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La plusvalía y el trabajo

productivo
Asociación Cultural Jaime Lago

1. La discusión sobre el trabajo productivo


El trabajo productivo en el capitalismo es el que directamente crea la plusvalía, que a su vez
es la fuente de la ganancia capitalista y del aumento de la riqueza social en general. Su contenido y
límites vienen siendo objeto de debate desde su conceptualización por los economistas clásicos.
Estas discusiones entroncan en la actualidad con otras como ¿El sector servicios crea plusvalor o se
le transfiere desde el sector productivo? ¿Cuál el motor principal de las economías capitalistas?
¿Hemos llegado a una sociedad “post-industrial” en la que el motor económico es la producción
“inmaterial”? ¿Cuál es el papel actual de la clase obrera industrial?
Además, algunas repercusiones prácticas de estas cuestiones pueden resumirse en las
siguientes:
1.Conocer, (p.ej. a la hora de planificar una movilización o huelga) cuales son las ramas o
sectores económicos que suponen el motor principal de la economía capitalista, y que sostienen los
costos y gastos improductivos de la producción, las funciones improductivas de la circulación y de
la sociedad, las ganancias capitalistas en sus distintas formas.
2.La correspondencia respecto al sujeto social: ¿Qué sector social crea con su trabajo ese
fondo global de plusvalor? ¿Toda la clase obrera? ¿Todos los asalariados privados? ¿Sólo los
obreros de las fábricas? ¿Y qué proporción de la clase es hoy ese sujeto?
3.Además, la categoría del trabajo productivo, nos ayuda a prever que trabajo es creador de
riqueza en términos absolutos, al margen del modo de producción históricamente determinado, y
será previsiblemente necesario en futuras sociedades sin explotación de una clase sobre otra, y
sobretodo que trabajos serán prescindibles en una sociedad que no esté determinada por la
existencia de clases sociales. La categoría del trabajo productivo es por tanto una herramienta útil a
la hora de imaginar ese “otro mundo posible” que millones de personas reclaman en las calles de
todo el mundo.
Por último, clarificar cual es el trabajo creador de plusvalía, permite también calcular la tasa
de ganancia de las sociedades capitalistas, lo que a su vez entronca con las discusiones acerca de las
razones de la actual crisis capitalista: ¿es la caída de la tasa de ganancia una manifestación de la
crisis? ¿Es la crisis un “accidente” o es consecuencia ineludible de las contradicciones de la
sociedad capitalista?
Por otro lado, estas discusiones no afectan al hecho de que cualquier obrero, sea su trabajo
productivo o no, forma parte de su clase, y como tal sus intereses enfrentan a los del conjunto de la
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clase capitalista. Todos los capitalistas explotan directa o indirectamente a todos los obreros y
trabajadores, al margen del contenido de su trabajo.
2. Distintos planteamientos
En el debate acerca del trabajo productivo, las distintas posiciones pueden resumirse en:
1.Aquellos que defienden que sólo el criterio formal debe tenerse en cuenta.Todos los
trabajadores asalariados, empleados por empresas privadas son creadores de plusvalor,y su trabajo
es productivo al margen de que sean oficinistas de un banco, publicistas o trabajadores industriales
por poner algún ejemplo.
2.Aquellos que piensan que para considerar un trabajo como productivo, debe tenerse en
cuenta no sólo la forma sino el contenido del trabajo, sea respecto a:
1. Identificar el trabajo individual en el proceso global de circulación
D➜P➜M➜D´ del capital; dondesólo el trabajo que pertenezca a la fase P es
productivo.
2. La materialidad del producto o resultado del trabajo. La discusión
“inmaterial vs mercancía material” o “producción (bienes) vs servicios”, en la
cual algunos excluyen la producción inmaterial o de servicios del trabajo
productivo.
Las tres preguntas en que se resumirían las diferentes posiciones son:
1.¿Basta que el trabajo sea bajo la forma de trabajo asalariado en empresa capitalista para
considerarlo productivo al margen de su contenido?
2.¿Además, debe pertenecer a la fase de producción en el ciclo global de reproducción del
capital?
3.¿Además, debe tratarse de la producción de mercancías materiales, excluyendo en todo caso
los servicios o la producción inmaterial?
En función de la respuesta dada a las tres cuestiones (forma social, fase del ciclo de
reproducción global, y materialidad del producto), se definen en resumen las distintas posiciones
del debate.
Respuesta formalista
Quienes se acogen exclusivamente al criterio “formalista”, omiten completamente el
contenido del trabajo, el resultado del mismo o su función en el engranaje global, y señalan como
productivo cualquier trabajo mientras cumpla los criterios formales, esto es:
1.Que sea un trabajo asalariado (venta de fuerza de trabajo por salario).
2.Que sea una empresa capitalista (no pública, cooperativa o sin ánimo de lucro)
La posición “formalista”, es defendida por economistas como I. Rubin 1, D. Guerrero2, J.

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Governeur3, u otros, se fundamentaría en su interpretación de partes de la obra de Marx, y se centra


en criticar a quienes consideran un requisito la materialidad del producto.
Así contempla como productivos trabajos como el comercio, los bancos, u otros relativos a la
circulación. A su vez estas tesis se relacionan con las que defienden que en el capitalismo occidental
actual la producción inmaterial o los servicios habrían superado a la industria en la creación de
valor y como motor económico, con la consiguiente decadencia de la clase obrera “tradicional”.
Respuesta “escocesa”4
Otra posición que sí utiliza el contenido del trabajo o su resultado a la hora de calificarlo
como productivo, exige que este sea relativo a la producción de mercancías materiales frente a los
servicios o producción inmaterial que considera improductiva.
Esta posición se fundamenta en la obra de A. Smith y otros economistas clásicos, aunque
también se encuentra entre parte de los economistas que utilizan a Marx.
Respuesta dialéctica o integradora
Frente a la posición “formalista” y “escocesa”, que atienden en exclusiva alguno de los
aspectos del trabajo (su forma social o la materialidad de su producto), la obra de Marx combina o
contrapone varios niveles de análisis, integrándolos en la consideración del trabajo creador de
plusvalía en el capitalismo.
Esta interpretación es la que acogen economistas o autores actuales como R. Carcanholo 5o P.
Mertens6, y se fundamentaría en una interpretación integradora o global de la obra de Marx y
Engels.
Esta posición da importancia fundamental al aspecto del contenido del trabajo, no en cuanto a
su “materialidad” (que el trabajo produzca objetos materiales), sino en cuanto a su función en el
ciclo global de reproducción del capital.
Desde este punto de vista, el analizar los valores de uso del trabajo concreto, su contenido, o
el ¿para qué sirve? ¿qué función cumple? Ayuda a discernir la función individual de ese trabajo
concreto en el ciclo global de reproducción del capital. El trabajo es productivo si cumple el criterio
formal y además, pertenece a la fase de producción real, incluyendo ésta la producción de
mercancías materiales y servicios inmateriales.
Trabajo productivo y valor de uso
El valor de uso de algo es ¿para qué sirve? ¿qué necesidad satisface? Si un bien o servicio no
tiene valor de uso, es irracional como bien económico. El valor de uso es premisa de la existencia
de una mercancía que participe en el ciclo del capital. Y es universal, no depende del modo de
producción: toda sociedad necesita crear con su trabajo valores de uso en forma de bienes y
servicios que satisfagan sus necesidades a fin de reproducirse a sí misma.
En el capitalismo, para el capitalista es sólo un medio para la acumulación, una concreción de

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la explotación en que materializar u objetivar las horas de trabajo que roba al trabajador y poder
convertirla en más dinero vendiéndola en el mercado. Le da igual que este valor de uso sea en
forma de sillas o lavadoras (de hecho el ideal del capitalista sería el enriquecimiento sin tener que
pasar por la producción), pero para poder cerrar el ciclo de la ganancia, necesita que eso que
objetiva las horas de trabajo robadas al trabajo tenga algún tipo de valor de uso, que otra persona lo
necesite. El núcleo del sistema actual es la producción de bienes y servicios que satisfagan
necesidades humanas. Es el requisito necesario para que la rueda de la producción-consumo gire, y
en dependencia del cual se construye el entramado económico capitalista.
El sistema bancario y financiero (la D inicial en D – P – M´- D´), todo (o buena parte de) el
aparato administrativo de la propia fase P (gestión de enrolamiento de trabajadores, insumos, ventas
y facturación, etc...), todo el sistema comercial (el paso de M´a D´, la venta al por menor y el
comercio en general) son formas históricamente establecidas, no universales, que no satisfacen
directamente necesidades humanas, sino que satisfacen necesidades emergentes del propio proceso
económico actual de acumulación capitalista: Salarios, contratos, créditos, facturas, venta al por
menor, son procesos estrictamente innecesarios en una sociedad en la que la fuerza de trabajo no sea
una mercancía, y en la que la satisfacción de las necesidades humanas esté en el centro de la
sociedad y no esté mediada por el dinero. No son necesarios en todo momento histórico y
sociedad7:
“Si el capital dedicado al tráfico de mercancías y el capital dedicado al tráfico de dinero no
se distinguieran del cultivo de los cereales más de lo que se distingue éste de la ganadería y de la
manufactura, resultaría claro como la luz del día que la producción y producción capitalista en
general son idénticas, y que en especial también la distribución de los productos sociales entre los
integrantes de la sociedad, sea para su consumo productivo o para el consumo individual, también
debería ser tan eternamente mediada por comerciantes y banqueros como lo son el consumo de
carne por la ganadería y el de prendas de vestir por su fabricación”

¿Serían necesarias en una sociedad de nuevo tipo actividades de gestión y control del trabajo
colectivo, de transporte y almacenamiento, de distribución al consumidor final del producto? Sí.
Pero ninguna de estas actividades estaría subordinada a las necesidades adicionales del modo de
producción capitalista. No es necesario el dinero, los créditos, la gestión de compras y ventas... Sólo
la organización del trabajo colectivo, su planificación, administración y control, como tareas
universales de cualquier sociedad en que exista este trabajo colectivo.
3. Trabajo productivo en “El Capital”
Todos los autores contemporáneos que tratan el tema del trabajo productivo se posicionan en
función de las teorías de Marx, por lo que se hace necesario en el debate acudir a las mismas. Así, a
lo largo de “El Capital”, a la hora de definir el trabajo productivo se refieren varios puntos de vista:
el del ciclo de reproducción global del capital (A), la forma social en la que se encuadra el proceso
de trabajo (B), y la diferenciación entre trabajo directamente productivo y gastos “emergentes” del

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proceso productivo (C).


A.- En primer lugar, a lo largo del ciclo de reproducción global del capital, que incluye
producción y circulación; el capital atraviesa sucesivas fases en sus metamorfosis que van desde D
hasta D´ (la diferencia entre inversión inicial y beneficio final, que es el fundamento de toda la
economía capitalista, esto es la acumulación de ganancias por la clase propietaria).
A.1 El ciclo global del capital y el capital productivo.
Así el ciclo del capital [ D➜M➜D´] más en detalle es:
D➜M [MP + FT] ... P ... M´➜D´
Que describe las sucesivas fases dineraria (D), productiva (P) y mercantil (M´) del capital,
hasta conseguir obtener el incremento dinerario (D´) respecto a la inversión inicial (D). Es decir, el
capitalista que tiene dinero propio o prestado (D), invierte en medios de producción (MP)
(máquinas, edificios, materias primas...) y fuerza de trabajo (FT) (salarios); y su función
combinada, la producción (P), crea un volumen de mercancías (M´) que al transformarlas en dinero
en el mercado, genera un beneficio del cual se apropia (D´).
Sólo como capital productivo, en el proceso real de producción (P), este crea plusvalor.
Ningún momento de las otras fases que el capital recorre en su ciclo crea valor alguno. Es en la fase
productiva, donde M [MP + FT] (los medios de producción y la fuerza de trabajo), constituyen el
proceso productivo P, en el que se genera la riqueza social en forma de M´.
Tanto el comercio como los bancos y fondos de inversión son improductivos. Sólo los
capitalistas de la fase productiva extraen directamente plusvalor, que han de compartir con otros
capitalistas, especializados en otras fases del ciclo de reproducción global del capital o simplemente
propietarios. Los gastos de la circulación, incluyendo las ganancias de los capitalistas de estos
sectores, se deducen del fondo de plusvalor creado en la producción8:
"El capitalista que produce el plusvalor, es decir, el que directamente succiona de los
trabajadores trabajo impago y lo fija en mercancías, es por cierto el primer apropiador, pero en
modo alguno el propietario último de ese plusvalor. Posteriormente tiene que compartirlo con
capitalistas que desempeñan otras funciones en el conjunto de la producción social, con los
terratenientes, etc... El plusvalor, pues, se escinde en varias partes. Sus fracciones corresponden a
diversas categorías de personas y revisten formas diferentes e independientes entre sí, como
ganancia, interés, ganancia comercial, renta de la tierra, etc...”

Y en Libro 2, Vol 5, página 440:


“La producción no sólo genera artículos para el uso, sino también el valor de los mismos;
pero su principio impulsor es la obtención de plusvalor, cuya cuna es la esfera de la producción, no
la de la circulación. De las tres clases que figuran como portadoras del proceso de reproducción
social mediado por la circulación, el explotador directo del trabajo “productivo”, el productor del

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plusvalor, el arrendatario capitalista, se distingue de quienes meramente se apropian del


plusvalor.”9

La mercancía valoriza el capital en la producción, y no en la circulación, cuya función no es


valorizar el capital, sino cambiar la forma de ese valor de M´a D´, es decir convertir ese valor
creado en la producción en forma de mercancía, en dinero10:
“La mercancía se convierte en capital mercantil como forma de existencia funcional del
valor de capital ya valorizado, surgida directamente del propio proceso de producción.”... “¿Que
convierte a este sencillo proceso de toda circulación mercantil, simultáneamente en una función de
capital? No es ninguna variación que ocurra dentro del hilado, ni con respecto a su carácter de
uso –pues la mercancía pasa a manos del comprador como objeto para el uso- ni con respecto a su
valor –pues éste no sufre ninguna variación de magnitud, sino sólo una modificación formal-. Ese
valor existía primero en el hilado, ahora existe en el dinero.”... ”Durante el proceso de hilar, los
hilanderos crearon valor de hilado por una suma de 128 libras. Una parte de esta suma, digamos
50 libras, constituye para el capitalista meramente un equivalente de su desembolso de la fuerza de
trabajo, y 78 libras constituyen el plusvalor”

Los agentes de la producción, deben sufragar los gastos de los agentes de la circulación (lo
hagan estos últimos por si mismos, o mediante trabajo asalariado)11:
“El proceso de reproducción incluye ambas funciones del capital, es decir que también
encierra la necesidad que estas funciones estén representadas, ya sea por el propio capitalista, ya
por asalariados, agentes del mismo. Pero esto no es motivo para confundir a los agentes de
circulación con los agentes de producción, así como tampoco lo es para para confundir las
funciones del capital mercantil y capital dinerario con las del capital productivo. Los agentes de
circulación deben ser pagados por los agentes de producción. Pero si los capitalistas que compran
y venden entre sí no crean con estos actos ni productos ni valor, esto no varía cuando el volumen de
su negocio les permite y los obliga a descargar esta función en otros.”

Y es que, en cuanto al comercio, la compraventa no modifica el valor de las mercancías, y no


crea por tanto riqueza, sino que es trabajo mediador para el cambio de forma del capital12:
“Por supuesto, las dimensiones que adoptan las transacciones mercantiles en manos de los
capitalistas no pueden transformar este trabajo, que no crea valor sino que sólo sirve de mediador
para el cambio de forma del mismo, en trabajo creador de valor.”... “Al que cobra las rentas de un
terrateniente o al empleado de un banco también le resulta indiferente que su trabajo no aumente
ni en un ápice la magnitud de valor de la renta o de las monedas de oro trasladadas en bolsas a
otro banco.” ... “Pero hoy como ayer, el tiempo que utilizan en la compra y la venta no crea ningún
valor. La función del capital comercial suscita una ilusión...”

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Y a modo de resumen13:
“Hemos visto en el libro ii que las funciones puras del capital en la esfera de la circulación –
es decir, las operaciones que el capitalista industrial debe llevar a cabo primeramente para
realizar el valor de sus mercancías, y en segundo lugar para reconvertir ese valor en los elementos
de producción de la mercancía, las operaciones que median las metamorfosis del capital mercantil
M´-D-M, esto es, los actos de la venta y de la compra- no generan valor ni plusvalor.”

Además del comercio, y en general, los costos de circulación son improductivos14:


“Es innecesario entrar aquí en todos los detalles de los costos de circulación, como por
ejemplo embalaje, clasificación, etc. La ley general es que todos los costos de circulación que
surgen sólo de la transmutación formal de la mercancía no agregan ningún valor a ésta última. Son
meramente, gastos para la realización del valor, o para su transferencia de una forma a la otra. El
capital desembolsado para cubrir estos costos (incluido el trabajo a disposición de dicho
capitalista) forma parte de los faux frais de la producción capitalista. La reposición de los mismos
debe ocurrir a expensas del plusproducto, exactamente de la misma manera que para un obrero, el
tiempo que necesita para adquirir sus medios de subsistencia, es tiempo perdido.”

A.2 Los servicios y la producción “inmaterial”


Que el trabajo deba pertenecer a la esfera de la producción (y no a la circulación) para ser
productivo, no supone excluir a priori de la creación de plusvalor el sector servicios, considerado
como aquellas ramas de la economía en las que el producto del proceso de trabajo no se materializa
en un objeto o mercancía distinto de los propios elementos del proceso productivo; y en que su
valor de uso no se puede separar del uso del propio proceso de producción15:
“En la fórmula general se considera el producto de P como una cosa material distinta de los
elementos del capital productivos, como un objeto que posee una existencia separada del proceso
de producción y que reviste una forma de uso diferente de la que adoptan los elementos que lo
producen. Y si el resultado del proceso de producción aparece como cosa esto ocurre siempre,
incluso cuando una parte del producto vuelve a entrar, como elemento en la producción que se
reanuda.”... “Pero hay ramos de la industria autónomos en los que el producto del proceso de
producción no es un producto objetivo nuevo, no es una mercancía. Entre ellos, la única importante
desde el punto de vista económico es la industria de la comunicación, ya sea la industria del
transporte propiamente dicha, para mercancías y personas, ya la que sólo transmite despachos,
cartas, telegramas...” ... “El efecto útil sólo se puede consumir durante el proceso de producción;
no existe como cosa útil distinta de este proceso, que sólo después de su producción funciona como
artículo comercial, circula como mercancía. Pero el valor de cambio de este efecto útil está
determinado, como el de todas las demás mercancías, por el valor de los elementos de producción

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consumidos en él (fuerza de trabajo y medios de producción) más el plusvalor que ha creado el


plustrabajo de los obreros ocupados en la industria del transporte. También con respecto a su
consumo este efecto útil se comporta exactamente del mismo modo que otras mercancías. Si se le
consume individualmente, entonces su valor desaparece con el consumo; si se lo consume
productivamente, de manera que él mismo es una fase en la producción de la mercancía
transportada, entonces su valor se transfiere a la mercancía misma como valor agregado. Por
tanto la fórmula para la industria del transporte sería D – M (FT + MP) ... P – D´ , pues se paga y
se consume el propio proceso de producción y no un producto separable de él.”

Para los servicios como el transporte la diferencia con la producción de mercancías radica en
que no hay una M´ separable del propio proceso P que se intercambie finalmente por D´, sino que el
uso del (efecto útil del) propio proceso P por el consumidor, se cambia por D´, lo cual a su vez
condiciona su productividad y desarrollo. Pero al ser un trabajo que pertenece a la fase de
producción real, si cumple el criterio formal sería igualmente creador de plusvalía.
Si bien El Capital recoge como servicios únicamente reseñables a efectos “económicos” el
transporte y las comunicaciones, deben tenerse en cuenta los condicionantes históricos de sus
palabras (escritas hace más de un siglo) e ir al fondo de sus afirmaciones, esto es, que no podemos
calificar a priori como improductivos todos los servicios o la producción “inmaterial”, o todos los
renglones económicos que la contabilidad “oficial” actual incluye en el sector terciario o de
servicios.
Este aspecto es el que recalcan quienes se adscriben a la concepción formalista del trabajo
productivo, para criticar la visión “reduccionista” de quienes excluyen todos los servicios del
trabajo productivo, y a la vez defender el “extremo opuesto”, esto es, que el contenido del trabajo es
irrelevante, y sólo importa la forma social, y así incluyen todo el trabajo asalariado para empresas
privadas capitalistas como productivo, incluyendo bancos y comercio, p.ej.
A.3 Las fronteras de la producción y la circulación: circulación pura y productiva
Al ser un criterio fundamental la pertenencia a la fase de producción o a la circulación, uno de
los debates que se plantean gira en torno a la fijación de la línea divisoria entre una y otra. Marx
plantea la distinción entre circulación pura y circulación “productiva”16:
“Los costos de circulación tienen su origen en el mero cambio formal del valor, en la
circulación considerada idealmente, no entran en el valor de las mercancías. Las partes de capital
gastadas en ellos constituyen meras deducciones del capital gastado productivamente, en la
medida en que se considera al capitalista17”

Pero, continúa inmediatamente, refiriendo otro tipo de costos de circulación:


“Los costos de circulación que ahora examinaremos son de otra naturaleza. Pueden surgir

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de procesos de producción que sólo se continúan en la circulación y cuyo carácter productivo


resulta, pues, sólo ocultado por la forma de la circulación. Por otra parte, considerados
socialmente, pueden ser meros costos, consumo improductivo de trabajo ora vivo, ora objetivado, y
sin embargo, precisamente por eso, actuar como creadores de valor para el capitalista individual,
constituir una adición al precio de venta de su mercancía. Esto se infiere ya del hecho de que estos
costos difieren en las distintas esferas de la producción y ocasionalmente también en el caso de
distintos capitales individuales dentro de la misma esfera de la producción. Por agregarse al precio
de la mercancía, se distribuyen en la medida que corresponde a los capitalistas individuales. Pero
todo trabajo que agrega valor puede también agregar plusvalor, y sobre la base capitalista
agregará siempre plusvalor, puesto que el valor que ese trabajo crea depende de su propia
magnitud, y el plusvalor que crea, depende de la medida en que el capitalista paga ese trabajo.”

Y más adelante hablando del almacenamiento de mercancías, dice en página 164:


“Por eso aunque en el caso que presuponemos estos gastos varios generados por la
formación de acopio surjan meramente de una demora en la trasmutación formal y de la necesidad
de la misma, se distinguen, no obstante, de los gastos varios analizados sub I 18porque su objeto
mismo no es la trasmutación formal del valor, sino la conservación del valor que existe en la
mercancía en cuanto producto, en cuanto valor de uso, y que por tanto sólo puede conservarse
mediante la conservación del propio producto, del mismo valor de uso. Aquí el valor de uso no se
acrecienta ni se aumenta; al contrario, disminuye. Pero se pone coto a su disminución y se lo
conserva.”

Además del almacenamiento “normal” (necesario para la producción y consumo, no


“especulativo” o por incapacidad de venta por crisis capitalista), Marx incluye el transporte de
mercancías como segundo elemento de la producción que aparece en la circulación. El transporte de
personas, si cumple el requisito formal (trabajo asalariado, empresa capitalista), es producción de
servicios, y trabajo productivo. Respecto al transporte de mercancías19:
“Las masas de productos no aumentan porque se las transporte. Incluso la modificación de
sus propiedades naturales provocada acaso por el transporte no es, con ciertas excepciones, un
efecto útil intencional, sino un mal inevitable. Pero el valor de uso de las cosas sólo se efectiviza en
su consumo, y su consumo puede hacer necesario su cambio de lugar y por ende el proceso
adicional de producción que cumple la industria del transporte. El capital productivo invertido en
ésta agrega, pues, valor a los productos transportados, en parte por transferencia de valor de los
medios de transporte, en parte por adición de valor mediante el trabajo de transporte. Esta última
adición de valor se divide, como ocurre en toda producción capitalista en reposición de salario y
plusvalor.”

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Y al final del capítulo en página 181:


“La acción de circular, es decir, el movimiento real de las mercancías en el espacio, se
resuelve en el transporte de la mercancía. La industria del transporte constituye, por un lado, un
ramo autónomo de la producción, y en consecuencia una esfera especial de inversión del capital
productivo. Por otra parte se distingue porque, como continuación de un proceso de producción,
aparece dentro del proceso de circulación y para éste.”

Es decir que el transporte de mercancías, así como el almacenamiento “normal” son


elementos del proceso directamente productivo, que perviven, se introducen o solapan sobre la fase
de circulación del capital mercantil, y es productivo si cumple el criterio formal, creando plusvalor.
Por otra parte, el hecho de que distinga para calificarlo como productivo o no el que el
almacenamiento se deba a la necesidad universal de la producción o del consumo, o bien a la
especulación o la sobreproducción originada por el capitalismo, señala una vez más la importancia
fundamental que da Marx al contenido del trabajo, y no sólo a su forma social.
B.- Otra condición necesaria que debe cumplir el trabajo productivo es el de la forma social.
Este criterio formal es recogido por algunos autores y economistas como el que permite
calificar un trabajo como productivo o improductivo, pudiendo obviar por completo su contenido u
otras circunstancias20.
En Libro 1, Vol 2, página 615:
“Al ampliarse el carácter cooperativo del proceso laboral mismo, se amplía necesariamente,
por consiguiente el concepto de trabajo productivo y de su portador, el obrero productivo. Por otra
parte, en cambio, ese concepto se vuelve más restringido. La producción capitalista no sólo es
producción de mercancías, es en esencia producción de plusvalor. El obrero no produce para sí
sino para el capital. Por lo tanto ya no basta que produzca en general. Tiene que producir
plusvalor. Sólo es productivo el trabajador que produce plusvalor para el capitalista o que sirve
para la autovalorización del capital. Si se nos permite poner un ejemplo al margen de la esfera de
la producción material, digamos que un maestro de escuela, por ejemplo, es un trabajador
productivo cuando, además de cultivar las cabezas infantiles, se mata trabajando para enriquecer
al empresario. Que este último haya invertido en una fábrica de enseñanza en vez de hacerlo en
una fábrica de embutidos no modifica en nada la relación. El concepto de trabajador productivo
por ende, en modo alguno implica meramente una relación entre actividad y efecto útil, entre
trabajo y producto del trabajo, sino además una relación de producción específicamente social,
que pone en el trabajador la impronta de medio directo de valorización del capital.”

Es requisito si ne qua non para considerar el trabajo como productivo en el capitalismo, el que
se desarrolle bajo la forma social de trabajo asalariado en una empresa capitalista, sea en la

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producción material o en la inmaterial (y pone el ejemplo del maestro de escuela privada),


reiterando que la producción inmaterial o de servicios puede ser productiva.
Dos trabajos con el mismo contenido pueden ser productivos o improductivos en función de
su forma social, p.ej. un profesor funcionario no puede generar plusvalía, un profesor de la privada
sí.
Este requisito deja fuera del trabajo productivo:
•Todo el sector público.
•Todos los trabajadores independientes (autónomos sin asalariados, profesionales
independientes).
•Todos los trabajadores domésticos y de servicios personales.
•Trabajo en organizaciones sin ánimo de lucro y voluntariado.
Por otro lado, los servicios pueden ser productivos si estos se dan en la esfera de la
producción, y bajo la forma de empresa capitalista, trabajo asalariado y hay acumulación efectiva de
ganancias.
Quienes se acogen a la posición formalista aíslan y elevan al absoluto este requisito formal,
obviando cualquier otra consideración. De esta manera “amplían” o hacen extensivo el carácter
productivo del trabajo a la circulación, si cumple el requisito de la forma social. Sin embargo, en la
obra de Marx, este requisito lo que hace precisamente es restringir el alcance del trabajo productivo
en el capitalismo, porque no todo trabajo que por su contenido sería productivo es creador de
plusvalía en el capitalismo. La producción capitalista restringe los márgenes del trabajo productivo,
y no los amplía. Limita el desarrollo de la producción en general, y no lo expande21.
C.- Desde el punto de vista de la distinción entre su carácter directamente productivo, o
accesorio (emergente) del proceso productivo o del propio sistema social. Los costes (“faux frais”)
de la producción, la economía y la sociedad capitalista son improductivos22:
“Pero sin entrar aquí más en detalles sobre este asunto, lo siguiente resulta claro desde un
principio: cuando, por la división del trabajo, una función que de por sí es improductiva pero
constituye un elemento necesario de la reproducción, se transforma de ocupación accesoria de
muchos en ocupación exclusiva de pocos, en tarea particular de estos, no se transforma la índole
de la función misma.”

Distingue tareas necesarias para la reproducción global del capital de tareas directamente
productivas de plusvalor, y establece que su segregación en empresas o ramas económicas
enteramente independientes no modifica su carácter improductivo23:
“Mientras que el productor individual de mercancías lleva las cuentas sólo en su cabeza o
solamente de manera accesoria, fuera de su tiempo de producción, anota en un libro sus gastos,

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entradas, plazos de pago, etc... mientras las cosas son así, es evidente que esta función suya y los
medios de trabajo que acaso gasta al cumplirla, como papel, etc, representan un gasto adicional de
tiempo de trabajo y de medios de trabajo, gasto que es necesario, pero que constituye una
reducción tanto del tiempo que el productor puede gastar productivamente como de los medios de
trabajo que operan en el proceso real de producción, que entran en la formación de producto y de
valor. La naturaleza de la función misma no se modifica por el volumen que adquiere ésta al
concentrársela en manos del productor capitalista de mercancías y, en lugar de aparecer como
función de muchos productores pequeños de mercancías, presentarse como función de un
capitalista, como función dentro de un proceso de producción en gran escala; ni tampoco se
modifica por su separación de las funciones productivas, de las cuales constituía una obra
accesoria, ni por su autonomización como función de agentes especiales, a quienes se confía de
manera exclusiva dicha función. La división del trabajo, la autonomización de una función, no la
hacen creadora de valor y de productos si no lo era de por sí, es decir, ya antes de volverse
autónoma.”24

Pero ni siquiera todo el tiempo de trabajo que consume el propio proceso productivo, supone
trabajo productivo25:
“Un artesano que ejecuta sucesivamente los diversos procesos parciales en la producción de
una obra, debe cambiar ora de lugar, ora de instrumento. El paso de una operación a otra
interrumpe el curso de su trabajo y genera poros, por así decirlo en su jornada laboral. Cuando el
artesano ejecuta continuamente y durante todo el día la misma operación, esos poros se cierran, o
bien desaparecen en la medida en que decrece el cambio de una operación por otra.”

Productivo es el trabajo que crea directamente el valor de uso de la mercancía, en


contraposición también al trabajo “de oficinas”, que es un costo de la circulación26:
“Todos estos costos no se efectúan en la producción del valor de uso de las mercancías, sino
en la realización de su valor; son costos de circulación puros; no entran en el proceso directo de
producción, sino en el proceso de circulación, y por ende en el proceso global de la
reproducción.”27

En el ejemplo de un productor individual, de toda su jornada de trabajo dedica una parte a


producir directamente las mercancías que venderá en el mercado, que es en definitiva de donde
obtendrá los ingresos que le permitirán reproducirse a sí mismo. Pero además realiza otras tareas
accesorias que aunque necesarias para completar el ciclo, interrumpen o limitan el trabajo
directamente productivo y no crean mercancías que pueda vender: administración y adquisición de
insumos que necesita para su trabajo, tiempos muertos entre distintas tareas del proceso productivo,
contabilidad y administración de créditos, deudas, plazos, etc... Todas estas tareas, aparezcan o no

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Asociación Cultural Jaime Lago, La plusvalía y el trabajo productivo

dentro del proceso de producción se deducen de o limitan el tiempo de trabajo directamente


productivo. Lo mismo ocurre en escala capitalista social aunque estas tareas improductivas se
constituyan en ramas autónomas de la economía.
Hoy podemos identificar estas ramas económicas con los despachos de abogados, gestores y
asesorías, las ETTS (gestión del enrolamiento de fuerza de trabajo) y otros servicios a empresas; o
los departamentos de ventas, RRHH y otros dentro de las propias empresas, aunque se dediquen a
sectores productivos (p.ej. departamento de RRHH de Arcelor).
En contraposición a estos aspectos, la organización del trabajo combinado es productivo28:
“Por una parte, en todos aquellos trabajos en los cuales cooperan muchos individuos, la
cohesión y unidad del proceso se representan necesariamente en una voluntad dirigente, y en
funciones que no afectan a las labores parciales sino a la actividad global de ese lugar de trabajo,
como es el caso del director de una orquesta. Este es un trabajo productivo, que debe efectuarse en
cualquier modo de producción combinado.”

El trabajo de supervisión tiene una doble faceta. Por un lado un aspecto productivo y
“supracapitalista” o universal, necesario para cualquier modo de producción en que cooperen
productores. Por otro lado, un aspecto improductivo y propio de las sociedades de clases, para
garantizar que la fuerza de trabajo cumple adecuadamente los objetivos del propietario. Si bien el
segundo aspecto es improductivo y desaparece en una sociedad sin clases, el primero sigue siendo
necesario, y Marx lo considera productivo.
Resumen de los criterios de Marx
El trabajo productivo, sobre el que se crea el fondo global de plusvalor es el que:
•Pertenece a la esfera de la producción (sea de mercancías o servicios), y no de la circulación.
•Se da bajo la forma de trabajo asalariado en empresa privada capitalista.
•Es directamente productivo del valor de uso de la mercancía, en oposición a las tareas
accesorias, interrupciones o gastos, “faux frais” del proceso productivo y la sociedad capitalista.
4. Otras discusiones actuales sobre el trabajo productivo
¿Nueva hegemonía de la producción inmaterial?
Autores como T. Negri se apoyan en el exponencial crecimiento del sector servicios en
“occidente”, frente al estancamiento de la industria, para caracterizarlo como una “renovación” del
capitalismo.
A este respecto, observemos que ya Marx recoge y explica este fenómeno29:
“Finalmente, el extraordinario aumento de fuerza productiva en las esferas de la gran
industria –acompañado, como lo está, de una explotación intensiva y extensivamente acrecentada

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Asociación Cultural Jaime Lago, La plusvalía y el trabajo productivo

de la fuerza de trabajo en todas las demás esferas de la producción- permite emplear


improductivamente a una parte cada vez mayor de la clase obrera, y ante todo reproducir de esta
manera, y en escala cada vez más masiva, a los antiguos esclavos familiares, bajo el nombre de
“clases domésticas”, como criados, doncellas, lacayos, etc...”

Casi 150 años después de estas afirmaciones, la productividad de la gran industria ha


aumentado hasta límites desconocidos. El crecimiento o “hipertrofia” del sector servicios o del
trabajo improductivo en general, es posible precisamente por el desarrollo de las fuerzas
productivas en el sector productivo, y no de su decadencia o pérdida de importancia como sustento
del conjunto de la “arquitectura” capitalista. El fondo de plusvalor que sostiene todo el trabajo
improductivo y con la propia estructura de dominación de clase y el estado, se ve enormemente
acrecentado con el desarrollo de las fuerzas productivas, y es este desarrollo el que posibilita el
crecimiento de los servicios y el trabajo improductivo.

Entre 1975 y 2005, el empleo industrial en España aumenta un 13%, mientras que la
producción lo hace un 79%, 6 veces más que el empleo. Este aumento de la productividad es muy
superior al del sector servicios.
El poder del crédito y los bancos.
Una de las posiciones que tratan de explicar la actual crisis económica, se refiere a una crisis
“financiera” generada por los especuladores y banqueros que dominarían la economía y quienes
habrían causado las burbujas especulativas, como una anomalía del propio sistema capitalista, ajena
a la producción real.

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Asociación Cultural Jaime Lago, La plusvalía y el trabajo productivo

Respecto a la hegemonía de bancos y especuladores, y su obtención de inmensos beneficios


económicos, en nada modifica su naturaleza improductiva30:
“En consecuencia, costos que encarecen la mercancía sin agregarle valor de uso y que para
la sociedad forman parte de los faux frais de la producción, pueden constituir para el capitalista
individual fuente de enriquecimiento. De otra parte, no por ello desaparece su carácter
improductivo, en la medida en que el suplemento que añaden al precio de las mercancías sólo
distribuye esos costos de circulación. Por ejemplo, las compañías de seguros reparten las pérdidas
de los capitalistas individuales entre la clase de los capitalistas. Sin embargo esto no impide que
las pérdidas compensadas de esta manera sigan siendo pérdidas si se considera el capital social
global.”

La propia función improductiva dineraria del capital se sustenta sobre el fondo de plusvalor
creado en la esfera de la producción y es una fase complementaria a la del capital productivo, con la
que se une en un proceso indisoluble (el de la reproducción global del capital). Sin embargo, en
distintas etapas históricas, las masas de valor se distribuyen desigualmente31:
“En primer lugar, las masas de valor suelen estar distribuidas, en las distintas épocas, en
porciones desiguales entre las distintas fases y formas funcionales...” 32

El poder relativo de los distintos sectores de capitalistas por el reparto del plusvalor-ganancia
en escala social, puede variar en distintos períodos históricos. Por otro lado, el volumen y poder del
crédito tiende a crecer con el desarrollo del sector productivo, y a dar un poder creciente al sector de
los capitalistas que manejan “papeluchos”33:
“De esto se desprende, además: cuanto mayor sea el capital productivo que funciona en un
país (incluida la fuerza de trabajo incorporada a dicho capital, la generadora del plusproducto);
cuanto más desarrollada esté la fuerza productiva del trabajo y con ella, asimismo, los medios
técnicos para que se expanda aceleradamente la producción de medios de producción; cuanto
mayor, por consiguiente, sea también la masa del plusproducto, tanto en lo que se refiere a la masa
de valores de uso en que ese valor se representa, tanto mayores será... la masa de este plusproducto
transformado en dinero, por tanto del capital dinerario adicional virtual...
Si bien el plusproducto... es la base real de la acumulación de capital, esto es de la
reproducción ampliada, ..., en cambio es absolutamente improductivo en su fijación en el estado de
crisálida dineraria, ..., bajo esta forma discurre paralelamente al proceso de producción, pero se
halla al margen del mismo. Es un peso muerto de la producción capitalista. El afán de volver
utilizable... ese plusvalor que se atesora como dinero virtual, encuentra su satisfacción en el
sistema crediticio y en los “papeluchos”. El capital dinerario adquiere de esta manera, bajo otra
forma, el influjo más descomunal sobre el curso y el desarrollo imponente del sistema capitalista
de producción”.

15
Asociación Cultural Jaime Lago, La plusvalía y el trabajo productivo

En cualquier caso el capital dinerario, como todo el capital improductivo tiene su razón de ser
y sustento objetivo de acumulación y crecimiento en el capital productivo34:
“Con el crecimiento de la riqueza material crece la clase de los capitalistas dinerarios; por
una parte aumenta el número y riqueza de los capitalistas que se retiran, los rentistas, y por la otra
se fomenta el desarrollo del sistema crediticio, y con ello se incrementa el número de banqueros,
prestamistas de dinero, financistas, etc...”

“Con el desarrollo del sistema crediticio se crean grandes mercados dinerarios


concentrados, como Londres, que son al mismo tiempo sedes principales del comercio con dichos
títulos. Los banqueros ponen masivamente a diposición de esta ralea de traficantes el capital
dinerario del público, y de este modo se multiplica esta laya de jugadores.”

Hoy los bancos y el sector financiero controlan el flujo de dinero hacia la producción y la
industria para financiar su producción, a cambio de una fracción de la ganancia; pero controla
también el flujo de dinero hacia los ciudadanos o “consumidores” en forma de préstamos que han
venido manteniendo alto el consumo en forma ficticia desde la crisis de finales del s. XX, dándole a
los bancos y sus oligopolios un gran poder sobre la economía y la sociedad.
Por otra parte, todo esto no evita que la clase capitalista conforme un todo único, en el cual
sus individuos participan pro rata de la tarta de la explotación global35:
“La idea fundamental de ello es la propia ganancia media, la idea de que capitales de igual
magnitud deben arrojar, en los mismos lapsos, ganancias de igual magnitud. Esa idea, a su vez, se
basa en otra, según la cual el capital de cada esfera de la producción debe participar pro rata de
su magnitud en el plusvalor global expoliado a los obreros por parte del capital social o global; o
bien que a cada capital en particular sólo hay que considerarlo como una porción del capital
global, y a cada capitalista, de hecho, como accionista en una empresa global, accionista que
participa en las gananciales globales pro rata de la magnitud de su participación de capital.”

Por último, el comercio y el dinero (y con él los bancos), no son formas absolutas, ahistóricas,
de la economía, sino necesidades de la fase histórica capitalista, que desaparecerán con su
superación por una sociedad sin clases, por devenir innecesarias para la reproducción social36:
“Si el capital dedicado al tráfico de mercancías y el capital dedicado al tráfico de dinero no
se distinguieran del cultivo de los cereales más de lo que se distingue éste de la ganadería y de la
manufactura, resultaría claro como la luz del día que la producción y producción capitalista en
general son idénticas, y que en especial también la distribución de los productos sociales entre los
integrantes de la sociedad, sea para su consumo productivo o para el consumo individual, también
debería ser tan eternamente mediada por comerciantes y banqueros como lo son el consumo de

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Asociación Cultural Jaime Lago, La plusvalía y el trabajo productivo

carne por la ganadería y el de prendas de vestir por su fabricación”

Servicios, consumo e industrialización


A fin de simplificar, aquí se identifica industria con producción y servicios con consumo, si
bien no son categorías que se correspondan con realidades idénticas.
La diferencia entre la industria (producción) y los servicios (consumo), se refleja en las
diferentes expresiones:
P... M´➜ D´
P➜D´
La distinta naturaleza del contenido de ambos procesos, determina y condiciona varios
aspectos de los mismos.
Por un lado el consumo, a diferencia de la producción, es activado por la realización de la
necesidad individual: comer, beber, diagnosticar un dolor, viajar o leer un libro... No se puede o sólo
limitadamente “consumir en cadena”. Por su propia naturaleza, satisfacer necesidades individuales
en contraposición a producir en masa, el consumo tiende a ser “artesanal”.
En una sociedad donde prima el interés de las personas, el conjunto del sistema se orientaría a
la adecuada satisfacción de las mismas. Sin embargo la economía capitalista se orienta a la
maximización del beneficio privado, que se sobrepone a la voluntad de los individuos. Las
personas, la fuerza de trabajo, son consideradas como una mercancía más. Es por ello que el propio
capitalismo trata de salvar este obstáculo “natural”, e “industrializar” el consumo 37: Desde los 40
principales, hasta McDonalds, se busca estandarizar, mecanizar y aplicar los procesos industriales a
la producción de la “mercancía” fuerza de trabajo, de los trabajadores. La visión extrema de este
proceso nos la da la ciencia ficción en películas como Matrix, donde el sistema “cultiva” seres
humanos como los humanos cultivamos lechugas o fabricamos tornillos.
Pero por la propia naturaleza de su función, el consumo no es industrializable como la
producción. Esto limita la inversión en maquinaria y medios técnicos y el progreso de capital fijo
sobre variable en estas ramas de la economía, y por tanto limita el crecimiento de la productividad
en los mismos. Hoy una tasca o pensión no son tan distintas a las de la antigua Roma. Estos sectores
consumen una proporción relativa muy alta de fuerza de trabajo en comparación a los de la
producción, lo que produce un encarecimiento relativo de su producto. Por otro lado, al iniciar una
nueva explotación en estos sectores, las inversiones necesarias son incomparablemente menores que
en la gran industria actual; este factor no hace de barrera para la introducción de nuevos capitalistas.
La adaptación al contexto territorial cobra mayor importancia, al no existir una mercancía
material que pueda transportarse físicamente a mercados o consumidores distantes, el proceso
productivo debe estar en un radio más o menos cercano al consumidor, porque este consume
precisamente el efecto útil del propio proceso productivo.

