You are on page 1of 8

INSTITUTO TECNOLÓGICO DE CHILPANCINGO

DESASTRES Y PROTECCIÓN CIVIL

“DESASTRES DESDE LA PRESPECTIVA INGENIERÍL”

UNIDAD 1

DOCENTE: ALDO OLIVAR HERRERA

ALUMNO: DANIEL SOLACHE LEYVA

NÚMERO DE CONTROL: 15520158

INGENIERÍA CIVIL

14/09/2018

INTRODUCCIÓN
Etimológicamente hablando la palabra desastre proviene del latín des (negativo,
desafortunado) y astre (astro, estrella), desgracia derivada de los astros o Dios, más allá del
control humano.
Los desastres, equivocadamente denominados "naturales", parecen convertirse en
circunstancias cotidianas de la existencia de millones de pobladores en todo el mundo.
Caracterizados comúnmente por la cantidad de pérdidas humanas y económicas sufridas
a corto plazo, los desastres son más bien fenómenos de carácter y definición eminentemente
social, no solamente en término del impacto que los caracteriza, sino también en términos de
sus orígenes, así como de las reacciones y respuestas que suscitan en la sociedad política y civil.
El estudio de patrones sísmicos y climatológicos, de la dinámica terrestre, y de estructuras
ingenieriles entre otros variados aspectos, pone un énfasis notorio en los problemas de
predicción y en la adecuación de estructuras a los parámetros físicos de los eventos naturales
que amenazan la sociedad. Pero la sociedad no aparece en la fórmula, ni como objeto de estudio,
ni como objeto de acción y cambio en cuanto sus patrones de comportamiento y de incidencia
en la concreción de situaciones de desastre.
Sin embargo, en las últimas décadas se ha observado una tendencia permanente y
amenazante del crecimiento de desastres, tanto en magnitud, como en cobertura, agravada por
cambios sustantivos en su naturaleza, la que se manifiesta en variaciones de sus características y
en la transformación de los patrones de su ocurrencia. Cada vez, con más frecuencia, los medios
de información masiva notifican sobre graves pérdidas humanas y daños materiales, así como de
la devastación del medio ambiente.

