
8/3/2017 Una aproximación al concepto de trabajo productivo e improductivo en Marx
Si bien aquí Marx se está refiriendo al caso particular del capital mercantil (análisis que
extiende al capital crediticio), es posible vislumbrar en el método utilizado algunos indicios
de importancia. Integrando lo dicho hasta aquí, podría decirse que el carácter productivo
del trabajo está sujeto al menos a dos condiciones fundamentales: la primera, debe
enfrentarse como trabajo al capital, es decir, estar sujeto a una relación social de
explotación; la segunda, debe ser creador de valor nuevo y por lo tanto de plusvalor,
excluyendo de dicha categoría aquellos trabajos que colaboren a la apropiación por parte
del capitalista de una parte de la plusvalía total, pero que no crean valor nuevo. Estos
trabajos, si bien son productivos para el capitalista que los emplea, no lo son en relación
al capital global.
Creo ver en esta cuestión una de las claves para pensar las aparentes contradicciones
entre distintas citas dispersas en los diferentes textos. Encuentro aquí dos niveles muy
diferenciados de análisis, que es necesario clarificar: por un lado, Marx debate con
aquellos que entienden el trabajo productivo como todo aquel que produce algún valor de
uso material y lo enfrenta a su concepción de que sólo es productivo aquel trabajo que
produce plusvalía o ganancia para el capital. Pero en un nivel más concreto, distingue
aquellos trabajos que son productivos para el capitalista que los emplea directamente de
aquellos que son productivos para el capital global.
En las Teorías sobre la plusvalía, el trabajo productivo es definido como todo trabajo que
se intercambia por capital y no por ingreso, y en este caso, estaría realizando el análisis
desde el punto de vista de los capitalistas individuales o más precisamente estableciendo
cuál es el verdadero origen de las ganancias capitalistas: el trabajo humano no pago, lo
que presupone esta relación social. Incluso, el subtitulo se denomina: “Definición del
trabajo productivo, en cuanto productor de capital”. Pero en El Capital, Marx distingue
entre trabajo productivo para el capital global y trabajo productivo para el capitalista
individual, analizando ya la multiplicidad de capitales y la división del trabajo entre los
distintos capitalistas. Sin ánimo de entrar en un debate sobre el conjunto de su analisis
sobre el trabajo productivo e improductivo, Mandel23 plantea: “Todo trabajo asalariado
que permita al capitalista individual apropiarse de una fracción de la masa global de
plusvalor, sin adicionarse a esa masa, puede ser ‘productivo’ para el capitalista comercial,
financiero o del sector servicios al cual permite participar en el reparto general del pastel.
Pero desde el punto de vista del capital global es improductivo, porque no aumenta el
tamaño total del pastel”24. Esta distinción es la que permite diferenciar los niveles de
análisis en el que se utilizan las categorías en cuestión.
En esta instancia, estaríamos en condiciones de pensar el carácter que reviste el trabajo
empleado por el capital de servicios. Antes de adentrarnos en los casos más intrincados,
analizaremos aquellos que Marx desarrolla en diferentes lugares de su vasta obra: el
transporte de mercancías, un ejemplo paradigmático de los servicios en la actualidad.
http://www.pts.org.ar/UnaaproximacionalconceptodetrabajoproductivoeimproductivoenMarx 7/16
8/3/2017 Una aproximación al concepto de trabajo productivo e improductivo en Marx
¿Es productivo el trabajo empleado en el transporte de mercancías?
Las fases que el capital recorre, y que constituyen una circulación del capital, comienzan
desde el punto de vista conceptual con la transformación del dinero en las condiciones de
producción. Ahora, empero, cuando partimos no del capital en formación sino del capital
formado, el mismo recorre las siguientes fases: 1) Creación de la plusvalía o proceso
inmediato de la producción. Su resultado es el producto. 2) Transporte del producto al
mercado. Transformación del producto en mercancía. 3) a) Ingreso de la mercancía a la
circulación ordinaria. Circulación de la mercancía. Su resultado: transformación en dinero.
Éste se presenta como primer momento de la circulación ordinaria; b) Reconversión del
dinero en las condiciones de producción: circulación monetaria; en la circulación ordinaria,
la circulación mercantil y la monetaria se presentan siempre divididas en dos sujetos
diferentes. El capital circula primero como mercancía, luego como dinero y viceversa. 4)
Renovación del proceso de producción, lo que aquí se presenta como reproducción del
capital originario, y proceso de producción de pluscapital25.
Según Marx, desde el punto de vista económico, la condición espacial, el transporte del
producto al mercado, forma parte del proceso mismo de producción. El producto no está
realmente terminado hasta tanto no se encuentre en el mercado. Éste no constituye un
momento necesario de la circulación considerada como proceso particular del valor (ya
que se puede comprar e incluso consumir el producto en el lugar mismo de su
producción). Podría considerarse el transportar el producto al mercado como
transformación del producto en mercancía. Este tiempo, así como los gastos requeridos
para el acondicionamiento de la mercancía para ser vendida (pesar, medir, calcular) cae
dentro de los costos de producción.
Las masas de productos no aumentan por el hecho de ser transportadas. Y aunque sus
cualidades naturales puedan cambiar por efecto del transporte, esto no constituye, con
ciertas excepciones, un efecto útil deliberado, sino un mal inevitable. Sin embargo, el valor
de uso de las cosas sólo se realiza con su consumo y éste puede exigir un
desplazamiento de lugar, y por tanto, el proceso adicional de producción de la industria
del transporte. Por consiguiente, el capital productivo invertido en ésta añade valor a los
productos transportados, unas veces mediante la transferencia de valor de los medios de
transporte y otras veces mediante la adición de valor que el trabajo del transporte
determina. Esta última adición de valor se descompone, como ocurre siempre en la
producción capitalista, en dos partes. Una es la que repone los salarios, otra es la
plusvalía26.
Pero, ¿cómo se llevaría adelante aquí la adición de valor? Supongamos un producto
fabricado en la Argentina para ser vendido en China. Los costos de producción de dicho
producto serían el tiempo de trabajo objetivado en el proceso de producción inmediato de
dicho producto, más el tiempo de trabajo contenido en el transporte.
http://www.pts.org.ar/UnaaproximacionalconceptodetrabajoproductivoeimproductivoenMarx 8/16
8/3/2017 Una aproximación al concepto de trabajo productivo e improductivo en Marx
Si igualamos a 0 la parte constante del capital invertido en el transporte (puesto que no
aporta nada a la cuestión ya que ésta no haría más que reaparecer con la misma
magnitud en el valor del nuevo producto), ¿es posible que en los costos del transporte
haya plustrabajo y por tanto que el capital pueda extraer de ellos plusvalor? Marx se hace
esta pregunta.
Se responde fácilmente a esto mediante la pregunta: ¿cuál es el trabajo necesario o el
valor en que éste se objetiva? El producto debe pagar 1) su propio valor de cambio, el
trabajo que está objetivado en él mismo; 2) el plustiempo que el marinero, carretero, etc.,
emplea en el transporte de aquel. [...] En la producción inmediata es claro que todo el
plustrabajo que el fabricante hace hacer al obrero significa plusvalor para el primero,
puesto que se trata de plustrabajo objetivado en nuevos valores de uso y que al
fabricante nada le ha costado. Pero es evidente que en el transporte no puede emplear al
obrero más tiempo del que el transporte requiere. [...] El marinero, el carretero, etc., sólo
necesitan medio año de tiempo de trabajo para vivir un año; el capitalista los emplea un
año entero y les paga medio. Como el último carga sobre el valor de los productos
transportados un año entero de tiempo de trabajo, pero paga solamente ½, gana una
plusvalía del 100% sobre el trabajo necesario27.
Marx explica que aquí estamos frente a un caso como el de la producción inmediata, y la
plusvalía originada sólo puede obedecer a que no se paga una parte del tiempo de
transporte a los obreros. Si consideráramos un capital que él mismo fabrique los
productos y los transporte, ambos actos estarían incluidos en la producción inmediata y la
circulación sólo comenzaría al llegar a su lugar de destino.
Para Marx, la industria del transporte forma, por una parte, una rama independiente de
producción y, por tanto, una base especial de inversión del capital productivo. Por otra
parte, la ubica y la distingue dentro de la circulación por el hecho de manifestarse como la
continuación de un proceso de producción dentro del proceso de circulación y para éste.
Lo mismo afirma sobre el trabajo destinado a la conservación de las materias primas
almacenadas y a todo el capital latente (aquel que aún no ha entrado en el proceso de
producción, sino que se encuentra a la “espera” de hacerlo), al fraccionamiento de los
productos para acondicionarlos para su venta, el empaquetado, la selección, el control de
calidad, el mantenimiento de las máquinas. Todos ellos, si bien no dejan huellas en el
valor de uso del producto, el trabajo concreto no modifica la forma del valor de uso, sí
dejan huellas en la magnitud de su valor en cuya formación participan por medio de una u
otra actividad útil.
Surge así, entonces, que el transporte, las comunicaciones y todas aquellas actividades
útiles “íntimamente ligadas a la producción”, que si bien no significan una modificación del
valor de uso de la mercancía son necesarias para su existencia como tal, son trabajos
productivos, es decir, creadores de valor y por lo tanto de plusvalor. Lo mismo ocurre con
el mantenimiento, el almacenamiento, clasificación, detalle, embalaje, control de calidad,
http://www.pts.org.ar/UnaaproximacionalconceptodetrabajoproductivoeimproductivoenMarx 9/16
8/3/2017 Una aproximación al concepto de trabajo productivo e improductivo en Marx
fraccionamiento, conservación, etc., es decir, todos aquellos trabajos que sin ser parte
del proceso directo de producción de las mercancías, participan en la elaboración o
conservación de la misma (o a presentarla en el mercado como mercancía terminada);
son parte del proceso de valorización del capital.
Y eso ocurre tanto en el caso donde estas actividades son ejecutadas bajo el mando del
mismo capitalista que produce las mercancías, como cuando estas operaciones propias
de la producción son llevadas adelante por distintos capitalistas. Sucede que en muchos
casos pueden ser realizadas directamente por el capitalista industrial; en otros, por un
tercero que no sea el que directamente las comercializa y en otros tantos incluso
directamente por el capitalista comercial (estas formas, en la actualidad, casi nunca se
presentan puras, pero estos servicios son parte del proceso de producción de las
mercancías).
El carácter del capital invertido en otras ramas de "servicios"
Los casos analizados arriba constituyen servicios “íntimamente ligados a la producción”.
Pero, ¿qué ocurre con aquellos que no tienen esta vinculación directa con la misma?
¿Qué sucede en aquellos casos en que estos servicios no son directamente funciones
de la producción de otras ramas industriales y no son tampoco funciones que hagan de
por sí a la circulación de las mercancías? ¿Qué sucede con el transporte de pasajeros,
los correos (en aquellos casos no ligados a la producción), telefonía e Internet de uso
doméstico, la medicina privada, la educación privada, la “industria” del entretenimiento, el
turismo? La relativa simplicidad con la que podíamos definir el carácter productivo de los
servicios “directamente vinculados a la producción de mercancías”, desaparece aquí.
Creo que para responder a esta pregunta es necesario hacer una división más “precisa”
en esta categoría tan amplia de “servicios”. Si bien algunos de estos servicios
enumerados fueron analizados por Marx, no los desarrolla profundamente; a pesar de
esto, puede ser de utilidad analizar algunos ejemplos que Marx tomó en su análisis.
En las Teorías..., como ya dijimos, Marx está específicamente debatiendo sobre el trabajo
productivo como único creador de riqueza social, y por lo tanto, de ganancia para el
capitalista; lo enfrenta con aquellos que ven como trabajo productivo a todo aquel que
arroje un resultado ocultando la relación social de explotación que permite que sea
“productivo” para el capitalista. Es precisamente por esto, y por el carácter relativamente
marginal que representaban los servicios en la época de Marx, que deja planteada la
cuestión en un nivel difuso.
Esta palabra “servicio” no es, en realidad, más que un término de que nos valemos para
expresar el valor de uso especial que rinde el trabajo, como otra mercancía cualquiera; es
sin embargo un término específico: el trabajo rinde servicios, no como cosas, sino como
actividad [...] Hay ciertos servicios, o ciertos valores de uso, resultado de ciertas
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8/3/2017 Una aproximación al concepto de trabajo productivo e improductivo en Marx
actividades o de ciertos trabajos, que se materializan en mercancías; otros, en cambio,
no dejan tras de sí ningún resultado tangible, distinto de las personas que los realizan, o
bien dejan resultados que no pueden venderse como mercancías. El servicio que me
presta el cantante satisface mis necesidades artísticas, pero el placer que ello me
proporciona va unido a un acto inseparable del cantante y empieza y termina con él: lo
que yo consumo en este caso es la misma actividad, su repercusión en mi oído [...] Si
compro los servicios de un profesor, no para desarrollar mis capacidades sino para
capacitarme con vistas a ganar dinero, u otros lo adquieren para mí y consigo realmente
aprender algo, este desembolso formará parte de los gastos de producción de mi fuerza
de trabajo, ni más ni menos que los gastos hechos para el sustento de mi persona 28.
Y más abajo continúa:
En la producción inmaterial, aún cuando tenga como finalidad exclusiva el cambio y
produzca por tanto mercancías, caben dos hipótesis distintas: 1) Puede ocurrir que se
traduzca en mercancías, en valores de uso que revistan una forma personal, distinta del
productor y del consumidor. Por consiguiente, estas mercancías pueden existir en el
intervalo que separa la producción del consumo, pueden circular y venderse; tal acontece
con los libros, con los cuadros, con todas las obras de arte, que no se hallan
inseparablemente vinculadas al acto de creación artística29.
Y prosigue analizando:
2) Hay, por el contrario, casos en que la producción no puede separarse del mismo acto
de creación. Es lo que ocurre con todos los ejecutantes, artistas, profesores, médicos,
curas, etc. En estos casos, la producción capitalista tiene también un margen muy
reducido y no puede llevarse a cabo más que en ciertas ramas. En los establecimientos
de enseñanza, por ejemplo, puede ocurrir que los profesores sean simples obreros
asalariados a sueldo del director. [...] Con respecto al director, estos profesores son
obreros productivos, aunque no lo sean respecto a los alumnos. El director cambia su
capital por fuerza de trabajo de los profesores, enriqueciéndose por medio de esa
operación. Otro tanto podemos decir de los directores de teatro, de los empresarios de
conciertos, etc.
Y por último, analiza:
[la] industria de la locomoción que se destina al transporte de personas o al transporte de
mercancías [...] Lo que hay de característico en esta industria es el desplazamiento. En lo
que se refiere a las personas, podemos concebirlo simplemente como un servicio que les
presta la empresa ferroviaria. Sin embargo la relación entre compradores y vendedores
de este servicio no presenta la menor afinidad con la relación entre los obreros
productivos y el capital, ni tampoco, por ejemplo, con el de los compradores y vendedores
de hilados. En cuanto a las mercancías, el objeto del trabajo, la mercancía, experimenta
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un cambio durante el proceso de trabajo: cambia de lugar y por consiguiente de valor de
uso, ya que uno es función de otro. Su valor, en cambio, aumenta con el trabajo requerido
por esta modificación de su valor de uso y la suma de este trabajo se halla determinada,
al igual que en los demás procesos, por el desgaste del capital constante, es decir, del
trabajo materializado, y por el trabajo vivo. [...] Es decir, que aunque el trabajo real no deja
huella en el valor de uso, se traduce, sin embargo, en el valor de cambio de este producto
material. Y podemos afirmar que en esta industria, lo mismo que en las demás ramas de
la producción material, este t rabajo se materializa en la mercancía, a pesar de no dejar
ninguna huella visible en su valor de uso.
Como puede observarse, Marx define que son productivos todos aquellos trabajos
directamente ligados a la producción industrial que, aunque no dejan huella en el valor de
uso, incrementan su valor. Pero en los casos donde el trabajo no se materializa en una
mercancía, donde el resultado del trabajo desaparece en el mismo acto de su producción,
al menos es confuso.
En el caso del transporte de pasajeros, de los artistas que trabajan para un capitalista, de
los maestros y médicos que trabajan para un patrón, pareciera vislumbrarse algo distinto.
Por un lado, vemos que en el mismo texto que es tomado a menudo como fuente en la
que Marx consideraría productivos el trabajo de la cantante, payasos, etc., siempre y
cuando trabajen para un capitalista, Marx cambia el nivel de análisis afirmando: “Todo
servicio produce algo: la prostituta produce placer, el asesino un asesinato, etc. [...] cada
clase de servicios tiene su valor. No faltaría más sino que fuesen gratuitos. Pero no se
trata de esto. Aunque lo fuesen, no aumentarían ni en un ochavo la riqueza material”30.
Es desde esta consideración que tiendo a creer que estos trabajadores son trabajadores
improductivos como lo son los capitales a los cuales se enfrentan.
Analicemos en particular el trabajo de los docentes (de educación primaria, media o
universitaria) que trabajan en instituciones privadas y el de los médicos empleados en
clínicas o sanatorios privados también31.
Marx, debatiendo con A. Smith, analiza que aquellos servicios:
[...] destinados a conservar la fuerza de trabajo, a formarla, a modificarla, a especializarla
o simplemente a mantenerla en buen estado, por ejemplo, los servicios del maestro de
escuela (en aquello en que son industrialmente necesarios), los del médico que vela por
su salud, conservando así la fuente de todos los valores, y por tanto, la fuerza de trabajo
misma, son servicios que contribuyen a hacer valer una mercancía susceptible de ser
vendida, la fuerza de trabajo, y que figuran entre los gastos de producción y reproducción
de esta fuerza.
No obstante, sostiene inmediatamente: “Sin embargo, A. Smith no ignoraba cuán poca
‘instrucción’ entra en los gastos de producción de la gran masa de los obreros”. E incluso
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explica cómo, si por determinadas razones se reduce el salario de los obreros, es
evidente que no podrían seguir éstos consumiendo la misma cantidad de servicios del
médico, del maestro de escuela, etc. “Si bien en parte esto podría considerarse así [como
adición de valor a la mercancía fuerza de trabajo], ni el trabajo del maestro de escuela, ni
el del médico crean directamente el fondo de que cobran, aunque sus servicios figuren
entre los gastos de producción del fondo que crea todos los valores, de la fuerza de
trabajo, por lo tanto no son trabajos productivos”32.
Intentemos clarificar este punto. Un docente de primaria trabaja al menos cuatro horas
diarias, durante 180 días al año, durante al menos seis años de enseñanza básica,
“formando”, podría decirse, una cierta capacidad de trabajo. Dejando de lado el hecho
insoslayable de que sólo una muy pequeña parte de la educación interviene en la
“producción” de las capacidades necesarias para desarrollar un determinado trabajo,
incluso esa pequeña parte, no guarda relación con el valor que colabora a “producir”.
El obrero productivo incorpora a la mercancía (sea cual fuere su carácter material o
aunque no adopte ninguna modificación visible) una determinada cantidad de tiempo de
trabajo al poner en funcionamiento su capacidad productiva. Si trabaja ocho horas y está
utilizando el tiempo de trabajo socialmente necesario, agregará ocho horas de valor
nuevo. ¿Podría decirse que ocurre lo mismo en el caso de un maestro o un médico?
Creo que, basándonos en esta diferenciación de niveles de análisis planteada por Marx,
si bien no descarta la existencia de trabajo productivo por razón de que este no se
traduzca en la modificación del valor de uso de la mercancía, sí tiene en cuenta que el
valor puede agregarse en función de que se materializa en la mercancía sobre la que
reposa. Incluso podría decirse que al pensar los servicios personales los refiere también
a que puedan “objetivarse” en una mercancía, en este caso en la fuerza de trabajo. Es
como si a cada paso, al analizar la existencia de valor nuevo, tuviera que referirse a su
objetivación en una mercancía. En el caso de los servicios personales, plantea que no
puede afirmarse que el valor se objetive en la fuerza de trabajo considerada como tal, por
lo cuál el trabajo del médico o del maestro constituirían trabajos improductivos.
Los capitalistas que invierten en estas ramas de servicios, se las arreglan para
apropiarse de “la mayor parte de la riqueza material”, de la riqueza social global. La
existencia de estos obreros improductivos son el resultado de esta forma de organización
capitalista: “los obreros improductivos no crean placeres y [...] la compra de sus servicios
se halla determinada, pues, por el modo como el agente de producción quiera gastar su
salario o su ganancia”33. Estos servicios se pagan con “el remanente producido por los
obreros productivos, pero no percibido por ellos”.
Si bien esto no pretende ser una respuesta acabada sobre un debate que está
plenamente abierto y es necesario profundizar, contrastar con la realidad del capitalismo
en la actualidad, es mi opinión que los capitales invertidos en estas ramas de servicios
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son improductivos, y por lo tanto, lo es también el trabajo empleado por ellos.
Tiendo a inclinarme por la definición esbozada por Marx cuando afirma:
A medida que la hegemonía del capital se iba imponiendo y sometía a su imperio poco a
poco a las ramas de producción que no se hallaban directamente interesadas en la
creación de riqueza material, […] creían hacer honor a todo individuo al clasificarlo como
obrero productivo [...] Nosotros, por nuestra parte, preferimos a los autores del tipo de
Malthus, que defiende sin ambages la necesidad y la conveniencia de los obreros
improductivos y de los simples parásitos34.
A diferencia de estos parásitos de la sociedad capitalista, curas, jueces, hombres de
estado, etc., etc., los obreros improductivos, ya sea aquellos ligados a la circulación o
aquellos ligados a los servicios donde el capital es improductivo, si bien no agregan un
átomo de valor nuevo, no incrementan la riqueza social, son imprescindibles para el
funcionamiento del modo de producción capitalista, penetran todos los poros de la
sociedad. Su carácter de obreros improductivos no obsta para que su fuerza social
desbarate los resortes de las grandes urbes, desarticulando la vida social cuando
paralizan su trabajo. La enorme fortaleza lograda por los mismos, habla a las claras del rol
social que, como parte de la clase obrera, están llamados a cumplir en el proceso de la
transformación revolucionaria de la sociedad.
NOTAS
1 Mandel, Ernest, El Capital. Cien años de controversias en torno a la obra de Karl Marx,
México, Siglo XXI Editores, 1985, pg. 128.
2 Es necesario dejar de lado en el análisis todos aquellos servicios o trabajos que son
prestados en forma personal (un profesor que da clases particulares, una costurera que
desarrolla su trabajo en su casa, un plomero a domicilio, las profesiones liberales). Todos
ellos constituyen, desde el punto de vista del capital, trabajos improductivos ya que se
cambian directamente por renta. Por útiles que sean, quedan fuera del análisis que
intentamos desarrollar, ya que de lo que se trata es de analizar el carácter de los trabajos
asalariados y su relación con la valorización del capital.
3 Marx, Karl, Elementos fundamentales para la crítica de la economía política
(Grundrisse) 1858, tomo I, México, Siglo XXI, 1971, pg. 245 y 46 (nota al pie).
4 Íbidem, pg. 249.
5 Marx, Karl, Teorías de la Plusvalía, Madrid, Alberto Corazón Editor, 1976, pg. 134.
6 Ídem.
7 Íbidem, pg. 135, negritas mías.
8 Ídem.
9 Íbidem, pg. 138, negritas mías.
10 Marx incluso afirma que un empresario de espectáculos, de conciertos, de casas
públicas, etc., compra el derecho a disponer temporalmente de la fuerza de trabajo de los
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actores, prostitutas, músicos, etc., luego vende esa fuerza de trabajo al público,
reembolsándose con ello los salarios y obteniendo una ganancia. Esta cuestión la
analizaremos más abajo, ya que al referirse a “ganancia” esta afirmación es válida en un
determinado nivel de análisis, pero no lo es al enfrentar estos trabajo al capital global.
11 Marx, Karl, Teorías de la plusvalía, op. cit., pg. 146.
12 Ídem.
13 Íbidem, pg. 148.
14 Íbidem, pg. 139. Téngase en cuenta que hablamos, como ya se advirtió, de fuerza de
trabajo comprada por el capital con salario.
15 Íbidem, pg. 159, negritas mías.
16 Ídem, negritas mías.
17 Marx, Karl, El Capital, Tomo III, México, Fondo de Cultura Económica, 1980, pg. 278.
18 Íbidem, pg. 286.
19 Ídem.
20 Íbidem, pg. 287.
21 Íbidem, pg. 293.
22 Íbidem, pg. 294.
23 No debatiré aquí respecto a la posición de Ernest Mandel, simplemente destaco este
elemento analizado por él y que creo puede ser de utilidad.
24 Mandel, Ernest, El Capital. Cien años de controversias…, op. cit., pg. 123.
25 Marx, Karl, Elementos fundamentales..., tomo II, op. cit., pg. 129 (negritas mías).
26 Marx, Karl, El Capital, Tomo II, México, Fondo de Cultura Económica, 1980, pg. 133.
27 Íbidem, pg. 10.
28 Marx, Karl, Teorías de la Plusvalía, op. cit., pg. 221.
29 Íbidem, pg. 223.
30 Íbidem, pg. 212, negritas mías.
31 El caso de los empleados por el Estado merecería un estudio aparte que no es el
objetivo desarrollar en esta nota, ya que se trata de definir el carácter del trabajo
intercambiado directamente por la parte variable del capital.
32 Marx, Karl, Teorías de la plusvalía, op. cit., pg. 144.
33 Íbidem, pg. 151.
34 Íbidem, pg. 152, por parásitos se está refiriendo a los curas, los “hombres de estado”,
los juristas.
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JESUS A LBARRACIN
El trabajo doméstico
y la ley del valor
La mayoría de las obras de Marx dis- Sin embargo, no se llenarían cinco de uso), sino según la cantidad de
ponibles en castellano, hasta la recien- folios con lo que Marx y Engels trabajo que ha costado producirlas (su
te edición de El Capital de Siglo XXI, escribieron sobre el tema. No es sólo valor de cambio) , que la propia fuerza
han sido traducidas por Wenceslao que Marx utilizara el vocablo "hombre", de trabajo es una mercancía, que la
Roces o por Editorial Progreso de es también que toda su construcción plusvalía es el motor del capitalismo,
Moscú. Es posible que todos ellos teórica adolece del concepto "mujer". etc. Todo el edificio lógico de El Cap;-
hayan traducido "hombres" cuando en El trabajo doméstico es, pues, un tal está construido sobre la mercan-
los originales se hablaba de "humani- reto teórico. Una parte importante del cía(2) , esto es, sobre el trabajo huma-
dad" o de "individuo de la especie esfuerzo productivo de la humanidad no que tiene un valor en el mercado
humana", pero es poco probable que no está explicado, se mueve fuera de porque se plasma en un objeto que
Marx hiciera una distinción tan exquisi- los circuitos del mercado, no se rige puede ser vendido.
ta para la época. Después de todo, por la ley del valor y se resiste a Sin embargo, el trabajo dedicado a
aún hoy en día, en la mayoría de las cualquier tratamiento científico. Incluso, la producción de mercancías es sólo
lenguas el masculino comprende al cuando se aborda el tema, las catego- una parte, en ocasiones la más peque-
femenino cuando se habla en plural o rías usadas normalmente encajan mal, ña, del total del trabajo social. Un
en indeterminado. son poco precisas, se rebelan y chi- análisis que parte exclusivamente de la
rrían. Pero el trabajo doméstico es una mercancía y de su principal caracterís-
Sin embargo, el problema es algo realidad material y como tal debe ser tica, que tiene valor de cambio, impedi-
más que semántico. Para Marx, "el abordada. Lo que sigue constituye un rá comprender correctamente aquella
hombre mismo se diferencia de los conjunto de reflexiones sobre el trabajo parte del trabajo social que no tiene
animales a partir del momento en que doméstico a la luz de la teoría del valor porque no es una mercancía y
comienza a producir sus medios de valor y la explotación. de su principal característica, que tiene
vida ". La forma que toma la actividad valor de cambio, impedirá comprender
productiva es el modo de producción correctamente aquella parte del trabajo
que "no puede considerarse solamente
en el sentido de la reproducción de la El lugar del trabajo tocial que no tiene valor porque no es
una mercancía, es decir, impedirá
existencia física de los individuos. Es
ya, más bien, un determinado modo de
doméstico en el trabajo comprender el trabajo doméstico.
