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El ascenso de Brasil es innegable: Brasil es hoy un país más rico, más estable y más justo que hace

dos o tres décadas.

Como ya lo vimos, va a pasar por transiciones que van a dar como consecuencia un estilo nacional
más arraigado.

La primera va a ser la transición política y como fue explicado en los trabajos anteriores donde la
dictadura y los gobiernos democráticos respetaron los lineamientos básicos del modelo
desarrollista, que se construyó en el 1930 (auge del modernismo brasileño).

La transición económica también es acompañada por la estabilización de la economía y el


crecimiento.

Los principios que rigen su diseño, la afiliación a Le Corbusier, los métodos de zonificación
racionalista, hasta el proyecto de Brasilia se mantuvieron intactos. Los precursores son: Lucio
Costa, Niemeyer, Mendes da Rocha, y también podemos nombrar aunque argentino pero
asentado en Brasil a Jorge Mario Jáuregui, y su intervención en la vivienda popular (favelas),

donde podemos ver su conceptualización en la urbanización de una comunidad de mil familias


con obras como la pavimentación de calles, implementación de servicios de saneamiento y agua o
construcción de una guardería.

También como en otros sectores de Latinoamérica se han dado programas habitacionales de la


mano de Lula Da Silva como es el caso del programa “Minha Casa Minha Vida Y posteriormente
otros programas en el gobierno de Dilma Roussef, que han contribuido al mejor condicionamiento
de viviendas.

En cuanto a la parte técnica, económica y estética de la arquitectura contemporánea, observamos


que los arquitectos brasileños han establecido los principios de sus construcciones modernas,
primero por el análisis de las formas de la plástica arquitectónica y de las formas resistentes de las
estructuras descendientes de los métodos europeos, y luego, basando la realización de sus
invenciones en las condiciones económicas particulares y en la situación de su país, esta idea de
no copiar fervientemente la idea total europea es lo que ha dado los mejores resultados para el
país latinoamericano. Sin ir más lejos en este país es donde veremos uno de los ejemplos más
sobresalientes en el mundo en la categoría de “Pocos recursos”, situada en medio de una favela
en San Paulo, La vivienda de una empleada doméstica y diseñada por el estudio terra e tuma
asociados que ha sido la ganadora de varios premios internacionales.

La arquitectura brasileña actual, aunque inscrita en una cierta línea racionalista, concreto, vidrio y
acero aparentes, no intenta rivalizar con su pasado arquitectónico sino que busca integrarse en los
proyectos con base en dos aspectos fundamentales: el paisajismo y la sustentabilidad.

Como consecuencia de esto, ha habido un resurgimiento del uso de bambú en la arquitectura


contemporánea.

Brasil dispone de la mayor diversidad de especies nativas de bambú de América Latina. “El
movimiento de la sostenibilidad” y su utilización puede darse de dos maneras distintas: como
elemento estructural o como elemento envolvente. En ambas aplicaciones, el bambú puede ser
utilizado en su forma natural o en forma de materiales compuestos y procesados. Podemos
destacar algunos nombres como: Leiko Hama Motomura y su Centro de Cultura Max Feffer o
Celina Llerena autora de la Casa do Artesão.

Como todas las arquitecturas del mundo, la arquitectura brasileña tiene también sus aberraciones,
pero la tendencia funcionalista no tiene rasgos de ellas.

La arquitectura brasileña es un producto típico del talento de una raza, pero no en el sentido
biológico: es el espejo del modo del ser del pueblo brasileño, de su gente, de su luz y de su clima,
de los recursos naturales y de sus tradiciones, y tiene aún más reconocimiento el haberse
relacionado con las grandes corrientes europeas del arte moderno, y descubrir hoy, sus propias
particularidades.

la de la viejita viejita pobresita es esta:


Terra e Tuma Arquitetos Associados

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