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METALES

Se definen los metales como materiales formados por elementos químicos metálicos. Estos elementos
se caracterizan por estar formados por átomos unidos por enlaces metálicos, los cuales aportan una
decisiva influencia en sus propiedades. En virtud de la nube de electrones que es compartida por un
cierto número de iones metálicos, los materiales metálicos permiten el desplazamiento relativo de
unas capas de iones respecto a otras sin que se produzca rotura, lo que determina su plasticidad: una
de las propiedades mecánicas más interesantes de los materiales en ingeniería, sin olvidar la
conductividad eléctrica y térmica. Los metales los encontramos generalmente en la naturaleza
combinados con otros elementos como son carbonatos, sulfatos, óxidos, … Al proceso de extracción
del metal estudiando sus propiedades se le denomina metalurgia. Si nos concentramos en los procesos
para la extracción del acero y hierro hablamos de siderurgia.

Estructura y características de los metales

Las propiedades de los materiales metálicos vienen determinadas por sus características estructurales,
entendidas éstas en su más amplio sentido. Podrían considerarse los siguientes niveles:

Constitución química

Los elementos o compuestos químicos que forman el material metálico son de vital importancia a la
hora de establecer las propiedades de un metal. Las fuerzas de unión entre los distintos átomos
metálicos vienen condicionadas en gran medida por el tipo de átomos y valencias atómicas que
representa el metal.

Mallas espaciales

La estructura cristalina influye también considerablemente en las propiedades de los materiales.


Pensemos, por ejemplo, en el grafito y el diamante, ambos son la misma sustancia química (carbono
puro), pero sus propiedades son completamente diferentes, debido precisamente a su distinta
estructura cristalina. Los materiales sólidos pueden tener dos tipos de estructura, la cristalina y la
amorfa. Cuando los átomos están situados de una forma ordenada, perfectamente prefijada, formando
una red regular, entonces decimos que el sólido tiene una estructura cristalina. En el caso contrario
hablamos de estructura amorfa. Un ejemplo es estructura amorfa es el vidrio, al que se considera como
un líquido solidificado. Realmente no existe una frontera muy clara entre sustancias cristalinas y amor
fas, aunque podemos decir que las sustancias amorfas presentan propiedades más reactivas e
isotrópicas que las cristalinas. En el caso de los metales, cuando estos están en su estado sólido, sus
átomos se alinean de manera regular en forma de mallas tridimensionales (presentan estructuras
cristalinas). Estas mallas pueden ser identificadas fácilmente por sus propiedades químicas, Los
metales no ferrosos son utilizados en la manufactura como elementos físicos o por medio de los rayos
X. Cuando un material puede presentar distintas estructuras cristalinas, hablamos de material
polimorfo. La mayoría de los metales de interés en construcción poseen una de las tres estructuras que
se comentan a continuación. Cada tipo de malla en los metales da diferentes propiedades, no obstante,
se trata del mismo material. Malla cúbica de cuerpo centrado Malla cúbica de cara centrada Malla
hexagonal compacta Bcc fcc hcp La malla cúbica de cuerpo de cuerpo centrado. Es la estructura que
tiene el hierro a temperatura ambiente, se conoce como hierro alfa (ferrita). Tiene átomos en cada uno
de los vértices del cubo que integra a su estructura y un átomo en el centro. También se encuentran
con esta estructura el cromo, el molibdeno, … La malla cúbica de cara centrada aparece en el hierro
cuando su temperatura se eleva a aproximadamente a 910ºC, se conoce como hierro gamma
(austenita). Tiene átomos en los vértices y en cada una de sus caras, su cambio es notado además de
por los rayos X por la modificación de sus propiedades eléctricas, por la absorción de calor y por las
distancias intermoleculares. También presentan esta estructura el aluminio, la plata, el cobre, el oro,
el níquel, el plomo y el platino. Estos metales son mucho más dúctiles. La malla hexagonal compacta
se encuentra en metales como el berilio, cadmio, magnesio, cinc y titanio. Es una estructura que no
permite la maleabilidad y la ductilidad, es frágil.