Nuestro punto de partida será, por
la activ;dad de esos individuos, un social tanto, el trabajo y la producción totales
determinado modo de manifestar su de la sociedad, sean o no intercambia-
vida, un determinado modo de v;da de dos en el mercado, es decir, tengan o
los mismos. Los individuos son tal y La principal característica del modo no valor de cambio.
como manifiestan su vida. Lo que son de pro<;lucción capitalista es la produc-
coincide, por cons;guiente, con su ción generalizada de mercancías, esto Comencemos por una sociedad pri-
producc;ón, tanto con lo que producen, es, de objetos que no han sido fabrica- mitiva en la que no existe excedente,
como con el modo cómo producen. Lo dos con la finalidad de satisfacer algu- esto es, como dirían los economistas,
que los indiv;duos son depende, por na necesidad humana {aunque tienen que se autorreproduce. En esta socie-
tanto, de las cond;ciones materiales de que servir para satisfacerlas, pues si dad, todo el esfuerzo humano se dedi-
producción '~1 ). Una parte sustancial de no nadie las querría), sino con el obje- . ca a que la sociedad sobreviva, por lo
la producción ha sido realizada tivo de ser vendidos en el mercado, y que no hay acumulación. No hay divi-
históricamente por las mujeres en el obtener con ello un beneficio. La mer- sión social del trabajo ni sociedad de
seno de la familia. El trabajo doméstico cancía, principal producto del capitalis- clases, porque no ha aparecido exce-
ha jugado un papel clave en la mo, ocupa por tanto un lugar central dente del que apropiarse. Pero esto no
producción de los medios de vida de la en el análisis marxista. Partiendo de su quiere decir que no exista una división
humanidad y, al mismo tiempo, ha sido análisis se desvela que las mercancías del trabajo en función del sexo, de
uno de los modos concretos de no se intercambian en el mercado forma que una parte del trabajo nece-
manifestar la vida más generalizados. según la utilidad que tienen {su valor sario para la supervivencia de la s~cie-
J ESUS •LBAllllACIN
dad estará constituída por el trabajo sino por el otro componente del trabajo no tienen un valor de cambio, pero
doméstico que realizan las mujeres. necesario (véase el diagrama). existe una diferencia fundamental con
Además, en estas sociedades de sub- el autoconsumo de los campesinos:
sistencia, esta parte será normalmente nunca podrían tener un valor de cam-
la más importante, pues la preparación El trabajo no mercantil: bio, porque en el momento en el que
de alimentos, la fabricación de vesti- en el ámbito de la familia se produjese
dos, etc, tareas encomendadas a las la producción de valores algo para ser intercambiado, el trabajo
mujeres, constituye la inmensa mayoría dedicado a esa producción dejaría de
de la producció)1 social. Fuera del tra- de uso sin valor de ser trabajo doméstico. Las mujeres no
bajo doméstico, la producción será elaboran la comida diaria para cam-
muy pequeña: cambio biarla en el mercado y, en caso de
La existencia de un excedente social que así fuera , no estaríamos hablando
no cambia este hecho básico de que de trabajo doméstico, sino de una ac-
el trabajo doméstico es una parte del tividad mercantil. Por otra parte, si una
trabajo necesario para la subsistencia Con el trabajo humano, toda socie- mujer elabora la comida diaria en otra
de la sociedad. Interesa comprenderlo dad produce cosas que le sirven para familia que no es la suya, a cambio de
bien, aún a riesgo de ser reiterativos. satisfacer sus necesidades o, simple- un salario, no estamos en presencia de
El total del trabajo que se realiza en mente, para acumular para el futuro. un trabajo doméstico, sino de un traba-
una sociedad tiene varios componen- Por ranto, todas las cosas que produce (jo asalariado. La característica funda-
tes. una sociedad deben tener una utilidad mental del trabajo doméstico es que es
Por un lado, habrá un trabajo nece- o, dicho en términos de la teoría del un trabajo que se realiza fuera del
sario para la supervivencia de la propia valor, todos los productos del trabajo mercado, por lo que no tiene valor de
sociedad. Un determinado número de humano deben tener un valor de uso. cambio; con él, la mujer produce valo-
horas de trabajo se dedicará a la pro- Tanto el producto socialmente necesa- res de uso que tampoco tienen valor
ducción de objetos necesarios para rio, como el producto excedente están de cambio, pues están destinados a
que los individuos de la misma se ali- constituídos por objetos que tienen un ser consumidos en su propia familia.
menten, se vistan, etc y, en definitiva, valor de uso. En este sentido, en el trabajo domésti-
sobrevivan. Será el producto social- Una parte del total de valores de ·co, la relación de una mujer con su
mente necesario. En esta categoría uso habrá sido producida por un traba- marido no tiene su origen en el merca-
está incluido el trabajo doméstico. Del jo realizado fuera del mercado y con la do, sino que radica en la división se-
total de horas de trabajo necesarias finalidad fundamental de satisfacer di- xual del trabajo. De hecho, la relación
para la supervivencia, una parte la rectamente necesidades. En este caso, familiar a la que está sometida la
realiza la mujer en su casa. Del pro- serán valores de uso que l")O tienen un mujer no es una relación de explota-
ducto total necesario para la supervi- valor de cambio. · ción, pues no se le extrae plusvalía,
vencia de la sociedad, una parte está Los productos que los campesinos sino de opresión. La institución que
obtenido con el trabajo doméstico. obtienen en sus huertas para su propio garantiza esta opresión es la fam ilia.
autoconsumo no han sido cultivados - Las formas concretas que haya ad-
Por otro lado, habrá un trabajo exce- con el objetivo de venderlos en el quirido la familia en cada periodo histó-
dente, esto es, un número de horas de mercado, sino de alimentarse, vestirse, rico o en cada forma social han sido
trabajo se realizarán por encima de las etc., ellos y sus familias. El trabajo que muy variadas. Pero así como la propie-
necesidades para que la sociedad dedican a ello tiene una característica dad privada de los medios de produc-
sobreviva. Este trabajo excedente se no mercantil y, en sentido estricto, ción es la institución básica del capita-
materializará en un producto exceden- estos valores de uso no tienen un lismo y la que garantiza la explotación
te, que se apropiarán las clases domi- valor de cambio pues, de hecho, los de los y las trabajadores(as) , indepen-
distintos campesinos de una sociedad
nantes en forma de materias primas,
mercancías destinadas a la venta o,
simplemente, dinero. Este producto
pueden aplicar tecnologías muy dife-
rentes, no hay ningún mecanismo so-
r dientemente de las formas que haya
adquirido en cada época histórica, la
familia es la institución básica que
excedente dará lugar a la lucha de cial que ponga en comunicación la garantiza la opresión de la mujer y la
clases. producción de cada uno de ellos con división del trabajo en función del sexo,
la de los demás y no se rige por' los independientemente de las formas que
En definitiva, todo el esfuerzo que la mecanismos del mercado. Es por esto L adquiera.
sociedad realiza para reproducirse a sí por lo que no tienen un valor de
misma constituye el trabajo necesario y cambio. Pero podrían tenerlo. Si un
con él se obtiene el producto necesa- campesino acude a un mercado con El trabajo asalariado: la
rio. Todo esfuerzo superior por encima los productos de su huerta, en vez de
de éste, es el trabajo excedente y con autoconsumirlos, encontrará que le producción de mercancías
él se obtiene el producto excedente. El pagan un precio por ellos. Su valor de
trabajo doméstico, en la vertiente de cambio no tendrá nada que ver con las
trabajo dedicado a producir medios de horas que, en particular, le ha costado
subsistencia, es una parte del trabajo a él producirla, sino con las que dedica Otra parte del total de los valores de
necesario. No importa que no se mida el conjunto de la sociedad· como me- uso de la sociedad habrá sido produci-
en las estadísticas: es tan fundamental dia. Pero, al fin y al cabo, serían valo- "da por el trabajo asalariado(3) con la
como la otra que sí se mide. Pero los res de uso que podrían tener un valor finaldiad de ser vendidos en el merca-
objetos en los que se materializa el de cambio. do. Serán las mercancías, que tienen
producto excedente no habrán sido Los productos del trabajo doméstico simultáneamente valor de uso y valor
producidos por el trabajo doméstico, son otro caso de valores de uso que de cambio.(4)
11
= = _,,
JESUS ALBARRA CIN '6 J./
Una parte de las mercancías produ- a)el que dedican los campesinos a zapatos 5 horas, en el mercado se
cidas serán necesarias para la subsis- producir los valores de uso que cons- intercambiará una chaqueta por tres
tencia de los trabajadores y sus fami- tituyen su propio autoconsumo, b)el pares de zapatos. Pero el trabajo al
lias. El trabajo doméstico es insuficien- trabajo doméstico y c)el trabajo asala- que nos estamos refiriendo tiene unas
te como consecuencia de que una riado dedicado a la producción de características peculiares, derivadas de
parte de la producción necesaria para mercancías necesarias para la subsis- que es un trabajo social.
la subsistencia se realiza en los circui- tencia de los trabajadores y sus !ami- En primer lugar, no es el trabajo que
tos del mercado a cargo del trabajo lías, esto es, la parte del trabajo asala~ cuesta producir cada mercancía con-
asalariado. En consecuencia, el capital riado que se dedica a reproducir el creta, sino el socialmente requerido
debe poner a disposición de los traba- valór de la fuerza de trabajo. Todo para producirla(5). Cada mercancía
jadores las mercancías que estos ne- trabajo que se realice por encima de específica tiene un valor individual que
cesitan por encima del trabajo domés- éste, estará destinado a obtener un estará determinado por el número de
tico para alcanzar su nivel de subsis- producto excedente, del que se apro- horas de trabajo que costó producirla.
tencia. Estos las comprarán en el piarán las clases dominantes. Si la producción de una chaqueta le ha
mercado pagándolas con un salario El trabajo doméstico es, por tanto, costado al sastre 20 horas de trabajo,
que han obtenido mediante la venta de un trabajo necesario para la subsisten- éste será el valor individu'al de la
su fuerza de trabajo. Las mercancías cia de la sociedad en su conjunto, chaqueta. Pero éste no será su valor
que quedan después de haber puesto aunque no produzca valores de cam- de cambio. Si en la sociedad existe
a disposición de los trabajadores las bio. Pero, ¿se podría decir que el/ otro sastre que la produce, digamos,
que necesitan para su sutsistencia, conjunto de la producción de valores ( en 1O horas de trabajo, sería ridículo
constituirían el producto excedente. de uso que realiza el trabajq doméstico que alguien comprara una chaqueta
Esta producción excedente estaría define un modo de producción, el pa- por 20 horas cuando la puede conse-
constituida por un conjunto de mercan- triarcal, que se superpondría al modo guir por menos. El valor de cambio de
cías que se habrían producido con el de producción capitalista?. ¿Se podría' una mercancía ha de estar determina-
trabajo asalariado, no con el trabajo\ hablar de que el trabajo doméstico do por el trabajo socialmente requerido
doméstico. En este sentido, el trabajo ] crea otra categoría de valor, el "valor para producirla, esto es, no por el
doméstico no crearía el excedente, doméstico", por llamarle de alguna número de horas empleadas en la
pero el excedente no sería indepen- • manera, de la misma forma que el producción de un objeto concreto, sino
diente de él. trabajo asalariado crea el valor de por el número de horas que se requie-
En efecto, aunque no directamente, cambio?. - 1 ren para fabricarlo en las condiciones
la mayor o menor intensidad del traba- Un modo de producción es la forma medias de productividad de esa socie-
jo doméstico afecta al producto exce- en que una sociedad produce los dad en esa época. Con el ejemplo de
dente. Un aumento de la producción medios de su subsistencia. Tiene, por las chaquetas, si se producen dos y
de valores de uso por parte del trabajo tanto, un carácter social y, en conse- una cuesta 20 horas y otra 1O, el valor
doméstico podría permitir una disminu- cuencia, es preciso que la producción de cambio de ambas sería 15 horas.
ción de las mercancías necesarias de cualquier órgano de ese sistema El primer sastre habrá derrochado tra-
para mantener la subsistencia de los esté conectada mediante un mecanis- bajo social y el segundo se verá pre-
trabajadores y, por tanto, un aumento mo social con cualquier otro órgano del miado por la sociedad por su eficien-
del producto excedente. Por el contra- mismo. Decir que debe tener un carác- cia.
rio, una disminución de la producción ter social es lo mismo que decir que En segundo lugar, se trata de trabajo
que la mujer efectúa en el seno de la las formas de producción concretas de abstracto, es decir, se hace abstrac-
familia, por que se incorpore en mayor los individuos deben estar relacionadas ción de su carácter específico. En el
medida al mercado de trabajo, por materialmente entre sí. No es esto lo mercado, cuando se intercambian mer-
ejemplo, implicaría que el capital debe que ocurre con el trabajo doméstico, cancías, se cambia trabajo por trabajo,
poner más mercancías a disposición pues no hay ninguna relación material según una regla de equivalencia que
de los trabajadores. Permaneciendol común entre el que se realiza en una realiza el propio mercado, dando más ,
todo lo demás igual, esto implica que familia y en otra. Por tanto, no es valor al trabajo ~ualificado que al traba-
disminuiría el producto excedente. De -:'\correcto hablar de un modo de produc- jo simple. Se intercambia trabajo abs-
esta forma, trabajo doméstico y trabajo Y- 'ción patriarcal. tracto, no trabajos específicos. De
asalariado son directamente indepen- Tampoco sería correcto afirmar que hecho, en el ejemplo que hemos pues-
dientes, pero se encuentran íntimamen- el trabajo doméstico crea alguna suerte to, se intercambia horas de trabajo de
te relacionados. Veremos más adelante de valor. La utilización de los instru- sastre por horas de trabajo de zapate-
cómo. mantos de la teoría del valor para ro, pero podríamos poner otro en el
aplicarlos al trabajo doméstico, en lo que se estarían intercambiando horas
que se refiere a las características que de ingeniero por horas de peón. Por-
¿Crea valor el trabajo debe reunir el trabajo social, puede que lo que el mercado hace es inter-
servirnos para aclarar las cosas. cambiar lo que de común tienen todas
doméstico? El valor de cambio de una mercan-· las mercancías: ser productos de tra-
cía está determinado por la cantidad bajo humano en abstracto.
de trabajo que cuesta producirla de Así pues, el valor de cambio de una
forma que, en el mercado, cuando se mercancía está determinado por la
En los epígrafes anteriores, hemos intercambian dos de ellas, se está in- cantidad de trabajo abstracto social-
visto que el trabajo socialmente nece- tercambiando trabajo por trabajo según mente requerido para producirla. Si el
sario, esto es, el que la sociedad la cantidad que cada una de ellas lleve trabajo doméstico creara algún tipo de
dedica a producir los medios de su incorporado. Si producir una chaqueta valor, debería poder hablarse de traba-
subsistencia, tiene varios componentes: cuesta 15 horas de trabajo y un par de jo doméstico abstracto socialmente
111
=J: A=
JESUS A L8ARRACIN
requerido. ¿Qué significa trabajo abs- de hablar de trabajo abstracto social- podría haber un salario doméstico?.
tracto socialmente requerido en el caso mente requerido en el caso del trabajo Si hacemos abstracción del trabajo
del trabajo doméstico?. doméstico porque no hay ningún meca- doméstico, el valor de la fuerza de
La característica del trabajo abstracto nismo social que pueda reconocerlo. trabajo se convierte en un concepto
es que se puede intercambiar horas de En consecuencia, el conjunto de los absoluto: es la cantidad de trabajo
trabajo de un ingeniero con las de un valores de uso que produce el trabajo socialmente requerida para reproducir
metalúrgico, porque el mercado fija la doméstico no constituye ningún "modo la fuerza de trabajo. En efecto, en la
equivalencia de ambas respecto a un de producción patriarcal". Es seguro sociedad capitalista, el trabajador está
concepto homogéneo: la hora de traba- que a !as mujeres les cuesta muchas obligado a vender su fuerza de trabajo
jo abstracto. En el trabajo doméstico, horas ·de trabajo la producción de los a cambio de un salario, pues ésta es
no hay ningún intercambio y, por tanto, valores de uso en el seno de la familia la única mercancía que tiene y que
no hay ningún mecanismo social que y, como hemos visto, su producción es puede vender para comprar las que
defina la "hora de trabajo doméstico una parte sustancial del producto so- necesita para subsistir. La fuerza de
abstracto". ¿Qué significa "una hora de cialmente necesario pero, estrictamente trabajo es, pues, una mercancía más
ama de easa"?. Cosas muy diferentes, hablando, el trabajo doméstico no crea y, al igual que el valor de cualquier
pues la tecnología, los conocimientos, ningún tipo de valo.r, que no sea el de otra mercancía, su valor de cambio
los productos y servicios a rendir, etc, uso. estará determinado por la cantidad de
que existen en cada familia, por lo que La ley del valor, que hace que el trabajo que se requiere para producirla,
se refiere al trabajo doméstico, son capital se mueva de una actividad es decir, por el valor de sus medios de
muy diferentes entre sí y no hay ningu- menos rentable a otra más rentable y subsistencia. Producir lo que necesita
na forma de comunicarlos. No hay que, en consecuencia, es el mecanisw- para vivir un día requiere menos horas
ningún mecanismo social que pueda mo mediante el cual se distribuye el de trabajo que una jornada laboral, por
establecer la relación entre una hora trabajo asalariado de la sociedad, no lo que, el trabajador puede reproducir
de trabajo doméstico de la mujer de un rige directamente para el trabajo do- el valor de sus medios de subsistencia
peón y una hora de trabajo doméstico méstico. Tampoco se puede encontrar sólo con unas horas del total de su
de la de un ingeniero. una ley que, análogamente a la ley del jornada de trabajo y el resto de la
Pero pasemos al concepto de trabajo valor, redistribuya el trabajo doméstico misma está trabajando para el capita-
socialmente requerido. En el caso de entre las mujeres siguiendo criterios de lista, esto es, está produciendo plusva-
las mercancías tiene una connotación eficacia social. La regulación funda: lía.
tecnológica: es el número de horas mental de éste la hace la familia como Pero, si consideramos el trabajo do-
que le cuesta como media a una so- institución básica del sistema patriarcal méstico, el valor de la fuerza de traba-
ciedad producir una mercancía, dada la y su misión no es ésta, sino hacer que jo se convierte en un concepto relativo.
tecnología, la habilidad de su mano de una parte de la producción necesaria En la sociedad capitalista, la produc-
obra, etc. Nuevamente vuelve a ser el para la sociedad se realice fuera de ción de valores de uso que hace la
mercado el que fija cuál es la media los circuitos del mercado y recaiga mujer en el seno de la familia no es
social. No hay ningún mecanismo so- sobre ellas .. suficiente para su mantenimiento, por
cial que pueda indicar cuál es el lo que es preciso que ésta adquiera
número de horas de trabajo doméstico mercancías en el mercado para com-
que se requieren como media para El trabajo doméstico y el pletar los medios que necesita para su
producir la alimentación de una familia, subsistencia. La única mercancía que
o la limpieza de su hogar. Es más, valor de la fuerza de la familia tiene para vender y obtener
para la producción de mercancías, lo los medios que necesita para comprar-
que cuenta es el ahorro de horas de trabajo. las es su fuerza de trabajo. La familia,
trabajo, mientras que en el trabajo como institución patriarcal es la que se
doméstico, el objetivo es la elaboración encarga del mantenimiento de la divi-
de valores de uso para el consumo de sión social del trabajo: será la mujer la
la familia (la comida diaria o la alimen- El trabajo doméstico no es el único que realice el trabajo doméstico y el
tación y cuidado de los niños, por que no añade valor a las cosas. El hombre el que venda su fuerza a
ejemplo) cueste lo que cueste en horas trabajo asalariado que . se emplea en cambio de un salario, esto es, el que
de trabajo. De hecho, si aplicásemos el los sectores no productivos (sanidad, realice el trabajo asalariado. En la
concepto de trabajo socialmente reque- enseñanza, comercio, hostelería, admi- mayoría de las familias, es el hombre
rido al trabajo doméstico llegaríamos a nistración pública, etc), no produce el que realiza el trabajo asalariado
la conclusión de que, en la mayoría de mercancías que tengan un trabajo in- pero, en el nivel conceptual en el que
los casos, es socialmente no requerido corporado, sino servicios que tampoco nos estamos moviendo, el hecho de
pues, debido al escaso interés que añaden valor. Sin embargo, estos tra- que haya familias en las que realicen
tiene el capital en el aumento de la bajadores venden sus servicios a trabajo asalariado el hombre y la mujer
productividad de las familias y a las cambio de un salario y, por tanto, sori o solamente la mujer no cambia las
connotaciones ideológicas de la opre- parte de la fuerza de trabajo, que tiene cosas pues, en todo caso, será la
sión patriarcal, las mujeres emplean un valor de cambio. ¿Podría hablarse mujer la que realiza el trabajo domés-
muchas más horas de trabajo en pro- del "valor de la fuerza de trabajo do- tico en la inmensa mayoría de los
ducir la parte que las toca del producto méstico " análogamente a como se casos. Recordemos lo que dijimos en
necesario para la subsistencia de la habla de valor de la fuerza de trabajo un epígrafe anterior sobre la familia
sociedad que las que serían requeri- en general?. ¿Cuál es el papel del como institución abstracta, garante de
das, dados los conocimientos y el nivel trabajo doméstico en la formación del la división sexual del trabajo.
tecnológico. valor de la fuerza de trabajo?. ¿Hay un El nivel de vida de los trabajadores y
Como acabamos de . ver, no se pue- precio del trabajo doméstico, esto es, sus familias estará determinado por los
IV
=:( A=
JESUS AL8AFIFIAC IH
valores de uso que obtiene la mujer prador que puede tener, pues fuera del tar el número de horas que el trabaja-
con su trabajo en el hogar (el trabajo hogar no realizaría trabajo doméstico dor ·ha utilizado directamente en su
doméstico) y por las mercancías que sino trabajo asalariado, sería definir las producción (como hemos visto antes,
se obtienen en el mercado con el sa- relaciones patriarcales como relaciones en las condiciones medias de producti-
lario del hombre (el trabajo asalariado). de explotación y no de opresión, un vidad, habilidad, etc., de cada sociedad
El primero no entra en los c:;ircuitos del concepto mucho más amplio que el en cada época). Es el trabajo vivo que
mercado y no se rige por la ley del primero. A la explotación normal que se incorpora a la mercancía, que a su
valor, por lo que pará el capitalista no sufren todos los trabajadores se añade, vez tiene dos componentes: el capital
formará parte del valor de la fuerza de en el caso de la mujer trabajadora, la variable, que es la parte de las horas
trabajo. El capitalista se limita a pagar opresión patriarcal. de trabajo directo que es equivalente al
..a los trabajadores lo necesario para valor de los medios de subsistencia
que compren las mercancías necesa- que necesita el trabajador y su familia,
rias para que ellos y sus familias sub- Trabajo doméstico, capital y la plusvalía, que es la parte de las
sistan. El trabajo doméstico es autopro- horas de trabajo directo que se apropia
ducción y autoconsumo que al capita- variable y plusvalía el capitalista. Una reducción del valor
lista no le interesa nada. de la fuerza de trabajo producida por
Por tanto, no puede hablarse de un una mayor intensidad del trabajo do-
"valor de la fuerza de trabajo domésti- méstico, por ejemplo, implicaría una
co" pues el valor de la fuerza de traba- En los epígrafes anteriores. se han reducción de la parte correspondiente
jo incluye no solo a las mercancías desarrollado una serie de argumentos del capital variable que se incorpora a
necesarias para reproducir el trabajo de los que puede sacarse una primera la mercancía. Con el mismo trabajo
asalariado, sino también a las que se conclusión: cualquier transposición vivo esto supondría un aumento de la
requieren para reproducir el trabajo mecánica al trabajo doméstico de los plusvalía.