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Asociación Cultural Jaime Lago, La plusvalía y el trabajo productivo

Todo esto determina la creación de “micro-mercados”, y genera una clase de pequeños


capitalistas, amplia numéricamente, poco acumuladora, muy vulnerable a la competencia de los
monopolios (frutero y Mercadona). Esta clase es casi irrelevante para el ciclo de acumulación
capitalista global, aunque importante cuantitativamente desde el punto de vista social.
El poder del trabajo combinado en la industria y en los servicios
La acumulación cuantitativa de trabajadores produce un salto cualitativo, no lineal, de la
producción38:
"Así como la fuerza ofensiva de un escuadrón de caballería o la fuerza defensiva de un
regimiento de infantería difiere esencialmente de la suma de fuerzas ofensivas y defensivas que
despliega por separado cada jinete o infante, la suma mecánica de fuerzas de obreros aislados
difiere esencialmente de la potencia social de fuerzas que se despliega cuando muchos brazos
cooperan simultáneamente en la misma operación indivisa, como cuando corresponde, por
ejemplo, levantar un peso, hacer girar un manubrio o quitar de en medio un obstáculo. El efecto
del trabajo combinado en tales casos, no podría lograrlo el trabajo de individuos aislados,... No se
trata aquí de un aumento de la fuerza productiva individual, debido a la cooperación, sino de la
creación de una fuerza productiva que en sí y para sí es forzoso que sea una fuerza de masas.”

El consumo por el capitalista de la fuerza de trabajo es distinta en la gran industria que en


otras ramas de la economía, incluso productivas. Su uso “concentrado” da un rendimiento superior.
El capitalista compra fuerza de trabajo individual, pero obtiene, a través de su consumo
“concentrado” o combinado, un extra de producción que le sale gratis. Y el gran capital industrial es
el que mejor lo aprovecha.
Las grandes empresas comerciales o financieras no pueden aprovechar este factor en la escala
de la industria, pues aun siendo de los sectores que concentran empresas con mayor número de
trabajadores en total (p.ej. El Corte Inglés, Alimerka), estos se distribuyen en redes de cientos y
miles de centros de trabajo repartidos por todo el territorio nacional, el consumo de su fuerza de
trabajo se produce de forma segmentada, no combinada, lo cual a su vez viene determinado por el
propio contenido de su función en la reproducción global del capital.
Total De 1 a 3 4a9 10 a 19 20 a 49 50 a 99 100 a 199 200 a 499 500 a 999 1000 y más

63033 2554 5337 7109 9348 6146 7527 11244 3947 9821

Distribución de trabajadores por tamaño de empresa, industria, Asturias 2006. INE.


Del total de trabajadores industriales, el 23.79 % está en empresas de entre 1 y 19
trabajadores; el 36.52 % en empresas de entre 20 y 199 trabajadores y el 39.68 % en empresas de
200 o más trabajadores. En total algo más del 50% están en empresas de más de 100 trabajadores.
Estas grandes industrias, a su vez, dentro del tejido industrial, son las que más aprovechan la
ventaja del trabajo combinado:

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Asociación Cultural Jaime Lago, La plusvalía y el trabajo productivo

Datos relativos a la industria asturiana en 2006

Fuente: SADEI, elaboración propia39


Si dividimos la industria asturiana entre las empresas mayores de 100 trabajadores (en el
gráfico la parte azul de las barras) y las más pequeñas (parte roja) observamos que las grandes
ocupan en torno al 50% de la fuerza de trabajo y el tiempo total de trabajo, pero sin embargo
realizan el 70% de ingresos, ventas, consumo de materias primas, contratación de servicios
externos, inversiones, y el 80% de los beneficios.
Son por tanto las grandes compañías industriales el sector que más fomenta el desarrollo de
las fuerzas productivas (inversiones), quienes mayores masas de productos crean y transforman en
el mercado en ganancias, y quienes mayores beneficios y por tanto acumulación de ganancia
capitalista producen. En torno a su hegemonía se crea un tejido más o menos amplio de industria
“secundaria”, que si bien ocupa a buena parte de los asalariados del sector, desarrolla en mucha
menor medida las fuerzas productivas, concentra menos medios de producción y fuerza de trabajo,
y acumula menores ganancias.

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Asociación Cultural Jaime Lago, La plusvalía y el trabajo productivo

Contabilidad oficial y análisis marxista del trabajo productivo.


Las clasificaciones “oficiales” contables, que muchos autores utilizan en sus estudios 40no
parecen corresponderse en forma alguna con la clasificación marxista de las actividades económicas
en función de su carácter productivo o improductivo. Si bien podemos identificar como productivo
el trabajo asalariado en empresas privadas de la agricultura, minería, energía, construcción e
industria (sectores de producción material de mercancías, primario y secundario en la contabilidad
actual), deberíamos excluir del cómputo las tareas improductivas “internalizadas” en estos sectores,
como departamentos de ventas, RRHH, etc...
Por otro lado, en la contabilidad actual, se incluyen en el sector terciario o de servicios,
categorías que se corresponden con trabajo directamente productivo de plusvalor, como puede ser el
transporte, almacenamiento y comunicaciones ya referidos más arriba, las instalaciones o
reparaciones de maquinaria, o la limpieza industrial.
Nº empresas según nº de trabajadores. Sector actividad “otras actividades empresariales” y
subsector “limpieza industrial”. Comparativa absoluta y en %. España 2009. Fuente INE – DIRCE.

Total 0 1a9 10 a 49
74 Otras actividades 488862 311299 159062 15402
747 Limpieza Industrial 23294 9093 10058 3258
% 747 sobre 74 4,76 2,92 6,32 21,15
50 a 99 100 a 499 500 a 999 1000 o más
74 Otras actividades 1381 1414 164 140
747 Limpieza Industrial 376 419 51 39
% 747 sobre 74 27,23 29,63 31,1 27,86

Por un lado del total de empresas encuadradas en el epígrafe “otras actividades


empresariales”, que computa en el “sector terciario” o servicios, el 4,76% son de limpieza
industrial, actividad que como el mantenimiento de maquinaria es productivo. A medida que nos
fijamos en segmentos de empresas con mayor nº de trabajadores, aumenta el carácter “productivo”
de la misma, superando el 25% a partir de 50 trabajadores.

20
Asociación Cultural Jaime Lago, La plusvalía y el trabajo productivo

Total 0 1a9 10 a 49
63 Actividades 25757 9218 13436 2458
anexas a los
transportes;
agencias de viajes
631 2587 726 1191 512
Manipulación y
depósito de
mercancías
% 631 sobre 63 10,04 7,88 8,86 20,83
633 Actividades 10779 4679 5541 459
de las agencias de
viajes
% 633 sobre 63 41,85 50,76 41,24 18,67
63 Actividades 50 a 99 100 a 499 500 o más
anexas a los
transportes;
agencias de viajes
631 77 72 9
Manipulación y
depósito de
mercancías
% 631 sobre 63 23,69 26,28 19,57
633 Actividades 56 34 10
de las agencias de
viajes
% 633 sobre 63 17,23 12,41 21,74

Nº empresas según nº de trabajadores. Sector actividad “Actividades anexas a los transportes”


y subsectores “manipulación y depósito de mercancías”, “actividades de las agencias de viajes”.
Comparativa absoluta y en %. España 2009. Fuente INE – DIRCE.
Algo similar sucede con el epígrafe 63, actividades anexas a los transportes, que incluye
subsectores como la manipulación y depósito de mercancías, y la venta al por mayor y minorista de
turismo y viajes. La segunda supone más del 40% del total de empresas del sector, pero a medida
que nos fijamos en tamaños de empresa mayores, disminuye su proporción, y aumenta la de la
primera.
Hay que tener en cuenta que en las estadísticas más generales (PIB, PNB, empleo…) todos

21
Asociación Cultural Jaime Lago, La plusvalía y el trabajo productivo

estos sectores y actividades se encuadran en el sector servicios, y no en el industrial o productivo, lo


cual es un criterio estadístico-formal que contraviene la esencia de la realidad. Por otro lado,
desentrañar los cientos de epígrafes económicos contables, esclarecer su contenido, y calificarlos
como productivos o improductivos, a la vez que una tarea compleja, nos adentra en matices que
pueden hacernos perder la perspectiva general, la visión de los grandes bloques o sectores
económicos en la actualidad.

Trabajo productivo en España


Total Agricultura Industria Construcción Servicios
1996 9430,7 393,8 2193,5 868 5975,4
2000 11999,3 437,9 2668,2 1311,5 7581,7
2004 15022,4 484,3 2907 1886,4 9744,8
2008 16817,4 455 2942,9 2130,6 11289
2012 14411,2 444,8 2177,9 831,9 10956,5

Evolución 1996-08 nº total de asalariados en España por sector económico. Fuente INE -
EPA.
En 12 años, y hasta 2008, el número de asalariados de la industria creció en casi 750.000 (un
34% aproximadamente), y en más de 1.250.000 en la construcción (144%); 2 millones más en total
(66%). En total en 2008 había en España más de 5,5 millones de trabajadores asalariados en el
“núcleo” de la producción de plusvalía. En total más de 1/3 de los casi 17 millones de asalariados
del sector público y privado y todas las ramas de actividad. A partir de 2008 y con la crisis
capitalista, se produce un fuerte descenso en el empleo en industria y construcción, que vuelve a
niveles absolutos similares a los de 1996, pero bajan en proporción (del 23,26 al 15,11 % la
industria, del 9,2 al 5,77 % la construcción), mientras que los servicios tienen un descenso más
moderado en términos absolutos, y aumenta su proporción en términos relativos (del 63,36% al
76,03 %. En total en 2012 hay unos 3,5 mill. en agricultura, industria y construcción, un 24% del
total.

22
Asociación Cultural Jaime Lago, La plusvalía y el trabajo productivo

Total Cuenta Empleador Sin asalariados Asalariados Sector Sector


propia: o trabajador total Público privad
total independiente o
Total 677592,9 130012,4 44910,6 78000 547212,6 84953,7 462259
Primario 29464,8 14419,5 1951,7 10820,3 14941,8 193,1 14748,7
Industrias 2007,3 158,8 139 16,4 1848,5 81,8 1766,7
extractivas
Industria 108576,9 13231,3 6608,7 5298 95326,8 271,2 95055,6
manufactu
rera
Energía 2469,7 25,1 17,8 7,3 2444,6 42,4 2402,2
Construcci 96357,6 19393,2 8017,2 10721,3 76956,4 443,5 76512,9
ón
Transport 32777,4 7104,9 1444,9 5451,9 25668,8 4241,3 21427,5
ey
almacena
miento

En el primer trimestre de 2008, los asalariados del sector privado realizaron más de 2/3 del
total cuantitativo del trabajo nacional, en su equivalente “universal”, el tiempo de trabajo. De estos
2/3, casi la mitad (unos 200 millones de horas) fueron realizadas en los sectores productivos del
“núcleo” de creación de plusvalor (industria, minería, energía, construcción, transporte y
almacenamiento). Es decir, casi 1/3 del total de horas trabajadas en todo el país, incluyendo el
“trabajo” de los propietarios capitalistas, directivos de empresas, el de los autónomos, todo el sector
público y el terciario-servicios.
Total Asalariados del sector % sobre total
privado
TOTAL SECTORES 588174,3 376429,6 64
A Agricultura, ganadería, 25406,7 13802,2 54,33
silvicultura y pesca
B Industrias extractivas 1271,2 1072,4 84,36
C Industria manufacturera 80397,5 69601,4 86,57
D Suministro de energía, gas 3085,3 2995,8 97,1
E Suministro de agua, saneamiento 4805,9 3997,6 83,18
F Construcción 42073,5 29901,2 71,07
H Transporte y almacenamiento 29668,9 19612,8 66,11
Total sectores “productivos” 186709 140983 23,97

23
Asociación Cultural Jaime Lago, La plusvalía y el trabajo productivo

Horas de trabajo efectivas totales (en miles), por sector en España, primer trimestre 2012. Fuente: INE

En el primer trimestre de 2012, tras cuatro años de crisis, el nº de horas trabajadas en total
desciende algo más del 13%. Los asalariados del sector privado siguen realizando en torno a 2/3 del
total, de los cuales 140 millones de horas en los sectores “productivos”, lo que supone descender al
24% del total del trabajo nacional.
Como resumen, el trabajo productivo hoy en España supone aproximadamente entre 1/4 y 1/3
del total, tanto en número de trabajadores, como en el tiempo de trabajo total volcado al ciclo de
reproducción global del capital. Estas cifras son aproximativas observando a grandes rasgos las
estadísticas globales, y sin hacer una distinción pormenorizada de sectores. Así p.ej. en estas cifras
habría que incluir en los datos del sector “productivo” la educación y sanidad privada, las
reparaciones, instalación de maquinaria, o la limpieza industrial; y excluir de todos los sectores
reflejados la proporción que se refiere a tareas administrativas u otras improductivas. En cualquier
caso pueden servir como aproximación a estas cuestiones.
Servicios, circulación y trabajo productivo
Quienes fijan como único criterio la forma social en que se encuadra el trabajo para
considerarlo productivo, ventilan de un plumazo la necesaria profundización en el contenido del
trabajo, que sólo entra en juego si, además de considerar la forma social, atendemos al requisito de
pertenecer a la esfera de la producción, y a que el trabajo sea directamente productivo.
Así por ejemplo consideran productivos de plusvalor sectores como los bancos y el comercio,
descartando solamente las tareas que se correspondan exclusivamente con “circulación pura”, es
decir mera transmisión de derechos de propiedad.
Sin embargo al tener en cuenta las fases del ciclo global de reproducción capitalista, se debe
atender también al contenido o producto de ese trabajo, y no sólo atender a su forma social. Pero es
que además y en primer lugar el propio contenido del trabajo condiciona enormemente su forma
social.
El crecimiento del sector servicios en los últimos 100 años ha visto crecer ramas económicas
autónomas, que en la actualidad se contabilizan en el sector servicios, pero no fueron consideradas
por Marx en su época, que sólo contemplaba como servicios relevantes el transporte y las
comunicaciones.
Servicios y capital comercial
El comercio, el conjunto de la fase de realización de las mercancías y servicios es
improductivo y se refiere exclusivamente al cambio de forma del valor encerrado en las mercancías
y servicios, pero no a su creación o aumento. Hoy los capitalistas especializados en la realización de
las mercancías, incluyen no sólo las tiendas de barrio, sean grandes centros comerciales o comercios
tradicionales de todo tipo, sino también ramas comerciales especializadas que constituyen ramas o
subramas independientes como las inmobiliarias, agencias de viajes, concesionarios de vehículos,
visitadores médicos, etc, lo que abarca en la contabilidad oficial renglones recogidos de forma

24
Asociación Cultural Jaime Lago, La plusvalía y el trabajo productivo

separada, o internalizados en otros sectores productivos (p.ej. Inditex engloba tanto las fábricas –en
Marruecos-, como las tiendas – en Gran Vía y Londres-).
Todos ellos tienen en común constituir el conjunto de capital social en funciones mercantiles
o comerciales, forman parte del paso M´➜D´ de la ecuación capitalista. Si se tomara como un único
sector permitiría valorar su peso como fase de la reproducción global del capital actual.
Por otra parte, la concentración creciente del comercio en grandes corporaciones, que ha dado
lugar a algunas de las empresas más grandes del planeta, ha visto reforzar el poder de las propias
comercializadoras sobre los productores, al tener un mayor control y hasta cierto grado monopolizar
la venta de los productos. Algunos autores califican este proceso como el paso del modelo “push” al
“pull”, donde quien tiene “la sartén por el mango” y marca las condiciones, aumentando por tanto la
cuota de ganancia que se queda para sí en el reparto capitalista de la misma, es el capital comercial
(el encargado de la venta) al capital productivo 41. Este es hoy el caso de grandes cadenas
comerciales y sus centrales de compras, que al aunar la demanda en una sola voz negociadora,
permiten imponer sus condiciones a los productores más dispersos, especialmente para el caso de
los productos agrícolas.
Marketing y publicidad
Tampoco son productivos otros servicios que forman parte de la esfera de la circulación. Uno
de los ejemplos significativos a debate es el del marketing y la publicidad. Estos sectores
económicos aun cumpliendo la forma social de trabajo asalariado en empresa capitalista, no pueden
ser considerados productivos ya que su contenido supone una necesidad emergente del proceso de
circulación global del capital, de la venta y realización de las mercancías y servicios, ajeno a la
producción.
El desarrollo de las fuerzas productivas y de las relaciones sociales capitalistas, el aumento de
la productividad y la producción en masa, la “globalización” de los mercados, supuso crecientes
avalanchas de productos, y la competencia capitalista, de cara a la realización del plusvalor
contenido en ellos mediante su venta, requiere una cada vez mayor inversión en su promoción
comercial. A partir del primer cuarto del s. XX con el desarrollo de los medios de comunicación de
masas, y el posterior auge del poder adquisitivo de la clase obrera fruto del compromiso de los
capitalistas en sus metrópolis, se constituye como rama autónoma el marketing y publicidad como
trabajo orientado a la realización de los productos, basados en los avances de la psicología y los
modernos medios de comunicación de masas42.
El contenido del trabajo de publicidad surge históricamente como necesidad de la circulación,
de la colocación de los productos en el mercado, y “no añade ni un ápice de valor” a las mercancías,
ni sirve para crear una mayor masa de mercancías en el mismo tiempo, por lo que no puede ser
productivo de plusvalor, sino un coste adicional de la competencia capitalista que se detrae del
fondo de plusvalor. Tampoco es una necesidad absoluta o ahistórica de la economía, sino propia de
la sociedad mercantil capitalista, y desaparecería con la misma, (aunque no p.ej. el diseño gráfico u
otras actividades relacionadas, en cuanto a tareas de contenido “universal”).

25
Asociación Cultural Jaime Lago, La plusvalía y el trabajo productivo

Seguridad
Otro sector de servicios que puede cumplir la forma social y se ha constituido en una rama
independiente y autónoma es el de la seguridad privada, que algunos autores incluyen como trabajo
productivo.
También en el caso de la seguridad, si profundizamos en el contenido de su trabajo, en el
producto de su proceso productivo o su valor de uso, en la función que cumple en el proceso de
reproducción global del capital, parece claro que es improductivo.
El trabajo de seguridad es una necesidad emergente del proceso de circulación y accesorio a la
producción, que trata de garantizar que el capital mercantil ya producido o los elementos del capital
fijo del proceso productivo (instalaciones, máquinas, materias primas almacenadas) no disminuyan
su valor por robo o destrucción. Es una función “negativa” por cuanto trata de impedir la
transmisión de las mercancías sin mediar el pago del precio.
Se diferencia del almacenamiento y las reparaciones, en que si bien comparten el tratar de que
el valor de las mercancías y bienes no disminuya, su contenido no se refiere a la aplicación directa
de trabajo sobre los valores de uso materializados (las mercancías), una conservación “física” de su
valor aplicando energía humana, sino a impedir su transmisión (robo), conservación “social”.
Es un costo social (determinado por los costos sociales del capitalismo, paro y pobreza,
lumpenproletariado) accesorio de la producción y circulación que nuevamente “no añade ni un
ápice de valor a las mercancías”. La especialización y constitución de grandes empresas de
seguridad que emplean a miles de trabajadores y obtienen millones de euros de beneficio,
nuevamente, en nada altera la naturaleza improductiva de la misma.
Hostelería
La hostelería, (cafeterías, bares, restaurantes, y en general negocios de alimentación y bebida
que elaboran y sirven los productos listos para su consumo en el propio local o a domicilio, como
confiterías, pastelerías o panaderías que elaboran al menos en parte sus propios productos), presenta
una serie de peculiaridades.
Por un lado tiene un papel relevante, ocupando en torno a un millón de personas en España,
de los cuales 2/3 asalariados43. Asimismo en ese sector se manifiestan algunos de los principales
males que asolan a la clase obrera: trabajo sumergido, subempleo, falta de sindicalización, excesos
de jornada y horas extra, seguridad y salud...
Por otro lado, desde el punto de vista económico, pertenece en parte a la esfera de la
producción, en parte a la de la circulación. Es en parte producción de mercancías materiales y en
parte servicio “inmaterial”. Contiene producción y consumo, viéndose afectado por las particulares
consecuencias de este hecho descritas más arriba.
Es circulación, cuando los trabajadores toman un pedido en la barra o una mesa del local o
por teléfono, o aconsejan e informan sobre los productos que se ofrecen, tareas necesarias pero

26
Asociación Cultural Jaime Lago, La plusvalía y el trabajo productivo

meramente preparatorias del propio proceso productivo, y anticipatorias de la futura realización de


la mercancía.
Es producción de mercancías materiales. En M [MP +FT] ... P , la realización del proceso
productivo consume materias primas, máquinas e infraestructura, capital fijo que accionado por la
fuerza de trabajo, transforma sus elementos originales y crea una nueva mercancía material que
incluye en su valor el plusvalor generado por el trabajador44.
El proceso continúa en el desplazamiento físico de la mercancía recién hasta el consumidor,
bien dentro del local, bien a su propio domicilio, función productiva que aparece en la circulación.
Por último se gestiona la propia realización de la mercancía por su cobro, cerrando el ciclo de
reproducción con una nueva fase improductiva de compraventa.
Por otro lado, junto a estas actividades encadenadas o sucesivas se solapan otras de distinta
naturaleza como el mantenimiento y limpieza de la maquinaria y el local, almacenamiento y
manipulación de materias primas (productivas); o atención a proveedores que ofrecen sus productos
o cierre de caja y apuntes contables (improductivos, emergentes del proceso productivo o de gestión
de insumos).
Todas estas tareas pueden ser realizadas por una sola persona, o por varias especializadas
(diferencia entre el bar del barrio y el Mc Donalds), pero en general todas dentro del negocio. Así en
un típico negocio de hostelería, las fases del ciclo de reproducción capitalista se dan en unidad
espacial y temporal al interior de una sola rama económica, que acoge por si misma las fases
productivas e improductivas en su seno, desde D, hasta la realización final de D´ (aun así en
ocasiones hay funciones externalizadas: asesorías, publicidad u otras). Su propio contenido, limita
el desarrollo y especialización de distintos subsectores de capitalistas en los distintos aspectos del
proceso y perjudica en general la división del trabajo.
Desde otro punto de vista, la producción en este sector está sometida a las limitaciones
relativas al consumo. El capitalista hostelero (a diferencia del de la industria alimentaria) no puede
producir en masa o en cadena sin más limitación que su propia capacidad de producir las
mercancías y colocarlas al capitalista comercial. No puede iniciar los procesos productivos más que
en forma muy limitada hasta el momento en que sean demandados por el consumidor. El proceso
productivo debe estar listo para ser “disparado” en cualquier momento, pero es el consumidor quien
“aleatoriamente” desde el punto de vista del capitalista individual aprieta el gatillo de la producción
con su pedido. Ello tiene todas las consecuencias comentadas en cuanto a limitar el desarrollo de la
inversión en capital fijo, el encorsetamiento de la productividad, y el mayor peso relativo del factor
fuerza de trabajo, con el aumento relativo del precio de las mercancías que supone.
A todos estos elementos debe añadirse otro, como es la propia atomización espacial del sector,
por cuanto su producto pierde su utilidad tan deprisa que debe ser consumido inmediatamente tras
salir de la producción, siendo cada centro productivo eficaz en un radio muy limitado de espacio.
En definitiva las características de este sector inciden en la acumulación de capital a escala

27
Asociación Cultural Jaime Lago, La plusvalía y el trabajo productivo

social o global, y a la reproducción ampliada de la escala de producción capitalista. Si la producción


de plusvalor y ganancia no supera el umbral mínimo de la acumulación, sino que alimenta la
reproducción del capitalista individual y su “buena vida”, pierde su función productiva en escala
capitalista global, y alimentará una clase de pequeños o micro-propietarios improductivos para la
acumulación global capitalista45.
Informática
Otro de los sectores de gran crecimiento en las últimas décadas son los referidos a la
informática, acerca de la cual se pueden hace algunas apreciaciones:
Por un lado la programación crea un producto real, una mercancía, en soporte digital o en
papel, pero en cualquier caso siempre sobre un soporte material objetivado externamente. Por otro
lado, en gran medida su fuente es el trabajo intelectual, industrializable sólo en parte al depender de
la creatividad humana. Supone un consumo intensivo de fuerza de trabajo intelectual.
Una vez existe la mercancía “original”, los costos de hacer cientos o miles de copias son
ridículos en comparación, y a la vez supone ya un proceso altamente industrializado sea en soportes
“físicos” como CDs o DVDs, o a través de internet. Además su consumo, presupone la existencia de
una infraestructura e inversiones previas para su adquisición.
Otro elemento a tener en cuenta profundizando en su valor de uso, es preguntarnos ¿Para qué
se usan las mercancías producidas?
•Comunicación
•Comercio, ventas y transacciones financieras
•Manejar máquinas, fábricas, centrales de energía...
•Consumo “directo”: música, películas, salud, educación...
•Todo tipo de actividades de circulación o improductivas: contabilidad, gestión de contratos,
nóminas, proveedores, stocks, facturación...
En general puede decirse que los sectores de la informática:
•Reduce costos y tiempo de circulación (gestión de venta y demanda) y de tareas internas a la
producción (gestión de insumos, ritmos y programación de máquinas y trabajadores).
•Descarga a la fuerza de trabajo de tareas productivas repetitivas en relación al uso de la
maquinaria.
•Acorta producción, y sobretodo, acorta circulación: acorta rotación global de capitales,
aumentando la ganancia en un periodo de tiempo dado.
•Pertenece a la fase de producción real y puede ser trabajo productivo si se trata de trabajo
asalariado en empresa capitalista.

28
Asociación Cultural Jaime Lago, La plusvalía y el trabajo productivo

Alfonso Lago
Abril 2013

Notas:
[1] Isaak Illich Rubin “Ensayos sobre la teoría marxista del valor”
[2] Diego Guerrero “Cuestiones polémicas en torno a la teoría marxista del trabajo
productivo” o “Trabajo improductivo”.
[3] Jacques Gouverneur “Una concepción puramente social del valor y el trabajo productivo”
[4] “escocesa” por los comentarios de Marx hacia la posición de A. Smith y los fisiócratas,
cuando dice que la materialización del trabajo no debe tomarse "en un sentido tan escocés" como lo
hacía Smith.
[5] Reinaldo Carcanholo “La categoría marxista del trabajo productivo”.
[6] Peter Mertens “La clase obrera en la era de las multinacionales”
[7] K. Marx – El capital, Libro 3, Volumen 6, pág. 414
[8] El Capital Libro 1, Vol 2, página 691
[9] Nota: está hablando del período fisiócrata, distinguiendo a los capitalistas Rentista
(propietario de la tierra), Productivo (arrendatario y el que organiza el trabajo directo de la tierra), y
Comercial (el que vende los productos).
[10] Libro 2, Vol 4, página 45
[11] Libro 2, vol. 4 página 150
[12] Libro 2, vol. 4 página 155.
[13] Libro 3, Volumen 6, pág. 361
[14] Libro 2, Vol. 4 página 177
[15] Libro 2, vol. 4, página 60
[16] [1]Libro 2, Vol. 4, página 162
[17] “y constituyen un gasto improdutivo de fuerza de trabajo en la medida en que se
considera a la sociedad en su conjunto” continúa la cita en los manuscritos de Marx.
[18] Nota: los gastos analizados sub I son los improductivos: contabilidad, etc...
[19] Libro 2, Vol. 4 página 177
[20] Así Diego Guerrero en obra citada “Cuestiones polémicas en torno a la teoría marxista

29
Asociación Cultural Jaime Lago, La plusvalía y el trabajo productivo

del trabajo productivo”, donde también recoge la posición de otros autores.


[21 ]Que la forma social del trabajo es un criterio adicional y no el único para Marx se deriva,
además de los otros elementos que analiza, precisamente de la cita anterior, cuando dice al final que
el concepto productivo no implica meramente, es decir sólo, una relación entre trabajo y producto
del trabajo (el contenido del trabajo), sino además,la forma social.
[22] Libro 2, vol. 4 página 155.
[23] Libro 2, vol. 4 página 159.
[24] Nuevamente vemos en este ejemplo como el contenido real de la función se sobrepone a
su forma social.
[25] Libro 1, vol. 2, página 415.
[26] Libro 3, Volumen 6, pág. 371.
[27] Está hablando precisamente de los costes de capital fijo y variable (oficinas y oficinistas)
del comercio y la circulación.
[28] Libro 3, Volumen 7, pág. 491.
[29] Libro 1, Vol 2, página 543
[30] Libro 2, Vol. 4, página 163.
[31] Libro 2, vol. 4, página 123.
[32] Nota: hablando de capital dinerario, productivo y mercantil.
[33] Libro 2, Vol 5, página 608.
[34] Libro 3, Volumen 7, pág. 657.
[35] Libro 3, Vol. 6, pág. 267.
[36] Libro 3, Volumen 6, pág. 414
[37] O visto de otra manera, la producción de la mercancía fuerza de trabajo.
[38] Libro 1, Vol.2, página 395
[39] A partir de 2006, las estadísticas de SADEI incluyen a las empresas de más de 50
trabajadores en un mismo grupo.
[40] p.ej. D. Lacalle sobre la estructuración de la clase obrera en España.
[41] Henri Houben en “Taylorisme, fordisme, toyotisme, ou l’histoire de la rationalisation
capitaliste du travail”en la revista Estudios Marxistas. www.marx.be
[42] Ver el documental de la BBC sobre el tema “El siglo del ego”
[43] 969.196 ocupados de los cuales 685.195 asalariados en Encuesta Anual de Servicios
2009 del INE.

30
Asociación Cultural Jaime Lago, La plusvalía y el trabajo productivo

[44] Mercancía “café”, “caña”, o “paella”....


[45] Así según datos de la Encuesta Anual de Servicios de 2009 del INE, los “servicios de
comida y bebidas”, eran el 21,6% del total de empresas de servicios, ocupando al 18,5% del total de
personal y el 22% del total de locales utilizados, pero sólo el 13% del valor de producción y el 2,7%
de la inversión en activos materiales.

La Caja de Herramientas – www.archivo.juventudes.org


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31
8/3/2017 Una aproximación al concepto de trabajo productivo e improductivo en Marx

Me gusta 13

¿ES PRODUCTIVO EL TRABAJO DE SERVICIOS?

Una aproximación al concepto de trabajo


productivo e improductivo en Marx
27 JUN 2005   |  0 comentarios

Por: Prensa PTS

Introducción

En los últimos años hemos visto proliferar teorías del tipo de las del fin del trabajo y otras
por el estilo, que cuestionaron la vigencia de la ley del valor formulada por Marx, es decir,
cuestionaron que el trabajo humano no pago constituyera la única fuente de ganancias
para los capitalistas, negando la centralidad del movimiento obrero como sujeto
revolucionario. A partir de los últimos meses, cuando los asalariados retoman luego de
años de derrota su protagonismo en el centro de la escena política, estas mismas
corrientes se limitan a describir la existencia de una nueva situación, sin pronunciarse
sobre el carácter de los sectores que están cumpliendo un rol central en ellas, los
sectores de servicios: ferroviarios, telefónicos, subterráneos, entre otros. Dar cuenta del
rol que ocupan en el modo de producción capitalista adquiere hoy una importancia
fundamental.
Para los marxista, son parte de la clase obrera, todos aquellos que, frente al capital y la
propiedad privada de los medios de producción, se ven obligados a vender su fuerza de
trabajo a cambio de un salario; todos los asalariados, productivos o improductivos, cuyo
salario es insuficiente para “comprar los medios de subsistencia sin la venta más o
menos continua de la fuerza de trabajo”1. Partiendo de esta consideración, esta nota tiene
el objetivo de recrear un debate ampliamente abordado por los marxistas a lo largo del
http://www.pts.org.ar/Una­aproximacion­al­concepto­de­trabajo­productivo­e­improductivo­en­Marx 1/16
8/3/2017 Una aproximación al concepto de trabajo productivo e improductivo en Marx

siglo XX: el carácter productivo o improductivo del trabajo desarrollado por los diferentes
sectores de la clase obrera, ambos imprescindibles para garantizar el funcionamiento del
modo de producción capitalista. Particularmente, este intento se centra sobre un tipo
particular de capital: el invertido en el llamado “sector servicios”, donde radican
dificultades adicionales al ya complejo problema de definir qué caracteriza al trabajo
creador de valor. 

I. Trabajo productivo e improductivo 

¿Cuáles son los aspectos que permiten definir al trabajo como productivo o improductivo?
2 Encontramos numerosas citas que podemos tomar al momento de analizar estas
categorías en la obra de Marx y, aunque en aspectos suelen ser confusas e incluso, en
apariencia, contradictorias, reúnen, a mi entender, elementos comunes que intentaré
sintetizar. “Trabajo productivo es únicamente aquel que produce capital [...] y por tanto el
trabajador que no lo hace, por útil que pueda ser –del mismo modo que puede ser dañino–
no es productivo para la capitalización, por tanto es trabajo improductivo”3. Y unas
páginas más adelante: “La transformación del trabajo (como actividad viva y orientada a
un fin) en capital es en sí el resultado del intercambio entre capital y trabajo, en la medida
en que este intercambio otorga al capitalista el derecho de propiedad sobre el producto del
trabajo [...] Esta transformación sólo es puesta en el proceso de producción mismo [...] El
trabajo mismo sólo es productivo al incorporarse al capital”4.

El primer elemento a tener en cuenta, entonces, es su relación con el capital, que el
trabajo se “incorpore” al capital. ¿Y qué es lo que define al capital? El objetivo directo de la
producción capitalista no es la producción de mercancías, sino de plusvalía o ganancia
(en su forma desarrollada); la meta no es el producto sino el sobreproducto. La primera
condición que debe cumplir el trabajo para ser productivo es crear sobreproducto para el
capital. Si el trabajador no crea plusvalía, su trabajo es improductivo. “Trabajo productivo,
desde el punto de vista de la producción capitalista, es el trabajo asalariado que, al
cambiarse por la parte variable del capital (o sea el valor de su propia fuerza de trabajo),
produce plusvalía para el capitalista [...] Es la fuerza de trabajo, cuyo producto excede su
propio valor”5. ¿Qué significa esta última afirmación? Marx analiza que la existencia del
capital se basa en la productividad relativa del trabajo y no en su productividad absoluta:
si en una jornada de trabajo el obrero sólo se limitara a reproducir el valor de su fuerza de
trabajo, a reproducir los valores consumidos por él, no sería productivo desde el punto de
vista capitalista, porque no produciría plusvalía. “No produciría valor nuevo, sino que se
limitaría a reponer un valor existente con anterioridad. Reproduciría bajo una forma nueva
el valor consumido por él bajo una forma distinta. Desde este punto de vista hemos
denominado productivo al obrero cuya producción equivale a su propio consumo e
improductivo al que consume más de lo que reproduce”6. En síntesis, “el único trabajo
productivo es el que crea más valor del que cuesta”7.

Dicho esto, puede decirse que el carácter productivo del trabajo no está dado por los
http://www.pts.org.ar/Una­aproximacion­al­concepto­de­trabajo­productivo­e­improductivo­en­Marx 2/16
8/3/2017 Una aproximación al concepto de trabajo productivo e improductivo en Marx

resultados materiales del mismo, ni tampoco por la naturaleza del producto, ni el
rendimiento del trabajo considerado como trabajo concreto, “sino [por] las formas sociales
específicas, las relaciones sociales de producción dentro de las que se realiza”8. Puede
ocurrir que el valor de uso en que toma cuerpo el trabajo del obrero productivo sea de una
categoría ínfima. Este elemento nada tiene que ver en cuanto al trabajo productivo, ya que
“es simplemente expresión de una condición social de producción, la cual no proviene ni
del contenido ni del rendimiento del trabajo, sino exclusivamente de la forma social
específica que éste reviste”9. De hecho, un mismo tipo de trabajo concreto puede revestir
el carácter de productivo o improductivo. Un mismo trabajo puede ser productivo si lo
compra un capitalista para obtener de él una ganancia, o improductivo si lo compra un
consumidor, una persona que invierte en él una parte de sus rentas para consumir su
valor de uso, lo mismo si éste desaparece al ponerse en funciones la fuerza de trabajo,
que si toma cuerpo o se realiza en un objeto10.

Marx debate con A. Smith11 cuando éste plantea que trabajo productivo es aquel que
crea mercancías e improductivo el que no produce mercancías. Afirma que la
materialización del trabajo no debe tomarse en el sentido estrecho en que la toma A.
Smith. “Cuando hablamos de la mercancía [...] en el sentido de su valor de cambio, nos
referimos a una existencia ficticia, exclusivamente social de la mercancía, totalmente
distinta de su realidad física; la enfocamos como una determinada cantidad de trabajo
social. Puede ocurrir que el trabajo concreto de que es fruto no deje la menor señal en
ella. En el producto industrial, esta huella es la forma externa que conserva la materia
prima [...] Otros trabajos industriales no tienen por finalidad modificar la forma del objeto,
sino simplemente desplazarlo de un sitio al otro”12. Éste sería el caso del transporte.
Marx sostiene que quienes así piensan, quienes se basan sólo en el resultado material
del trabajo, están hechizados por el fetichismo de la mercancía, ilusión que nace del
hecho de que una relación social revista la forma de un objeto. “La mercancía constituye
la forma más elemental de la riqueza burguesa. Decir que trabajo productivo es el que
produce mercancías es, pues, mantener un punto de vista mucho más elemental que
decir que trabajo productivo es el que produce capital”13.

De acuerdo con ésto, podría decirse que lo que define el carácter productivo del trabajo,
no es si el trabajo produce o no mercancías materiales. Tampoco depende directamente
del hecho de si este trabajo redunda o no en la modificación del valor de uso de la
mercancía. No está determinado por el resultado material, concreto, del trabajo, sino por
la relación social que subyace al trabajo mismo. Sintetizando, una primera condición
necesaria –aunque no suficiente– para determinar el carácter productivo del trabajo es si
produce o no capital.

Al decir que es condición necesaria pero no suficiente, es evidente que esta primera
aproximación no resuelve el problema, sino que sólo estarían planteados los términos
para desarrollar el análisis. Y aquí nos enfrentamos a un segundo escollo. Marx nos dice
que trabajo productivo es el que se cambia por capital; pero si analizamos el trabajo que
http://www.pts.org.ar/Una­aproximacion­al­concepto­de­trabajo­productivo­e­improductivo­en­Marx 3/16
8/3/2017 Una aproximación al concepto de trabajo productivo e improductivo en Marx

se cambia por capital comercial, o por capital bancario, vemos que si bien es
imprescindible para permitir la apropiación de una ganancia por parte del capitalista
mercantil (e incluso del industrial), no es fuente de valor. Veamos más de cerca qué
significa que puede existir capital sin que éste cree valor nuevo, lo cual plantea la
existencia de obreros asalariados que intercambian su trabajo por salario, pero que no
crean valor. 

Producción­Circulación: el ámbito de la creación de valor

En el Tomo I de El Capital, Marx analiza la circulación capitalista (D­M­D’), señalando la
imposibilidad de los economistas clásicos de dar cuenta del fenómeno del surgimiento del
valor, puesto que éstos centran su atención en la circulación misma para intentar explicar
el cambio en la magnitud del capital. La circulación, donde las mercancías se transforman
en dinero y este dinero nuevamente en mercancías, sólo puede tratarse de un
intercambio de equivalentes, es decir, de magnitudes iguales que pasan de una forma (M)
a la otra (D), sin que pueda existir en este proceso adición de valor alguna. Y establece
que el proceso por el cual se incrementa el valor no puede buscarse sino en la
producción misma de las mercancías, existiendo una mercancía que entra al proceso de
producción que tiene la virtud de crear más valor que el que ella misma tiene: la
mercancía fuerza de trabajo.

Marx establece que, ante todo, el capital es esencialmente una relación social, relación
que sin violar el principio del intercambio de equivalentes establecido en la circulación,
supone la apropiación de trabajo humano no pago; que el capital es ante todo capacidad
de explotación. Por eso, el valor sólo puede surgir del proceso de producción, momento
en el cuál se lleva adelante la adición de valor y la apropiación de trabajo no pago del
obrero por parte del capitalista. Por lo tanto, los trabajadores empleados por el capital
afectado a la circulación de las mercancías son trabajadores improductivos: aquellos
asalariados que trabajan en el comercio, la banca y todas las actividades derivadas de
éstas (administrativas, jurídicas, etc.).

Una vez excluidos de la categoría de trabajo productivo aquellos trabajos que se cambian
por el capital variable de los capitales invertidos en la circulación de las mercancías,
podría afirmarse que es productivo, creador de valor y de plusvalor, todo trabajo que se
intercambia por el capital variable del capital invertido en la producción.

No es el objetivo de esta nota desarrollar el modo en el que se lleva adelante este
proceso en la industria, cuestión sobre la que al menos entre los marxistas existe
consenso, sino detenernos en el caso particular de los servicios para intentar determinar
su carácter productivo o improductivo, su capacidad de crear valor nuevo (productivo) o
la de permitir la apropiación por parte del capitalista que los emplea del valor creado en la
producción (improductivo).

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8/3/2017 Una aproximación al concepto de trabajo productivo e improductivo en Marx

II. El trabajo improductivo

Habíamos dicho más arriba que era condición necesaria pero no suficiente plantear que el
carácter productivo del trabajo está dado “por las relaciones sociales en las que se
funda”. Concluir nuestra definición allí puede ser tan equívoco como afirmar que su
carácter depende de si produce o no mercancías materiales. Si seguimos la línea de
pensamiento de establecer el carácter productivo o no del trabajo de acuerdo con su
capacidad de crear valor, tenemos que analizar en qué casos esto no sucede, aunque
exista la relación social entre el capital y el trabajo, exista compra de la fuerza de trabajo
por parte del capitalista, e incluso las enormes ganancias de las que se apropia este
último.

