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CAMPOS

NUMÉRICOS
CAMPOS
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andrés Raya • Alfonso Ríder • Rafael Rubio
CAMPOS NUMÉRICOS
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ISBN 978-84-9745-199-4
Depósito Legal: C-3541-2007

Directora Editorial: Cristina Seco López


Editora: Lorena Bello
Producción Editorial: Gesbiblo, S. L.

Impreso en España – Printed in Spain


Presentación

NOTA DE LOS AUTORES

La primera redacción de este libro se debe al Profesor Raya Saro, el más veterano de
los tres. A modo de capı́tulo cero, tenı́a un prólogo redactado en primera persona.
Por su expreso deseo y porque los otros autores compartimos la filosofı́a del mismo,
mantenemos ı́ntegra su redacción original.
Universidad de Córdoba,
Septiembre de 2007.

De los números
Decir números en Matemáticas puede ir referido a los
números naturales,
números enteros,
números racionales,
números reales,
números complejos.

Hay otras muchas acepciones de la palabra (números positivos, negativos, primos,


compuestos, irracionales, algebraicos, trascendentes, imaginarios, etc.), pero las ca-
tegorı́as fundamentales son los cinco tipos reseñados más arriba. A su estudio va
dedicado esta monografı́a.

Números y figuras
En mi niñez, los textos de Matemáticas decı́an que éstas se ocupaban del estudio de
los números y de las figuras. En otras palabras: comprendı́an a la Aritmética y
a la Geometrı́a. ¿Constituyen estas dos ramas una partición o clasificación de las
Matemáticas?
La Historia dice que no:
6 Presentación

a) La construcción y desarrollo de los números inconmesurables (hoy decimos


irracionales) la hicieron los griegos (Eudoxio, Euclides, Arquı́medes, entre
los siglos cuarto y tercero antes de Cristo) con instrumentalización y lenguaje
geométrico.

b) Con la creación de la Geometrı́a Analı́tica (Fermat y Descartes en el XVII


de nuestra era) muchas cuestiones geométricas se redujeron a problemas con
números.

Esta doble invasión conduce a afirmar que el conjunto de los números reales y
la recta euclı́dea son una misma cosa, de manera que el maridaje
entre números y figuras es poco menos que indisoluble.
En esta ligazón aritmético-geométrica, además de los números reales, intervienen
los complejos. Por ello suele decirse que la Aritmética pura dedica su atención a
los números naturales, enteros y racionales. A nuestro nivel esto va a ser ası́, pero
cualquier matemático medianamente informado sabe que al subir escalones (Teorı́a
analı́tica de números o Teorema de Fermat, por citar dos ejemplos) la invasión mutua
entre Aritmética y Geometrı́a ha resultado inevitable.
Incluso en el lenguaje actual (últimos 150 años) donde — como bases de la Ma-
temática — el Álgebra ha sustituı́do a la Aritmética y la Topologı́a lo ha hecho
con la Geometrı́a, la disjunción de una y otra es disparatada y, por contra, la relación
mutua es poco menos que la norma frente a la excepción.

Números naturales
El matemático alemán Leopold Kronecker (siglo XIX) decı́a que Dios creó los números
naturales y que los demás los creó el hombre. Desde posturas más agnósticas, el
francés Roger Godement (siglo XX) le replicaba que no se precisaba de Ser Supremo
alguno, que estos números se podı́an definir a partir de los conjuntos de Georg
Cantor. Nosotros no tomamos partido por ninguna de estas posturas (anecdóticas
por otro lado) sino que nos guiamos por lo que la propia Matemática nos dice. En
efecto, los números naturales, esto es, los habituales números

0, 1, 2, 3, . . . ,

pueden definirse como cardinales de ciertos conjuntos (los que técnicamente llama-
mos finitos), pero para ello nos encontramos con algunos escollos formales que se
hacen difı́ciles de superar para estudiantes primerizos y, en general, para personas
con una escasa cultura matemática. Por ello es preferible adoptar otra postura con-
sistente en definirlos axiomáticamente. Este proceder ya se produjo en el siglo XIX
mediante los hoy conocidos como axiomas de Dedekind-Peano. Lo curioso de
esta historia, pensamos nosotros, es que se tardara tanto tiempo en hacerlo: a fin de
cuentas, la Geometrı́a ya se axiomatizó en el siglo III antes de Cristo, gracias a la
obra del griego-alejandrino Euclides.
7

Vuelvo a los recuerdos de mi niñez. También nos decı́an que los números (naturales)
sirven para contar y ordenar.
El primer uso se referı́a a la interpretación recién comentada de los números natu-
rales como cardinales. El segundo consistı́a en asignar un lugar (primero, segundo,
etcétera) a los elementos de un conjunto, si bien esta idea ha derivado desde las
creaciones de Cantor hasta conceptos como los números ordinales de bastante com-
plejidad técnica. Nosotros nos limitaremos a la primera idea para fundamentar el
concepto de sucesión, que usaremos eventualmente en nuestro desarrollo.

Primeras extensiones de los campos numéricos: en-


teros y racionales
Adoptado ya el camino axiomático para definir los números naturales, nos encontra-
mos con el hecho de que operativamente hablando estos números son muy insuficen-
tes: pueden sumarse y multiplicarse en todo caso, pero no siempre se pueden restar
ni dividir.
Los números enteros se crean, precisamente, para que dos datos cualesquiera se pue-
dan restar. Su construcción formal, como veremos, no reviste mayores dificultades.
Pero aún mantienen el defecto de no poderse dividir. El estudio de en qué casos sı́ y
en qué casos no es posible la división abre las puertas de la teorı́a de la divisibilidad,
que entendemos como ineludible para un curso de Álgebra-Geometrı́a, aunque no
tanto para los cursos de Análisis. Nosotros les dedicamos un par de capı́tulos de este
libro.
Pero, avanzando un paso más, se construyen los números racionales para que en ellos
siempre se pueda restar y dividir (con la excepción para esta segunda operación de
que el segundo dato sea nulo). Tampoco este salto ofrece problemas.