doméstico. Cuando el capitalista paga conceptos que se utilizan para el traba- Cada capitalista individual puede
un salario, está pagando el valor de la jo asalariado conduce a un error. Al hacer muy poco por reducir el valor de
fuerza de trabajo, que incluye no solo contrario de lo que ocurre con este la fuerza de trabajo por este camino,
al trabajador, sino a su mujer y a toda último, el trabajo doméstico no tiene pues el salario que paga a sus traba-
la familia(6). Pero el salario de un tra- valor de cambio, no puede .hablarse de jadores es independiente del trabajo
bajador asalariado no incorpora la retri- nada parecido a un "salario doméstico", que las mujeres de estos hacen en su
bución del trabajo de su mujer, porque no produce valores de uso que tengan casa. Pero, para el capitalismo en sul
éste no tiene valor de cambio. valor de cambio, no añade valor a las conjunto, el trabajo doméstico hace 1
El papel de trabajo doméstico co~ cosas y, como cohsecuencia, de él que el trabajo asalariado necesario
siste en producir una parte de los va- nadie obtiene directamente plusvalía. para mantener el nivel de vida de los
lores de uso necesarios para reprodu- Todo se debe a que la regulación de!l trabajadores y sus familias sea menor
cir la fuerza de trabajo fuera de los 7 trabajo doméstico no la hace la ley del que el que se requeriría en su ausen-
circuitos del mercado(?). Lo que se · valor, pues se realiza fuera de los cir- cia. Supone una disminución del valor
incorpora al valor de las mercancías cuitos del mercado, sino la familia de la fuerza de trabajo y, por tanto,
son las horas de trabajo que efectúa el como institución básica del sistem~ una reducción del capital variable total
trabajador asalariado. Las que realiza patriarcal. y, consiguientemente, un aumento de;(
su mujer en casa sirven para que éste Sin embargo, en la medida en qu~ la plusvalía, también total. Así, el tra- Y
se mantenga, pero las horas que un es uno de los elementos que determi- bajo doméstico contribuye a la forma-
trabajador incorpora a una mercancía nan el nivel de vida de los trabajado- ción de la plusvalía global de la socie-
son independientes de las que su res y sus familias, -juega un papel fun- dad porque mantiene el capital variable
mujer ha dedicado al trabajo domés!!J damental para la economía capitalista. a un nivel más bajo del que correspon-
co. Nadie obtiene plusvalía del trabajo de
una mujer concreta en su casa, pero el
dería con el nivel de vida efectivo de 1
Finalmente, no puede hablarse de los traba¡adores. ::.-J
"precio del trabajo doméstico" o de conjunto del sistema puede aumentarr El capital puede tener una forma adi-
"salario doméstico ". El salario del tra- la masa total de plusvalía gracias al cional de utilizar el trabajo de la mujer
bajo asalariado es para el manteni- trabajo doméstico del conjunto de to- para reducir el valor de la fuerza de
miento de toda la familia, pero no hay das ellas. Así, el trabajo doméstico no trabajo y aumentar la plusvalía. La
una parte del mismo que sea la retri- está regulado por la ley del valor pero, incorporación masiva de las mujeres al
bución del trabajo doméstico del ama como ocurre con casi todas las cosa~ trabajo asalariado manteniendo al mis-
de casa. Pero esto último requiere bajo el modo de producción capitalista, mo nivel el trabajo doméstico, esto es,
algunas precisiones adicionales. no es independiente de ella. la utilización intensiva de la doble jor-
El trabajo doméstico no tiene valor, El valor de una mercancía, que se nada, supone una desvalorización de
pero podría tener un precio. Hay otras mide por la cantidad de trabajo social- la fuerza de trabajo. Dado el nivel de
cosas en la sociedad capitalista que, mente requerido para producirla, tiene vida de los trabajadores y sus familias,
como la tierra estéril, no tienen valor varios componentes. Por un lado, hay determinado histórico-sociológicamente,
de cambio y sin embargo pueden tener que contar el número de horas de la incorporación de la mujer al trabajo
un precio. Pero, para que haya un trabajo que cuesta producir las mate- asalariado, sin reducción del tiempo
precio, tiene que haber la posibilidad rias primas con . las que se ha fabrica- dedicado al trabajo doméstico, significa
de que la cosa a vender pueda tener do y las que se incorporan a trayés del que se desvaloriza el trabajo que rea-
varios compradores. Este no es el desgaste de las máquinas que se utili- liza el hombre. En efecto para mante-
caso del trabajo doméstico. Por otra zan en su producción. Es el trabajo ner y reproducir a la misma familia,
parte, suponer que la mujer le vende muerto que se incorpora con el capital antes se necesitaba una jornada de
sus servicios al marido, el único com- constante. Por otro lado, hay que con- trabajo asalariado y, con la incorpora-
V
==E A =
JESUS AL8ARRACIN
PRODUCC ION D E
PRODUCCION DE
PRODUCC I ON D E MERCANCIAS NECE~RIAS PRODUCC ION DE
VALORES DE USO PARA
MERCANCIAS PARA LA SUBSISTEN CIA VALOR ES DE USO EN EL
A UTOCONSUMO DE
EXCEDENTES DE LOS T RABAJADORES TRABAJO DOMESTICO
LOS CAMPESINOS
Y SUS FAMILIAS
VALO R DE LA FU ERZA
DE TRABAJO : TRABAJO
NECESAR IO PARA PRODUCI R TRABAJO NO PAGADO: AUTOCONSUMO
PLUSVALIA
LAS MERCANC I AS TRABAJO DOM ESTICO DE LOS CAMPES I NOS
NECESARI AS PARA LA
SU BSISTENCIA
VI
=:[ A=
JESUS A LBAllllACIN
ción de la mujer a la actividad mercan- cierta estabilidad social, hay un salario pagarlos, forzó la reducción de su
til, se realizan dos. Esto significa que indirecto determinado por la prestación propia producción y les obligó a com-
se prestan más jornadas de trabajo de ciertos servicios imprescindibles, prar mercancías. El trabajo doméstico
para conseguir las mismas mercancías como sanidad o educación, para cuya no ha escapado de este proceso. La
que constituyen el valor de la fuerza prestación, el capital debe dedicar par- producción de valores de uso que
de trabajo. De esta forma, el capital te de la plusvalía, etc. Si hacemos realiza la mujer en su casa no tiene
podrá reducir la proporción de la jorna- abstracción del trabajo doméstico, una valor de cambio, pero en el trabajo
da de trabajo que los trabajadores uti- reducción del nivel de vida de los tra- doméstico hay actividades que pueden
lizan en reproducir los medios de sú bajadores implica un descenso del va- mercantilizarse y ser rentables para el
propia existencia, lo que, consiguiente- lor de la fuerza de trabajo y, por tanto, capital. Así, el capitalismo ha eliminado
mente se traducirá en un aumento de un aumento de la plusvalía. Sin embar- la producción para autoconsumo, en
la plusV'alía(8). go, como ocurría con el producto so- gran parte realizada por las mujeres,
En conclusión, aunque no se extrai- cialmente necesario, el capital no pue- obligándolas a adquirirlas en el merca-
ga directamente plusvalía de el trabajo de actuar significativamente sobre ellos do; ha desarrollado enormemente la
doméstico, para una sociedad en su1 más que a largo plazo. :-1 industria de la alimentación práctica-
conjunto, trabajo doméstico, trabajo Precisamente este es uno de los ob- mente inexistente antes, aliviando una
asalariado y producción de plusvalía jetivos de la política de austeridad. La parte del trabajo doméstico y ha con-
están íntimamente relacionados. reducción del poder adquisitivo de los vertido la elaboración de vestidos, que
salarios, que comporta la misma, tiene hasta su llegada se había descargado
como objetivo aumentar la plusvalía en las mujeres, en una de las ramas
El lugar del trabajo relativa por la vía de reducir el valor industriales fundamentales. En el capi-
de la fuerza de trabajo lo que, de talismo tardío, en el que se registra
doméstico en la economía hecho, se traduce en una reducción una fuerte tendencia a la industrializa-
del consumo de los trabajadores. Pero, ción de los servicios, la tendencia a la
capitalista a corto plazo, sus efectos no pueden mercantilización de algunas produccio-
ser muy significativos. Por eso, a largo nes del trabajo doméstico puede ha-
plazo, el capital trata de hacer que los berse agudizado. En consecuencia,
trabajadores acepten la eliminación de puede registrarse una tendencia a la
En una sociedad primitiva, el produc- ciertas mercancías de su nivel de vida reducción de la producción de valores
to necesario para la subsistencia de la o la reducción de los servicios que de uso por parte del trabajo doméstico.
sociedad debe interpretarse en sentido presta. No otra cosa significan · los Sin embargo, esto no significa que
estricto, esto es, como la producción ataques a la Seguridad social o la haya habido una tendencia paralela al
mínima e imprescindible para que la rentabilidad que los gobiernos preten- 1 aumento del valor de la fuerza de tra-
sociedad viva y se reproduzca. Pero, den para la enseñanza. -J bajo. La historia del capitalismo es
en una sociedad capitalista avanzada, Incluyamos el trabajo doméstico en también la del aumento de la producti-
en este concepto, deben incluirse pro- el análisis. La composición del nivel de vidad del trabajo asalariado. Un au-
ducciones que, si bien desde un punto vida de los trabajadores y sus familias mento de la productividad en las indus-
de vista material estricto no son nece- entre trabajo doméstico y trabajo asala- trias que producen mercancías para los
sarias para la supervivencia, sí lo son riado es una variable que afecta a la trabajadores implica una reducción del
desde un punto de vista histórico-so- plusvalía total y, por tanto, a la tasa de valor de la fuerza de trabajo, es decir,
ciológico. El consumo de carne, por beneficio. En efecto, aunque dicho ni- una desvalorización del trabajo asala-
ejemplo, resulta excesivo en los países vel de vida no cambiara, una variación riado. En la actualidad, el capitalismo
industrializados por lo que, desde el de dicha composición que fuera en el pone muchas más mercancías a dispo-
punto de vista material, los niveles de sentido de aumentar (P disminuir) la sición de los trabajadores que hace
producción de la misma en dichos proporción del trabajo doméstico signifi- 100 o 150 años, como consecuencia
países no pueden considerarse nece- caría una reducción (o aumento) del tanto del aumento del nivel de vida,
sarios para la subsistencia. Sin embar- valor de la fuerza de trabajo. Es una como de la mercantilización del trabajo
go, la adopción de medidas que signi- variable que tiene una relativa impor- doméstico. Pero, el aumento de la
ficaran una reducción drástica del mis- tancia para el capital pero, como ocu- productividad ha sido considerable, lo
mo implicaría graves problemas socia- rriera con el producto socialmente que se ha traducido en una reducción
les. A largo plazo, dentro de algunos necesario o el nivel de vida de los del valor de dichas mercancías, que ha
límites, el capital puede actuar sobre lo trabajadores, la composición de este debido compensar con creces el au-
que la sociedad considera producto último está también determinada por mento de las mismas. A pesar de que
socialmente necesario pero, a corto razones históricas y sociológicas. el capital ha arrancado facetas del
plazo, éste está dado. La historia del modo de producción trabajo doméstico introduciéndolas en
El nivel de vida de los trabajadores, capitalista es la historia de la creciente la actividad mercantil, los trabajadores
el valor de la fuerza de trabajo y el sa- mercantilización de la producción so- reproducen hoy el valor de las mercan-
lario de subsistencia están determina- cial. Cuando sacó al artesano de la cías que deben adquirir en el mercado
dos también por razones históricas y producción familiar y le convirtió en con una proporción de su jornada labo-
sociológicas. El salario no puede ser asalariado, redujo la producción de la ral menor que antes.
simplemente la contrapartida de las propia familia y la obligó a comprar El trabajo que la sociedad realiza
mercancías necesarias para la subsis- mercancías en el mercado. Cuando en para mantener el nivel de vida de los
tencia, sino que debe ser suficiente el siglo XIX estableció impuestos sobre trabajadores y sus familias se ha redu-
para que en el nivel de vida de los los habitantes de las colonias Y. les cido con el desarrollo del capitalismo,
trabajadores se incluyan valores de obligó a vender su fuerza ·de trabajo porque lo han hecho sus dos compo-
uso, como el automóvil, si quiere una para obtener un salario con el que nentes. Pero la proporción que se
VII
JESUS AlBARRACIN
cubre con trabajo doméstico, puede no pital: "La riqueza de las sociedades en las rentes en ambos casos. Es una confusión
haberlo hecho. Por un lado, el aumen- que domina el modo de producción capita- que en nada favorece el tratamiento del
to de la productividad del trabajo asa- lista se presenta como un enorme cúmulo trabajo doméstico. Por ello, hemos manteni-
lariado ha sido considerable. Por otro, de mercancías y la mercancía individual do la expresión "socialmente necesario" para
como la forma elemental de esa riqueza. definir esa parte del producto o del trabajo
como hemos mencionado antes, el Nuestra investigación, por consiguiente, se social que son imprescindibles para la so-
capitalismo ha tenido mucho menos inicia con el análisis de la mercancía". A ciedad y hemos definido el valor de cambio
interés en aumentar la productividad partir de aquí, en el resto de El Capital, el como la cantidad de trabajo "socialmente
del trabajo doméstico, precisamente trabajo doméstico, al no tener un carácter requerido" para producir una cosa. Son si-
porque éste se realiza fuera de los mercantil, está simplemente ignorado. nónimos, pero tienen una carga ideológica
circuitos del mercado. Después de muy diferente.
todo, el modo de elaboración de una (3). En una sociedad capitalista, el trabajo
sopa o los cuidados que requiere un mercantil, esto es, el que se realiza en el (6). Marx lo teconoce así en El Capital
niño pequeño no son tan diferentes de marco del mercado, es de dos tipos: trabajo cuando, al hablar del trabajo femenino e
asalariado (e/que realizan todas aquellas infantil como formas de aumentar la plus-
los de hace 100 años. Sobre todo si personas que se ven obligadas a vender su vafa relativa, establece: 'El valor de la fuer-
se les compara con los cambios que fuerza de trabajo a cambio de un salario) y za de trabajo no estaba determinado por el
se han producido en el trabajo asala- trabajo no asalariado (el que efectúan los tiempo de trabajo necesario para mantener
riado. autopatronos). En el movimiento feminista, al obrero adulto individual, sino por el nece-
es corriente denominar "trabajo asalariado" sario para mantener a la familia obrera" ( El
al que no es trabajo doméstico pero, por lo Capital, Libro 1, Capítulo XIII, epígrafe 3).
que se deduce de lo anterior, serla más
correcto denominarle "trabajo mercantil". En
(7). Marx consideró a la familia burguesa
¡NOTAS¡ el presente artículo, puesto que no cambia
las cosas en lo fundamenta/, hemos decidi- como un instrumento más de la sociedad
capitalista. Su papel era la producción de
do hacer abstracción del trabajo no asalaria-
do. una parte de los valores de uso que nece-
sita la sociedad para subsistir y todas las
(1). Este párrafo ha sido entresacado de La demás características de la familia, los lazos
Ideología Alemana (Ediciones Pueblos Uni- (4) .. Hacemos abstracción para simplificar afectivos, el papel subordinado de la mujer
dos, Uruguay, pág 19), pero pueden encon- del hecho de que una parte del trabajo en la misma, etc.. solo tienen como objetivo
trarse otros muchos ejemplos. El párrafo asalariado no se dedica a producir mercan- fundamental el aumento de la explotación.
clásico del Prólogo a la Contribución a la cías, sino a prestar sercicios en el mercado, Por eso, la familia burguesa, y hay que
Crítica de la Economía Política, que se re- como comercio, sanidad, enseflanza, etc. suponer que la opresión de las mujeres,
fiere al modo de producción capitalista, es Este último trabajo tiene un valor de cam- desaparecería con la abolición de la propie-
otro ejemplo de como Marx no solamente bio, pues se realiza en el mercado, pero no dad privada. En este sentido, en Marx, la
se refiere a los "hombres· (1os hombres crea valor, a pesar de que es indispensable opresión de la mujer en el capitalismo es su
contraen determinadas relaciones necesarias para el funcionamiento del sistema capitalis- "explotación" a través de la familia. Véase a
e independientes de su voluntad", "no es la ta. Una parte del producto excedente se este respecto el Manifiesto Comunista, epí-
conciencia de los hombres lo que determina consume en retribuir a este trabajo grafe "Proletarios y comunistas" donde este
su ser, sino, por el contrario, el ser social el concepto de la familia parece estar más
que determina su conciencia", etc), sino de (5). Aquí estamos en presencia. de una de claro.
como su análisis no incluye el problema. esas categorías que chirrían, a las que nos
Las controversias posteriores sobre si las referíamos al principio. Desde Marx, el valor
relaciones patriarcales están comprendidas de cambio de una mercancía, o simplemen- (8). Esta es una de las formas de utilización
en las relaciones de producción o en la te valor, es la 'tantidad de trabajo social- de la mujer para reducir el valor de la
superestructura ideológica, si puede hablar- mente necesario para producirla". Por otra fuerza de trabajo y aumentar la plµsvalía
se de unas relaciones de reproducción, etc., parte, en la tradición marxista, al producto relativa que especialmente fue tratada por
son una buena prueba de ello. imprescindible para la subsistencia de la Marx (véase El Capital, Libro 1, capítulo
sociedad se le denomina también "social- XIII). Resulta extremadamente interesante
(2). El papel que la mercancía ocupa en el mente necesario" y así hemos procedido en su lectura hoy, a la luz de algunas de las
análisis económico de Marx se pone de el texto. Obviamente, la expresión "social- polémicas que se desarrollan con el movi-
manifiesto desde el primer párrafo de El Ca- mente necesario" significa cosas muy dife- miento feminista.
VIII
Peter Howell
Escrito: 1975
Primera publicación: septiembre de 1975.
Fuente: Revolutionary Communist 3/4 nov. 1975 (reimpreso nov. 1979)
Traducido: Manuel, 2011.
Transcripción / HTML: Manuel, 2011.
Copyleft: puede ser libremente copiado y reproducido para fines no comerciales en virtud
de la correspondiente licencia de Creative Commons
Contenido
Introducción
I Economía Política Clásica
(i) Los fisiócratas
(ii) Adam Smith
(iii) Ricardo
(iv) Ricardo frente a Malthus
(v) Las categorías de la economía política y la lucha de clases
II Los conceptos de trabajo productivo e improductivo en Marx
(i) La crítica de Marx al concepto de Adam Smith de trabajo productivo
(ii) El concepto de trabajo productivo y su desarrollo ulterior
(a) La producción material
(b) la producción inmaterial
(c) El transporte
(d) La producción de dinero material
(d) La producción de dinero material
(iii) Trabajo productivo de tipo especial
(a) Trabajo invertido en el elemento pasivo del capital productivo
(b) Trabajo invertido en el elemento activo del capital productivo
(iv) El trabajo improductivo intercambiado contra el capital
(v) El trabajo improductivo intercambiado contra el ingreso
III La contradicción del capital y los conceptos de trabajo productivo e
improductivo
IV Cómo los marxistas creativos deforman a Marx
(i) Adiós a las armas
(ii) Adiós a Marx
(iii) Adiós a la razón
(iv) El denominador común
V El departamento IIb y la crisis del capitalismo
(i) La necesidad del departamento IIb y su lugar en el esquema de
reproducción de Marx
(ii) La ley de la tasa decreciente de ganancia y el impacto del deparmento
IIb
(iii) Como la burguesía responde a la crisis
(iv) La solución final
Conclusión
_________________________________________________________
Una vez más sobre el trabajo productivo e
improductivo
Introducción
En su discurso sobre el presupuesto de abril de 1975, el Sr. Denis Healey, haciéndose eco de
los sentimientos de su "Muy Honorable amigo", señor Wedgwood Benn, anunció las medidas
que, con suerte, podrían revertir el proceso de "desindustrialización" que Gran Bretaña ha
estado experimentando en los últimos años. El Sr. Benn, por supuesto, ha dejado claro que él ha
encontrado particularmente preocupante la reciente tendencia a una disminución absoluta del
número de personas empleadas en la manufactura. Incluso ha advertido con un toque muy de
Smith que cuanto más se contraiga nuestra manufactura, mayor será la brecha entre lo que
físicamente puede producir y la cantidad mínima necesaria para pagar nuestra posición como
gran nación comercial. Si el Gobierno va a mantener un sector industrial competitivo y rentable,
debe tener como objetivo nada menos que la preservación de nuestra "base industrial". [2]
Compartiendo la preocupación de Benn, si no sus recetas, Sir Keith Joseph también ha
pedido medidas que restauren la vitalidad de nuestra menguante base industrial, incluso a
expensas del sector improductivo que es, después de todo, "consumidor de riqueza" más que
"creador de riqueza". Qué lamentable que debamos vivir en una sociedad en la que tantos viven
de los "excedentes" creados por tan pocos. Por el contrario, debemos esforzarnos hacia una
economía de valor sólido, basada en la industria manufacturera, a cargo de los proletarios y
encabezada por el empresario, ese "raro tipo de persona, relativamente, en comparación con los
perceptores de sueldos y salarios". Por encima de todo, lo que necesitamos ahora en Gran
Bretaña es completar la revolución burguesa de la que surgirá una burguesía fuerte, libre de
grilletes "feudales". Gran Bretaña, por desgracia, los tiene.
"Nunca tuvo una clase dominante capitalista o una alta burguesía estable..."Las grandes
familias feudales, junto con los terratenientes, los tribunales, la iglesia y los profesionales del
derecho ponen su sello firmemente en la sociedad británica postmedieval de las que las clases
comerciantes buscaron la aceptación más que retarlas, como lo hicieron en Francia...La
tradición era demasiado fuerte para que la revolución industrial la hiciera temblar, aunque las
clases medias lo intentaron, a mediados de la época victoriana...Usted puede recordar la queja
de Marx de que los oponentes de orientación feudal al capitalismo naciente se disfrazaban de
socialistas. Estaba preocupado por que deberían ser claramente diferenciados del producto
auténtico". [3]
En respuesta al artículo de Trade and Industry, Samuel Brittan, escribiendo en el Financial
Times, criticó a Benn por su disgusto "fisiocrático" por el trabajo "improductivo", por no tener
en cuenta el aumento de la productividad industrial que acompañó a la caída en el empleo
industrial y por no reconocer que el cambio de la manufactura a los servicios es perfectamente
"normal" en una economía moderna. [4] En una línea similar, aunque con fines diferentes, los
diputados laboristas George Rodgers e Ivor Clemitson han argumentado que la disminución del
número de empleados en la manufactura es un hecho económico de la vida que debemos
aprender a aceptar, e incluso darle la bienvenida. Lo que deberíamos hacer, por lo tanto, es
"desviar más personas a las áreas de servicio público el transporte público, la enseñanza, los
servicios de salud, los servicios sociales, y así sucesivamente en una larga lista...Nuestros
antepasados socialistas habrían acogido con satisfacción la oportunidad a la que nos
enfrentamos. ¿Por qué no la agarramos con las dos manos? " [5]
Así, Benn se toma la tarea de la defensa de una ética del trabajo adaptado más a la primera
revolución industrial que a la democracia social del siglo 20, mientras esos como Rodgers y
Clemitson son castigados por Sir Keith por ocultar una intención feudal tras un atuendo
socialista.
Para aquellos de nosotros con algo más que un interés pasajero en el curso tomado por la
sociedad burguesa, no es ninguna sorpresa encontrar a las clases dominantes de este país de
nuevo dando vida a un tema siempre recurrente de la economía política clásica la distinción
entre trabajo productivo y trabajo improductivo. En su decadencia, como en su infancia, el
capital parece decidido a vomitar directamente cuestiones económicas que arrojan luz especial
sobre la condición no sólo de la sociedad burguesa en general, sino del capital británico, en
particular. Que los enanos de hoy deban sostener a los gigantes del pasado es la prerrogativa de
una clase dominante en decadencia. Por nuestra parte, podemos encontrar consuelo en la idea de
que si la historia del capital británico asume su dimensión absurda, el final, o más bien un
nuevo comienzo, está sin duda a la vista.
Cuando Sir Keith reclama la consumación de la revolución burguesa es más que un
especialista ideológico. Su objetivo es dividir a la clase obrera en "productores de riqueza" y
"consumidores de riqueza" aunque sólo sea como un preludio a un ataque contra todos ellos.
En consecuencia, es el propósito de este documento reafirmar la intención original detrás de la
formulación de Marx de los conceptos de trabajo productivo e improductivo, tanto en el ámbito
de la teoría como de la lucha política, para que podamos aislar con mayor facilidad al elemento
realmente parasitario en nuestra sociedad, el "empresario", un espécimen de hecho muy raro.
Esto se hace tanto más necesario a la luz de los recientes intentos de abandonar por completo
muchas de las categorías básicas desarrolladas por Marx, en la creencia equivocada de que su
uso sólo puede servir para confundir a la clase obrera ya dividida y confundida. Lejos de
sembrar la semilla de la desunión, las categorías de El Capital de Marx, si son consideradas y
utilizadas con propiedad, nos permitirán construir la concordia más fuerte posible entre las
masas de gente en este país. También nos permitirá demostrar, de una vez por todas, que la
forma de combatir esta retirada absurda hacia la economía política no es mediante el
refinamiento de esa economía, sino sometiéndola a una crítica revolucionaria. [6]
Empezaremos, por lo tanto, estudiando de cerca a los clásicos, empezando por los fisiócratas
y terminando con la crítica de Ricardo a Malthus. [7] Como mostraremos, hay un lado muy
claramente reformista de la economía política, a pesar de su espíritu revolucionario. Y como
veremos más adelante, los "marxistas" de nuestros tiempos tienden cada vez más a este
reformismo el precio que inevitablemente deben pagar los que ignoran el concepto marxista
del trabajo productivo.
En la segunda parte de este trabajo, vamos a examinar la crítica de Marx a las categorías de la
economía política, y al hacerlo, restableceremos lo que realmente nos enseñó Marx sobre el
tema. Además, dado que la categoría de trabajo productivo es una parte integral del concepto de
capital, será necesario volver a los clásicos para demostrar lo poco que penetraron en el secreto
de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia. Esto dejará claro que el "propósito" del
concepto de Marx del trabajo productivo no es como Gough y otros sostienen simplemente
"explicar la existencia y cantidad de la plusvalía en el modo de producción capitalista" [8] Esta
es una verdad a medias y por lo tanto una distorsión. El propósito completo del concepto de
Marx del trabajo productivo es la de revelar a la clase trabajadora las leyes del movimiento de
la sociedad burguesa.
En la tercera parte, vamos a seguir el lento y triste progreso del revisionismo contemporáneo
que se mueve poco a poco en contra del concepto de capital, hasta que no queda nada, salvo la
concepción vulgar, según la cual todos los trabajadores empleados en el modo de producción
capitalista son productivos. Esto ha ofrecido a los portavoces de la ideología del capital una
oportunidad ideal para presentar su miserable explicación de la crisis actual.
Por último, se apunta a las causas reales que subyacen a la crisis del capitalismo de hoy,
desenmascarando a los distintos representantes del capital británico en su intento de aportar
soluciones que sólo pueden hacerse efectivas a costa de la clase obrera. En el proceso quedará
muy claro que nuestro variado surtido de pretendidos marxistas, después de haber "adulterado"
el concepto de trabajo productivo, son incapaces de ofrecer a la clase obrera una alternativa
viable.
LA ECONOMIA POLITICA CLASICA
(i) Los fisiócratas
Los verdaderos fundadores de la economía política moderna fueron los fisiócratas. Ellos
fueron los primeros en trasladar la investigación sobre el origen de la plusvalía de la esfera de la
circulación a la esfera de la producción y esta fue una de sus valiosas contribuciones a la
ciencia. Los fisiócratas sin embargo, no analizaron la plusvalía desde la perspectiva del trabajo
general social, que en cambio es la única fuente de valor, la plusvalía se analizó en la forma
concreta en la que aparecía por primera vez en la agricultura como el exceso de valores de uso
producidos sobre los consumidos. Dado que, por otra parte la agricultura era la única actividad
en la que se podía ver la creación de un superávit en una forma material y tangible y separada
del proceso de circulación los fisiócratas llegaron a la conclusión de que el trabajo agrícola era
el único productivo. Todo el peso del bienestar económico del país descansaba sobre los
hombros de los agricultores, ya que ningún otro trabajo aislado era capaz de generar excedentes
de los cuales pudiera tener lugar la acumulación y de la que las otras clases pudieran obtener su
subsistencia.
Pero lo que aparece en los fisiócratas como la glorificación del trabajo agrícola es, de hecho,
sólo la celebración de la naturaleza. El superávit dejado al final del proceso de producción es un
regalo de la naturaleza y no el resultado del plustrabajo, trabajo no remunerado. El trabajo
agrícola sirve sólo como el medio por el cual se puede realizar la potencialidad de la naturaleza
en su totalidad. En el sistema de los fisiócratas entonces, la plusvalía se explica en "una forma
feudal, como se deriva de la naturaleza y no de la sociedad, a partir de la relación del hombre
con la tierra, no de sus relaciones sociales. El valor en sí se resuelve en un mero valor de uso, y
por lo tanto en la sustancia material". [9]
Tomando como punto de partida el valor de uso en lugar del valor, los fisiócratas erigieron un
edificio económico, sin haber puesto la primera piedra. [10] Por lo tanto, el avance desde las
condiciones puramente técnicas de la producción al núcleo del problema no tuvo lugar. Para los
fisiócratas era simplemente una cuestión de si la economía podría ser o no más eficiente y
menos onerosa mediante la aplicación de la política del gobierno ilustrado, y esto al asegurar
que se disponía de suficiente superávit para mejorar la capacidad de creación de riqueza de la
naturaleza. El gasto público excesivo, junto con las políticas económicas equivocadas, sólo
servía para disipar los excedentes necesarios para la acumulación, por lo tanto conduciendo a la
ruina económica.
Los hábitos de consumo también jugaban un papel importante en el sistema de los fisiócratas.
Para permitir una saludable tasa de acumulación era necesario que se mantuviera una actitud
frugal. Esto significaba que "ningún aliento se debe dar al lujo en forma de ornamentación, en
detrimento de los gastos ocasionados por las operaciones y la mejora de la agricultura ..." [11]
La gran industria en el momento de los fisiócratas estaba sólo comenzando. Las barreras
encontradas por el modo capitalista de producción en su surgimiento inicial, sobre todo en la
forma en que apareció por primera vez en la agricultura, se presentaban con una visión técnica
más que social. Por otro lado, a pesar de su aparente sesgo feudal, los fisiócratas, dejaron muy
en claro que la burguesía no resolvería sus problemas económicos hasta que primero hubiera
resuelto sus tareas políticas.
Quedó para Adam Smith discutir el caso fisiocrático de una manera más decisiva y
sistemática, dando a su exposición su forma explícita capitalista.
(ii) Adam Smith
Muy en la línea de los fisiócratas, Adam Smith estaba preocupado de que una parte
demasiado grande del producto anual se desperdiciara en el consumo improductivo. Las
grandes naciones, señaló, se empobrecen muy a menudo por la "prodigalidad pública y la mala
conducta. Todo, o casi todo el ingreso público, se emplea en la mayoría de los países en el
mantenimiento de manos improductivas... Cuando se multiplican, por lo tanto, hasta un número
innecesario, pueden consumir en un año determinado tan gran parte de esta producción, como
para no dejar lo suficiente para mantener a los trabajadores productivos, que deben reproducirla
el año siguiente". [12]
Pero, frente a los fisiócratas, Smith trató el valor del producto, y no su sustancia material,
como la "base esencial de la riqueza burguesa". [13] Ya no se trata de un tipo particular de
trabajo concreto destacándose como productivo, sino de todo el trabajo que está directamente
subsumido en el capital.