Marx afirma que “lo que caracteriza al obrero improductivo es que en lugar de producir
mercancías para el comprador de su fuerza de trabajo, es éste quien se las suministra a
él”14. ¿Qué significa esto? El obrero productivo, mediante la producción de mercancías,
produce constantemente el fondo del que cobra su salario. En cambio, “En la producción
capitalista los trabajos improductivos sólo pueden pagarse a costa del salario de los
obreros productivos o de las ganancias de sus patrones (y de quienes se las reparten
con ellos) [...] estos obreros productivos sientan las bases materiales para la
manutención y, por consiguiente, la existencia de los obreros improductivos”15. Y unos
párrafos más abajo sostiene: “el trabajo improductivo [es] aquel trabajo que no se cambia
por capital, sino directamente por renta, por salario o ganancia y, naturalmente, por los
diversos elementos que forman la ganancia del capitalista, como son el interés y la renta
del suelo”16.

En este complejo razonamiento, puede vislumbrarse otro elemento central. Para intentar
aclarar su significado, si bien nos alejamos del objeto de estudio preciso de este trabajo,
puede ser útil guiarnos por las características de uno de los trabajos improductivos
analizados por Marx: el que se enfrenta al capital comercial.

El capital comercial y el trabajo empleado por él

En el caso del capital comercial no hay creación de valor ni de plusvalía, sino “que la
plusvalía que corresponde a este capital en forma de ganancia media forma parte de la
plusvalía producida por el capital productivo total”17. ¿Cómo hace el capitalista comercial
para ganarse el “derecho” de apropiarse de ella? Las mercancías no atraviesan en la
circulación ningún proceso que les permita adicionar valor. El capital comercial se limita a
realizar en la circulación la plusvalía producida con anterioridad. Compra las mercancías
al capitalista industrial (que se las vende por debajo de su valor, resignando una parte de
la plusvalía apropiada en el proceso de producción) y entra así a formar parte de la cuota
general de ganancia.

¿Y qué ocurre con los obreros asalariados del comercio? En primer lugar, “este obrero
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8/3/2017 Una aproximación al concepto de trabajo productivo e improductivo en Marx

comercial es un asalariado como otro cualquiera”. Su trabajo es comprado por el capital
variable del capitalista comercial y el valor de su fuerza de trabajo se encuentra
determinado por el costo de producción de su fuerza de trabajo específica. “Sin embargo,
entre él y los obreros empleados directamente por el capital industrial tiene que mediar
necesariamente la misma diferencia que entre el capital industrial y el capital comercial y
la que existe, por tanto, entre el capitalista industrial y el comerciante. El comerciante,
como simple agente de la circulación, no produce valor ni plusvalía [...] razón por la cuál
tampoco los obreros mercantiles empleados por él a las mismas funciones pueden crear
directamente plusvalía para él”18.

¿Cómo producen ganancia estos obreros aunque no producen directamente plusvalía?
“el capital mercantil obtiene su ganancia de no pagar íntegramente al capital productivo el
trabajo no retribuido contenido en las mercancías”19; se apropia de una parte de la
plusvalía haciendo que se la transfiera el capitalista industrial. La función misma por virtud
de la cual el capitalista comercial obtiene esta ganancia, la realizan sus obreros. “Aunque
el trabajo no retribuido de estos agentes no crea plusvalía, crea, sin embargo, a su favor,
apropiación de plusvalía”. En este caso, los asalariados empleados por esta clase
especial de capitalistas, si bien son parte de la clase obrera, no producen valor nuevo.
“Del mismo modo que el trabajo no retribuido del obrero crea directamente plusvalía para
el capital productivo, el trabajo no retribuido de los obreros asalariados comerciales crea
para el capital comercial una participación en aquella plusvalía”20. ¿Son explotados? Sí,
porque la misma forma de salario permite que éstos repongan su salario por ejemplo en 8
horas; pero, al igual que los obreros empleados en la producción directa, el precio de su
trabajo se determina por el valor de su fuerza de trabajo, lo que no guarda relación directa
con la masa de ganancia que ayuda al capitalista a transferir en esas 8 horas. Por medio
de este trabajo no pago “ahorran” al capitalista parte del plusvalor “cedido” por el
capitalista industrial, lo que le permite obtener su ganancia. “Lo que le cuesta al capitalista
y lo que saca de ella (de su fuerza de trabajo) son dos magnitudes distintas”21.

En este caso, el elemento central para determinar el carácter improductivo del trabajo, no
sería la ausencia de una relación social de explotación, sino la incapacidad de estos
obreros (que trabajan como cualquier otro) de crear valor, de aumentar la masa total de
valor existente.

III. Trabajos productivo e improductivo: ¿conceptos absolutos o relativos? 

Es necesario este “desvío” en la exposición para llegar a otro elemento que considero
imprescindible para definir el carácter del trabajo. En el mismo texto que venimos citando,
afirma Marx: “Por consiguiente, la inversión que suponen estos gastos de circulación es,
para el capital mercantil, una inversión productiva. Y también el trabajo comercial
comprado por él es, para él, un trabajo directamente productivo”22, es decir, estos
trabajadores, son productivos para el capitalista mercantil que los emplea, pero no lo son
para el capital global.
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8/3/2017 Una aproximación al concepto de trabajo productivo e improductivo en Marx

Si bien aquí Marx se está refiriendo al caso particular del capital mercantil (análisis que
extiende al capital crediticio), es posible vislumbrar en el método utilizado algunos indicios
de importancia. Integrando lo dicho hasta aquí, podría decirse que el carácter productivo
del trabajo está sujeto al menos a dos condiciones fundamentales: la primera, debe
enfrentarse como trabajo al capital, es decir, estar sujeto a una relación social de
explotación; la segunda, debe ser creador de valor nuevo y por lo tanto de plusvalor,
excluyendo de dicha categoría aquellos trabajos que colaboren a la apropiación por parte
del capitalista de una parte de la plusvalía total, pero que no crean valor nuevo. Estos
trabajos, si bien son productivos para el capitalista que los emplea, no lo son en relación
al capital global.

Creo ver en esta cuestión una de las claves para pensar las aparentes contradicciones
entre distintas citas dispersas en los diferentes textos. Encuentro aquí dos niveles muy
diferenciados de análisis, que es necesario clarificar: por un lado, Marx debate con
aquellos que entienden el trabajo productivo como todo aquel que produce algún valor de
uso material y lo enfrenta a su concepción de que sólo es productivo aquel trabajo que
produce plusvalía o ganancia para el capital. Pero en un nivel más concreto, distingue
aquellos trabajos que son productivos para el capitalista que los emplea directamente de
aquellos que son productivos para el capital global.

En las Teorías sobre la plusvalía, el trabajo productivo es definido como todo trabajo que
se intercambia por capital y no por ingreso, y en este caso, estaría realizando el análisis
desde el punto de vista de los capitalistas individuales o más precisamente estableciendo
cuál es el verdadero origen de las ganancias capitalistas: el trabajo humano no pago, lo
que presupone esta relación social. Incluso, el subtitulo se denomina: “Definición del
trabajo productivo, en cuanto productor de capital”. Pero en El Capital, Marx distingue
entre trabajo productivo para el capital global y trabajo productivo para el capitalista
individual, analizando ya la multiplicidad de capitales y la división del trabajo entre los
distintos capitalistas. Sin ánimo de entrar en un debate sobre el conjunto de su analisis
sobre el trabajo productivo e improductivo, Mandel23 plantea: “Todo trabajo asalariado
que permita al capitalista individual apropiarse de una fracción de la masa global de
plusvalor, sin adicionarse a esa masa, puede ser ‘productivo’ para el capitalista comercial,
financiero o del sector servicios al cual permite participar en el reparto general del pastel.
Pero desde el punto de vista del capital global es improductivo, porque no aumenta el
tamaño total del pastel”24. Esta distinción es la que permite diferenciar los niveles de
análisis en el que se utilizan las categorías en cuestión.

En esta instancia, estaríamos en condiciones de pensar el carácter que reviste el trabajo
empleado por el capital de servicios. Antes de adentrarnos en los casos más intrincados,
analizaremos aquellos que Marx desarrolla en diferentes lugares de su vasta obra: el
transporte de mercancías, un ejemplo paradigmático de los servicios en la actualidad.

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8/3/2017 Una aproximación al concepto de trabajo productivo e improductivo en Marx

¿Es productivo el trabajo empleado en el transporte de mercancías?

Las fases que el capital recorre, y que constituyen una circulación del capital, comienzan
desde el punto de vista conceptual con la transformación del dinero en las condiciones de
producción. Ahora, empero, cuando partimos no del capital en formación sino del capital
formado, el mismo recorre las siguientes fases: 1) Creación de la plusvalía o proceso
inmediato de la producción. Su resultado es el producto. 2) Transporte del producto al
mercado. Transformación del producto en mercancía. 3) a) Ingreso de la mercancía a la
circulación ordinaria. Circulación de la mercancía. Su resultado: transformación en dinero.
Éste se presenta como primer momento de la circulación ordinaria; b) Reconversión del
dinero en las condiciones de producción: circulación monetaria; en la circulación ordinaria,
la circulación mercantil y la monetaria se presentan siempre divididas en dos sujetos
diferentes. El capital circula primero como mercancía, luego como dinero y viceversa. 4)
Renovación del proceso de producción, lo que aquí se presenta como reproducción del
capital originario, y proceso de producción de pluscapital25.

Según Marx, desde el punto de vista económico, la condición espacial, el transporte del
producto al mercado, forma parte del proceso mismo de producción. El producto no está
realmente terminado hasta tanto no se encuentre en el mercado. Éste no constituye un
momento necesario de la circulación considerada como proceso particular del valor (ya
que se puede comprar e incluso consumir el producto en el lugar mismo de su
producción). Podría considerarse el transportar el producto al mercado como
transformación del producto en mercancía. Este tiempo, así como los gastos requeridos
para el acondicionamiento de la mercancía para ser vendida (pesar, medir, calcular) cae
dentro de los costos de producción.

Las masas de productos no aumentan por el hecho de ser transportadas. Y aunque sus
cualidades naturales puedan cambiar por efecto del transporte, esto no constituye, con
ciertas excepciones, un efecto útil deliberado, sino un mal inevitable. Sin embargo, el valor
de uso de las cosas sólo se realiza con su consumo y éste puede exigir un
desplazamiento de lugar, y por tanto, el proceso adicional de producción de la industria
del transporte. Por consiguiente, el capital productivo invertido en ésta añade valor a los
productos transportados, unas veces mediante la transferencia de valor de los medios de
transporte y otras veces mediante la adición de valor que el trabajo del transporte
determina. Esta última adición de valor se descompone, como ocurre siempre en la
producción capitalista, en dos partes. Una es la que repone los salarios, otra es la
plusvalía26.

Pero, ¿cómo se llevaría adelante aquí la adición de valor? Supongamos un producto
fabricado en la Argentina para ser vendido en China. Los costos de producción de dicho
producto serían el tiempo de trabajo objetivado en el proceso de producción inmediato de
dicho producto, más el tiempo de trabajo contenido en el transporte.

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8/3/2017 Una aproximación al concepto de trabajo productivo e improductivo en Marx

Si igualamos a 0 la parte constante del capital invertido en el transporte (puesto que no
aporta nada a la cuestión ya que ésta no haría más que reaparecer con la misma
magnitud en el valor del nuevo producto), ¿es posible que en los costos del transporte
haya plustrabajo y por tanto que el capital pueda extraer de ellos plusvalor? Marx se hace
esta pregunta.

Se responde fácilmente a esto mediante la pregunta: ¿cuál es el trabajo necesario o el
valor en que éste se objetiva? El producto debe pagar 1) su propio valor de cambio, el
trabajo que está objetivado en él mismo; 2) el plustiempo que el marinero, carretero, etc.,
emplea en el transporte de aquel. [...] En la producción inmediata es claro que todo el
plustrabajo que el fabricante hace hacer al obrero significa plusvalor para el primero,
puesto que se trata de plustrabajo objetivado en nuevos valores de uso y que al
fabricante nada le ha costado. Pero es evidente que en el transporte no puede emplear al
obrero más tiempo del que el transporte requiere. [...] El marinero, el carretero, etc., sólo
necesitan medio año de tiempo de trabajo para vivir un año; el capitalista los emplea un
año entero y les paga medio. Como el último carga sobre el valor de los productos
transportados un año entero de tiempo de trabajo, pero paga solamente ½, gana una
plusvalía del 100% sobre el trabajo necesario27.

Marx explica que aquí estamos frente a un caso como el de la producción inmediata, y la
plusvalía originada sólo puede obedecer a que no se paga una parte del tiempo de
transporte a los obreros. Si consideráramos un capital que él mismo fabrique los
productos y los transporte, ambos actos estarían incluidos en la producción inmediata y la
circulación sólo comenzaría al llegar a su lugar de destino.

Para Marx, la industria del transporte forma, por una parte, una rama independiente de
producción y, por tanto, una base especial de inversión del capital productivo. Por otra
parte, la ubica y la distingue dentro de la circulación por el hecho de manifestarse como la
continuación de un proceso de producción dentro del proceso de circulación y para éste.
Lo mismo afirma sobre el trabajo destinado a la conservación de las materias primas
almacenadas y a todo el capital latente (aquel que aún no ha entrado en el proceso de
producción, sino que se encuentra a la “espera” de hacerlo), al fraccionamiento de los
productos para acondicionarlos para su venta, el empaquetado, la selección, el control de
calidad, el mantenimiento de las máquinas. Todos ellos, si bien no dejan huellas en el
valor de uso del producto, el trabajo concreto no modifica la forma del valor de uso, sí
dejan huellas en la magnitud de su valor en cuya formación participan por medio de una u
otra actividad útil.

Surge así, entonces, que el transporte, las comunicaciones y todas aquellas actividades
útiles “íntimamente ligadas a la producción”, que si bien no significan una modificación del
valor de uso de la mercancía son necesarias para su existencia como tal, son trabajos
productivos, es decir, creadores de valor y por lo tanto de plusvalor. Lo mismo ocurre con
el mantenimiento, el almacenamiento, clasificación, detalle, embalaje, control de calidad,
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8/3/2017 Una aproximación al concepto de trabajo productivo e improductivo en Marx

fraccionamiento, conservación, etc., es decir, todos aquellos trabajos que sin ser parte
del proceso directo de producción de las mercancías, participan en la elaboración o
conservación de la misma (o a presentarla en el mercado como mercancía terminada);
son parte del proceso de valorización del capital.

Y eso ocurre tanto en el caso donde estas actividades son ejecutadas bajo el mando del
mismo capitalista que produce las mercancías, como cuando estas operaciones propias
de la producción son llevadas adelante por distintos capitalistas. Sucede que en muchos
casos pueden ser realizadas directamente por el capitalista industrial; en otros, por un
tercero que no sea el que directamente las comercializa y en otros tantos incluso
directamente por el capitalista comercial (estas formas, en la actualidad, casi nunca se
presentan puras, pero estos servicios son parte del proceso de producción de las
mercancías).

El carácter del capital invertido en otras ramas de "servicios"

Los casos analizados arriba constituyen servicios “íntimamente ligados a la producción”.
Pero, ¿qué ocurre con aquellos que no tienen esta vinculación directa con la misma?
¿Qué sucede en aquellos casos en que estos servicios no son directamente funciones
de la producción de otras ramas industriales y no son tampoco funciones que hagan de
por sí a la circulación de las mercancías? ¿Qué sucede con el transporte de pasajeros,
los correos (en aquellos casos no ligados a la producción), telefonía e Internet de uso
doméstico, la medicina privada, la educación privada, la “industria” del entretenimiento, el
turismo? La relativa simplicidad con la que podíamos definir el carácter productivo de los
servicios “directamente vinculados a la producción de mercancías”, desaparece aquí.

Creo que para responder a esta pregunta es necesario hacer una división más “precisa”
en esta categoría tan amplia de “servicios”. Si bien algunos de estos servicios
enumerados fueron analizados por Marx, no los desarrolla profundamente; a pesar de
esto, puede ser de utilidad analizar algunos ejemplos que Marx tomó en su análisis.

En las Teorías..., como ya dijimos, Marx está específicamente debatiendo sobre el trabajo
productivo como único creador de riqueza social, y por lo tanto, de ganancia para el
capitalista; lo enfrenta con aquellos que ven como trabajo productivo a todo aquel que
arroje un resultado ocultando la relación social de explotación que permite que sea
“productivo” para el capitalista. Es precisamente por esto, y por el carácter relativamente
marginal que representaban los servicios en la época de Marx, que deja planteada la
cuestión en un nivel difuso.

Esta palabra “servicio” no es, en realidad, más que un término de que nos valemos para
expresar el valor de uso especial que rinde el trabajo, como otra mercancía cualquiera; es
sin embargo un término específico: el trabajo rinde servicios, no como cosas, sino como
actividad [...] Hay ciertos servicios, o ciertos valores de uso, resultado de ciertas
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8/3/2017 Una aproximación al concepto de trabajo productivo e improductivo en Marx

actividades o de ciertos trabajos, que se materializan en mercancías; otros, en cambio,
no dejan tras de sí ningún resultado tangible, distinto de las personas que los realizan, o
bien dejan resultados que no pueden venderse como mercancías. El servicio que me
presta el cantante satisface mis necesidades artísticas, pero el placer que ello me
proporciona va unido a un acto inseparable del cantante y empieza y termina con él: lo
que yo consumo en este caso es la misma actividad, su repercusión en mi oído [...] Si
compro los servicios de un profesor, no para desarrollar mis capacidades sino para
capacitarme con vistas a ganar dinero, u otros lo adquieren para mí y consigo realmente
aprender algo, este desembolso formará parte de los gastos de producción de mi fuerza
de trabajo, ni más ni menos que los gastos hechos para el sustento de mi persona 28.

Y más abajo continúa:

En la producción inmaterial, aún cuando tenga como finalidad exclusiva el cambio y
produzca por tanto mercancías, caben dos hipótesis distintas: 1) Puede ocurrir que se
traduzca en mercancías, en valores de uso que revistan una forma personal, distinta del
productor y del consumidor. Por consiguiente, estas mercancías pueden existir en el
intervalo que separa la producción del consumo, pueden circular y venderse; tal acontece
con los libros, con los cuadros, con todas las obras de arte, que no se hallan
inseparablemente vinculadas al acto de creación artística29.

Y prosigue analizando:

2) Hay, por el contrario, casos en que la producción no puede separarse del mismo acto
de creación. Es lo que ocurre con todos los ejecutantes, artistas, profesores, médicos,
curas, etc. En estos casos, la producción capitalista tiene también un margen muy
reducido y no puede llevarse a cabo más que en ciertas ramas. En los establecimientos
de enseñanza, por ejemplo, puede ocurrir que los profesores sean simples obreros
asalariados a sueldo del director. [...] Con respecto al director, estos profesores son
obreros productivos, aunque no lo sean respecto a los alumnos. El director cambia su
capital por fuerza de trabajo de los profesores, enriqueciéndose por medio de esa
operación. Otro tanto podemos decir de los directores de teatro, de los empresarios de
conciertos, etc.

Y por último, analiza:

[la] industria de la locomoción que se destina al transporte de personas o al transporte de
mercancías [...] Lo que hay de característico en esta industria es el desplazamiento. En lo
que se refiere a las personas, podemos concebirlo simplemente como un servicio que les
presta la empresa ferroviaria. Sin embargo la relación entre compradores y vendedores
de este servicio no presenta la menor afinidad con la relación entre los obreros
productivos y el capital, ni tampoco, por ejemplo, con el de los compradores y vendedores
de hilados. En cuanto a las mercancías, el objeto del trabajo, la mercancía, experimenta
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8/3/2017 Una aproximación al concepto de trabajo productivo e improductivo en Marx

un cambio durante el proceso de trabajo: cambia de lugar y por consiguiente de valor de
uso, ya que uno es función de otro. Su valor, en cambio, aumenta con el trabajo requerido
por esta modificación de su valor de uso y la suma de este trabajo se halla determinada,
al igual que en los demás procesos, por el desgaste del capital constante, es decir, del
trabajo materializado, y por el trabajo vivo. [...] Es decir, que aunque el trabajo real no deja
huella en el valor de uso, se traduce, sin embargo, en el valor de cambio de este producto
material. Y podemos afirmar que en esta industria, lo mismo que en las demás ramas de
la producción material, este t rabajo se materializa en la mercancía, a pesar de no dejar
ninguna huella visible en su valor de uso.

Como puede observarse, Marx define que son productivos todos aquellos trabajos
directamente ligados a la producción industrial que, aunque no dejan huella en el valor de
uso, incrementan su valor. Pero en los casos donde el trabajo no se materializa en una
mercancía, donde el resultado del trabajo desaparece en el mismo acto de su producción,
al menos es confuso.

En el caso del transporte de pasajeros, de los artistas que trabajan para un capitalista, de
los maestros y médicos que trabajan para un patrón, pareciera vislumbrarse algo distinto.

Por un lado, vemos que en el mismo texto que es tomado a menudo como fuente en la
que Marx consideraría productivos el trabajo de la cantante, payasos, etc., siempre y
cuando trabajen para un capitalista, Marx cambia el nivel de análisis afirmando: “Todo
servicio produce algo: la prostituta produce placer, el asesino un asesinato, etc. [...] cada
clase de servicios tiene su valor. No faltaría más sino que fuesen gratuitos. Pero no se
trata de esto. Aunque lo fuesen, no aumentarían ni en un ochavo la riqueza material”30.
Es desde esta consideración que tiendo a creer que estos trabajadores son trabajadores
improductivos como lo son los capitales a los cuales se enfrentan.

Analicemos en particular el trabajo de los docentes (de educación primaria, media o
universitaria) que trabajan en instituciones privadas y el de los médicos empleados en
clínicas o sanatorios privados también31.

Marx, debatiendo con A. Smith, analiza que aquellos servicios:
[...] destinados a conservar la fuerza de trabajo, a formarla, a modificarla, a especializarla
o simplemente a mantenerla en buen estado, por ejemplo, los servicios del maestro de
escuela (en aquello en que son industrialmente necesarios), los del médico que vela por
su salud, conservando así la fuente de todos los valores, y por tanto, la fuerza de trabajo
misma, son servicios que contribuyen a hacer valer una mercancía susceptible de ser
vendida, la fuerza de trabajo, y que figuran entre los gastos de producción y reproducción
de esta fuerza. 

No obstante, sostiene inmediatamente: “Sin embargo, A. Smith no ignoraba cuán poca
‘instrucción’ entra en los gastos de producción de la gran masa de los obreros”. E incluso
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8/3/2017 Una aproximación al concepto de trabajo productivo e improductivo en Marx

explica cómo, si por determinadas razones se reduce el salario de los obreros, es
evidente que no podrían seguir éstos consumiendo la misma cantidad de servicios del
médico, del maestro de escuela, etc. “Si bien en parte esto podría considerarse así [como
adición de valor a la mercancía fuerza de trabajo], ni el trabajo del maestro de escuela, ni
el del médico crean directamente el fondo de que cobran, aunque sus servicios figuren
entre los gastos de producción del fondo que crea todos los valores, de la fuerza de
trabajo, por lo tanto no son trabajos productivos”32.

Intentemos clarificar este punto. Un docente de primaria trabaja al menos cuatro horas
diarias, durante 180 días al año, durante al menos seis años de enseñanza básica,
“formando”, podría decirse, una cierta capacidad de trabajo. Dejando de lado el hecho
insoslayable de que sólo una muy pequeña parte de la educación interviene en la
“producción” de las capacidades necesarias para desarrollar un determinado trabajo,
incluso esa pequeña parte, no guarda relación con el valor que colabora a “producir”.

El obrero productivo incorpora a la mercancía (sea cual fuere su carácter material o
aunque no adopte ninguna modificación visible) una determinada cantidad de tiempo de
trabajo al poner en funcionamiento su capacidad productiva. Si trabaja ocho horas y está
utilizando el tiempo de trabajo socialmente necesario, agregará ocho horas de valor
nuevo. ¿Podría decirse que ocurre lo mismo en el caso de un maestro o un médico?

Creo que, basándonos en esta diferenciación de niveles de análisis planteada por Marx,
si bien no descarta la existencia de trabajo productivo por razón de que este no se
traduzca en la modificación del valor de uso de la mercancía, sí tiene en cuenta que el
valor puede agregarse en función de que se materializa en la mercancía sobre la que
reposa. Incluso podría decirse que al pensar los servicios personales los refiere también
a que puedan “objetivarse” en una mercancía, en este caso en la fuerza de trabajo. Es
como si a cada paso, al analizar la existencia de valor nuevo, tuviera que referirse a su
objetivación en una mercancía. En el caso de los servicios personales, plantea que no
puede afirmarse que el valor se objetive en la fuerza de trabajo considerada como tal, por
lo cuál el trabajo del médico o del maestro constituirían trabajos improductivos.

Los capitalistas que invierten en estas ramas de servicios, se las arreglan para
apropiarse de “la mayor parte de la riqueza material”, de la riqueza social global. La
existencia de estos obreros improductivos son el resultado de esta forma de organización
capitalista: “los obreros improductivos no crean placeres y [...] la compra de sus servicios
se halla determinada, pues, por el modo como el agente de producción quiera gastar su
salario o su ganancia”33. Estos servicios se pagan con “el remanente producido por los
obreros productivos, pero no percibido por ellos”.

Si bien esto no pretende ser una respuesta acabada sobre un debate que está
plenamente abierto y es necesario profundizar, contrastar con la realidad del capitalismo
en la actualidad, es mi opinión que los capitales invertidos en estas ramas de servicios
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8/3/2017 Una aproximación al concepto de trabajo productivo e improductivo en Marx

son improductivos, y por lo tanto, lo es también el trabajo empleado por ellos.

Tiendo a inclinarme por la definición esbozada por Marx cuando afirma:  

A medida que la hegemonía del capital se iba imponiendo y sometía a su imperio poco a
poco a las ramas de producción que no se hallaban directamente interesadas en la
creación de riqueza material, […] creían hacer honor a todo individuo al clasificarlo como
obrero productivo [...] Nosotros, por nuestra parte, preferimos a los autores del tipo de
Malthus, que defiende sin ambages la necesidad y la conveniencia de los obreros
improductivos y de los simples parásitos34.

A diferencia de estos parásitos de la sociedad capitalista, curas, jueces, hombres de
estado, etc., etc., los obreros improductivos, ya sea aquellos ligados a la circulación o
aquellos ligados a los servicios donde el capital es improductivo, si bien no agregan un
átomo de valor nuevo, no incrementan la riqueza social, son imprescindibles para el
funcionamiento del modo de producción capitalista, penetran todos los poros de la
sociedad. Su carácter de obreros improductivos no obsta para que su fuerza social
desbarate los resortes de las grandes urbes, desarticulando la vida social cuando
paralizan su trabajo. La enorme fortaleza lograda por los mismos, habla a las claras del rol
social que, como parte de la clase obrera, están llamados a cumplir en el proceso de la
transformación revolucionaria de la sociedad.

­­­­­
NOTAS 
1 Mandel, Ernest, El Capital. Cien años de controversias en torno a la obra de Karl Marx,
México, Siglo XXI Editores, 1985, pg. 128.
2 Es necesario dejar de lado en el análisis todos aquellos servicios o trabajos que son
prestados en forma personal (un profesor que da clases particulares, una costurera que
desarrolla su trabajo en su casa, un plomero a domicilio, las profesiones liberales). Todos
ellos constituyen, desde el punto de vista del capital, trabajos improductivos ya que se
cambian directamente por renta. Por útiles que sean, quedan fuera del análisis que
intentamos desarrollar, ya que de lo que se trata es de analizar el carácter de los trabajos
asalariados y su relación con la valorización del capital.
3 Marx, Karl, Elementos fundamentales para la crítica de la economía política
(Grundrisse) 18­58, tomo I, México, Siglo XXI, 1971, pg. 245 y 46 (nota al pie).
4 Íbidem, pg. 249.
5 Marx, Karl, Teorías de la Plusvalía, Madrid, Alberto Corazón Editor, 1976, pg. 134. 
6 Ídem.
7 Íbidem, pg. 135, negritas mías.
8 Ídem.
9 Íbidem, pg. 138, negritas mías.
10 Marx incluso afirma que un empresario de espectáculos, de conciertos, de casas
públicas, etc., compra el derecho a disponer temporalmente de la fuerza de trabajo de los
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8/3/2017 Una aproximación al concepto de trabajo productivo e improductivo en Marx

actores, prostitutas, músicos, etc., luego vende esa fuerza de trabajo al público,
reembolsándose con ello los salarios y obteniendo una ganancia. Esta cuestión la
analizaremos más abajo, ya que al referirse a “ganancia” esta afirmación es válida en un
determinado nivel de análisis, pero no lo es al enfrentar estos trabajo al capital global.
11 Marx, Karl, Teorías de la plusvalía, op. cit., pg. 146. 
12 Ídem.
13 Íbidem, pg. 148.
14 Íbidem, pg. 139. Téngase en cuenta que hablamos, como ya se advirtió, de fuerza de
trabajo comprada por el capital con salario.
15 Íbidem, pg. 159, negritas mías.
16 Ídem, negritas mías.
17 Marx, Karl, El Capital, Tomo III, México, Fondo de Cultura Económica, 1980, pg. 278. 
18 Íbidem, pg. 286.
19 Ídem.
20 Íbidem, pg. 287.
21 Íbidem, pg. 293.
22 Íbidem, pg. 294.
23 No debatiré aquí respecto a la posición de Ernest Mandel, simplemente destaco este
elemento analizado por él y que creo puede ser de utilidad.
24 Mandel, Ernest, El Capital. Cien años de controversias…, op. cit., pg. 123.
25 Marx, Karl, Elementos fundamentales..., tomo II, op. cit., pg. 129 (negritas mías).
26 Marx, Karl, El Capital, Tomo II, México, Fondo de Cultura Económica, 1980, pg. 133. 
27 Íbidem, pg. 10.
28 Marx, Karl, Teorías de la Plusvalía, op. cit., pg. 221. 
29 Íbidem, pg. 223.
30 Íbidem, pg. 212, negritas mías.
31 El caso de los empleados por el Estado merecería un estudio aparte que no es el
objetivo desarrollar en esta nota, ya que se trata de definir el carácter del trabajo
intercambiado directamente por la parte variable del capital.
32 Marx, Karl, Teorías de la plusvalía, op. cit., pg. 144. 
33 Íbidem, pg. 151.
34 Íbidem, pg. 152, por parásitos se está refiriendo a los curas, los “hombres de estado”,
los juristas.

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Me gusta 13

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JESUS A LBARRACIN

El trabajo doméstico
y la ley del valor
La mayoría de las obras de Marx dis- Sin embargo, no se llenarían cinco de uso), sino según la cantidad de
ponibles en castellano, hasta la recien- folios con lo que Marx y Engels trabajo que ha costado producirlas (su
te edición de El Capital de Siglo XXI, escribieron sobre el tema. No es sólo valor de cambio) , que la propia fuerza
han sido traducidas por Wenceslao que Marx utilizara el vocablo "hombre", de trabajo es una mercancía, que la
Roces o por Editorial Progreso de es también que toda su construcción plusvalía es el motor del capitalismo,
Moscú. Es posible que todos ellos teórica adolece del concepto "mujer". etc. Todo el edificio lógico de El Cap;-
hayan traducido "hombres" cuando en El trabajo doméstico es, pues, un tal está construido sobre la mercan-
los originales se hablaba de "humani- reto teórico. Una parte importante del cía(2) , esto es, sobre el trabajo huma-
dad" o de "individuo de la especie esfuerzo productivo de la humanidad no que tiene un valor en el mercado
humana", pero es poco probable que no está explicado, se mueve fuera de porque se plasma en un objeto que
Marx hiciera una distinción tan exquisi- los circuitos del mercado, no se rige puede ser vendido.
ta para la época. Después de todo, por la ley del valor y se resiste a Sin embargo, el trabajo dedicado a
aún hoy en día, en la mayoría de las cualquier tratamiento científico. Incluso, la producción de mercancías es sólo
lenguas el masculino comprende al cuando se aborda el tema, las catego- una parte, en ocasiones la más peque-
femenino cuando se habla en plural o rías usadas normalmente encajan mal, ña, del total del trabajo social. Un
en indeterminado. son poco precisas, se rebelan y chi- análisis que parte exclusivamente de la
rrían. Pero el trabajo doméstico es una mercancía y de su principal caracterís-
Sin embargo, el problema es algo realidad material y como tal debe ser tica, que tiene valor de cambio, impedi-
más que semántico. Para Marx, "el abordada. Lo que sigue constituye un rá comprender correctamente aquella
hombre mismo se diferencia de los conjunto de reflexiones sobre el trabajo parte del trabajo social que no tiene
animales a partir del momento en que doméstico a la luz de la teoría del valor porque no es una mercancía y
comienza a producir sus medios de valor y la explotación. de su principal característica, que tiene
vida ". La forma que toma la actividad valor de cambio, impedirá comprender
productiva es el modo de producción correctamente aquella parte del trabajo
que "no puede considerarse solamente
en el sentido de la reproducción de la El lugar del trabajo tocial que no tiene valor porque no es
una mercancía, es decir, impedirá
existencia física de los individuos. Es
ya, más bien, un determinado modo de
doméstico en el trabajo comprender el trabajo doméstico.
Nuestro punto de partida será, por
la activ;dad de esos individuos, un social tanto, el trabajo y la producción totales
determinado modo de manifestar su de la sociedad, sean o no intercambia-
vida, un determinado modo de v;da de dos en el mercado, es decir, tengan o
los mismos. Los individuos son tal y La principal característica del modo no valor de cambio.
como manifiestan su vida. Lo que son de pro<;lucción capitalista es la produc-
coincide, por cons;guiente, con su ción generalizada de mercancías, esto Comencemos por una sociedad pri-
producc;ón, tanto con lo que producen, es, de objetos que no han sido fabrica- mitiva en la que no existe excedente,
como con el modo cómo producen. Lo dos con la finalidad de satisfacer algu- esto es, como dirían los economistas,
que los indiv;duos son depende, por na necesidad humana {aunque tienen que se autorreproduce. En esta socie-
tanto, de las cond;ciones materiales de que servir para satisfacerlas, pues si dad, todo el esfuerzo humano se dedi-
producción '~1 ). Una parte sustancial de no nadie las querría), sino con el obje- . ca a que la sociedad sobreviva, por lo
la producción ha sido realizada tivo de ser vendidos en el mercado, y que no hay acumulación. No hay divi-
históricamente por las mujeres en el obtener con ello un beneficio. La mer- sión social del trabajo ni sociedad de
seno de la familia. El trabajo doméstico cancía, principal producto del capitalis- clases, porque no ha aparecido exce-
ha jugado un papel clave en la mo, ocupa por tanto un lugar central dente del que apropiarse. Pero esto no
producción de los medios de vida de la en el análisis marxista. Partiendo de su quiere decir que no exista una división
humanidad y, al mismo tiempo, ha sido análisis se desvela que las mercancías del trabajo en función del sexo, de
uno de los modos concretos de no se intercambian en el mercado forma que una parte del trabajo nece-
manifestar la vida más generalizados. según la utilidad que tienen {su valor sario para la supervivencia de la s~cie-
J ESUS •LBAllllACIN

dad estará constituída por el trabajo sino por el otro componente del trabajo no tienen un valor de cambio, pero
doméstico que realizan las mujeres. necesario (véase el diagrama). existe una diferencia fundamental con
Además, en estas sociedades de sub- el autoconsumo de los campesinos:
sistencia, esta parte será normalmente nunca podrían tener un valor de cam-
la más importante, pues la preparación El trabajo no mercantil: bio, porque en el momento en el que
de alimentos, la fabricación de vesti- en el ámbito de la familia se produjese
dos, etc, tareas encomendadas a las la producción de valores algo para ser intercambiado, el trabajo
mujeres, constituye la inmensa mayoría dedicado a esa producción dejaría de
de la producció)1 social. Fuera del tra- de uso sin valor de ser trabajo doméstico. Las mujeres no
bajo doméstico, la producción será elaboran la comida diaria para cam-
muy pequeña: cambio biarla en el mercado y, en caso de
La existencia de un excedente social que así fuera , no estaríamos hablando
no cambia este hecho básico de que de trabajo doméstico, sino de una ac-
el trabajo doméstico es una parte del tividad mercantil. Por otra parte, si una
trabajo necesario para la subsistencia Con el trabajo humano, toda socie- mujer elabora la comida diaria en otra
de la sociedad. Interesa comprenderlo dad produce cosas que le sirven para familia que no es la suya, a cambio de
bien, aún a riesgo de ser reiterativos. satisfacer sus necesidades o, simple- un salario, no estamos en presencia de
El total del trabajo que se realiza en mente, para acumular para el futuro. un trabajo doméstico, sino de un traba-
una sociedad tiene varios componen- Por ranto, todas las cosas que produce (jo asalariado. La característica funda-
tes. una sociedad deben tener una utilidad mental del trabajo doméstico es que es
Por un lado, habrá un trabajo nece- o, dicho en términos de la teoría del un trabajo que se realiza fuera del
sario para la supervivencia de la propia valor, todos los productos del trabajo mercado, por lo que no tiene valor de
sociedad. Un determinado número de humano deben tener un valor de uso. cambio; con él, la mujer produce valo-
horas de trabajo se dedicará a la pro- Tanto el producto socialmente necesa- res de uso que tampoco tienen valor
ducción de objetos necesarios para rio, como el producto excedente están de cambio, pues están destinados a
que los individuos de la misma se ali- constituídos por objetos que tienen un ser consumidos en su propia familia.
menten, se vistan, etc y, en definitiva, valor de uso. En este sentido, en el trabajo domésti-
sobrevivan. Será el producto social- Una parte del total de valores de ·co, la relación de una mujer con su
mente necesario. En esta categoría uso habrá sido producida por un traba- marido no tiene su origen en el merca-
está incluido el trabajo doméstico. Del jo realizado fuera del mercado y con la do, sino que radica en la división se-
total de horas de trabajo necesarias finalidad fundamental de satisfacer di- xual del trabajo. De hecho, la relación
para la supervivencia, una parte la rectamente necesidades. En este caso, familiar a la que está sometida la
realiza la mujer en su casa. Del pro- serán valores de uso que l")O tienen un mujer no es una relación de explota-
ducto total necesario para la supervi- valor de cambio. · ción, pues no se le extrae plusvalía,
vencia de la sociedad, una parte está Los productos que los campesinos sino de opresión. La institución que
obtenido con el trabajo doméstico. obtienen en sus huertas para su propio garantiza esta opresión es la fam ilia.
autoconsumo no han sido cultivados - Las formas concretas que haya ad-
Por otro lado, habrá un trabajo exce- con el objetivo de venderlos en el quirido la familia en cada periodo histó-
dente, esto es, un número de horas de mercado, sino de alimentarse, vestirse, rico o en cada forma social han sido
trabajo se realizarán por encima de las etc., ellos y sus familias. El trabajo que muy variadas. Pero así como la propie-
necesidades para que la sociedad dedican a ello tiene una característica dad privada de los medios de produc-
sobreviva. Este trabajo excedente se no mercantil y, en sentido estricto, ción es la institución básica del capita-
materializará en un producto exceden- estos valores de uso no tienen un lismo y la que garantiza la explotación
te, que se apropiarán las clases domi- valor de cambio pues, de hecho, los de los y las trabajadores(as) , indepen-
distintos campesinos de una sociedad
nantes en forma de materias primas,
mercancías destinadas a la venta o,
simplemente, dinero. Este producto
pueden aplicar tecnologías muy dife-
rentes, no hay ningún mecanismo so-
r dientemente de las formas que haya
adquirido en cada época histórica, la
familia es la institución básica que
excedente dará lugar a la lucha de cial que ponga en comunicación la garantiza la opresión de la mujer y la
clases. producción de cada uno de ellos con división del trabajo en función del sexo,
la de los demás y no se rige por' los independientemente de las formas que
En definitiva, todo el esfuerzo que la mecanismos del mercado. Es por esto L adquiera.
sociedad realiza para reproducirse a sí por lo que no tienen un valor de
misma constituye el trabajo necesario y cambio. Pero podrían tenerlo. Si un
con él se obtiene el producto necesa- campesino acude a un mercado con El trabajo asalariado: la
rio. Todo esfuerzo superior por encima los productos de su huerta, en vez de
de éste, es el trabajo excedente y con autoconsumirlos, encontrará que le producción de mercancías
él se obtiene el producto excedente. El pagan un precio por ellos. Su valor de
trabajo doméstico, en la vertiente de cambio no tendrá nada que ver con las
trabajo dedicado a producir medios de horas que, en particular, le ha costado
subsistencia, es una parte del trabajo a él producirla, sino con las que dedica Otra parte del total de los valores de
necesario. No importa que no se mida el conjunto de la sociedad· como me- uso de la sociedad habrá sido produci-
en las estadísticas: es tan fundamental dia. Pero, al fin y al cabo, serían valo- "da por el trabajo asalariado(3) con la
como la otra que sí se mide. Pero los res de uso que podrían tener un valor finaldiad de ser vendidos en el merca-
objetos en los que se materializa el de cambio. do. Serán las mercancías, que tienen
producto excedente no habrán sido Los productos del trabajo doméstico simultáneamente valor de uso y valor
producidos por el trabajo doméstico, son otro caso de valores de uso que de cambio.(4)