Grano de las estructuras metálicas

Otra de las características de los metales que influye notablemente en sus propiedades es el tamaño
de grano, el cual depende de la velocidad de enfriamiento en la solidificación del metal, la extensión y
la naturaleza del calentamiento que sufrió el metal al ser calentado. Cuando un metal en su estado
líquido se enfría sus cristales se van solidificando formando estructuras dendríticas, las cuales crecen
uniformes hasta que se encuentran con otra estructura que también ha estado creciendo. En ese lugar
de encuentro de las dos estructuras se forman los límites de los granos de los materiales. Un material
con granos pequeños será más duro y dúctil que uno con granos grandes, debido a que los granos
grandes tienden a fracturarse y deslizarse uno sobre el otro, lo que no sucede con los granos pequeños.
La mejor forma de determinar el tamaño de grano de un material es por medio de microscopio
metalúrgico, el que actúa por medio de un rayo de luz que se lanza sobre una superficie pulida al espejo
y limpiada con una mezcla de 3% de ácido nítrico y 97% de alcohol. Estructura granular de un acero al
microscopio. Estructuras cristalinas del hierro en función de la temperatura

Las aleaciones

La adición de pequeñas cantidades de elementos de aleación a los metales puros modifica las
dimensiones de la estructura reticular del metal original, además de producir en algunos casos incluso
el tipo de red. Podemos considerar la aleación como una solución en donde los elementos de aleación
son los solutos y el metal puro el solvente. Aleando un metal con uno o varios metales podemos
mejorar o modificar en grandes medidas las propiedades mecánicas, térmicas, durabilidad, … Se
informa que casi nunca se utilizan metales puros. Lo normal es que se realicen aleaciones, siendo la
más importante en construcción el acero (aleación hierro-carbono).

Propiedades

Existen muchas propiedades interesantes para los materiales metálicos, nos obstante nos centraremos
sólo y brevemente en las siguientes:

Resistencia a la rotura

El ensayo más importante de resistencia de un metal es el ensayo a tracción. El ensayo a tracción se


determina por el estirado de los dos extremos de una probeta del metal con dimensiones
perfectamente determinadas y con marcas previamente hechas. Este ensayo consiste en realizar el
estiramiento del metal hasta rotura, comprobando las deformaciones en función de la tensión
aplicada. Los resultados del ensayo de tracción se plasman en una curva tensión-deformación como la
indicada a continuación. – Límite elástico (fy): es la tensión máxima que puede soportar un metal con
un comportamiento elástico. Si superamos dicha tensión se producirán deformaciones plásticas
permanentes. – Límite de rotura (fs): Es la máxima tensión a tracción que es capaz de resistir un metal.
Una vez superado dicho límite la rotura del metal es inevitable. – Módulo de elasticidad. Se define
como la pendiente de la recta que define el comportamiento elástico del metal. Para el acero el módulo
es de 2,1*106 Kp/cm2. Existen también otros ensayos que tratan de evaluar la resistencia del metal.
Ensayo de Flexo-tracción Distinguimos entre otros puntos los siguientes:

Deformabilidad
Respecto al modo de cómo se deforma un metal durante el proceso de rotura, distinguimos las
siguientes definiciones: – Elasticidad: El comportamiento elástico de un material se caracteriza por el
hecho de deformarse proporcionalmente a la tensión aplicada y ser totalmente recuperable una vez
cesados los esfuerzos actuantes (deformaciones no permanentes, recuperables). – Plasticidad: El
comportamiento plástico se caracteriza por deformarse el material de un modo permanente una vez
superado una tensión límite del material (deformaciones permanentes, no recuperables). Un término
relacionado con la plasticidad es la ductilidad. La ductilidad se define como la propiedad de los metales
para ser confeccionados en hilos. No obstante, también puede definirse como la capacidad de los
metales para deformarse bajo esfuerzos de tracción sin romper. Un término completamente contrario
a la ductilidad es la fragilidad. Por otro lado, definimos maleabilidad como la aptitud de un metal o
material para realizar láminas con él. Otros términos también relacionados con la deformabilidad es la
acritud y la tenacidad. Definimos la acritud la propiedad de los metales de aumentar su resistencia al
aumentar las deformaciones plásticas. Por otro lado, podemos entender por tenacidad como la energía
que un material requiere para romper o que consume en su rotura. Una manera de estimar la tenacidad
de un metal para compararlo con otro es mediante el área encerrada por la curva tensión-deformación
en el ensayo de tracción.