Los números reales como solución a las cuestiones


de medida
Con los números racionales se satisfacen las tan traı́das y llevadas cuatro reglas de la
Aritmética: sumar, restar, multiplicar y dividir. Sin embargo resultan insuficientes
para expresar, por ejemplo, la medida de segmentos. Pitágoras y sus discı́pulos ya lo
supieron cuando quisieron medir la hipotenusa de un triángulo rectángulo cuyo cate-
tos midieran ambos una unidad de longitud. Aparecen ası́ en la Historia los números
álogos (inconmesurables o inexpresables) actualmente llamados irracionales. En una
primera idea, los números reales surgen como conjunción de los racionales con los
irracionales y ası́ se siguen presentando a los estudiantes en edad adolescente. Su for-
malización, empero, no es en absoluto elemental. Se han usado desde la época griega,
como ya hemos señalado, y con bastante éxito por cierto en los Cálculos Diferencial
e Integral de Newton y Leibniz (siglo XVII), pero no se definieron correctamente
hasta el XIX (Weierstrass, Cantor, Dedekind).
8 Presentación

Traducido esto a la enseñanza (arte de la transmisión de saberes), se justifican las


dificultades formales a que aludı́amos. Claro que cualquier matemático puede en-
tender el paso de los racionales a los reales mediante las cortaduras (Dedekind) o
las sucesiones regulares (Cantor). Más: afirmamos que serı́a grave el no presentar
alguno de estos métodos a los estudiantes de un primer curso de la Licenciatura en
Matemáticas. Pero, para los demás estudiantes (de Ciencias o de Escuelas Técnicas)
tambiém serı́a imperdonable que no se les presente, fuere de la manera que fuere,
una definición formalizada de los números reales . . .
Nuestra alternativa es recurrir una vez más (ası́ lo hizo en 1900 el insigne David
Hilbert y, siguiendo su lı́nea, autores como Jean Dieudonné, Tom M. Apostol o
Michael Spivak) a presentarlos axiomáticamente: “ el campo de los números reales
es un cuerpo conmutativo y ordenado en el cual todo subconjunto no vacı́o acotado
superiormente admite una cota superior mı́nima ”.
Y, aunque eludamos la cuestión de que tal cuerpo es único y construı́ble a partir
de los números racionales, sı́ veremos que contiene como subconjuntos especiales a
las tres categorı́as previas de números (naturales, enteros, racionales), ası́ como que
estos números cubren las necesidades de medir cualquier segmento.

Los números complejos por fin


Los números reales cubren tal necesidad, pero presentan otra laguna: no siempre es
posible la operación de extraer raı́ces cuadradas (los números negativos carecen de
ellas) o, de manera general, un polinomio no siempre posee valores que lo anulen
(raı́ces). Estos objetivos se logran con los números complejos y su definición formal
no presenta dificultades (aunque sı́ el probar que cubren los objetivos comentados).
Históricamente hablando estos números eran conocidos desde la escuela renancentis-
ta italiana (siglos XV y XVI), pero no cobraron carta de naturaleza hasta que Gauss
los usara de manera sistemática. A partir de entonces se han mostrado como una
suerte de paraı́so matemático en el que se hacen evidentes muchas cuestiones que
antes aparecı́an en penumbra.

¿Por qué escribo este libro?


En mis primeros años de docencia universitaria (final de los sesenta del siglo XX)
conocı́ una especie de fiebre en algunos sectores de las universidades madrileñas
consistente en que, fuera como fuere y pesara a quien pesare, en cualquier primer
curso universitario de enseñanzas cientı́ficas o técnicas habı́a que presentar con todo
formalismo la construcción de los diversos campos numéricos. A mı́ la cuestión me
cogı́a vacunado: en cierta manera Don Antonio de Castro (discı́pulo insigne del más
que insigne Don Julio Rey Pastor) ası́ lo habı́a hecho cuando fui su alumno en Sevilla
en el entonces llamado Curso Selectivo que me abrió las puertas para culminar en
Madrid mis estudios en Matemáticas. Digo que la conocı́ y debo decir más: creı́ en
ella y actué en consecuencia.
9

Pasaron los años y con ellos mi deambular por centros distintos no ya en geografı́a
(he trabajado en cuatro universidades) sino en titulaciones (Facultades de Ciencias,
Escuelas tanto de Ingenierı́a Técnica como Superior, incluso en Escuelas de Magis-
terio). Nunca abandoné la idea de cimentar la Matemática en un buen conocimiento
de los números, aunque sı́ fui dosificando la mezcla de formalismo e informalismo en
función de los alumnos a quienes me dirigı́a en cada ocasión.
Hasta llegar a nuestros dı́as (primeros años del siglo XXI). Observador como siempre
he sido de lo que se cocı́a en mi entorno cercano y no tan cercano (la bibliografı́a
producida por profesores españoles en ciudades y centros diversos), compruebo que
en muchos casos se sigue actuando poco menos que en los términos que más arriba
dije que hace años se hacı́a con los adolescentes: los números reales son la conjunción
de los racionales y los irracionales. De los naturales, cuando más (y ya es mucho) se
usa el método de Inducción Completa (nudo gordiano de los axiomas de Dedekind-
Peano) aunque únicamente encaminado a la demostración de algunas fórmulas.
Y tengo que decir que si la fiebre de algunos madrileños a la que me he referido era
excesiva, peor es la actualidad que contemplo.
Las nociones y desarrollos que humildemente expongo en los siguientes capı́tulos las
supongo conocidas por cualquier Profesor de Matemáticas de primeros años univer-
sitarios. Aún ası́, no renuncio a ofrecérselas de manera digamos que medianamente
formalizada y sistematizada.
En cuanto a sus alumnos, siempre encontrarán en este librito una fuente en la que
rellenar lagunas que en la clase real no se les ha podido, por una u otra causa,
transmitir de forma exhaustiva.
En todo caso, es un tópico decirlo, pero lo diré: si una sola persona se beneficia de
este texto, me consideraré más que pagado.
Andrés Raya,
Universidad de Córdoba,
Diciembre de 2003.
Índice general 11