11
= = _,,
JESUS ALBARRA CIN '6 J./

Una parte de las mercancías produ- a)el que dedican los campesinos a zapatos 5 horas, en el mercado se
cidas serán necesarias para la subsis- producir los valores de uso que cons- intercambiará una chaqueta por tres
tencia de los trabajadores y sus fami- tituyen su propio autoconsumo, b)el pares de zapatos. Pero el trabajo al
lias. El trabajo doméstico es insuficien- trabajo doméstico y c)el trabajo asala- que nos estamos refiriendo tiene unas
te como consecuencia de que una riado dedicado a la producción de características peculiares, derivadas de
parte de la producción necesaria para mercancías necesarias para la subsis- que es un trabajo social.
la subsistencia se realiza en los circui- tencia de los trabajadores y sus !ami- En primer lugar, no es el trabajo que
tos del mercado a cargo del trabajo lías, esto es, la parte del trabajo asala~ cuesta producir cada mercancía con-
asalariado. En consecuencia, el capital riado que se dedica a reproducir el creta, sino el socialmente requerido
debe poner a disposición de los traba- valór de la fuerza de trabajo. Todo para producirla(5). Cada mercancía
jadores las mercancías que estos ne- trabajo que se realice por encima de específica tiene un valor individual que
cesitan por encima del trabajo domés- éste, estará destinado a obtener un estará determinado por el número de
tico para alcanzar su nivel de subsis- producto excedente, del que se apro- horas de trabajo que costó producirla.
tencia. Estos las comprarán en el piarán las clases dominantes. Si la producción de una chaqueta le ha
mercado pagándolas con un salario El trabajo doméstico es, por tanto, costado al sastre 20 horas de trabajo,
que han obtenido mediante la venta de un trabajo necesario para la subsisten- éste será el valor individu'al de la
su fuerza de trabajo. Las mercancías cia de la sociedad en su conjunto, chaqueta. Pero éste no será su valor
que quedan después de haber puesto aunque no produzca valores de cam- de cambio. Si en la sociedad existe
a disposición de los trabajadores las bio. Pero, ¿se podría decir que el/ otro sastre que la produce, digamos,
que necesitan para su sutsistencia, conjunto de la producción de valores ( en 1O horas de trabajo, sería ridículo
constituirían el producto excedente. de uso que realiza el trabajq doméstico que alguien comprara una chaqueta
Esta producción excedente estaría define un modo de producción, el pa- por 20 horas cuando la puede conse-
constituida por un conjunto de mercan- triarcal, que se superpondría al modo guir por menos. El valor de cambio de
cías que se habrían producido con el de producción capitalista?. ¿Se podría' una mercancía ha de estar determina-
trabajo asalariado, no con el trabajo\ hablar de que el trabajo doméstico do por el trabajo socialmente requerido
doméstico. En este sentido, el trabajo ] crea otra categoría de valor, el "valor para producirla, esto es, no por el
doméstico no crearía el excedente, doméstico", por llamarle de alguna número de horas empleadas en la
pero el excedente no sería indepen- • manera, de la misma forma que el producción de un objeto concreto, sino
diente de él. trabajo asalariado crea el valor de por el número de horas que se requie-
En efecto, aunque no directamente, cambio?. - 1 ren para fabricarlo en las condiciones
la mayor o menor intensidad del traba- Un modo de producción es la forma medias de productividad de esa socie-
jo doméstico afecta al producto exce- en que una sociedad produce los dad en esa época. Con el ejemplo de
dente. Un aumento de la producción medios de su subsistencia. Tiene, por las chaquetas, si se producen dos y
de valores de uso por parte del trabajo tanto, un carácter social y, en conse- una cuesta 20 horas y otra 1O, el valor
doméstico podría permitir una disminu- cuencia, es preciso que la producción de cambio de ambas sería 15 horas.
ción de las mercancías necesarias de cualquier órgano de ese sistema El primer sastre habrá derrochado tra-
para mantener la subsistencia de los esté conectada mediante un mecanis- bajo social y el segundo se verá pre-
trabajadores y, por tanto, un aumento mo social con cualquier otro órgano del miado por la sociedad por su eficien-
del producto excedente. Por el contra- mismo. Decir que debe tener un carác- cia.
rio, una disminución de la producción ter social es lo mismo que decir que En segundo lugar, se trata de trabajo
que la mujer efectúa en el seno de la las formas de producción concretas de abstracto, es decir, se hace abstrac-
familia, por que se incorpore en mayor los individuos deben estar relacionadas ción de su carácter específico. En el
medida al mercado de trabajo, por materialmente entre sí. No es esto lo mercado, cuando se intercambian mer-
ejemplo, implicaría que el capital debe que ocurre con el trabajo doméstico, cancías, se cambia trabajo por trabajo,
poner más mercancías a disposición pues no hay ninguna relación material según una regla de equivalencia que
de los trabajadores. Permaneciendol común entre el que se realiza en una realiza el propio mercado, dando más ,
todo lo demás igual, esto implica que familia y en otra. Por tanto, no es valor al trabajo ~ualificado que al traba-
disminuiría el producto excedente. De -:'\correcto hablar de un modo de produc- jo simple. Se intercambia trabajo abs-
esta forma, trabajo doméstico y trabajo Y- 'ción patriarcal. tracto, no trabajos específicos. De
asalariado son directamente indepen- Tampoco sería correcto afirmar que hecho, en el ejemplo que hemos pues-
dientes, pero se encuentran íntimamen- el trabajo doméstico crea alguna suerte to, se intercambia horas de trabajo de
te relacionados. Veremos más adelante de valor. La utilización de los instru- sastre por horas de trabajo de zapate-
cómo. mantos de la teoría del valor para ro, pero podríamos poner otro en el
aplicarlos al trabajo doméstico, en lo que se estarían intercambiando horas
que se refiere a las características que de ingeniero por horas de peón. Por-
¿Crea valor el trabajo debe reunir el trabajo social, puede que lo que el mercado hace es inter-
servirnos para aclarar las cosas. cambiar lo que de común tienen todas
doméstico? El valor de cambio de una mercan-· las mercancías: ser productos de tra-
cía está determinado por la cantidad bajo humano en abstracto.
de trabajo que cuesta producirla de Así pues, el valor de cambio de una
forma que, en el mercado, cuando se mercancía está determinado por la
En los epígrafes anteriores, hemos intercambian dos de ellas, se está in- cantidad de trabajo abstracto social-
visto que el trabajo socialmente nece- tercambiando trabajo por trabajo según mente requerido para producirla. Si el
sario, esto es, el que la sociedad la cantidad que cada una de ellas lleve trabajo doméstico creara algún tipo de
dedica a producir los medios de su incorporado. Si producir una chaqueta valor, debería poder hablarse de traba-
subsistencia, tiene varios componentes: cuesta 15 horas de trabajo y un par de jo doméstico abstracto socialmente

111
=J: A=
JESUS A L8ARRACIN

requerido. ¿Qué significa trabajo abs- de hablar de trabajo abstracto social- podría haber un salario doméstico?.
tracto socialmente requerido en el caso mente requerido en el caso del trabajo Si hacemos abstracción del trabajo
del trabajo doméstico?. doméstico porque no hay ningún meca- doméstico, el valor de la fuerza de
La característica del trabajo abstracto nismo social que pueda reconocerlo. trabajo se convierte en un concepto
es que se puede intercambiar horas de En consecuencia, el conjunto de los absoluto: es la cantidad de trabajo
trabajo de un ingeniero con las de un valores de uso que produce el trabajo socialmente requerida para reproducir
metalúrgico, porque el mercado fija la doméstico no constituye ningún "modo la fuerza de trabajo. En efecto, en la
equivalencia de ambas respecto a un de producción patriarcal". Es seguro sociedad capitalista, el trabajador está
concepto homogéneo: la hora de traba- que a !as mujeres les cuesta muchas obligado a vender su fuerza de trabajo
jo abstracto. En el trabajo doméstico, horas ·de trabajo la producción de los a cambio de un salario, pues ésta es
no hay ningún intercambio y, por tanto, valores de uso en el seno de la familia la única mercancía que tiene y que
no hay ningún mecanismo social que y, como hemos visto, su producción es puede vender para comprar las que
defina la "hora de trabajo doméstico una parte sustancial del producto so- necesita para subsistir. La fuerza de
abstracto". ¿Qué significa "una hora de cialmente necesario pero, estrictamente trabajo es, pues, una mercancía más
ama de easa"?. Cosas muy diferentes, hablando, el trabajo doméstico no crea y, al igual que el valor de cualquier
pues la tecnología, los conocimientos, ningún tipo de valo.r, que no sea el de otra mercancía, su valor de cambio
los productos y servicios a rendir, etc, uso. estará determinado por la cantidad de
que existen en cada familia, por lo que La ley del valor, que hace que el trabajo que se requiere para producirla,
se refiere al trabajo doméstico, son capital se mueva de una actividad es decir, por el valor de sus medios de
muy diferentes entre sí y no hay ningu- menos rentable a otra más rentable y subsistencia. Producir lo que necesita
na forma de comunicarlos. No hay que, en consecuencia, es el mecanisw- para vivir un día requiere menos horas
ningún mecanismo social que pueda mo mediante el cual se distribuye el de trabajo que una jornada laboral, por
establecer la relación entre una hora trabajo asalariado de la sociedad, no lo que, el trabajador puede reproducir
de trabajo doméstico de la mujer de un rige directamente para el trabajo do- el valor de sus medios de subsistencia
peón y una hora de trabajo doméstico méstico. Tampoco se puede encontrar sólo con unas horas del total de su
de la de un ingeniero. una ley que, análogamente a la ley del jornada de trabajo y el resto de la
Pero pasemos al concepto de trabajo valor, redistribuya el trabajo doméstico misma está trabajando para el capita-
socialmente requerido. En el caso de entre las mujeres siguiendo criterios de lista, esto es, está produciendo plusva-
las mercancías tiene una connotación eficacia social. La regulación funda: lía.
tecnológica: es el número de horas mental de éste la hace la familia como Pero, si consideramos el trabajo do-
que le cuesta como media a una so- institución básica del sistema patriarcal méstico, el valor de la fuerza de traba-
ciedad producir una mercancía, dada la y su misión no es ésta, sino hacer que jo se convierte en un concepto relativo.
tecnología, la habilidad de su mano de una parte de la producción necesaria En la sociedad capitalista, la produc-
obra, etc. Nuevamente vuelve a ser el para la sociedad se realice fuera de ción de valores de uso que hace la
mercado el que fija cuál es la media los circuitos del mercado y recaiga mujer en el seno de la familia no es
social. No hay ningún mecanismo so- sobre ellas .. suficiente para su mantenimiento, por
cial que pueda indicar cuál es el lo que es preciso que ésta adquiera
número de horas de trabajo doméstico mercancías en el mercado para com-
que se requieren como media para El trabajo doméstico y el pletar los medios que necesita para su
producir la alimentación de una familia, subsistencia. La única mercancía que
o la limpieza de su hogar. Es más, valor de la fuerza de la familia tiene para vender y obtener
para la producción de mercancías, lo los medios que necesita para comprar-
que cuenta es el ahorro de horas de trabajo. las es su fuerza de trabajo. La familia,
trabajo, mientras que en el trabajo como institución patriarcal es la que se
doméstico, el objetivo es la elaboración encarga del mantenimiento de la divi-
de valores de uso para el consumo de sión social del trabajo: será la mujer la
la familia (la comida diaria o la alimen- El trabajo doméstico no es el único que realice el trabajo doméstico y el
tación y cuidado de los niños, por que no añade valor a las cosas. El hombre el que venda su fuerza a
ejemplo) cueste lo que cueste en horas trabajo asalariado que . se emplea en cambio de un salario, esto es, el que
de trabajo. De hecho, si aplicásemos el los sectores no productivos (sanidad, realice el trabajo asalariado. En la
concepto de trabajo socialmente reque- enseñanza, comercio, hostelería, admi- mayoría de las familias, es el hombre
rido al trabajo doméstico llegaríamos a nistración pública, etc), no produce el que realiza el trabajo asalariado
la conclusión de que, en la mayoría de mercancías que tengan un trabajo in- pero, en el nivel conceptual en el que
los casos, es socialmente no requerido corporado, sino servicios que tampoco nos estamos moviendo, el hecho de
pues, debido al escaso interés que añaden valor. Sin embargo, estos tra- que haya familias en las que realicen
tiene el capital en el aumento de la bajadores venden sus servicios a trabajo asalariado el hombre y la mujer
productividad de las familias y a las cambio de un salario y, por tanto, sori o solamente la mujer no cambia las
connotaciones ideológicas de la opre- parte de la fuerza de trabajo, que tiene cosas pues, en todo caso, será la
sión patriarcal, las mujeres emplean un valor de cambio. ¿Podría hablarse mujer la que realiza el trabajo domés-
muchas más horas de trabajo en pro- del "valor de la fuerza de trabajo do- tico en la inmensa mayoría de los
ducir la parte que las toca del producto méstico " análogamente a como se casos. Recordemos lo que dijimos en
necesario para la subsistencia de la habla de valor de la fuerza de trabajo un epígrafe anterior sobre la familia
sociedad que las que serían requeri- en general?. ¿Cuál es el papel del como institución abstracta, garante de
das, dados los conocimientos y el nivel trabajo doméstico en la formación del la división sexual del trabajo.
tecnológico. valor de la fuerza de trabajo?. ¿Hay un El nivel de vida de los trabajadores y
Como acabamos de . ver, no se pue- precio del trabajo doméstico, esto es, sus familias estará determinado por los

IV
=:( A=
JESUS AL8AFIFIAC IH

valores de uso que obtiene la mujer prador que puede tener, pues fuera del tar el número de horas que el trabaja-
con su trabajo en el hogar (el trabajo hogar no realizaría trabajo doméstico dor ·ha utilizado directamente en su
doméstico) y por las mercancías que sino trabajo asalariado, sería definir las producción (como hemos visto antes,
se obtienen en el mercado con el sa- relaciones patriarcales como relaciones en las condiciones medias de producti-
lario del hombre (el trabajo asalariado). de explotación y no de opresión, un vidad, habilidad, etc., de cada sociedad
El primero no entra en los c:;ircuitos del concepto mucho más amplio que el en cada época). Es el trabajo vivo que
mercado y no se rige por la ley del primero. A la explotación normal que se incorpora a la mercancía, que a su
valor, por lo que pará el capitalista no sufren todos los trabajadores se añade, vez tiene dos componentes: el capital
formará parte del valor de la fuerza de en el caso de la mujer trabajadora, la variable, que es la parte de las horas
trabajo. El capitalista se limita a pagar opresión patriarcal. de trabajo directo que es equivalente al
..a los trabajadores lo necesario para valor de los medios de subsistencia
que compren las mercancías necesa- que necesita el trabajador y su familia,
rias para que ellos y sus familias sub- Trabajo doméstico, capital y la plusvalía, que es la parte de las
sistan. El trabajo doméstico es autopro- horas de trabajo directo que se apropia
ducción y autoconsumo que al capita- variable y plusvalía el capitalista. Una reducción del valor
lista no le interesa nada. de la fuerza de trabajo producida por
Por tanto, no puede hablarse de un una mayor intensidad del trabajo do-
"valor de la fuerza de trabajo domésti- méstico, por ejemplo, implicaría una
co" pues el valor de la fuerza de traba- En los epígrafes anteriores. se han reducción de la parte correspondiente
jo incluye no solo a las mercancías desarrollado una serie de argumentos del capital variable que se incorpora a
necesarias para reproducir el trabajo de los que puede sacarse una primera la mercancía. Con el mismo trabajo
asalariado, sino también a las que se conclusión: cualquier transposición vivo esto supondría un aumento de la
requieren para reproducir el trabajo mecánica al trabajo doméstico de los plusvalía.
doméstico. Cuando el capitalista paga conceptos que se utilizan para el traba- Cada capitalista individual puede
un salario, está pagando el valor de la jo asalariado conduce a un error. Al hacer muy poco por reducir el valor de
fuerza de trabajo, que incluye no solo contrario de lo que ocurre con este la fuerza de trabajo por este camino,
al trabajador, sino a su mujer y a toda último, el trabajo doméstico no tiene pues el salario que paga a sus traba-
la familia(6). Pero el salario de un tra- valor de cambio, no puede .hablarse de jadores es independiente del trabajo
bajador asalariado no incorpora la retri- nada parecido a un "salario doméstico", que las mujeres de estos hacen en su
bución del trabajo de su mujer, porque no produce valores de uso que tengan casa. Pero, para el capitalismo en sul
éste no tiene valor de cambio. valor de cambio, no añade valor a las conjunto, el trabajo doméstico hace 1
El papel de trabajo doméstico co~ cosas y, como cohsecuencia, de él que el trabajo asalariado necesario
siste en producir una parte de los va- nadie obtiene directamente plusvalía. para mantener el nivel de vida de los
lores de uso necesarios para reprodu- Todo se debe a que la regulación de!l trabajadores y sus familias sea menor
cir la fuerza de trabajo fuera de los 7 trabajo doméstico no la hace la ley del que el que se requeriría en su ausen-
circuitos del mercado(?). Lo que se · valor, pues se realiza fuera de los cir- cia. Supone una disminución del valor
incorpora al valor de las mercancías cuitos del mercado, sino la familia de la fuerza de trabajo y, por tanto,
son las horas de trabajo que efectúa el como institución básica del sistem~ una reducción del capital variable total
trabajador asalariado. Las que realiza patriarcal. y, consiguientemente, un aumento de;(
su mujer en casa sirven para que éste Sin embargo, en la medida en qu~ la plusvalía, también total. Así, el tra- Y
se mantenga, pero las horas que un es uno de los elementos que determi- bajo doméstico contribuye a la forma-
trabajador incorpora a una mercancía nan el nivel de vida de los trabajado- ción de la plusvalía global de la socie-
son independientes de las que su res y sus familias, -juega un papel fun- dad porque mantiene el capital variable
mujer ha dedicado al trabajo domés!!J damental para la economía capitalista. a un nivel más bajo del que correspon-
co. Nadie obtiene plusvalía del trabajo de
una mujer concreta en su casa, pero el
dería con el nivel de vida efectivo de 1
Finalmente, no puede hablarse de los traba¡adores. ::.-J
"precio del trabajo doméstico" o de conjunto del sistema puede aumentarr El capital puede tener una forma adi-
"salario doméstico ". El salario del tra- la masa total de plusvalía gracias al cional de utilizar el trabajo de la mujer
bajo asalariado es para el manteni- trabajo doméstico del conjunto de to- para reducir el valor de la fuerza de
miento de toda la familia, pero no hay das ellas. Así, el trabajo doméstico no trabajo y aumentar la plusvalía. La
una parte del mismo que sea la retri- está regulado por la ley del valor pero, incorporación masiva de las mujeres al
bución del trabajo doméstico del ama como ocurre con casi todas las cosa~ trabajo asalariado manteniendo al mis-
de casa. Pero esto último requiere bajo el modo de producción capitalista, mo nivel el trabajo doméstico, esto es,
algunas precisiones adicionales. no es independiente de ella. la utilización intensiva de la doble jor-
El trabajo doméstico no tiene valor, El valor de una mercancía, que se nada, supone una desvalorización de
pero podría tener un precio. Hay otras mide por la cantidad de trabajo social- la fuerza de trabajo. Dado el nivel de
cosas en la sociedad capitalista que, mente requerido para producirla, tiene vida de los trabajadores y sus familias,
como la tierra estéril, no tienen valor varios componentes. Por un lado, hay determinado histórico-sociológicamente,
de cambio y sin embargo pueden tener que contar el número de horas de la incorporación de la mujer al trabajo
un precio. Pero, para que haya un trabajo que cuesta producir las mate- asalariado, sin reducción del tiempo
precio, tiene que haber la posibilidad rias primas con . las que se ha fabrica- dedicado al trabajo doméstico, significa
de que la cosa a vender pueda tener do y las que se incorporan a trayés del que se desvaloriza el trabajo que rea-
varios compradores. Este no es el desgaste de las máquinas que se utili- liza el hombre. En efecto para mante-
caso del trabajo doméstico. Por otra zan en su producción. Es el trabajo ner y reproducir a la misma familia,
parte, suponer que la mujer le vende muerto que se incorpora con el capital antes se necesitaba una jornada de
sus servicios al marido, el único com- constante. Por otro lado, hay que con- trabajo asalariado y, con la incorpora-

V
==E A =
JESUS AL8ARRACIN

TRABAJO O PRODUCTO SOC1AL

TRABAJO TRABAJO NECESARIO PARA LA


EXCEDENTE SUBSISTENCIA DE LA SOCIEDAD

PRODUCC ION D E
PRODUCCION DE
PRODUCC I ON D E MERCANCIAS NECE~RIAS PRODUCC ION DE
VALORES DE USO PARA
MERCANCIAS PARA LA SUBSISTEN CIA VALOR ES DE USO EN EL
A UTOCONSUMO DE
EXCEDENTES DE LOS T RABAJADORES TRABAJO DOMESTICO
LOS CAMPESINOS
Y SUS FAMILIAS

PRODUCCION DE MERCANCIAS: VA LORES PRODUCCION DE VALO RES D E U SO OUE


NO SE DESTI NAN A SER CAMB I ADOS
DE USO OUE TIENEN VALOR DE CAMB IO
EN EL M ERCADO Y NO TI ENEN VALO R DE CAMBI O

T RABAJO ASA LARIADO: HORAS VE NDIDAS


T RABAJO R EALI ZADO FU ERA D EL M ERCA DO
POR LOS TRABAJADORES EN EL MERCADO

VALO R DE LA FU ERZA
DE TRABAJO : TRABAJO
NECESAR IO PARA PRODUCI R TRABAJO NO PAGADO: AUTOCONSUMO
PLUSVALIA
LAS MERCANC I AS TRABAJO DOM ESTICO DE LOS CAMPES I NOS
NECESARI AS PARA LA
SU BSISTENCIA

TRABAJO NECESARIO PARA MANTENER


NIVEL D E V I DA D E LOS T RABAJADORES
Y SUS FAMILIAS

VI
=:[ A=
JESUS A LBAllllACIN

ción de la mujer a la actividad mercan- cierta estabilidad social, hay un salario pagarlos, forzó la reducción de su
til, se realizan dos. Esto significa que indirecto determinado por la prestación propia producción y les obligó a com-
se prestan más jornadas de trabajo de ciertos servicios imprescindibles, prar mercancías. El trabajo doméstico
para conseguir las mismas mercancías como sanidad o educación, para cuya no ha escapado de este proceso. La
que constituyen el valor de la fuerza prestación, el capital debe dedicar par- producción de valores de uso que
de trabajo. De esta forma, el capital te de la plusvalía, etc. Si hacemos realiza la mujer en su casa no tiene
podrá reducir la proporción de la jorna- abstracción del trabajo doméstico, una valor de cambio, pero en el trabajo
da de trabajo que los trabajadores uti- reducción del nivel de vida de los tra- doméstico hay actividades que pueden
lizan en reproducir los medios de sú bajadores implica un descenso del va- mercantilizarse y ser rentables para el
propia existencia, lo que, consiguiente- lor de la fuerza de trabajo y, por tanto, capital. Así, el capitalismo ha eliminado
mente se traducirá en un aumento de un aumento de la plusvalía. Sin embar- la producción para autoconsumo, en
la plusV'alía(8). go, como ocurría con el producto so- gran parte realizada por las mujeres,
En conclusión, aunque no se extrai- cialmente necesario, el capital no pue- obligándolas a adquirirlas en el merca-
ga directamente plusvalía de el trabajo de actuar significativamente sobre ellos do; ha desarrollado enormemente la
doméstico, para una sociedad en su1 más que a largo plazo. :-1 industria de la alimentación práctica-
conjunto, trabajo doméstico, trabajo Precisamente este es uno de los ob- mente inexistente antes, aliviando una
asalariado y producción de plusvalía jetivos de la política de austeridad. La parte del trabajo doméstico y ha con-
están íntimamente relacionados. reducción del poder adquisitivo de los vertido la elaboración de vestidos, que
salarios, que comporta la misma, tiene hasta su llegada se había descargado
como objetivo aumentar la plusvalía en las mujeres, en una de las ramas
El lugar del trabajo relativa por la vía de reducir el valor industriales fundamentales. En el capi-
de la fuerza de trabajo lo que, de talismo tardío, en el que se registra
doméstico en la economía hecho, se traduce en una reducción una fuerte tendencia a la industrializa-
del consumo de los trabajadores. Pero, ción de los servicios, la tendencia a la
capitalista a corto plazo, sus efectos no pueden mercantilización de algunas produccio-
ser muy significativos. Por eso, a largo nes del trabajo doméstico puede ha-
plazo, el capital trata de hacer que los berse agudizado. En consecuencia,
trabajadores acepten la eliminación de puede registrarse una tendencia a la
En una sociedad primitiva, el produc- ciertas mercancías de su nivel de vida reducción de la producción de valores
to necesario para la subsistencia de la o la reducción de los servicios que de uso por parte del trabajo doméstico.
sociedad debe interpretarse en sentido presta. No otra cosa significan · los Sin embargo, esto no significa que
estricto, esto es, como la producción ataques a la Seguridad social o la haya habido una tendencia paralela al
mínima e imprescindible para que la rentabilidad que los gobiernos preten- 1 aumento del valor de la fuerza de tra-
sociedad viva y se reproduzca. Pero, den para la enseñanza. -J bajo. La historia del capitalismo es
en una sociedad capitalista avanzada, Incluyamos el trabajo doméstico en también la del aumento de la producti-
en este concepto, deben incluirse pro- el análisis. La composición del nivel de vidad del trabajo asalariado. Un au-
ducciones que, si bien desde un punto vida de los trabajadores y sus familias mento de la productividad en las indus-
de vista material estricto no son nece- entre trabajo doméstico y trabajo asala- trias que producen mercancías para los
sarias para la supervivencia, sí lo son riado es una variable que afecta a la trabajadores implica una reducción del
desde un punto de vista histórico-so- plusvalía total y, por tanto, a la tasa de valor de la fuerza de trabajo, es decir,
ciológico. El consumo de carne, por beneficio. En efecto, aunque dicho ni- una desvalorización del trabajo asala-
ejemplo, resulta excesivo en los países vel de vida no cambiara, una variación riado. En la actualidad, el capitalismo
industrializados por lo que, desde el de dicha composición que fuera en el pone muchas más mercancías a dispo-
punto de vista material, los niveles de sentido de aumentar (P disminuir) la sición de los trabajadores que hace
producción de la misma en dichos proporción del trabajo doméstico signifi- 100 o 150 años, como consecuencia
países no pueden considerarse nece- caría una reducción (o aumento) del tanto del aumento del nivel de vida,
sarios para la subsistencia. Sin embar- valor de la fuerza de trabajo. Es una como de la mercantilización del trabajo
go, la adopción de medidas que signi- variable que tiene una relativa impor- doméstico. Pero, el aumento de la
ficaran una reducción drástica del mis- tancia para el capital pero, como ocu- productividad ha sido considerable, lo
mo implicaría graves problemas socia- rriera con el producto socialmente que se ha traducido en una reducción
les. A largo plazo, dentro de algunos necesario o el nivel de vida de los del valor de dichas mercancías, que ha
límites, el capital puede actuar sobre lo trabajadores, la composición de este debido compensar con creces el au-
que la sociedad considera producto último está también determinada por mento de las mismas. A pesar de que
socialmente necesario pero, a corto razones históricas y sociológicas. el capital ha arrancado facetas del
plazo, éste está dado. La historia del modo de producción trabajo doméstico introduciéndolas en
El nivel de vida de los trabajadores, capitalista es la historia de la creciente la actividad mercantil, los trabajadores
el valor de la fuerza de trabajo y el sa- mercantilización de la producción so- reproducen hoy el valor de las mercan-
lario de subsistencia están determina- cial. Cuando sacó al artesano de la cías que deben adquirir en el mercado
dos también por razones históricas y producción familiar y le convirtió en con una proporción de su jornada labo-
sociológicas. El salario no puede ser asalariado, redujo la producción de la ral menor que antes.
simplemente la contrapartida de las propia familia y la obligó a comprar El trabajo que la sociedad realiza
mercancías necesarias para la subsis- mercancías en el mercado. Cuando en para mantener el nivel de vida de los
tencia, sino que debe ser suficiente el siglo XIX estableció impuestos sobre trabajadores y sus familias se ha redu-
para que en el nivel de vida de los los habitantes de las colonias Y. les cido con el desarrollo del capitalismo,
trabajadores se incluyan valores de obligó a vender su fuerza ·de trabajo porque lo han hecho sus dos compo-
uso, como el automóvil, si quiere una para obtener un salario con el que nentes. Pero la proporción que se

VII
JESUS AlBARRACIN

cubre con trabajo doméstico, puede no pital: "La riqueza de las sociedades en las rentes en ambos casos. Es una confusión
haberlo hecho. Por un lado, el aumen- que domina el modo de producción capita- que en nada favorece el tratamiento del
to de la productividad del trabajo asa- lista se presenta como un enorme cúmulo trabajo doméstico. Por ello, hemos manteni-
lariado ha sido considerable. Por otro, de mercancías y la mercancía individual do la expresión "socialmente necesario" para
como la forma elemental de esa riqueza. definir esa parte del producto o del trabajo
como hemos mencionado antes, el Nuestra investigación, por consiguiente, se social que son imprescindibles para la so-
capitalismo ha tenido mucho menos inicia con el análisis de la mercancía". A ciedad y hemos definido el valor de cambio
interés en aumentar la productividad partir de aquí, en el resto de El Capital, el como la cantidad de trabajo "socialmente
del trabajo doméstico, precisamente trabajo doméstico, al no tener un carácter requerido" para producir una cosa. Son si-
porque éste se realiza fuera de los mercantil, está simplemente ignorado. nónimos, pero tienen una carga ideológica
circuitos del mercado. Después de muy diferente.
todo, el modo de elaboración de una (3). En una sociedad capitalista, el trabajo
sopa o los cuidados que requiere un mercantil, esto es, el que se realiza en el (6). Marx lo teconoce así en El Capital
niño pequeño no son tan diferentes de marco del mercado, es de dos tipos: trabajo cuando, al hablar del trabajo femenino e
asalariado (e/que realizan todas aquellas infantil como formas de aumentar la plus-
los de hace 100 años. Sobre todo si personas que se ven obligadas a vender su vafa relativa, establece: 'El valor de la fuer-
se les compara con los cambios que fuerza de trabajo a cambio de un salario) y za de trabajo no estaba determinado por el
se han producido en el trabajo asala- trabajo no asalariado (el que efectúan los tiempo de trabajo necesario para mantener
riado. autopatronos). En el movimiento feminista, al obrero adulto individual, sino por el nece-
es corriente denominar "trabajo asalariado" sario para mantener a la familia obrera" ( El
al que no es trabajo doméstico pero, por lo Capital, Libro 1, Capítulo XIII, epígrafe 3).
que se deduce de lo anterior, serla más
correcto denominarle "trabajo mercantil". En
(7). Marx consideró a la familia burguesa
¡NOTAS¡ el presente artículo, puesto que no cambia
las cosas en lo fundamenta/, hemos decidi- como un instrumento más de la sociedad
capitalista. Su papel era la producción de
do hacer abstracción del trabajo no asalaria-
do. una parte de los valores de uso que nece-
sita la sociedad para subsistir y todas las
(1). Este párrafo ha sido entresacado de La demás características de la familia, los lazos
Ideología Alemana (Ediciones Pueblos Uni- (4) .. Hacemos abstracción para simplificar afectivos, el papel subordinado de la mujer
dos, Uruguay, pág 19), pero pueden encon- del hecho de que una parte del trabajo en la misma, etc.. solo tienen como objetivo
trarse otros muchos ejemplos. El párrafo asalariado no se dedica a producir mercan- fundamental el aumento de la explotación.
clásico del Prólogo a la Contribución a la cías, sino a prestar sercicios en el mercado, Por eso, la familia burguesa, y hay que
Crítica de la Economía Política, que se re- como comercio, sanidad, enseflanza, etc. suponer que la opresión de las mujeres,
fiere al modo de producción capitalista, es Este último trabajo tiene un valor de cam- desaparecería con la abolición de la propie-
otro ejemplo de como Marx no solamente bio, pues se realiza en el mercado, pero no dad privada. En este sentido, en Marx, la
se refiere a los "hombres· (1os hombres crea valor, a pesar de que es indispensable opresión de la mujer en el capitalismo es su
contraen determinadas relaciones necesarias para el funcionamiento del sistema capitalis- "explotación" a través de la familia. Véase a
e independientes de su voluntad", "no es la ta. Una parte del producto excedente se este respecto el Manifiesto Comunista, epí-
conciencia de los hombres lo que determina consume en retribuir a este trabajo grafe "Proletarios y comunistas" donde este
su ser, sino, por el contrario, el ser social el concepto de la familia parece estar más
que determina su conciencia", etc), sino de (5). Aquí estamos en presencia. de una de claro.
como su análisis no incluye el problema. esas categorías que chirrían, a las que nos
Las controversias posteriores sobre si las referíamos al principio. Desde Marx, el valor
relaciones patriarcales están comprendidas de cambio de una mercancía, o simplemen- (8). Esta es una de las formas de utilización
en las relaciones de producción o en la te valor, es la 'tantidad de trabajo social- de la mujer para reducir el valor de la
superestructura ideológica, si puede hablar- mente necesario para producirla". Por otra fuerza de trabajo y aumentar la plµsvalía
se de unas relaciones de reproducción, etc., parte, en la tradición marxista, al producto relativa que especialmente fue tratada por
son una buena prueba de ello. imprescindible para la subsistencia de la Marx (véase El Capital, Libro 1, capítulo
sociedad se le denomina también "social- XIII). Resulta extremadamente interesante
(2). El papel que la mercancía ocupa en el mente necesario" y así hemos procedido en su lectura hoy, a la luz de algunas de las
análisis económico de Marx se pone de el texto. Obviamente, la expresión "social- polémicas que se desarrollan con el movi-
manifiesto desde el primer párrafo de El Ca- mente necesario" significa cosas muy dife- miento feminista.

VIII
 

Peter Howell

Una vez más sobre el trabajo


productivo e improductivo [1]

Escrito: 1975
Primera publicación: septiembre de 1975.
Fuente: Revolutionary Communist 3/4 nov. 1975 (reimpreso nov. 1979)
Traducido: Manuel, 2011.
Transcripción / HTML: Manuel, 2011.
Copyleft: puede ser libremente copiado y reproducido para fines no comerciales en virtud
de la correspondiente licencia de Creative Commons

Contenido
Introducción
I Economía Política Clásica

(i) Los fisiócratas

(ii) Adam Smith
(iii) Ricardo
(iv) Ricardo frente a Malthus
(v) Las categorías de la economía política y la lucha de clases

II Los conceptos de trabajo productivo e improductivo en Marx

(i) La crítica de Marx al concepto de Adam Smith de trabajo productivo
(ii) El concepto de trabajo productivo y su desarrollo ulterior

(a) La producción material

(b) la producción inmaterial

(c) El transporte

(d) La producción de dinero material
(d) La producción de dinero material

(iii) Trabajo productivo de tipo especial

(a) Trabajo invertido en el elemento pasivo del capital productivo

(b) Trabajo invertido en el elemento activo del capital productivo

(iv) El trabajo improductivo intercambiado contra el capital
(v) El trabajo improductivo intercambiado contra el ingreso

III La contradicción del capital y los conceptos de trabajo productivo e
improductivo

IV Cómo los marxistas creativos deforman a Marx

(i) Adiós a las armas

(ii) Adiós a Marx
(iii) Adiós a la razón

(iv) El denominador común

V El departamento IIb y la crisis del capitalismo

(i) La necesidad del departamento IIb y su lugar en el esquema de
reproducción de Marx

(ii) La ley de la tasa decreciente de ganancia y el impacto del deparmento

IIb
(iii) Como la burguesía responde a la crisis

(iv) La solución final

Conclusión

 
 

_________________________________________________________

 
Una vez más sobre el trabajo productivo e
improductivo
 

Introducción

En su discurso sobre el presupuesto de abril de 1975, el Sr. Denis Healey, haciéndose eco de
los sentimientos de su "Muy Honorable amigo", señor Wedgwood Benn, anunció las medidas
que,  con  suerte,  podrían  revertir  el  proceso  de  "desindustrialización"  que  Gran  Bretaña  ha
estado experimentando en los últimos años. El Sr. Benn, por supuesto, ha dejado claro que él ha
encontrado  particularmente  preocupante  la  reciente  tendencia  a  una  disminución  absoluta  del
número de personas empleadas en la manufactura. Incluso ha advertido ­ con un toque muy de
Smith  ­  que  cuanto  más  se  contraiga  nuestra  manufactura,  mayor  será  la  brecha  entre  lo  que
físicamente puede producir  y  la  cantidad  mínima  necesaria  para  pagar  nuestra  posición  como
gran nación comercial. Si el Gobierno va a mantener un sector industrial competitivo y rentable,
debe tener como objetivo nada menos que la preservación de nuestra "base industrial". [2]

Compartiendo  la  preocupación  de  Benn,  si  no  sus  recetas,  Sir  Keith  Joseph  también  ha
pedido  medidas  que  restauren  la  vitalidad  de  nuestra  menguante  base  industrial,  incluso  a
expensas  del  sector  improductivo  que  es,  después  de  todo,  "consumidor  de  riqueza"  más  que
"creador de riqueza". Qué lamentable que debamos vivir en una sociedad en la que tantos viven
de  los  "excedentes"  creados  por  tan  pocos.  Por  el  contrario,  debemos  esforzarnos  hacia  una
economía  de  valor  sólido,  basada  en  la  industria  manufacturera,  a  cargo  de  los  proletarios  y
encabezada por el empresario, ese "raro tipo de persona, relativamente, en comparación con los
perceptores  de  sueldos  y  salarios".  Por  encima  de  todo,  lo  que  necesitamos  ahora  en  Gran
Bretaña  es  completar  la  revolución  burguesa  de  la  que  surgirá  una  burguesía  fuerte,  libre  de
grilletes "feudales". Gran Bretaña, por desgracia, los tiene.

"Nunca  tuvo  una  clase  dominante  capitalista  o  una  alta  burguesía  estable..."Las  grandes
familias feudales, junto con los terratenientes, los tribunales, la iglesia y los profesionales del
derecho ponen su sello firmemente en la sociedad británica post­medieval de las que las clases
comerciantes  buscaron  la  aceptación  más  que  retarlas,  como  lo  hicieron  en  Francia...La
tradición era demasiado fuerte para que la revolución industrial la hiciera temblar, aunque las
clases medias lo intentaron, a mediados de la época victoriana...Usted puede recordar la queja
de Marx de que los oponentes de orientación feudal al capitalismo naciente se disfrazaban de
socialistas.  Estaba  preocupado  por  que  deberían  ser  claramente  diferenciados  del  producto
auténtico". [3]

En  respuesta  al  artículo  de  Trade  and  Industry,  Samuel  Brittan,  escribiendo  en  el  Financial
Times, criticó a Benn por su disgusto "fisiocrático" por el trabajo "improductivo", por no tener
en  cuenta  el  aumento  de  la  productividad  industrial  que  acompañó  a  la  caída  en  el  empleo
industrial y por no reconocer que el cambio de la manufactura a los servicios es perfectamente
"normal" en una economía moderna. [4] En una línea similar, aunque con fines diferentes, los
diputados laboristas George Rodgers e Ivor Clemitson han argumentado que la disminución del
número  de  empleados  en  la  manufactura  es  un  hecho  económico  de  la  vida  que  debemos
aprender  a  aceptar,  e  incluso  darle  la  bienvenida.  Lo  que  deberíamos  hacer,  por  lo  tanto,  es
"desviar más personas a las áreas de servicio público ­ el transporte público, la enseñanza, los
servicios  de  salud,  los  servicios  sociales,  y  así  sucesivamente  en  una  larga  lista...Nuestros
antepasados  socialistas  habrían  acogido  con  satisfacción  la  oportunidad  a  la  que  nos
enfrentamos. ¿Por qué no la agarramos con las dos manos? " [5]

Así, Benn se toma la tarea de la defensa de una ética del trabajo adaptado más a la primera
revolución  industrial  que  a  la  democracia  social  del  siglo  20,  mientras  esos  como  Rodgers  y
Clemitson  son  castigados  por  Sir  Keith  por  ocultar  una  intención  feudal  tras  un  atuendo
socialista.

Para  aquellos  de  nosotros  con  algo  más  que  un  interés  pasajero  en  el  curso  tomado  por  la
sociedad  burguesa,  no  es  ninguna  sorpresa  encontrar  a  las  clases  dominantes  de  este  país  de
nuevo dando vida a un tema siempre recurrente de la economía política clásica ­ la distinción
entre  trabajo  productivo  y  trabajo  improductivo.  En  su  decadencia,  como  en  su  infancia,  el
capital parece decidido a vomitar directamente cuestiones económicas que arrojan luz especial
sobre  la  condición  no  sólo  de  la  sociedad  burguesa  en  general,  sino  del  capital  británico,  en
particular. Que los enanos de hoy deban sostener a los gigantes del pasado es la prerrogativa de
una clase dominante en decadencia. Por nuestra parte, podemos encontrar consuelo en la idea de
que  si  la  historia  del  capital  británico  asume  su  dimensión  absurda,  el  final,  o  más  bien  un
nuevo comienzo, está sin duda a la vista.

Cuando  Sir  Keith  reclama  la  consumación  de  la  revolución  burguesa  es  más  que  un
especialista ideológico. Su objetivo es dividir a la clase obrera ­en "productores de riqueza" y
"consumidores de riqueza" ­ aunque sólo sea como un preludio a un ataque contra todos ellos.
En consecuencia, es el propósito de este documento reafirmar la intención original detrás de la
formulación de Marx de los conceptos de trabajo productivo e improductivo, tanto en el ámbito
de la teoría como de la lucha política, para que podamos aislar con mayor facilidad al elemento
realmente  parasitario  en  nuestra  sociedad,  el  "empresario",  un  espécimen  de  hecho  muy  raro.
Esto se hace tanto más necesario a la luz de los recientes intentos de abandonar por completo
muchas de las categorías básicas desarrolladas por Marx, en la creencia equivocada de que su
uso  sólo  puede  servir  para  confundir  a  la  clase  obrera  ya  dividida  y  confundida.  Lejos  de
sembrar la semilla de la desunión, las categorías de El Capital de Marx, si son consideradas y
utilizadas  con  propiedad,  nos  permitirán  construir  la  concordia  más  fuerte  posible  entre  las
masas  de  gente  en  este  país.  También  nos  permitirá  demostrar,  de  una  vez  por  todas,  que  la
forma  de  combatir  esta  retirada  absurda  hacia  la  economía  política  no  es  mediante  el
refinamiento de esa economía, sino sometiéndola a una crítica revolucionaria. [6]

Empezaremos, por lo tanto, estudiando de cerca a los clásicos, empezando por los fisiócratas
y  terminando  con  la  crítica  de  Ricardo  a  Malthus.  [7]  Como  mostraremos,  hay  un  lado  muy
claramente reformista  de  la  economía  política,  a  pesar  de  su  espíritu  revolucionario.  Y  como
veremos  más  adelante,  los  "marxistas"  de  nuestros  tiempos  tienden  cada  vez  más  a  este
reformismo ­ el precio que inevitablemente deben pagar los que ignoran el concepto  marxista
del trabajo productivo.

En la segunda parte de este trabajo, vamos a examinar la crítica de Marx a las categorías de la
economía  política,  y  al  hacerlo,  restableceremos  lo  que  realmente  nos  enseñó  Marx  sobre  el
tema. Además, dado que la categoría de trabajo productivo es una parte integral del concepto de
capital, será necesario volver a los clásicos para demostrar lo poco que penetraron en el secreto
de  la  tendencia  decreciente  de  la  tasa  de  ganancia.  Esto  dejará  claro  que  el  "propósito"  del
concepto de Marx del trabajo productivo no es ­ como Gough y otros sostienen ­ simplemente
"explicar la existencia y cantidad de la plusvalía en el modo de producción capitalista" [8] Esta
es una verdad  a  medias  y  por  lo  tanto  una  distorsión.  El  propósito  completo  del  concepto de
Marx del trabajo productivo es la de revelar a la clase trabajadora las leyes del movimiento de
la sociedad burguesa.