"El trabajo productivo se define aquí desde el punto de vista de la producción capitalista, y
Adam Smith llega aquí al corazón de la materia, dando en el clavo. Este es uno de sus mayores
méritos científicos... que define el trabajo productivo como trabajo que se intercambia
directamente con capital... Esto también establece absolutamente lo que es trabajo
improductivo. Es un trabajo que no se intercambia con capital, sino directamente con
ingresos..." [14]
La principal diferencia, entonces, entre trabajo productivo e improductivo señalada por Adam
Smith, es que el primero se intercambia directamente por capital y el segundo por ingresos. [15]
Pero esta definición aunque representa un avance inmenso sobre los fisiócratas no estaba libre
de ambigüedades.
Incapaz de distinguir entre el capital empleado en el proceso directo de producción y el
capital empleado en el proceso de circulación, Smith confunde la creación de la plusvalía con su
realización. Por un lado, define como el trabajo productivo "el que se suma al valor de la
materia sobre la cual se desarrolla" [16] y, sin embargo, por el otro, también define como
productivo el trabajo empleado en el comercio minorista. [17] Esta última forma de trabajo, sin
embargo, no crea valor sino que simplemente permite al vendedor reclamar una parte del
plusvalor social que ya se ha producido. Esta confusión se complica aún más por el tratamiento
ecléctico de Smith de la producción capitalista en su conjunto.
Desde el punto de vista del capital individual todo trabajo es productivo si permite a los
capitalistas obtener un beneficio. Pero desde el punto de vista del capital social total, el trabajo
solo es productivo si su producto se destina a la sustitución de un capital". [18] Por un lado, el
productor de artículos de lujo es productivo, ya que aumenta el valor del producto, por el otro,
es improductivo ya que los lujos no pueden volver a entrar en el ciclo de producción.
Este carácter dual de la producción de lujo ocupa un lugar especial en el análisis de Smith,
porque él lo ve como un medio eficaz para regular el proceso de acumulación. A través de la
producción de lujo el capital encuentra la liberación de ese terror de la Economía Política, la
tendencia decreciente de la tasa de ganancia.
Un aumento en la producción de lujo ralentizará el ritmo de acumulación, ya que parte del
producto anual no se gastará de nuevo en trabajo productivo. Pero igualmente, si se incrementa
la parte del producto anual que se destina a mantener el trabajo productivo, la tasa de
reproducción disminuirá porque a los dueños del capital "les resulta difícil conseguir mano de
obra a emplear. Su competencia eleva los salarios del trabajo y hunde los beneficios del
capital". [19] La acumulación de capital, por lo tanto, conduce a su propio estancamiento. La
Economía política al final percibe, aunque superficialmente, que la contradicción del capital se
encuentra en el proceso de acumulación en sí mismo. Pero la "sabiduría" al final prevalece una
política prudente con la cantidad justa de producción de lujo se asegurará de que la acumulación
continúa a un ritmo estable y sano. [20]
Smith estaba escribiendo en un momento en que la gran industria capitalista todavía no había
aprendido a permanecer de pie. La forma más evidente en que aparecía la contradicción del
capital era una lucha competitiva entre las clases sobre la distribución del producto social. Los
capitalistas, a los ojos de Smith, se enfrentaban a un gravoso Estado que consumía una
proporción muy alta del producto del país, o a los propios trabajadores cuyos salarios excesivos
impedían la reconversión de una parte del plusproducto en capital. Eran tiempos difíciles para
los capitalistas.
Quedó para Ricardo llevar adelante el análisis, esta vez desde el punto de vista de la
producción capitalista avanzada.
(iii) Ricardo
Ricardo estaba plenamente de acuerdo con la distinción hecha por Smith entre los
trabajadores pagados del capital y los que se pagan de los ingresos. Pero poco le importaba a
Ricardo si el tamaño de la fuerza laboral de un país era grande o pequeña, lo que importaba era
el monto de la plusvalía (ingreso neto) producido. El tamaño relativamente pequeño de la
población productiva, era incluso de agradecer ya que era "sólo otra manera de expresar el
grado relativo de la productividad del trabajo". [21]
"Adam Smith constantemente magnifica las ventajas que un país saca de un gran ingreso
bruto, en lugar de neto... Siempre que su ingreso real neto, su renta y sus beneficios, sean los
mismos, no tiene importancia si la nación se compone de diez o de doce millones de habitantes.
La potencia de sus flotas y ejércitos de apoyo, y todas las especies de trabajo improductivo,
deben estar en proporción a su neto y no en proporción a sus ingresos brutos". [22]
El crecimiento del consumo improductivo no retrasa necesariamente el proceso de formación
de capital. Con todas las mejoras en la ciencia de la tecnología, y con cada avance en la ciencia
de la agricultura, baja el valor de los medios de subsistencia de los trabajadores, los beneficios
de los capitalistas se elevan y con ello la capacidad del país para mantener "todas las especies
de trabajo improductivo". [23]
Tampoco se preocupaba Ricardo de que un crecimiento demasiado rápido de la acumulación
fortalecería el poder de negociación de los trabajadores a expensas de los capitalistas. Si
surgiera una escasez de mano de obra los capitalistas introducirían maquinaria que ahorrara
mano de obra, creando así una "disminución en el aumento de la demanda de mano de obra".
[24]
Aquí Ricardo tocó en el centro neurálgico de la producción capitalista y, al hacerlo, introdujo
una nota discordante en la economía política. Tanto es así que un apologista, Carey,
inmediatamente lo denunció como el "padre del comunismo, un demagogo cuyos perniciosos
escritos sólo sirvieron para promover la 'hostilidad entre clases'". [25]
Pero al final el sistema de Ricardo, al igual que el de Smith, se hace dócil. Ya que los
trabajadores, de acuerdo con Ricardo, tienen un interés en asegurar que la oferta de trabajo no
sea muy superior a la demanda "deben desear naturalmente que la mayor cantidad de ingresos
posible sea... gastada en sostener sirvientes domésticos". [26] Siempre que los trabajadores que
resulten redundantes tengan un nuevo empleo en las ramas improductivas del trabajo, los
obreros productivos mantendrán su posición en la lucha competitiva contra los capitalistas. Del
mismo modo mantendrán una buena posición negociadora en tiempos de guerra cuando el
Estado mantiene "grandes flotas y ejércitos". [27]
La posición de Ricardo es ahora la de un apologeta, su receta esencialmente reformista. De su
"reformismo" Marx dijo lo siguiente:
"¡Que conveniente es un acuerdo que hace a una niña de fábrica sudar doce horas en una
fábrica, por lo que el titular de la fábrica, con una parte de su trabajo no remunerado, puede
tener en su servicio personal a su hermana como criada, a su hermano como mozo y a su primo
como soldado o policía!... Este es de hecho un claro resultado de la maquinaria, que una parte
considerable de la clase trabajadora femenina y masculina se convierte en siervos". [28]
En última instancia, el sistema ricardiano se rompe, no a causa de la hostilidad que genera,
sino por los límites que encuentra en la naturaleza. La ley de rendimientos decrecientes, a pesar
de los avances de la ciencia, finalmente se impone. Cuanto más capital se acumula más difícil
se hace arrancar del suelo los alimentos suficientes para sostener a los trabajadores. La
subsistencia del trabajador desciende y se ve obligado a la lucha por salarios más altos "y todo
aquello que incremente los salarios, necesariamente reduce los beneficios". [29]
"La contradicción que encontramos en el sistema de Ricardo es la contradicción abstracta
entre el hombre y la naturaleza, una contradicción que se presenta en la forma social de una
lucha entre clases por un plusproducto social cada vez más reducido. Las bestias de Darwin se
transforman en capitalistas y trabajadores.
Ricardo ahora adopta una postura de Smith, viendo el dilema del capital en una insuficiencia
de plusvalía, no porque los salarios reales hayan subido demasiado alto como Smith sostuvo,
sino porque la naturaleza se ha vuelto demasiado parca en sus "regalos".
"Adam Smith... uniformemente atribuye la caída de los beneficios a la acumulación de
capital, y la competencia como consecuencia de ella, sin advertir la creciente dificultad de
producir alimentos para el número adicional de obreros que el capital adicional emplea". [30]
Después de haber vuelto a izar el espectro de una disminución del plusproducto, Ricardo
aparta su atención de Adam Smith con el fin de combatir a Malthus, el archidefensor de las
"cortes espléndidas" y el despilfarro.
(iv) Ricardo frente a Malthus
Al contrario que Ricardo, Malthus restableció la concepción vulgarizada de la ganancia. Las
mercancías se venden con beneficio, no porque se vendan a su valor, sino porque se venden por
encima de su valor. Es decir, los capitalistas obtienen sus ganancias mediante la venta de sus
productos de vuelta a los trabajadores a un precio más alto que el que se paga a los trabajadores
por su producción.
Aunque en el sistema de Malthus se produce explotación, lo hace sólo en el mercado después
de que las mercancías han sido producidas. Los trabajadores no son explotados en el proceso de
producción son simplemente engañados. La contradicción del capital se traslada ahora de la
esfera de la naturaleza a la esfera de la competencia.
Pero, según Malthus, si todos los capitalistas venden sus productos con sobreprecio a los
trabajadores es inconcebible cómo ningún beneficio en absoluto se puede hacer. Si el trabajador
no está en condiciones de volver a comprar la totalidad de su producto con su salario, su
demanda no se corresponde con la oferta.
Después de haber planteado un falso dilema Malthus procedió a proporcionar a los
capitalistas una solución igualmente falsa. La demanda en la sociedad capitalista, según él, sólo
puede hacerse efectiva si viene de los que están al margen de la producción, de los que
consumen pero no producen. El consumo necesario por lo tanto, debe llevarse a cabo entre los
trabajadores improductivos de Adam Smith.
Malthus no oculta el hecho de que el trabajador realiza parte de su trabajo sin un retorno
equivalente. El no estaba interesado en ocultar las contradicciones de la producción burguesa,
sino por el contrario, en enfatizarlas, por un lado con el fin de demostrar que la pobreza de las
clases trabajadoras es necesaria... y, por otra parte para demostrar al capitalista la necesidad de
una Iglesia y una jerarquía del Estado bien alimentadas con el fin de crear una demanda
adecuada para las mercancías que producen. Lo que Malthus quería era producción capitalista,
pero sólo en la medida en que crea "una base material más amplia y más cómoda para la 'vieja'
sociedad". [31]
Ricardo no tendría nada de esto. Como custodio teórico del "decreciente" excedente de la
sociedad se dispuso a defender a la burguesía industrial contra el abuso adicional del consumo
improductivo.
"Un cuerpo de trabajadores improductivos son tan necesarios y útiles, con miras a la
producción futura, como un incendio, que consume en los almacenes de los fabricantes las
mercancías que de otra manera consumirían los trabajadores improductivos... ¿Qué podría ser
más prudente si la doctrina del señor Malthus fuera cierta que aumentar el ejército y doblar los
salarios de todos los funcionarios del gobierno...?" [32]
En cualquier caso, mientras el debate entre los economistas se enconaba, se formaba la clase
que comenzó a percibir que sus intereses no estaban en absoluto ligados a aquellos a los que los
economistas trataban de defender. Esta clase, además, comenzó a tomar un gran interés en el
hecho de que algunas personas estaban siendo mantenidas por la labor de los demás. En
resumen, la economía política estaba a punto de aprender que no valía la pena luchar contra los
representantes de un "viejo" orden cuando el presente contiene en sí el germen del nuevo.
(v) Las categorías de la economía política y la lucha de clases
Antes de la aparición del modo de producción capitalista, la extracción del trabajo excedente
en general servía como un medio para unas "cortes espléndidas" y una vida suntuosa de los
ricos ociosos. Las clases dominantes de las sociedades precapitalistas no se hubieran opuesto a
la acusación de que la suya era una vida improductiva el mero título de trabajador habría sido
suficiente para despertar su indignación.
Por el contrario, la obtención de plustrabajo bajo el régimen estricto del capital llegó para
servir no como un medio para el consumo, sino hacia un fin más noble, el de la acumulación
por sí misma. Gracias a la aparición de este nuevo sistema, las fuerzas productivas del trabajo
social se han desarrollado enormemente y de una manera que eclipsa todos los modos antiguos.
Así fue que el trabajo productivo fue ensalzado y condenado el trabajo improductivo, y por
primera vez en la historia las categorías económicas fueron utilizadas directamente en la
confrontación ideológica de una clase contra otra.
De todos los representantes de la economía política Adam Smith fue el menos comedido en
dar rienda suelta a su odio por el trabajo improductivo. La gran industria estaba todavía en
pañales y necesitaba toda la ayuda que pudiera conseguir. Disipar el excedente que de otro
modo podría ser utilizado para la acumulación impediría su desarrollo. Sin embargo, las
numerosas oficinas y prebendas relacionadas con la administración del Gobierno, por no hablar
de "los eclesiásticos, abogados, médicos, hombres de letras de todo tipo, los juzgadores,
bufones, músicos, cantantes de ópera, bailarines de ópera, etc., hacían exactamente eso. Eran
meros sirvientes del público y por lo tanto, "son mantenidos por una parte del producto anual de
la labor de la otra gente". [33] Este, dice Marx,
"Es el lenguaje de la burguesía todavía revolucionaria, que aún no ha sometido a toda la
sociedad, el Estado, etc... El estado, la iglesia, etc, sólo se justifican en la medida en que son
comités para supervisar o administrar los comunes intereses de la burguesía productiva, y sus
costos ya que por su naturaleza, estos gastos corresponden a los gastos generales de la
producción deben reducirse al mínimo inevitable". [34]
A pesar de que los escritos de Smith se destacan como una crítica de las condiciones
existentes, es importante recordar que "lo que en la superficie es la glorificación del trabajador
productivo es, de hecho, solo la glorificación del capitalista industrial, en contraste con los
terratenientes y esos capitalistas monetarios que viven sólo de sus ingresos". [35] Pero en ello
radica el problema.
Como el trabajo es la fuente de todo valor y como, por lo tanto, siempre podemos trazar la
génesis directa del capital desde el trabajo, surge la pregunta, ¿cómo o por qué razón aparece el
capital productivo? Podemos tener o el poder productivo del trabajo o la fuerza productiva del
capital ya que el mismo poder productivo no se puede contar dos veces y si tenemos este
último no puede haber ley del valor.
La economía política fue atrapada en una contradicción de su propia creación y, como lo
describió Marx, "era natural para los pensadores que se unieron al lado del proletariado
apoderarse de esta contradicción, para lo cual se encontraron con la base teórica ya preparada.
El trabajo es la única fuente del valor de cambio y el único creador activo del valor de uso. Esto
es lo que ustedes dicen. Por otro lado, ustedes dicen que el capital lo es todo, y el trabajador no
es nada o es un simple costo de producción del capital. Ustedes se han refutado a si mismos. El
capital no es más que defraudar al trabajador. El trabajo es todo". [36]
Y cuando finalmente los trabajadores se pongan de pie y declaren que los capitalistas no son
productivos, y cuando los capitalistas ya no puedan sostener más una inclinación
revolucionario, aunque sólo sea porque su propia inclinación se ha convertido en el centro de la
tormenta de una lucha nueva y aún más amenazante, entonces habrá llegado el momento para
ellos de gritar que se ha cometido un error monumental y pedir, de forma cobarde, una tregua,
un compromiso enfermizo, en el que todas las actividades imaginables, por tenue que sea su
relación con la producción capitalista, deben ser honradas con el título de trabajo productivo.
"Cuando... la burguesía ha ganado la batalla, y en parte se ha hecho cargo del Estado, en parte
hizo un compromiso con sus poseedores anteriores, y también ha dado reconocimiento a las
profesiones ideológicas como la carne de su carne y en todas partes los transformó en sus
funcionarios, de la misma naturaleza que ella misma, cuando ella misma ya no se enfrenta a
estos como representantes del trabajo productivo, pero cuando los trabajadores productivos
reales se levantan en su contra y, además, dicen que vive de la labor de otras personas...
entonces las cosas toman un nuevo giro, y la burguesa trata de justificar "económicamente",
desde su propio punto de vista, lo que en una etapa anterior había criticado y combatido". [37]
La ley ricardiana del valor, con todas sus imperfecciones, tenía que irse por lo menos de las
universidades permitiendo así que los economistas aspiraran a esa noble tarea de proporcionar
a la sociedad la ciencia de lo superficial. La inquietante paradoja capital o trabajo, ahora podría
encontrar su sustitución en la resolución grosera: capital y trabajo, y tierra y gestión y
tecnología y cualquier otro mercenario filibustero de la burguesía que uno quiera nombrar.
Los capitalistas tenían un gran interés en abandonar la distinción entre trabajo productivo e
improductivo. La clase obrera, por otro lado, tenía, y siempre tendrá, todo el interés en hacer
hincapié en esta distinción. Sin este énfasis es posible convertir la declaración de Ricardo de
que el trabajo es el creador de valor en todo lo contrario que el capital es el creador de valor.
Dad al capitalista un segundo y reclamará toda la jornada laboral.
Marx dio la bienvenida al hecho de que el proletariado había encontrado un número de
simpatizantes capaces de aprovechar las contradicciones de la economía política y usarlas
contra los capitalistas desde la perspectiva de los trabajadores. Pero como Marx bien sabía, la
iniciativa revolucionaria de los obreros no podía mantenerse por mucho tiempo, y mucho menos
desarrollarse aún más, simplemente confrontando el argumento de Ricardo en sus propios
términos. En cambio fueron estos mismos términos, los que tuvieron que ser sometidos a la
propia crítica revolucionaria de Marx. Después de haber rescatado la esencia revolucionaria de
la dialéctica hegeliana Marx estaba equipado para hacer frente a la economía política de un
modo similar. De hecho, fue precisamente debido a su crítica de aquella que esta pudo entonces
ser superada sobre la base del materialismo histórico.
Si bien es cierto que el enfoque general de Marx sobre la historia forma tanto el fondo como
el punto de partida para una crítica de la economía política, no es menos cierto que sin esta
crítica la perspectiva histórica de Marx, con todas sus brillantes ideas, habría permanecido en el
ámbito de la filosofía especulativa. El análisis de Marx del capital hace más que revelar las
leyes del movimiento de la sociedad burguesa; también confía en las manos del movimiento del
obrero revolucionario la ciencia de la sociedad el materialismo histórico. [38] A este fin Marx
dedicó el concepto del trabajo productivo, un concepto que "expresa precisamente la forma
específica del trabajo en que se basa todo el modo capitalista de producción y el capital mismo".
[39]
II
LOS CONCEPTOS DE TRABAJO PRODUCTIVO E IMPRODUCTIVO EN
MARX
(i) La crítica de Marx al concepto de trabajo improductivo de Adam Smith
Marx compartía la visión de Smith de que el trabajo es improductivo si se intercambia
directamente con ingresos. Pero el corolario de que el trabajo es productivo si se intercambia
directamente con capital es inadecuado y superficial, y por lo tanto erróneo. De lo que Smith no
se dio cuenta fue de que en el "intercambio" entre trabajo y capital dos actos estrechamente
relacionados, pero no obstante distintos, tienen lugar.
La primera fase del intercambio entre capital y trabajo implica una transacción formal entre
capitalista y trabajador en el mercado. Aquí, el obrero vende su mercancía fuerza de trabajo por
una suma determinada de dinero. El capitalista compra esta mercancía sólo por su valor de uso,
con el fin de consumirla en el proceso de producción material. Esto lo hace poniendo al
trabajador a trabajar en lo que Marx llama "el procesotrabajo humano"[40], un proceso en el
que los seres humanos se apropian, con la ayuda de los instrumentos de trabajo, de los
productos de la naturaleza en una forma adaptada a sus propias necesidades. Desde el punto de
vista de la concepción general de Marx de la historia todo el trabajo dedicado a la producción
de valores de uso puede ser considerada como productiva, ya que los seres humanos se
distinguen de los animales a través del proceso de trabajo. [41]
La producción de valores de uso o, lo que es lo mismo, el proceso de trabajo, constituye la
base material de toda vida humana y en este sentido puede ser concebida independientemente
de su forma social. Pero son precisamente "estas formas las únicas que importan cuando se trata
del carácter específico de un modo de producción social". Sostener lo contrario es como si el
fisiólogo, dijera que las diferentes formas de vida son una cuestión indiferente, que todas ellas
son solo formas de materia orgánica". [42] En consecuencia, la definición de trabajo productivo,
desde el punto de vista de la producción capitalista, no tiene absolutamente nada que ver con el
proceso de trabajo como tal; se deriva no de las características del trabajo material, "sino de la
forma social determinada, las relaciones sociales de producción, dentro de las cuales se realiza
el trabajo". [43]
El proceso de trabajo en la sociedad capitalista implica algo más que la producción de valores
de uso; es al mismo tiempo producción de mercancías y de plusvalor. Lo que realmente interesa
al capitalista de la fuerza de trabajo del trabajador no es la forma particular concreta en que se
gasta, sino "el valor de uso específico que esta mercancía posee de ser una fuente no sólo de
valor, sino de más valor del que ella misma tiene". [44] Es importante recordar, por tanto, que la
fuerza de trabajo tiene no uno sino dos valores de uso. Además de su valor de uso como una
forma particular de trabajo concreto, asume un valor de uso general. Este último tipo de valor
de uso constituye su característica especial, que emana como lo hace, de la parte específica que
desempeña en la producción de mercancías. Lo que el capitalista compra por parte del
trabajador, y lo que posteriormente consume, es "un poder de creación de valor, autoexpansivo,
es decir, fuerza de trabajo, que no sólo reproduce su valor, pagado por el capitalista, sino que a
la vez produce un valor excedente, un valor no existente con anterioridad y no pagado por un
equivalente". [45] Es precisamente esta capacidad de creación de valor la que constituye "el
valor de uso específico del trabajo productivo para el capital". [46] Aquí está el valor de uso
que constituye la base para la existencia del capital.
Sin poder llegar a un entendimiento del valor de uso específico del trabajo productivo para el
capital, la economía política se demostró incapaz de lidiar con el intercambio entre trabajo y
capital en su totalidad. La primera fase del intercambio se lleva a cabo enteramente dentro de
los límites del mercado, y de acuerdo con sus leyes específicas propias.
"La segunda fase del intercambio entre capital y trabajo, de hecho, no tiene nada que ver con
el primero, y estrictamente hablando, no es un intercambio en absoluto... El dueño del dinero
ahora funciona como capitalista. Que consume la mercancía que ha comprado... En este
proceso, por lo tanto, el trabajo es... transformado directamente en capital, después de que ha
sido incorporado formalmente en el capital a través de la primera transacción.
"En el intercambio entre capital y trabajo, el primer acto es un intercambio ... El segundo es
un proceso cualitativamente diferente del intercambio, y sólo por un mal uso podría haber sido
nombrado como algún tipo de intercambio en absoluto. Se encuentra justo enfrente del
intercambio; categoría esencialmente diferente". [47]
La economía política no tuvo éxito en aventurarse mucho más allá del primer intercambio
entre capital y trabajo. Lo más que logró fue plantear el siguiente acertijo: ¿Cómo es que el
capitalista compra trabajo por su valor, vende el producto del trabajo por su valor y sin
embargo, al final del proceso tiene más valor que cuando se inicia? Pero el enigma nunca se
resolvió, y de hecho no se puede resolver, siempre y cuando el capital se coloque directamente
frente al trabajo en lugar de frente a la fuerza de trabajo". [48]
El trabajador productivo, para Marx, es aquel cuya fuerza de trabajo es primero
intercambiada directamente contra el capitaldinero y luego consumida por el capitalista en el
proceso directo de producción. "El trabajo productivo es sólo un término breve para toda la
relación y la forma y manera en que la fuerza de trabajo figura en el proceso de producción
capitalista". [49]
Ahora podemos entender lo que había detrás del confundido tratamiento de Smith de los
artículos de lujo. En lugar de considerar primero la base de la relación capitalista el valor de
uso específico del trabajo productivo para el capital se lanzó de cabeza en la consideración de
los tipos particulares de valores de uso en que el trabajo se realiza. Más tarde, Marx analiza la
importancia del contenido material de trabajo, pero sólo después de que hubiera sido establecida
una sólida base.
El fracaso de Smith de concebir la fuerza de trabajo como una mercancía le impidió
desarrollar un concepto de capital y, más importante aún, la comprensión de su composición
específica.
El valor que el capitalista pone en medios de producción sigue siendo una magnitud
constante, tanto antes como después de su incorporación en el proceso de trabajo, y por esta
razón se define como capital constante. El capital variable, por el contrario, sigue siendo una
magnitud constante, sólo mientras está en manos de los capitalistas en su forma mercancía o
dinero. Cuando se pasa de su forma de dinero a su forma productiva, es decir, en fuerza de
trabajo viva, se convierte de una magnitud determinada, constante, en una magnitud variable, en
un valor que se expande, y por lo tanto en capital. El capital variable "se convierte en capital
variable real sólo después de que... se convierte en fuerza de trabajo en funcionamiento como
parte constitutiva del capital productivo en el proceso capitalista". [50] Sin embargo,
clasificando, al igual que Smith, los medios de subsistencia del trabajador en lugar de su fuerza
de trabajo como un elemento del capital productivo, "la comprensión de la diferencia entre
capital variable y constante, y por lo tanto la comprensión del proceso de producción capitalista
en general, se hace imposible". [51]
Era perfectamente comprensible para Marx por qué la economía política se había aferrado
instintivamente al tratamiento confuso de Smith del capital productivo y de circulación. Sin una
clara distinción entre los dos "la base para la comprensión del movimiento real de la producción
capitalista, y por lo tanto de la explotación capitalista, está enterrado en un solo golpe". [52] La
economía política por tanto ofrecería a los economistas vulgares "una base segura de
operaciones para su superficialidad, que por principio sólo adora la apariencia". [53] Como
señala Marx:
"El primer acto formal de intercambio entre capital y trabajo es sólo potencialmente la
apropiación del trabajo vivo de otra persona por parte del trabajo objetivado. El proceso real de
apropiación se lleva a cabo sólo en el proceso de producción real, detrás de la cual se encuentra
como una etapa pasada la transacción formal primera... Razón por la cual todos los economistas
vulgares... no van más allá de la primera transacción formal, precisamente para conseguir, por
este truco, deshacerse de la relación capitalista específica. [54]
La definición de Marx de la fuerza de trabajo le permite "forzar" su camino a la "morada
oculta" del capital y llevarnos con el pensamiento donde el obrero crea plusvalía in actu. Por lo
tanto Marx entra en el reino sagrado de la sociedad burguesa cuyo umbral nos mira a la cara:
Prohibido el paso excepto para los negocios. El "secreto" de los beneficios es finalmente
revelado. [55]
(ii) El concepto de trabajo productivo y su desarrollo ulterior
Habiendo examinado la forma y manera en que se gasta fuerza de trabajo en la producción
capitalista, Marx llega a la siguiente fórmula:
D M ...P... M' D' [56]
Esta fórmula expresa el carácter social del proceso de trabajo en condiciones de producción
capitalista y muestra el origen de la ganancia del capitalista surgiendo del propio proceso
directo de producción material. Teniendo en cuenta la relación capitalista desde la perspectiva
de la mera producción material, el obrero productivo puede ser definido como alguien que
desempeña un papel activo en el proceso de trabajo y que produce plusvalía para el capitalista.