Dureza

La dureza es otra de las propiedades interesantes de los metales, ya que pueden establecerse
relaciones con las resistencias mecánicas. Distinguimos los siguientes métodos: – Dureza al rayado. Se
trata de la resistencia que opone un material a ser rayado por otro material. Este tipo de prueba se
aplica fundamentalmente a los materiales pétreos, no siendo de interés para los metales. se define
como la resistencia que presenta un metal a la deformación permanente al aplicar unos esfuerzos
sobre su superficie. Existen distintos métodos, destacando el ensayo Brinell, Vickers y Rockwell. Como
ejemplo, destacamos el ensayo Brinell, que consiste en presionar una bola de 10 mm de diámetro sobre
el metal durante un tiempo con una carga de 3000 Kg.; al quitar la bola se quedará un casquete esférico,
por lo que se puede calcular la dureza de penetración como: F BHN =, siendo S la superficie del casquete
y F la fuerza aplicada. S En el acero, la dureza de Brinell es aproximadamente 3 veces mayor que la
tensión de rotura por tracción del acero en kp/mm2. – Dureza al impacto: Consiste en medir el rebote
que experimenta una determinada masa de un determinado material duro cuando impacta sobre la
superficie del metal. El ensayo más conocido es la dureza Shore (se utiliza un pequeño cilindro con
punta de diamante cuyo peso en su conjunto es de sólo 2,6 g, dejándose caer dicho cilindro desde una
altura de unos 25 cm). – Dureza a la penetración: Este método se aplica fundamentalmente a los
metales y

Soldabilidad

Se define la soldadura como la unión de dos piezas de metal llevada a cabo por medio del
calentamiento, el rozamiento o la presión de ellas y la aportación o no de metal, pudiendo ser las piezas
del mismo material o materiales distintos. Desde el empleo de la soldadura en la época egipcia hasta
nuestros días ha existido un gran avance; no obstante, el gran salto del conocimiento en soldadura
aparece gracias a la Revolución Industrial, teniendo un impulso definitivo durante las dos guerras
mundiales, implantándose la soldadura en la industria como un método económico, fiable y rápido de
unir dos metales. La soldadura debe conseguir unir dos metales de una manera estanca y de igual
resistencia que el resto de la pieza.

Eléctricas

Todos los metales son conductores, pero no todos lo hacen de igual manera. Los metales más
conductores de la corriente son el cobre y el aluminio, por eso la mayoría de los cables eléctricos están
hechos de estos materiales. De forma empírica podemos justificar que un conductor de doble longitud
que otro tendrá doble oposición al flujo de electrones y por tanto doble resistencia. De la misma
manera un conductor de sección doble que otro, tendrá la mitad de resistencia que el fino. Un tercer
factor que interviene es la naturaleza del conductor, ya que se comprueba que ciertos metales como
los preciosos facilitan el paso de electrones más que otros como el hierro. A esta cualidad se le llama
resistividad, una propiedad inherente a cada material. l =, siendo: De todo lo anterior se puede
establecer que s R • R, la resistencia al paso de la corriente, en ohmios., la resistividad característica
del metal (mm2*ohmios/m) l, la longitud del cable, en m. s, la sección del cable en mm2 Por otro lado
definimos la conductividad eléctrica como la inversa de la 1 resistividad eléctrica (K=1/). = K