En la tercera parte, vamos a seguir el lento y triste progreso del revisionismo contemporáneo
que se mueve poco a poco en contra del concepto de capital, hasta que no queda nada, salvo la
concepción vulgar, según  la  cual todos  los  trabajadores  empleados  en  el  modo  de  producción
capitalista  son  productivos.  Esto  ha  ofrecido  a  los  portavoces  de  la  ideología  del  capital  una
oportunidad ideal para presentar su miserable explicación de la crisis actual.

Por  último,  se  apunta  a  las  causas  reales  que  subyacen  a  la  crisis  del  capitalismo  de  hoy,
desenmascarando  a  los  distintos  representantes  del  capital  británico  en  su  intento  de  aportar
soluciones que sólo pueden hacerse efectivas a costa de la clase obrera. En el proceso quedará
muy claro que nuestro variado surtido de pretendidos marxistas, después de haber "adulterado"
el  concepto  de  trabajo  productivo,  son  incapaces  de  ofrecer  a  la  clase  obrera  una  alternativa
viable.


LA ECONOMIA POLITICA CLASICA  
(i) Los fisiócratas

Los  verdaderos  fundadores  de  la  economía  política  moderna  fueron  los  fisiócratas.  Ellos
fueron los primeros en trasladar la investigación sobre el origen de la plusvalía de la esfera de la
circulación  a  la  esfera  de  la  producción  y  esta  fue  una  de  sus  valiosas  contribuciones  a  la
ciencia. Los fisiócratas sin embargo, no analizaron la  plusvalía desde la perspectiva del trabajo
general  social,  que  en  cambio  es  la  única  fuente  de  valor,  la  plusvalía  se  analizó  en  la  forma
concreta en la que aparecía por primera vez en la agricultura como el exceso de valores de uso
producidos sobre los consumidos. Dado que, por otra parte la agricultura era la única actividad
en la que se podía ver la creación de un superávit en una forma material y tangible ­y separada
del proceso de circulación ­ los fisiócratas llegaron a la conclusión de que el trabajo agrícola era
el  único  productivo.  Todo  el  peso  del  bienestar  económico  del  país  descansaba  sobre  los
hombros de los agricultores, ya que ningún otro trabajo aislado era capaz de generar excedentes
de los cuales pudiera tener lugar la acumulación y de la que las otras clases pudieran obtener su
subsistencia.

Pero lo que aparece en los fisiócratas como la glorificación del trabajo agrícola es, de hecho,
sólo la celebración de la naturaleza. El superávit dejado al final del proceso de producción es un
regalo  de  la  naturaleza  y  no  el  resultado  del  plustrabajo,  trabajo  no  remunerado.  El  trabajo
agrícola sirve sólo como el medio por el cual se puede realizar la potencialidad de la naturaleza
en su totalidad. En el sistema de los fisiócratas entonces, la plusvalía se explica en "una forma
feudal, como se deriva de la naturaleza y no de la sociedad, a partir de la relación del hombre
con la tierra, no de sus relaciones sociales. El valor en sí se resuelve en un mero valor de uso, y
por lo tanto en la sustancia material". [9]

Tomando como punto de partida el valor de uso en lugar del valor, los fisiócratas erigieron un
edificio económico, sin haber puesto la primera piedra. [10] Por  lo  tanto,  el  avance  desde  las
condiciones puramente técnicas de la producción al núcleo del problema no tuvo lugar. Para los
fisiócratas  era  simplemente  una  cuestión  de  si  la  economía  podría  ser  o  no  más  eficiente  y
menos onerosa mediante la aplicación de la política del gobierno ilustrado, y esto al asegurar
que se disponía de suficiente superávit para mejorar la capacidad de creación de riqueza de la
naturaleza.  El  gasto  público  excesivo,  junto  con  las  políticas  económicas  equivocadas,  sólo
servía para disipar los excedentes necesarios para la acumulación, por lo tanto conduciendo a la
ruina económica.

Los hábitos de consumo también jugaban un papel importante en el sistema de los fisiócratas.
Para  permitir  una  saludable  tasa  de  acumulación  era  necesario  que  se  mantuviera  una  actitud
frugal. Esto significaba que "ningún aliento se debe dar al lujo en forma de ornamentación, en
detrimento de los gastos ocasionados por las operaciones y la mejora de la agricultura ..." [11]

La  gran  industria  en  el  momento  de  los  fisiócratas  estaba  sólo  comenzando.  Las  barreras
encontradas  por  el  modo  capitalista  de  producción  en  su  surgimiento  inicial,  sobre  todo  en  la
forma en que apareció por primera vez en la agricultura, se presentaban con una visión técnica
más que social. Por otro lado, a pesar de su aparente sesgo feudal, los fisiócratas, dejaron muy
en claro  que  la  burguesía  no  resolvería  sus  problemas  económicos  hasta  que  primero  hubiera
resuelto sus tareas políticas.

Quedó  para  Adam  Smith  discutir  el  caso  fisiocrático  de  una  manera  más  decisiva  y
sistemática, dando a su exposición su forma explícita capitalista.

(ii) Adam Smith
Muy  en  la  línea  de  los  fisiócratas,  Adam  Smith  estaba  preocupado  de  que  una  parte
demasiado  grande  del  producto  anual  se  desperdiciara  en  el  consumo  improductivo.  Las
grandes naciones, señaló, se empobrecen muy a menudo por la "prodigalidad pública y la mala
conducta.  Todo,  o  casi  todo  el  ingreso  público,  se  emplea  en  la  mayoría  de  los  países  en  el
mantenimiento de manos improductivas... Cuando se multiplican, por lo tanto, hasta un número
innecesario, pueden consumir en un año determinado tan gran parte de esta producción, como
para no dejar lo suficiente para mantener a los trabajadores productivos, que deben reproducirla
el año siguiente". [12]

Pero,  frente  a  los  fisiócratas,  Smith  trató  el  valor  del  producto,  y  no  su  sustancia  material,
como  la  "base  esencial  de  la  riqueza  burguesa".  [13]  Ya  no  se  trata  de  un  tipo  particular  de
trabajo concreto destacándose como productivo, sino de todo  el trabajo que está directamente
subsumido en el capital.

"El trabajo productivo se define aquí desde el punto de vista de la producción capitalista, y
Adam Smith llega aquí al corazón de la materia, dando en el clavo. Este es uno de sus mayores
méritos  científicos...  que  define  el  trabajo  productivo  como  trabajo  que  se  intercambia
directamente  con  capital...  Esto  también  establece  absolutamente  lo  que  es  trabajo
improductivo.  Es  un  trabajo  que  no  se  intercambia  con  capital,  sino  directamente  con
ingresos..." [14]

La principal diferencia, entonces, entre trabajo productivo e improductivo señalada por Adam
Smith, es que el primero se intercambia directamente por capital y el segundo por ingresos. [15]
Pero esta definición ­aunque representa un avance inmenso sobre los fisiócratas­ no estaba libre
de ambigüedades.

Incapaz  de  distinguir  entre  el  capital  empleado  en  el  proceso  directo  de  producción  y  el
capital empleado en el proceso de circulación, Smith confunde la creación de la plusvalía con su
realización.  Por  un  lado,  define  como  el  trabajo  productivo  "el  que  se  suma  al  valor  de  la
materia  sobre  la  cual  se  desarrolla"  [16]  y,  sin  embargo,  por  el  otro,  también  define  como
productivo el trabajo empleado en el comercio minorista. [17] Esta última forma de trabajo, sin
embargo,  no  crea  valor  sino  que  simplemente  permite  al  vendedor  reclamar  una  parte  del
plusvalor social que ya se ha producido. Esta confusión se complica aún más por el tratamiento
ecléctico de Smith de la producción capitalista en su conjunto.

Desde  el  punto  de  vista  del  capital  individual  todo  trabajo  es  productivo  si  permite  a  los
capitalistas obtener un beneficio. Pero desde el punto de vista del capital social total, el trabajo
solo es productivo si su producto se destina a la sustitución de un capital". [18] Por un lado, el
productor de artículos de lujo es productivo, ya que aumenta el valor del producto, por el otro,
es improductivo ya que los lujos no pueden volver a entrar en el ciclo de producción.

Este carácter dual de la producción de lujo ocupa un lugar especial en el análisis de Smith,
porque él lo ve como un medio eficaz para regular el proceso de acumulación. A través de la
producción  de  lujo  el  capital  encuentra  la  liberación de ese terror  de la  Economía  Política,  la
tendencia decreciente de la tasa de ganancia.
Un aumento en la producción de lujo ralentizará el ritmo de acumulación, ya que parte del
producto anual no se gastará de nuevo en trabajo productivo. Pero igualmente, si se incrementa
la  parte  del  producto  anual  que  se  destina  a  mantener  el  trabajo  productivo,  la  tasa  de
reproducción disminuirá porque a los dueños del capital "les resulta difícil conseguir mano de
obra  a  emplear.  Su  competencia  eleva  los  salarios  del  trabajo  y  hunde  los  beneficios  del
capital". [19] La  acumulación  de  capital,  por  lo  tanto,  conduce  a  su  propio  estancamiento.  La
Economía política al final percibe, aunque superficialmente, que la contradicción del capital se
encuentra en el proceso de acumulación en sí mismo. Pero la "sabiduría" al final prevalece ­una
política prudente con la cantidad justa de producción de lujo se asegurará de que la acumulación
continúa a un ritmo estable y sano. [20]

Smith estaba escribiendo en un momento en que la gran industria capitalista todavía no había
aprendido  a  permanecer  de  pie.  La  forma  más  evidente  en  que  aparecía  la  contradicción  del
capital era una lucha competitiva entre las clases sobre la distribución del producto social. Los
capitalistas,  a  los  ojos  de  Smith,  se  enfrentaban  a  un  gravoso  Estado  que  consumía  una
proporción muy alta del producto del país, o a los propios trabajadores cuyos salarios excesivos
impedían la reconversión de una parte del plusproducto en capital. Eran tiempos difíciles para
los capitalistas.

Quedó  para  Ricardo  llevar  adelante  el  análisis,  esta  vez  desde  el  punto  de  vista  de  la
producción capitalista avanzada.

(iii) Ricardo

Ricardo  estaba  plenamente  de  acuerdo  con  la  distinción  hecha  por  Smith  entre  los
trabajadores pagados del capital y los que se pagan de los ingresos. Pero poco le importaba a
Ricardo si el tamaño de la fuerza laboral de un país era grande o pequeña, lo que importaba era
el  monto  de  la  plusvalía  (ingreso  neto)  producido.  El  tamaño  relativamente  pequeño  de  la
población  productiva,  era  incluso  de  agradecer  ya  que  era  "sólo  otra  manera  de  expresar  el
grado relativo de la productividad del trabajo". [21]

"Adam  Smith  constantemente  magnifica  las  ventajas  que  un  país  saca  de  un  gran  ingreso
bruto, en lugar de neto... Siempre que su ingreso real neto, su renta y sus beneficios, sean los
mismos, no tiene importancia si la nación se compone de diez o de doce millones de habitantes.
La  potencia  de  sus  flotas  y  ejércitos  de  apoyo,  y  todas  las  especies  de  trabajo  improductivo,
deben estar en proporción a su neto y no en proporción a sus ingresos brutos". [22]

El crecimiento del consumo improductivo no retrasa necesariamente el proceso de formación
de capital. Con todas las mejoras en la ciencia de la tecnología, y con cada avance en la ciencia
de la agricultura, baja el valor de los medios de subsistencia de los trabajadores, los beneficios
de los capitalistas se elevan y con ello la capacidad del país para mantener "todas las especies
de trabajo improductivo". [23]

Tampoco se preocupaba Ricardo de que un crecimiento demasiado rápido de la acumulación
fortalecería  el  poder  de  negociación  de  los  trabajadores  a  expensas  de  los  capitalistas.  Si
surgiera  una  escasez  de  mano  de  obra  los  capitalistas  introducirían  maquinaria  que  ahorrara
mano de obra, creando así una "disminución en el aumento de la demanda de mano de obra".
[24]

Aquí Ricardo tocó en el centro neurálgico de la producción capitalista y, al hacerlo, introdujo
una  nota  discordante  en  la  economía  política.  Tanto  es  así  que  un  apologista,  Carey,
inmediatamente  lo  denunció  como  el  "padre  del  comunismo,  un  demagogo  cuyos  perniciosos
escritos sólo sirvieron para promover la 'hostilidad entre clases'". [25]

Pero  al  final  el  sistema  de  Ricardo,  al  igual  que  el  de  Smith,  se  hace  dócil.  Ya  que  los
trabajadores, de acuerdo con Ricardo, tienen un interés en asegurar que la oferta de trabajo no
sea muy superior a la demanda "deben desear naturalmente que la mayor cantidad de ingresos
posible sea... gastada en sostener sirvientes domésticos". [26] Siempre que los trabajadores que
resulten  redundantes  tengan  un  nuevo  empleo  en  las  ramas  improductivas  del  trabajo,  los
obreros productivos mantendrán su posición en la lucha competitiva contra los capitalistas. Del
mismo  modo  mantendrán  una  buena  posición  negociadora  en  tiempos  de  guerra  cuando  el
Estado mantiene "grandes flotas y ejércitos". [27]

La posición de Ricardo es ahora la de un apologeta, su receta esencialmente reformista. De su
"reformismo" Marx dijo lo siguiente:

"¡Que  conveniente  es  un  acuerdo  que  hace  a  una  niña  de  fábrica  sudar  doce  horas  en  una
fábrica,  por  lo  que  el  titular  de  la  fábrica,  con  una  parte  de  su  trabajo  no  remunerado,  puede
tener en su servicio personal a su hermana como criada, a su hermano como mozo y a su primo
como soldado o policía!... Este es de hecho un claro resultado de la maquinaria, que una parte
considerable de la clase trabajadora femenina y masculina se convierte en siervos". [28]

En última instancia, el sistema ricardiano se rompe, no a causa de la hostilidad que genera,
sino por los límites que encuentra en la naturaleza. La ley de rendimientos decrecientes, a pesar
de los avances de la ciencia, finalmente se impone. Cuanto más capital se acumula más difícil
se  hace  arrancar  del  suelo  los  alimentos  suficientes  para  sostener  a  los  trabajadores.  La
subsistencia del trabajador desciende y se ve obligado a la lucha por salarios más altos "y todo
aquello que incremente los salarios, necesariamente reduce los beneficios". [29]

"La  contradicción  que  encontramos  en  el  sistema  de  Ricardo  es  la  contradicción  abstracta
entre  el  hombre  y  la  naturaleza,  una  contradicción  que  se  presenta  en  la  forma  social  de  una
lucha entre clases por un plusproducto social cada vez más reducido. Las bestias de Darwin se
transforman en capitalistas y trabajadores.

Ricardo ahora adopta una postura de Smith, viendo el dilema del capital en una insuficiencia
de  plusvalía,  no  porque  los  salarios  reales  hayan  subido  demasiado  alto  como  Smith  sostuvo,
sino porque la naturaleza se ha vuelto demasiado parca en sus "regalos".

"Adam  Smith...  uniformemente  atribuye  la  caída  de  los  beneficios  a  la  acumulación  de
capital,  y  la  competencia  como  consecuencia  de  ella,  sin  advertir  la  creciente  dificultad  de
producir alimentos para el número adicional de obreros que el capital adicional emplea". [30]
Después  de  haber  vuelto  a  izar  el  espectro  de  una  disminución  del  plusproducto,  Ricardo
aparta  su  atención  de  Adam  Smith  con  el  fin  de  combatir  a  Malthus,  el  archi­defensor  de  las
"cortes espléndidas" y el despilfarro.

(iv) Ricardo frente a Malthus

Al contrario que Ricardo, Malthus restableció la concepción vulgarizada de la ganancia. Las
mercancías se venden con beneficio, no porque se vendan a su valor, sino porque se venden por
encima  de  su  valor.  Es  decir,  los  capitalistas  obtienen  sus  ganancias  mediante  la  venta  de  sus
productos de vuelta a los trabajadores a un precio más alto que el que se paga a los trabajadores
por su producción.

Aunque en el sistema de Malthus se produce explotación, lo hace sólo en el mercado después
de que las mercancías han sido producidas. Los trabajadores no son explotados en el proceso de
producción  ­son  simplemente  engañados. La  contradicción  del  capital  se  traslada  ahora  de  la
esfera de la naturaleza a la esfera de la competencia.

Pero,  según  Malthus,  si  todos  los  capitalistas  venden  sus  productos  con  sobreprecio  a  los
trabajadores es inconcebible cómo ningún beneficio en absoluto se puede hacer. Si el trabajador
no  está  en  condiciones  de  volver  a  comprar  la  totalidad  de  su  producto  con  su  salario,  su
demanda no se corresponde con la oferta.

Después  de  haber  planteado  un  falso  dilema  Malthus  procedió  a  proporcionar  a  los
capitalistas una solución igualmente falsa. La demanda en la sociedad capitalista, según él, sólo
puede  hacerse  efectiva  si  viene  de  los  que  están  al  margen  de  la  producción,  de  los  que
consumen pero no producen. El consumo necesario por lo tanto, debe llevarse a cabo entre los
trabajadores improductivos de Adam Smith.

Malthus  no  oculta  el  hecho  de  que  el  trabajador  realiza  parte  de  su  trabajo  sin  un  retorno
equivalente. El no estaba interesado en ocultar las contradicciones de la producción burguesa,
sino por el contrario, en enfatizarlas, por un lado con el fin de demostrar que la pobreza de las
clases trabajadoras es necesaria... y, por otra parte para demostrar al capitalista la necesidad de
una  Iglesia  y  una  jerarquía  del  Estado  bien  alimentadas  con  el  fin  de  crear  una  demanda
adecuada para las mercancías que producen. Lo que Malthus quería era producción capitalista,
pero sólo en la medida en que crea "una base material más amplia y más cómoda para la 'vieja'
sociedad". [31]

Ricardo  no  tendría  nada  de  esto.  Como  custodio  teórico  del  "decreciente"  excedente  de  la
sociedad se dispuso a defender a la burguesía industrial contra el abuso adicional del consumo
improductivo.

"Un  cuerpo  de  trabajadores  improductivos  son  tan  necesarios  y  útiles,  con  miras  a  la
producción  futura,  como  un  incendio,  que  consume  en  los  almacenes  de  los  fabricantes  las
mercancías que de otra  manera  consumirían  los  trabajadores  improductivos...  ¿Qué  podría  ser
más prudente si la doctrina del señor Malthus fuera cierta que aumentar el ejército y doblar los
salarios de todos los funcionarios del gobierno...?" [32]
En cualquier caso, mientras el debate entre los economistas se enconaba, se formaba la clase
que comenzó a percibir que sus intereses no estaban en absoluto ligados a aquellos a los que los
economistas  trataban  de  defender.  Esta  clase,  además,  comenzó  a  tomar  un  gran  interés  en  el
hecho  de  que  algunas  personas  estaban  siendo  mantenidas  por  la  labor  de  los  demás.  En
resumen, la economía política estaba a punto de aprender que no valía la pena luchar contra los
representantes de un "viejo" orden cuando el presente contiene en sí el germen del nuevo.

(v) Las categorías de la economía política y la lucha de clases

Antes de la aparición del modo de producción capitalista, la extracción del trabajo excedente
en  general  servía  como  un  medio  para  unas  "cortes  espléndidas"  y  una  vida  suntuosa  de  los
ricos ociosos. Las clases dominantes de las sociedades precapitalistas no se hubieran opuesto a
la acusación de que la suya era una vida improductiva ­el mero título de trabajador habría sido
suficiente para despertar su indignación.

Por el contrario, la obtención de plus­trabajo bajo el régimen estricto del capital llegó para
servir no como un medio para el consumo, sino hacia un fin más noble, el de la acumulación
por sí misma. Gracias a la aparición de este nuevo sistema, las fuerzas productivas del trabajo
social se han desarrollado enormemente y de una manera que eclipsa todos los modos antiguos.
Así  fue  que  el  trabajo  productivo  fue  ensalzado  y  condenado  el  trabajo  improductivo,  y  por
primera  vez  en  la  historia  las  categorías  económicas  fueron  utilizadas  directamente  en  la
confrontación ideológica de una clase contra otra.

De todos los representantes de la economía política Adam Smith fue el menos comedido en
dar  rienda  suelta  a  su  odio  por  el  trabajo  improductivo.  La  gran  industria  estaba  todavía  en
pañales  y  necesitaba  toda  la  ayuda  que  pudiera  conseguir.  Disipar  el  excedente  que  de  otro
modo  podría  ser  utilizado  para  la  acumulación  impediría  su  desarrollo.  Sin  embargo,  las
numerosas oficinas y prebendas relacionadas con la administración del Gobierno, por no hablar
de  "los  eclesiásticos,  abogados,  médicos,  hombres  de  letras  de  todo  tipo,  los  juzgadores,
bufones,  músicos,  cantantes  de  ópera,  bailarines  de  ópera,  etc.,  hacían  exactamente  eso.  Eran
meros sirvientes del público y por lo tanto, "son mantenidos por una parte del producto anual de
la labor de la otra gente". [33] Este, dice Marx,

"Es  el  lenguaje  de  la  burguesía  todavía  revolucionaria,  que  aún  no  ha  sometido  a  toda  la
sociedad, el Estado, etc... El estado, la iglesia, etc, sólo se justifican en la medida en que son
comités para supervisar o administrar los comunes intereses de la burguesía productiva, y sus
costos  ­ya  que  por  su  naturaleza,  estos  gastos  corresponden  a  los  gastos  generales  de  la
producción­ deben reducirse al mínimo inevitable". [34]

A  pesar  de  que  los  escritos  de  Smith  se  destacan  como  una  crítica  de  las  condiciones
existentes, es importante recordar que "lo que en la superficie es la glorificación del trabajador
productivo  es,  de  hecho,  solo  la  glorificación  del  capitalista  industrial,  en  contraste  con  los
terratenientes y esos capitalistas monetarios que viven sólo de sus ingresos". [35] Pero en ello
radica el problema.
Como el trabajo es la fuente de todo valor y como, por lo tanto, siempre podemos trazar la
génesis directa del capital desde el trabajo, surge la pregunta, ¿cómo o por qué razón aparece el
capital productivo? Podemos tener o el poder productivo del trabajo o la fuerza productiva del
capital  ­ya  que  el  mismo  poder  productivo  no  se  puede  contar  dos  veces­  y  si  tenemos  este
último no puede haber ley del valor.

La  economía  política  fue  atrapada  en  una  contradicción  de  su  propia  creación  y,  como  lo
describió  Marx,  "era  natural  para  los  pensadores  que  se  unieron  al  lado  del  proletariado
apoderarse de esta contradicción, para lo cual se encontraron con la base teórica ya preparada.
El trabajo es la única fuente del valor de cambio y el único creador activo del valor de uso. Esto
es lo que ustedes dicen. Por otro lado, ustedes dicen que el  capital lo es todo, y el trabajador no
es nada o es un simple costo de producción del capital. Ustedes se han refutado a si mismos. El
capital no es más que defraudar al trabajador. El  trabajo es todo". [36]

Y cuando finalmente los trabajadores se pongan de pie y declaren que los capitalistas no son
productivos,  y  cuando  los  capitalistas  ya  no  puedan  sostener  más  una  inclinación
revolucionario, aunque sólo sea porque su propia inclinación se ha convertido en el centro de la
tormenta de una lucha nueva y aún más amenazante, entonces habrá llegado el momento para
ellos de gritar que se ha cometido un error monumental y pedir, de forma cobarde, una tregua,
un compromiso  enfermizo,  en  el  que  todas  las  actividades  imaginables,  por  tenue  que  sea  su
relación con la producción capitalista, deben ser honradas con el título de trabajo productivo.

"Cuando... la burguesía ha ganado la batalla, y en parte se ha hecho cargo del Estado, en parte
hizo  un  compromiso  con  sus  poseedores  anteriores,  y  también  ha  dado  reconocimiento  a  las
profesiones  ideológicas  como  la  carne  de  su  carne  y  en  todas  partes  los  transformó  en  sus
funcionarios,  de  la  misma  naturaleza  que  ella  misma,  cuando  ella  misma  ya  no  se  enfrenta  a
estos  como  representantes  del  trabajo  productivo,  pero  cuando  los  trabajadores  productivos
reales  se  levantan  en  su  contra  y,  además,  dicen  que  vive  de  la  labor  de  otras  personas...
entonces  las  cosas  toman  un  nuevo  giro,  y  la  burguesa  trata  de  justificar  "económicamente",
desde su propio punto de vista, lo que en una etapa anterior había criticado y combatido". [37]

La ley ricardiana del valor, con todas sus imperfecciones, tenía que irse ­por lo menos de las
universidades­ permitiendo así que los economistas aspiraran a esa noble tarea de proporcionar
a la sociedad la ciencia de lo superficial. La inquietante paradoja capital o trabajo, ahora podría
encontrar  su  sustitución  en  la  resolución  grosera:  capital  y  trabajo,  y  tierra  y  gestión  y
tecnología y cualquier otro mercenario filibustero de la burguesía que uno quiera nombrar.

Los capitalistas tenían un gran interés en abandonar la distinción entre trabajo productivo e
improductivo. La clase obrera, por otro lado, tenía, y siempre  tendrá,  todo  el  interés  en  hacer
hincapié  en  esta  distinción.  Sin  este  énfasis  es  posible  convertir  la  declaración  de  Ricardo  de
que el trabajo es el creador de valor en todo lo contrario ­que el capital es el creador de valor.
Dad al capitalista un segundo y reclamará toda la jornada laboral.

Marx  dio  la  bienvenida  al  hecho  de  que  el  proletariado  había  encontrado  un  número  de
simpatizantes  capaces  de  aprovechar  las  contradicciones  de  la  economía  política  y  usarlas
contra los capitalistas desde la perspectiva de los trabajadores. Pero como Marx bien sabía, la
iniciativa revolucionaria de los obreros no podía mantenerse por mucho tiempo, y mucho menos
desarrollarse  aún  más,  simplemente  confrontando  el  argumento  de  Ricardo  en  sus  propios
términos.  En  cambio  fueron  estos  mismos  términos,  los  que  tuvieron  que  ser  sometidos  a  la
propia crítica revolucionaria de Marx. Después de haber rescatado la esencia revolucionaria de
la  dialéctica  hegeliana  Marx  estaba  equipado  para  hacer  frente  a  la  economía  política  de  un
modo similar. De hecho, fue precisamente debido a su crítica de aquella que esta pudo entonces
ser superada sobre la base del materialismo histórico.

Si bien es cierto que el enfoque general de Marx sobre la historia forma tanto el fondo como
el  punto  de  partida  para  una  crítica  de  la  economía  política,  no  es  menos  cierto  que  sin  esta
crítica la perspectiva histórica de Marx, con todas sus brillantes ideas, habría permanecido en el
ámbito  de  la  filosofía  especulativa.  El  análisis  de  Marx  del  capital  hace  más  que  revelar  las
leyes del movimiento de la sociedad burguesa; también confía en las manos del movimiento del
obrero revolucionario la ciencia de la sociedad ­el materialismo histórico. [38] A este fin Marx
dedicó  el  concepto  del  trabajo  productivo,  un  concepto  que  "expresa  precisamente  la  forma
específica del trabajo en que se basa todo el modo capitalista de producción y el capital mismo".
[39]

II

LOS CONCEPTOS DE TRABAJO PRODUCTIVO E IMPRODUCTIVO EN
MARX

(i) La crítica de Marx al concepto de trabajo improductivo de Adam Smith

Marx  compartía  la  visión  de  Smith  de  que  el  trabajo  es  improductivo  si  se  intercambia
directamente con ingresos. Pero el corolario de que el trabajo es productivo  si  se  intercambia
directamente con capital es inadecuado y superficial, y por lo tanto erróneo. De lo que Smith no
se  dio  cuenta  fue  de  que  en  el  "intercambio"  entre  trabajo  y  capital  dos  actos  estrechamente
relacionados, pero no obstante distintos, tienen lugar.

La primera fase del intercambio entre capital y trabajo implica una transacción formal entre
capitalista y trabajador en el mercado. Aquí, el obrero vende su mercancía fuerza de trabajo por
una suma determinada de dinero. El capitalista compra esta mercancía sólo por su valor de uso,
con  el  fin  de  consumirla  en  el  proceso  de  producción  material.  Esto  lo  hace  poniendo  al
trabajador a trabajar en lo que Marx llama "el proceso­trabajo humano"[40], un  proceso  en  el
que  los  seres  humanos  se  apropian,  con  la  ayuda  de  los  instrumentos  de  trabajo,  de  los
productos de la naturaleza en una forma adaptada a sus propias necesidades. Desde el punto de
vista de la concepción general de Marx de la historia todo el trabajo dedicado a la producción
de  valores  de  uso  puede  ser  considerada  como  productiva,  ya  que  los  seres  humanos  se
distinguen de los animales a través del proceso de trabajo. [41]
La producción de valores de uso o, lo que es lo mismo, el proceso de trabajo, constituye la
base material de toda vida humana y en este sentido puede ser concebida independientemente
de su forma social. Pero son precisamente "estas formas las únicas que importan cuando se trata
del carácter específico de un modo de producción social". Sostener lo contrario es  como  si  el
fisiólogo, dijera que las diferentes formas de vida son una cuestión indiferente, que todas ellas
son solo formas de materia orgánica". [42] En consecuencia, la definición de trabajo productivo,
desde el punto de vista de la producción capitalista, no tiene absolutamente nada que ver con el
proceso de trabajo como tal; se deriva no de las características del trabajo material, "sino de la
forma social determinada, las relaciones sociales de producción, dentro de las cuales se realiza
el trabajo". [43]

El proceso de trabajo en la sociedad capitalista implica algo más que la producción de valores
de uso; es al mismo tiempo producción de mercancías y de plusvalor. Lo que realmente interesa
al capitalista de la fuerza de trabajo del trabajador no es la forma particular concreta en que se
gasta, sino "el valor  de  uso  específico  que  esta  mercancía  posee  de  ser  una  fuente  no  sólo  de
valor, sino de más valor del que ella misma tiene". [44] Es importante recordar, por tanto, que la
fuerza de trabajo tiene no uno sino dos valores de uso. Además de su valor de uso como una
forma particular de trabajo concreto, asume un valor de uso general. Este último tipo de valor
de uso constituye su característica especial, que emana como lo hace, de la parte específica que
desempeña  en  la  producción  de  mercancías.  Lo  que  el  capitalista  compra  por  parte  del
trabajador, y lo que posteriormente consume, es "un poder de creación de valor, auto­expansivo,
es decir, fuerza de trabajo, que no sólo reproduce su valor, pagado por el capitalista, sino que a
la vez produce un valor excedente, un valor no existente con anterioridad y no pagado por un
equivalente".  [45]  Es  precisamente  esta  capacidad  de  creación  de  valor  la  que  constituye  "el
valor de uso específico del trabajo productivo para el capital". [46] Aquí está el valor  de  uso
que constituye la base para la existencia del capital.

Sin poder llegar a un entendimiento del valor de uso específico del trabajo productivo para el
capital,  la  economía  política  se  demostró  incapaz  de  lidiar  con  el  intercambio  entre  trabajo  y
capital en su totalidad. La primera fase del intercambio se lleva a cabo enteramente dentro de
los límites del mercado, y de acuerdo con sus leyes específicas propias.

"La segunda fase del intercambio entre capital y trabajo, de hecho, no tiene nada que ver con
el primero, y estrictamente hablando, no es un intercambio en absoluto... El dueño del dinero
ahora  funciona  como  capitalista.  Que  consume  la  mercancía  que  ha  comprado...  En  este
proceso, por lo tanto, el trabajo  es...  transformado  directamente  en  capital,  después  de  que  ha
sido incorporado formalmente en el capital a través de la primera transacción.

"En el intercambio entre capital y trabajo, el primer acto es un intercambio ... El segundo es
un proceso cualitativamente diferente del intercambio, y sólo por un mal uso podría haber sido
nombrado  como  algún  tipo  de  intercambio  en  absoluto.  Se  encuentra  justo  enfrente  del
intercambio; categoría esencialmente diferente". [47]

La  economía  política  no  tuvo  éxito  en  aventurarse  mucho  más  allá  del  primer  intercambio
entre  capital  y  trabajo.  Lo  más  que  logró  fue  plantear  el  siguiente  acertijo:  ¿Cómo  es  que  el
capitalista  compra  trabajo  por  su  valor,  vende  el  producto  del  trabajo  por  su  valor  y  sin
embargo,  al  final  del  proceso  tiene  más  valor  que  cuando  se  inicia?  Pero  el  enigma  nunca  se
resolvió, y de hecho no se puede resolver, siempre y cuando el capital se coloque directamente
frente al trabajo en lugar de frente a la fuerza  de  trabajo". [48]

El  trabajador  productivo,  para  Marx,  es  aquel  cuya  fuerza  de  trabajo  es  primero
intercambiada directamente contra el capital­dinero y luego consumida por el capitalista  en  el
proceso  directo  de  producción.  "El  trabajo  productivo  es  sólo  un  término  breve  para  toda  la
relación y la forma y manera en que la  fuerza  de  trabajo figura en el proceso de  producción
capitalista". [49]

Ahora  podemos  entender  lo  que  había  detrás  del  confundido  tratamiento  de  Smith  de  los
artículos de lujo. En lugar de considerar primero la base de la relación capitalista ­el valor de
uso específico del trabajo productivo para el capital­ se lanzó de cabeza en la consideración de
los tipos particulares de valores de uso en que el trabajo se realiza. Más tarde, Marx analiza la
importancia del contenido material de trabajo, pero sólo después de que hubiera sido establecida
una sólida base.

El  fracaso  de  Smith  de  concebir  la  fuerza  de  trabajo  como  una  mercancía  le  impidió
desarrollar  un  concepto  de  capital  y,  más  importante  aún,  la  comprensión  de  su  composición
específica.

El  valor  que  el  capitalista  pone  en  medios  de  producción  sigue  siendo  una  magnitud
constante,  tanto  antes  como  después  de  su  incorporación  en  el  proceso  de  trabajo,  y  por  esta
razón  se  define  como  capital  constante.  El  capital  variable,  por  el  contrario,  sigue  siendo  una
magnitud constante, sólo mientras está en manos de los capitalistas en su forma mercancía ­o
dinero.  Cuando  se  pasa  de  su  forma  de  dinero  a  su  forma  productiva,  es  decir,  en  fuerza  de
trabajo viva, se convierte de una magnitud determinada, constante, en una magnitud variable, en
un valor que se expande, y por lo tanto en capital. El capital variable "se  convierte  en  capital
variable real sólo después de que... se convierte en fuerza de trabajo en funcionamiento como
parte  constitutiva  del  capital  productivo  en  el  proceso  capitalista".  [50]  Sin  embargo,
clasificando, al igual que Smith, los medios de subsistencia del trabajador en lugar de su fuerza
de  trabajo  como  un  elemento  del  capital  productivo,  "la  comprensión  de  la  diferencia  entre
capital variable y constante, y por lo tanto la comprensión del proceso de producción capitalista
en general, se hace imposible". [51]

Era  perfectamente  comprensible  para  Marx  por  qué  la  economía  política  se  había  aferrado
instintivamente al tratamiento confuso de Smith del capital productivo y de circulación. Sin una
clara distinción entre los dos "la base para la comprensión del movimiento real de la producción
capitalista, y por lo tanto de la explotación  capitalista, está enterrado en un solo golpe". [52] La
economía  política  por  tanto  ofrecería  a  los  economistas  vulgares  "una  base  segura  de
operaciones  para  su  superficialidad,  que  por  principio  sólo  adora  la  apariencia".  [53]  Como
señala Marx:
"El  primer  acto  formal  de  intercambio  entre  capital  y  trabajo  es  sólo  potencialmente  la
apropiación del trabajo vivo de otra persona por parte del trabajo objetivado. El proceso real de
apropiación se lleva a cabo sólo en el proceso de producción real, detrás de la cual se encuentra
como una etapa pasada la transacción formal primera... Razón por la cual todos los economistas
vulgares... no van más allá de la primera transacción formal, precisamente para conseguir,  por
este truco, deshacerse de la relación capitalista específica. [54]

La  definición  de  Marx  de  la  fuerza  de  trabajo  le  permite  "forzar"  su  camino  a  la  "morada
oculta" del capital y llevarnos con el pensamiento donde el obrero crea plusvalía in  actu. Por lo
tanto Marx entra en el reino sagrado de la sociedad burguesa cuyo umbral nos mira a la cara:
Prohibido  el  paso  excepto  para  los  negocios.  El  "secreto"  de  los  beneficios  es  finalmente
revelado. [55]

(ii) El concepto de trabajo productivo y su desarrollo ulterior

(a)  La  producción  material.

Habiendo examinado la forma y manera en que se gasta fuerza de trabajo en la producción
capitalista, Marx llega a la siguiente fórmula:

D ­ M ...P... M' ­ D' [56]

Esta fórmula expresa el carácter social del proceso de trabajo en condiciones de producción
capitalista  y  muestra  el  origen  de  la  ganancia  del  capitalista  surgiendo  del  propio  proceso
directo de producción material. Teniendo en cuenta la relación capitalista desde la perspectiva
de  la  mera  producción  material,  el  obrero  productivo  puede  ser  definido  como  alguien  que
desempeña un papel activo en el proceso de trabajo y que produce plusvalía para el capitalista.

(b)  La  producción  inmaterial.

Es posible, sin embargo, para el modo puramente social de la existencia del capital funcionar
aparte del propio proceso de trabajo y para la plusvalía aparecer inmediatamente en la forma de
un  exceso  de  capital­dinero  por  encima  del  capital­dinero  originalmente  avanzado.  Aquí  la
fórmula sería:

D ­ M ...P ­ D'

Una vez que hemos comprendido la distinción entre trabajo abstracto y concreto este aspecto
de  nuestro  análisis  debe  presentar  pocas  dificultades.  Como  Marx  nos  recuerda,  la
materialización  del  trabajo  no  debe  ser  tomado  en  un  sentido  restringido,  como  Adam  Smith
concibió.  "Cuando  hablamos  de  la  mercancía  como  materialización  del  trabajo...  se  concibe
como una determinada cantidad de trabajo social o de dinero. Puede ser que el trabajo concreto
del que es el resultado no deje huella en ella... La mistificación aquí surge del hecho de que una
relación social aparece en la forma de una cosa". [57]

En la industria propiamente dicha, el resultado directo del proceso de trabajo es la mercancía
M',  una  mercancía  de  mayor  valor  valor  que  la  fuerza  de  trabajo  y  medios  de  producción
consumidos en su producción. En el caso de la producción inmaterial, sin embargo, la actividad
de  las  hojas  de  trabajo  "sin  ningún  resultado  tangible  con  existencia  aparte  de  las  propias
personas que las realizan, en otras palabras, su resultado no es una mercancía vendible".  [58]
Por ejemplo, un trabajador empleado en la industria de entretenimiento produce tanto plusvalor
como  valores  de  uso,  aunque  los  valores  de  uso  sólo  se  materializan  en  el  momento  de  su
consumo. Todo lo que queda es la plusvalía en su forma específicamente social.

La producción inmaterial funciona no en el propio proceso de trabajo ­ aunque sin el proceso
de trabajo toda la producción inmaterial cesaría ­ sino en la esfera del consumo individual. Los
trabajadores son por lo tanto, colocados en una relación directa con el público consumidor y la
venta  de  sus  productos  está  siempre  vinculado  con  la  promoción  de  su  propia  personalidad,
encanto,  ingenio,  etc.  Los  asuntos  son  muy  diferentes  en  la  industria  propiamente  dicha  ­  al
final del proceso de trabajo el trabajador y el producto siguen sus caminos por separado.

Los  empleados  directamente  por  el  capital  en  el  proceso  de  producción  inmaterial  son
trabajadores productivos, ya sean profesores, médicos, enfermeras o artistas. El consumo de su
fuerza de trabajo por el capitalista es al mismo tiempo producción de mercancías y de plusvalor.

c)  El  transporte.

Hasta  ahora  hemos  considerado  la  producción  de  mercancías,  sin  tener  en  cuenta  su
transporte. La característica peculiar de la industria del transporte es que forma un vínculo entre
la esfera de la producción y la esfera de la circulación. En consecuencia, señala Marx, es común
entre  los  economistas  que  consideren  el  transporte  en  el  coste  de  la  circulación  y  no  de
producción. Sin embargo, esto está mal. El transporte de una mercancía al mercado "es parte del
propio  proceso  de  producción".  [59]  El  sector  del  transporte  por  lo  tanto  aparece  "como  una
continuación de un proceso de producción dentro del proceso de circulación y para el proceso
de circulación". [60]

Dado  que  el  efecto  útil  del  trabajo  del  obrero  del  transporte  sólo  se  puede  consumir  en  el
momento en que se lleva a cabo, la fórmula para la industria del transporte "sería, por tanto, D ­
M  ...P  ­  D',  ya  que  es  el  propio  proceso  de  producción  el  que  se  paga  y  consume:  no  un
producto separado y distinto de él". [61]

d)  La  producción  de  dinero  material.

En  todos  los  casos  anteriores  surge  la  siguiente  pregunta:  ¿Cómo  pueden  los  capitalistas
continuamente  sacar  una  suma  de  dinero  igual  a  la  de  D'  de  la  circulación  cuando
continuamente  arrojan  una  suma  igual  a  D  en  él?  [62]  "Considerando  que  una  parte  de  los
capitalistas  constantemente  succiona  más  dinero  de  la  circulación  de  lo  que  vierte  en  ella,  la
parte que produce oro constantemente produce más dinero en él que lo que saca en medios de
producción".  [63]  Esto  nos  lleva  a  nuestra  siguiente  forma  de  trabajo  productivo,  el  trabajo
dedicado a la producción del dinero­material, es decir, de oro.

En la producción de oro de la fórmula sería
D ­ M ...P... D'

porque el proceso de producción, P, aporta más oro del que se adelantó a los elementos de la
producción del oro en el primer D. [64]

Aquí  tenemos  una  forma  única  de  trabajo  productivo,  ya  que  en  ninguna  otra  rama  de  la
producción  capitalista  son  las  condiciones  de  explotación  directa  idénticas  a  las  de  su
realización. Así se desprende del carácter de la "extracción de oro", como trabajo directamente
social. [65] Al igual que en la industria propiamente dicha el trabajador y los productos siguen
sus  propios  caminos,  aunque  en  este  caso  la  plusvalía  contenida  en  el  oro  aparece
inmediatamente en su forma socialmente reconocible.

El resultado directo del proceso productivo es una mercancía especial ­ la mercancía­dinero ­
que no se puede transformar en capital constante o variable, sino que debe ser sacrificada a la
esfera de la circulación en el que funciona como valor de cambio. [66] El consumo  productivo
de la fuerza de trabajo del minero de oro debe asumir, por lo tanto, una forma  improductiva. Sin
embargo, esto no afecta en absoluto a la caracterización del minero de oro como un trabajador
productivo. [67]

(iii) El trabajo productivo de un tipo especial.