DESARROLLO
Todo evento repentino, violento y no deseado, capaz de alterar la estructura social y
económica de la comunidad, produciendo grandes daños materiales y numerosas pérdidas de
vida humana, que sobrepasa la capacidad de repuesta de los organismos de atención primaria o
de emergencia para atender eficazmente sus consecuencias es conocido como: DESASTRE.
El Desastre, lo podríamos conceptualizar a su vez; como un evento adverso, que ocasiona
alteraciones en las personas, la economía, los sistemas sociales y el medio ambiente, derivado
de la naturaleza, generado por la actividad humana o por la combinación de ambas y que puede
causar una emergencia.
El tratamiento de los desastres fue primero una necesidad que se satisfizo desde las
ciencias naturales, así los geólogos, vulcanólogos, meteorólogos y demás, estudiaban los
fenómenos que les pertenecían como objeto de estudio y los resultados obtenidos como impacto
de predicción eran posiblemente utilizados para la prevención de las consecuencias del impacto
de estos eventos sobre la sociedad.
A pesar de que los
desastres hoy se consideran un
problema social, siguen siendo
tratados de forma disciplinar, lo
cual no resuelve ningún
problema, solo cambia la
perspectiva de la observación del
fenómeno, nos dice una serie de
factores que debemos de tener
en cuenta, establece una red de relaciones entre los elementos y factores, pero no plantear
soluciones adecuadas.
Mientras los desastres eran cuestión de los geocientíficos el hombre se sentía seguro de
que en algún momento iba a poder predecir con certeza y eso significaba la capacidad de
controlar. Cuando se comenzó a considerar las implicaciones de los desastres, no solo por que el
hombre sufre las consecuencias de eventos destructivos sino por que es capaz de provocarlos,
entonces muchas variables a tener en cuenta perdieron sentido y se comenzaron a imponer
otras, las cuales no necesariamente son mesurables e incluso pueden ser funciones específicas
de muchas otras que dependen entre sí de manera compleja.
Los desastres deben ser considerados como fenómenos complejos, como procesos que
provocan el cambio en el comportamiento dinámico del sistema, lo hacen alejarse del estado del
funcionamiento aceptado como normal y ponen a prueba la robustez del mismo, el cual, si no
posee la suficiente capacidad de adaptación a los cambios no sobrevive como sistema.
Debido a su importancia, las obras de infraestructura deben realizarse con el mayor
control de calidad, tanto de materiales de construcción como en su proceso constructivo; para
tal efecto, en nuestro país se tienen leyes y reglamentos que señalan las normas y
especificaciones para proyección, diseño, cálculo, construcción y supervisión de las obras.
Los desastres que ocurren con más frecuencia en nuestro país son sismos, ciclones, el
desbordamiento de ríos y desgajes de cerros. Debido a estas condiciones, la ingeniería de
desastres aporta elementos para ayudar a los diferentes organismos que intervienen en caso de
siniestros como el Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED) y el Sistema Nacional
de Protección Civil (SINACROP).
La Ingeniería tiene un rol muy importante frente a los desastres naturales, como sismos,
terremotos, inundaciones y más. No solo la prevención o el rápido y certero accionar nos salvan
de un desastre, sino también la resistencia y buena construcción de la infraestructura en la que
nos encontremos.
Debido a su importancia, las obras de infraestructura deben realizarse con el mayor
control de calidad, tanto de materiales de construcción como en su proceso constructivo; para
tal efecto, en nuestro país se tienen leyes y reglamentos que señalan las normas y
especificaciones para proyección, diseño, cálculo, construcción y supervisión de las obras. Dicha
reglamentación está apegada a las normas internacionales que emanan de la Organización de las
Naciones Unidas (ONU), y nuestro país, al formar parte de ésta, debe apegarse a lo estipulado en
ellas.
Los Desastres Naturales se clasifican en:
1. Hidrometereológicos: tormentas tropicales, precipitaciones de granizo, huracanes o ciclones,
tornados, olas de frío y olas de calor.
2. Geológicos: terremotos (sismos), maremotos (tsunamis).
3. Astronómicos: impactos por meteoros, masas similares.
4. De efectos mixtos: deslizamientos, derrumbes, deslaves, inundaciones, incendios de
vegetación o forestales.
Los desastres naturales no se pueden impedir, pero sí se pueden prevenir, por ello a fin
de reducir su impacto dañino; las Entidades Nacionales, Estatales y Municipales, han constituido
una Organización de Protección Civil y Administración de Desastres, especialmente dedicada a
prestar la asistencia por parte del Estado y poder coordinar la participación ciudadana frente a
situaciones de desastres.
La primera causa consiste en la diversificación de los tipos de peligro, a los cuales está
propensa la población y el medio ambiente, así como en el incremento de las intensidades de sus
manifestaciones, que se deben al surgimiento de nuevos fenómenos destructivos de origen
tecnológico, típicos para la mayoría de los asentamientos humanos que cuentan con una alta
concentración de industrias y transporte dentro de las áreas residenciales o en su cercanía.
La segunda causa se relaciona con la notable vulnerabilidad de las grandes urbes,
resultado de la alta densidad y del crecimiento de la cantidad de población expuesta al peligro,
así como de la enorme complejidad de los servicios urbanos y sistemas de subsistencia que las
componen, tales como los de agua potable, drenaje y energía eléctrica. Naturalmente, esto
propicia que cualquier impacto destructivo repercuta en un elevado número de pérdidas
humanas y daños materiales, en la interrupción de los servicios esenciales de soporte de vida, así
como en sensibles cambios del medio ambiente.
La tercera causa de crecimiento de desastres consiste en la ineficacia e ineficiencia de sus
procesos de control, que se manifiestan, generalmente, en la falta de políticas y estrategias
pertinentes. En términos concretos, la ineficacia se debe, principalmente, al carácter parcial de
los medios y medidas que se emplean para el combate de desastres y que se producen, en forma
aislada, por las diversas áreas científicas y ramas ingenieriles de carácter monodisciplinario,
cuando cada una, por separado, trata de fundamentar la prevención y atención de las situaciones
de emergencia provocadas por los fenómenos destructivos correspondientes a su “jurisdicción”
científico-técnica. Mientras, que la ineficiencia está estipulada por la falta de una adecuada
organización de la sociedad y de la planeación para enfrentar los desastres, así como por una
inadecuada e inoportuna ejecución de los pocos medios disponibles y medidas previstas, cuando
se trata de “tapar el pozo después de que el niño se ha ahogado”.
Se puede identificar, en el proceso general de control de desastres, durante toda la
historia de la humanidad, hasta sus formas más rudimentarias, dos líneas principales y
complementarias: una que busca disminuir los riesgos latentes, en tanto que la otra está
orientada a enfrentar y resolver las situaciones de emergencia que se presentan cuando los
riesgos se manifiestan.
Las formas en que se definen o se conceptualizan los desastres naturales distan de ser un
mero ejercicio semántico. Por el contrario, constituyen un paso fundamental y una influencia
dominante en la organización del pensamiento y, en consecuencia, en la manera en que se encara
la investigación y la acción necesaria para enfrentarlos.
Un primer paso en lograr una conceptualización adecuada es establecer firme y
convencidamente que un "desastre" es un fenómeno eminentemente social. Esto se refiere tanto
a las condiciones necesarias para su concepción, como a las características que lo definen. Un
terremoto o un huracán, por ejemplo, obviamente son condiciones necesarias para que exista,
pero no son en sí un desastre. Necesariamente, deben tener un impacto en un territorio
caracterizado por una estructura social vulnerable a sus impactos y donde la diferenciación
interna de la sociedad influye en forma importante en los daños sufridos y en los grupos sociales
que sean afectados en mayor o menor grado. Esta vulnerabilidad comprende varios niveles o
facetas, los cuales, en su conjunto, definirán el grado de vulnerabilidad global de un segmento
particular de la sociedad.
A pesar de los logros obtenidos por las diversas ramas ingenieriles y áreas científicas, se
han revelado ciertas limitaciones de los enfoques tradicionales de carácter monodisciplinario,
debido a que ellos no toman en cuenta las interrelaciones entre los diversos fenómenos
destructivos, los componentes del sistema expuesto, donde se materializan los desastres, y sus
consecuencias. Se ha dado preferencia a los aspectos técnicos, omitiendo frecuentemente los
criterios socioeconómicos y políticos, decisivos y determinantes para la definición del concepto
de desastre. Como consecuencia, esta situación ha repercutido en la producción de resultados
parciales y temporales, cuyas ineficacia e ineficiencia, a largo plazo, han enfatizado la necesidad
de buscar soluciones cabales.
No obstante de la experiencia obtenida durante muchos decenios y a sus aportaciones
cruciales al combate de desastres, las diversas áreas de ingeniería aplicada a la industria (química,
mecánica, eléctrica, etc.) han ido atendiendo, por separado, cada tipo de fallas, sin tomar en
cuenta, en forma sistemática, las relaciones y encadenamientos que existen entre los fenómenos
destructivos; asimismo, estudian -en forma particular para cada clase de procesos industriales-
la vulnerabilidad de los elementos y equipo; desarrollan las medidas para disminuirla, sin tomar
en cuenta que los componentes son interrelacionados y constituyen sistemas, donde la falla de
uno influye, regularmente, sobre la de otro y, lo que es más importante, sobre la confiabilidad
del funcionamiento del sistema en su totalidad.
En términos generales, constituye la base de su fuerza, asegura sus enormes logros y
permite enfocarse a problemas meramente técnicos factibles de resolverse. Sin embargo, en el
campo de desastres, se restringe su aptitud y eficiencia, debido a la falta de un enfoque general
y a la omisión de las dimensiones socioeconómica y política, lo que es decisivo y determinante,
como ya se mencionó, para la definición, estudio y control de desastres. Además, al no tomarlas
en cuenta, se pierde un foco natural para coordinar e integrar los esfuerzos de las diversas áreas
de la ciencia e ingeniería en la materia.