Es posible, sin embargo, para el modo puramente social de la existencia del capital funcionar
aparte del propio proceso de trabajo y para la plusvalía aparecer inmediatamente en la forma de
un exceso de capitaldinero por encima del capitaldinero originalmente avanzado. Aquí la
fórmula sería:
D M ...P D'
Una vez que hemos comprendido la distinción entre trabajo abstracto y concreto este aspecto
de nuestro análisis debe presentar pocas dificultades. Como Marx nos recuerda, la
materialización del trabajo no debe ser tomado en un sentido restringido, como Adam Smith
concibió. "Cuando hablamos de la mercancía como materialización del trabajo... se concibe
como una determinada cantidad de trabajo social o de dinero. Puede ser que el trabajo concreto
del que es el resultado no deje huella en ella... La mistificación aquí surge del hecho de que una
relación social aparece en la forma de una cosa". [57]
En la industria propiamente dicha, el resultado directo del proceso de trabajo es la mercancía
M', una mercancía de mayor valor valor que la fuerza de trabajo y medios de producción
consumidos en su producción. En el caso de la producción inmaterial, sin embargo, la actividad
de las hojas de trabajo "sin ningún resultado tangible con existencia aparte de las propias
personas que las realizan, en otras palabras, su resultado no es una mercancía vendible". [58]
Por ejemplo, un trabajador empleado en la industria de entretenimiento produce tanto plusvalor
como valores de uso, aunque los valores de uso sólo se materializan en el momento de su
consumo. Todo lo que queda es la plusvalía en su forma específicamente social.
La producción inmaterial funciona no en el propio proceso de trabajo aunque sin el proceso
de trabajo toda la producción inmaterial cesaría sino en la esfera del consumo individual. Los
trabajadores son por lo tanto, colocados en una relación directa con el público consumidor y la
venta de sus productos está siempre vinculado con la promoción de su propia personalidad,
encanto, ingenio, etc. Los asuntos son muy diferentes en la industria propiamente dicha al
final del proceso de trabajo el trabajador y el producto siguen sus caminos por separado.
Los empleados directamente por el capital en el proceso de producción inmaterial son
trabajadores productivos, ya sean profesores, médicos, enfermeras o artistas. El consumo de su
fuerza de trabajo por el capitalista es al mismo tiempo producción de mercancías y de plusvalor.
Hasta ahora hemos considerado la producción de mercancías, sin tener en cuenta su
transporte. La característica peculiar de la industria del transporte es que forma un vínculo entre
la esfera de la producción y la esfera de la circulación. En consecuencia, señala Marx, es común
entre los economistas que consideren el transporte en el coste de la circulación y no de
producción. Sin embargo, esto está mal. El transporte de una mercancía al mercado "es parte del
propio proceso de producción". [59] El sector del transporte por lo tanto aparece "como una
continuación de un proceso de producción dentro del proceso de circulación y para el proceso
de circulación". [60]
Dado que el efecto útil del trabajo del obrero del transporte sólo se puede consumir en el
momento en que se lleva a cabo, la fórmula para la industria del transporte "sería, por tanto, D
M ...P D', ya que es el propio proceso de producción el que se paga y consume: no un
producto separado y distinto de él". [61]
En todos los casos anteriores surge la siguiente pregunta: ¿Cómo pueden los capitalistas
continuamente sacar una suma de dinero igual a la de D' de la circulación cuando
continuamente arrojan una suma igual a D en él? [62] "Considerando que una parte de los
capitalistas constantemente succiona más dinero de la circulación de lo que vierte en ella, la
parte que produce oro constantemente produce más dinero en él que lo que saca en medios de
producción". [63] Esto nos lleva a nuestra siguiente forma de trabajo productivo, el trabajo
dedicado a la producción del dineromaterial, es decir, de oro.
En la producción de oro de la fórmula sería
D M ...P... D'
porque el proceso de producción, P, aporta más oro del que se adelantó a los elementos de la
producción del oro en el primer D. [64]
Aquí tenemos una forma única de trabajo productivo, ya que en ninguna otra rama de la
producción capitalista son las condiciones de explotación directa idénticas a las de su
realización. Así se desprende del carácter de la "extracción de oro", como trabajo directamente
social. [65] Al igual que en la industria propiamente dicha el trabajador y los productos siguen
sus propios caminos, aunque en este caso la plusvalía contenida en el oro aparece
inmediatamente en su forma socialmente reconocible.
El resultado directo del proceso productivo es una mercancía especial la mercancíadinero
que no se puede transformar en capital constante o variable, sino que debe ser sacrificada a la
esfera de la circulación en el que funciona como valor de cambio. [66] El consumo productivo
de la fuerza de trabajo del minero de oro debe asumir, por lo tanto, una forma improductiva. Sin
embargo, esto no afecta en absoluto a la caracterización del minero de oro como un trabajador
productivo. [67]
(iii) El trabajo productivo de un tipo especial.
Habiendo examinado las circunstancias en que las diferentes mercancías se producen en la
sociedad capitalista, debemos dirigir nuestra atención al trabajo que se destinará directamente a
los elementos del capital productivo. En primer lugar vamos a considerar el trabajo
comprometido en el mantenimiento y la reparación del elemento pasivo del capital productivo,
es decir, los medios de producción y, en particular del capital fijo, principalmente maquinaria.
a) El trabajo invertido en el elemento pasivo del capital productivo.
En la misma forma que un trabajador debe lavarse, y de este modo mantener la eficacia de su
fuerza de trabajo, también debe mantenerse una máquina. [68] En la misma forma que un
trabajador recibe tratamiento médico para evitar que muera de forma prematura, también se
repara una máquina. [69] Sin el gasto de este trabajo la máquina dejará de funcionar como una
máquina, se convertiría en inútil. Pero no es el valor ya existente en la máquina al que sustituye
este trabajo, es trabajo adicional necesario por su uso. El salario de los trabajadores que
mantienen la maquinaria es por lo tanto "una parte del capital variable y el valor de su trabajo se
distribuye en el producto". [70] Aquí tenemos una forma especial de trabajo productivo. Se
añade al valor del producto final, sin embargo, no "entra en el propio proceso de trabajo al que
el producto debe su existencia". [71] Marx en consecuencia clasifica este trabajo como trabajo
"sui generis". [72]
Ahora sucede demasiado a menudo en la sociedad capitalista que los trabajadores están
obligados a limpiar y mantener la maquinaria en sus "periodos de descanso". De esta manera,
los trabajadores proporcionan al capitalista tiempo de trabajo gratis. "Este trabajo no figura en
el precio del producto... Por lo tanto el capitalista no paga el coste del mantenimiento de su
máquina. El trabajador paga in persona, y este es uno de los misterios de la autopreservación
del capital..." [73]
Si los capitalistas compran fuerza de trabajo con el propósito de mantener la maquinaria, o si
se impone este trabajo a los trabajadores en sus "periodos de descanso", dependerá de la
correlación de fuerzas entre capitalistas y trabajadores en la lucha competitiva.
(b) El trabajo invertido en el elemento activo del capital productivo.
Vamos a considerar ahora el gasto de trabajo en el elemento activo, y por ello más
importante, del capital productivo, la fuerza de trabajo viva. No es de extrañar que Smith hiciera
caso omiso de esta forma de trabajo ya que en primer lugar era incapaz de concebir la fuerza de
trabajo.
La trabajadora que vende su fuerza de trabajo a otro sea al capitalista o al Estado con el
propósito de criar, formar o mantener la fuerza de trabajo productivo es élla misma una obrera
productiva. Una enfermera, por ejemplo, no se limita a reemplazar el valor de la fuerza de
trabajo del paciente sino que se suma a ella, a pesar de que la enfermería en sí no entra en el
propio proceso de trabajo. Una vez más nos encontramos con trabajo sui generis, pero en este
caso tenemos fuerza de trabajo que actúa directamente sobre la fuerza de trabajo, una relación
entre una persona y otra, entre trabajador y trabajador, que modifica la relación en su contenido,
aunque no en su forma económica. El objeto del trabajo de la enfermera no es una "cosa" que se
enfrenta a ella como una fuerza ajena e independiente, como "capital", sino el sujeto vivo del
propio capital, el obrero. Esto le ha dado considerable margen a la burguesía para imponer sus
propias normas de moral hipócrita diseñada para separar la enfermera de la enfermera y la
enfermera del paciente.
La plusvalía no se genera normalmente en la producción de fuerza de trabajo como una
mercancía, sino en la producción de mercancías por la fuerza de trabajo. Los capitalistas no
comprarán por mucho tiempo fuerza de trabajo que se esté ella misma impregnada de plusvalía.
El proceso de acumulación de capital siempre la variable independiente deja a los capitalistas
libres de tal fuerza de trabajo, por lo que el Estado siempre asume el control directo sobre los
centros de "mantenimiento" y "formación" del capital los hospitales y las escuelas para
garantizar que el trabajo invertido en los trabajadores se mantiene mínimamente. A menos que
esta característica de la producción de fuerza de trabajo se tenga en cuenta, resultará imposible
analizar los efectos que este trabajo tiene en la tasa media de ganancia.
El consumo de medios de los trabajadores de subsistencia requiere el gasto de tiempo de
trabajo se deben cocinar las comidas, mantener y reparar el alojamiento, atender a los niños, y
así sucesivamente. La mayor parte de la sociedad, es decir, la clase obrera "debe... realizar este
tipo de trabajo por ella misma..." [74] Al hacerlo se preserva para el capitalista la eficacia de la
fuerza de trabajo, el instrumento por medio del cual sólo él puede seguir siendo un capitalista.
[75]
"El consumo individual del obrero, si ocurre en el taller o fuera de ella, ya sea parte del
proceso de producción o no, constituye por tanto un factor de la producción y reproducción del
capital, así como lo es la limpieza de la maquinaria, ya sea mientras la máquina esté trabajando
o mientras está parada. El hecho de que el trabajador consume sus medios de subsistencia para
sus propios fines, y no para complacer a los capitalistas, no tiene ninguna relación con el
asunto. Se trata de la producción y reproducción de ese medio de producción tan indispensable
para el capitalista: el propio trabajador". [76]
En la sociedad capitalista, donde la segregación aparece como la relación normal, es la
sección femenina del proletariado la que, en general, lleva a cabo este trabajo. En la medida en
que se lleva a cabo en el "período de descanso" de la mujer, no es ni productivo ni
improductivos. Se trata de una forma específica de trabajo concreto, de labor, que a pesar de no
asumir una forma de valor, sin embargo sigue siendo una condición fundamental y necesaria
para la reproducción del capital. La mujer paga in persona.Su trabajo se otorga a título
gratuito en la sociedad, y por lo tanto al capitalista, y no entra en el precio de la fuerza de
trabajo o en la creación de valor en general. Sus esfuerzos son doblemente subsumidos en el
capital ella no sólo produce plusvalía en la fábrica, sino que en el hogar mantiene y cría a los
propios creadores de valor. La suya es una vida de trabajo y fatiga constante, "completando el
trabajo de cada día, ella se convierte en esclava de las necesidades internas de su familia, y
cuando de noche se deja caer cansada en su lecho, es con el conocimiento de que por la mañana
temprano debe cumplir su papel de nuevo al servicio del capitalista, y al final del servicio para
él del día siguiente apresurarse a casa de nuevo para otra ronda de servidumbre doméstica". [77]
La medida en que el capital se hace cargo directamente de las funciones que antes se
realizaban en el hogar depende de muchas circunstancias, estando entre las más importantes la
forma en que el capital se ha desarrollado en una región en particular y el estado del proceso de
acumulación en un período determinado. Pero esto nos ilustra acerca de la posición relativa de
las mujeres, una posición que difiere de país a país y de una fase del desarrollo del capital a la
siguiente. Aquí estamos interesados por la posición absoluta de las mujeres, que emana como lo
hace de la naturaleza misma del capital.
El proceso real de producción capitalista supone la separación de la fuerza de trabajo del
obrero. Al final del proceso de producción, el trabajador debe disfrutar sus vacaciones con el fin
de reponer lo que ya había consumido el capitalista su fuerza de trabajo. El trabajador lo hace
no sólo cocinando su comida, o, como suele ser el caso, teniéndola cocinada para él, sino
también comiéndola, porque el "trabajo de comer" produce cerebro, músculos, etc. [78] La
capacidad del trabajador para trabajar, una vez restaurada, es de nuevo vendida a su consumidor
el capitalista. No hay una tendencia inmanente del capital para asumir la responsabilidad
directa sobre el consumo individual de la clase obrera, para cocinar su carne, pulir sus botas,
mantener sus muebles y viviendas limpias, el cuidado de sus hijos después de que el proceso
de producción haya terminado. Aun suponiendo que algunos capitalistas pongan este trabajo a
su propio cargo a los efectos de la extracción adicional de plusvalor mediante el empleo de
trabajadores para cocinar para los demás trabajadores, por ejemplo esto simplemente significa
que mientras algunos trabajadores están reponiendo su fuerza de trabajo, otros ven la suya
consumirse. Y después de haberse consumido su fuerza de trabajo a su vez deben cumplir con
su trabajo doméstico propio. Asumir una cadena interminable de trabajadores empleados en la
restauración de la fuerza de trabajo de los demás trabajadores es perder de vista el proceso de
producción capitalista en su conjunto.
Cuando se examina no un único trabajador o capitalista individual, sino la clase capitalista y
la clase obrera, no un proceso aislado de producción, sino la producción capitalista en su
conjunto, es evidente que el trabajo doméstico siempre se llevará a cabo por la clase obrera y, en
particular, por la sección de mujeres de esa clase. El capitalista mata dos pájaros de un tiro: el
misterio de la autopreservación del capital se revela. [79]
Sólo cuando la fuerza de trabajo ya no sea consumida por otro, sólo cuando deje de ser una
mercancía será inseparable la producción de la riqueza en general de la reproducción de la raza
humana. La "supervivencia" de la familia como una unidad económica en la sociedad tiene
como base la existencia del capital; la separación del trabajo de las condiciones objetivas del
trabajo; la separación del trabajador y de la fuerza de trabajo. La familia no sobrevive a pesar de
capital, sino a causa de él. [80]
Dado que la continua opresión de las mujeres se deriva de la opresión específica de la sección
femenina del proletariado y que, por otra parte, esta opresión tiene su origen en la reproducción
de la fuerza de trabajo como una mercancía, se deduce que las amplias masas de mujeres en la
sociedad burguesa tienen un interés no sólo en la abolición del capital, sino en garantizar que la
futura sociedad socialista hace rápidos progresos hacia la erradicación de la familia como una
unidad económica. Es precisamente ahora, en momentos en que el capitalismo se enfrenta a la
mayor de sus crisis, que varias personas tratan de hacer respetable la producción de fuerza de
trabajo como una mercancía, y esto confiriendo al trabajo doméstico una "forma asalariada"
adecuada al contenido de su "creación de valor". Como un editor asociado de la revista
Newsweek ha marcado: Si a los trabajadores domésticos se les garantizara un salario por el
Estado "el trabajador en el hogar podría al menos ser reconocido como un miembro profesional
de la... fuerza de trabajo..." [81]
(iv) El trabajo improductivo intercambiado contra el capital
Antes de pasar a una consideración adecuada de la mano de obra improductiva, es decir, el
trabajo que se paga no con capital, sino de los ingresos, es necesario hacer frente al trabajo
dedicado a la realización en lugar de la producción de plusvalía. Aunque este trabajo es
improductivo para el capital, sin embargo se intercambia por capital y por esta razón merece
especial atención.
La economía política fracasó sistemáticamente al analizar la forma histórica específica en
que el trabajo se presenta como trabajo social en condiciones de producción capitalista de
mercancías. Ni por un momento lo consideró o admitió que el trabajo de la persona debe
presentarse como trabajo abstracto y, de esta forma, como trabajo social, si va a crearse algún
valor. Incluso Ricardo, el más consistente e incisivo de los economistas, fue incapaz de pasar
más allá de la forma de la apariencia inmediata del valor, el valor de cambio. Su atención se
concentró por tanto en el aspecto cuantitativo y no en el cualitativo del valor, en su magnitud y
no en su esencia. [82] Al igual que Smith y los que le antecedieron, Ricardo no se dio cuenta de
la conexión del trabajo abstracto con el dinero, o de que este trabajo debe asumir la forma de
dinero. [83] El dinero era considerado como un mero recurso para superar los inconvenientes
técnicos de intercambio y no el medio por el cual el valor de la mercancía primero se expresa y
después se realiza.
Ahora podemos entender por qué Smith no pudo establecer la distinción entre la creación de
valor y su realización y por qué, por lo tanto, se define al trabajador comercial como
productivo. Mientras el valor fuera considerado sólo en su aspecto cuantitativo no sería posible
distinguir entre las condiciones de la explotación directa y las de su realización.
Lo que distinguió el método de Marx del de Smith es que al definir el trabajo productivo
Marx trató "sólo con el capital productivo, es decir, el capital empleado en el proceso directo
de producción". [84]Más tarde, Marx abordó el capital en el proceso de circulación y
demostró que el trabajador comercial, a pesar de que cumple una función necesaria para el
capital, y realiza trabajo no remunerado (para el capitalista individual), "intrínsecamente su
trabajo ni crea valor ni producto". [85] Su trabajo simplemente convierte un valor determinado
de una forma a otra, de su forma mercancía a su forma de dinero, y viceversa. Aquí tenemos un
intercambio entre capital y trabajo, pero es un cambio formal, y en ningún caso debe
confundirse con el "intercambio" que se lleva a cabo entre el capitalista y el trabajador en el
proceso directo de producción capitalista.
A modo de resumen. La definición de Smith de trabajo productivo es insuficiente por tres
razones relacionadas. En primer lugar, él trata el valor sólo cuantitativamente, y no
cualitativamente y por lo tanto, confunde el proceso real en el que se produce con aquel en el
que se realiza. En segundo lugar, trata el capital establecido directamente contra el trabajo en
lugar de contra la fuerza de trabajo y por lo tanto es incapaz de comprender el "secreto" de los
beneficios. En tercer lugar, ya que él no puede manejar los elementos del capital como se
presentan en el proceso directo de producción capitalista no puede sino ignorar el trabajo que se
gasta en los elementos del capital productivo mismo.
A pesar de los muchos puntos débiles que se encuentran en el análisis de Smith, su definición
de trabajo productivo es notable ya que fue el primero en establecer absolutamente al menos
desde el punto de vista de la producción capitalista lo que es trabajo improductivo. Es un
trabajo que no se intercambia con el capital, sino directamente con los ingresos.
(v) El trabajo improductivo intercambiado con los ingresos
No tenemos problemas con la definición de Adam Smith de trabajo improductivo. Todo lo
que necesitamos destacar es el hecho de que el carácter de este trabajo ha experimentado un
cambio considerable desde que el capitalismo hizo su primera aparición. Los trabajadores
improductivos de hoy no son los trabajadores improductivos de Adam Smith.
Hoy en día, la gran mayoría de los que se pagan con los ingresos son ellos mismos
asalariados y forman parte de la clase obrera. Cuando los restos feudales siguen, lo hacen en
una forma caricaturesca y subdesarrollada y tienden generalmente a ser ridiculizados por la
clase obrera, especialmente en períodos de crisis.
En el momento en que Marx comenzó a escribir sobre el tema del trabajo productivo e
improductivo en la temprana década de 1860, el triunfo del capital industrial en Gran Bretaña
había sido proclamado hacía mucho tiempo. El mayor número de trabajadores improductivos
eran empleados domésticos, más numerosos de hecho que los trabajadores productivos
empleados en la industria. Con los años, y especialmente durante el transcurso de este siglo la
proporción de empleados domésticos en la economía se ha reducido al mínimo. Junto con este
descenso se ha producido un aumento en el número de trabajadores improductivos empleados
directamente por el Estado, por ejemplo, en la administración pública y local, las profesiones
ideológicas, el aparato represivo y sanidad y bienestar (suponiendo, por supuesto, que el trabajo
de los trabajadores de la sanidad y la educación no se gasta en fuerza de trabajo productiva).
En el artículo "Inflation, the crisis and the postwar boom" (Revolutionary Communist 3 / 4)
los camaradas Bullock y Yaffe tratan la cambiante composición de la fuerza de trabajo y los
modelos actuales de empleo y no tenemos que continuar esta labor. Es suficiente con recordar
que el objetivo de Marx en el desarrollo de los conceptos de trabajo productivo e improductivo
no era dividir a los trabajadores. El caso es exactamente el opuesto. Con la ayuda de estos
conceptos Marx pudo analizar cómo el valor se expande en el proceso directo de producción y
cómo se distribuye en el proceso de reproducción. Esto, a su vez, permitió a Marx examinar la
sociedad burguesa en sus relaciones fundamentales y revelar a los trabajadores tanto
productivos como improductivos las verdaderas causas de las convulsiones a través de las que
tiene que pasar periódicamente la sociedad burguesa. Al penetrar en el secreto de la tasa
decreciente de ganancia la expresión más convincente de la naturaleza contradictoria del
sistema Marx fue capaz de proporcionar la base para la unidad de todos los trabajadores. En las
secciones restantes de este artículo consideraremos estos aspectos del análisis de Marx.
III
LA CONTRADICCIÓN DEL CAPITAL Y LOS CONCEPTOS DE
TRABAJO PRODUCTIVO E IMPRODUCTIVO
El carácter contradictorio de la sociedad capitalista asume muchas formas, con una
contradicción continuamente saliendo a la palestra cuando otra retrocede. El asunto, sin
embargo, no es describirlas, catalogarlas y organizarlas de acuerdo a la fantasía, sino mostrar
cómo estas mismas contradicciones se corresponden con la coherencia interna de la sociedad
burguesa. En lugar de exponer las contradicciones del capital como las muestran sus relaciones
intrínsecas, la economía política no haría más que agarrar tal o cual aspecto del problema,
analizarlo superficialmente y mantenerlo como un problema. Y porque su enfoque era
esencialmente ecléctico, porque fue incapaz de resolver el movimiento externo en el
movimiento intrínseco verdadero, siempre se las arreglaba para encontrar algún medio de
atemperar la naturaleza contradictoria del sistema.
Para Adam Smith, la contradicción del capital se encuentra en el mercado, en la lucha
competitiva entre las clases sobre la distribución del producto social. La acumulación de capital
crea su propia barrera mediante el fortalecimiento de la capacidad de negociación de los
trabajadores a expensas de los capitalistas, es decir, los trabajadores consumen demasiado
"sobre consumen". La producción de lujos, sin embargo, al ralentizar el ritmo de acumulación,
y por lo tanto la demanda de mano de obra, restaurará un sano equilibrio de fuerzas de clase, los
salarios se reducirán y los beneficios aumentarán. Por lo tanto, la contradicción se resuelve
como un "sobreconsumo" por parte de los trabajadores; ¿los medios para su solución? Elevar
el nivel de consumo improductivo con el fin de aliviar la presión del trabajo sobre el capital.
Para Malthus, el origen de la contradicción del capital también se encuentra en el mercado.
Los bajos salarios hacen posibles grandes ganancias, pero al mismo tiempo hacen imposible
obtener ganancias, ya que reducen la demanda de bienes. La contradicción ahora se falsifica en
una forma de "subconsumo" ¿los medios para su solución? El consumo improductivo.
Aunque Ricardo desarrolló un concepto de plusvalía relativa, y aunque se trasladó
provisionalmente y con vacilaciones hacia una comprensión del papel del ejército de
trabajadores de reserva, su análisis carece de ese ingrediente vital que habría abierto el camino
para una comprensión más profunda de la contradicción del capital... Ricardo no tenía
absolutamente ninguna idea de composición orgánica del capital, del capital como se manifiesta
en el proceso directo de producción como la diferencia entre capital constante y capital variable
real. Ricardo no pudo por lo tanto, "elaborar la tasa de ganancia desde la relación de este
elemento activo al elemento pasivo, y mostrar que disminuye a medida que avanza la sociedad".
[86]
Según Ricardo, la tasa de ganancia no está determinada por la relación de la plusvalía con la
inversión de capital total, sino por la relación de la plusvalía con el capital variable. En
consecuencia, sólo podía explicar la caída de beneficios como consecuencia de la disminución
de la plusvalía, y por lo tanto de la disminución del plustrabajo[87].
Pero si la masa de plusvalía de la sociedad está continuamente disminuyendo, ¿cómo
podemos explicar el aumento en el número de trabajadores improductivos que acompaña a la
acumulación de capital? [88] ¿Cómo, por otra parte, consideramos el hecho de que aquellos que
no viven directamente por su propio trabajo son cada vez más numerosas también? [89] De
hecho, lo que Ricardo se olvidó convenientemente de destacar es "el número cada vez mayor de
las clases medias, que se interponen entre el trabajador, por un lado y el capitalista y el
terrateniente, por otro". [90]
De lo que Ricardo convenientemente no se dio cuenta fue de que los trabajadores productivos
no son menos explotados porque haya tanto consumo improductivo, sino por el contrario, hay
mucho consumo improductivo, porque los trabajadores productivos son más explotados. [91] El
aumento en el número de personas que viven de los ingresos por lo tanto, permite afirmar la
mentira de que la tasa de ganancia cae según avanza la sociedad burguesa, debido a una
disminución en la tasa de explotación. Incluso los economistas que fueron incapaces de criticar
la economía política desde el punto de vista del materialismo histórico, pero que sin embargo se
habían ganado un lugar al lado de la clase trabajadora, tenían suficiente inteligencia "para
enfatizar el hecho de que el número proporcional de los que viven de los beneficios ha
aumentado con el desarrollo del capital." [92]
Sin embargo, la circunstancia que permite que el ámbito de consumo improductivo se
extienda conduce a una disminución en la tasa de ganancia. No hay nada más natural para los
ricardianos, por lo tanto, que asociar el consumo improductivo con los beneficios decrecientes,
siempre y cuando, por supuesto, no tengan en cuenta lo que es común a ambos la creciente
productividad del trabajo y el aumento de la composición orgánica del capital.
Marx se opuso firmemente a la teoría ricardiana de que la tasa de ganancia disminuye a causa
de una disminución en la tasa de explotación. Precisamente el caso es el contrario. La tasa de
ganancia cae, aunque la tasa de plusvalía sube porque la proporción de capital variable al capital
constante disminuye con el desarrollo de la fuerza productiva del trabajo. La tasa de ganancia
cae por lo tanto, no porque el trabajo se vuelve menos productivo, sino porque se vuelve más
productivo. No porque el trabajador es menos explotado, sino porque es más explotado, si el
excedente absoluto de tiempo crece o, cuando el Estado impide esto, el excedente relativo de
tiempo crece, la producción capitalista es inseparable de la caída del valor relativo del trabajo".
[93] Sostener lo contrario equivale a decir que el capitalismo no ha aprendido todavía a ponerse
en pie por sus propios medios (sobre la espalda del proletariado), una muy buena posición, para
los ricardianos, especialmente en un momento en que la sociedad burguesa estaba pasando
rápidamente a la edad avanzada. Para los de Ricardo, la sociedad burguesa siempre estaría en la
necesidad de una revolución burguesa.
Las barreras que se enfrentan al capital en el momento de los fisiócratas eran muy diferentes
a las que se encuentran en su fase madura y desarrollada. Ya en 1862, Marx podía escribir;
"Aunque la burguesía era originalmente muy ahorrativa, con el crecimiento de la
productividad del capital, es decir, de los obreros, imita los sistemas de retención de los señores
feudales". [94]
Los representantes del capitalismo contemporáneo prueban que Marx está en lo cierto, ya que
se dedican a imitar a los economistas clásicos, a quienes antes habían criticado y combatido.
Frente a la crisis más grande de la historia, la burguesía parece decidida a volver a ese campo de
batalla plagado de musgos en el que la economía política estuvo una vez. A medida que suena
de nuevo la trompeta contra el trabajador improductivo, los días del gran compromiso están
llegando rápidamente a su fin.
Antes de abordar la cuestión de la crisis actual, debemos preguntarnos cómo es concebible
que esta excrecencia parasitaria del trabajo de los demás la burguesía pudiera tener la osadía
de levantar una voz en contra del trabajador improductivo. Una mirada a la literatura sobre la
izquierda inglesa desde el Partido Comunista (que es un término equivocado) a la Internacional
Socialista (un nombre poco apropiado en ambos términos) proporcionará la respuesta.
Mediante la supresión tanto de la ley del valor como de la tendencia de la tasa de ganancia a
disminuir, y al hacer por completo caso omiso a la distinción entre trabajo productivo e
improductivo, han dejado el campo abierto a la burguesía y sus portavoces ideológicos, los
Wedgwood Benns y los Keith Josephs.