Térmicas

Podemos establecer tres aspectos diferentes cuando hablamos de las propiedades térmicas de los
metales. Conductividad térmica: Todos los metales conducen bien la energía térmica, aunque de
depender claramente de las condiciones y del metal en cuestión. S ()t µ T T Q * * – * = 2 1 , siendo: a
Dilatación: La experiencia muestra que los sólidos se dilatan cuando se calientan y se contraen cuando
se enfrían. La dilatación y la contracción ocurren en tres (3) dimensiones: largo, ancho y alto. A la
variación en las dimensiones de un sólido causada por calentamiento (se dilata) o enfriamiento (se
contrae) se denomina Dilatación térmica. La dilatación de los sólidos con el aumento de la temperatura
ocurre porque aumenta la energía térmica y esto hace que aumente las vibraciones de los átomos y
moléculas que forman el cuerpo, haciendo que pase a posiciones de equilibrio más alejadas que las
originales. Este alejamiento mayor de los átomos y de las moléculas del sólido produce su dilatación
en todas las direcciones. Hablamos de dilatación lineal cuando por la forma del material predomina la
variación dimensional en una dirección, como por ejemplo ocurre en tuberías, barras, La dilatación
lineal sigue la siguiente ecuación: * * = a T l l Resistencia al fuego Aunque el acero es incombustible (no
arde ni alimenta el fuego), es el material estructural más peligroso para los Bomberos ya que pierde su
resistencia a las altas temperaturas que se alcanzan en un incendio y se dilata con el calor de forma
que puede provocar un desplome repentino debido a la ruptura o desplazamiento de los apoyos.
Debido a su alta conductividad térmica el acero puede transferir el calor y alejarlo de la fuente
localizada. Así pues, cuando tiene la posibilidad de disipar calor a regiones más frías, es necesario un
tiempo relativamente largo para que el elemento de acero alcance el valor crítico. Por el contrario, un
fuego que distribuya calor sobre una superficie más amplía, reduce este plazo considerablemente. Las
piezas de acero de gran sección tienen mayor resistencia al efecto del fuego que las de sección ligera:
así, los elementos de sección pequeña no protegidos, como las cerchas y vigas de celosía, a menudo
ceden a los pocos minutos. no se encuentren deformados por el calor o que puedan volver a
enderezarse, normalmente son válidos para su reutilización como tales elementos de estructura. Ello
es debido a que los cambios de temperatura sufridos en el siniestro no suelen ser mayores que los
sufridos por el acero en su proceso de fabricación. Si la temperatura alcanzada por un elemento de
acero fuera muy elevada (a partir de 800/900ºC) puede ocurrir que el acero se “queme”. El acero
“quemado” presenta una apariencia exterior rugosa debido a una escamación o a un engrosamiento
del grano y presentará un color gris oscuro. Los elementos quemados de esta manera están
generalmente muy corroídos, (la corrosión se facilita a altas temperaturas) y no serán aprovechables,
por lo que debe procederse a su sustitución. En la extinción de un incendio de estructura metálica
habrá que tener especial cuidado con los pilares de fundición si los hubiese (en la actualidad ya no se
usan como elementos estructurales, aunque aparecen en edificios construidos en finales del siglo XIX
y primeros años del siglo XX) ya que se fracturan al calentarse y enfriarse rápidamente, por lo que
podrían ceder repentinamente al ser alcanzados por el agua a presión de la manguera estando ellos a
altas temperaturas.

Durabilidad
Existen muchos factores que pueden afectar a la durabilidad de los materiales, no obstante,
distinguimos los siguientes:

– Proceso de Fatiga. El comportamiento de los metales o cualquier material puede ser muy diferente
cuando los esfuerzos que resisten no son estáticos, sino dinámicos. Se ha observado que los metales
se rompen a tensiones bastantes menores que en condiciones estáticas y además en forma frágil. A
este fenómeno se le conoce como fatiga. Para estudiar el comportamiento de los metales a fatiga, se
suele recurrir a ensayos de laboratorio, los cuales consisten en estudiar su comportamiento ante
esfuerzos cíclicos, variables y/o repetitivos. Una vez terminado el incendio, y enfriados los elementos
estructurales, aquellos que importancia en nuestras obras, sobre todo cuando van a soportar cargas
variables, como por ejemplo los tirantes que soportan el peso de los tableros de los en puentes
colgantes, o puedan existir acciones variables con una alta probabilidad, como estructuras situadas en
zonas con alto riesgo sísmico.