CONCLUSIÓN
Se requiere que toda la población del país tome conciencia de que los desastres naturales
pueden ocurrir en cualquier momento y debemos estar en constante alerta. Por esta razón es
fundamental promover la información sobre prevención de desastres del CENAPRED y realizar
de forma sistemática los simulacros de evacuación correspondientes, los cuales enseñen a la
población lo que se debe hacer cuando sucedan los siniestros e identifiquen plenamente los
puntos de seguridad cercanos en su espacio cotidiano. Es así como la ingeniería colabora con la
cultura de la prevención de los desatres.
Aunado a lo anterior, desde el punto de vista ingenieril, considero que es importante que
se tenga un enfoque ingenieril como prevención, así como la preparación de las acciones de
respuesta para atender las probables situaciones de emergencia para conocer las dimensiones
que estos pueden alcanzar, las frecuencias de ocurrencia, las zonas más propensas y los daños
que podrían causar a la población, sus bienes y su entorno.

FUENTES BIBLIOGRÁFICAS

1.- file:///C:/Users/daniel%20solache%20leyva/Downloads/1121-5685-1-SM.pdf
2.- https://www.facebook.com/notes/ingenier%C3%ADa-civil/el-papel-de-la-ingenier%C3%ADa-civil-
en-la-prevenci%C3%B3n-de-desastres-naturales/10150122423539455/
3.-
file:///C:/Users/daniel%20solache%20leyva/Downloads/DESASTRES%20Y%20PROT%20CIVIL%20(L
IBRO).pdf
4.- http://www.sld.cu/galerias/pdf/sitios/complejidad/el_fenomeno_de_los_desastres....pdf
5.- http://esssa.com/2017/10/24/la-ingenieria-civil-en-la-prevencion-de-desastres/
6.- http://www.academicos.ccadet.unam.mx/ovsei.gelman/pdf/libro/capitulo%200.PDF

You might also like