Índice general

1. Coordinabilidad entre Conjuntos 15


1.1. Coordinabilidad entre conjuntos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
1.2. Cardinal de un conjunto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
1.3. Comparación de cardinales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16
1.4. Conjuntos finitos y conjuntos infinitos . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
1.5. Cardinales finitos y cardinales infinitos . . . . . . . . . . . . . . . . 19
1.6. Complementos / Ejercicios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19

2. Números Naturales 21
2.1. Definición de los números naturales . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
2.2. Demostraciones por recurrencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22
2.3. Infinitud del conjunto de los números naturales . . . . . . . . . . . . 23
2.4. Definiciones por recurrencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
2.5. Adición de números naturales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
2.6. Sustracción de números naturales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
2.7. Multiplicación de números naturales . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
2.8. División de números naturales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30
2.9. Ordenación de números naturales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30
2.10. El principio de la buena ordenación . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35
2.11. Intervalos de números naturales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36
2.12. Subconjuntos finitos e infinitos de números naturales . . . . . . . . 38
2.13. Complementos / Ejercicios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39

3. Divisibilidad en los Números Naturales 43


3.1. Divisibilidad en el conjunto de los números naturales . . . . . . . . 43
3.2. Compatibilidad de la divisibilidad con la multiplicación . . . . . . . 45
3.3. El conjunto de divisores de un número dado . . . . . . . . . . . . . 46
3.4. El conjunto de múltiplos de un número dado . . . . . . . . . . . . . 47
3.5. División euclı́dea . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49
3.6. Máximo común divisor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50
3.7. Mı́nimo común múltiplo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51
3.8. Compatibilidad del m.c.d con la multiplicación . . . . . . . . . . . . 53
3.9. Elementos primos entre sı́. Condición de Euclides . . . . . . . . . . 54
12 Índice general

3.10. Elementos primos o irreducibles. Condición de Gauss . . . . . . . . 55


3.11. Existencia del m.c.d Algoritmo de Euclides . . . . . . . . . . . . . . 56
3.12. Existencia del m.c.m Fórmula de enlace . . . . . . . . . . . . . . . . 58
3.13. Compatibilidad del m.c.m con la multiplicación . . . . . . . . . . . 59
3.14. Tablas de sumar y multiplicar. Paridad e imparidad . . . . . . . . . 60
3.15. Cuadrado de un número natural . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61
3.16. El mı́nimo divisor primo de un número natural . . . . . . . . . . . . 62
3.17. Criba de Eratóstenes. Criterio de primalidad . . . . . . . . . . . . . 63
3.18. Factorización prima . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65
3.19. Nuevo cálculo del m.c.d . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67
3.20. Nuevo cálculo del m.c.m . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68
3.21. Factorización de los divisores de un número . . . . . . . . . . . . . . 68
3.22. Cantidad de divisores de un número . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69
3.23. Existen infinitos números primos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69
3.24. Complementos / Ejercicios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70

4. Cardinales y números naturales 73


4.1. Caracterización de la finitud o infinitud de conjuntos . . . . . . . . 73
4.2. Cardinales de conjuntos finitos y números naturales . . . . . . . . . 75
4.3. Unión de conjuntos finitos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 76
4.4. Producto cartesiano de conjuntos finitos . . . . . . . . . . . . . . . . 77
4.5. Números transfinitos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 78
4.6. Sucesiones en un conjunto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 78
4.7. Conjuntos numerables . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79
4.8. Complementos / Ejercicios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 80

5. Números enteros 81
5.1. Definición de los números enteros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81
5.2. Los números cero, uno y menos uno . . . . . . . . . . . . . . . . . . 82
5.3. Adición de números enteros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83
5.4. Sustracción de números enteros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 84
5.5. Multiplicación de números enteros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85
5.6. División de números enteros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 88
5.7. Ordenación de números enteros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89
5.8. Signo de un número entero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 94
5.9. Valor absoluto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95
5.10. Representación canónica de un número entero . . . . . . . . . . . . 96
5.11. Inclusión de los números naturales en los enteros . . . . . . . . . . . 97
5.12. Complementos / Ejercicios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 98

6. Divisibilidad en los números enteros 101


6.1. Divisibilidad en el conjunto de los números enteros . . . . . . . . . . 101
6.2. Compatibilidad de la divisibilidad con la multiplicación . . . . . . . 103
6.3. El conjunto de divisores de un número dado . . . . . . . . . . . . . 104
6.4. El conjunto de múltiplos de un número dado . . . . . . . . . . . . . 105
Índice general 13

6.5. División euclı́dea . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 106


6.6. Máximo común divisor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107
6.7. Mı́nimo común múltiplo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 108
6.8. Compatibilidad del m.c.d con la multiplicación . . . . . . . . . . . . 109
6.9. Elementos primos entre sı́. Condición de Euclides . . . . . . . . . . 109
6.10. Elementos primos o irreducibles. Condición de Gauss . . . . . . . . 109
6.11. Algoritmo de Euclides . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 110
6.12. Fórmula de enlace . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 110
6.13. Compatibilidad del m.c.m con la multiplicación . . . . . . . . . . . 110
6.14. Factorización prima . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111
6.15. Complementos / Ejercicios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111

7. Números racionales 113


7.1. Definición de los números racionales . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113
7.2. Los números cero, uno y menos uno . . . . . . . . . . . . . . . . . . 114
7.3. Adición de números racionales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 115
7.4. Sustracción de números racionales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 116
7.5. Multiplicación de números racionales . . . . . . . . . . . . . . . . . 117
7.6. División de números racionales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 119
7.7. Ordenación de números racionales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 120
7.8. Signo de un número racional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 122
7.9. Valor absoluto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123
7.10. Representación canónica de un número racional . . . . . . . . . . . 124
7.11. Inclusión de los números enteros en los racionales . . . . . . . . . . 125
7.12. Propiedad de Arquı́medes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 126
7.13. Complementos / Ejercicios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 126