– Proceso de Oxidación, Se producen por contacto del metal con el oxígeno de la atmósfera. Se trata
de un proceso muy lento. Afecta generalmente a toda la superficie.

– Proceso de Corrosión Para que se produzca una oxidación acelerada es necesario un catalizador o
acelerante, siendo el acelerante más común el agua. Todos los materiales no se oxidan de la misma
manera, ya que unos tienden a oxidarse más que otros, por lo que existe una tabla que indica cuales
son los metales que tienden a oxidarse más según su potencial eléctrico. Un tipo de corrosión muy
característica de los metales es la corrosión galvánica, el cual consiste en la formación de una pila
eléctrica por el contacto con dos metales o materiales con distinto potencial galvánico, actuando uno
de ellos como ánodo, oxidándose, y otro como cátodo, protegiéndose de la corrosión o pasivándose.
Existen otros muchos mecanismos que favorecen la corrosión o protección de los metales. Como
ejemplos indicamos los que se indican a continuación. Conocer cómo se fatiga los materiales metálicos
y su evaluación es de vital

Tratamientos

A los productos férreos utilizadas en la construcción se le suelen aplicar fundamentalmente dos tipos
de tratamientos: los térmicos y los mecánicos. Normalmente se realizan conjuntamente. Existen por
otro lado los tratamientos termoquímicos, aunque éstos no suelen aplicarse a los productos metálicos
de construcción. El objetivo de los tratamientos es mejorar la capacidad resistente de estos productos
o aumentar o recuperar la ductilidad del metal.

Tratamientos mecánicos forja:

Proporcionar una cierta forma al metal a base de golpes pudiendo calentar o no el metal previamente.

LAMINACIÓN: Deformación de una pieza a través de unos rodillos cada vez más estrechos. Puede
realizarse a grandes temperaturas (laminación en caliente) o a temperatura ambiente (laminación en
frío). Este tratamiento se emplea muchísimo en perfiles laminados, chapas, y armaduras de acero para
el hormigón armado.

MOLDEADO: Se trata de fundir el metal y echarlo en un molde y dejarlo enfriar.

MECANIZADO: Proceso de pulir, cortar, taladrar, etc.… cónicos denominados hileras. Éste se hace más
resistente, pero más frágil. Este tratamiento se emplea para obtener alambres de alta resistencia, como
por ejemplo para el hormigón pretensado.

Tratamientos térmicos
Los tratamientos más típicos de los metales son los de tipo térmico. El tratamiento térmico es el
conjunto de operaciones de calentamiento, permanencia y enfriamiento de un metal con el objetivo
de modificar sus propiedades. Las variables con las que se puede jugar son: velocidad de
calentamiento, temperatura de permanencia, tiempo de permanencia y velocidad de enfriamiento.
Con el tratamiento térmico adecuado se pueden reducir los esfuerzos internos, el tamaño del grano,
incrementar la tenacidad o producir una superficie dura con un interior dúctil.

EL RECOCIDO: Consiste en calentar el metal hasta una cierta temperatura, según la finalidad, y dejarlo
enfriar lentamente.

LA NORMALIZACIÓN: Consiste en calentar el metal y dejarlo enfriar al aire en calma, sin vientos, a
temperatura ambiente.

EL TEMPLE: Consiste en someter el metal a un calentamiento hasta una temperatura determinada,


seguido de un enfriamiento rápido a otra temperatura más baja, que puede ser diferente de la
temperatura ambiente.