Habiendo  examinado  las  circunstancias  en  que  las  diferentes  mercancías  se  producen en la
sociedad capitalista, debemos dirigir nuestra atención al trabajo que se destinará directamente a
los  elementos  del  capital  productivo.  En  primer  lugar  vamos  a  considerar  el  trabajo
comprometido en el mantenimiento y la reparación del elemento pasivo del capital productivo,
es decir, los medios de producción y, en particular del capital fijo, principalmente maquinaria.

a)  El  trabajo  invertido  en  el  elemento  pasivo  del  capital  productivo.

En la misma forma que un trabajador debe lavarse, y de este modo mantener la eficacia de su
fuerza  de  trabajo,  también  debe  mantenerse  una  máquina.  [68]  En  la  misma  forma  que  un
trabajador  recibe  tratamiento  médico  para  evitar  que  muera  de  forma  prematura,  también  se
repara una máquina. [69] Sin el gasto de este trabajo la máquina dejará de funcionar como una
máquina, se convertiría en inútil. Pero no es el valor ya existente en la máquina al que sustituye
este  trabajo,  es  trabajo  adicional  necesario  por  su  uso.  El  salario  de  los  trabajadores  que
mantienen la maquinaria es por lo tanto "una parte del capital variable y el valor de su trabajo se
distribuye  en  el  producto".  [70]  Aquí  tenemos  una  forma  especial  de  trabajo  productivo.  Se
añade al valor del producto final, sin embargo, no "entra en el propio proceso de trabajo al que
el producto debe su existencia". [71] Marx en consecuencia clasifica este trabajo como trabajo
"sui  generis". [72]

Ahora  sucede  demasiado  a  menudo  en  la  sociedad  capitalista  que  los  trabajadores  están
obligados a limpiar y mantener la maquinaria en sus "periodos de descanso". De esta manera,
los trabajadores proporcionan al capitalista tiempo de trabajo gratis. "Este trabajo no figura en
el  precio  del  producto...  Por  lo  tanto  el  capitalista  no  paga  el  coste  del  mantenimiento  de  su
máquina. El trabajador paga in  persona, y este es uno de los misterios de la auto­preservación
del capital..." [73]

Si los capitalistas compran fuerza de trabajo con el propósito de mantener la maquinaria, o si
se  impone  este  trabajo  a  los  trabajadores  en  sus  "periodos  de  descanso",  dependerá  de  la
correlación de fuerzas entre capitalistas y trabajadores en la lucha competitiva.

(b)  El  trabajo  invertido  en  el  elemento  activo  del  capital  productivo.

Vamos  a  considerar  ahora  el  gasto  de  trabajo  en  el  elemento  activo,  y  por  ello  más
importante, del capital productivo, la fuerza de trabajo viva. No es de extrañar que Smith hiciera
caso omiso de esta forma de trabajo ya que en primer lugar era incapaz de concebir la fuerza de
trabajo.

La  trabajadora  que  vende  su  fuerza  de  trabajo  a  otro  ­sea  al  capitalista  o  al  Estado­  con  el
propósito de criar, formar o mantener la fuerza de trabajo productivo es élla misma una obrera
productiva.  Una  enfermera,  por  ejemplo,  no  se  limita  a  reemplazar  el  valor  de  la  fuerza  de
trabajo del paciente sino que se suma a ella, a pesar de que la enfermería en sí no entra en el
propio proceso de trabajo. Una vez más nos encontramos con trabajo sui  generis, pero en este
caso tenemos fuerza de trabajo que actúa directamente sobre la fuerza de trabajo, una relación
entre una persona y otra, entre trabajador y trabajador, que modifica la relación en su contenido,
aunque no en su forma económica. El objeto del trabajo de la enfermera no es una "cosa" que se
enfrenta a ella como una fuerza ajena e independiente, como "capital", sino el sujeto vivo del
propio capital, el obrero. Esto le ha dado considerable margen a la burguesía para imponer sus
propias  normas  de  moral  hipócrita  diseñada  para  separar  la  enfermera  de  la  enfermera  y  la
enfermera del paciente.

La  plusvalía  no  se  genera  normalmente  en  la  producción  de  fuerza  de  trabajo  como  una
mercancía,  sino  en  la  producción  de  mercancías  por  la  fuerza  de  trabajo.  Los  capitalistas  no
comprarán por mucho tiempo fuerza de trabajo que se esté ella misma impregnada de plusvalía.
El proceso de acumulación de capital ­siempre la variable independiente­ deja a los capitalistas
libres de tal fuerza de trabajo, por lo que el Estado siempre asume el control directo sobre los
centros  de  "mantenimiento"  y  "formación"  del  capital  ­los  hospitales  y  las  escuelas­  para
garantizar que el trabajo invertido en los trabajadores se mantiene mínimamente. A menos que
esta característica de la producción de fuerza de trabajo se tenga en cuenta, resultará imposible
analizar los efectos que este trabajo tiene en la tasa media de ganancia.

Al igual que en la reproducción del capital fijo, también en la reproducción de  la  fuerza  de


trabajo podemos encontrar trabajo realizado en el "período de descanso" de los trabajadores.

El  consumo  de  medios  de  los  trabajadores  de  subsistencia  requiere  el  gasto  de  tiempo  de
trabajo ­se deben cocinar las comidas, mantener y reparar el alojamiento, atender a los niños, y
así sucesivamente. La mayor parte de la sociedad, es decir, la clase obrera "debe... realizar este
tipo de trabajo por ella misma..." [74] Al hacerlo se preserva para el capitalista la eficacia de la
fuerza de trabajo, el instrumento por medio del cual sólo él puede seguir siendo un capitalista.
[75]

"El  consumo  individual  del  obrero,  si  ocurre  en  el  taller  o  fuera  de  ella,  ya  sea  parte  del
proceso de producción o no, constituye por tanto un factor de la producción y reproducción del
capital, así como lo es la limpieza de la maquinaria, ya sea mientras la máquina esté trabajando
o mientras está parada. El hecho de que el trabajador consume sus medios de subsistencia para
sus  propios  fines,  y  no  para  complacer  a  los  capitalistas,  no  tiene  ninguna  relación  con  el
asunto. Se trata de la producción y reproducción de ese medio de producción tan indispensable
para el capitalista: el propio trabajador". [76]

En  la  sociedad  capitalista,  donde  la  segregación  aparece  como  la  relación  normal,  es  la
sección femenina del proletariado la que, en general, lleva a cabo este trabajo. En la medida en
que  se  lleva  a  cabo  en  el  "período  de  descanso"  de  la  mujer,  no  es  ni  productivo  ni
improductivos. Se trata de una forma específica de trabajo concreto, de labor, que a pesar de no
asumir una forma  de  valor,  sin  embargo  sigue  siendo  una  condición  fundamental  y  necesaria
para  la  reproducción  del  capital.  La  mujer  paga  in  persona.Su  trabajo  se  otorga  a  título
gratuito  en  la  sociedad,  y  por  lo  tanto  al  capitalista,  y  no  entra  en  el  precio  de  la  fuerza  de
trabajo o en la creación  de  valor  en  general.  Sus  esfuerzos  son  doblemente  subsumidos  en  el
capital ­ella no sólo produce plusvalía en la fábrica, sino que en el hogar mantiene y cría a los
propios creadores de valor. La suya es una vida de trabajo y fatiga constante, "completando el
trabajo  de  cada  día,  ella  se  convierte  en  esclava  de  las  necesidades  internas  de  su  familia,  y
cuando de noche se deja caer cansada en su lecho, es con el conocimiento de que por la mañana
temprano debe cumplir su papel de nuevo al servicio del capitalista, y al final del servicio para
él del día siguiente apresurarse a casa de nuevo para otra ronda de servidumbre doméstica". [77]

La  medida  en  que  el  capital  se  hace  cargo  directamente  de  las  funciones  que  antes  se
realizaban en el hogar depende de muchas circunstancias, estando entre las más importantes la
forma en que el capital se ha desarrollado en una región en particular y el estado del proceso de
acumulación en un período determinado. Pero esto nos ilustra acerca de la posición relativa de
las mujeres, una posición que difiere de país a país y de una fase del desarrollo del capital a la
siguiente. Aquí estamos interesados por la posición absoluta de las mujeres, que emana como lo
hace de la naturaleza misma del capital.

El  proceso  real  de  producción  capitalista  supone  la  separación  de  la  fuerza  de  trabajo  del
obrero. Al final del proceso de producción, el trabajador debe disfrutar sus vacaciones con el fin
de reponer lo que ya había consumido el capitalista ­su fuerza de trabajo. El trabajador lo hace
no  sólo  cocinando  su  comida,  o,  como  suele  ser  el  caso,  teniéndola  cocinada  para  él,  sino
también  comiéndola,  porque  el  "trabajo  de  comer"  produce  cerebro,  músculos,  etc.  [78]  La
capacidad del trabajador para trabajar, una vez restaurada, es de nuevo vendida a su consumidor
­el  capitalista.  No  hay  una  tendencia  inmanente  del  capital  para  asumir  la  responsabilidad
directa  sobre  el  consumo  individual  de  la  clase  obrera,  para  cocinar  su  carne,  pulir  sus  botas,
mantener sus muebles y viviendas limpias, el cuidado de sus hijos después  de  que el proceso
de producción haya terminado. Aun suponiendo que algunos capitalistas pongan este trabajo a
su  propio  cargo  a  los  efectos  de  la  extracción  adicional  de  plusvalor  ­mediante  el  empleo  de
trabajadores para cocinar para los demás trabajadores, por ejemplo­ esto simplemente significa
que  mientras  algunos  trabajadores  están  reponiendo  su  fuerza  de  trabajo,  otros  ven  la  suya
consumirse. Y después de haberse consumido su fuerza de trabajo a su vez deben cumplir con
su trabajo doméstico propio. Asumir una cadena interminable de trabajadores empleados en la
restauración de la fuerza de trabajo de los demás trabajadores es perder de vista el proceso de
producción capitalista en su conjunto.

Cuando se examina no un único trabajador o capitalista individual, sino la clase capitalista y
la  clase  obrera,  no  un  proceso  aislado  de  producción,  sino  la  producción  capitalista  en  su
conjunto, es evidente que el trabajo doméstico siempre se llevará a cabo por la clase obrera y, en
particular, por la sección de mujeres de esa clase. El capitalista mata dos pájaros de un tiro: el
misterio de la auto­preservación del capital se revela. [79]

Sólo cuando la fuerza de trabajo ya no sea consumida por otro, sólo cuando deje de ser una
mercancía será inseparable la producción de la riqueza en general de la reproducción de la raza
humana.  La  "supervivencia"  de  la  familia  como  una  unidad  económica  en  la  sociedad  tiene
como  base  la  existencia  del  capital;  la  separación  del  trabajo  de  las  condiciones  objetivas  del
trabajo; la separación del trabajador y de la fuerza de trabajo. La familia no sobrevive a pesar de
capital, sino a causa de él. [80]

Dado que la continua opresión de las mujeres se deriva de la opresión específica de la sección
femenina del proletariado y que, por otra parte, esta opresión tiene su origen en la reproducción
de la fuerza de trabajo como una mercancía, se deduce que las amplias masas de mujeres en la
sociedad burguesa tienen un interés no sólo en la abolición del capital, sino en garantizar que la
futura sociedad socialista hace rápidos progresos hacia la erradicación de la familia como una
unidad económica. Es precisamente ahora, en momentos en que el capitalismo se enfrenta a la
mayor de sus crisis, que varias personas tratan de hacer respetable la producción de fuerza de
trabajo  como  una  mercancía,  y  esto  confiriendo  al  trabajo  doméstico  una  "forma  asalariada"
adecuada  al  contenido  de  su  "creación  de  valor".  Como  un  editor  asociado  de  la  revista
Newsweek  ha  marcado:  Si  a  los  trabajadores  domésticos  se  les  garantizara  un  salario  por  el
Estado "el trabajador en el hogar podría al menos ser reconocido como un miembro profesional
de la... fuerza de trabajo..." [81]

(iv) El trabajo improductivo intercambiado contra el capital

Antes de pasar a una consideración adecuada de la mano de obra improductiva, es decir, el
trabajo  que  se  paga  no  con  capital,  sino  de  los  ingresos,  es  necesario  hacer  frente  al  trabajo
dedicado  a  la  realización  en  lugar  de  la  producción  de  plusvalía.  Aunque  este  trabajo  es
improductivo para  el capital, sin embargo se intercambia por capital y por esta razón  merece
especial atención.

La  economía  política  fracasó  sistemáticamente  al  analizar  la  forma  histórica  específica  en
que  el  trabajo  se  presenta  como  trabajo  social  en  condiciones  de  producción  capitalista  de
mercancías.  Ni  por  un  momento  lo  consideró  o  admitió  que  el  trabajo  de  la  persona  debe
presentarse como trabajo abstracto y, de esta forma, como trabajo social, si va a crearse algún
valor. Incluso Ricardo, el más consistente e incisivo de los economistas, fue incapaz de pasar
más allá de la forma  de  la  apariencia inmediata del valor, el valor de cambio. Su atención se
concentró por tanto en el aspecto cuantitativo y no en el cualitativo del valor, en su magnitud y
no en su esencia. [82] Al igual que Smith y los que le antecedieron, Ricardo no se dio cuenta de
la conexión del trabajo abstracto con el dinero, o de que este trabajo debe asumir la forma de
dinero. [83] El  dinero  era  considerado  como  un  mero  recurso  para  superar  los  inconvenientes
técnicos de intercambio y no el medio por el cual el valor de la mercancía primero se expresa y
después se realiza.

Ahora podemos entender por qué Smith no pudo establecer la distinción entre la creación de
valor  y  su  realización  y  por  qué,  por  lo  tanto,  se  define  al  trabajador  comercial  como
productivo. Mientras el valor fuera considerado sólo en su aspecto cuantitativo no sería posible
distinguir entre las condiciones de la explotación directa y las de su realización.

Lo  que  distinguió  el  método  de  Marx  del  de  Smith  es  que  al  definir  el  trabajo  productivo
Marx trató "sólo con el capital  productivo, es decir, el capital empleado en el proceso  directo
de  producción".  [84]Más  tarde,  Marx  abordó  el  capital  en  el  proceso  de  circulación  y
demostró  que  el  trabajador  comercial,  a  pesar  de  que  cumple  una  función  necesaria  para  el
capital,  y  realiza  trabajo  no  remunerado  (para  el  capitalista  individual),  "intrínsecamente  su
trabajo ni crea valor ni producto". [85] Su trabajo simplemente convierte un valor determinado
de una forma a otra, de su forma mercancía a su forma de dinero, y viceversa. Aquí tenemos un
intercambio  entre  capital  y  trabajo,  pero  es  un  cambio  formal,  y  en  ningún  caso  debe
confundirse  con  el  "intercambio"  que  se  lleva  a  cabo  entre  el  capitalista  y  el  trabajador  en  el
proceso directo de producción capitalista.

A  modo  de  resumen.  La  definición  de  Smith  de  trabajo  productivo  es  insuficiente  por  tres
razones  relacionadas.  En  primer  lugar,  él  trata  el  valor  sólo  cuantitativamente,  y  no
cualitativamente y por lo tanto, confunde el proceso real en el que se produce con aquel en el
que se realiza. En segundo lugar,  trata  el  capital  establecido  directamente  contra  el  trabajo  en
lugar de contra la fuerza de trabajo y por lo tanto es incapaz de comprender el "secreto" de los
beneficios.  En  tercer  lugar,  ya  que  él  no  puede  manejar  los  elementos  del  capital  como  se
presentan en el proceso directo de producción capitalista no puede sino ignorar el trabajo que se
gasta en los elementos del capital productivo mismo.

A pesar de los muchos puntos débiles que se encuentran en el análisis de Smith, su definición
de trabajo productivo es notable ya que fue el primero en establecer absolutamente ­al menos
desde  el  punto  de  vista  de  la  producción  capitalista­  lo  que  es  trabajo  improductivo.  Es  un
trabajo que no se intercambia con el capital, sino directamente con los ingresos.

(v) El trabajo improductivo intercambiado con los ingresos

No  tenemos  problemas  con  la  definición  de  Adam  Smith  de  trabajo  improductivo.  Todo  lo
que  necesitamos  destacar  es  el  hecho  de  que  el  carácter  de  este  trabajo  ha  experimentado  un
cambio  considerable  desde  que  el  capitalismo  hizo  su  primera  aparición.  Los  trabajadores
improductivos de hoy no son los trabajadores improductivos de Adam Smith.

Hoy  en  día,  la  gran  mayoría  de  los  que  se  pagan  con  los  ingresos  son  ellos  mismos
asalariados  y  forman  parte  de  la  clase  obrera.  Cuando  los  restos  feudales  siguen,  lo  hacen  en
una  forma  caricaturesca  y  subdesarrollada  y  tienden  generalmente  a  ser  ridiculizados  por  la
clase obrera, especialmente en períodos de crisis.

En  el  momento  en  que  Marx  comenzó  a  escribir  sobre  el  tema  del  trabajo  productivo  e
improductivo en la temprana década de 1860, el triunfo del capital industrial en Gran Bretaña
había  sido  proclamado  hacía  mucho  tiempo.  El  mayor  número  de  trabajadores  improductivos
eran  empleados  domésticos,  más  numerosos  de  hecho  que  los  trabajadores  productivos
empleados en la industria. Con los años, y especialmente durante el transcurso de este siglo la
proporción de empleados domésticos en la economía se ha reducido al mínimo. Junto con este
descenso se ha producido un aumento en el número de trabajadores improductivos empleados
directamente por el  Estado,  por  ejemplo,  en  la  administración  pública y  local,  las  profesiones
ideológicas, el aparato represivo y sanidad y bienestar (suponiendo, por supuesto, que el trabajo
de los trabajadores de la sanidad y la educación no se gasta en fuerza de trabajo productiva).

En el artículo "Inflation, the crisis and the post­war boom" (Revolutionary Communist 3 / 4)
los  camaradas  Bullock  y  Yaffe  tratan  la  cambiante  composición  de  la  fuerza  de  trabajo  y  los
modelos actuales de empleo y no tenemos que continuar esta labor. Es suficiente con recordar
que el objetivo de Marx en el desarrollo de los conceptos de trabajo productivo e improductivo
no  era  dividir  a  los  trabajadores.  El  caso  es  exactamente  el  opuesto.  Con  la  ayuda  de  estos
conceptos Marx pudo analizar cómo el valor se expande en el proceso directo de producción y
cómo se distribuye en el proceso de reproducción. Esto, a su vez, permitió a Marx examinar la
sociedad  burguesa  en  sus  relaciones  fundamentales  y  revelar  a  los  trabajadores  ­tanto
productivos como improductivos­ las verdaderas causas de las convulsiones a través de las que
tiene  que  pasar  periódicamente  la  sociedad  burguesa.  Al  penetrar  en  el  secreto  de  la  tasa
decreciente  de  ganancia  ­la  expresión  más  convincente  de  la  naturaleza  contradictoria  del
sistema­ Marx fue capaz de proporcionar la base para la unidad de todos los trabajadores. En las
secciones restantes de este artículo consideraremos estos aspectos del análisis de Marx.

III

LA CONTRADICCIÓN DEL CAPITAL Y LOS CONCEPTOS DE
TRABAJO PRODUCTIVO E IMPRODUCTIVO

El  carácter  contradictorio  de  la  sociedad  capitalista  asume  muchas  formas,  con  una
contradicción  continuamente  saliendo  a  la  palestra  cuando  otra  retrocede.  El  asunto,  sin
embargo, no es describirlas, catalogarlas y organizarlas de  acuerdo  a  la  fantasía,  sino  mostrar
cómo  estas  mismas  contradicciones  se  corresponden  con  la  coherencia  interna  de  la  sociedad
burguesa. En lugar de exponer las contradicciones del capital como las muestran sus relaciones
intrínsecas,  la  economía  política  no  haría  más  que  agarrar  tal  o  cual  aspecto  del  problema,
analizarlo  superficialmente  y  mantenerlo  como  un  problema.  Y  porque  su  enfoque  era
esencialmente  ecléctico,  porque  fue  incapaz  de  resolver  el  movimiento  externo  en  el
movimiento  intrínseco  verdadero,  siempre  se  las  arreglaba  para  encontrar  algún  medio  de
atemperar la naturaleza contradictoria del sistema.

Para  Adam  Smith,  la  contradicción  del  capital  se  encuentra  en  el  mercado,  en  la  lucha
competitiva entre las clases sobre la distribución del producto social. La acumulación de capital
crea  su  propia  barrera  mediante  el  fortalecimiento  de  la  capacidad  de  negociación  de  los
trabajadores  a  expensas  de  los  capitalistas,  es  decir,  los  trabajadores  consumen  demasiado  ­
"sobre consumen". La producción de lujos, sin embargo, al ralentizar el ritmo de acumulación,
y por lo tanto la demanda de mano de obra, restaurará un sano equilibrio de fuerzas de clase, los
salarios  se  reducirán  y  los  beneficios  aumentarán.  Por  lo  tanto,  la  contradicción  se  resuelve
como un "sobre­consumo" por parte de los trabajadores; ¿los medios para su solución? ­Elevar
el nivel de consumo improductivo con el fin de aliviar la presión del trabajo sobre el capital.

Para Malthus, el origen de la contradicción del capital también se encuentra en el mercado.
Los  bajos  salarios  hacen  posibles  grandes  ganancias,  pero  al  mismo  tiempo  hacen  imposible
obtener ganancias, ya que reducen la demanda de bienes. La contradicción ahora se falsifica en
una forma de "subconsumo" ¿los medios para su solución? ­ El consumo improductivo.

Aunque  Ricardo  desarrolló  un  concepto  de  plusvalía  relativa,  y  aunque  se  trasladó
provisionalmente  y  con  vacilaciones  hacia  una  comprensión  del  papel  del  ejército  de
trabajadores de reserva, su análisis carece de ese ingrediente vital que habría abierto el camino
para  una  comprensión  más  profunda  de  la  contradicción  del  capital...  Ricardo  no  tenía
absolutamente ninguna idea de composición orgánica del capital, del capital como se manifiesta
en el proceso directo de producción como la diferencia entre capital constante y capital variable
real.  Ricardo  no  pudo  por  lo  tanto,  "elaborar  la  tasa  de  ganancia  desde  la  relación  de  este
elemento activo al elemento pasivo, y mostrar que disminuye a medida que avanza la sociedad".
[86]

Según Ricardo, la tasa de ganancia no está determinada por la relación de la plusvalía con la
inversión  de  capital  total,  sino  por  la  relación  de  la  plusvalía  con  el  capital  variable.  En
consecuencia, sólo podía explicar la caída de beneficios como consecuencia de la disminución
de la plusvalía, y por lo tanto de la disminución del plustrabajo[87].

Pero  si  la  masa  de  plusvalía  de  la  sociedad  está  continuamente  disminuyendo,  ¿cómo
podemos explicar el  aumento  en  el  número  de  trabajadores  improductivos que  acompaña  a  la
acumulación de capital? [88] ¿Cómo, por otra parte, consideramos el hecho de que aquellos que
no  viven  directamente  por  su  propio  trabajo  son  cada  vez  más  numerosas  también?  [89]  De
hecho, lo que Ricardo se olvidó convenientemente de destacar es "el número cada vez mayor de
las  clases  medias,  que  se  interponen  entre  el  trabajador,  por  un  lado  y  el  capitalista  y  el
terrateniente, por otro". [90]
De lo que Ricardo convenientemente no se dio cuenta fue de que los trabajadores productivos
no son menos explotados porque haya tanto consumo improductivo, sino por el contrario, hay
mucho consumo improductivo, porque los trabajadores productivos son más explotados. [91] El
aumento  en  el  número  de  personas  que  viven  de  los  ingresos  por  lo  tanto,  permite  afirmar  la
mentira  de  que  la  tasa  de  ganancia  cae  según  avanza  la  sociedad  burguesa,  debido  a  una
disminución en la tasa de explotación. Incluso los economistas que fueron incapaces de criticar
la economía política desde el punto de vista del materialismo histórico, pero que sin embargo se
habían  ganado  un  lugar  al  lado  de  la  clase  trabajadora,  tenían  suficiente  inteligencia  "para
enfatizar  el  hecho  de  que  el  número  proporcional  de  los  que  viven  de  los  beneficios  ha
aumentado con el desarrollo del capital." [92]

Sin  embargo,  la  circunstancia  que  permite  que  el  ámbito  de  consumo  improductivo  se
extienda conduce a una disminución en la tasa de ganancia. No hay nada más natural para los
ricardianos, por lo tanto, que asociar el consumo improductivo con los beneficios decrecientes,
siempre  y  cuando,  por  supuesto,  no  tengan  en  cuenta  lo  que  es  común  a  ambos  ­la  creciente
productividad del trabajo y el aumento de la composición orgánica del capital.

Marx se opuso firmemente a la teoría ricardiana de que la tasa de ganancia disminuye a causa
de una disminución en la tasa de explotación. Precisamente el caso es el contrario. La tasa de
ganancia cae, aunque la tasa de plusvalía sube porque la proporción de capital variable al capital
constante disminuye con el desarrollo de la fuerza productiva del trabajo. La tasa de ganancia
cae por lo tanto, no porque el trabajo se vuelve menos productivo, sino porque se vuelve más
productivo.  No  porque  el  trabajador  es  menos  explotado,  sino  porque  es  más  explotado,  si  el
excedente absoluto de  tiempo  crece  o, cuando  el  Estado  impide esto, el excedente relativo de
tiempo crece, la producción capitalista es inseparable de la caída del valor relativo del trabajo".
[93] Sostener lo contrario equivale a decir que el capitalismo no ha aprendido todavía a ponerse
en pie por sus propios medios (sobre la espalda del proletariado), una muy buena posición, para
los  ricardianos,  especialmente  en  un  momento  en  que  la  sociedad  burguesa  estaba  pasando
rápidamente a la edad avanzada. Para los de Ricardo, la sociedad burguesa siempre estaría en la
necesidad de una revolución burguesa.

Las barreras que se enfrentan al capital en el momento de los fisiócratas eran muy diferentes
a las que se encuentran en su fase madura y desarrollada. Ya en 1862, Marx podía escribir;

"Aunque  la  burguesía  era  originalmente  muy  ahorrativa,  con  el  crecimiento  de  la
productividad del capital, es decir, de los obreros, imita los sistemas de retención de los señores
feudales". [94]

Los representantes del capitalismo contemporáneo prueban que Marx está en lo cierto, ya que
se  dedican  a  imitar  a  los  economistas  clásicos,  a  quienes  antes  habían  criticado  y  combatido.
Frente a la crisis más grande de la historia, la burguesía parece decidida a volver a ese campo de
batalla plagado de musgos en el que la economía política estuvo una vez. A medida que suena
de  nuevo  la  trompeta  contra  el  trabajador  improductivo,  los  días  del  gran  compromiso  están
llegando rápidamente a su fin.
Antes de abordar la cuestión de la crisis actual, debemos preguntarnos cómo es  concebible
que esta excrecencia parasitaria del trabajo de los demás ­la burguesía­ pudiera tener la osadía
de levantar una voz en contra del trabajador improductivo. Una mirada a la literatura sobre la
izquierda inglesa ­desde el Partido Comunista (que es un término equivocado) a la Internacional
Socialista  (un  nombre  poco  apropiado  en  ambos  términos)­  proporcionará  la  respuesta.
Mediante la supresión tanto de la ley del valor como de la tendencia de la tasa de ganancia a
disminuir,  y  al  hacer  por  completo  caso  omiso  a  la  distinción  entre  trabajo  productivo  e
improductivo,  han  dejado  el  campo  abierto  a  la  burguesía  y  sus  portavoces  ideológicos,  los
Wedgwood Benns y los Keith Josephs.

IV

COMO LOS MARXISTAS CREATIVOS DEFORMAN A MARX

(i) Adiós a las armas

El  primer  ataque  frontal  desde  la  izquierda  después  de  la  guerra  vino  de  la  Internacional
Socialista. El análisis Marxiano de la sociedad burguesa, nos enteramos, ya no es apto para el
propósito  para  el  cual  se  concibió,  al  menos  no  en  términos  de  las  realidades  actuales.  Su
relevancia se limita al siglo 19, cuando el consumo improductivo ­especialmente en forma de
gasto en armamento­ era de menor importancia.

Pero si un filósofo nacido en el siglo 19 no es lo suficientemente bueno para los socialistas
internacionales,  parece  que  un  cura  nacido  en  el  18  sí  lo  es.  En  las  revistas  de  la  IS  Thomas
Robert Malthus se actualiza, refina y elabora en las filas de la militancia sindical ­a la que la IS
siempre ha supeditado su política. El origen fundamental de las contradicciones del capital ya
no se encuentra en el proceso real de producción capitalista, sino en la lucha competitiva entre
las grandes compañías multinacionales, que "lleva a que se produzcan mayor cantidad de bienes
que los que los salarios de los trabajadores pueden comprar". [95]

Como  marxistas  consideran  que  corresponde  a  ellos  mismos  hacer  frente  a  los  análisis  de
Marx de la tasa decreciente de ganancia en un estilo "crítico", y el hombre para este trabajo es
Kidron. [96]

Para empezar Kifron hace saber que él no tiene un conflicto básico con la ley Marxiana de la
tasa decreciente de ganancia, siempre y cuando aceptemos que sólo es aplicable a la producción
de  "bienes  de  inversión"  (departamento  I)  y  "bienes  salario"  (el  llamado  departamento  II).  El
problema  con  el  "modelo"  de  Marx  es  que  representa  "un  sistema  cerrado"  que  no  tiene  en
cuenta la producción de bienes de lujo (el llamado departamento III). [97]

¿Por qué Marx "elige ignorar" la producción de artículos de lujo? Bueno, él estaba, después
de todo, "afilando un sistema desde la roca bruta, y estos (los lujos) no estaban ni aquí ni allá,
en la práctica a la vez. Más tarde teóricos no marxistas dentro de la tradición clásica, forzaron
(¡sic!) a perfeccionar el modelo y escribiendo también en una época más próspera, sondearon
más  profundamente  en  este  improductivo  'departamento  III'.  Von  Bortkiewicz  mostró,  en  un
artículo  publicado  en  1907,  que  la  (composición  orgánica  del  capital)  en  la  producción  de
bienes de lujo... no toma parte en la determinación de la tasa de ganancia". [98]

Al  aumentar  el  tamaño  y  el  alcance  de  la  producción  de  lujo  la  tendencia  de  la  tasa  de
ganancia  puede  ser  detenida  o  incluso  revertida.  [99]  El  capital  por  fin  escapa  a  su  propia
contradicción inmanente.

Por desgracia, Marx había cincelado en su "roca bruta" en vano. Si hubiera vivido al menos
una  década  más,  habría  descubierto  que  lo  que  para  él  era  la  ley  más  importante  que  rige  la
sociedad  burguesa  había  muerto  de  muerte  natural,  para  ser  reemplazada  por  nuevas  leyes
adecuadas a una época más rica. Pero echemos una mirada más cercana a la naturaleza de esta
"improductiva" industria de lujo y a cuanto Marx "eligió" ignorarla.

De acuerdo con Kidron, los lujos ocupan un lugar "improductivo" en el sistema, porque su
papel  es  "puramente  pasivo".  [100]  No  se  ha  dado  cuenta  al  parecer  de  que  todas  las
mercancías, con la única excepción de la fuerza de trabajo juegan un papel "pasivo". Pero esto
es accesorio; la pregunta que el propio Kidron debe abordar primero es si el productor de lujos
es productivo o no. Si lo hubiera hecho se habría puesto de manifiesto que el productor de lujo,
no sólo reproduce el valor de su propia fuerza de trabajo, sino que al mismo tiempo produce una
plusvalía,  un  valor  no  existente  con  anterioridad  y  no  pagado  por  el  capitalista.  Por  lo  tanto,
sigue siendo un misterio cómo un valor adicional puede ser producido y aún así no jugar ningún
papel en la determinación de la tasa media de ganancia.

Es precisamente porque el productor de lujos es un trabajador productivo que Marx considera
la producción de lujo en todas y cada una de las etapas del análisis de la producción capitalista.

(1)  Al  analizar  la  producción  de  plusvalía  en  el  Volumen  II  de  El  Capital  Marx  se  ocupa
específicamente de la producción de lujos. [101]

(2) Cuando analiza cómo se reproduce el capital social se ocupa de la producción de lujos,
tanto  es  así  que  si  queremos  mirar  encontramos  un  capítulo  titulado:  "Intercambio  en  el
Departamento II. Necesidades de la vida y artículos de lujo". [102]

(3) Al analizar la transformación de los precios simples en precios de producción, de nuevo
se ocupa de la producción de lujo, asegurando que una de las cinco ramas de la producción está
dedicada a los lujos. [103]

(4) Y, por último, al analizar la ley de la tendencia de la tasa de ganancia a descender Marx
trata la producción de lujos, no olvidemos, como hicieron algunos de sus contemporáneos, que
los lujos entran en la determinación de la tasa media de ganancia. [104]

No  es  Marx  quien  ignoró  la  producción  de  lujo,  sino  Kidron  quien  se  imagina  que  puede
permitirse el lujo de ignorar a Marx. Pero la ignorancia pronto degenera en falsificación cuando
llegamos a la manipulación de Kidron del esquema de reproducción de Marx.
Kidron  en  realidad  nos  quiere  hacer  creer  que  el  esquema  de  reproducción  de  Marx
representa "un sistema cerrado en el que todas las salidas refluyen de nuevo como insumos en la
forma  de  bienes  de  inversión  o  de  bienes­salario.  No  hay  fugas".  [105]  O  Kidron  no  se  ha
molestado en leer El  Capital o está tratando de engañarnos. Incluso si optamos por "ignorar" el
tratamiento  de  Marx  de  los  bienes  de  lujo,  la  reproducción  simple  todavía  necesitaría  un
consumo  improductivo.  Si  tenemos  en  cuenta  la  presentación  de  Marx  de  la  reproducción
simple desde la perspectiva  del  departamento  I  (medios  de  producción)  y  el  departamento  IIa
(medios de subsistencia tanto de los trabajadores como de los capitalistas [106]), llegamos a la
siguiente: [107]

Tabla I
capital capital
departamento plusvalía valor total
constante variable

I 4.000 + 1.000 + 600 = 5.600

IIa 1.600 + 400 + 240 = 2.240

TOTAL 5.600 + 1.400 + 840 = 7.840

Se  desprende  de  lo  anterior  que  Marx  basa  su  estudio  de  la  reproducción  simple  en  el
supuesto  de  que  "todo  el  plusvalor  entra  en  el  consumo  individual  del  capitalista"  [108]  ,  es
decir, que 'toda  la  plusvalía  es  consumida  improductivamente..." [109]

¿Cómo  puede  entonces  Kidron  informarnos  de  que  Marx  no  incluye  el  consumo
improductivo en el tratamiento del proceso de reproducción, que sólo incluye "bienes salario" y
"bienes de inversión"? La respuesta es simple. Es evidente en lo anterior que, aunque el plus­
producto del Departamento IIa no entra en la producción de otras mercancías, su valor entra en
la determinación de la tasa media de ganancia. Un cálculo aritmético sencillo y breve revela que
la  tasa  media  de  ganancia  en  ambos  Departamentos  I  y  IIa  es  del  12%.  Para  Kidron,  sin
embargo, la tasa de ganancia debe ser igual a 0%, ya que los productos excedentes de los dos
departamentos se consumen improductivamente. Es un resultado magnífico.

Pero para no ser disuadido por la simple lógica Kidron sigue presionando. Siguiendo a Von
Bortkiewicz/Sweezy  divide  la  economía  en  tres  sectores  ­Departamento  I  (medios  de
producción), Departamento II ("bienes salario") y Departamento III ("bienes de lujo"). Esto nos
da el absurdo siguiente: [110]

Tabla II
departamento capital constante capital variable plusvalía valor total
I 200 + 100 + 100 = 400
II 100 + 50 + 50 = 200
III 100 + 50 + 50 = 200
TOTAL 400 + 200 + 200 = 800

Parecería de lo anterior que todo el plusproducto del Departamento II es consumido por los
trabajadores  del  Departamento  III,  sin  dejar  plusproducto,  es  decir  subsistencia,  para  los
capitalistas. Una época muy opulenta esta ­todos los lujos y ninguna subsistencia.
El  esquema  de  reproducción  en  El  Capital  de  Marx  es  muy  diferente  del  utilizado  por
Kidron.  En  la  presentación  de  Marx  tenemos,  además  del  Departamento  I  y  IIa,  el
Departamento IIb, la producción de artículos de lujo. Esto nos da lo siguiente: [111]

Tabla III

capital capital plusvalía


departamento valor total
constante variable subsistencia lujo

I (4.000) + 1.000 + 600 + 400 = 6.000

IIa 1.600 + (400 + 240) + 160 = 2.400

IIb 400 + 100 + 60 + (40) = 600

TOTAL 6.000 + 1.500 + 900 + 600 = 9.000

(Los  elementos  entre  corchetes  se  distribuyen  y  se  consumen  sólo  en  sus  propios
departamentos y sub­departamentos.)

Dos cosas aparecen aquí, que están convenientemente pasadas por alto en la presentación de
Von  Bortkiewicz  /  Sweezy  que  usa  Kidron.  En  primer  lugar,  aunque  los  trabajadores  en  el
Departamento  IIa  producen  un  excedente  de  productos  por  encima  de  lo  necesario  para
mantener  a  los  trabajadores  en  el  Departamento  IIb,  el  resto  de  excedentes  de  productos  es
consumido  improductivamente  por  los  capitalistas  de  IIa.  En  segundo  lugar,  aunque  los
trabajadores en el Departamento IIb producen bienes en una forma que no pueden, o no vuelven
a  entrar  en  el  ciclo  de  reproducción,  claramente  producen  una  plusvalía  no  existente
previamente.

Ahora  podemos  discernir  la  confusión  que  Kidron  y  otros  crean,  sumergiendo  la  distinción
entre los departamentos IIa y IIb en la que hay entre el departamentos II y el departamento III,
constituyendo  este  último  la  llamada  'fuga'  por  la  que  el  capital  encuentra  la  liberación
definitiva  de  su  contradicción  interna.  Si  Kidron  se  hubiera  ocupado  de  la  reproducción  del
capital social total en términos de los departamentos IIa y IIb, entonces el propio departamento
IIa se habría presentado claramente entrando en la determinación de la tasa media de ganancia,
a pesar del hecho de que una parte del producto excedente no entra en la producción de otras
mercancías. Podemos concluir, por tanto, que la verdadera 'fuga' no existe en el Departamento
III, sino en la propia marca de marxismo de Kidron.

Ahora  llegamos  a  la  segunda  etapa  de  su  argumento,  y  aquí  se  nos  dice  que  si  queremos
entender  por  qué  el  Departamento  III  no  influye  en  la  determinación  de  la  tasa  media  de
ganancia  debemos  volver  a  la  «solución  de  Von  Bortkiewicz  al  problema  de  la
transformación... encontrada en Sweezy... " [112]

Según  Sweezy,  el  método  de  Marx  de  la  transformación de  los  "valores"  en  los  precios  de
producción  "es  lógicamente  insatisfactorio".  La  fuente  del  'error'  de  Marx  se  encuentra  en  el
hecho de que "el capital constante y el capital variable utilizados en la producción se expresan
aún en términos de valor. Las salidas, por otro lado, se expresan en términos de precios. Ahora
es obvio que en un sistema en el que el cálculo de precios es universal tanto el capital utilizado
en  la  producción  como  el  producto  mismo  deben  ser  expresados  en  términos  de  precios.  El
problema  es  que  Marx  se  quedó  a  mitad  de  camino  en  la  transformación  de  los  valores  en
precios.  Necesariamente  no  causa  extrañeza  que  este  procedimiento  de  lugar  a  resultados
contradictorios". [113]

Sweezy es digno de elogio por llamar nuestra atención sobre el hecho de que en condiciones
de  producción  capitalista  el  cálculo  del  precio  es  universal.  Estas  son  palabras  buenas  y
verdaderas y seríamos muy felices si Sweezy las entendiera en lugar de decir en otro lugar cosas
que  las  contradicen.  Es  precisamente  porque  el  valor  como  tal,  sólo  puede  ser  expresado  en
dinero [114] que  Marx  se  propuso  resolver  el  problema  de  la  transformación en  términos  de
precios.  En  el  caso  de  que  pudiera  haber  alguna  duda,  así  es  como  Marx  presentó  las  cinco
ramas de la producción ­ el marco en el que se aborda el tema­ antes de que la transformación
se haya efectuado:

"Tenemos aquí, en las categorías I, II, III, IV y V (cinco diferentes esferas de la producción),
mercancías cuyos valores respectivos son de Â£ 1.000, Â£ 1.200, Â£ 1.300, Â£ 1.150 y 1.250
libras  esterlinas.  Estos  son  los  precios  en  dinero  a  los  que  estos  productos  se  cambiarían  si
fueran  intercambiados  de  acuerdo  con  sus  valores[115].

¿Podría la materia haberse hecho más simple? Leyendo a Sweezy, al parecer no.

En  ningún  momento  Marx  transforma  los  valores,  es  decir,  el  trabajo  abstracto  general,  en
precios,  ya  que  habría  sido  irracional  hacerlo.  Lo  que  Marx  transforma  en  precios  de
producción son los precios a los que las mercancías se cambiarían si se intercambian de acuerdo
a la magnitud de sus valores. Una vez que se reconoce que los productos utilizados en las cinco
ramas  de  la  producción  de  Marx  se  expresan  en  los  precios  antes  y  después  de  que  la
transformación  haya  tenido  lugar,  se  deduce  lógicamente  que  los  mismos  precios  totales
siempre expresarán los mismos valores totales.

Es Sweezy y no Marx el que se ha olvidado de que el cálculo de precios es universal, porque
es Sweezy y no Marx el que expresa los productos en términos de valor antes de encontrar su
propia solución al problema.