8. La recta racional 129


8.1. Potenciación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 129
8.2. Radicación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 129
8.3. Cotas superiores mı́nimas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 130
8.4. La recta racional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 131
8.5. Distancia entre números racionales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 133
8.6. Intervalos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 134
8.7. Entornos simétricos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 135
8.8. Convergencia de sucesiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 135
8.9. Sucesiones monótonas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 138
8.10. Series numéricas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 139
8.11. Progresiones y series geométricas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 140
8.12. Regularidad de sucesiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 142
8.13. Complementos / Ejercicios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 144
14 Índice general

9. Números reales 151


9.1. Definición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 151
9.2. Axiomas de grupo aditivo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 151
9.3. Sustracción de números reales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 152
9.4. Axiomas de cuerpo conmutativo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 152
9.5. División de números reales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 153
9.6. Axiomas de conjunto ordenado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 153
9.7. Ordenación total . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 154
9.8. Axiomas de cuerpo ordenado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 154
9.9. Signo de un número real . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 156
9.10. Valor absoluto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 156
9.11. Inclusión de los números naturales en los reales . . . . . . . . . . . . 157
9.12. Inclusión de los números enteros en los reales . . . . . . . . . . . . . 159
9.13. Inclusión de los números racionales en los reales . . . . . . . . . . . 160
9.14. El axioma de continuidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 162
9.15. Números irracionales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 168
9.16. La propiedad de Arquı́medes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 169
9.17. Contenido denso de Q I en IR . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 169
9.18. Cuerpos ordenados. Cuerpos arquimedianos . . . . . . . . . . . . . . 170
9.19. Complementos / Ejercicios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 170

10.La recta real 177


10.1. Potenciación y radicación de números reales . . . . . . . . . . . . . 177
10.2. La recta real . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 178
10.3. Distancia, intervalos y entornos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 179
10.4. Convergencia y regularidad de sucesiones . . . . . . . . . . . . . . . 180
10.5. Encajes y encajes contractivos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 182
10.6. La condición de Cantor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 184
10.7. La condición de Cauchy . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 186
10.8. Complementos / Ejercicios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 187

11.Números complejos 193


11.1. Definición de los números complejos . . . . . . . . . . . . . . . . . . 193
11.2. Los números cero, uno y unidad imaginaria . . . . . . . . . . . . . . 193
11.3. Adición de números complejos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 193
11.4. Sustracción de números complejos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 194
11.5. Multiplicación de números complejos . . . . . . . . . . . . . . . . . 194
11.6. División de números complejos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 195
11.7. Descomposición binómica de un número complejo . . . . . . . . . . 196
11.8. Conjugación de números complejos . . . . . . . . . . . . . . . . . . 197
11.9. Módulo de un número complejo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 198
11.10.Convergencia en el cuerpo complejo . . . . . . . . . . . . . . . . . . 200
11.11.Complementos / Ejercicios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 201

Bibliografía 205
Capı́tulo 1

Coordinabilidad entre
Conjuntos

1.1. Coordinabilidad entre conjuntos


Dados dos conjuntos X e Y , se dice que X es cooordinable con Y (o que X es
equipotente a Y ) cuando exista una aplicación biyectiva f : X → Y .
Si uno de los conjuntos es vacı́o y el otro no, la coordinabilidad es imposible. Admi-
tiremos, pues, que el conjunto ∅ es coordinable consigo mismo y sólo consigo mismo.

Proposición 1.1 La coordinabilidad entre conjuntos es reflexiva, simétrica y tran-


sitiva.
Demostración:
La biyección identidad I : X → X muestra que todo conjunto es coordinable
consigo mismo.
Si tenemos una biyección f : X → Y , considerando su biyección inversa f −1 :
Y → X, vemos que si X es coordinable con Y , también Y lo es con X.
Si tenemos dos biyecciones f : X → Y , g : Y → Z, considerando su biyección
compuesta g ◦ f : X → Z, comprobamos que, si X es coordinable con Y a la vez que
Y lo es con Z, también X es coordinable con Z. 2

1.2. Cardinal de un conjunto


Por poseer las mismas propiedades de una relación de equivalencia, la coordinabilidad
permite clasificar a los conjuntos. Dado un conjunto X, llamamos cardinal de X
a la clase constituı́da por X y todos los conjuntos coordinables con él. Este nuevo
concepto, obtenido por abstracción, se anota como
Card(X).
16 Capı́tulo 1. Coordinabilidad entre Conjuntos

En definitiva, a cada conjunto X le hemos asignado el nuevo ente matemático


Card(X), de manera que, para dos conjuntos X e Y , se tenga

Card(X) = Card(Y ) ⇔ Xes coordinable con Y.

Con lenguaje más coloquial suele decirse que dos conjuntos tienen igual cardinal si
poseen la misma cantidad de elementos.

1.3. Comparación de cardinales


Proposición 1.2 Sean dos conjuntos X e Y . Si existe una aplicación inyectiva
f : X → Y , también existe cuando alguno de los datos se sustituya por un conjunto
coordinable con él.

Demostración:
Si X es coordinable con U , existe una biyección g : X → U , en cuyo caso f ◦ g −1
es una aplicación inyectiva de U en Y .
Si Y es coordinable con V , existe una biyección h : Y → V , en cuyo caso h ◦ f
es una aplicación inyectiva de X en V .
Si se cambiaran los dos datos, h ◦ f ◦ g −1 serı́a una aplicación inyectiva entre U
y V. 2
Después de esta demostración, tiene sentido la siguiente definición: dados dos con-
juntos X e Y se dice que el cardinal de X es menor o igual que el cardinal de
Y , y se escribe

Card(X) ≤ Card(Y ),
siempre que exista una aplicación inyectiva f : X → Y .
Siendo f : X → Y inyectiva y B = im f ⊆ Y , la aplicación f : X → B es biyec-
tiva. Por ello, también puede decirse que Card(X) ≤ Card(Y ) significa que X es
coordinable con una parte B de Y .