EL REVENIDO: Es el tratamiento térmico efectuado sobre un producto ya templado con el fin de


obtener modificaciones en sus características. En general se pretende mejorar la ductilidad y eliminar
o disminuir tensiones residuales generadas por el templado.

EL PATENTADO: Tratamiento térmico aplicable a los alambres y flejes de las armaduras activas del
hormigón pretensado. Consiste en un calentamiento seguido de un enfriamiento enérgico, pero por
encima de la temperatura ambiente para dar al metal unas características favorables al trabajo
posterior de estirado en frío o trefilado.

TREFILADO: Estiramiento del acero haciéndolo pasar a través de unos orificios

Metales en la construcción

De todos los metales utilizados para la industria el 20% son no ferrosos, estos en diferentes aleaciones
cubren los requerimientos de ingeniería y las propiedades químicas necesarias para fabricar artículos
útiles para la industria y la sociedad. Las características fundamentales de las aleaciones no ferrosas
son la resistencia a la tensión, corrosión, conductividad eléctrica y maquinabilidad. La selección de una
aleación determinada dependerá de los resultados de diferentes pruebas mecánicas, el volumen de
producción, el costo de producción y las propiedades estéticas del producto. La mayoría de los metales
no ferrosos son más resistentes a la corrosión o a la humedad que los ferrosos, pudiendo emplearse
muchos de ellos en exteriores sin pinturas o recubrimientos. Sin embargo, se debe tener especial
cuidado con el manejo de los metales no ferrosos, ya que cada uno responde de manera particular a
los efectos de la naturaleza.

Aceros inoxidables

Los aceros inoxidables son aleaciones ferrocromo con un mínimo de 11% de cromo. El agregado de
otros elementos a la aleación permite formar un amplio conjunto de materiales, conocidos como la
familia de los aceros inoxidables. Entre los elementos de aleación, dos se destacan: el cromo, elemento
presente en todos los aceros inoxidables por su papel en la resistencia a la corrosión y el níquel para
mejorar las propiedades mecánicas. EI acero ordinario, cuando queda expuesto a los elementos, se
oxida y se forma óxido de hierro pulverulento en su superficie. Si no se combate, la oxidación sigue
adelante hasta que el acero esté completamente corroído. En cambio, los aceros inoxidables no
necesitan ser ni chapeados, ni pintados, ni de ningún otro tratamiento superficial para mejorar su
resistencia a la corrosión. También los aceros inoxidables se oxidan, pero en vez de óxido común, lo
que se forma en la superficie es una tenue película de óxido de cromo muy densa que constituye una
coraza contra los ataques de la corrosión. Si se elimina esta película de óxido de cromo que recubre los
aceros inoxidables, se vuelve a formar inmediatamente al combinarse el cromo con el oxígeno de la
atmósfera ambiente. Una diminuta partícula de acero al carbono, una escama de óxido cobre u otra
sustancia extraña cualquiera incrustada en el acero inoxidable pueden ser suficiente para destruir la
pasividad en el punto de contacto. Unas superficies limpias y lisas, así como la ausencia de arañazos y
grietas reduce el riesgo de que se produzca corrosión por contacto. Otro tipo de ataque puede ser el
picado o corrosión en forma de pinchazos de alfiler, el cual se produce en soluciones que contengan
cloruros podrían atacar por una acción de picado y desarrollo de celdas galvánicas. Los aceros
inoxidables tienen una gran resistencia mecánica, de al menos dos veces la del acero al carbono y
resistentes a temperaturas elevadas. Son fáciles de transformar en gran variedad de productos y de
apariencias estéticas, sometiendo el acero a diferentes tratamientos superficiales para obtener
acabado a espejo, satinado, coloreado, texturizado, etc. Los aceros inoxidables no son indestructibles,
sin embargo, con una selección cuidadosa, sometiéndolos a procesos de transformación adecuados y
realizando una limpieza periódica, los aceros inoxidables resistirán las condiciones corrosivas y de
servicio más severas.

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