Si expresamos el llamado cálculo del valor en términos de precios de Sweezy ­que Sweezy
debería  haber  hecho  en  primer  lugar  ­  esto  nos  da  875  unidades  de  oro.  Entonces,  ¿cómo
Sweezy llega a 1.000 unidades de oro después de la transformación haya tenido lugar? Está más
allá de toda lógica humana, escribe Marx, "cómo puede salir más valor de la producción que el
que entró en ella, porque algo no puede venir de la nada". [116] El mismo principio, hace notar
Marx, se aplica a la cantidad de dinero que circula en la economía, los capitalistas no pueden
sacar más dinero de la circulación que el que echan en ella. Y otra vez se vuelve al argumento
"nada viene de la nada". [117]De hecho, una vez que abandonamos la concepción materialista
fundamental,  la  ley  del  valor  en  sí  no  tiene  absolutamente  ningún  significado  científico  y
podríamos del mismo modo descartar toda pretensión de un análisis científico. ¿Pero no es este
el  resultado  del  análisis  de  Sweezy,  Kidron  y  otros?  ¿No  muestran  los  resultados  de  sus
"soluciones"  una  fuente  adicional  de  dinero  que  no  tiene  su  origen  en  el  gasto  de  tiempo  de
trabajo  adicional? ¿De  dónde  viene  el  oro  adicional?  ¿Brota  del  suelo  ­  como  los  fisiócratas
nos  quieren  hacer  creer?  ¿Surge  de  la  esfera  de  la  circulación  ­  como  sostiene  Malthus?  ¿O
viene  del  empresario,  ese  raro  tipo  de  persona  relativamente  en  comparación  con  el  obrero
asalariado promedio?

Y,  sin  embargo,  después  de  todo  esto,  Sweezy  puede  afirmar  que  Marx  nunca  logró
"demostrar" la ley del valor de una manera "lógicamente convincente, aunque si hubiera vivido
para  volver  a  escribir  el  Volumen  III  es  muy  posible  que  él  hubiera  dejado  este  tema  en  un
estado más satisfactorio". [118] En una cosa y solo en una sola cosa Sweezy y yo podemos estar
de acuerdo: si Marx viviera hoy sería un hombre muy viejo.

(ii) Adiós a Marx

Por  extraño  que  pueda  parecer  la  Internacional  Socialista  ha  sido  criticada  no  tanto  por  su
asalto a Marx como por no ir lo suficientemente lejos. Kidron, después de todo, trata a la ley de
la tendencia a caer de la tasa de ganancia como si tuviera alguna relevancia en una economía
moderna,  aunque  sólo  sea  en  los  sectores  de  bienes  "salario"  y  de  "inversión".  Todo  lo  que
necesitamos  hacer,  por  lo  tanto,  es  mostrar  que  los  trabajadores  en  el  Departamento  III  son
productivos y su argumento se cae a pedazos.

Esto,  evidentemente,  preocupa  a  Purdy  (del  Partido  Comunista  Británico)  porque  arremete
contra  Kidron  por  atreverse  a  relegar  la  ley  de  Marx  a  un  solo  segmento  de  la  economía.  Es
"inútil", afirma Purdy, para la IS demostrar que el Departamento III puede compensar de forma
permanente la tendencia a caer de la tasa de ganancia porque en ninguno de los Departamentos
la ley de Marx puede ser "empíricamente demostrada y teóricamente explicada". [ 119] La IS lo
habría hecho mejor mostrando que la "ley" de la tasa decreciente de ganancia no es una ley en
absoluto en ningún sentido aceptado de la palabra "ley". Con esta visión jurídica aguda Purdy
procede a adoptar una postura aparentemente crítica. Ã‰l escribe: "Privados de todo el apoyo
de la 'ley' de la tasa decreciente de ganancia la teoría de la economía de armamento se convierte
en realidad en otra especie de teoría  de  subconsumo".  [120]

Pero la pregunta sigue siendo, si acabamos con la "ley" de la tasa decreciente de ganancia,
¿qué nos queda? ¿La formulación de Ricardo? ¿O la de Smith? Purdy, al parecer, se decanta por
Smith.  La  tasa  de  ganancia  tiene  una  tendencia  a  la  baja  debido  a  la  "creciente  fuerza  del
movimiento obrero organizado junto con la intensa competencia internacional, lo que debilita la
capacidad de cada clase capitalista nacional para resistir las demandas laborales". [121]

Privados de todo el apoyo de la "ley" de la tasa decreciente de ganancia la opinión sostenida
por el Partido Comunista de Gran Bretaña se convierte en realidad en otra especie de la teoría
sobreconsumista de Adam Smith.

Pero  lo  que  es  realmente  preocupante  acerca  de  la  posición  de  la  IS  es  que  a  pesar  de  su
vulgarización del marxismo todavía intenta derivar los "precios" de los  "valores".  Si  vamos  a
socavar Marx de una manera competente, el valor debe ser eliminado por completo. El hombre
para esta tarea es otro miembro del PC británico, Ian Steedman.
Para empezar Steedman repite las viejas tonterías de que los esfuerzos de Marx en apuntalar
la  ley  del  valor  en  el  Volumen  III  son  "internamente  incoherentes",  ya  que  el  problema  se
presenta  primero  en  'términos  de  valor'  y  entonces  sólo  a  medias  resuelto  en  'términos  de
dinero'.  [122] Momento en el que Steedman se calienta y lanza el siguiente reto:

"¿Por qué algunos economistas marxistas (por ejemplo, Yaffe y compañía) rehuyen el hecho
de  que  la  "solución"  de  Marx  es  incoherente,  mientras  que  las  soluciones  alternativas  son
perfectamente  lógicas,  haciendo  caso  omiso  de  las  críticas  lógicas  directas  a  la  primera  y
cerrando  sus  ojos  ante  el  hecho  de  que  no  tienen  ninguna  crítica  directa,  lógica,  para  hacer  a
éstas últimas?". [123]

Steedman, en su haber, da una buena respuesta. La gente, dice, tiene "miedo" a las soluciones
alternativas, ya que les "asusta" que si los precios totales pueden diferir de los valores totales
(en  el  nivel  de  abstracción  del  análisis  Volumen  III)  "el  camino  está  abierto  a  todo  tipo  de
teorías  que  atribuyen  la  existencia  de  los  beneficios  a  los  procesos  de  circulación,
"contribuciones" hechas por los capitalistas, etc." [124]

Steedman  ha  expuesto  nuestro  caso  muy  bien  ­con  la  reserva  menor  de  que  no  es  que
"temamos" este resultado,  sino  que sabemos  que  una  vez  que  la  conexión  intrínseca  entre  las
relaciones de valor y sus formas de mediación es eliminada, entonces los economistas vulgares
tienen una base sólida para su operaciones y los reformistas una base sólida para su política.

Pero ya que usted, Steedman, considera la solución de Von Bortkiewicz como internamente
consistente, [125] tal vez pueda explicar el origen del oro adicional que viene a la vida en  su
sistema. No hay duda de que usted nos informará de que viene del "proceso de circulación" o
incluso  de  las  "contribuciones"  hechas  por  los  capitalistas,  etc.  Y  mientras  que  usted  está  en
ello,  tal  vez  le  gustaría  explicar  la  presentación  incomprensible  de  Von  Bortkiewicz  del
esquema  de  la  reproducción  de  Marx,  que  todo  el  mundo  parece  estar  adoptando  tan
acríticamente estos días.

De hecho, Steedman, usted haría bien en considerar más detenidamente la cuestión entera de
la "lógica" antes de que nos informe de que sus esfuerzos "para convertir a los economistas no
marxistas son severamente lastrados, al tener que explicar la gran cantidad de tonterías que se
encuentran en la literatura marxista sobre esta cuestión (de la transformación)". [126] Pero no es
a  la  lógica  a  lo  que  usted  viene  a  defender.  La  solución  de  Marx  no  tiene  suficiente
"respetabilidad" [127] y no hay nada más doloroso para un marxista respetable que un Marx que
carece de respetabilidad.

Al  final,  incluso  la  solución  de  Von  Bortkiewicz  se  vuelve  insostenible,  porque él también
deriva  precios  ­aunque  imperfectamente­  de  los  valores.  Si  queremos  seguir  siendo  "lógicos"
debemos  hacer  frente  al  hecho  de  que  "los  precios  no  pueden  ser  derivados  del  esquema  de
valor ordinario..." [128]

Sin embargo, deseando no quedar totalmente dentro del campo de la economía vulgar ­ que
se ocupa sólo de los precios ­ Steedman se siente obligado a encontrar medios alternativos para
sustentar sus propios cálculos de precios. Y esto lo hace remontándose a los fisiócratas. No sólo
hay que construir una teoría de los precios en torno a un esquema de reproducción "física", sino
que  estamos  "obligados  a  hacerlo"  [129].  Steedman  entonces  afirma  que  los  marxistas  no
pueden  "desafíar"  las  conclusiones  derivadas  de  su  modelo  porque  el  modelo  no  contiene
ningún  "error  lógico".  [130]  Esto  es  verdaderamente  notable.  ¡Evidentemente,  hay  lógica  y
lógica! En primer lugar Steedman insiste en que un sistema de precios no se pueden derivar de
un  sistema  de  valores,  y  luego  nos  proporciona  un  sistema  físico  en  el  que  "el  trabajo"  se
presenta  en  unidades  de  tiempo  de  trabajo.  Con  el  fin  de  superar  las  deficiencias  en  el
argumento  de  los  fisiócratas,  pasa  de  contrabando  el  trabajo  general  abstracto  y  espera  que
enterrándolo entre un mar  de  productos  en  su  forma  concreta,  pasará  inadvertido  en  su  forma
abstracta. ¿Qué demonios hace el  tiempo  de  trabajo en su cuadro físico, Steedman?

Despojado  de  su  sofisticación,  el  análisis  de  Steedman  asciende  a  nada  más  que  un
refinamiento  tortuoso  de  la  antigua  presentación  sraffiana  del  problema  ­la  producción  de
"mercancías" por "mercancías" una expresión fetichista donde las haya.

Sraffa,  vale  la  pena  señalar,  parte  de  considerar  una  economía  de  subsistencia  desde  la
perspectiva  de  la  producción  de  sus  valores  de  uso  necesarios.  Para  empezar,  cada  año  se
reproducen  400  qr.  trigo  y  20  toneladas  de  hierro.  Entonces,  de  repente,  y  de  una  fuente
desconocida, aparece  un  "excedente".  En  lugar  de  400  qr.  de trigo  esta  afortunada  comuna  se
encuentra  ahora  con  575  qr.  de  trigo.  El  superávit  (los  175  qr.  de  trigo)  se  define  por  Sraffa
como "ganancia" [131] ya que por alguna razón inexplicable, la comunidad de los productores
campesinos de repente se ha transformado en una sociedad burguesa, poblada por trabajadores y
capitalistas.  Todo  esto  es  como  una  mala  obra  con  una  corriente  de  nuevos  actores  haciendo
continuamente  entradas  inesperadas,  abarrotando  el  escenario  en  vez  de  dar  claridad  a  la
representación global.

¿Cuál es el origen de este "beneficio"? ¿Es el consumo, por parte del capitalista, de la fuerza
de  trabajo  del  trabajador  en  el  proceso  directo  de  producción  capitalista?  No,  en  absoluto,
porque  la  fuerza  de  trabajo  no  figura  en  el  esquema  de  la  reproducción  de  Sraffa,  donde
tenemos  en  cambio  medios  de  subsistencia  del  trabajador  ­el  capital  variable  en  su  forma
pasiva. Al  igual  que  Smith,  Sraffa  reduce  el  capital  a  los  elementos  materiales  en  los  que  se
presenta  en  el  proceso  de  trabajo,  es  decir,  los  medios  de  producción  y  los  medios  de
subsistencia.

Era  común incluso  en  tiempos  de  Marx  para  los  economistas  de  uno  u  otro  tipo abordar la
cuestión  del  origen  de  los  beneficios  desde  la  perspectiva  del  valor  de  uso.  Cherbuliez,  por
ejemplo, arranca correctamente al declarar que los beneficios son determinados por los valores.

"Entonces él se va volando de repente al producto en sí, a la cantidad total de los productos.
Pero la cantidad de productos puede aumentar sin aumentar su valor ... ¿Por qué Cherbuliez se
extravía por este camino falso? Porque, a pesar de su vaga idea de que la composición orgánica
del capital es decisiva para la tasa de ganancia, no utiliza de ninguna manera la contradicción
entre capital variable y la otra parte del capital con el fin de explicar la plusvalía ­ que, como
valor en sí, no explica en absoluto. Ã‰l no ha demostrado cómo aparece la plusvalía y por lo
tanto recurre al producto excedente, es decir, al  valor  de  uso".

A pesar de que toda la plusvalía toma la forma de producto excedente, el producto excedente
como tal no representa la plusvalía...

"De por sí ya era un error por parte de Cherbuliez representar el capital variable en la forma
"pasiva" y puramente material de los medios de subsistencia, es decir, como valor de uso, una
forma que obtiene en las manos de los trabajadores. [132]

Marx  se  opuso  totalmente  a  todos  los  análisis  que  toman  el  valor  de  uso  como  punto  de
partida en lugar del valor. Al no considerar en primer lugar la forma histórica específica en que
el trabajo se presenta como trabajo social bajo condiciones de producción mercantil, el campo
está literalmente entregado a los economistas vulgares.

Como Marx advirtió:

"Puesto  que  la  tierra  es  en  sí  misma  productiva  (de  valor  de  uso)  y  es  en  sí  una  fuerza
productiva (de valor de uso o para la creación de valores de uso) viva, es posible o confundir
supersticiosamente el valor de uso con el valor de cambio, es decir, confundirlo con una forma
social  específica  del  trabajo  contenido  en  el  producto...  o  una  economía  política  "iluminada"
podría negar por completo que la renta es una forma de plusvalía, ya que no está conectada ni
con el trabajo ni con el capital, y declarar que no es más que un suplemento que el propietario
es capaz de cargar como resultado de su monopolio de la propiedad". [133]

Ni Sraffa ni Steedman desean defender a los terratenientes o justificar la renta. Tampoco es
que  quieran  defender  a  los  capitalistas.  Lo  que  sus  obras  proveen  es  lo  que  Marx  llamó  "una
justificación  tecnológica"  para  la  existencia  del  capital.  [134]  Al  igual  que  los  "socialistas
ingleses" de la época de Marx, les gustaría deshacerse de los capitalistas, pero al mismo tiempo
desean  mantener  el  capital.  [135]  El  capital  mismo  se  reduce  a  algo  puramente  físico  y  la
diferencia entre capital variable real en oposición al constante se pierde por completo. Incluso
en  la  versión  de  Steedman  del  modelo  sraffiano  simplemente  tenemos  "trabajo  acumulado"  y
"trabajo  inmediato",  como  se  presentan  en  el  proceso  de  producción.  Se  trata  el  proceso  de
trabajo independientemente de su forma histórica específica y las relaciones sociales se vuelven
importantes sólo en la medida en que el plusproducto se va a distribuir ­o se va a luchar por él­
entre las clases sociales. La barrera de la producción capitalista ya no es el capital mismo, sino
los capitalistas que disipan y asignan mal el producto excedente, que de otro modo podría ser
utilizado para la acumulación.

Dado que, por otra parte, el beneficio no es más que la parte delantera que el  plusproducto
asume en las manos de los capitalistas, se deduce que la distinción establecida por Marx entre el
trabajo  que  produce  y  el  trabajo  que  no  produce  plusvalía  es  irrelevante.  Todo  el  trabajo,  por
definición, es productivo, ya que todo el trabajo de una manera u otra está "ligado" al proceso
de trabajo a la que el plusproducto debe su existencia.

Como señala Marx:
"El hombre mismo es la base de su producción material, como de cualquier otra producción
que lleva a cabo. Todas las circunstancias, por lo tanto, que afectan al hombre, el sujeto de la
producción, modifica más o menos todas sus funciones y actividades, y por lo tanto también sus
funciones y  actividades  como  creador  de  riqueza  material,  de  mercancías.  En  este  sentido,  de
hecho, puede ser demostrado que todas las relaciones y funciones humanas, sin embargo y en
cualquier forma que puedan parecer, influyen en la producción material y tienen una influencia
más o menos decisiva en ella". [136]

Al confundir el valor de uso con el valor no es difícil demostrar que "es trabajo productivo
cuando  alguien  le  quita  los  piojos  de  su  (del  capitalista)  pelo,  o  le  frota  la  cola,  porque  por
ejemplo esta última actividad hará que su cabezota ­blockhead­ esté más clara al día siguiente
en  la  oficina".  [137]  El  trabajo  específico  concreto  de  frotar  la  cola  del  capitalista,  en  el
supuesto de que disipe la niebla de la mañana de la cabeza de los capitalistas, y asumiendo que
la  mayor  claridad  de  la  visión  resulta  en  la  compra  de  un  nuevo  y  mejor  fertilizante,  y
suponiendo que este abono permite a los trabajadores arrancar del suelo no 400, sino 575 qr. de
trigo, entonces acariciar la cola del capitalista se convierte en trabajo productivo.

Ahora podemos recitar con seguridad lo siguiente con Rossi:

"Estoy  muy  lejos  de  ver  productores  sólo  en  aquellos  que  pasan  su  vida  haciendo  tela  de
algodón y zapatos. Yo honro al trabajo, sea el que sea... pero este respeto no debe ser privilegio
exclusivo del trabajador manual". [138]

Y así, siguiendo la investigación de Sraffa en el origen y la determinación de la ganancia del
capitalista  no  queda  más  que  una  tarea  pendiente  de  llevar  a  cabo  para  nuestros  "socialistas
ingleses",  y  consiste  en  lanzarse  a  un  ataque  directo  a  la  distinción  marxista  entre  trabajo
productivo e improductivo. Los hombres de este trabajo son Harrison y Gough.

(iii) Adiós a la razón

La  cuestión  del  trabajo  productivo  e  improductivo,  finalmente  llega  a  su  límite  en  el
pensamiento de Harrison y Gough. Es tiempo, dicen, "de rechazar la simple dicotomía de Marx
(entre trabajo productivo e improductivo) y de utilizar términos que sean definidos con mayor
precisión".  [139]  En  lugar  de  una  "simple  dicotomía"  contamos  con  ninguna  dicotomía  en
absoluto. "Todo el trabajo", afirma Harrison, "realizado bajo el modo capitalista de producción
debe  ser  entendido  como  'productivo'",  [140]  confirmando  así  la  convicción  de  Marx  de  que
"todos  los  economistas  'improductivos',  que  no  conducen  a  nada  en  su  propia  especialidad,
salen en contra de la distinción entre trabajo productivo y trabajo improductivo". [141]

Gough,  también,  nos  suplica  "abandonar  el  criterio  de  Marx  del  trabajo  improductivo",  en
particular el criterio que desarrolló al analizar el capital comercial.

"Los trabajadores comerciales y aliados son, al igual que los trabajadores involucrados en la
producción, empleados por el capital, realizan trabajo no remunerado, y son "cualitativamente
explotados",  es  decir  que  trabajan  bajo  el  control  directo  del  capitalista  en  el  proceso  de
trabajo". [142]
Lo que Gough apenas percibe es que el proceso de trabajo no tiene absolutamente nada que
ver con el intercambio comercial entre el trabajo y el capital, o ¿es que nos quiere hacer creer
que la naturaleza también es un comerciante? El intercambio que tiene lugar entre el trabajador
comercial  y  el  capitalista  es  un  intercambio  formal  que  queda  fuera  de  los  límites  de  la
producción.  En  ningún  caso  se  debe  confundir  este  intercambio  con  el  "intercambio"  que  se
lleva a cabo entre el trabajador y el capitalista en el proceso directo de producción. Como señala
Marx:

«Las  condiciones  de  explotación  directa  (esfera  de  la  producción)  y  las  de  su  realización
(esfera  de  la  circulación)  no  son  idénticas.  Ellas  difieren  no  sólo  en  el  lugar  y  tiempo,  sino
también  lógicamente". [143]

Pero  la  lógica  nunca  fue  el  fuerte  de  nuestros  "socialistas  ingleses".  En  términos  de  su
análisis no puede tener lugar ni la producción ni la realización de la plusvalía.

Si los trabajadores del comercio producen plusvalor, ¿quién lo realiza? Con la excepción del
trabajo dedicado a la producción del dinero­material, el trabajo que produce plusvalor no puede,
simultáneamente,  participar  en  su  realización.  Pero  sin  realización,  ho  hay  beneficios  ­  y  sin
beneficios,  no  hay  capital.  Así  que  si  todo  el  trabajo  empleado  en  el  modo  capitalista  es
productivo, entonces no puede existir ningún modo capitalista. Lo que Harrison y Gough no han
podido  entender  es  que  la  naturaleza  misma  del  capital  requiere  trabajo  improductivo  que  se
intercambie directamente contra el capital. Es decir, "el proceso de la reproducción en sí incluye
las  funciones  no  productivas". [144]

Si Harrison y Gough admitieran que algunos trabajadores participan en la realización  de  la
plusvalía, entonces también habría que reconocer que estos trabajadores no podrían desempeñar
ningún  papel  en  su  producción.  La  plusvalía  sólo  puede  realizarse  después  de  que  se  ha
producido. Harrison y Gough se han derrotado a sí mismos.

Cuando  Marx  define  a  los  trabajadores  comerciales  como  improductivos  no  se  debe  a  una
aversión  por  las  actividades  comerciales  y,  ciertamente,  no  porque  él  deseara  disminuir  su
estatus  dentro  de  las  filas  de  la  clase  obrera.  No,  en  absoluto,  como  él  escribió:  "No  es  una
cuestión... de definiciones  que  las cosas  tienen  que  cumplir  al  ser  hechas.  Estamos  tratando...
con funciones concretas que deben expresarse en categorías concretas". [145]

Al confundir la producción de la plusvalía con su realización, Harrison y Gough dan paso a la
concepción  vulgarizada  de  la  ganancia,  de  acuerdo  con  la  que  el  capitalista  obtiene  ganancia
con la venta de sus mercancías por encima de su valor. El capitalista, después de todo, considera
que su beneficio se materializa  con  la  venta  de  sus  bienes:  si  no  se  venden  no  hay  beneficio.
Nada es más natural para el capitalista, por lo tanto, que la conclusión de que la realización de
la ganancia y la creación de la ganancia son idénticos. Esta ilusión se ve reforzada por el hecho,
tan claramente evidente para todos los capitalistas, de que la venta de sus bienes depende de la
negociación  hábil,  el  conocimiento  profundo,  y  un  millar  de  oportunidades  de  mercado
favorables que hay que saber aprovechar. [146]
La posición de Harrison y Gough se vuelve totalmente incomprensible al abordar la cuestión
del  trabajo  doméstico.  En  primer  lugar  Harrison  [147]  nos  informa  que  dado  que  el  trabajo
doméstico  crea  valor  (produce  la  mercancía  fuerza  de  trabajo)  y  dado  que,  por  otra  parte,  el
capitalista no paga por este trabajo, es capaz de adquirir la fuerza de trabajo a un precio inferior
su  valor.  De  este  modo,  el  capitalista  obtiene  más  plusvalía.  Entonces  Harrison,  junto  con
Gough,  [148]  nos  informan  que  si  el  trabajo  doméstico  crea  valor  no  viene  al  caso.  Lo
importante, dicen, es que el capitalista obtiene la fuerza de trabajo a precios inferiores a los que
prevalecerían  si  a  las  mujeres  se  les  pagara  por  su  trabajo  doméstico.  En  cualquier  caso  el
capital se "beneficia" ya que el trabajo doméstico se transfiere al "sector" capitalista en forma
de plusvalía.

Cómo demonios el trabajo no creador de valor puede aparecer como plusvalía sigue  siendo
un  completo  misterio.  Es  evidente  que  tal  hazaña  admirable  de  la  alquimia  es  un  secreto  que
tienen muy bien guardado.

Si el trabajo doméstico es productivo de plusvalor ¿cómo es que el trabajador doméstico no
intercambia  su  fuerza  de  trabajo  contra  el  capital,  incluso  en  el  nivel  formal?  El  trabajo
doméstico,  se  nos  dice  por  Harrison  y  Gough,  se  lleva  a  cabo  en  un  modo  no­capitalista  de
producción. De esto podemos concluir que el trabajo doméstico no es esencial para el capital y
que  toda  la  cuestión  se  resuelve  en  que  "modo  de  producción"  es  el  más  eficiente  para
proporcionar a los capitalistas el máximo de plusvalía. La "especificidad" de la opresión de la
sección  femenina  del  proletariado  se  pierde  así  por  completo  ­  de  hecho,  se  trivializa  ­  y  el
carácter distintivo del esfuerzo de las mujeres está muy relegado a algo que está fuera del modo
capitalista, y no en su corazón.

El  trabajo  doméstico  de  la  sección  femenina  del  proletariado  es  una  forma  específica  de
trabajo  concreto,  que  es  absolutamente  esencial  para  la  reproducción del capital,  pero  que no
puede  asumir  la  forma  de  trabajo  abstracto.  Esta  es  la  característica  específica  de  la  opresión
femenina  en  la  sociedad  burguesa.  El  asunto  no  es  que  la  sección  femenina  del  proletariado
lleve a cabo el trabajo en un modo no  capitalista. Está en la naturaleza del capital que parte del
trabajo de las mujeres se otorgue a la sociedad capitalista, y por lo tanto al capitalista, gratis. El
capitalista no paga por su trabajo, ella paga in  persona.

Si  hemos  de  prestar  atención  a  los  análisis  de  Harrison  y  Gough  debemos  abandonar  la
distinción  entre  trabajo  concreto  y  abstracto,  capital  productivo  y  capital  de  circulación,  las
condiciones de la explotación directa y las de su realización. De hecho, hay que abandonar nada
menos  que  el  concepto  de  Marx  del  capital  mismo.  ¿Y  qué  nos  queda?  El  trabajo,  que  es
productivo porque "beneficia" al capital.

"La  burguesía  educada  y  su  portavoz  son  tan  estúpidos  que  miden  el  efecto  de  todas  las
actividades por su efecto sobre el bolsillo". [149]

Pero  hay  método  en  la  estupidez  de  nuestros  modernos  "marxistas".  considerando  todo  el
trabajo asalariado en la sociedad capitalista como productivo ­ ya sean empleados en la esfera
de la circulación o por el Estado ­ Harrison es capaz de demostrar que "todo el fondo salarial es
capital variable". [150] Por este truco se puede explicar la disminución de la tasa de ganancia
por  el  aumento  del  capital  variable  en  relación  con  el  constante,  y  por  lo  tanto  por  una
disminución en la tasa de explotación.

Lo que aparece en Harrison como mera afirmación toma la forma de una verdad absoluta en
Gough. Gracias a la distorsión de Gough del  esquema  de  reproducción  de  Marx  es  imposible
para el trabajo asalariado improductivo existir en la sociedad capitalista.

Al igual que Kidron, Gough nos presenta un esquema de la reproducción compuesto de tres
departamentos, produciendo, respectivamente, medios de producción, bienes­salario y bienes de
lujo.  [151]  Pero  los  trabajadores  improductivos,  si  van  a  existir,  sacan  su  subsistencia  del
Departamento  II.  Esto  significa  que  una  parte  del  excedente  de  las  industrias  de  "bienes­
salario",  aunque  consumido  improductivamente,  debe  entrar  en  la  tasa  media  de  ganancia.
Según  Gough,  sin  embargo,  sólo  aquellos  productos  que  vuelvan  a  entrar  en  el  ciclo  de
producción pueden desempeñar un papel en la determinación de la tasa media de ganancia, de la
que  no  podemos  más  que  concluir  que  todos  los  "bienes  salario"  son  consumidos
productivamente. Pero ya que todos los trabajadores consumen "bienes salario", y dado que, por
otra parte, ningún bien salario puede ser consumido improductivamente, todos los trabajadores,
por definición, son por lo tanto productivos. Los que no producen ni medios de subsistencia ni
medios  de  producción  se  sitúan  en  el  Departamento  III,  donde  consumir  'productivamente'  el
plusproducto  del  Departamento  II.  Incluso  la  policía  son  trabajadores  productivos,  ya  que
también caen dentro de "Departamento III". [152] Sus salarios, como los de los trabajadores en
los departamentos I y II, son una parte del total de capital variable de la sociedad, y el "valor"
de su trabajo se distribuye sobre el producto total de la sociedad.

Este  tipo  de  tonterías  sirve  muy  bien  al  propósito  de  Gough,  porque  ahora  se  puede
demostrar,  junto  con  Harrison,  Purdy,  Steedman  y  Devine,  que  la  relación  de  fuerzas  ha
cambiado en favor de la clase obrera, y que la tasa de ganancia ha caído, no porque la tasa de
explotación ha aumentado, como sostienen los marxistas, sino porque ha disminuido. [153]

(iv) El hilo conductor

El abismo que separa a Kidron de Gough es puramente formal, por mucho que éste se haya
distanciado de la visión "subconsumista" del primero. [154] Sin duda, Kidron ha definido como
improductivo al productor de bienes de lujo del llamado departamento III, sólo para avanzar en
la  idea  absurda  de  una  economía  de  armamento  "permanente".  Gough,  por  el  contrario,  ha
definido al productor de bienes de lujo como productivo, solo para introducir de contrabando a
su lado al trabajador improductivo. El resultado de sus distorsiones respectivas les ha permitido,
a cada uno en su estilo propio e inimitable, a borrar de los análisis la ley de la tendencia a caer
de la tasa de ganancia y para sustituir el concepto de Marx de capital por las visiones difuntas
de Robert Thomas Malthus y Adam Smith.

Para  Kidron  y  Gough  la  contradicción  del  capital  se  encuentra  en  la  incapacidad  del
capitalista  para  vender  o  producir  suficiente  excedente  que  pueda  ser  utilizado  para  la
acumulación.  En  el  primer  caso,  debido  a  que  los  bajos  salarios  impiden  a  los  trabajadores
comprar de nuevo al capitalista el producto  de  su  propio  trabajo,  en  el  otro,  debido  a  que  los
altos salarios permiten a los trabajadores consumir una parte demasiado grande de la misma. En
ambos  casos  no  tenemos  que  ir  más  allá  de  la  lucha  competitiva  entre  los  capitalistas  y  los
trabajadores  sobre  la  compra  y  venta  de  fuerza  de  trabajo,  a  fin  de  comprender  la  naturaleza
contradictoria de la producción capitalista. Las posiciones infra­ y sobre­consumista ocupadas
respectivamente  por  Kidron  y  Gough  tienen  como  denominador  común  la  misma  cuenta
distorsionada del esquema de la reproducción de Marx.

Por  más  que  diverjan  los  puntos  de  vista  de  nuestros  modernos  "marxistas",  y  con
independencia  de  las  formas  en  que  estas  opiniones  se  expresen,  todos  ellos  comparten  un
disgusto universal por la ley de Marx de la tasa decreciente de ganancia. Los extremos a los que
han  ido  para  "refutar"  esta  ley  son  notables,  y,  posiblemente,  sin  paralelo  en  los  anales  del
revisionismo. ¿Y cuál es el resultado? Cada paso en el análisis de Marx, literalmente, casi todas
las categorías, cada idea, ha sido destrozado sin remedio hasta que nos quedamos con nada más
que un reflejo absurdo de todo lo que está podrido en la economía política clásica.

Cuando se dirigen a los productores de bienes de lujo es, o para usarlos en contra de Marx o
para repetir con regularidad tediosa ese lugar común de los clásicos, que si una parte excesiva
de recursos de la sociedad se gastaran en la producción de artículos de lujo todos deberíamos
"morir de hambre". [155] ¿Y esto es lo máximo que pueden ofrecer por medio de un análisis de
la producción de lujo? ¡Qué patético!

Es  hora  de  que  tomemos  el  significado  real  de  la  producción  de  lujo  en  la  sociedad
capitalista.

EL DEPARTAMENTO IIb Y LA CRISIS DEL CAPITALISMO

(i) La necesidad del Departamento IIb y su lugar en el esquema de la reproducción de
Marx

Marx  no  incluyó  la  producción  de  lujo  en  su  esquema  de  la  reproducción  por  amor  a  un
ejercicio  académico.  El  proceso  de  acumulación,  como  él  bien  sabía,  que  continuamente  crea
nuevos deseos y nuevas formas de satisfacerlas, incluso si estas necesidades llevan solo el sello
de  la  respetabilidad  burguesa.  El  departamento  IIb  expresa  el  carácter  dinámico  de  la
producción capitalista, ya que constituye el caldo de cultivo en el que los lujos de hoy maduran
en las necesidades socialmente determinadas del mañana. Prácticamente todos los artículos de
consumo producidos en masa que han hecho su aparición en el curso de este siglo estaban en un
momento u otro confinados casi exclusivamente a la esfera de la producción de lujo. La tarea de
elevar la productividad en estos sectores,  llevada  en  gran  parte  por  la  necesidad  de  bifurcarse
hacia el mundo de los Departamentos I y IIa, cuenta una historia horrible de sí misma. Hoy en
día  apenas  hay  una  gran  empresa  industrial  cuyos  productos  no  abarquen  los  distintos
departamentos de la reproducción social.

Ahora  bien,  en  ningún  momento  Marx,  en  su  presentación  de  la  reproducción  ampliada,
aborda la cuestión de si la acumulación se estancaría bajo la presión de las industrias de lujo. El
objetivo de Marx en esta etapa del análisis no era dar cuenta del proceso de acumulación, sino
analizar el marco en el que la acumulación puede tener lugar. Todo lo que necesitamos asumir
en  este  nivel  particular  de  abstracción  es  que  la  relación  entre  los  departamentos  de  la
reproducción  social  sigue  siendo  "cualitativamente  determinante  en  toda  la  distribución  del
producto total anual". [156] El departamento IIb existe junto al departamento IIa y crece con él.

Si queremos considerar el impacto que tiene el departamento IIb en la tasa de reproducción,
de  hecho,  si  hemos  de  considerar  la  acumulación  en  absoluto,  primero  debemos  tener  un
entendimiento claro de cómo se forma la tasa general de ganancia y por qué esta tasa tiende a
caer, algo que hace Marx en el tomo III. [157] Por  lo  tanto,  carece  de  sentido  que  Harrison  y
otros  repitan  como  un  loro  el  tópico  fisiocrática  de  que  una  "excesiva"  producción  de  lujo
tendrá  un  efecto  adverso  sobre  la  tasa  de  acumulación,  precisamente  porque  niegan  que  el
departamento  IIb  tenga  la  más  mínima  relación  con  la  tasa  de  ganancia.  No  es  sólo  un
sinsentido, sino que sirve a los fines reaccionarios, ya que los capitalistas, ante la disminución
de los beneficios, utilizarán todas las excusas imaginables para aumentar el desempleo con el
fin de reducir los salarios por debajo del valor de la fuerza de trabajo. A tal fin, se exige una
reducción  en  la  cantidad  de  "producción  de  lujo"  con  el  pretexto  de  ofrecer  a  "nuestra"
economía los fondos suficientes para mantener una posición sana entre las naciones del mundo.
Mientras  tanto,  miles  de  trabajadores  se  quedan  sin  trabajo,  los  salarios  caen,  aumentan  los
beneficios, revive el proceso de acumulación, y con él el departamento IIb. [158]

Por  aferrarse  al  dogma  de  que  las  condiciones  de  producción  en  el  Departamento  IIb  no
entran en la determinación de la tasa media de ganancia, a Harrison y compañía no les queda
otra  alternativa  que  concluir  que  la  extensión  de  la  producción  de  lujo  depende  en  última
instancia de las decisiones de la clase capitalista, en lugar de las leyes inmanentes que afectan a
tales decisiones. No se dan cuenta de que sólo considerando los efectos negativos que tiene  el
departamento de IIb en la tasa de ganancia podemos determinar el grado en que "demasiado"
capital­dinero ha sido desviado a la producción de lujos.

(ii) La ley de la tasa decreciente de ganancia y el impacto del departamento IIb

El  objetivo  de  la  producción  capitalista  es  la  obtención  de  una  cantidad  de  plusvalía  tan
grande  como  sea  posible  con  una  determinada  cantidad  de  riqueza.  Este  objetivo  se  logra  al
poner en marcha el mayor capital constante posible con el mínimo capital variable posible. Sin
embargo, la acumulación por su parte no está directamente determinada por la tasa de plusvalía,
sino por la relación de la plusvalía con la inversión total de capital, es decir, la tasa de ganancia.
La misma causa, entonces, que produce un aumento de la masa de plusvalía también conduce a
una disminución en la tasa de ganancia. [159]
Tenemos  aquí  un  tipo  especial  de  "insuficiencia"  que  es  peculiar  al  modo  capitalista  de
producción.  Pero  no  es  el  departamento  IIb  la  causa  de  esta  insuficiencia.  Más  bien  es  la
relación de producción capitalista que exige que el valor de los crecientes plusproductos de la
sociedad se mida no sólo contra el valor del trabajo vivo ­ que es la única fuente de plusvalía ­,
sino con el valor del trabajo muerto que el vivo pone en movimiento. El departamento IIb lleva
esta forma particular de insuficiencia a su extremo.

Entre las tendencias compensatorias más importantes que podrían contrarestar la caída de los
beneficios  están  la  disminución  en  el  valor  de  la  fuerza  de  trabajo  y  el  abaratamiento  de  los
elementos  del  capital  constante.  Dejando  a  un  lado  por  el  momento  la  cuestión  de  la  lucha
competitiva  entre  los  capitalistas  y  los  trabajadores  [160]  la  importancia  crucial  del
departamento IIb radica en el hecho de que impide que estas tendencias compensatorias frenen
la tendencia de la tasa de ganancia a caer.

Ya  hemos  demostrado  que  todos  los  productos  que  contienen  plusvalía  entran  en  la
determinación de la tasa media de ganancia, independientemente de si estas mercancías entran o
no  en  la  producción  de  otras  mercancías.  También  hemos  demostrado  que  desde  el  punto  de
vista de la acumulación de capital el departamento IIb es necesario y que sin él el capital pierde
su carácter dinámico. La contradicción particular que surge aquí es que el capital, que se nutre
de la plusvalía relativa, plantea como necesario lo que desde el punto de vista de la clase obrera
está  de  más. Incluso si el lujo es una categoría históricamente transitoria, en un momento dado
su relación con la necesidad es la  antítesis. Esta antítesis se deriva de la naturaleza del propio
capital. [161]

Puesto que los productos del sector IIb no entran en el consumo de la clase obrera, no juegan
ningún  papel  en  la  determinación  del  valor  de  la  fuerza  de  trabajo.  Un  aumento  de  la
composición  orgánica  del  capital  en  las  industrias  de  lujo  por  lo  tanto,  acelerará  en  vez  de
mantener a raya la tendencia de la tasa de ganancia a caer. [162] En efecto, para Marx, una de
las  razones  por  las  que  un  aumento  general  en  la  tasa  de  explotación  nunca  'compensará
totalmente"  la  tendencia  a  la  disminución  de  los  beneficios  es  que  el  desarrollo  de  la  fuerza
productiva del trabajo  en  el  departamento  IIb  ­  al  tiempo  que  contribuye  al  crecimiento  de  la
composición orgánica del capital ­ deja el valor de la fuerza de trabajo sin ser molestada. [163]

Lejos  de  ignorar  la  producción  de  lujo,  Marx  demostró  que  tiene  el  efecto  diametralmente
opuesto al avanzado por George Ramsey y sus seguidores modernos. Pero como decía Marx en
más de una ocasión: "Que las cosas en su apariencia a menudo se presentan en forma invertida
es bastante conocido en toda ciencia, excepto en la economía política". [164]

La  acumulación  de  capital  dentro  de  IIb  no  impide  que  la  masa  total  de  plusvalía  de  la
sociedad se eleve. Por el contrario, el Departamento IIb nace, se desarrolla más y se expande,
no porque el fondo social disminuya, sino debido a que crece.  Lo  que  impide  es  que  la  masa
creciente  de  plusvalía  se  eleve  lo  suficiente  como  para  compensar  la  tendencia  de  la  tasa  de
ganancia a caer, una tendencia que se origina en el proceso directo de producción capitalista en
la que trabajo muerto y vivo se encuentran cara a cara.
Así  que  cuando  argumentamos  que  hay  "demasiada"  producción  de  lujos  lo  hacemos  en  el
contexto  de  la  formación de  la  tasa  general  de  ganancia  y  la  tendencia  de  esta  tasa  a  caer,  es
decir,  lo  hacemos  desde  el  punto  de  vista  del  carácter  específico  de  un  modo  de  producción
social. Al considerar el papel del departamento IIb sólo en términos de su efecto sobre la masa
de plusvalía, Harrison, Blake, Gough y otros permanecen prisioneros dentro de los límites de la
economía política.

Pero si el departamento IIb es la espina en el costado de la acumulación de capital, el capital,
a su vez, le paga al productor de lujos en su misma moneda. Cuando las leyes inmanentes de la
producción capitalista finalmente comienzan a pasar factura, es el mayor productor de lujos el
primero en ir al paredón. Como señaló Marx:

"Toda crisis a la vez disminuye el consumo de lujo. Aminora, retrasa la reconversión de (IIb)
V en capital dinerario, permitiendola sólo en parte y poniendo así en la calle a un cierto número
de  los  obreros  que  trabajan  en  la  producción  de  artículos  de  lujo,  mientras  que  por  otro  lado
bloquea  así  la  venta  de  necesidades  de  consumo  y  la  reduce.  Y  esto  sin  mencionar  a  los
trabajadores improductivos que son despedidos al mismo tiempo..." [165]

No hay que pensar que una crisis significa el fin del sistema. Todo lo contrario. En ausencia
de  cualquier  movimiento  revolucionario,  o  con  la  aplastante  derrota  de  ese  movimiento,  la
ruptura  del  proceso  de  acumulación  proporciona  los  medios  para  su  propia  recuperación.  La
clase trabajadora se encuentra cada vez más en el limbo a medida que los despidos masivos son
seguidos por los cierres de fábricas. Según las filas de los desempleados se hinchan, y como la
burguesía  ataca  el  nivel  de  vida  de  los  trabajadores,  insidiosa  y  luego  más  abiertamente,  los
salarios  son  impulsados  ​​por  debajo  del  valor  de  la  fuerza  de  trabajo.  La  tendencia
histórica hacia el aumento de la cantidad de valores de uso consumido por los trabajadores ­a
pesar  de  la  tendencia  paralela  hacia  una  disminución  en  el  valor  de  la  fuerza  de  trabajo­  se
invierte. La tendencia del valor del trabajo muerto a crecer a un ritmo más rápido que el vivo es
compensado  por  la  devaluación  del  trabajo  vivo  en  sí  ­  la  solución  definitiva  de  la  cuestión
laboral se pone en práctica.