Proposición 1.3 La relación menor o igual entre cardinales de conjuntos es refle-


xiva y transitiva.

Demostración:
La aplicación identidad I : X → X es inyectiva, luego

Card(X) ≤ Card(X).

Si Card(X) ≤ Card(Y ) y Card(Y ) ≤ Card(Z), es porque existen aplicaciones inyec-


tivas f : X → Y , g : Y → Z, en cuyo caso su compuesta g ◦ f es una aplicación
inyectiva entre X y Z, luego
1.4. Conjuntos finitos y conjuntos infinitos 17

Card(X) ≤ Card(Z).
2
Cantor enunció que la comparación entre cardinales tenı́a las propiedades de una
ordenación total. Esto es, además de las propiedades que acabamos de probar, se
debı́an de cumplir la antisimétrica,

Card(X) ≤ Card(Y ), Card(Y ) ≤ Card(X) ⇒ Card(X) = Card(Y ),

ası́ como la de totalidad:


dados X e Y , necesariamente es

Card(X) ≤ Card(Y ), o bien, Card(Y ) ≤ Card(X).


Aunque el propio Cantor no llegó a demostrarlas, su veracidad se probó más ade-
lante: Bernstein razonó en 1897 la antisimétrica y Zermelo en 1904 la de totalidad.
Las demostraciones son complejas y requieren una teorı́a de conjuntos formalizada,
la cual queda muy lejos de nuestro desarrollo elemental, razón por la que no las
presentamos en nuestro libro. Por otra parte, procuraremos hacer nuestro desarrollo
sin necesidad de usarlas.

Proposición 1.4 Sean X e Y dos conjuntos. Entonces,

X ⊆ Y ⇒ Card(X) ≤ Card(Y ).

Demostración:
La restricción ι de la biyección identidad I al subconjunto X, es claramente una
aplicación inyectiva entre X e Y . 2
También se considera la relación el cardinal de X es menor que el cardinal de
Y , y se escribe
Card(X) < Card(Y ),
para referirse a la conjunción

Card((X) ≤ Card(Y ), Card(X) = Card(Y ),

esto es, existe una aplicación inyectiva de X a Y , pero no pueda haberla biyectiva.

1.4. Conjuntos finitos y conjuntos infinitos


Un conjunto X se dice finito cuando no sea coordinable con ninguno de sus sub-
conjuntos propios. Estos, por tanto, tendrán un cardinal menor que el del conjunto
total.
Por carecer de subconjuntos propios, el conjunto vacı́o es finito. Por la misma razón
lo son los conjuntos unitarios X = {x}.
18 Capı́tulo 1. Coordinabilidad entre Conjuntos

Un conjunto X se dice infinito cuando no sea finito, esto es, cuando exista al menos
un subconjunto propio A de X que sea coordinable con X. En otras palabras, X
admite un subconjunto propio A con un cardinal igual al suyo.

Cuando definamos el conjunto de los números naturales, lo mostraremos como primer


ejemplo de conjunto infinito.

Proposición 1.5 Si X es coordinable con Y , Y es finito o infinito de acuerdo a


cómo sea X.

Demostración:

Partimos de que existe una biyección f : X → Y .


Sea X finito y supongamos una biyección g : Y → B, donde B es un subconjunto
de Y . La aplicación f −1 ◦ g ◦ f será una biyección entre X y su parte A = f −1 (B),
por lo que necesariamente X = A. Si existiera un elemento b ∈ Y tal que b ∈ B,
consideramos el elemento f −1 (b) = a ∈ X. Por ser X = A y por la definición de
A, existirá un elemento c ∈ B tal que f −1 (c) = a, y se tendrı́a c = b porque uno
está en B y el otro no. Ahora bien, esto contradice la inyectividad de f −1 , luego la
existencia de tal elemento b es imposible. De aquı́ se sigue que B = Y , luego Y es
finito.
Si X es infinito, Y también lo es, pues de lo contrario, por la simetrı́a de la
coordinabilidad, aplicando lo anterior deducirı́amos que X es finito. 2

Proposición 1.6 Si X ⊆ Y e Y es finito, también X es finito.

Demostración:

Sea f una aplicación biyectiva de X sobre un subconjunto A ⊆ X. Se extiende


a otra de Y sobre A ∪ (Y − X) tomando f (x) = x para los elementos de Y que no
estén en X. Esta extensión sigue siendo biyectiva. Como Y es finito, se tiene

A ∪ (Y − X) = Y.

Supongamos un elemento x ∈ X − A. No puede estar en A. Tampoco en Y − X,


luego este elemento no existe. En otras palabras X − A = ∅, o sea X = A. 2

Proposición 1.7 Si X ⊆ Y y X es infinito, también Y es infinito.

Demostración:

Si Y fuese finito, X lo serı́a. 2


1.5. Cardinales finitos y cardinales infinitos 19

1.5. Cardinales finitos y cardinales infinitos


Los cardinales se adjetivan como finitos o infinitos de acuerdo con el carácter que
tenga el conjunto que los representa.
Una posible forma de definir el conjunto de los números naturales consiste en tomar
como tales los cardinales de los conjuntos finitos. Nosotros no seguiremos este ca-
mino y el argumento es el mismo que hemos comentado más arriba al hablar de la
propiedades antisimétrica y de totalidad en la ordenación de los cardinales: la debili-
dad de nuestra teorı́a de conjuntos no permitirı́a avanzar mucho. Nuestra definición
será axiomática. No es el momento de contraponer ambos métodos, pero señalemos
que la vı́a axiomática incluye el llamado principio de inducción completa, el
cual no sólo permite una construcción totalmente formal de los números, sino que
además cubre muchos de los huecos formales en la teorı́a de conjuntos.
Una vez conocidos los números, conectaremos éstos con los cardinales finitos y da-
remos unas primeras ideas sobre cardinales infinitos.