IV
COMO LOS MARXISTAS CREATIVOS DEFORMAN A MARX
(i) Adiós a las armas
El primer ataque frontal desde la izquierda después de la guerra vino de la Internacional
Socialista. El análisis Marxiano de la sociedad burguesa, nos enteramos, ya no es apto para el
propósito para el cual se concibió, al menos no en términos de las realidades actuales. Su
relevancia se limita al siglo 19, cuando el consumo improductivo especialmente en forma de
gasto en armamento era de menor importancia.
Pero si un filósofo nacido en el siglo 19 no es lo suficientemente bueno para los socialistas
internacionales, parece que un cura nacido en el 18 sí lo es. En las revistas de la IS Thomas
Robert Malthus se actualiza, refina y elabora en las filas de la militancia sindical a la que la IS
siempre ha supeditado su política. El origen fundamental de las contradicciones del capital ya
no se encuentra en el proceso real de producción capitalista, sino en la lucha competitiva entre
las grandes compañías multinacionales, que "lleva a que se produzcan mayor cantidad de bienes
que los que los salarios de los trabajadores pueden comprar". [95]
Como marxistas consideran que corresponde a ellos mismos hacer frente a los análisis de
Marx de la tasa decreciente de ganancia en un estilo "crítico", y el hombre para este trabajo es
Kidron. [96]
Para empezar Kifron hace saber que él no tiene un conflicto básico con la ley Marxiana de la
tasa decreciente de ganancia, siempre y cuando aceptemos que sólo es aplicable a la producción
de "bienes de inversión" (departamento I) y "bienes salario" (el llamado departamento II). El
problema con el "modelo" de Marx es que representa "un sistema cerrado" que no tiene en
cuenta la producción de bienes de lujo (el llamado departamento III). [97]
¿Por qué Marx "elige ignorar" la producción de artículos de lujo? Bueno, él estaba, después
de todo, "afilando un sistema desde la roca bruta, y estos (los lujos) no estaban ni aquí ni allá,
en la práctica a la vez. Más tarde teóricos no marxistas dentro de la tradición clásica, forzaron
(¡sic!) a perfeccionar el modelo y escribiendo también en una época más próspera, sondearon
más profundamente en este improductivo 'departamento III'. Von Bortkiewicz mostró, en un
artículo publicado en 1907, que la (composición orgánica del capital) en la producción de
bienes de lujo... no toma parte en la determinación de la tasa de ganancia". [98]
Al aumentar el tamaño y el alcance de la producción de lujo la tendencia de la tasa de
ganancia puede ser detenida o incluso revertida. [99] El capital por fin escapa a su propia
contradicción inmanente.
Por desgracia, Marx había cincelado en su "roca bruta" en vano. Si hubiera vivido al menos
una década más, habría descubierto que lo que para él era la ley más importante que rige la
sociedad burguesa había muerto de muerte natural, para ser reemplazada por nuevas leyes
adecuadas a una época más rica. Pero echemos una mirada más cercana a la naturaleza de esta
"improductiva" industria de lujo y a cuanto Marx "eligió" ignorarla.
De acuerdo con Kidron, los lujos ocupan un lugar "improductivo" en el sistema, porque su
papel es "puramente pasivo". [100] No se ha dado cuenta al parecer de que todas las
mercancías, con la única excepción de la fuerza de trabajo juegan un papel "pasivo". Pero esto
es accesorio; la pregunta que el propio Kidron debe abordar primero es si el productor de lujos
es productivo o no. Si lo hubiera hecho se habría puesto de manifiesto que el productor de lujo,
no sólo reproduce el valor de su propia fuerza de trabajo, sino que al mismo tiempo produce una
plusvalía, un valor no existente con anterioridad y no pagado por el capitalista. Por lo tanto,
sigue siendo un misterio cómo un valor adicional puede ser producido y aún así no jugar ningún
papel en la determinación de la tasa media de ganancia.
Es precisamente porque el productor de lujos es un trabajador productivo que Marx considera
la producción de lujo en todas y cada una de las etapas del análisis de la producción capitalista.
(1) Al analizar la producción de plusvalía en el Volumen II de El Capital Marx se ocupa
específicamente de la producción de lujos. [101]
(2) Cuando analiza cómo se reproduce el capital social se ocupa de la producción de lujos,
tanto es así que si queremos mirar encontramos un capítulo titulado: "Intercambio en el
Departamento II. Necesidades de la vida y artículos de lujo". [102]
(3) Al analizar la transformación de los precios simples en precios de producción, de nuevo
se ocupa de la producción de lujo, asegurando que una de las cinco ramas de la producción está
dedicada a los lujos. [103]
(4) Y, por último, al analizar la ley de la tendencia de la tasa de ganancia a descender Marx
trata la producción de lujos, no olvidemos, como hicieron algunos de sus contemporáneos, que
los lujos entran en la determinación de la tasa media de ganancia. [104]
No es Marx quien ignoró la producción de lujo, sino Kidron quien se imagina que puede
permitirse el lujo de ignorar a Marx. Pero la ignorancia pronto degenera en falsificación cuando
llegamos a la manipulación de Kidron del esquema de reproducción de Marx.
Kidron en realidad nos quiere hacer creer que el esquema de reproducción de Marx
representa "un sistema cerrado en el que todas las salidas refluyen de nuevo como insumos en la
forma de bienes de inversión o de bienessalario. No hay fugas". [105] O Kidron no se ha
molestado en leer El Capital o está tratando de engañarnos. Incluso si optamos por "ignorar" el
tratamiento de Marx de los bienes de lujo, la reproducción simple todavía necesitaría un
consumo improductivo. Si tenemos en cuenta la presentación de Marx de la reproducción
simple desde la perspectiva del departamento I (medios de producción) y el departamento IIa
(medios de subsistencia tanto de los trabajadores como de los capitalistas [106]), llegamos a la
siguiente: [107]
Tabla I
capital capital
departamento plusvalía valor total
constante variable
Se desprende de lo anterior que Marx basa su estudio de la reproducción simple en el
supuesto de que "todo el plusvalor entra en el consumo individual del capitalista" [108] , es
decir, que 'toda la plusvalía es consumida improductivamente..." [109]
¿Cómo puede entonces Kidron informarnos de que Marx no incluye el consumo
improductivo en el tratamiento del proceso de reproducción, que sólo incluye "bienes salario" y
"bienes de inversión"? La respuesta es simple. Es evidente en lo anterior que, aunque el plus
producto del Departamento IIa no entra en la producción de otras mercancías, su valor entra en
la determinación de la tasa media de ganancia. Un cálculo aritmético sencillo y breve revela que
la tasa media de ganancia en ambos Departamentos I y IIa es del 12%. Para Kidron, sin
embargo, la tasa de ganancia debe ser igual a 0%, ya que los productos excedentes de los dos
departamentos se consumen improductivamente. Es un resultado magnífico.
Pero para no ser disuadido por la simple lógica Kidron sigue presionando. Siguiendo a Von
Bortkiewicz/Sweezy divide la economía en tres sectores Departamento I (medios de
producción), Departamento II ("bienes salario") y Departamento III ("bienes de lujo"). Esto nos
da el absurdo siguiente: [110]
Tabla II
departamento capital constante capital variable plusvalía valor total
I 200 + 100 + 100 = 400
II 100 + 50 + 50 = 200
III 100 + 50 + 50 = 200
TOTAL 400 + 200 + 200 = 800
Parecería de lo anterior que todo el plusproducto del Departamento II es consumido por los
trabajadores del Departamento III, sin dejar plusproducto, es decir subsistencia, para los
capitalistas. Una época muy opulenta esta todos los lujos y ninguna subsistencia.
El esquema de reproducción en El Capital de Marx es muy diferente del utilizado por
Kidron. En la presentación de Marx tenemos, además del Departamento I y IIa, el
Departamento IIb, la producción de artículos de lujo. Esto nos da lo siguiente: [111]
Tabla III
(Los elementos entre corchetes se distribuyen y se consumen sólo en sus propios
departamentos y subdepartamentos.)
Dos cosas aparecen aquí, que están convenientemente pasadas por alto en la presentación de
Von Bortkiewicz / Sweezy que usa Kidron. En primer lugar, aunque los trabajadores en el
Departamento IIa producen un excedente de productos por encima de lo necesario para
mantener a los trabajadores en el Departamento IIb, el resto de excedentes de productos es
consumido improductivamente por los capitalistas de IIa. En segundo lugar, aunque los
trabajadores en el Departamento IIb producen bienes en una forma que no pueden, o no vuelven
a entrar en el ciclo de reproducción, claramente producen una plusvalía no existente
previamente.
Ahora podemos discernir la confusión que Kidron y otros crean, sumergiendo la distinción
entre los departamentos IIa y IIb en la que hay entre el departamentos II y el departamento III,
constituyendo este último la llamada 'fuga' por la que el capital encuentra la liberación
definitiva de su contradicción interna. Si Kidron se hubiera ocupado de la reproducción del
capital social total en términos de los departamentos IIa y IIb, entonces el propio departamento
IIa se habría presentado claramente entrando en la determinación de la tasa media de ganancia,
a pesar del hecho de que una parte del producto excedente no entra en la producción de otras
mercancías. Podemos concluir, por tanto, que la verdadera 'fuga' no existe en el Departamento
III, sino en la propia marca de marxismo de Kidron.
Ahora llegamos a la segunda etapa de su argumento, y aquí se nos dice que si queremos
entender por qué el Departamento III no influye en la determinación de la tasa media de
ganancia debemos volver a la «solución de Von Bortkiewicz al problema de la
transformación... encontrada en Sweezy... " [112]
Según Sweezy, el método de Marx de la transformación de los "valores" en los precios de
producción "es lógicamente insatisfactorio". La fuente del 'error' de Marx se encuentra en el
hecho de que "el capital constante y el capital variable utilizados en la producción se expresan
aún en términos de valor. Las salidas, por otro lado, se expresan en términos de precios. Ahora
es obvio que en un sistema en el que el cálculo de precios es universal tanto el capital utilizado
en la producción como el producto mismo deben ser expresados en términos de precios. El
problema es que Marx se quedó a mitad de camino en la transformación de los valores en
precios. Necesariamente no causa extrañeza que este procedimiento de lugar a resultados
contradictorios". [113]
Sweezy es digno de elogio por llamar nuestra atención sobre el hecho de que en condiciones
de producción capitalista el cálculo del precio es universal. Estas son palabras buenas y
verdaderas y seríamos muy felices si Sweezy las entendiera en lugar de decir en otro lugar cosas
que las contradicen. Es precisamente porque el valor como tal, sólo puede ser expresado en
dinero [114] que Marx se propuso resolver el problema de la transformación en términos de
precios. En el caso de que pudiera haber alguna duda, así es como Marx presentó las cinco
ramas de la producción el marco en el que se aborda el tema antes de que la transformación
se haya efectuado:
"Tenemos aquí, en las categorías I, II, III, IV y V (cinco diferentes esferas de la producción),
mercancías cuyos valores respectivos son de £ 1.000, £ 1.200, £ 1.300, £ 1.150 y 1.250
libras esterlinas. Estos son los precios en dinero a los que estos productos se cambiarían si
fueran intercambiados de acuerdo con sus valores[115].
¿Podría la materia haberse hecho más simple? Leyendo a Sweezy, al parecer no.
En ningún momento Marx transforma los valores, es decir, el trabajo abstracto general, en
precios, ya que habría sido irracional hacerlo. Lo que Marx transforma en precios de
producción son los precios a los que las mercancías se cambiarían si se intercambian de acuerdo
a la magnitud de sus valores. Una vez que se reconoce que los productos utilizados en las cinco
ramas de la producción de Marx se expresan en los precios antes y después de que la
transformación haya tenido lugar, se deduce lógicamente que los mismos precios totales
siempre expresarán los mismos valores totales.
Es Sweezy y no Marx el que se ha olvidado de que el cálculo de precios es universal, porque
es Sweezy y no Marx el que expresa los productos en términos de valor antes de encontrar su
propia solución al problema.
Si expresamos el llamado cálculo del valor en términos de precios de Sweezy que Sweezy
debería haber hecho en primer lugar esto nos da 875 unidades de oro. Entonces, ¿cómo
Sweezy llega a 1.000 unidades de oro después de la transformación haya tenido lugar? Está más
allá de toda lógica humana, escribe Marx, "cómo puede salir más valor de la producción que el
que entró en ella, porque algo no puede venir de la nada". [116] El mismo principio, hace notar
Marx, se aplica a la cantidad de dinero que circula en la economía, los capitalistas no pueden
sacar más dinero de la circulación que el que echan en ella. Y otra vez se vuelve al argumento
"nada viene de la nada". [117]De hecho, una vez que abandonamos la concepción materialista
fundamental, la ley del valor en sí no tiene absolutamente ningún significado científico y
podríamos del mismo modo descartar toda pretensión de un análisis científico. ¿Pero no es este
el resultado del análisis de Sweezy, Kidron y otros? ¿No muestran los resultados de sus
"soluciones" una fuente adicional de dinero que no tiene su origen en el gasto de tiempo de
trabajo adicional? ¿De dónde viene el oro adicional? ¿Brota del suelo como los fisiócratas
nos quieren hacer creer? ¿Surge de la esfera de la circulación como sostiene Malthus? ¿O
viene del empresario, ese raro tipo de persona relativamente en comparación con el obrero
asalariado promedio?
Y, sin embargo, después de todo esto, Sweezy puede afirmar que Marx nunca logró
"demostrar" la ley del valor de una manera "lógicamente convincente, aunque si hubiera vivido
para volver a escribir el Volumen III es muy posible que él hubiera dejado este tema en un
estado más satisfactorio". [118] En una cosa y solo en una sola cosa Sweezy y yo podemos estar
de acuerdo: si Marx viviera hoy sería un hombre muy viejo.
(ii) Adiós a Marx
Por extraño que pueda parecer la Internacional Socialista ha sido criticada no tanto por su
asalto a Marx como por no ir lo suficientemente lejos. Kidron, después de todo, trata a la ley de
la tendencia a caer de la tasa de ganancia como si tuviera alguna relevancia en una economía
moderna, aunque sólo sea en los sectores de bienes "salario" y de "inversión". Todo lo que
necesitamos hacer, por lo tanto, es mostrar que los trabajadores en el Departamento III son
productivos y su argumento se cae a pedazos.
Esto, evidentemente, preocupa a Purdy (del Partido Comunista Británico) porque arremete
contra Kidron por atreverse a relegar la ley de Marx a un solo segmento de la economía. Es
"inútil", afirma Purdy, para la IS demostrar que el Departamento III puede compensar de forma
permanente la tendencia a caer de la tasa de ganancia porque en ninguno de los Departamentos
la ley de Marx puede ser "empíricamente demostrada y teóricamente explicada". [ 119] La IS lo
habría hecho mejor mostrando que la "ley" de la tasa decreciente de ganancia no es una ley en
absoluto en ningún sentido aceptado de la palabra "ley". Con esta visión jurídica aguda Purdy
procede a adoptar una postura aparentemente crítica. Él escribe: "Privados de todo el apoyo
de la 'ley' de la tasa decreciente de ganancia la teoría de la economía de armamento se convierte
en realidad en otra especie de teoría de subconsumo". [120]
Pero la pregunta sigue siendo, si acabamos con la "ley" de la tasa decreciente de ganancia,
¿qué nos queda? ¿La formulación de Ricardo? ¿O la de Smith? Purdy, al parecer, se decanta por
Smith. La tasa de ganancia tiene una tendencia a la baja debido a la "creciente fuerza del
movimiento obrero organizado junto con la intensa competencia internacional, lo que debilita la
capacidad de cada clase capitalista nacional para resistir las demandas laborales". [121]
Privados de todo el apoyo de la "ley" de la tasa decreciente de ganancia la opinión sostenida
por el Partido Comunista de Gran Bretaña se convierte en realidad en otra especie de la teoría
sobreconsumista de Adam Smith.
Pero lo que es realmente preocupante acerca de la posición de la IS es que a pesar de su
vulgarización del marxismo todavía intenta derivar los "precios" de los "valores". Si vamos a
socavar Marx de una manera competente, el valor debe ser eliminado por completo. El hombre
para esta tarea es otro miembro del PC británico, Ian Steedman.
Para empezar Steedman repite las viejas tonterías de que los esfuerzos de Marx en apuntalar
la ley del valor en el Volumen III son "internamente incoherentes", ya que el problema se
presenta primero en 'términos de valor' y entonces sólo a medias resuelto en 'términos de
dinero'. [122] Momento en el que Steedman se calienta y lanza el siguiente reto:
"¿Por qué algunos economistas marxistas (por ejemplo, Yaffe y compañía) rehuyen el hecho
de que la "solución" de Marx es incoherente, mientras que las soluciones alternativas son
perfectamente lógicas, haciendo caso omiso de las críticas lógicas directas a la primera y
cerrando sus ojos ante el hecho de que no tienen ninguna crítica directa, lógica, para hacer a
éstas últimas?". [123]
Steedman, en su haber, da una buena respuesta. La gente, dice, tiene "miedo" a las soluciones
alternativas, ya que les "asusta" que si los precios totales pueden diferir de los valores totales
(en el nivel de abstracción del análisis Volumen III) "el camino está abierto a todo tipo de
teorías que atribuyen la existencia de los beneficios a los procesos de circulación,
"contribuciones" hechas por los capitalistas, etc." [124]
Steedman ha expuesto nuestro caso muy bien con la reserva menor de que no es que
"temamos" este resultado, sino que sabemos que una vez que la conexión intrínseca entre las
relaciones de valor y sus formas de mediación es eliminada, entonces los economistas vulgares
tienen una base sólida para su operaciones y los reformistas una base sólida para su política.
Pero ya que usted, Steedman, considera la solución de Von Bortkiewicz como internamente
consistente, [125] tal vez pueda explicar el origen del oro adicional que viene a la vida en su
sistema. No hay duda de que usted nos informará de que viene del "proceso de circulación" o
incluso de las "contribuciones" hechas por los capitalistas, etc. Y mientras que usted está en
ello, tal vez le gustaría explicar la presentación incomprensible de Von Bortkiewicz del
esquema de la reproducción de Marx, que todo el mundo parece estar adoptando tan
acríticamente estos días.
De hecho, Steedman, usted haría bien en considerar más detenidamente la cuestión entera de
la "lógica" antes de que nos informe de que sus esfuerzos "para convertir a los economistas no
marxistas son severamente lastrados, al tener que explicar la gran cantidad de tonterías que se
encuentran en la literatura marxista sobre esta cuestión (de la transformación)". [126] Pero no es
a la lógica a lo que usted viene a defender. La solución de Marx no tiene suficiente
"respetabilidad" [127] y no hay nada más doloroso para un marxista respetable que un Marx que
carece de respetabilidad.
Al final, incluso la solución de Von Bortkiewicz se vuelve insostenible, porque él también
deriva precios aunque imperfectamente de los valores. Si queremos seguir siendo "lógicos"
debemos hacer frente al hecho de que "los precios no pueden ser derivados del esquema de
valor ordinario..." [128]
Sin embargo, deseando no quedar totalmente dentro del campo de la economía vulgar que
se ocupa sólo de los precios Steedman se siente obligado a encontrar medios alternativos para
sustentar sus propios cálculos de precios. Y esto lo hace remontándose a los fisiócratas. No sólo
hay que construir una teoría de los precios en torno a un esquema de reproducción "física", sino
que estamos "obligados a hacerlo" [129]. Steedman entonces afirma que los marxistas no
pueden "desafíar" las conclusiones derivadas de su modelo porque el modelo no contiene
ningún "error lógico". [130] Esto es verdaderamente notable. ¡Evidentemente, hay lógica y
lógica! En primer lugar Steedman insiste en que un sistema de precios no se pueden derivar de
un sistema de valores, y luego nos proporciona un sistema físico en el que "el trabajo" se
presenta en unidades de tiempo de trabajo. Con el fin de superar las deficiencias en el
argumento de los fisiócratas, pasa de contrabando el trabajo general abstracto y espera que
enterrándolo entre un mar de productos en su forma concreta, pasará inadvertido en su forma
abstracta. ¿Qué demonios hace el tiempo de trabajo en su cuadro físico, Steedman?
Despojado de su sofisticación, el análisis de Steedman asciende a nada más que un
refinamiento tortuoso de la antigua presentación sraffiana del problema la producción de
"mercancías" por "mercancías" una expresión fetichista donde las haya.
Sraffa, vale la pena señalar, parte de considerar una economía de subsistencia desde la
perspectiva de la producción de sus valores de uso necesarios. Para empezar, cada año se
reproducen 400 qr. trigo y 20 toneladas de hierro. Entonces, de repente, y de una fuente
desconocida, aparece un "excedente". En lugar de 400 qr. de trigo esta afortunada comuna se
encuentra ahora con 575 qr. de trigo. El superávit (los 175 qr. de trigo) se define por Sraffa
como "ganancia" [131] ya que por alguna razón inexplicable, la comunidad de los productores
campesinos de repente se ha transformado en una sociedad burguesa, poblada por trabajadores y
capitalistas. Todo esto es como una mala obra con una corriente de nuevos actores haciendo
continuamente entradas inesperadas, abarrotando el escenario en vez de dar claridad a la
representación global.
¿Cuál es el origen de este "beneficio"? ¿Es el consumo, por parte del capitalista, de la fuerza
de trabajo del trabajador en el proceso directo de producción capitalista? No, en absoluto,
porque la fuerza de trabajo no figura en el esquema de la reproducción de Sraffa, donde
tenemos en cambio medios de subsistencia del trabajador el capital variable en su forma
pasiva. Al igual que Smith, Sraffa reduce el capital a los elementos materiales en los que se
presenta en el proceso de trabajo, es decir, los medios de producción y los medios de
subsistencia.
Era común incluso en tiempos de Marx para los economistas de uno u otro tipo abordar la
cuestión del origen de los beneficios desde la perspectiva del valor de uso. Cherbuliez, por
ejemplo, arranca correctamente al declarar que los beneficios son determinados por los valores.
"Entonces él se va volando de repente al producto en sí, a la cantidad total de los productos.
Pero la cantidad de productos puede aumentar sin aumentar su valor ... ¿Por qué Cherbuliez se
extravía por este camino falso? Porque, a pesar de su vaga idea de que la composición orgánica
del capital es decisiva para la tasa de ganancia, no utiliza de ninguna manera la contradicción
entre capital variable y la otra parte del capital con el fin de explicar la plusvalía que, como
valor en sí, no explica en absoluto. Él no ha demostrado cómo aparece la plusvalía y por lo
tanto recurre al producto excedente, es decir, al valor de uso".
A pesar de que toda la plusvalía toma la forma de producto excedente, el producto excedente
como tal no representa la plusvalía...
"De por sí ya era un error por parte de Cherbuliez representar el capital variable en la forma
"pasiva" y puramente material de los medios de subsistencia, es decir, como valor de uso, una
forma que obtiene en las manos de los trabajadores. [132]
Marx se opuso totalmente a todos los análisis que toman el valor de uso como punto de
partida en lugar del valor. Al no considerar en primer lugar la forma histórica específica en que
el trabajo se presenta como trabajo social bajo condiciones de producción mercantil, el campo
está literalmente entregado a los economistas vulgares.
Como Marx advirtió:
"Puesto que la tierra es en sí misma productiva (de valor de uso) y es en sí una fuerza
productiva (de valor de uso o para la creación de valores de uso) viva, es posible o confundir
supersticiosamente el valor de uso con el valor de cambio, es decir, confundirlo con una forma
social específica del trabajo contenido en el producto... o una economía política "iluminada"
podría negar por completo que la renta es una forma de plusvalía, ya que no está conectada ni
con el trabajo ni con el capital, y declarar que no es más que un suplemento que el propietario
es capaz de cargar como resultado de su monopolio de la propiedad". [133]
Ni Sraffa ni Steedman desean defender a los terratenientes o justificar la renta. Tampoco es
que quieran defender a los capitalistas. Lo que sus obras proveen es lo que Marx llamó "una
justificación tecnológica" para la existencia del capital. [134] Al igual que los "socialistas
ingleses" de la época de Marx, les gustaría deshacerse de los capitalistas, pero al mismo tiempo
desean mantener el capital. [135] El capital mismo se reduce a algo puramente físico y la
diferencia entre capital variable real en oposición al constante se pierde por completo. Incluso
en la versión de Steedman del modelo sraffiano simplemente tenemos "trabajo acumulado" y
"trabajo inmediato", como se presentan en el proceso de producción. Se trata el proceso de
trabajo independientemente de su forma histórica específica y las relaciones sociales se vuelven
importantes sólo en la medida en que el plusproducto se va a distribuir o se va a luchar por él
entre las clases sociales. La barrera de la producción capitalista ya no es el capital mismo, sino
los capitalistas que disipan y asignan mal el producto excedente, que de otro modo podría ser
utilizado para la acumulación.
Dado que, por otra parte, el beneficio no es más que la parte delantera que el plusproducto
asume en las manos de los capitalistas, se deduce que la distinción establecida por Marx entre el
trabajo que produce y el trabajo que no produce plusvalía es irrelevante. Todo el trabajo, por
definición, es productivo, ya que todo el trabajo de una manera u otra está "ligado" al proceso
de trabajo a la que el plusproducto debe su existencia.
Como señala Marx:
"El hombre mismo es la base de su producción material, como de cualquier otra producción
que lleva a cabo. Todas las circunstancias, por lo tanto, que afectan al hombre, el sujeto de la
producción, modifica más o menos todas sus funciones y actividades, y por lo tanto también sus
funciones y actividades como creador de riqueza material, de mercancías. En este sentido, de
hecho, puede ser demostrado que todas las relaciones y funciones humanas, sin embargo y en
cualquier forma que puedan parecer, influyen en la producción material y tienen una influencia
más o menos decisiva en ella". [136]
Al confundir el valor de uso con el valor no es difícil demostrar que "es trabajo productivo
cuando alguien le quita los piojos de su (del capitalista) pelo, o le frota la cola, porque por
ejemplo esta última actividad hará que su cabezota blockhead esté más clara al día siguiente
en la oficina". [137] El trabajo específico concreto de frotar la cola del capitalista, en el
supuesto de que disipe la niebla de la mañana de la cabeza de los capitalistas, y asumiendo que
la mayor claridad de la visión resulta en la compra de un nuevo y mejor fertilizante, y
suponiendo que este abono permite a los trabajadores arrancar del suelo no 400, sino 575 qr. de
trigo, entonces acariciar la cola del capitalista se convierte en trabajo productivo.
Ahora podemos recitar con seguridad lo siguiente con Rossi:
"Estoy muy lejos de ver productores sólo en aquellos que pasan su vida haciendo tela de
algodón y zapatos. Yo honro al trabajo, sea el que sea... pero este respeto no debe ser privilegio
exclusivo del trabajador manual". [138]
Y así, siguiendo la investigación de Sraffa en el origen y la determinación de la ganancia del
capitalista no queda más que una tarea pendiente de llevar a cabo para nuestros "socialistas
ingleses", y consiste en lanzarse a un ataque directo a la distinción marxista entre trabajo
productivo e improductivo. Los hombres de este trabajo son Harrison y Gough.
(iii) Adiós a la razón
La cuestión del trabajo productivo e improductivo, finalmente llega a su límite en el
pensamiento de Harrison y Gough. Es tiempo, dicen, "de rechazar la simple dicotomía de Marx
(entre trabajo productivo e improductivo) y de utilizar términos que sean definidos con mayor
precisión". [139] En lugar de una "simple dicotomía" contamos con ninguna dicotomía en
absoluto. "Todo el trabajo", afirma Harrison, "realizado bajo el modo capitalista de producción
debe ser entendido como 'productivo'", [140] confirmando así la convicción de Marx de que
"todos los economistas 'improductivos', que no conducen a nada en su propia especialidad,
salen en contra de la distinción entre trabajo productivo y trabajo improductivo". [141]
Gough, también, nos suplica "abandonar el criterio de Marx del trabajo improductivo", en
particular el criterio que desarrolló al analizar el capital comercial.
