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EL FOTÓGRAFO Y PINTOR FRANCISCO MARTÍNEZ ALCOVER (1869-1946).

Como amante de la fotografía, uno ha observado docenas de veces aquellas antiguas imágenes
en blanco y negro sobre nuestra ciudad, que nos trasladan a otro siglo, a otro tiempo, en el
que vivieron, lucharon y se esforzaron por seguir adelante las personas captadas entonces por
el objetivo de la cámara, seres anónimos que con su esfuerzo hicieron posible en buena
medida, la ciudad que hoy conocemos. La Puerta de Almansa, el Castillo de la Atalaya, la
Fuente de los burros, el Paseo de Chapí, la Calle Mayor y, más tarde también, la Plaza de Toros
y el Teatro Chapí, forman parte de aquella colección de fotografías, en las que la firma de su
autor, F. Martínez Alcover aparece junto a los impagables momentos que capturó, algunos, de
gran fuerza visual, lo que nos permite hacernos una idea de cómo era la Villena de hace un
siglo y la evolución experimentada desde entonces por la población y sus gentes.

Autoretrato

Pero, ¿quién era la persona que firmaba dichos trabajos?


¿Quién estaba realmente detrás de aquel nombre?

Nacido en 1869, Francisco Martínez Alcover fue un personaje inquieto y emprendedor, de


sólida formación cultural y gran amante del teatro, que ejerció su profesión, primero en su
localidad de nacimiento, Caudete, donde firmaba sus obras sin utilizar su segundo apellido,
para más tarde trasladarse a Madrid, ejerciendo como ayudante en el estudio del famoso
fotógrafo danés especializado en retratar a la realeza española Christian Franzen,
estableciéndose finalmente en Villena. Sin embargo, el hecho de que el material fotográfico
que de él se conserva de nuestra ciudad ha sido fechado en un periodo que abarca desde los
primeros años del siglo XX hasta tres décadas después, nos hace pensar que tuvo frecuente
contacto con nuestra población antes de que decidiera asentarse definitivamente en ella.
Viudo de su primera mujer, María Paz Berenguer, casó en segundas nupcias con Virginia
Llebrés Román, enlace al que llevó una hija, Amelia, fruto de su primer matrimonio. De su
relación con su nueva esposa nacerían sus otras dos hijas, Aurelia y Enma.

Comprometido con los avatares políticos de su época, fue acusado, tras el movimiento
revolucionario fallido que convulsionó a buena parte de las poblaciones españolas en octubre
de 1934, de ser en Caudete uno de sus autores intelectuales, sufriendo prisión junto a otros
significados cabecillas de la revuelta, como Francisco Conejero Velando, Manuel Requena
Requena, José Navarro Yagüe y el médico Antonio Requena Hernández de los Ríos.
Y aunque fue la fotografía con la que se ganó principalmente la vida, la pintura, con el empleo
del óleo y la acuarela, ocupó un puesto destacado en su trayectoria vital. Autodidacta y dotado
de una sensibilidad especial para el arte pictórico, destacó principalmente como retratista,
conservándose en Villena algunos buenos ejemplos, como los retratos realizados en 1927 de
los hermanos Pascasio y Ramona, hijos del médico D. Regino Arenas Marín. En menor medida
abordó paisajes urbanos y bodegones y las técnicas mixtas, con el uso combinado de fotografía
y pintura.

Pascasio y Ramona Arenas

La sangrienta Guerra civil lo sorprendió mientras residía en Villena y, al finalizar la contienda,


en abril de 1939, sería apresado, juzgado y condenado a 20 años de prisión en un juicio
sumarísimo, en el que se le acusó de ser autor de un delito creado ex novo por la dictadura
franquista y que se aplicó con carácter retroactivo a miles de personas represaliadas a lo largo
y ancho del país: el de auxilio a la rebelión. Tenía entonces 71 años y a los pocos meses de
encontrarse privado de libertad, conoció la tremenda noticia de que su cuñado, Alicio Llebrés
Román, hermano de su mujer, Virginia, había sido fusilado en Villena, tras ser sorprendido in
fraganti horas antes, junto a un vagón del ferrocarril en el que aquél se había atrevido a
escribir la frase, “¡Viva la República!” y “¡Viva la libertad!” (*1).
Dejó la prisión, cuatro años después, en mayo de 1943, gracias a una orden ministerial por la
que se le concedía la libertad condicional, abandonando poco después y para siempre, la que
había sido durante años su casa en el número 19 de la calle Isabel la Católica, trasladándose a
residir a Albacete, donde pasó el último tramo de su vida, hasta que la muerte lo reclamó para
sí, el 11 de diciembre de 1946.

Afortunadamente y 70 años después de su desaparición, han llegado hasta nosotros algunas


de las obras de las que fue autor, que se erigen hoy en valiosos testimonios de una época y
esenciales para conocer un poco mejor, la historia de una ciudad y de quienes en ella la
habitan.

JOSÉ SÁNCHEZ FERRÁNDIZ (DICIEMBRE 2016)


(*1) El investigador César López Hurtado, retrató magníficamente en su libro Villena Roja 1936-
1939, (páginas 325-330) los pormenores del fusilamiento de Alicio Llebrés Román, verificado
en la mañana del 21 de junio de 1939.

BIBLIOGRAFÍA, PERIÓDICOS Y RECURSOS WEB:

“A.B.C.”: 13 de enero de 1925.

AZORÍN JUAN, Antonio: Francisco Martínez Alcover pintor y fotógrafo

http://amigosdelahistoriacaudetana.blogspot.com/p/blog-page_37.html

“LAS PROVINCIAS”: 18 de octubre de 1934.

LÓPEZ HURTADO, César: Villena Roja 1936-1939. Represión de guerra y posguerra. M&C
Publicidad. Año 2010.

SECCIÓN 3ª REGISTRO CIVIL DE ALBACETE, TOMO 204, PÁGINA 75, VUELTA.

WEB VILLENA CUÉNTAME.

Agradecimiento a Marco Arenas, el acceso a las fotos que he acompañado al trabajo de su


padre D. Pascasio Arenas y a su tía Ramona.

WIKIPEDIA (Sobre la figura del fotógrafo danés, Christian Franzen).

Algunas fotografías de Martínez Alcover


Cuadro de Villena
Retrato General Anastasio Torres Martín

Imágenes posiblemente de Caudete


Desde Villena Cuéntame damos las gracias a José Sánchez Ferrándiz colaborador de este blog
por este magnífico artículo de investigación y animamos a cualquier persona inquieta por
temas de Villena se aventure en el apasionante mundo de la investigación de nuestra tierra y
de sus gentes.

Sección: * FAMOSOS POPULARES NOTABLES, 1800, 1940

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