1.6. Complementos / Ejercicios


1. Dados dos conjuntos X e Y , se supone que X ∪ Y es finito. Razonar que ambos
lo son.
2. Si X es un conjunto infinito, X ∪ Y lo es, cualquiera que sea el conjunto Y .

3. Dados dos conjuntos X e Y , se supone que X ∩ Y es infinito. Razonar que


ambos lo son.

4. Si X es un conjunto finito, X ∩ Y lo es, cualquiera que sea el conjunto Y .

5. Razonar que cada dos segmentos geométricos son coordinables, independien-


temente de sus respectivas longitudes.
6. Restringiendo la función y = tan x al intervalo abierto (−π/2, π/2), razonar
que éste es coordinable con el conjunto IR.

7. Usando la función y = ln x, razonar que IR+ y IR son coordinables.


Capı́tulo 2

Números Naturales

2.1. Definición de los números naturales


Llamamos conjunto de números naturales a un conjunto IN , dotado de una
aplicación sg : IN → IN , que a cada número le asigna otro llamado su siguiente, y
en el cual existe un elemento 0, llamado número cero, de manera que se cumplan
los tres siguientes axiomas:

1. ∀x ∈ IN ⇒ sg(x) = 0 ,

2. (∀x, y ∈ IN/x = y) ⇒ sg(x) = sg(y)

3. Si C ⊆ IN cumple las condiciones

a) 0 ∈ C,
b) ∀x ∈ C ⇒ sg(x) ∈ C,
necesariamente es C = IN .

El primer axioma indica que cero no es siguiente de ningún número. El segundo dice
que la aplicación siguiente es inyectiva. El tercero se conoce como principio de
inducción completa o principio de recurrencia. Colectivamente, se nombran
como axiomas de Dedekind-Peano.
Si al conjunto de números naturales le quitamos el elemento 0, resulta un nuevo
conjunto que en lo sucesivo anotaremos por

IN ∗ .

El número sg(0) se nombra como número uno y se anota

1.
22 Capı́tulo 2. Números Naturales

2.2. Demostraciones por recurrencia


Proposición 2.1 Sea T (x) un teorema cuyo enunciado depende de un número na-
tural x. Entonces, si

1. T (0) es cierto

2. (∀x ∈ IN/T (x) es cierto) ⇒ T (sg(x)) también es cierto

el teorema se cumple para todo número natural.

Demostración:

Basta llamar C, dentro de IN , al conjunto de naturales para los cuales T se


cumple y aplicar el principio de recurrencia. 2

Las demostraciones realizadas con la técnica de la anterior proposición se dirán que


son demostraciones por recurrencia o inducción completa.

Proposición 2.2 Cualquiera que sea el número x ∈ IN , se cumple

x = sg(x).

Demostración:

La haremos por recurrencia:


0 = sg(0), por el primer axioma.
Si suponemos que x = sg(x), del segundo axioma se sigue que

sg(x) = sg(sg(x)).

Proposición 2.3 Todo número x ∈ IN ∗ es el siguiente de otro.

Demostración:

Sea C = {0} ∪ sg(IN ). Entonces,


0 ∈ C.
Sea x ∈ C. Si x = 0, evidentemente sg(x) ∈ C. Si x = 0, debe ser x ∈ sg(IN ),
luego existe z tal que x = sg(z), en cuyo caso

sg(x) = sg(sg(z)) ⇒ sg(x) ∈ C.

De estos dos hechos se sigue que C = IN , y, en particular, IN ∗ = sg(IN ), lo que


prueba nuestra afirmación. 2
2.3. Infinitud del conjunto de los números naturales 23

2.3. Infinitud del conjunto de los números natu-


rales
Proposición 2.4 El conjunto IN es infinito.

Demostración:
Basta ver que la aplicación sg : IN → IN ∗ , según los dos primeros axiomas,
es inyectiva y, según 2.3, es suprayectiva. Como IN ∗ es una parte propia de IN , el
teorema queda probado. 2

2.4. Definiciones por recurrencia


Proposición 2.5 Sea D(x) un objeto cuya definición dependa de un número natural
x. Entonces, si

1. D(0) está definido.

2. Para todo x ∈ IN , D(sg(x)) puede definirse a partir de D(x).

El objeto queda definido para todo número natural.

Demostración:
Basta llamar C, dentro de IN , al conjunto de naturales para los cuales D esté de-
finido y aplicar el principio de recurrencia. 2
Las definiciones realizadas con la técnica de la anterior proposición se dirán que son
definiciones por recurrencia o inducción completa.

2.5. Adición de números naturales


Dados dos números x, y ∈ IN , fijando x, definiremos el número x + y, llamado suma
de x con y, mediante la siguiente ley recurrente

a) x + 0 = x

b) ∀y ∈ IN ⇒ x + sg(y) = sg(x + y).

La operación interna IN ×IN → IN que a cada pareja de números le asigna su suma se


conoce como adición de números naturales. Los datos se nombran como primer
y segundo sumando.

Proposición 2.6 Cualquiera que sea x ∈ IN , se cumple que

x + 1 = sg(x) = 1 + x.
24 Capı́tulo 2. Números Naturales

Demostración:
Aplicando las reglas de la adición, resulta

x + 1 = x + sg(0) = sg(x + 0) = sg(x).

La segunda igualdad se prueba por recurrencia:


a) 1 + 0 = 1 = sg(0)
b) 1 + sg(x) = sg(1 + x) = sg(sg(x)).
2
Después de esta proposición, escribiremos x + 1en lugar de sg(x).

Proposición 2.7 Cualesquiera que sean los números x, y, z ∈ IN , se cumple

(x + y) + z = x + (y + z), x + 0 = x = 0 + x, x + y = y + x.