"Los trabajadores comerciales y aliados son, al igual que los trabajadores involucrados en la
producción, empleados por el capital, realizan trabajo no remunerado, y son "cualitativamente
explotados", es decir que trabajan bajo el control directo del capitalista en el proceso de
trabajo". [142]
Lo que Gough apenas percibe es que el proceso de trabajo no tiene absolutamente nada que
ver con el intercambio comercial entre el trabajo y el capital, o ¿es que nos quiere hacer creer
que la naturaleza también es un comerciante? El intercambio que tiene lugar entre el trabajador
comercial y el capitalista es un intercambio formal que queda fuera de los límites de la
producción. En ningún caso se debe confundir este intercambio con el "intercambio" que se
lleva a cabo entre el trabajador y el capitalista en el proceso directo de producción. Como señala
Marx:
«Las condiciones de explotación directa (esfera de la producción) y las de su realización
(esfera de la circulación) no son idénticas. Ellas difieren no sólo en el lugar y tiempo, sino
también lógicamente". [143]
Pero la lógica nunca fue el fuerte de nuestros "socialistas ingleses". En términos de su
análisis no puede tener lugar ni la producción ni la realización de la plusvalía.
Si los trabajadores del comercio producen plusvalor, ¿quién lo realiza? Con la excepción del
trabajo dedicado a la producción del dineromaterial, el trabajo que produce plusvalor no puede,
simultáneamente, participar en su realización. Pero sin realización, ho hay beneficios y sin
beneficios, no hay capital. Así que si todo el trabajo empleado en el modo capitalista es
productivo, entonces no puede existir ningún modo capitalista. Lo que Harrison y Gough no han
podido entender es que la naturaleza misma del capital requiere trabajo improductivo que se
intercambie directamente contra el capital. Es decir, "el proceso de la reproducción en sí incluye
las funciones no productivas". [144]
Si Harrison y Gough admitieran que algunos trabajadores participan en la realización de la
plusvalía, entonces también habría que reconocer que estos trabajadores no podrían desempeñar
ningún papel en su producción. La plusvalía sólo puede realizarse después de que se ha
producido. Harrison y Gough se han derrotado a sí mismos.
Cuando Marx define a los trabajadores comerciales como improductivos no se debe a una
aversión por las actividades comerciales y, ciertamente, no porque él deseara disminuir su
estatus dentro de las filas de la clase obrera. No, en absoluto, como él escribió: "No es una
cuestión... de definiciones que las cosas tienen que cumplir al ser hechas. Estamos tratando...
con funciones concretas que deben expresarse en categorías concretas". [145]
Al confundir la producción de la plusvalía con su realización, Harrison y Gough dan paso a la
concepción vulgarizada de la ganancia, de acuerdo con la que el capitalista obtiene ganancia
con la venta de sus mercancías por encima de su valor. El capitalista, después de todo, considera
que su beneficio se materializa con la venta de sus bienes: si no se venden no hay beneficio.
Nada es más natural para el capitalista, por lo tanto, que la conclusión de que la realización de
la ganancia y la creación de la ganancia son idénticos. Esta ilusión se ve reforzada por el hecho,
tan claramente evidente para todos los capitalistas, de que la venta de sus bienes depende de la
negociación hábil, el conocimiento profundo, y un millar de oportunidades de mercado
favorables que hay que saber aprovechar. [146]
La posición de Harrison y Gough se vuelve totalmente incomprensible al abordar la cuestión
del trabajo doméstico. En primer lugar Harrison [147] nos informa que dado que el trabajo
doméstico crea valor (produce la mercancía fuerza de trabajo) y dado que, por otra parte, el
capitalista no paga por este trabajo, es capaz de adquirir la fuerza de trabajo a un precio inferior
su valor. De este modo, el capitalista obtiene más plusvalía. Entonces Harrison, junto con
Gough, [148] nos informan que si el trabajo doméstico crea valor no viene al caso. Lo
importante, dicen, es que el capitalista obtiene la fuerza de trabajo a precios inferiores a los que
prevalecerían si a las mujeres se les pagara por su trabajo doméstico. En cualquier caso el
capital se "beneficia" ya que el trabajo doméstico se transfiere al "sector" capitalista en forma
de plusvalía.
Cómo demonios el trabajo no creador de valor puede aparecer como plusvalía sigue siendo
un completo misterio. Es evidente que tal hazaña admirable de la alquimia es un secreto que
tienen muy bien guardado.
Si el trabajo doméstico es productivo de plusvalor ¿cómo es que el trabajador doméstico no
intercambia su fuerza de trabajo contra el capital, incluso en el nivel formal? El trabajo
doméstico, se nos dice por Harrison y Gough, se lleva a cabo en un modo nocapitalista de
producción. De esto podemos concluir que el trabajo doméstico no es esencial para el capital y
que toda la cuestión se resuelve en que "modo de producción" es el más eficiente para
proporcionar a los capitalistas el máximo de plusvalía. La "especificidad" de la opresión de la
sección femenina del proletariado se pierde así por completo de hecho, se trivializa y el
carácter distintivo del esfuerzo de las mujeres está muy relegado a algo que está fuera del modo
capitalista, y no en su corazón.
El trabajo doméstico de la sección femenina del proletariado es una forma específica de
trabajo concreto, que es absolutamente esencial para la reproducción del capital, pero que no
puede asumir la forma de trabajo abstracto. Esta es la característica específica de la opresión
femenina en la sociedad burguesa. El asunto no es que la sección femenina del proletariado
lleve a cabo el trabajo en un modo no capitalista. Está en la naturaleza del capital que parte del
trabajo de las mujeres se otorgue a la sociedad capitalista, y por lo tanto al capitalista, gratis. El
capitalista no paga por su trabajo, ella paga in persona.
Si hemos de prestar atención a los análisis de Harrison y Gough debemos abandonar la
distinción entre trabajo concreto y abstracto, capital productivo y capital de circulación, las
condiciones de la explotación directa y las de su realización. De hecho, hay que abandonar nada
menos que el concepto de Marx del capital mismo. ¿Y qué nos queda? El trabajo, que es
productivo porque "beneficia" al capital.
"La burguesía educada y su portavoz son tan estúpidos que miden el efecto de todas las
actividades por su efecto sobre el bolsillo". [149]
Pero hay método en la estupidez de nuestros modernos "marxistas". considerando todo el
trabajo asalariado en la sociedad capitalista como productivo ya sean empleados en la esfera
de la circulación o por el Estado Harrison es capaz de demostrar que "todo el fondo salarial es
capital variable". [150] Por este truco se puede explicar la disminución de la tasa de ganancia
por el aumento del capital variable en relación con el constante, y por lo tanto por una
disminución en la tasa de explotación.
Lo que aparece en Harrison como mera afirmación toma la forma de una verdad absoluta en
Gough. Gracias a la distorsión de Gough del esquema de reproducción de Marx es imposible
para el trabajo asalariado improductivo existir en la sociedad capitalista.
Al igual que Kidron, Gough nos presenta un esquema de la reproducción compuesto de tres
departamentos, produciendo, respectivamente, medios de producción, bienessalario y bienes de
lujo. [151] Pero los trabajadores improductivos, si van a existir, sacan su subsistencia del
Departamento II. Esto significa que una parte del excedente de las industrias de "bienes
salario", aunque consumido improductivamente, debe entrar en la tasa media de ganancia.
Según Gough, sin embargo, sólo aquellos productos que vuelvan a entrar en el ciclo de
producción pueden desempeñar un papel en la determinación de la tasa media de ganancia, de la
que no podemos más que concluir que todos los "bienes salario" son consumidos
productivamente. Pero ya que todos los trabajadores consumen "bienes salario", y dado que, por
otra parte, ningún bien salario puede ser consumido improductivamente, todos los trabajadores,
por definición, son por lo tanto productivos. Los que no producen ni medios de subsistencia ni
medios de producción se sitúan en el Departamento III, donde consumir 'productivamente' el
plusproducto del Departamento II. Incluso la policía son trabajadores productivos, ya que
también caen dentro de "Departamento III". [152] Sus salarios, como los de los trabajadores en
los departamentos I y II, son una parte del total de capital variable de la sociedad, y el "valor"
de su trabajo se distribuye sobre el producto total de la sociedad.
Este tipo de tonterías sirve muy bien al propósito de Gough, porque ahora se puede
demostrar, junto con Harrison, Purdy, Steedman y Devine, que la relación de fuerzas ha
cambiado en favor de la clase obrera, y que la tasa de ganancia ha caído, no porque la tasa de
explotación ha aumentado, como sostienen los marxistas, sino porque ha disminuido. [153]
(iv) El hilo conductor
El abismo que separa a Kidron de Gough es puramente formal, por mucho que éste se haya
distanciado de la visión "subconsumista" del primero. [154] Sin duda, Kidron ha definido como
improductivo al productor de bienes de lujo del llamado departamento III, sólo para avanzar en
la idea absurda de una economía de armamento "permanente". Gough, por el contrario, ha
definido al productor de bienes de lujo como productivo, solo para introducir de contrabando a
su lado al trabajador improductivo. El resultado de sus distorsiones respectivas les ha permitido,
a cada uno en su estilo propio e inimitable, a borrar de los análisis la ley de la tendencia a caer
de la tasa de ganancia y para sustituir el concepto de Marx de capital por las visiones difuntas
de Robert Thomas Malthus y Adam Smith.
Para Kidron y Gough la contradicción del capital se encuentra en la incapacidad del
capitalista para vender o producir suficiente excedente que pueda ser utilizado para la
acumulación. En el primer caso, debido a que los bajos salarios impiden a los trabajadores
comprar de nuevo al capitalista el producto de su propio trabajo, en el otro, debido a que los
altos salarios permiten a los trabajadores consumir una parte demasiado grande de la misma. En
ambos casos no tenemos que ir más allá de la lucha competitiva entre los capitalistas y los
trabajadores sobre la compra y venta de fuerza de trabajo, a fin de comprender la naturaleza
contradictoria de la producción capitalista. Las posiciones infra y sobreconsumista ocupadas
respectivamente por Kidron y Gough tienen como denominador común la misma cuenta
distorsionada del esquema de la reproducción de Marx.
Por más que diverjan los puntos de vista de nuestros modernos "marxistas", y con
independencia de las formas en que estas opiniones se expresen, todos ellos comparten un
disgusto universal por la ley de Marx de la tasa decreciente de ganancia. Los extremos a los que
han ido para "refutar" esta ley son notables, y, posiblemente, sin paralelo en los anales del
revisionismo. ¿Y cuál es el resultado? Cada paso en el análisis de Marx, literalmente, casi todas
las categorías, cada idea, ha sido destrozado sin remedio hasta que nos quedamos con nada más
que un reflejo absurdo de todo lo que está podrido en la economía política clásica.
Cuando se dirigen a los productores de bienes de lujo es, o para usarlos en contra de Marx o
para repetir con regularidad tediosa ese lugar común de los clásicos, que si una parte excesiva
de recursos de la sociedad se gastaran en la producción de artículos de lujo todos deberíamos
"morir de hambre". [155] ¿Y esto es lo máximo que pueden ofrecer por medio de un análisis de
la producción de lujo? ¡Qué patético!
Es hora de que tomemos el significado real de la producción de lujo en la sociedad
capitalista.
EL DEPARTAMENTO IIb Y LA CRISIS DEL CAPITALISMO
(i) La necesidad del Departamento IIb y su lugar en el esquema de la reproducción de
Marx
Marx no incluyó la producción de lujo en su esquema de la reproducción por amor a un
ejercicio académico. El proceso de acumulación, como él bien sabía, que continuamente crea
nuevos deseos y nuevas formas de satisfacerlas, incluso si estas necesidades llevan solo el sello
de la respetabilidad burguesa. El departamento IIb expresa el carácter dinámico de la
producción capitalista, ya que constituye el caldo de cultivo en el que los lujos de hoy maduran
en las necesidades socialmente determinadas del mañana. Prácticamente todos los artículos de
consumo producidos en masa que han hecho su aparición en el curso de este siglo estaban en un
momento u otro confinados casi exclusivamente a la esfera de la producción de lujo. La tarea de
elevar la productividad en estos sectores, llevada en gran parte por la necesidad de bifurcarse
hacia el mundo de los Departamentos I y IIa, cuenta una historia horrible de sí misma. Hoy en
día apenas hay una gran empresa industrial cuyos productos no abarquen los distintos
departamentos de la reproducción social.
Ahora bien, en ningún momento Marx, en su presentación de la reproducción ampliada,
aborda la cuestión de si la acumulación se estancaría bajo la presión de las industrias de lujo. El
objetivo de Marx en esta etapa del análisis no era dar cuenta del proceso de acumulación, sino
analizar el marco en el que la acumulación puede tener lugar. Todo lo que necesitamos asumir
en este nivel particular de abstracción es que la relación entre los departamentos de la
reproducción social sigue siendo "cualitativamente determinante en toda la distribución del
producto total anual". [156] El departamento IIb existe junto al departamento IIa y crece con él.
Si queremos considerar el impacto que tiene el departamento IIb en la tasa de reproducción,
de hecho, si hemos de considerar la acumulación en absoluto, primero debemos tener un
entendimiento claro de cómo se forma la tasa general de ganancia y por qué esta tasa tiende a
caer, algo que hace Marx en el tomo III. [157] Por lo tanto, carece de sentido que Harrison y
otros repitan como un loro el tópico fisiocrática de que una "excesiva" producción de lujo
tendrá un efecto adverso sobre la tasa de acumulación, precisamente porque niegan que el
departamento IIb tenga la más mínima relación con la tasa de ganancia. No es sólo un
sinsentido, sino que sirve a los fines reaccionarios, ya que los capitalistas, ante la disminución
de los beneficios, utilizarán todas las excusas imaginables para aumentar el desempleo con el
fin de reducir los salarios por debajo del valor de la fuerza de trabajo. A tal fin, se exige una
reducción en la cantidad de "producción de lujo" con el pretexto de ofrecer a "nuestra"
economía los fondos suficientes para mantener una posición sana entre las naciones del mundo.
Mientras tanto, miles de trabajadores se quedan sin trabajo, los salarios caen, aumentan los
beneficios, revive el proceso de acumulación, y con él el departamento IIb. [158]
Por aferrarse al dogma de que las condiciones de producción en el Departamento IIb no
entran en la determinación de la tasa media de ganancia, a Harrison y compañía no les queda
otra alternativa que concluir que la extensión de la producción de lujo depende en última
instancia de las decisiones de la clase capitalista, en lugar de las leyes inmanentes que afectan a
tales decisiones. No se dan cuenta de que sólo considerando los efectos negativos que tiene el
departamento de IIb en la tasa de ganancia podemos determinar el grado en que "demasiado"
capitaldinero ha sido desviado a la producción de lujos.
(ii) La ley de la tasa decreciente de ganancia y el impacto del departamento IIb
El objetivo de la producción capitalista es la obtención de una cantidad de plusvalía tan
grande como sea posible con una determinada cantidad de riqueza. Este objetivo se logra al
poner en marcha el mayor capital constante posible con el mínimo capital variable posible. Sin
embargo, la acumulación por su parte no está directamente determinada por la tasa de plusvalía,
sino por la relación de la plusvalía con la inversión total de capital, es decir, la tasa de ganancia.
La misma causa, entonces, que produce un aumento de la masa de plusvalía también conduce a
una disminución en la tasa de ganancia. [159]
Tenemos aquí un tipo especial de "insuficiencia" que es peculiar al modo capitalista de
producción. Pero no es el departamento IIb la causa de esta insuficiencia. Más bien es la
relación de producción capitalista que exige que el valor de los crecientes plusproductos de la
sociedad se mida no sólo contra el valor del trabajo vivo que es la única fuente de plusvalía ,
sino con el valor del trabajo muerto que el vivo pone en movimiento. El departamento IIb lleva
esta forma particular de insuficiencia a su extremo.
Entre las tendencias compensatorias más importantes que podrían contrarestar la caída de los
beneficios están la disminución en el valor de la fuerza de trabajo y el abaratamiento de los
elementos del capital constante. Dejando a un lado por el momento la cuestión de la lucha
competitiva entre los capitalistas y los trabajadores [160] la importancia crucial del
departamento IIb radica en el hecho de que impide que estas tendencias compensatorias frenen
la tendencia de la tasa de ganancia a caer.
Ya hemos demostrado que todos los productos que contienen plusvalía entran en la
determinación de la tasa media de ganancia, independientemente de si estas mercancías entran o
no en la producción de otras mercancías. También hemos demostrado que desde el punto de
vista de la acumulación de capital el departamento IIb es necesario y que sin él el capital pierde
su carácter dinámico. La contradicción particular que surge aquí es que el capital, que se nutre
de la plusvalía relativa, plantea como necesario lo que desde el punto de vista de la clase obrera
está de más. Incluso si el lujo es una categoría históricamente transitoria, en un momento dado
su relación con la necesidad es la antítesis. Esta antítesis se deriva de la naturaleza del propio
capital. [161]
Puesto que los productos del sector IIb no entran en el consumo de la clase obrera, no juegan
ningún papel en la determinación del valor de la fuerza de trabajo. Un aumento de la
composición orgánica del capital en las industrias de lujo por lo tanto, acelerará en vez de
mantener a raya la tendencia de la tasa de ganancia a caer. [162] En efecto, para Marx, una de
las razones por las que un aumento general en la tasa de explotación nunca 'compensará
totalmente" la tendencia a la disminución de los beneficios es que el desarrollo de la fuerza
productiva del trabajo en el departamento IIb al tiempo que contribuye al crecimiento de la
composición orgánica del capital deja el valor de la fuerza de trabajo sin ser molestada. [163]
Lejos de ignorar la producción de lujo, Marx demostró que tiene el efecto diametralmente
opuesto al avanzado por George Ramsey y sus seguidores modernos. Pero como decía Marx en
más de una ocasión: "Que las cosas en su apariencia a menudo se presentan en forma invertida
es bastante conocido en toda ciencia, excepto en la economía política". [164]
La acumulación de capital dentro de IIb no impide que la masa total de plusvalía de la
sociedad se eleve. Por el contrario, el Departamento IIb nace, se desarrolla más y se expande,
no porque el fondo social disminuya, sino debido a que crece. Lo que impide es que la masa
creciente de plusvalía se eleve lo suficiente como para compensar la tendencia de la tasa de
ganancia a caer, una tendencia que se origina en el proceso directo de producción capitalista en
la que trabajo muerto y vivo se encuentran cara a cara.
Así que cuando argumentamos que hay "demasiada" producción de lujos lo hacemos en el
contexto de la formación de la tasa general de ganancia y la tendencia de esta tasa a caer, es
decir, lo hacemos desde el punto de vista del carácter específico de un modo de producción
social. Al considerar el papel del departamento IIb sólo en términos de su efecto sobre la masa
de plusvalía, Harrison, Blake, Gough y otros permanecen prisioneros dentro de los límites de la
economía política.
Pero si el departamento IIb es la espina en el costado de la acumulación de capital, el capital,
a su vez, le paga al productor de lujos en su misma moneda. Cuando las leyes inmanentes de la
producción capitalista finalmente comienzan a pasar factura, es el mayor productor de lujos el
primero en ir al paredón. Como señaló Marx:
"Toda crisis a la vez disminuye el consumo de lujo. Aminora, retrasa la reconversión de (IIb)
V en capital dinerario, permitiendola sólo en parte y poniendo así en la calle a un cierto número
de los obreros que trabajan en la producción de artículos de lujo, mientras que por otro lado
bloquea así la venta de necesidades de consumo y la reduce. Y esto sin mencionar a los
trabajadores improductivos que son despedidos al mismo tiempo..." [165]
No hay que pensar que una crisis significa el fin del sistema. Todo lo contrario. En ausencia
de cualquier movimiento revolucionario, o con la aplastante derrota de ese movimiento, la
ruptura del proceso de acumulación proporciona los medios para su propia recuperación. La
clase trabajadora se encuentra cada vez más en el limbo a medida que los despidos masivos son
seguidos por los cierres de fábricas. Según las filas de los desempleados se hinchan, y como la
burguesía ataca el nivel de vida de los trabajadores, insidiosa y luego más abiertamente, los
salarios son impulsados ​​por debajo del valor de la fuerza de trabajo. La tendencia
histórica hacia el aumento de la cantidad de valores de uso consumido por los trabajadores a
pesar de la tendencia paralela hacia una disminución en el valor de la fuerza de trabajo se
invierte. La tendencia del valor del trabajo muerto a crecer a un ritmo más rápido que el vivo es
compensado por la devaluación del trabajo vivo en sí la solución definitiva de la cuestión
laboral se pone en práctica.
La ejecución de la solución final del capital ya que se asocia con la rivalidad inter
imperialista y la guerra imperialista en última instancia contiene dentro de sí la posibilidad de
que sea la destrucción de la humanidad o su liberación. Esta última posibilidad presenta un
desafío a la burguesía. Y así, el Estado interviene, como lo ha hecho en tantas ocasiones en el
período de postguerra, en un intento para asegurar una reproducción continua del capital. Los
acontecimientos ahora toman un nuevo giro. La clase obrera, con el aumento del empleo, se
concede el privilegio de mantener el precio de su fuerza de trabajo en su valor total. Incapaces
de aumentar los beneficios mediante la reducción de los salarios por debajo del valor de la
fuerza de trabajo, la aplicación de maquinaria se acelera en un intento de los capitalistas por
abaratar los productos básicos, y de este modo abaratar a los obreros mismos. La tendencia a la
caída de los beneficios es parcialmente compensada por el aumento de la productividad del
trabajo que se desarrolla junto con la acumulación.
El Estado, mediante el mantenimiento de las condiciones generales de acumulación de
capital, necesariamente avala la expansión de la producción de lujos. Sin embargo, puesto que
el desarrollo de la fuerza productiva del trabajo en las industrias de lujos no permite a los
trabajadores vivir más barato, esto limitará el efecto del aumento de la productividad sobre el
valor de la fuerza de trabajo. Según se desarrolla la crisis los productores de lujos, junto con los
capitalistas en general, buscarán en la práctica "deprimir los salarios del trabajo por debajo de
su valor, por debajo del mínimo". [166] Esto lo pueden hacer debido al aumento en el número
de trabajadores que son desplazados por máquinas. Con el crecimiento de la superpoblación
relativa, la clase obrera en su conjunto, y no sólo los empleados en las industrias de lujos,
pronto pierde lo que antes había ganado en su lucha competitiva contra la burguesía
Sin embargo, el Estado interviene y se reanuda el proceso de acumulación. Los trabajadores
mantienen su posición competitiva y así se intensifica el proceso de mecanización. La masa de
plusvalía y la composición orgánica del capital aumentan, la tasa de ganancia tiende a caer y el
número de trabajadores productivos desplazados por la maquinaria crece. El Estado sigue
interviniendo y se evita que aumente el ejército de reserva de mano de obra. Y así el ciclo se
repite, hasta que finalmente, junto con la acumulación el número de trabajadores productivos
disminuye no sólo relativamente, sino absolutamente, y como porcentaje tanto de la población
total como de la población activa.
La existencia del departamento IIb ahora se vuelve crítica. La aplicación de maquinaria
aumenta el número de despidos sin contribuir a una reducción en el valor de la fuerza de
trabajo. El desarrollo de la fuerza productiva del trabajo en las industrias de lujo por lo tanto,
reduce la masa de plusvalía en estas industrias, y por lo tanto la tasa de beneficio, incluso si no
se produce ningún aumento del capital constante. [167] El capital, finalmente llega a un callejón
sin salida.
(iii) Como responde la burguesía a la crisis
Alarmado por las consecuencias de nuevas ramas productivas del trabajo, que continuamente
se forman, un sector de la burguesía exige una inversión del proceso de "desindustrialización".
En este campo caen las dos facciones pro y antiEstado. Los defensores del capital proEstado
abogan por un programa de inversiones que, según dicen, aumentaría el número de trabajadores
empleados en el sector "manufacturero". Aparte de sus planes vagos y ambiguos para aumentar
la financiación necesaria para lograr su meta una cosa destaca claramente su desprecio por el
trabajador improductivo. Prueba de ello es el siguiente fragmento de basura contra la clase
obrera en el Tribune.
"Durante el período de 1970 a 1974 el número medio de empleos perdidos en la manufactura
por los despidos fue de 180.000 al año... Para aquellos que, como el Secretario de Estado de los
Precios, dicen que estos trabajos están siendo reemplazados por puestos de trabajo en las
industrias de servicios, señalaríamos... que una nación industrial que importa sus alimentos y
materias primas para sobrevivir encontrará difícil exportar, a cambio, ayudantes de hospital, y
vendedores de helados..." [168]
La facción antiEstado es más explícita sobre el origen de los fondos necesarios para poner la
industria de nuevo en pie. Estos deberán ser aportados por el desmantelamiento de un sector
considerable de la estructura social democrática que en su estado actual sólo sirve para disipar
los excedentes necesarios para la industria. Lejos de ser el Estado quien debe guiar a nuestra
economía a través de aguas turbulentas, es el empresario, ese miembro sabio e intrépido de la
especie humana, el que se asegurará de que se dará un uso adecuado a la financiación adicional.
[169]
En sus esfuerzos por presentarse como los campeones de los trabajadores industriales, los
representantes del capital británico a favor y en contra del Estado han ofrecido garantías
solemnes de que si se ponen más fondos a disposición de la industria, los empleos en las
fábricas se mantendrán e incluso aumentarán. ¡Qué convenientemente olvidan que fue el
crecimiento de la fuerza productiva del trabajo el que creó los despidos en el primer lugar, y el
que llevó al Estado a intervenir en los intereses de "la paz social"! Lejos de revertir el proceso
de "desindustrialización" de Gran Bretaña, un aumento de la inversión en las condiciones
actuales lo acelerará. Sin embargo, si el Estado recortara el consumo improductivo si tirara a
los lobos a los trabajadores de servicios no sólo dotaría a la industria con fondos adicionales,
sino que también, y más importante, crearía las precondiciones para el empleo rentable de
estos fondos, a saber, el desempleo masivo y la reducción de los salarios por debajo del valor de
la fuerza de trabajo.
Si el trabajador industrial puede ser convencido de que el origen de la crisis actual radica en
la insuficiencia de los fondos necesarios para reequipar y modernizar la industria, todo lo que
queda para la burguesía es señalar con el dedo de la reprobación al trabajador improductivo que,
como todos sabemos, vive de la industria de los demás.
Pero los obreros improductivos no están exentos de amigos. Aún otro sector de la burguesía
que de nuevo abarca todo el espectro ideológico de la política parlamentaria ha desafiado la
tesis de BennJoseph de que hay algo anormal en el desplazamiento hacia "los servicios" en una
economía en crecimiento. La caída de 197073 en el empleo manufacturero, se argumenta, debe
considerarse en el contexto de "lo que es para los estándares británicos un fuerte aumento de la
productividad industrial un 17 por ciento en tres años". [170] Además se afirma, más aún, que
dado que las inversiones en Gran Bretaña han tendido a asumir un carácter intensivo en capital,
los fondos adicionales no van a crear más puestos de trabajo, o incluso mantener el mismo
empleo en la industria, sino que acelerarán su deterioro. Por lo tanto, hay que alegrarse por el
hecho de que nuestro estado social democrático haya expandido el sector de servicios, ya que
sin su continua expansión la tasa de desempleo seguramente aumentaría. [171]
Poco se dan cuenta nuestros defensores de que un aumento en la inversión manufacturera, si
se acompaña de un aumento del desempleo, una vez más incrementará la productividad de la
fuerza laboral en términos absolutos, si no en términos relativos. Los capitalistas volverán a
emplear a los trabajadores licenciados con anterioridad, precisamente porque el crecimiento en
el ejército de reserva de mano de obra permite que lo hagan en condiciones más favorables.
Como señaló Marx, una y otra vez, no una, sino dos tendencias funcionan en la sociedad
capitalista. La primera es el empleo del menor trabajo posible con el fin de producir la misma o
mayor plusvalía. La otra es emplear el mayor número posible de trabajadores porque a un nivel
dado de productividad la masa de plusvalía crece con la cantidad de mano de obra empleada.