La  ejecución  de  la  solución  final  del  capital  ­  ya  que  se  asocia  con  la  rivalidad  inter­
imperialista y la guerra imperialista en última instancia ­ contiene dentro de sí la posibilidad de
que  sea  la  destrucción  de  la  humanidad  o  su  liberación.  Esta  última  posibilidad  presenta  un
desafío a la burguesía. Y así, el Estado interviene, como lo ha hecho en tantas ocasiones en el
período de post­guerra, en un intento para asegurar una reproducción continua del capital.  Los
acontecimientos  ahora  toman  un  nuevo  giro.  La  clase  obrera,  con  el  aumento  del  empleo,  se
concede el privilegio de mantener el precio de su fuerza de trabajo en su valor total. Incapaces
de  aumentar  los  beneficios  mediante  la  reducción  de  los  salarios  por  debajo  del  valor  de  la
fuerza  de  trabajo,  la  aplicación  de  maquinaria  se  acelera  en  un  intento  de  los  capitalistas  por
abaratar los productos básicos, y de este modo abaratar a los obreros mismos. La tendencia a la
caída  de  los  beneficios  es  parcialmente  compensada  por  el  aumento  de  la  productividad  del
trabajo que se desarrolla junto con la acumulación.
El  Estado,  mediante  el  mantenimiento  de  las  condiciones  generales  de  acumulación  de
capital, necesariamente avala la expansión de la producción de lujos. Sin embargo, puesto que
el  desarrollo  de  la  fuerza  productiva  del  trabajo  en  las  industrias  de  lujos  no  permite  a  los
trabajadores vivir más barato, esto limitará el efecto del aumento de la productividad sobre el
valor de la fuerza de trabajo. Según se desarrolla la crisis los productores de lujos, junto con los
capitalistas en general, buscarán en la práctica "deprimir los salarios del trabajo por debajo de
su valor, por debajo del mínimo". [166] Esto lo pueden hacer debido al aumento en el número
de  trabajadores  que  son  desplazados  por  máquinas.  Con  el  crecimiento  de  la  superpoblación
relativa,  la  clase  obrera  en  su  conjunto,  y  no  sólo  los  empleados  en  las  industrias  de  lujos,
pronto pierde lo que antes había ganado en su lucha competitiva contra la burguesía

Sin embargo, el Estado interviene y se reanuda el proceso de acumulación. Los trabajadores
mantienen su posición competitiva y así se intensifica el proceso de mecanización. La masa de
plusvalía y la composición orgánica del capital aumentan, la tasa de ganancia tiende a caer y el
número  de  trabajadores  productivos  desplazados  por  la  maquinaria  crece.  El  Estado  sigue
interviniendo y se evita que aumente el ejército de reserva de mano de obra. Y así el ciclo se
repite,  hasta  que  finalmente,  junto  con  la  acumulación  el  número  de  trabajadores  productivos
disminuye no sólo relativamente, sino absolutamente, y como porcentaje tanto de la población
total como de la población activa.

La  existencia  del  departamento  IIb  ahora  se  vuelve  crítica.  La  aplicación  de  maquinaria
aumenta  el  número  de  despidos  sin  contribuir  a  una  reducción  en  el  valor  de  la  fuerza  de
trabajo. El desarrollo de la fuerza productiva del trabajo en las industrias de lujo por lo tanto,
reduce la masa de plusvalía en estas industrias, y por lo tanto la tasa de beneficio, incluso si no
se produce ningún aumento del capital constante. [167] El capital, finalmente llega a un callejón
sin salida.

(iii) Como responde la burguesía a la crisis

Alarmado por las consecuencias de nuevas ramas productivas del trabajo, que continuamente
se forman, un sector de la burguesía exige una inversión del proceso de "desindustrialización".
En este campo caen las dos facciones pro­ y anti­Estado. Los defensores del capital pro­Estado
abogan por un programa de inversiones que, según dicen, aumentaría el número de trabajadores
empleados en el sector "manufacturero". Aparte de sus planes vagos y ambiguos para aumentar
la financiación necesaria para lograr su meta una cosa destaca claramente ­ su desprecio por el
trabajador  improductivo.  Prueba  de  ello  es  el  siguiente  fragmento  de  basura  contra  la  clase
obrera en el Tribune.

"Durante el período de 1970 a 1974 el número medio de empleos perdidos en la manufactura
por los despidos fue de 180.000 al año... Para aquellos que, como el Secretario de Estado de los
Precios,  dicen  que  estos  trabajos  están  siendo  reemplazados  por  puestos  de  trabajo  en  las
industrias  de  servicios,  señalaríamos...  que  una  nación  industrial  que  importa  sus  alimentos  y
materias primas para sobrevivir encontrará difícil exportar, a cambio, ayudantes de hospital, y
vendedores de helados..." [168]
La facción anti­Estado es más explícita sobre el origen de los fondos necesarios para poner la
industria  de  nuevo  en  pie.  Estos  deberán  ser  aportados  por  el  desmantelamiento  de  un  sector
considerable de la estructura social democrática que en su estado actual sólo sirve para disipar
los excedentes necesarios  para  la  industria.  Lejos  de  ser  el  Estado  quien  debe  guiar  a  nuestra
economía a través de aguas turbulentas, es el empresario, ese miembro sabio e intrépido de la
especie humana, el que se asegurará de que se dará un uso adecuado a la financiación adicional.
[169]

En  sus  esfuerzos  por  presentarse  como  los  campeones  de  los  trabajadores  industriales,  los
representantes  del  capital  británico  a  favor  y  en  contra  del  Estado  han  ofrecido  garantías
solemnes  de  que  si  se  ponen  más  fondos  a  disposición  de  la  industria,  los  empleos  en  las
fábricas  se  mantendrán  e  incluso  aumentarán.  ¡Qué  convenientemente  olvidan  que  fue  el
crecimiento de la fuerza productiva del trabajo el que creó los despidos en el primer lugar, y el
que llevó al Estado a intervenir en los intereses de "la paz social"! Lejos de revertir el proceso
de  "desindustrialización"  de  Gran  Bretaña,  un  aumento  de  la  inversión  en  las  condiciones
actuales lo acelerará. Sin embargo, si el Estado recortara el consumo improductivo ­ si tirara a
los lobos a los trabajadores de servicios ­ no sólo dotaría a la industria con fondos adicionales,
sino  que  también,  y  más  importante,  crearía  las  pre­condiciones  para  el  empleo  rentable  de
estos fondos, a saber, el desempleo masivo y la reducción de los salarios por debajo del valor de
la fuerza de trabajo.

Si el trabajador industrial puede ser convencido de que el origen de la crisis actual radica en
la insuficiencia de los fondos necesarios para re­equipar y modernizar la industria, todo lo que
queda para la burguesía es señalar con el dedo de la reprobación al trabajador improductivo que,
como todos sabemos, vive de la industria de los demás.

Pero los obreros improductivos no están exentos de amigos. Aún otro sector de la burguesía ­
que de nuevo abarca todo el espectro ideológico de la política parlamentaria ­ ha desafiado la
tesis de Benn­Joseph de que hay algo anormal en el desplazamiento hacia "los servicios" en una
economía en crecimiento. La caída de 1970­73 en el empleo manufacturero, se argumenta, debe
considerarse en el contexto de "lo que es para los estándares británicos un fuerte aumento de la
productividad industrial ­ un 17 por ciento en tres años". [170] Además se afirma, más aún, que
dado que las inversiones en Gran Bretaña han tendido a asumir un carácter intensivo en capital,
los  fondos  adicionales  no  van  a  crear  más  puestos  de  trabajo,  o  incluso  mantener  el  mismo
empleo en la industria, sino que acelerarán su deterioro. Por lo tanto, hay que alegrarse por  el
hecho de que nuestro estado social democrático haya expandido el sector de servicios, ya que
sin su continua expansión la tasa de desempleo seguramente aumentaría. [171]

Poco se dan cuenta nuestros defensores de que un aumento en la inversión manufacturera, si
se  acompaña de un aumento  del  desempleo,  una  vez  más incrementará la productividad de la
fuerza  laboral  en  términos  absolutos,  si  no  en  términos  relativos.  Los  capitalistas  volverán  a
emplear a los trabajadores licenciados con anterioridad, precisamente porque el crecimiento en
el  ejército  de  reserva  de  mano  de  obra  permite  que  lo  hagan  en  condiciones  más  favorables.
Como  señaló  Marx,  una  y  otra  vez,  no  una,  sino  dos  tendencias  funcionan  en  la  sociedad
capitalista. La primera es el empleo del menor trabajo posible con el fin de producir la misma o
mayor plusvalía. La otra es emplear el mayor número posible de trabajadores porque a un nivel
dado de productividad la masa de plusvalía crece con la cantidad de mano de obra empleada.

"La tendencia uno tira a los trabajadores a la calle y hace redundante a parte de la población,
la otra los absorbe y extiende de nuevo la esclavitud asalariada absolutamente, de modo que la
suerte de los trabajadores está siempre fluctuando, pero nunca se escapa de ello". [172]

Sin  embargo,  hay  que  destacar  que  nuestros  defensores  admiten  que  la  misma  causa  que
aumenta la riqueza de los capitalistas hace redundante a parte de la población trabajadora. Pero,
¿vamos  a  concluir  que  los  trabajadores  están  perfectamente  justificados  en  considerar  el
desarrollo de la capacidad productiva de su propio trabajo como hostil a ellos mismos? No, en
absoluto. Sea cual sea la cantidad que el capital pueda tratar de aumentar el ejército de reserva
de mano de obra reemplazando a los trabajadores con máquinas, siempre se puede confiar en un
Estado  democrático  social  benéfico  para  transformar  una  porción  cada  vez  mayor  de  la
población trabajadora en trabajadores de servicios. Por lo tanto, debemos esperar pacientemente
el día en que el propio capital vaya desapareciendo por la baja en sus filas de los últimos restos
persistentes de la fuerza de trabajo de la industria británica. Huelga decir que esta perspectiva
no es sólo utópica en la forma y reaccionaria en el contenido, sino también estúpida.

Qué convenientemente  olvidan  nuestros  apologistas  que  la  verdadera  causa  que aumenta  la


masa de la riqueza necesaria para mantener a los trabajadores improductivos lleva también a la
tendencia de la tasa de ganancia a caer. Se exige por tanto a los trabajadores productivos que
acepten una reducción drástica de su nivel de vida de modo que los capitalistas ­ con la ayuda
de  nuestro  Estado  social  democrático  ­  pueda  proceder  impertérrito  en  su  heroica  misión  de
convertirnos a todos en sirvientes. Mientras que antes era el trabajador improductivo el culpado
de todos nuestros males, así ahora es al trabajador productivo al que se toma para la tarea de
inhibir al Estado en la persecución de su política de pleno empleo.

Si tomamos a los diversos representantes del capital británico y los miramos en su totalidad,
los  trabajadores  productivos  y  no  productivos  se  encuentran  cara  a  cara,  como  facciones
hostiles. Las bases para la solución definitiva del capital están, pues, establecidas.

(iv) La solución final

La producción de lujos, como hemos visto, es una carga particular sobre la acumulación  de
capital. Al impedir que el aumento de la productividad compense plenamente la tendencia de la
tasa de ganancia a caer se acentúa la contradicción inmanente del capital en vez de disminuir.
Pero  hay  otra  razón  por  la  cual  el  aumento  de  la  composición  orgánica  del  capital  no  será
permanentemente equilibrada por un aumento en la masa de plusvalía. Los propios trabajadores,
aunque no pueden evitar las reducciones en el valor de la fuerza de trabajo, no permitirán una
reducción en sus niveles de vida, "por el contrario, logran una cierta participación cuantitativa
en  el  crecimiento  general  de  la  riqueza".  [173]  El  carácter  contradictorio  de  la  sociedad
capitalista  por  lo  tanto,  encuentra  su  última  expresión  en  una  lucha  de  los  trabajadores  por
mantener sus condiciones  de  existencia,  aunque  los  anti­marxistas  presenten  esta  lucha  como
una maniobra perpetua entre las clases sociales para el acceso al plus­producto de la sociedad.
[174]

No  se  trata  aquí  de  buena  o  mala  voluntad,  sino  de  que  los  capitalistas  se  ven  obligados  a
hacerlo sobre la base de las relaciones capitalistas de producción. Sólo mediante la devaluación
de  fuerza  de  trabajo  viva,  sólo  derrotando  a  la  clase  obrera  misma,  pueden  esperar  los
capitalistas superar la tendencia de la tasa de ganancia a caer. La elección que enfrenta la clase
obrera es, o bien destruir el Estado burgués o ser aplastada. Cuanto más se retrasa lo primero
más  se  invita  a  lo  segundo.  En  cuanto  a  la  burguesía,  se  enfrenta  en  Gran  Bretaña  con  la
formidable  tarea  de  garantizar  una  base  social  suficientemente  amplia  y  fiable  sobre  la  cual
librar su asalto bárbaro contra la clase obrera. La ausencia en este país de un campesinado y la
presencia de una muy vacilante pequeña burguesía ha llevado a los capitalistas a dividir a los
trabajadores  no  sólo  sobre  bases  raciales,  sexuales,  religiosas  y  nacionales  ­como  suele  ser  el
caso­, sino también a lo largo de las líneas económicas, entre los "creadores de riqueza" y los
"consumidores de riqueza".

Como hemos visto, un sector de la burguesía está haciendo todo lo posible para convencer a
los  trabajadores  de  que  si  el  Estado  renunciara  a  su  apoyo  al  trabajador  improductivo  y
destinara  más  fondos  a  la  industria  la  suerte  del  trabajador  productivo  sería  inmensamente
mejor. Esta perspectiva sólo puede servir para reforzar entre los trabajadores de la industria la
noción  equivocada  de  que  los  que  les  impiden  una  vida  mejor  son  sus  propios  hermanos  y
hermanas  improductivas  del  sector  servicios.  La  seducción  de  este  punto  de  vista,  su  carácter
generalizado  y  perjudicial  se  pone  de  manifiesto  claramente  en  el  siguiente  informe  que
apareció en el Financial Times:

"El Sr. Jones (de los Trabajadores del Transporte) elogió al Gobierno por 'bombear muchos
millones de libras en la industria' para que las empresas funcionen en muchas áreas, y condenó
la  deriva  de  la  mano  de  obra  de  la  manufactura  a  las  industrias  de  servicios,  ya  que  crean
'empleo innecesario'". [175]

La otra sección de la burguesía está haciendo todo lo posible para inculcarnos a todos que si
sólo  el  obrero  industrial  fuera  un  poco  más  paciente  él  también  podría  convertirse  en  un
trabajador de servicios. Este punto de vista, si es que prevalece, despertará aún más la hostilidad
de  aquellos  que  producen  los  fondos  de  los  que  los  trabajadores  improductivos  sacan  sus
ingresos.

En cuanto a los pretendidos marxistas de Gran Bretaña ­que van desde la IS hasta la IMG, y
el PC (de Gran Bretaña)­ su análisis no es capaz de desafiar a la burguesía en sus esfuerzos para
promover  la  rivalidad  entre  las  distintas  categorías  de  trabajadores.  Ni  mucho  menos.  Al
abandonar el concepto de capital de Marx y hacer caso omiso de la distinción fundamental que
Marx trazó entre trabajo productivo e improductivo, han fracasado lamentablemente en la tarea
revolucionaria de proporcionar a la clase obrera una explicación de las causas profundas de la
crisis  actual.  Es  para  su  vergüenza  que  una  sección  cada  vez  más  notoria  de  la  burguesía  ­la
sección  más  reaccionaria­  pueda  tener  tan  pocos  escrúpulos  al  sostener  al  empresario  como
creador  de  riqueza.  El  análisis  de  los  que  pretenden  ser  marxistas  ni  siquiera  difiere
sustancialmente  del  del  sector  pro­Estado  de  la  burguesía.  La  única  diferencia  reside  en  la
indignación moral que ha logrado conservar. Pero el fervor moral por sí solo nunca puede servir
como un sustituto para el análisis científico.

Conclusión

Mientras  que  la  burguesía  y  los  oportunistas  dentro  de  las  filas  de  la  clase  obrera  montan
todos los días ataques contra los trabajadores improductivos, es característico que los "marxistas
no  ortodoxos"  están  negando  su  propia  existencia.  Por  el  contrario  hacemos  hincapié  en  la
distinción entre trabajo productivo e improductivo con el fin de revelar a todos los trabajadores
las verdaderas causas subyacentes de la crisis actual. Y al hacerlo así, podemos demostrar que
el  dilema  del  capital  no  radica  en  la  insuficiencia  de  superávit,  sino  en  la  relación  capitalista
misma.  Sólo  sobre  esta  base  podremos  salvaguardar  los  intereses  de  los  trabajadores
productivos  e  improductivos  que  están  en  la  actualidad  siendo  atacados,  ya  sea  por  producir
muy  poco  o  por  consumir  demasiado  de  los  excedentes  de  la  sociedad.  La  distinción  entre
trabajo productivo e improductivo es, por lo tanto, la condición previa para la unidad política de
la clase obrera.

Peter Howell, septiembre de 1975.

_________________________

NOTAS

1  Este  artículo  es  una  respuesta  tanto  al  ataque  a  los  trabajadores  improductivos  por  los
parásitos reales  de  nuestra  sociedad  ­  la  burguesía­  como  a  la  incapacidad  de  los  "marxistas"
para proporcionar una defensa adecuada de la clase obrera.

2 Trade  and  Industry,  4  de  abril  1975,  p.2. En  un  nivel  diferente,  pero  no  en  un  contexto
completamente diferente, James F Becker, dirigiéndose a las tendencias actuales en la economía
de EE.UU., ha escrito: "la acumulación industrial se está relajando, y su volumen disminuyendo
respecto  a  'la  acumulación  administrativa'.  Dentro  del  sistema  de  acumulación  doble,  la
expansión  de  la  superestructura  de  la  circulación  se  ha  desarrollado  tan  rápidamente  y  sin
descanso  que  el  consumo  improductivo  que  representa  socava  la  base  industrial".  Class
Structure and Conflict in the Managerial Phase:II Science  and  Society, Vol 37, 1974, p.437.

3 Keith Joseph, New  Statesman, 18 de abril de 1975, pp.501­2. Paul Johnson ha expresado
este punto de vista en términos aún más crudos. "A medida que nuestra economía se contrae,
hay menos y menos empleos 'reales', y más y más de los falsos... Gran Bretaña está en peligro
de  convertirse  en  un  Estado  parásito,  donde  cada  vez  más  trabajadores  fantasmas  son
mantenidos con cada vez menos trabajadores activos y productivos". News  of  the  World, 31 de
agosto de 1975, p. 10. Nos preguntamos en qué categoría se considera a sí mismo. Este católico
"socialista", por supuesto, con el respaldo nada menos que del Financial  Times, recientemente
le rogó al Gobierno controlar el crecimiento del sector público improductivo... Financial  Times,
1 de octubre de 1975, p.20.

4 Financial  Times, 24 de abril, 5 de junio de 1975. El lector no debe sorprenderse si en el
mismo  artículo  Brittan  también  puede  aparecer  para  argumentar  una  posición  contraria.  Esto
sólo refleja el dilema en el que se encuentran algunos sectores de la burguesía, ante la creciente
crisis.

5 The  Guardian, 21 de abril de 1975.

6 Es un error tratar el análisis de Marx de la producción capitalista como si se tratara de otra
variante de la economía política. El caso es el contrario. El Capital de Marx es una presentación
crítica del modo capitalista de producción y al mismo tiempo, a través de esta presentación, una
crítica de las categorías de la economía política. Ver Marx y Engels, Selected  Correspondence,
Lawrence and Wishart, 1973, p.125.

7  Para  una  descripción  más  detallada  de  las  opiniones  de  los  economistas  ver  Karl  Marx,
Theories  of  Susplus­Value  (TSV)  Prt.  I,  Lawrence  and  Wishart,  1964,  pp.44­67  para  los
fisiócratas; Prt. II, 1969, pp.161­235 para Smith y Ricardo y pp.470­587 para Ricardo. Además,
muchas  referencias  útiles  se  encuentran  en  S.H.  Coontz,  Productive  Labour  and  Effective
Demand, Routledge & Kegan Paul, 1965, pp.16­52.

8  Ian  Gough,  "On  Productive  and  Unproductive  Labour  ­  A  Reply",  Bulletin  of  the
Conference  of  Socialist  Economists,  Invierno, 1973, p.71.

9 TSV I. pp.51­52.

10  Karl  Marx,  A  Contribution  to  the  Critique  of  Political  Economy,  Lawrence  and
Wishart, 1971, p.57.

11 Citado en Ronald L. Meek, The  Economics  of  Physiocracy, Londres, 1962, p.237.

12 Adam Smith, The  Wealth  of  Nations, Everyman, 1964, p.306.

13 TSV I, op cit, p.169.

14 Ibid, p.153.

15 No nos ocuparemos en este artículo de la segunda y más superficial definición de Smith
del  trabajo  productivo,  en  función  de  si  es  o  no  es  directamente  realizado  en  una  mercancía
"vendible" (material).

16 Adam Smith, op cit, p.294.

17 Ibid, p.323.

18 Ibid, p.298.
19 Ibid, p.316, p.80. "Para Adam Smith, la acumulación de capital es idéntica a la creciente
demanda de aumento de la mano de obra, al continuo aumento de los salarios, y por  lo  tanto a
una caída de las ganancias. En su tiempo, la demanda de mano de obra, en efecto, crecía por lo
menos  en  la  misma  proporción  en  que  el  capital  se  acumulaba,  ya  que  la  manufactura  aún
predominaba  en  ese  momento  y  la  gran  industria  estaba  en  su  infancia".  "Las  leyes  que
corresponden a la gran industria no son idénticas a los correspondientes a la manufactura. Esta
última constituye sólo una fase de desarrollo que lleva a la primera". Karl Marx, Theories  of
Surplus­Value, Prt. III, 1972, p.335, Prt. II, op cit, p.583. Hodgson, evidentemente, se imagina
que Marx fue contemporáneo de Adam Smith. En un artículo que hizo "para refutar la teoría de
la tasa decreciente de ganancia", escribió: "la insistencia de Marx en una creciente composición
orgánica  del  capital  se  deriva  del  hecho  de  que  Marx  fue  testigo  de  la  transición  de  la  tarea
manual a la producción mecanizada". G. Hodgson, "The Theory of the Falling Rate of Profit",
New  Left  Review, No84, p.61.

20 Ver TSV I, op cit, p.256, III, op cit, p.246.

21 TSV I, op cit, p.221.

22  David  Ricardo,  On  the  Principles  of  Political  Economy  and  Taxation,  Works  and
Correspondence, Vol. 1, Cambridge University Press, 1966, p.345, p.348.

23 Ibid, p.120, p.420.

24 Ibid, p.397.

25 Citado en Marx, II TSV, op cit, p196.

26 D. Ricardo, op cit, p.393.

27 ¡Qué vergüenza para Gough por escribir, y qué vergüenza para la New  Left  Review, por


publicar la siguiente pieza de basura!: "La experiencia del pleno empleo y de la extensión de la
planificación del Estado durante la Segunda Guerra Mundial contribuyó a la mayor seguridad...
disfrutada por muchos durante la guerra, a pesar de la caída en términos absolutos del nivel de
vida..."  Ian  Gough,  "State  Expenditure  and  Capital",  New  Left  Review,  92,  1975,  p.69.  Y  a
pesar, sin duda, de la masacre organizada por los depredadores capitalistas que mutiló y mató a
millones  de  personas.  Gough  ha  caído  en  desgracia  ante  los  ojos  de  la  clase  obrera.  Y  sin
embargo, tiene la desfachatez de acusarnos de dejar de lado la lucha de clases.

28 TSV op cit, I p.195, II p.570.

29 Ricardo, op cit, p.118.

30 Ibid, p.289. Gough pone una nota de Smith cuando nos informa de que la crisis actual del
capitalismo  se  debe  a  una  insuficiencia  de  la  plusvalía  producida  por  "el  ritmo  elevado  de  la
lucha de clases y la intensificación de la competencia entre las economías capitalistas". Gough,
op cit, p.80.
[31] Theories of Surplus­Value III, op cit, p.53. En varias ocasiones, Malthus se basaría en la
perspectiva  de  Adam  Smith,  aunque  sólo  fuera  para  dar  un  equilibrio  a  la  suya.  El  párrafo
siguiente  le  da  la  más  clara  expresión  a  la  burguesía  tratando  de  encontrar  un  término  medio
entre  extremos  irreconciliables  y  una  salida  para  una  contradicción  irreconciliable.  "Si  el
consumo supera a la producción, el capital del país disminuirá, y su riqueza será destruida poco
a poco al faltar su poder para producir; si la reproducción está en un gran exceso por encima del
consumo, el motivo para acumular y producir debe cesar al faltar la voluntad de consumir. Los
dos  extremos  son  evidentes,  y  se  deduce  que  debe  haber  algún  punto  intermedio,  aunque  los
recursos  de  la  economía  política  no  puedan  ser  capaces  de  determinarlo..."  De  Malthus,
Principles  of  Political  Economy, en las "Notes on Malthus's Principles of Political Economy",
de Ricardo, Collected  Works, Tomo II, Cambridge University Press, 1966, p.9­10.

[32] Ricardo, Works  and  Correspondence, Vol. II p.421, p.450.

[33] Adam Smith, op cit, p.295.

[34] TSV I, op cit, p.292.

[35] Ibid, p.262.

[36] TSV III, op cit, p.260.

[37] TSV I, op cit, p.292.

[38] "La elaboración del método en que se basa la crítica de Marx de la economía política es,
creemos,  un  resultado  no  menos  importante  que  la  concepción  materialista  fundamental".
Frederick Engels, en la edición de Lawrence and Wishart de A  Contribution  to  the  Critique  of
Political  Economy, op cit p.225.

[39] TSV I, op cit, p.384.

[40] Karl Marx, Capital, Vol. I, Lawrence and Wishart, 1961, p.179.

[41] Ibid, p.181, p.179.

[42] TSV I, op cit, pp.286­7.

[43] Ibid, p.383, p.153.

[44] Capital, Vol. I, op cit, p.193.

[45] Karl Marx, Capital, Vol. II, Lawrence and Wishart, 1961, p.218.

[46] TSV I, op cit, p.387.

[47] Ibid, pp385­6, Grundrisse,  Penguin, 1975, p.275.

[48]  ​​TSV I, op cit, p.72.
[49] Ibid, p.384­5.

[50] Capital, Vol. II, op cit, p.439.

[51] Ibid p.213, véase también el TSV III, op cit, p.327. Véase también D. Yaffe, "Value and
Price in Marx's Capital" en Revolutionary  Communist N Âº 1 enero 1975 por la importancia de
estos puntos para el llamado problema de la transformación.

[52] Capital, Vol. II, op cit, p.219.

[53] Capital, Vol. I, op cit, p.538.

[54] TSV I, op cit, p.394.

[55] Capital, Vol. I, op cit, p.176.

[56] Capital Vol. II, op cit, p.23.

[57] TSV I, op cit, p.167.

[58] Ibid, p.392.

[59] Grundrisse, op cit, p.635.

[60] Capital, Vol. II, op cit, p.152.

[61] Ibid, p.55.

[62] A lo largo de su análisis de la producción y reproducción del capital en los volúmenes I
y II de El  Capital, Marx supone que el oro es el único medio circulante.

[63] Capital Vol II, op cit, p.336.

[64] Ibíd, p.46.

[65]  Michael  Williams,  "An  Analysis  of  South  African  Capitalism  ­  Neo­Ricardianism  or
Marxism?", Bulletin  of  the  Conference  of  Socialist  Economists febrero 1975 Vol IV I, p.9.

[66] Capital, Vol. I, op cit, P104, Vol. II. op cit, p.136.

[67] Una analogía podría ser dibujada aquí entre el oro y la producción de lujo. Como señala
Marx:  "la  producción  para  consumo  improductivo  es  tan  productiva  como  la  dedicada  a
consumo productivo, siempre suponiendo que se produce o reproduce el capital". Grundrisse,
op cit, p.306. Por lo tanto, el productor de artículos de lujo es productivo, aunque el consumo de
artículos de lujo no es productivo, siempre y cuando el productor de lujos produzca plusvalía
para el capitalista.

[68] Capital, Vol. II, op cit, p.173.

[69] Ibid, p.175.
[70] Ibid, p.176.

[71] Ibid, p.173.

[72] Ibid, p.176.

[73] Ibid, p.174.

[74] TSV I, op cit, p.161.

[75] Capital, Vol. II, op cit, p.381.

[76] Capital, Vol. I, op cit, p.572.

[77] James Connolly, The  Re­Conquest  of  Ireland, New Books, 1972,: p.44.

[78] TSV I, op cit, p.180.

[79] Capital, Vol. I, op cit, p.572.

[80] Lo poco que ha entendido la IS la naturaleza del capital se revela por el texto siguiente:
"Ahora, en teoría, el capitalismo podría funcionar sin la familia. Podría transformar el trabajo de
cuidar  a  los  trabajadores  de  hoy  y  la  crianza  de  los  trabajadores  del  futuro  en  una  industria,
empleando trabajadores asalariados". International  Socialism, n Âº 68, 1974, p.27.

[81]  Ann  Crittenden  Scott,  MS,  Vol.  I  No  I,  julio  de  1972,  p.56.  Esta  posición  no  debe
confundirse con la mantenida por los miembros de la izquierda que también han abogado por
"salarios para el trabajo doméstico". Su posición es que los salarios para el trabajo doméstico
serviría  tanto  psicológica  como  económicamente  a  la  abolición  de  la  familia  como  unidad
económica,  y  con  ella  de  la  opresión  específica  de  las  mujeres.  Una  crítica  detallada  de  su
posición está más allá del alcance de este documento.

[82] Capital, Vol. I, op cit, p.81, p.83, TSV, op cit, II p.504, III p.131.

[83] TSV II, op cit, p.164.

[84] TSV I, op cit, p.400.

[85] Capital, Vol. II, p.131

[86] TSV III, op cit, p.371

[87] Ibid, p.106.

[88] TSV II, op cit, p.560, p.562.

[89] Ibid, p.580.

[90]  Ibid,  p.573.  "Su  (de  Malthus)  esperanza  suprema,  que  él  mismo  describe  como  más  o
menos utópica, es que la masa de la clase media creciera y que el proletariado (los que trabajan)
constituyeran  una  proporción  constantemente  decreciente  (a  pesar  de  que  aumentara
absolutamente)  de  la  población  total.  De  hecho,  este  es  el  curso  tomado  por  la  sociedad
burguesa". TSV III. op cit. p.63.

[91] TSV III, op cit, p.313.

[92] Ibid, p.313.

[93] TSV II, op cit, p.439.

[94] TSV I, op cit, p.195.

[95] Socialist  Worker, 25 de enero 1975.

[96]  Véase  Chris  Harman,  "Marxist  Economics  and  the  World  Today,  International
Socialism, marzo de 1975.

[97]  M.  Kidron,  "Maginot  Marxism:  Mandel's  Economics",  reimpreso  del  lntemational
Socialism, abril / mayo de 1969, Marxist  Education, febrero, 1973, p.3.

[98] M. Kidron, Western  Capitalism  Since  the  War, Weidenfeld and Nicolson, 1968, p.46.

[99] Kidron, Maginot  Marxism, op cit, p.3.

[100] Kidron, Western  Capitalism  Since  the  War, op cit, p.47.

[101] Capital I, op cit, p.315.

[102] Capital II, op cit, p.402.

[103] Grundrisse, op cit, p.441.

[104] capital Vol III, Lawrence and Wishart, 1962, p.259­60. La idea de que las variaciones
en la composición orgánica del capital en la industria de lujo de ninguna manera puede afectar a
la tasa general de ganancia fue presentada por George Ramsay ya en la década de 1830 (¿una
época rica?). Marx rechazó este punto de vista como algo sin sentido. TSV III, op cit, pp.349­50.

[105] Kidron, Maginot  Marxism, op cit, p.3.

[106] Capital II, op cit, p.403.

[107]  Este  esquema  de  la  reproducción  se  ha  tomado  de  Capital  II,  p.397,  deducido  el
Departamento de lujo considerado por Marx en la p.406.

[108] Capital II p.65.

[109]  Ibid,  p.397.  Marx  señala  que  el  consumo  improductivo  no  sólo  aumenta  con  la
acumulación, sino que la acumulación "enfáticamente lo incluye". Ibíd, p.68.
[110] Véase Sweezy, The  Theory  of  Capitalist  Development, Monthly Review Press, 1964,
p.110.

[111] Véase Capital op cit, p.397, p.406.

[112] Steve Bolchover, Marx y Mattick,  International  Socialism, n Âº 52, julio / septiembre


1972, p.41. Para la solución correcta a la transformación de  valores  en  precios  de  producción
ver  Capital  III,  op  cit,  pp.152­69.  Para  una  discusión  detallada  sobre  la  exactitud  de  la
transformación de Marx ver D. Yaffe, 'Value and Price..." op cit

[113] Sweezy, The  Theory  of  Capitalist  Development, op cit, p.115.

[114] TSV I, op cit, p.93.

[115] TSV II, op cit, p.67.

[116] Capital  III,  o p cit, p.38.

[117] Capital II, op cit, p.334. Ver nota 62.

[118] Sweezy, The Theory of Capitalist Development, op cit, p.118.

[119]  David  Purdy,  "The  Theory  of  Permanent  Arms  Economy  ­A  critique  and  an
Alternative", Bulletin  of  the  Conference  of  Socialist  Economists, primavera, 1973, p.20.

[120] Ibid, p.22.

[121] Ibid, p.20.

[122] Ian Steedman, "The Transformation Problem Again'", Bulletin  of  the  Conference  of


Socialist  Economists,  Otoño, 1973, p.37.

[123] Ibid, p.40.

[124] Ibid, p.40.

[125] Ibid, p.39.

[126] Ibid, p.37.

[127] Ibid, p.40.

[128] Ian Steedman, "Value, Price and Profit", New  Left  Review, n Âº 90, 1975, p.78.

[129] Ibid, p.78.

[130] Ibid, p.79.

[131] Piero Sraffa, Production  of  Commodities  by  means  of  Commodities, Cambridge UP,


1963, p.6.
[132] TSV III, op cit, p.371.

[133] Ibid, p.489.

[134] Ibid, p.276.

[135] Ibid; p.296.

[136] TSV I, op cit, p.280.

[137] Grundrisse, op cit, p.273.

[138] TSV I, op cit, p.285

[139] Ian Gough y John Harrison, "Unproductive Labour and Housework Again", Bulletin  of
the  Conference  of  Socialist  Economists, febrero 1975 Vol. IV 1, p. 7.

[140]  John  Harrison,  "Productive  and  Unproductive  Labour  in  Marx's  Political  Economy",
Bulletin  of  the  Conference  of  Socialist  Economists, Otoño, 1973, p.81.

[141] TSV I, op cit, pp.281­2.

[142]  Ian  Gough,  "On  Productive  and  Unproductive  Labour  ­A  Reply,  Bulletin  of  the
Conference  of  Socialist  Economists,  Invierno,  1973,  p.81.  Lo  poco  que  ha  comprendido
Gough  la  naturaleza  del  proceso  de  trabajo  se  pone  de  manifiesto  por  el  texto  siguiente:  "La
producción de (los productos inmateriales) sigue el circuito del capital dinero de Marx: D ­ M
...P... M' ­ D' Ibíd, p.73.

[143] Capital III, op cit, p.239.

[144] Capital II, op cit, p.131. 145. Ibid, p.226.

[145] Ibid, p.226.

[146] Capital III, op cit, p.807.

[147]  John  Harrison,  "Political  Economy  of  Housework",  Bulletin  of  the  Conference  of
Socialist  Economists, Invierno, 1973.

[148] Ian Gough y John Harrison, "Unproductive Labour and Housework Again", op cit.

[149] TSV I, op cit, p.279.

[150] John Harrison, "Productive and Unproductive Labour...", op cit, p.81.

[151] Ian Gough, "State Expenditure and Capital", op cit. p.70­71.

[152] Ibid, p.83.
[153]  Es  triste  decir  que  Mandel  parece  haber  llegado  a  un  punto  de  vista  similar.  "...  La
prolongada  expansión  se  ha  agotado  por  el  efecto  combinado  del  aumento  de  la  composición
orgánica del capital... y el estancamiento o disminución de la tasa de plusvalía (el resultado de
un largo período de pleno empleo). La tasa de ganancia ha sido reducida. Ver Inprecor  16  de
enero 1975 no 16­17 p.7.

[154]  Por  alguna  curiosa  razón  Gough  se  ve  obligado  a  informarnos  de  que  "Lenin  hace
mucho tiempo atacó el subconsumismo de los populistas...". State Expenditure and Capital, op
cit, p.55. Sin duda, Gough, que no hay duda de que ha leído a su Lenin, no es consciente de que
Lenin aceptó sin reservas la opinión de que la composición orgánica del capital aumenta con el
desarrollo  del  capitalismo.  Ã ‰ stos  son  algunos  extractos  de  los  escritos  de  Lenin contra los
populistas:  "Como  Marx  demostró  en  el  Volumen  I  de  El  Capital,  el  progreso  técnico  se
expresa en la disminución gradual de la proporción de capital variable al capital constante...".
"On  the  so­Called  Market  Question",  Collected  Works,  Vol.  I,  p.85,  énfasis  añadido.  "...  El
sector  I  de  la  producción  social  (la  producción  de  medios  de  producción)  puede  y  debe
desarrollarse más rápidamente que el Departamento II (la producción de artículos de consumo).
"A Note on the Question of the Market Theory", Collected  Works, Vol. 4, p.59, énfasis añadido.
"De  acuerdo...  con  la  ley  general  de  la  producción  capitalista  el  capital  constante  crece  más
rápido que el capital  variable.  "The Development  of  Capitalism  in  Russia",  Collected  Works,
Vol.3, p.54. Y por si acaso se incluye el texto siguiente: Â«El crecimiento en la productividad
del  trabajo  implica  un  crecimiento  más  rápido  del  capital  constante  en  comparación  con  el
capital variable. En la medida en que la plusvalía es función del capital variable solamente, es
obvio que la tasa de ganancia (la relación de la plusvalía a todo el capital, no a su parte variable
solamente)  tiende  a  caer.  "Essay  on  Karl  Marx",  Collected  Works,  Vol.  21,  p.67,  énfasis
añadido.  Al  parecer,  Gough  está  más  interesado  en  la  autoridad  de  Lenin,  que  en  sus  ideas
revolucionarias. Por nuestra parte, es la teoría de Lenin la que nos interesa, no su nombre.

[155] Jacob Morris, "Unemployment and Unproductive Employment", Science  and  Society,


Vo122,  1958,  p.195.  "...  En  la  producción  de  residuos  a  largo  plazo  afectará  a  la  tasa  de
ganancia. Al reducir el superávit global disponible para la expansión de la producción, reduce la
velocidad a la que la industria se expande. Chris Harman, "Economía marxista y el mundo de
hoy", op cit, p. 32. "Uno puede imaginar una economía capitalista que de repente desviara por
completo  a  la  producción  de  armas.  A  pesar  de  la  plusvalía  que  se  han  producido,  no  habrá
ninguna  base  material  para  nuevas  rondas  de  producción".  Gough  y  Harrison,  "Unproductive
Labour and Housework Again", op cit, p.2.

[156] Capital II, op cit, p.408.

[157] Si nos preocupamos por examinar el esquema inicial para la acumulación en una escala
ampliada, encontramos que la tasa general de ganancia no se ha formado aún. Capital II, p.510.

[158]  Nuestra  oposición  a  la  producción  de  armamento  no  se  deriva  del  hecho  de  que  cae
dentro del Departamento de IIb, sino desde nuestra oposición al imperialismo.
[159]  Remitimos  al  lector  al  artículo  "Inflation,  the  Crisis  and  the  Post­War  Boom"  de  P.
Bullock y D. Yaffe Revolutionary  Communist en 3 / 4, para un tratamiento más sustancial de la
tendencia a caer de la tasa de ganancia.

[160] "La tendencia a caer de la tasa de ganancia no se manifiesta en una forma absoluta, si
fuera así la producción capitalista no tardaría en ser llevado a un punto crítico. Hay, de hecho,
un  número  de  maneras  diferentes  en  que  puede  ser  retrasada  y  frenada,  una  de  ellas  es  la
"depresión  de  los  salarios  por  debajo  del  valor  de  la  fuerza  de  trabajo".  (Capital  III,  op  cit,
p.230) Si bien Marx se refiere a esto como "uno de los factores más importantes para el control
de  la  tendencia  de  la  tasa  de  ganancia  a  caer",  sólo  dedica  unas  líneas  en  El  capital  y  por
buenas razones. Como él mismo explica, la depresión de los salarios por debajo del valor de la
fuerza de trabajo "que se menciona aquí sólo empíricamente ya que... no tiene nada que ver con
el  análisis  general  del  capital,  sino  que  pertenece  a  un  análisis  de  la  competencia,  que  no  se
presenta en este trabajo". (Ibid.) Esto no quiere decir que el enfrentamiento entre trabajadores y
capitalistas sobre las tasas de salarios sea de poca importancia para Marx. Todo lo contrario. La
lucha  por  parte  de  los  trabajadores  para  defender  la  vida  y  la  integridad  física  frente  a  la
embestida del capital sigue siendo uno de los rasgos más acuciantes del sistema, y â€‹â€‹Marx
pasó una buena parte de su vida en defensa de esa lucha. Pero, como recalcó, una y otra vez,
"un análisis científico de la competencia no es posible, antes de que tengamos una concepción
de la naturaleza interna del capital..." (Capital I, op cit. p.3I6) Marx advierte claramente contra
la tentación de sustituir el análisis del capital por un tratamiento empírico de los conflictos entre
trabajadores y capitalistas en la distribución del producto social y, sobre esta base, considerar la
contradicción  del  capital  como  la  lucha  competitiva  en  sí.  También  es  claro  que  la  lucha  de
clases,  para  Marx,  significaba  mucho  más  que  la  rivalidad  competitiva  que  tiene  lugar  entre
trabajadores y capitalistas en la compra y venta de fuerza de trabajo. Conflicto de clases es el
dinamismo de toda la historia escrita, y es por esta razón que Marx se dedicó a la colocación de
la lucha de clases moderna sobre una base científica de una elaboración del concepto de capital
y,  sobre  todo,  por  una  especificación  de  su  contradicción  interna".  Michael  Williams,  "un
análisis del capitalismo de Sudáfrica ..." op cit, pp.26­7.

[161] Grundrisse, op cit, p.528.

[162] Capital I, op cit, p.350, TSV III, op cit, p.350.

[163] Ibid, p.312.

[164] Capital I, op cit, p.537.

[165] Capital II, op cit, p.410.

[166] TSV III, op cit, p.350.

[167] TSV III ibid p.351.

[168] Tribune, 27 de junio de 1975.
[169] Keith Joseph, New  Statesman, 18 de abril de 1975.

[170] Samuel Brittan Financial  Times, 24 de abril de 1975.

[171] George Rodgers e Ivor Clemitson, The  Guardian, 21 de mayo de 1975.

[172] TSV II, op cit, p.573.

[173] TSV III, op cit, p.312.

[174] Es normal que un rabioso anti­comunista, como Talcott Parsons pueda elogiar a Marx
en los siguientes términos: "La importancia permanente de la teoría de la explotación marxista
... está ... en el hecho de que, a partir como lo hizo Marx del elemento de la lucha de clases, el
centro de su atención estaba en el  poder  de  negociación". La  estructura  de  Acción  Social,
1949, p.109.

[175] Financial  Times, 1 de septiembre de 1975.

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