Demostración:

1. Fijados x e y, haremos recurrencia en z:


a) (x + y) + 0 = x + y = x + (y + 0),
b) (x + y) + (z + 1) = ((x + y) + z) + 1 =

= (x + (y + z)) + 1 = x + ((y + z) + 1) = x + (y + (z + 1)).

2. La igualdad x + 0 = x va incluı́da en la definición de la operación. La otra se


prueba por recurrencia:
a) 0 + 0 = 0,
b) 0 + (x + 1) = (0 + x) + 1 = x + 1.
3. Fijado x, haremos recurrencia en y:
a) x + 0 = x = 0 + x,
b) x + (y + 1) = (x + y) + 1 = (y + x) + 1 = y + (x + 1) =

= y + (1 + x) = (y + 1) + x.

2
Este teorema indica que la adición de números naturales es asociativa, que admite
al número 0 como elemento neutro y que es conmutativa. Con lenguaje del Álge-
bra, dirı́amos que la pareja (IN.+) es un semigrupo conmutativo con elemento
neutro.
2.6. Sustracción de números naturales 25

Proposición 2.8 Siendo x, y, z ∈ IN se cumple que


1. x + y = 0 ⇒ x = y = 0,
2. x + z = y + z ⇒ x = y.

Demostración:

1. Si y = 0, existe z tal que es y = z + 1, con lo cual

0 = x + y = x + (z + 1) = (x + z) + 1 ⇒ 0 = sg(x + z),

hecho que contradice al primer axioma. Por tanto, y = 0, en cuyo caso

x = x + 0 = x + y = 0.

2. Haremos recurrencia en z:

a) x + 0 = y + 0 ⇒ x = y, porque x + 0 = x, y + 0 = y.
b) x + (z + 1) = y + (z + 1) ⇒ (x + z) + 1 = (y + z) + 1 ⇒

⇒ x + z = y + z ⇒ x = y,

donde se ha aplicado que sg es una aplicación inyectiva.

2
Este teorema significa que en la adición de números naturales el único elemento
con simétrico es el cero (simétrico de sı́mismo) y que se cumple la propiedad de
simplificación.

2.6. Sustracción de números naturales


Dados dos números naturales x (minuendo) e y (sustraendo) se llama diferencia
entre x e y, en caso de existir, a un tercer número z tal que

x = y + z.

Proposición 2.9 Si existe la diferencia entre x e y, ésta es única.

Demostración:
Suponiendo que x = y + z = y + w, por la propiedad de simplificación se obtiene
z = w. 2
El proceso que a ciertas parejas de números naturales le asigna una diferencia se
conoce como sustracción. El resultado se anota como

z = x − y.
26 Capı́tulo 2. Números Naturales

A modo de ejemplo, la igualdad x = x + 0 nos indica que siempre existe la diferencia


x − x, ası́ como que su valor es 0. También existe el número sg(x) − x, y vale 1, como
se sigue de la igualdad sg(x) = x + 1. Sin embargo, no existe x − sg(x) pues, de haber
un z tal que x = sg(x) + z, aplicando la propiedad de simplificación, se tendrı́a
x + 0 = x = sg(x) + z = (x + 1) + z = x + (1 + z) = x + sg(z) ⇒
⇒ 0 = sg(z),
lo que contradice al primer axioma de Peano.

Proposición 2.10 Cualesquiera que sean los números x, y ∈ IN , existe al menos


uno de los números x − y, y − x.
Demostración:
Fijado x, hacemos recurrencia en y:
1. Si y = 0, existe x − y = x porque x = 0 + x = y + x.
2. Suponiendo que exista uno de los números x − y, y − x, debemos probar que
existe al menos uno de los x − (y + 1), (y + 1) − x.

a) Si existe z = x − y, caben dos opciones:


La primera es z = 0. Entonces, existe (y + 1) − x porque
x − y = 0 ⇒ x = y + 0 = y ⇒ x + 1 = y + 1 ⇒ (y + 1) − x = 1.
La segunda, z = 0. Ahora va a existir x − (y + 1), ya que, siendo z = 0,
existe un w tal que z = w + 1, en cuyo caso
x − y = z ⇒ x = y + z = y + (w + 1) = (y + 1) + w ⇒ x − (y + 1) = w.
b) Si existe z = y − x, también va a existir (y + 1) − x porque
y − x = z ⇒ y = x + z ⇒ y + 1 = (x + z) + 1 = x + (w + 1) ⇒
⇒ (y + 1) − x = w + 1.

2
Proposición 2.11 Dados x, y ∈ IN , tales que x = y, sólo existe uno de los números
x − y, y − x.
Demostración:
Si tanto z = x − y como w = y − x, existen, se tiene
y + 0 = y = x + w = (y + z) + w = y + (z + w) ⇒
⇒ 0 = z + w ⇒ z = w = 0 ⇒ x = y,
en contra de la hipótesis x = y. 2
Los dos enunciados anteriores no son sino lemas para probar un resultado importante:
2.7. Multiplicación de números naturales 27

Proposición 2.12 Dados dos naturales x, y se cumple una y sólo una de las tres
siguientes opciones

1. Existe z = x − y con z = 0,
2. x = y,
3. Existe w = y − x con w = 0.

Demostración:
De entrada hay dos alternativas:
a) x = y.
En tal caso, se tiene z = x − y = 0, w = y − x = 0, con lo cual se cumple la
segunda opción y sólo ella.
b) x = y.
Después de las proposiciones previas existe uno y sólo uno de los números
z = x − y, w = y − x. Sea el que sea, no puede ser nulo porque ello lleva a que
x = y. Por tanto, se cumple una y sólo una de las opciones primera o tercera.
2

2.7. Multiplicación de números naturales


Dados dos números x, y ∈ IN , fijando x, definiremos el número xy, llamado pro-
ducto de x por y, mediante la siguiente ley recurrente

a) x0 = 0.
b) ∀y ∈ IN ⇒ x(y + 1) = xy + x.
La operación IN ×IN → IN que a cada pareja de números le asigna su producto
se llama multiplicación de números naturales. Los datos se nombran como
multiplicando (o primer factor) y multiplicador (o segundo factor).