"La tendencia uno tira a los trabajadores a la calle y hace redundante a parte de la población,
la otra los absorbe y extiende de nuevo la esclavitud asalariada absolutamente, de modo que la
suerte de los trabajadores está siempre fluctuando, pero nunca se escapa de ello". [172]
Sin embargo, hay que destacar que nuestros defensores admiten que la misma causa que
aumenta la riqueza de los capitalistas hace redundante a parte de la población trabajadora. Pero,
¿vamos a concluir que los trabajadores están perfectamente justificados en considerar el
desarrollo de la capacidad productiva de su propio trabajo como hostil a ellos mismos? No, en
absoluto. Sea cual sea la cantidad que el capital pueda tratar de aumentar el ejército de reserva
de mano de obra reemplazando a los trabajadores con máquinas, siempre se puede confiar en un
Estado democrático social benéfico para transformar una porción cada vez mayor de la
población trabajadora en trabajadores de servicios. Por lo tanto, debemos esperar pacientemente
el día en que el propio capital vaya desapareciendo por la baja en sus filas de los últimos restos
persistentes de la fuerza de trabajo de la industria británica. Huelga decir que esta perspectiva
no es sólo utópica en la forma y reaccionaria en el contenido, sino también estúpida.
Si tomamos a los diversos representantes del capital británico y los miramos en su totalidad,
los trabajadores productivos y no productivos se encuentran cara a cara, como facciones
hostiles. Las bases para la solución definitiva del capital están, pues, establecidas.
(iv) La solución final
La producción de lujos, como hemos visto, es una carga particular sobre la acumulación de
capital. Al impedir que el aumento de la productividad compense plenamente la tendencia de la
tasa de ganancia a caer se acentúa la contradicción inmanente del capital en vez de disminuir.
Pero hay otra razón por la cual el aumento de la composición orgánica del capital no será
permanentemente equilibrada por un aumento en la masa de plusvalía. Los propios trabajadores,
aunque no pueden evitar las reducciones en el valor de la fuerza de trabajo, no permitirán una
reducción en sus niveles de vida, "por el contrario, logran una cierta participación cuantitativa
en el crecimiento general de la riqueza". [173] El carácter contradictorio de la sociedad
capitalista por lo tanto, encuentra su última expresión en una lucha de los trabajadores por
mantener sus condiciones de existencia, aunque los antimarxistas presenten esta lucha como
una maniobra perpetua entre las clases sociales para el acceso al plusproducto de la sociedad.
[174]
No se trata aquí de buena o mala voluntad, sino de que los capitalistas se ven obligados a
hacerlo sobre la base de las relaciones capitalistas de producción. Sólo mediante la devaluación
de fuerza de trabajo viva, sólo derrotando a la clase obrera misma, pueden esperar los
capitalistas superar la tendencia de la tasa de ganancia a caer. La elección que enfrenta la clase
obrera es, o bien destruir el Estado burgués o ser aplastada. Cuanto más se retrasa lo primero
más se invita a lo segundo. En cuanto a la burguesía, se enfrenta en Gran Bretaña con la
formidable tarea de garantizar una base social suficientemente amplia y fiable sobre la cual
librar su asalto bárbaro contra la clase obrera. La ausencia en este país de un campesinado y la
presencia de una muy vacilante pequeña burguesía ha llevado a los capitalistas a dividir a los
trabajadores no sólo sobre bases raciales, sexuales, religiosas y nacionales como suele ser el
caso, sino también a lo largo de las líneas económicas, entre los "creadores de riqueza" y los
"consumidores de riqueza".
Como hemos visto, un sector de la burguesía está haciendo todo lo posible para convencer a
los trabajadores de que si el Estado renunciara a su apoyo al trabajador improductivo y
destinara más fondos a la industria la suerte del trabajador productivo sería inmensamente
mejor. Esta perspectiva sólo puede servir para reforzar entre los trabajadores de la industria la
noción equivocada de que los que les impiden una vida mejor son sus propios hermanos y
hermanas improductivas del sector servicios. La seducción de este punto de vista, su carácter
generalizado y perjudicial se pone de manifiesto claramente en el siguiente informe que
apareció en el Financial Times:
"El Sr. Jones (de los Trabajadores del Transporte) elogió al Gobierno por 'bombear muchos
millones de libras en la industria' para que las empresas funcionen en muchas áreas, y condenó
la deriva de la mano de obra de la manufactura a las industrias de servicios, ya que crean
'empleo innecesario'". [175]
La otra sección de la burguesía está haciendo todo lo posible para inculcarnos a todos que si
sólo el obrero industrial fuera un poco más paciente él también podría convertirse en un
trabajador de servicios. Este punto de vista, si es que prevalece, despertará aún más la hostilidad
de aquellos que producen los fondos de los que los trabajadores improductivos sacan sus
ingresos.
En cuanto a los pretendidos marxistas de Gran Bretaña que van desde la IS hasta la IMG, y
el PC (de Gran Bretaña) su análisis no es capaz de desafiar a la burguesía en sus esfuerzos para
promover la rivalidad entre las distintas categorías de trabajadores. Ni mucho menos. Al
abandonar el concepto de capital de Marx y hacer caso omiso de la distinción fundamental que
Marx trazó entre trabajo productivo e improductivo, han fracasado lamentablemente en la tarea
revolucionaria de proporcionar a la clase obrera una explicación de las causas profundas de la
crisis actual. Es para su vergüenza que una sección cada vez más notoria de la burguesía la
sección más reaccionaria pueda tener tan pocos escrúpulos al sostener al empresario como
creador de riqueza. El análisis de los que pretenden ser marxistas ni siquiera difiere
sustancialmente del del sector proEstado de la burguesía. La única diferencia reside en la
indignación moral que ha logrado conservar. Pero el fervor moral por sí solo nunca puede servir
como un sustituto para el análisis científico.
Conclusión
Mientras que la burguesía y los oportunistas dentro de las filas de la clase obrera montan
todos los días ataques contra los trabajadores improductivos, es característico que los "marxistas
no ortodoxos" están negando su propia existencia. Por el contrario hacemos hincapié en la
distinción entre trabajo productivo e improductivo con el fin de revelar a todos los trabajadores
las verdaderas causas subyacentes de la crisis actual. Y al hacerlo así, podemos demostrar que
el dilema del capital no radica en la insuficiencia de superávit, sino en la relación capitalista
misma. Sólo sobre esta base podremos salvaguardar los intereses de los trabajadores
productivos e improductivos que están en la actualidad siendo atacados, ya sea por producir
muy poco o por consumir demasiado de los excedentes de la sociedad. La distinción entre
trabajo productivo e improductivo es, por lo tanto, la condición previa para la unidad política de
la clase obrera.
Peter Howell, septiembre de 1975.
_________________________
NOTAS
1 Este artículo es una respuesta tanto al ataque a los trabajadores improductivos por los
parásitos reales de nuestra sociedad la burguesía como a la incapacidad de los "marxistas"
para proporcionar una defensa adecuada de la clase obrera.
2 Trade and Industry, 4 de abril 1975, p.2. En un nivel diferente, pero no en un contexto
completamente diferente, James F Becker, dirigiéndose a las tendencias actuales en la economía
de EE.UU., ha escrito: "la acumulación industrial se está relajando, y su volumen disminuyendo
respecto a 'la acumulación administrativa'. Dentro del sistema de acumulación doble, la
expansión de la superestructura de la circulación se ha desarrollado tan rápidamente y sin
descanso que el consumo improductivo que representa socava la base industrial". Class
Structure and Conflict in the Managerial Phase:II Science and Society, Vol 37, 1974, p.437.
3 Keith Joseph, New Statesman, 18 de abril de 1975, pp.5012. Paul Johnson ha expresado
este punto de vista en términos aún más crudos. "A medida que nuestra economía se contrae,
hay menos y menos empleos 'reales', y más y más de los falsos... Gran Bretaña está en peligro
de convertirse en un Estado parásito, donde cada vez más trabajadores fantasmas son
mantenidos con cada vez menos trabajadores activos y productivos". News of the World, 31 de
agosto de 1975, p. 10. Nos preguntamos en qué categoría se considera a sí mismo. Este católico
"socialista", por supuesto, con el respaldo nada menos que del Financial Times, recientemente
le rogó al Gobierno controlar el crecimiento del sector público improductivo... Financial Times,
1 de octubre de 1975, p.20.
4 Financial Times, 24 de abril, 5 de junio de 1975. El lector no debe sorprenderse si en el
mismo artículo Brittan también puede aparecer para argumentar una posición contraria. Esto
sólo refleja el dilema en el que se encuentran algunos sectores de la burguesía, ante la creciente
crisis.
5 The Guardian, 21 de abril de 1975.
6 Es un error tratar el análisis de Marx de la producción capitalista como si se tratara de otra
variante de la economía política. El caso es el contrario. El Capital de Marx es una presentación
crítica del modo capitalista de producción y al mismo tiempo, a través de esta presentación, una
crítica de las categorías de la economía política. Ver Marx y Engels, Selected Correspondence,
Lawrence and Wishart, 1973, p.125.
7 Para una descripción más detallada de las opiniones de los economistas ver Karl Marx,
Theories of SusplusValue (TSV) Prt. I, Lawrence and Wishart, 1964, pp.4467 para los
fisiócratas; Prt. II, 1969, pp.161235 para Smith y Ricardo y pp.470587 para Ricardo. Además,
muchas referencias útiles se encuentran en S.H. Coontz, Productive Labour and Effective
Demand, Routledge & Kegan Paul, 1965, pp.1652.
8 Ian Gough, "On Productive and Unproductive Labour A Reply", Bulletin of the
Conference of Socialist Economists, Invierno, 1973, p.71.
9 TSV I. pp.5152.
10 Karl Marx, A Contribution to the Critique of Political Economy, Lawrence and
Wishart, 1971, p.57.
13 TSV I, op cit, p.169.
14 Ibid, p.153.
15 No nos ocuparemos en este artículo de la segunda y más superficial definición de Smith
del trabajo productivo, en función de si es o no es directamente realizado en una mercancía
"vendible" (material).
16 Adam Smith, op cit, p.294.
17 Ibid, p.323.
18 Ibid, p.298.
19 Ibid, p.316, p.80. "Para Adam Smith, la acumulación de capital es idéntica a la creciente
demanda de aumento de la mano de obra, al continuo aumento de los salarios, y por lo tanto a
una caída de las ganancias. En su tiempo, la demanda de mano de obra, en efecto, crecía por lo
menos en la misma proporción en que el capital se acumulaba, ya que la manufactura aún
predominaba en ese momento y la gran industria estaba en su infancia". "Las leyes que
corresponden a la gran industria no son idénticas a los correspondientes a la manufactura. Esta
última constituye sólo una fase de desarrollo que lleva a la primera". Karl Marx, Theories of
SurplusValue, Prt. III, 1972, p.335, Prt. II, op cit, p.583. Hodgson, evidentemente, se imagina
que Marx fue contemporáneo de Adam Smith. En un artículo que hizo "para refutar la teoría de
la tasa decreciente de ganancia", escribió: "la insistencia de Marx en una creciente composición
orgánica del capital se deriva del hecho de que Marx fue testigo de la transición de la tarea
manual a la producción mecanizada". G. Hodgson, "The Theory of the Falling Rate of Profit",
New Left Review, No84, p.61.
20 Ver TSV I, op cit, p.256, III, op cit, p.246.
21 TSV I, op cit, p.221.
22 David Ricardo, On the Principles of Political Economy and Taxation, Works and
Correspondence, Vol. 1, Cambridge University Press, 1966, p.345, p.348.
23 Ibid, p.120, p.420.
24 Ibid, p.397.
25 Citado en Marx, II TSV, op cit, p196.
26 D. Ricardo, op cit, p.393.
28 TSV op cit, I p.195, II p.570.
29 Ricardo, op cit, p.118.
30 Ibid, p.289. Gough pone una nota de Smith cuando nos informa de que la crisis actual del
capitalismo se debe a una insuficiencia de la plusvalía producida por "el ritmo elevado de la
lucha de clases y la intensificación de la competencia entre las economías capitalistas". Gough,
op cit, p.80.
[31] Theories of SurplusValue III, op cit, p.53. En varias ocasiones, Malthus se basaría en la
perspectiva de Adam Smith, aunque sólo fuera para dar un equilibrio a la suya. El párrafo
siguiente le da la más clara expresión a la burguesía tratando de encontrar un término medio
entre extremos irreconciliables y una salida para una contradicción irreconciliable. "Si el
consumo supera a la producción, el capital del país disminuirá, y su riqueza será destruida poco
a poco al faltar su poder para producir; si la reproducción está en un gran exceso por encima del
consumo, el motivo para acumular y producir debe cesar al faltar la voluntad de consumir. Los
dos extremos son evidentes, y se deduce que debe haber algún punto intermedio, aunque los
recursos de la economía política no puedan ser capaces de determinarlo..." De Malthus,
Principles of Political Economy, en las "Notes on Malthus's Principles of Political Economy",
de Ricardo, Collected Works, Tomo II, Cambridge University Press, 1966, p.910.
[33] Adam Smith, op cit, p.295.
[34] TSV I, op cit, p.292.
[35] Ibid, p.262.
[36] TSV III, op cit, p.260.
[37] TSV I, op cit, p.292.
[38] "La elaboración del método en que se basa la crítica de Marx de la economía política es,
creemos, un resultado no menos importante que la concepción materialista fundamental".
Frederick Engels, en la edición de Lawrence and Wishart de A Contribution to the Critique of
Political Economy, op cit p.225.
[39] TSV I, op cit, p.384.
[40] Karl Marx, Capital, Vol. I, Lawrence and Wishart, 1961, p.179.
[41] Ibid, p.181, p.179.
[42] TSV I, op cit, pp.2867.
[43] Ibid, p.383, p.153.
[44] Capital, Vol. I, op cit, p.193.
[45] Karl Marx, Capital, Vol. II, Lawrence and Wishart, 1961, p.218.
[46] TSV I, op cit, p.387.
[47] Ibid, pp3856, Grundrisse, Penguin, 1975, p.275.
[48] ​​TSV I, op cit, p.72.
[49] Ibid, p.3845.
[50] Capital, Vol. II, op cit, p.439.
[51] Ibid p.213, véase también el TSV III, op cit, p.327. Véase también D. Yaffe, "Value and
Price in Marx's Capital" en Revolutionary Communist N º 1 enero 1975 por la importancia de
estos puntos para el llamado problema de la transformación.
[52] Capital, Vol. II, op cit, p.219.
[53] Capital, Vol. I, op cit, p.538.
[54] TSV I, op cit, p.394.
[55] Capital, Vol. I, op cit, p.176.
[56] Capital Vol. II, op cit, p.23.
[57] TSV I, op cit, p.167.
[58] Ibid, p.392.
[59] Grundrisse, op cit, p.635.
[60] Capital, Vol. II, op cit, p.152.
[61] Ibid, p.55.
[62] A lo largo de su análisis de la producción y reproducción del capital en los volúmenes I
y II de El Capital, Marx supone que el oro es el único medio circulante.
[63] Capital Vol II, op cit, p.336.
[64] Ibíd, p.46.
[65] Michael Williams, "An Analysis of South African Capitalism NeoRicardianism or
Marxism?", Bulletin of the Conference of Socialist Economists febrero 1975 Vol IV I, p.9.
[66] Capital, Vol. I, op cit, P104, Vol. II. op cit, p.136.
[67] Una analogía podría ser dibujada aquí entre el oro y la producción de lujo. Como señala
Marx: "la producción para consumo improductivo es tan productiva como la dedicada a
consumo productivo, siempre suponiendo que se produce o reproduce el capital". Grundrisse,
op cit, p.306. Por lo tanto, el productor de artículos de lujo es productivo, aunque el consumo de
artículos de lujo no es productivo, siempre y cuando el productor de lujos produzca plusvalía
para el capitalista.
[68] Capital, Vol. II, op cit, p.173.
[69] Ibid, p.175.
[70] Ibid, p.176.
[71] Ibid, p.173.
[72] Ibid, p.176.
[73] Ibid, p.174.
[74] TSV I, op cit, p.161.
[75] Capital, Vol. II, op cit, p.381.
[76] Capital, Vol. I, op cit, p.572.
[78] TSV I, op cit, p.180.
[79] Capital, Vol. I, op cit, p.572.
[80] Lo poco que ha entendido la IS la naturaleza del capital se revela por el texto siguiente:
"Ahora, en teoría, el capitalismo podría funcionar sin la familia. Podría transformar el trabajo de
cuidar a los trabajadores de hoy y la crianza de los trabajadores del futuro en una industria,
empleando trabajadores asalariados". International Socialism, n º 68, 1974, p.27.
[81] Ann Crittenden Scott, MS, Vol. I No I, julio de 1972, p.56. Esta posición no debe
confundirse con la mantenida por los miembros de la izquierda que también han abogado por
"salarios para el trabajo doméstico". Su posición es que los salarios para el trabajo doméstico
serviría tanto psicológica como económicamente a la abolición de la familia como unidad
económica, y con ella de la opresión específica de las mujeres. Una crítica detallada de su
posición está más allá del alcance de este documento.
[82] Capital, Vol. I, op cit, p.81, p.83, TSV, op cit, II p.504, III p.131.
[83] TSV II, op cit, p.164.
[84] TSV I, op cit, p.400.
[85] Capital, Vol. II, p.131
[86] TSV III, op cit, p.371
[87] Ibid, p.106.
[88] TSV II, op cit, p.560, p.562.
[89] Ibid, p.580.
[90] Ibid, p.573. "Su (de Malthus) esperanza suprema, que él mismo describe como más o
menos utópica, es que la masa de la clase media creciera y que el proletariado (los que trabajan)
constituyeran una proporción constantemente decreciente (a pesar de que aumentara
absolutamente) de la población total. De hecho, este es el curso tomado por la sociedad
burguesa". TSV III. op cit. p.63.
[91] TSV III, op cit, p.313.
[92] Ibid, p.313.
[93] TSV II, op cit, p.439.
[94] TSV I, op cit, p.195.
[95] Socialist Worker, 25 de enero 1975.
[96] Véase Chris Harman, "Marxist Economics and the World Today, International
Socialism, marzo de 1975.
[97] M. Kidron, "Maginot Marxism: Mandel's Economics", reimpreso del lntemational
Socialism, abril / mayo de 1969, Marxist Education, febrero, 1973, p.3.
[99] Kidron, Maginot Marxism, op cit, p.3.
[101] Capital I, op cit, p.315.
[102] Capital II, op cit, p.402.
[103] Grundrisse, op cit, p.441.
[104] capital Vol III, Lawrence and Wishart, 1962, p.25960. La idea de que las variaciones
en la composición orgánica del capital en la industria de lujo de ninguna manera puede afectar a
la tasa general de ganancia fue presentada por George Ramsay ya en la década de 1830 (¿una
época rica?). Marx rechazó este punto de vista como algo sin sentido. TSV III, op cit, pp.34950.
[105] Kidron, Maginot Marxism, op cit, p.3.
[106] Capital II, op cit, p.403.
[107] Este esquema de la reproducción se ha tomado de Capital II, p.397, deducido el
Departamento de lujo considerado por Marx en la p.406.
[108] Capital II p.65.
[109] Ibid, p.397. Marx señala que el consumo improductivo no sólo aumenta con la
acumulación, sino que la acumulación "enfáticamente lo incluye". Ibíd, p.68.
[110] Véase Sweezy, The Theory of Capitalist Development, Monthly Review Press, 1964,
p.110.
[111] Véase Capital op cit, p.397, p.406.
[114] TSV I, op cit, p.93.
[115] TSV II, op cit, p.67.
[117] Capital II, op cit, p.334. Ver nota 62.
[118] Sweezy, The Theory of Capitalist Development, op cit, p.118.
[119] David Purdy, "The Theory of Permanent Arms Economy A critique and an
Alternative", Bulletin of the Conference of Socialist Economists, primavera, 1973, p.20.
[120] Ibid, p.22.
[121] Ibid, p.20.
[123] Ibid, p.40.
[124] Ibid, p.40.
[125] Ibid, p.39.
[126] Ibid, p.37.
[127] Ibid, p.40.
[129] Ibid, p.78.
[130] Ibid, p.79.
[133] Ibid, p.489.
[134] Ibid, p.276.
[135] Ibid; p.296.
[136] TSV I, op cit, p.280.
[137] Grundrisse, op cit, p.273.
[138] TSV I, op cit, p.285
[139] Ian Gough y John Harrison, "Unproductive Labour and Housework Again", Bulletin of
the Conference of Socialist Economists, febrero 1975 Vol. IV 1, p. 7.
[140] John Harrison, "Productive and Unproductive Labour in Marx's Political Economy",
Bulletin of the Conference of Socialist Economists, Otoño, 1973, p.81.
[141] TSV I, op cit, pp.2812.
[142] Ian Gough, "On Productive and Unproductive Labour A Reply, Bulletin of the
Conference of Socialist Economists, Invierno, 1973, p.81. Lo poco que ha comprendido
Gough la naturaleza del proceso de trabajo se pone de manifiesto por el texto siguiente: "La
producción de (los productos inmateriales) sigue el circuito del capital dinero de Marx: D M
...P... M' D' Ibíd, p.73.
[143] Capital III, op cit, p.239.
[144] Capital II, op cit, p.131. 145. Ibid, p.226.
[145] Ibid, p.226.
[146] Capital III, op cit, p.807.
[147] John Harrison, "Political Economy of Housework", Bulletin of the Conference of
Socialist Economists, Invierno, 1973.
[148] Ian Gough y John Harrison, "Unproductive Labour and Housework Again", op cit.
[149] TSV I, op cit, p.279.
[150] John Harrison, "Productive and Unproductive Labour...", op cit, p.81.
[151] Ian Gough, "State Expenditure and Capital", op cit. p.7071.
[152] Ibid, p.83.
[153] Es triste decir que Mandel parece haber llegado a un punto de vista similar. "... La
prolongada expansión se ha agotado por el efecto combinado del aumento de la composición
orgánica del capital... y el estancamiento o disminución de la tasa de plusvalía (el resultado de
un largo período de pleno empleo). La tasa de ganancia ha sido reducida. Ver Inprecor 16 de
enero 1975 no 1617 p.7.
[154] Por alguna curiosa razón Gough se ve obligado a informarnos de que "Lenin hace
mucho tiempo atacó el subconsumismo de los populistas...". State Expenditure and Capital, op
cit, p.55. Sin duda, Gough, que no hay duda de que ha leído a su Lenin, no es consciente de que
Lenin aceptó sin reservas la opinión de que la composición orgánica del capital aumenta con el
desarrollo del capitalismo. Ã ‰ stos son algunos extractos de los escritos de Lenin contra los
populistas: "Como Marx demostró en el Volumen I de El Capital, el progreso técnico se
expresa en la disminución gradual de la proporción de capital variable al capital constante...".
"On the soCalled Market Question", Collected Works, Vol. I, p.85, énfasis añadido. "... El
sector I de la producción social (la producción de medios de producción) puede y debe
desarrollarse más rápidamente que el Departamento II (la producción de artículos de consumo).
"A Note on the Question of the Market Theory", Collected Works, Vol. 4, p.59, énfasis añadido.
"De acuerdo... con la ley general de la producción capitalista el capital constante crece más
rápido que el capital variable. "The Development of Capitalism in Russia", Collected Works,
Vol.3, p.54. Y por si acaso se incluye el texto siguiente: «El crecimiento en la productividad
del trabajo implica un crecimiento más rápido del capital constante en comparación con el
capital variable. En la medida en que la plusvalía es función del capital variable solamente, es
obvio que la tasa de ganancia (la relación de la plusvalía a todo el capital, no a su parte variable
solamente) tiende a caer. "Essay on Karl Marx", Collected Works, Vol. 21, p.67, énfasis
añadido. Al parecer, Gough está más interesado en la autoridad de Lenin, que en sus ideas
revolucionarias. Por nuestra parte, es la teoría de Lenin la que nos interesa, no su nombre.
[156] Capital II, op cit, p.408.
[157] Si nos preocupamos por examinar el esquema inicial para la acumulación en una escala
ampliada, encontramos que la tasa general de ganancia no se ha formado aún. Capital II, p.510.
[158] Nuestra oposición a la producción de armamento no se deriva del hecho de que cae
dentro del Departamento de IIb, sino desde nuestra oposición al imperialismo.
[159] Remitimos al lector al artículo "Inflation, the Crisis and the PostWar Boom" de P.
Bullock y D. Yaffe Revolutionary Communist en 3 / 4, para un tratamiento más sustancial de la
tendencia a caer de la tasa de ganancia.
[160] "La tendencia a caer de la tasa de ganancia no se manifiesta en una forma absoluta, si
fuera así la producción capitalista no tardaría en ser llevado a un punto crítico. Hay, de hecho,
un número de maneras diferentes en que puede ser retrasada y frenada, una de ellas es la
"depresión de los salarios por debajo del valor de la fuerza de trabajo". (Capital III, op cit,
p.230) Si bien Marx se refiere a esto como "uno de los factores más importantes para el control
de la tendencia de la tasa de ganancia a caer", sólo dedica unas líneas en El capital y por
buenas razones. Como él mismo explica, la depresión de los salarios por debajo del valor de la
fuerza de trabajo "que se menciona aquí sólo empíricamente ya que... no tiene nada que ver con
el análisis general del capital, sino que pertenece a un análisis de la competencia, que no se
presenta en este trabajo". (Ibid.) Esto no quiere decir que el enfrentamiento entre trabajadores y
capitalistas sobre las tasas de salarios sea de poca importancia para Marx. Todo lo contrario. La
lucha por parte de los trabajadores para defender la vida y la integridad física frente a la
embestida del capital sigue siendo uno de los rasgos más acuciantes del sistema, y ​​Marx
pasó una buena parte de su vida en defensa de esa lucha. Pero, como recalcó, una y otra vez,
"un análisis científico de la competencia no es posible, antes de que tengamos una concepción
de la naturaleza interna del capital..." (Capital I, op cit. p.3I6) Marx advierte claramente contra
la tentación de sustituir el análisis del capital por un tratamiento empírico de los conflictos entre
trabajadores y capitalistas en la distribución del producto social y, sobre esta base, considerar la
contradicción del capital como la lucha competitiva en sí. También es claro que la lucha de
clases, para Marx, significaba mucho más que la rivalidad competitiva que tiene lugar entre
trabajadores y capitalistas en la compra y venta de fuerza de trabajo. Conflicto de clases es el
dinamismo de toda la historia escrita, y es por esta razón que Marx se dedicó a la colocación de
la lucha de clases moderna sobre una base científica de una elaboración del concepto de capital
y, sobre todo, por una especificación de su contradicción interna". Michael Williams, "un
análisis del capitalismo de Sudáfrica ..." op cit, pp.267.
[161] Grundrisse, op cit, p.528.
[162] Capital I, op cit, p.350, TSV III, op cit, p.350.
[163] Ibid, p.312.
[164] Capital I, op cit, p.537.
[165] Capital II, op cit, p.410.
[166] TSV III, op cit, p.350.
[167] TSV III ibid p.351.
[168] Tribune, 27 de junio de 1975.
[169] Keith Joseph, New Statesman, 18 de abril de 1975.
[170] Samuel Brittan Financial Times, 24 de abril de 1975.
[171] George Rodgers e Ivor Clemitson, The Guardian, 21 de mayo de 1975.
[172] TSV II, op cit, p.573.
[173] TSV III, op cit, p.312.
[174] Es normal que un rabioso anticomunista, como Talcott Parsons pueda elogiar a Marx
en los siguientes términos: "La importancia permanente de la teoría de la explotación marxista
... está ... en el hecho de que, a partir como lo hizo Marx del elemento de la lucha de clases, el
centro de su atención estaba en el poder de negociación". La estructura de Acción Social,
1949, p.109.
[175] Financial Times, 1 de septiembre de 1975.
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