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Index de Enfermería

versión impresa ISSN 1132-1296

Index Enferm v.13 n.44 Granada primavera/verano 2004

doi: 10.4321/S1132-12962004000100001

ARTÍCULOS ESPECIALES

EDITORIALES

Hospital Magnético, Hospital


Excelente

SERGIO R. LÓPEZ ALONSO


Ldo. Enfermería. Master en Salud Pública y Gestión
Sanitaria
Coordinación Regional de Desarrollo e Innovación en
Cuidados. Dirección General de Asistencia Sanitaria
Servicio Andaluz de Salud, Sevilla, España
sergiolopezalonso@yahoo.com

Los programas de acreditación para las instituciones sanitarias


suponen una garantía de excelencia tanto en la satisfacción
profesional como en la calidad de los cuidados. Actualmente existe
un creciente número de estudios que asocia la alta tasa de
absentismo y el síndrome del quemado o Burn-Out entre los
enfermeros españoles,1,2 siendo el hospital el entorno
predominante.3 Dicha elevada tasa de absentismo apunta a ser una
respuesta determinante ante la insatisfacción laboral. Este
fenómeno, concretamente la insatisfacción laboral de este sector
profesional, se reproduce fielmente en el resto de países del
mundo, como puede ser EEUU, Reino Unido, Francia, Italia o
Portugal. Sin embargo la respuesta ante esta insatisfacción es bien
distinta, pues se caracteriza por un alto índice de rotación de
enfermeras entre las instituciones sanitarias y un alto índice de
abandono profesional, produciendo una alarmante escasez de este
recurso humano en dichos países.4 Por tanto, sería interesante
conocer cuáles son las posibles soluciones que han desarrollado
estos países ante este problema, soluciones que, a su vez, sean
compatibles con una política de excelencia y calidad total en los
servicios sanitarios.
La mayor parte de los países europeos han optado por la
incorporación de enfermeros procedentes de países en desarrollo
como pueden ser Filipinas, Pakistan o India, y otros países
occidentales entre los que se encuentra España. Esta solución
podría requerir una doble reflexión. Por un lado, se presenta un
dilema ético al pensar las consecuencias que se pueden ocasionar al
sustraer recursos humanos cualificados de unos países donde este
recurso es el más necesitado para su propio desarrollo nacional. Por
otro lado se encuentra España. El nuestro se presenta como un país
atípico en el contexto europeo, pues, mientras en el año 2000
presentaba 372 enfermeras por cien mil habitantes y la media
europea se situaba en 755 enfermeras5, la política mostrada se
orienta a formar profesionales para que otros países disfruten de
sus servicios6. EEUU, en cambio, donde la escasez de estos
profesionales no es nueva y ante la dificultad de captar enfermeras
procedentes de otros países, está optando por desarrollar fórmulas
que hagan atractiva esta profesión, entre las que destaca el
esfuerzo realizado por los gestores para conseguir el
reconocimiento de "Hospital Magnético" mediante el programa
elaborado por el American Nurses Credentialing Center.7

Pero, ¿qué es eso del "Hospital Magnético"? Esta pregunta tiene


difícil respuesta si no se alude a su origen. Pues bien, ya en la
década de los 70, EEUU sufrió una gran escasez de enfermeras que
llegó a alcanzar un 14% en algunos de sus estados miembros
acorde a un informe elaborado por el Departamento de Salud y
Servicios Humanos en 1981.8 Ante tal desalentadora circunstancia,
el mismo año de la publicación del informe la Academia Americana
de Enfermería elaboró un estudio de ámbito nacional en el cual
pretendía estudiar todas las características organizacionales que
facilitaban o dificultaban la práctica enfermera en aquellos
hospitales donde no disponían vacantes sin cubrir.9 De este modo,
se acuñó el término de "Hospital Magnético".

Los criterios que se siguieron para seleccionar los hospitales a


estudio como buen lugar para trabajar eran tres: un hospital con
bajo índice de rotación hacia otras instituciones y de vacantes sin
cubrir, un hospital introducido en un mercado competitivo, y que
éste no fuera la única fuente de empleo para los enfermeros del
área.10 Las características que se examinaron en estos hospitales
fueron la satisfacción personal y profesional, el estatus, el rol del
enfermero en la calidad del cuidado del paciente, la ratio
enfermero-paciente, el reclutamiento y mantenimiento de los
enfermeros, la relación médico-enfermero, la descentralización de
la toma de decisiones, el liderazgo clínico, la autonomía y
responsabilidad en el cuidado del paciente, y la flexibilidad de los
horarios de trabajo, entre otras.11

El estudio aludía, por tanto, a entornos que favorecen la puesta en


práctica de los conocimientos y experiencia clínica de los
enfermeros. En un primer momento, y tal como se ha mencionado
anteriormente, dichas cualidades se relacionaron con la satisfacción
laboral, quedando también reflejada sobre el índice de rotación y
abandono12. A posteriori y hasta la actualidad, la línea de
investigación que se hallaba centrada sobre la satisfacción laboral
fue desplazándose hacia la asociación entre las características
organizacionales y los resultados clínicos, en busca de la excelencia
en los cuidados. No resulta sorprendente que las conclusiones de
estos estudios encontraran en estos hospitales unos índices de
mortalidad más bajos hasta en un 4,6%,13 una menor mortalidad a
los 30 días del ingreso,14 una mayor satisfacción de los pacientes
con el cuidado enfermero,14,15 e incluso un entorno más seguro
frente a accidentes laborales.16 Todo lo anteriormente expuesto
parece indicar que se ha topado con la piedra filosofal de la
organización de los servicios de salud. Prueba de ello es que este
programa de acreditación para la excelencia en la calidad de los
cuidados es capaz de aportar evidencia empírica de su efectividad.
Así, hoy por hoy existen ya 196 organizaciones acreditadas, de las
cuales una de ellas, recientemente incorporada, se localiza en Reino
Unido.

Este modelo de hospital magnético está siendo objeto de atención


desde distintas disciplinas como la medicina del trabajo, la salud
pública, la psicología, la enfermería y la gestión entre otras.
Además, esta atención no es exclusiva de EEUU sino que se va
extendiendo paulatinamente a nivel mundial. Un claro ejemplo sería
el hospital magnético sito en Reino Unido. Sin embargo, el impacto
de este modelo no sólo ha calado en el mundo anglosajón, pues
también se ve reflejado ya en un cierto número de publicaciones
españolas: Aiken & Mullin17, Marcos18, Havens et al19, e incluso tesis
doctorales como la de Manzano García.2

No cabe duda que la consecución de cambios dentro de un sistema


tan grande y complejo, como es un Sistema Nacional de Salud,
requiere a su vez de mucho trabajo y más esfuerzo por parte de las
políticas de salud y de la gestión de los servicios sanitarios, que
exigiría realizar cambios mínimos pero radicales, asumiendo toda la
responsabilidad que les compete. Sería preciso aunar las
estrategias de sus intervenciones basándose en un modelo
organizativo que garantice la consecución de un único objetivo: la
excelencia. Garantía de excelencia que viene marcada por el mejor
conocimiento disponible en la actualidad, en su caso un modelo de
hospital magnético, lo que equivale a decir un modelo de hospital
excelente.

Bibliografía

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www.who.org. [Visitada el 01-03-2003].

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12(1):13-21.

FUENTE: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1132-12962004000100001

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