Proposición 2.13 Para cualesquiera x, y, z ∈ IN , se cumple

x(y + z) = xy + xz, (x + y)z = xz + yz, (xy)z = x(yz).

Demostración:
Se hace por recurrencia en z:
1. x(y + z) = xy + xz,
a) x(y + 0) = xy = xy + 0 = xy + x0,
28 Capı́tulo 2. Números Naturales

b) x(y + (z + 1)) = x((y + z) + 1) = x(y + z) + x =

= (xy + xz) + x = xy + (xz + x) = xy + x(z + 1).

2. (x + y)z = xz + yz
a) (x + y)0 = 0 = 0 + 0 = x0 + y0,
b) (x + y)(z + 1) = (x + y)z + (x + y) =

= (xz + yz) + (x + y) = (xz + x) + (yz + y) = x(z + 1) + y(z + 1).

3. (xy)z = x(yz),
a) (xy)0 = 0 = x0 = x(y0),
b) (xy)(z + 1) = (xy)z + xy = x(yz) + xy =

= x(yz + y) = x(y(z + 1)).

2
Este teorema dice que la multiplicación de números naturales es distributiva (por
ambos lados) respecto de la adición y que es asociativa.

Proposición 2.14 Para todo x ∈ IN se cumple

x0 = 0 = 0x, x1 = x = 1x.

1. La igualdad x0 = 0 va incluı́da en la definición. La otra se prueba por recu-


rrencia en x:
a) 00 = 0,
b) 0(x + 1) = 0x + 0 = 0 + 0 = 0.
2. En primer lugar, tenemos

x1 = x(0 + 1) = x0 + x = 0 + x = x.

La otra igualdad se prueba por recurrencia en x:


a) 10 = 0,
b) 1(x + 1) = 1x + 1 = x + 1.

Ahora se afirma que todo producto por cero es nulo y que el número 1 es neutro en
la multiplicación.

Proposición 2.15 Para cualesquiera x, y ∈ IN , se cumple

xy = yx.
2.7. Multiplicación de números naturales 29

Demostración:
Se hace por recurrencia en y:

a) x0 = 0 = 0x,

b) x(y + 1) = xy + x = yx + x = yx + 1x = (y + 1)x.

2
Esta es la propiedad conmutativa de la multiplicación. Si a las propiedades de la
adición unimos las probadas para la multiplicación, la terna (IN, +, ·) aparece como
ejemplo de lo que en Álgebra se llama un semianillo unitario y conmutativo.
Hay otras propiedades de interés:

Proposición 2.16 Sean x, y ∈ IN , z ∈ IN ∗ . Entonces,

1. xy = 0 ⇒ x = 0, o bien, y = 0,

2. xz = yz ⇒ x = y,

3. xy = 1 ⇒ x = y = 1.

Demostración:

1. Si x = 0, no hay nada que probar. Si x = 0, existe z ∈ IN tal que x = z + 1,


en cuyo caso
0 = xy = (z + 1)y = zy + y ⇒ y = 0.

2. Sabemos (proposición 2.10) que existe uno de los números x − y, y − x. Si, por
ejemplo, existe el primero, hay un natural w tal que x = y + w, en cuyo caso

xz = (y + w)z = yz + wz = yz ⇒ wz = 0.

Como z = 0, según lo anterior debe ser w = 0, con lo cual x = y.

3. Puesto que 1 = 0, ni x ni y son nulos. Por ello existen c, d ∈ IN tales que


x = c + 1, y = d + 1, en cuyo caso,

xy = (c + 1)(d + 1) = cd + c + d + 1 = 1 ⇒

⇒ cd + c + d = 0 ⇒ c = d = 0 ⇒ x = 1, y = 1.

2
La primera propiedad indica que en IN no existen divisores de cero. La segunda es
la propiedad de simplificación de factores no nulos. La tercera expresa que en
la multiplicación de IN el único elemento con simétrico es el 1 y que éste es simétrico
de sı́ mismo.
30 Capı́tulo 2. Números Naturales

2.8. División de números naturales


Dados dos números naturales x (dividendo) e y (divisor) se llama cociente entre
x e y, en caso de existir, a un tercer número z tal que

x = yz.

Supongamos que el divisor sea el número y = 0. Entonces,

yz = 0, ∀z ∈ IN,

luego, si x = 0, no puede haber cociente, mientras que, para un dividendo x = 0,


cualquier número puede ser cociente. Estos hechos se expresan diciendo que
un número x = 0 no puede dividirse por 0,
ası́ como que
el cociente de 0 por 0 es indeterminado.
Por ello, siempre que hablemos de división, supondremos no nulo el dato del divisor.

Proposición 2.17 Dados x ∈ IN , y ∈ IN ∗ , si existe cociente entre x e y, éste es


único.

Demostración:
Si x = yz = yw, por ser y = 0, podemos simplificarlo y obtener z = w. 2
El proceso que a ciertas parejas de números naturales le asigna un cociente se conoce
como división. El resultado se anota como

z = x/y.

La igualdad x = 1x prueba, a tı́tulo de ejemplo, que el cociente x/1 siempre existe,


ası́ como que su valor es x. Sin embargo, el cociente deja de existir si cambiamos el
orden de estos datos y suponemos, además de que x = 0, que sea x = 1. En efecto,
de haber un número z para el cual 1 = xz, deducirı́amos (proposición 2.16) que
x = z = 1, en contra de la hipótesis x = 1.

2.9. Ordenación de números naturales


Dados x, y ∈ IN , cualquiera de las relaciones
x ≥ y (x es mayor o igual que y),
y ≤ x (y es menor o igual que x),
significa, por definición, que existe un z ∈ IN tal que

x = y + z.

En otras palabras, significa que existe el número z = x − y.

Proposición 2.18 La relación ≥ es una ordenación en IN .

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